Crazy Ideas Don't Go Alone (Priv. Dante)

Reí dándole una mirada insinuante a Samuel por aceptar el trabajo de encargarse de mi y de mi tatuaje.

 “Entonces nos ponemos de acuerdo, te dejaré mi número.” Le guiñé el ojo como un pendejo travieso, pero de inmediato mi mirada volvió a prestar atención a la figura de Kath. ¿Por qué siempre esta mujer me parecía tan irresistible? Como si cuando ella quisiera su sola esencia fuera capaz de demandar mi completa atención.

“Hey, ¿estás insinuando que no podría contigo?” Soné quizás más serio de lo normal al susurrar las palabras, devolviendo la sutil amenaza, pero mi sonrisa posterior fue la pícara de siempre. Samuel había dado su aprobación a lo que hacía por lo que sonreí como si yo fuera ganando por el momento nuestra batalla.

“¿Ves? Tenemos permiso si es que eso te va a mantener relajada~ ¿qué dices Sam? ¿Tienes algún consejo?” Pregunté al chico más que nada porque quería saber qué clase de cosa no le entorpecería su trabajo y nos permitiría seguir jugando.

Samuel estaba muy divertido y dejó su instrumento a un lado para sacar algo de su mochila,  siendo un trozo de tela largo y suave, dándoselo en las manos del otro chico.

- Puedes acariciarla, cegarla, retenerla o jugar, con o sin esto... Me imagino que sabrás como no entrometerte mientras trabajo - El tatuado volvió a su oficio aún teniendo a Katherine que intentaba aguantar el proceso de su tatuaje que le dolía.

"Ya se todo eso." Contesté refunfuñando mientras recibía el pedazo de tela en mis manos. "Al final no estás contestando mi pregunta Sam." Fruncí el ceño y lo miré como si lo estuviera desafiando, ya saben, con esa altanería infantil que se me escapa de vez en cuando.

"Well, me gusta de todas formas el vendarle los ojitos~ Quizás en algún momento no distinga si son mis manos o las tuyas." Lo dije con su qué mientras acomodaba el trozo de tela en sus ojos y lo ataba tras su cabeza, haciendo la tipica seña en frente para asegurarme que no viera nada.

"No tengo idea como no entrometerme, por algo lo pregunté." Le saqué la lengua al otro chico, y es que aunque me había caído la mar de bien, en verdad me comenzaba a irritar tanto blah blah de su parte y que mejor que expresarlo, moviendome solo un segundo con silla y todo hacia él, aprovechando que había hecho una pausa de la piel de kath para robarle entonces un beso que volví sonoro apropósito para nuestra única y privada auditora. Luego me volví a alejar acariciando a Kath por los brazos, lejos del área de trabajo del tatuador.

El tatuado aceptó el beso con emoción. Sin dudarlo, hizo que el beso se volviera más salvaje y rudo, como solo podía suceder entre dos hombres obsesionados con el sexo.
Cuantas ganas le dio a Samuel se empotrarlo contra la pared para que recibiera lo que merecía.

- Me agradas chico, en serio deberíamos juntarnos - movió sus cejas juguetonamente a Dante.
-Si lo hacen, me incluyen- dijo Kath obviamente envidiando el no poder ver la acción o ser parte de ella.
- ¿Para que nos esperamos? Se que te gusta tener el control, pero conmigo has estado aprendiendo a tener menos culpa al perderlo - expresó tranquilo sobre sus avances en las sesiones que tenían juntos. - Lo único que tengo que hacer es alimentar aquel orgullo que posees.

Dejo por un momento la maquina en la mesa y luego se quitó los guantes para tomar la mano de la morena, que empezó a besar con aire galante. Exhaló extasiado de siquiera poder tocarla, era un privilegio tener tan hermosa mujer. Acercó su boca al oído empezando a susurrar cosas en alemán, adulando a su persona de las maneras más eróticas y sucias, haciéndola recordar sus antiguas sesiones.
También le plantó un beso de mordidas y lengua aunque más suave que el que tuvo con Dante.

