Romeo se quiere enterrar (Priv con Aria)

Skyle había huido del salón de clases apenas tuvo la oportunidad, luego de pasar gran vergüenza en el primer ensayo de la obra escolar, donde ciertamente creyó que le echarían por incompetente, mas eso no ocurrió, ni siquiera se llevó un regaño del cual estaba seguro, se creía merecedor. Es por ello que, guiado por la culpa y un inusual sentido de responsabilidad, el chico ahora centraba sus esfuerzos en, por lo menos, ponerse al tanto de lo que se supone que haría. Era cierto, él, impulsivamente, había ido a postular para el papel de Teobaldo, pero gran parte de ello fue por el entusiasmo que zebra había mostrado por el papel, de otro modo, era imposible que Skyle, por si solo, se hubiese parado frente a una audiencia a abrir la boca.

Actualmente había hecho una rutina el pasar al menos un par de horas en la azotea, repasando el libro, el guion adaptado y hasta con trozos de las diferentes versiones en película que había descargado con su celular, pero aquello era difícil, era como tener a un niño rodeado con tal cantidad de información que todavía no encontraba el sitio por el cual comenzar.

Habían momentos en los que se desesperaba, ese instante era precisamente cuando se rendía y volvía a su cuarto dispuesto a dormir, asunto que en verdad, no ocurría pues para ese entonces, era tarea de zebra lidiar con los niveles exuberantes de frustración del castaño.

-Si de tu palabra me apodero, ll-llámame tu amante, y creeré que me he bautizado de nuevo, y que he perdido el nombre de Romeo….-Intentaba leer en voz alta, pero para esa altura su rostro ardía en vergüenza, digna del virgen que en su mente era.

-No puedo… ¿C-cómo se supone que le diga eso a e-ella…? - Y recordó entonces la dulzura de la voz y presencia de Lucía, con el amor desbordante que parecía haber cantado, a él, a Romeo. Si Skyle no dejaba de darle vueltas al asunto, su rostro pasaría de rojo a un tragicómico morado.

Perdedor.

Un par de golpes suaves en la puerta se tradujeron en un brinco no calculado para él. Incorporándose de su terrible postura, era casi un ovillo abrazando sus rodillas con el celular en una mano y en la otra el libro, hablándole a la nada y aún así sobrereaccionando tanto que para cuando su joven compañera hizo su aparición, el color de su rostro lejos de descender, no hizo más que aumentar y pintarle el rostro casi como un cartel de neón.

-A-A-A...! - Aunque Skyle no tenía en sí problemas de dicción, muchas veces su timidez le llevaba a tartamudear irremediablemente, pero a la vez al chico le gustaba socializar, o al menos se esforzaba por ello a un punto donde tenía especial cuidado de no parecer de esas personas que si son saludadas salen corriendo. Pero esta vez no fue un caso de autocontrol. El bochorno era mayor pues sabía haber sido escuchado.

El libro fue un buen escudo, o más bien fue el primero que encontró para llevarse al rostro y cubrir parte de su hirviente color. Dejándo solo los ojos a la vista, enterrando la nariz y el resto del rostro por completo en las páginas abiertas de aquella edición.

-¡Aria! - ¿Como no se iba a acordar de ella? Era una de las chicas amables de su salón, nunca lo había mirado raro y hasta lo animaba de vez en cuando. Sí, la recordaba.

No le hagas nada.
Lo pensaré~

- ¡N-no! ¡No me has molestado! -Contestaba todavía con el libro sobre el rostro, por lo que su voz se escuchaba más nasal y opaca que de costumbre. - Este lugar no me pertenece ni nada. - Adicionó y es que el hecho de que él estuviera ahí de ninguna manera significaba que ningún otro estudiante pudiera ir, incluso si llegaban a interrumpirlo.

-Uh... ¡G-gracias! Tomaré un bastón. -Dijo soltando su móvil para estirar el brazo, ya que el libro no lo soltaría en un buen rato, entonces tomó uno de esos dulces que, en una extraña asociación incoherente, Skyle solía relacionar con las cebras que tanto le gustaban, lo cual le sacó una risita tonta al tener el caramelo frente a él.

Sin comércelo volvió a mirar a la chica, esta vez un poco más tranquilo, bajando el texto hasta la punta de su nariz.- Gracias Aria.. - Volvió a repetir.

Una risilla suave y todavía algo nerviosa abandonó sus labios, no estaba incómodo, pero sí todavía algo avergonzado.

-Puede ser...- Respondió ante la afirmación de Aria dejando ir un suave suspiro, como si con ello estuviera aliviando toda tensión provocada por la sorpresa.

