Aproximándose a la decisión -Priv. Kurt Wylde-

No habían transcurrido más de dos semanas desde que había sido aceptado en el sello. Lamentablemente aún no encontraba un Manager o más bien, aún no tomaba una decisión concreta al respecto, de alguna forma pensó que no importaría demasiado, pero con el transcurso del tiempo se dio cuenta que sin aquel representante, era poco y nada lo que podía hacer como vocalista. Por supuesto, Eiji no había perdido el tiempo vagando sin sentido al menos 3 o 4 veces a la semana en aquel lugar. Después de su encuentro con uno de los sujetos que más tiempo logró pasar a su lado, tolerando su humor, decidió comenzar a aprender lo más básico de la teoría musical, aunque claro, por su cuenta.

El muchacho de cabellos oscuros siempre había sido así. No solía pedir ayuda, no lo consideraba necesario. Y aunque su ambición fuera solo meter la nariz y buscar algún problema divertido del cual formar parte, su lado más exigente era el que le presionaba a no olvidar que, si hacía algo, debía ser bueno en ello. Tal vez era una premisa en su país lleno de distintos talentos. Tal vez solo era una regla autoimpuesta con tal de no hundirse en la mediocridad, como sus padres. Ni siquiera Eiji conocía la respuesta, y es que él no era de las personas que hondarían más en una decisión propia.

Aquel día había estado con algunas prácticas de vocalización. Al menos pedir una sala de ensayo no era un gran lío, aunque asumía que prioridad en cosas como esa, no le darían. Finalmente y luego de que la garganta le comenzara a molestar un poco, optó por comprar un refrezco dulce, aunque no estuviera dentro de sus preferencias, y buscar algo de aire fresco. La cafetería, en la hora cercana al medio día, se comenzaba a atochar, por ello es que su opción fue algo más simple. A esa hora, por el contrario, la terraza a penas estaría con uno que otro adicto a la nicotina o tal vez, no encontraría a nadie y lo consideraría un atisbo de suerte.

Subió las escaleras con calma, en su costado mantenía una herida reciente que por cada vez que levantaba un poco la pierna, una tenue punzada le generaba un cosquilleo dolorozo en la zona. Al llegar arriba y abrir la puerta, pudo vislumbrar la verdad de sus conjeturas. No era su día de suerte, pero tampoco el lugar estaba con mucha gente. De hecho, solo había una silueta además de su propia presencia.

Avanzó al mismo ritmo que había subido, pero no se acercó de inmediato, Eiji deseaba esperar una primera reacción de su parte.

El viento soplaba suavemente, mas parecía ser lo único tranquilo en donde me encontraba. Los autos que lograba ver desde el barandal, transitaban con rapidez y estaba seguro que dentro del edificio debía haber un gran bullicio tanto por ser hora libre como por las audiciones. Y he de admitir que esta yo no contaba con tranquilidad alguna, me sentía un poco alterado al ver tantas caras nuevas en un día, pero lo que me había puesto completamente nervios había sido un comentario que escuche mientras salía de la sala de audiciones…
 
- ¿Qué opinas del nuevo manager? –Dijo una vos masculina, a lo que su acompañante dio una risita- ¿Manager?... ¿En verdad debemos llamarlo así? todavía es un capullo, no entiendo cómo fue que lo contrataron –Respondió su compañero con algo de burla- Lo sé, no creo que dure ni dos semanas dentro –Dijo una tercera voz.
 
Después de haberlos escuchado, simplemente me olvide de conseguir algo que comer y termine parando en la azotea, viendo  el techo de los autos en la carretera. Realmente no sabía cómo actuar ante lo que había escuchado ya que en mi mente se empezaban a formar un gran número de dudas… ¿Y si tenían razón? ¿Y si nadie me toma enserio a causa de mi edad? No me había plateado aquello cuando había decidió ser manager, y ahora me aterra volver a ser pisoteado, al solo hecho de volver a ser humillado me así dudar. Mas i quería superarme debía tratar de luchar más y probar que a pesar de mi edad podía llegar a cumplir mi meta de ayudar como no lo hicieron conmigo.
 

La puerta se abrió, sacándome de mis pensamientos y haciéndome girar por inercia. No esperaba que alguien viniera a este lugar por lo que me sentía algo sorprendido, pero algo que me intrigo un poco era la apariencia del chico quien tenía laguna que otra venda en su cuerpo. Abrace mis brazos acariciando las mangas que ocultaban mis vendas. Incline por un momento la mirada viéndole con cuidado “Parece estar herido” Pensé al ver la posición en que se encontraba su pierna, mas al notar que no había apartado la mirada del chico por unos segundos,  ladeándola con algo de vergüenza, cuando note que había avanzado un poco- Yo… Eh… H-hola…

¿Sorpresa? ¿Nerviosismo? Tal vez fue un instante muy estrecho como para determinarlo, pero ese suave y sutil tartamudeo fueron lo suficiente para hacer que Eiji optara por quedarse ahí y no buscar otro lugar, o peor aún, quedarse e ignorar la presencia del otro ser humano que había coincidido con él.