- Será una sucia perra en la cama, pero Katherine es una dama que merece mi respeto y locura - le comentó a Dante en lo que otra vez se arreglaba para seguir con el tatuado.

Mientras, la cantante de opera estaba sonrojada de la pena de lo que le había dicho. Era muy diferente a que simplemente alguien le dijera lo bueno que estaban sus senos y trasero. Fue una declaración erótica y sincera que le adulaba. Pero Samuel tenía razón, era una mujer que incluso en el sexo, buscaba sentirse mejor y superior.

- Ya falta poco para terminar - Kath incluso se notaba menos nerviosa mientras le seguían inyectando la tinta en la piel. Y eso que solo sería la base negra y algunos de los colores que estarías en el tatuaje. En otra sesión seguiría con los colores que le faltaban y la tinta fosforecente.

El beso fue sin duda algo que hace rato no recibía de un hombre. Fue rico, pero así bien rico. Salvaje pero no descuidado. Hambriento y violento, pero no inexperto.

Me dieron ganas de entregarle mi culo. ¿Tengo que ser más descriptivo que eso? Claro que luego simplemente fui desplazado y me tocó ser el voyerista que miraba con insatisfacción mientras me lamía los labios.

"Creo que en el caso de ustedes, hay una atmósfera mucho más refinada o algo así de lo que es cómodo para mí. Realmente no se si encaje con eso ¿saben?" Comenté luego de darles los minutos necesarios de silencio, siendo un muy respetuoso espectador de aquello, aunque obviamente no entendí ni mierda de lo que Sam había dicho, ni por los susurrós, ni por el alemás. ¿Como mierda voy a saber alemán?

"Tengo entendido que el tema SM te va re bien, bueno, a los dos, en ese sentido soy un amateur. I mean, solo hago lo que me gusta y lo que creo que le gustará a la otra persona, pero no me se las cosas de libro y ah, no podría ser tan metódico a la hora de tener sexo." No quería sonar amargado o cagar el momento y el ambiente en general, pero normalmente hablo de forma sincera y eso era lo que en ese preciso instante había cruzado mi mente.

Me sentía como el perro adoptado por un par de cuicos, pero a fin de cuentas, en esas circunstancias ¿que quejas podría tener el mestizo?

¡Ninguna hombre! Yo feliz muevo la cola.

- No creo que sea de encajar o no, sino de disfrutar... El mundo es un buffet y yo ya pagué mi entrada - respondí con una sonrisa, intentando que Dante no se sintiera tan de fuera por lo que hacíamos. - Estuve mucho tiempo solo con sexo vainilla, pero parece que pongo un piel en la ciudad y la piel se me eriza... Aquí hay tantas oportunidades a probar - me lamí los labios de solo recordar mis sesiones con mis parejas sexuales en esta ciudad - Ustedes dos son los extremos opuestos para cogerse una mujer, pero estan bajo un deseo común: el placer... ¿Quién soy yo para negarme al placer?.
- Más razón no puede tener esta mujer. - Comentó el tatuado con una sonrisa mientras seguía trabajando.

Ahora que estaba más relajada, mi rostro ya no mostraba tanta incomodidad, pero mi mano aún buscaba aferrarse a Dante, por algo lo había traído aquí. El chico era un obvio experto, y que pudiera estar aquí me hacía sonreír.
La aparente calma se vio interrumpida por el sonido de un celular, el cual intenté sacar con cuidado para no complicarle la vida a mi tatuador favorito.

- Hola ¿que se ofrece? - respondí a la llamada, al parecer era de escuela, una de las secretarías me preguntaba por unos papeles que se necesitaron antes de tiempo, por lo que tenía que ir lo más pronto posible. - ¿No se puede postponer? ... ¿Enserio? ... de acuerdo, nos vemos en breve - colgué el celular un poco molesta - Dante, me acaban de hablar del trabajo, no puedo ir contigo después. ¿Me perdonas?, yo quería premiarte como merecías.

Mi cara mostró una faceta casi infantil y desconocida, yo tenía mis caprichos y tiempos bien calculados, que no pudiera darme premios y consentir a mis parejas sexuales me hacía querer hacer una rabieta con la escuela y su personal.