-Eh? ah... no! quiero decir, bueno... sí. Es que, verás... yo...! -Intentó responder de alguna manera, pero únicamente terminó enredándose en sus propias palabras para finalmente no decir nada y así, cuando la chica notó que había preguntado demasiadas cosas a la vez e hizo mención de ello, Skyle ya estaba de nuevo medio enterrado en el libro, con un sonrojo similar al que la misma chica había mostrado y que por supuesto, no pasó inadvertido para el muchacho quien prefirió desviar la mirada en dirección contraria a su compañera, intentando no dejar a la verguenza ganar entre ellos y poder llevar una conversación más o menos normal, como cualquier otros compañeros. Sí, tenía que esforzarse por esa inusual oportunidad de socializar, para que no se arruinara, ni por él ni por ninguno de ellos.

-Sí... es el libro, n-no sé si es que lo que hacía se puede llamar ensayo... en verdad solo leía algunas lineas de mi personaje... - Comenzó a hablar manteniendo la mirada en algún punto lejos del rostro y los ojos de la muchacha, pero poco a poco bajó su escudo de hojas y tinta, para poder ser mejor escuchado.- No sabría en verdad decir cómo es que lo llevo... -Admitió y sus ojos se entrecerraron dando un atisbo acerca de la preocupación y las dudas del estudiante.

- No creo que sea capaz de entender a Romeo...- ¿No era eso extraño? Quizás en la opinión de muchos, Skyle pareciera mucho más acorde a un personaje como Romeo que al que él mismo había decidido audicionar en el casting de la obra.

Spoiler:

Cuando la chica respondió él de nuevo llevó sus ojos a posarse sobre la figura femenina, aunque era incapaz de sostenerle la mirada, no porque lo intimidara, más bien porque de esa forma sentía que podía mantener aquel agradable momento por más tiempo. Era extraño estar precisamente interactuando casi sin problemas con una de sus compañeras, pero sabía que eso en gran parte se debía a que Aria era una joven amable. Lo sabía, lo había notado, incluso alguien como él era capaz de darse cuenta de lo considerada y atenta que era ella, por supuesto, Skyle asumía que eso era parte de su carácter. No se imaginaba a su compañera en un riña o levantando la voz, hasta imaginarsela actuando como chico era un poco extraño.

La idea le sacó una suave risa.

-Te entiendo, en mi caso diría que nunca he sido bueno interactuando con nadie realmente, menos... con alguien como "julieta". -Por solo haber admitido eso el chico nuevamente tenía las mejillas encendidas, pero algo dentro de sí, y no, no eran ellos, le decía que aunque así fuera, sabía que Aria le entendería, que no se burlaría.

-No... No es que sea delicado ni nada como eso. De hecho, solo es algo desconocido para mí. No se como se supone que es que alguien te guste, o enamorarte... -sus cejas se arquearon levemente, con un pizca de angustia, pero solo era eso, una leve angustia, tal vez un poco de confusión.

-¿Como se supone que interprete algo que ni siquiera conozco?- El libro que aún permanecía entre sus manos fue apretado con disimulo, como si de esa manera pagara por su existencia, pagara por su frustración.

Agradeció en silencio que la chica no se burlara de él tras haber admitido nunca haber sentido esa clase de cosas que, en su idea de la normalidad que desposeía, era lo esperable para cualquier chico de su edad. Con el libro aún inmóvil en el rostro se permitió pensar en las opciones que le ofrecía su compañera.

-¿Una película...? Bueno... creo que podría intentarlo... -murmuraba para sí mismo, no sería dificil encontrar alguna versión en internet y verla en el cuarto, aunque de a ratos se imaginaba a zebra interrumpiendo cada escena, saboteando su estudio.

Entonces escuchó la otra sugerencia, era un poco obvia y tal vez, en algún rincón de su mente ya había pensado en esa posibilidad, pero ¿a quién se supone que le podría preguntar? No era como que él tuviese gente cercana en la escuela como para ir a preguntarles sobre su vida privada y ya le costaba suficiente trabajo simplemente asistir a clases... Era imposible hacer algo así.

- Mmn.... -Cerró los ojos con fuerza y negó con la cabeza, bajando al fin su escudo de hojas y tinta. - ¿Y tú...? - Murmuró timidamente.

Oh ~ Pero qué atrevido.


-¿Tú te has enamorado alguna vez, Aria? - No pudo retener la curiosidad, a la vez vio que quizás esa sería la única oportunidad para preguntar algo como eso a alguno de sus compañeros.

Escuchó atento la respuesta de la joven, aunque de inmediato notó que aparentemente había sido un poco imprudente la pregunta. La forma de hablar de su compañera había cambiado ligeramente a una mas... ¿Triste? ¿Desganada? No supo decir bien, pero quizás es que era un tema delicado que, como sospechó, no podría ir preguntando por ahí porque incluso ahora mismo con Aria, no sabía que rayos hacer o decir.