-Hola.- Tal vez demasiado frío como para un primer acercamiento, pero Eiji sabía equilibrar su personalidad cuando la situación lo ameritaba, sin importar si se trataba de sinceridad o un montaje, si el factor principal era digno de su esfuerzo, él procuraría al menos dejar la instancia para saciar su curiosidad.

-¿Te interrumpo? - Desvió la mirada de él un momento, permitiéndole recuperarse pues era conciente, de que el tener un ojo menos no hacia sino volver su única mirada un poco más penetrante. - Espero que no. Necesito algo de aire fresco. -No era ciertamente una necesidad, pero sí un motivo realzado como su excusa para no tener inención de dar marcha atrás.

Sus pasos avanzaron hasta que encontró lugar a solo la distancia prudente como para no invadir el espacio personal del chico de cabellera llamativa. Se apoyó en el barandar y dio un suspiro que apenas escapó entre sus dientes.

-Ah. He olvidado los modales.- Dijo depronto ladeando la cabeza hacia su lado, sonriendo de medio lado con una evidente malicia sin razón. Pues sí, disfrutaría el nerviosismo y la mirada que el otro le dedicara, incluso si lo evitaba, su insanidad se regocijaría en el placer de aquella vista.
-Soy Mitsuo Eiji. Vocalista nuevo. - Inclinó la cabeza muy levemente, extender la mano no era su costumbre como lo hacian los occidentales, pero no por ello dejaría de lado lo básico de su educación.

“Demonios” fue lo primero que pensé cuando en vez de sonar seguro termine tartamudeando, hice lo posible por no intimidarme más el tono con el que contesto y su mirada, me habían puesto un poco más nervioso, desvíe la mirada viendo los autos mientras tomaba una bocanada de aire.
 
- N-no te preocupes no estoy haciendo gran cosa… Por lo que no m-me interrumpes –Conteste cogiendo con la mirada al techo rojo de uno de los autos, mire de reojo al lado viendo como el chico se acercaba y alce la vista para verle una vez que estuvo a mi lado.
 
Ahora que le veía de cerca puede notar el color de su ojo era muy llamativo al igual que su cabello, más lo que capto por completo  llamo mi atención habían sido la cantidad de vendas que tenía en cierta forma me era similar ya que después de todo el color de mi pelo no era lo más común al igual que mis ojos, mas por mi parte no me atrevía a mostrar mis heridas o vendas… Ya que después de todo tenía miedo de como hablarían mis compañeros por aquel detalle.  
 
Sacudió mi cabeza cuando le oi suspirar saliendo de mis pensamientos por completo. La sonrisa que brindo era me había dado cierta desconfianza logrando que la poca seguridad que tenia se esfumara, era tan similar a la de Hero, lo suficientemente parecida como para que me volviera un manojo de nervios.
 

- E-eh… Soy –Mire con cierta desconfianza la mano del chico, mas después de unas segundos termine alzando la mía, de forma temblorosa, más aun así la entrelace con la suya- Kurt… E-espera,  ¿Dijiste que… eres nuevo? –Murmura con algo de curiosidad- E-es que yo también soy algo nuevo aquí… -Sonreí de una forma un tanto nerviosa, mientras cerraba los ojos e inclinaba mi cabeza. Puse mis manos en el barandal, viendo al cielo para intentar calmarme, lanzando un tímida risa- Aun no me eh acostumbrado…  

El chico tuerto sintió que podría regocijarse en la vulnerabilidad del otro, era extraño que, de todas las manifestaciones de debilidad, fuera equella una de las que no solo toleraba, sino que le agradaba.

-No tienes que ponerte tan nervioso, Kurt. ¿Puedes decirme tu apellido, no suelo tratar a la gente por su nombre.- Era como solía ser en Japón, para él, mencionar un nombre era tal vez darle demasiada importancia a una existencia y al menos, dentro del sello, aún era muy pronto para eso.

Su vista observó de pies a cabeza al joven de cabello verde, dejando que la presión de su mirada lo abandonara unos momentos, lléndose con ello también la malicia en su sonrisa o de lo contrario, su entretención saldría corriendo en cualquier momento, o al menos, esa era la sensación que el otro brindaba.

-Se nota que no estás acostumbrado. - Se burló con una risa sardónica, aunque no tenía intenciones de ofenderle, no lo culpaba, era probable, de hecho, que coincidieran en ello. Ninguno de los dos estaba bien inserto en ese ambiente.- Ah, pero yo tampoco lo estoy. No me siento cómodo entre tanta gente.- Acotó rascando la base de su cuello, ahí donde comenzaba un vendaje, pues la herida bajo éste había comenzado a picar al cicatrizar.

-¿Eres vocalista?- Su pregunta sonó de pronto muy amenazante. Era un interrogatorio para definir a un enemigo o una posible entretención. En cualquiera de los dos casos, no tenía ninguna intención de dejarlo ir. -¿Qué edad tienes? - Fueron dos preguntas hechas casi juntas. Se veía joven, tal vez más joven que él y eso no dejaba de ser extraño.

-¿Siempe estás tan asustado?- Eiji abandonó su postura y caminó despacio a sus espaldas, se movió hacia el lado opuesto en el que estaba, esta vez, con la espalda apoyada en el barandal.