Bueno, Kath tenía razón después de todo, nadie podía negarse al placer, no al menos entre nosotros tres, so creo que todo estaba bien, por eso es que les di a ambos una sonrisa traviesa y me encogí de hombros.

"Como ustedes digan ~" Fingí sumisión y entonces volví mi atención a Kath quien parecía mucho más acostumbrada al piqueteo de la aguja. Jugué con su mano y estaba a punto de volver a molestarla cuando el sonido de su teléfono nos interrumpió. Parecía algo importante por lo que me comporté y esperé a que terminara la llamada para preguntar qué ocurría, la explicación de Kath me pintó un puchero en el rostro.

"Well... No es como que tenga derecho a reclamo ¿no? " Volví a encogerme de hombros y le regalé un guiño. " Don't worry dear, it's ok. Entiendo que hay cosas que se nos escapan de las manos a veces, pero con esto me deberás una eh~ No lo olvidaré." Agregué con falso aire de seriedad, por molestarla, luego me corrí una vez más al lado de Samuel.

"Tendré que conformarme con esperar a mi nuevo amigo a que salga del trabajo supongo~" Porque no, claramente yo no me iba a ir de vuelta a mi departamento sin tirar aunque fuese una vez ese día ¡No señores, eso no!

"I'll be waiting for the next time~" Me incliné al oído de Katherine para susurrarle eso y luego depositar en su oreja un besito simpático. Por supuesto, iba a esperar que terminaran la sesión y luego vería si Samuel me daba o no pasada para algo más.

- ¿Ehhh? ¿Como que no? Reclamame, tal vez así me de culpa y yo me quede con ustedes - hice un puchero igual que él, hoy quería coger y no quería contenerme, pero sería dejarlo esperando cuando ni yo se cuando me desocuparía de mi nuevo pendiente - Con esto sería 2 que te debo, no es justo - me refería cuando le prometí que podíamos tener una sesión sin usar condón.

Verlos a los dos juntos me dio celos, yo también quería ser parte de la diversión. Ahora que lo pensaba, si estuviéramos los 3 juntos sería un "Generational Sandwich". Rayos, oírlos haciendo acuerdos sexuales me daba envidia, aunque tuve que concentrarme en como la aguja picaba mi pobre cuerpo.

- No estas domesticado... pero me encantaría ser salvaje hoy y contigo - le contestó Samuel haciendo referencia que el chico no tenia experiencia siendo sumiso en ambientes bondage. Ese muchacho tampoco es de los que desperdiciaba sexo cuando se daba la oportunidad - Te llevaré a donde quieras saliendo, nos divertiremos mucho.- todo esto lo decía intencionalmente para torturar a Kathy con su imposibilidad de tener sexo ese día.

Dejé que Dante me diera ese beso, y cuando volvió a posar su mirada en mi moví mis labios diciendo en voz baja "I will miss your dick tonight~".
La sesión siguió sin eventualidades, yo agarrando la mano de Dante y apretando de vez en cuando su mano cuando había una parte que me dolía. Y Samuel concentrado en su trabajo, haciendo toda la base negra de mi tatuaje.
Al terminar el tatuador empezó a guardar y limpiar sus herramientas, poniéndome antes gasa para cubrir mi tatuaje, advirtiéndome de como cuidarla y cuando tomara una ducha como se sentiría. Cuando siguió con la labor, me puse la ropa que me quité.
Miré a Dante melancólica, por lo de hoy y por otras cosas que tenía en la cabeza.

- ¿Te quedarás entonces? Deja me despido de ti. - le acaricié su mejilla donde tenía el tatuaje, para después tomar su rostro y darle un beso apasionado para que no me olvidara a mi ni a mi sabor. - Pasala bien en mi nombre Dante.

Fui luego con Samuel a despedirme de igual manera, dejando acordado que ya pagaría a la asistente saliendo del establecimiento. Les eché una ojeada a ambos antes de salir del cuarto y a cumplir mis deberes como profesora.

Esto me estaba aburriendo rápido.