- E-eh... - Tartamudeó intentando detenerla, pero ante sus palabras no supo cómo. ¿Cómo que no era como los cuentos de hadas? ¿Y como las películas? ¿Tampoco?

Skyle se sintió aturdido un momento, pero pronto su compañera continuó su explicación. Intentó imaginar lo que decía, pero imágenes confusas llenaron su mente: Risas, manos, un peluche de zebra, gritos, risas, manos.

Compañía, calor, compartir, reír...
Aah... "Eso".
¿Ah?
Como una amistad cercana y profunda...
¿Eh?

Como si hubiese sido una especie de switch, la mente del joven castaño se tornó a blanco. Sus labios quedaron ligeramente entreabiertos y sus ojos fijos en algún punto lejano y a la vez en ningún lugar. Su mente, o más bien, lo escondido en ella fue mucho más rápido que su conciencia. Después de todo no era como si Skyle jamás hubiese tenido o sentido cosas como esas, solo las había olvidado o tal vez solo se negaba a recordar.

Las palabras parecieron traer de golpe un mar de sensaciones aparentemente inexplicables, porque de vez en cuando aquello que estaba enterrado en su memoria luchaba por aflorar tal y como las lágrimas que de la nada llenaron sus ojos y comenzaron a caer por sus mejillas, pero él seguía en blanco, incapaz de notar ningún gesto por parte de la joven.

El muchacho no tuvo reacción, al menos no en un principio, parecía que su mente se había desconectado por completo de la realidad y su llanto, que era silencioso y pasivo, se mantuvo tal cual por largos minutos. No había angustia, expresión, dificultad para respirar, ni nada que pudiera decir que Skyle estaba llorando excepto las lágrimas que caían desbordada desde la comisura de sus ojos.

Solo a la mitad de la canción de su compañera el chico pareció volver poco a poco a la realidad, a la azotea, como si hubiese despertado de una especie de trance o un sueño. Se percató de la mano de la chica, luego la miró mientras ella cantaba con los ojos cerrados. Transmitía dulzura y paz, por lo que inevitablemente él también cerró los ojos, incapaz de cuestionarse nada.

Solo entonces notó sus mejillas húmedas, las que por reflejo atinó a limpiar como pudo con uno de sus puños.

Se paró cuando ella lo instó a hacerlo, con cierta lentitud pero pudo hacerlo. La chica volvió a cantar y cuando terminó él apretó las manos de ella y le susurró con cierta vergüenza.

- Lo lamento Aria... No sé qué pasó. - Admitió tan honestamente que en ese preciso momento sus ojos parecían los de un niño pequeño, completamente inocente.

- Por un momento sentí que me quedé dormido ¿Qué estabamos haciendo? - Era evidente que no intentaba mentir, era evidente que el chico tampoco recordaba la razón de sus lágrimas. No era la primera vez que "despertaba" llorando, al punto que ya ni siquiera se preocupaba de un por qué.

-Por cierto, es primera vez que te escucho cantar así, fue como una canción de cuna...- Le sonrió débil pero verdadero.

- ¿Tienes hermana? - Preguntó curioso, ignorando realmente el pañuelo que la chica le había ofrecido, pero no con mala intención, solo era que ahora mismo su atención se había movido hacia Aria y no hacia él mismo. A fin de cuentas no era ninguna novedad que Skyle solía ser un poco disperso.

-¿Eh? Ah ¡No, no! Está bien. - Contestó negando enérgico con la cabeza y es que la idea de que una chica lo acompañara a los dormitorios era algo que sin mucho esfuerzo le sacaba un tímido sonrojo en las mejillas.

- Bueno yo... - Se detuvo un momento a mirar el atardecer. ¿en qué momento había comenzado a ponerse el sol? Solo entonces dio un respingo, asustado ante la idea de que zebra hubiese ocupado de nuevo su cuerpo sin permiso.

-¡L-lamento si pasó algo, si hice algo raro! - Se intentó excusar lo antes posible. Realmente no quería arruinar la reciente relación que había comenzado a tener con los miembros de la obra, especialmente con Aria. - De verdad lo siento... - Bajó la mirada, parecía avergonzado y aproblemado incluso sin tener idea de por qué.

- ¿C-crees que... podamos juntarnos a ensayar algún otro día? - Su pregunta fue hecha con tan solo un hilo de voz, pues una parte de él creía que la chica se había asustado o aburrido o quien sabe qué cosa había pasado que ahora quería irse.

Sus manos apretaron el pañuelo con ansiedad en espera de una respuesta o señal.