Romeo se quiere enterrar (Priv con Aria)

Le tomó un poco por sorpresa que Skyle prestara más atención al hecho de que tuviera una hermana antes que al pañuelo que le ofrecía, el cual guardó en silencio al no ver más necesidad de él por el momento.

—Sí, tengo una hermana menor –dijo sonriendo con cariño al recordar a su hermana, pero su mirada mostraba algo más allá de ello, su constante sentido de la culpa por abandonarla en su deseo egoísta de estudiar en Musette, sin una carta ni contacto alguno con ella, por temor de que su madre se enterara de su paradero si es que no lo sabía ya para entonces– Se llama Victorique, la extraño bastante... –comentó con algo de nostalgia de su hermana, pero decidió apartar el pensamiento rápidamente, no había mucho que ella pudiera hacer al respecto por ahora.

Ante la enérgica negativa de Skyle a que le acompañara se puso a pensar que no había considerado que podría verse raro si veían a una chica en el dormitorio de chicos, aunque para ella simplemente era como dejar en la puerta de la casa a un amigo, ¿era eso tan raro? De todos modos, que se disculpara por "hacer algo raro" le dio para pensar, ¿qué podría haber hecho? No quería hacerle sentir mal y decirle lo que realmente había ocurrido, por temor a que cayera en otra crisis.

—No pasó nada, tranquilo Skyle –le sonrió de la forma más tranquilizadora que pudo conseguir en el momento de forma tan repentina– No tienes nada de qué disculparte, de veras –le colocó una mano en su hombro para darle a entender que todo estaba bien– Y claro, dime cuando tú quieras y nos vemos aquí mismo, ¿qué te parece? Después de todo somos compañeros, puedes decírmelo en clases. Oh...

Se detuvo a pensar unos momentos, ¿y si Skyle luego no se atrevía a decirle cuando quisiera ensayar? Tendría que tomar ella misma la iniciativa y ofrecerle una instancia, o...

—O si te parece bien, puedes dejarme una nota donde tú quieras, ¿está bien así? Oh, y ten... –tomó la mano de Skyle y la abrió, depositando la bolsa de dulces sobre ella– Quédatelos, creo que yo ya estoy satisfecha por hoy.

—Hehe, gracias... supongo que todos en mi familia tenemos nombres... particulares o medio salidos de una ópera... –comentó tranquila– No estoy segura de qué signifique el nombre Skyle pero al menos suena como si tuviera la palabra "cielo", ¿verdad?

Un escalofrío recorrió su espalda.

No había pensado en ello... ¿qué sería de ella después de graduarse? ¿Lograría ser una vocalista como era su sueño? ¿O su madre la encontraría antes de poder conseguirlo y le llevaría forzosamente de regreso a casa?

Realmente esperaba que aquello no sucediera, mucho menos ahora que había conseguido llevarse bien con algunos de sus compañeros y tener a otros a quienes podía considerar amigos.

Y fue justamente lo que dijo Skyle, haciendo que sus ojos se humedecieran por un segundo. Sería que el comentario la había encontrado un poco más sensible, pero realmente sus palabras lograron resonar en ella y conmoverla.

—Yo... gracias Skyle... también lo agradezco... –y también agradecía que Skyle no pudiera ver la expresión que tenía en aquel momento– Yo también me alegro de haberte conocido, claro que podemos ser amigos... de hecho también tengo un primo, aunque hace muchos años que no lo veo y era un cretino... ¡así que también puedo llamarte mi primo como Benvolio y Romeo! –cerró el comentario con una sonrisa.

Aria se acercó y recogió el libro que había quedado tirado en el suelo, sacudiéndolo con delicadeza antes de ofrecérselo.

—Me encantaría mucho practicar contigo. Me sería de mucha ayuda tener a un chico como referencia... no soy la cosa más apta para hacer de un chico –se señaló el cuerpo con ambas manos– ¡Pero esa es la gracia de actuar, supongo!... Gracias Skyle, realmente lo aprecio...

Le hizo una seña con las manos al abrir la puerta que daba a la azotea.

—Que descanses, y nos vemos pronto en clases.