Almuerzo y reencuentro (Zinnia)

Estacionó su vehículo blanco y solo tras sacarse el cinturón de seguridad miró a la muchacha que iba en el asiento del copiloto.

"¿Deseas sacar algo de tu maleta? El clima está helado y para la tarde de seguro la temperatura descenderá unos cuantos grados más."

Dijo el castaño dispuesto a esperarla, no era la idea que pasara frio o cambios de temperatura muy bruscos, tampoco lo era que anduviera con su chaqueta en los hombros, la que le quedaba varias tallas más grandes ya que le daba un toque tierno, demasiado como para dejar que otros la vieran así.

"Te espero."

Susurró bajando del auto y abriendo la maleta, esperando a que la chica decidiera si sacar o no algo de su interior. Mientras tanto el castaño pensaba en qué clase de comida podría preferir ella, sin dudas la comida francesa era una cosa muy diferente a la de ahí, pero al menos ese Restaurante poseía una enorme variedad gastronómica.

Recibió su chaqueta de vuelta y se la colocó evitando así tomar el frío de aquel día donde pese a que entre las nubes se colaban algunos rayos de sol este no lograba calentar mucho.

"Sí, he venido algunas veces anteriores, es un buen lugar y la atención también es buena. Bueno, vamos a dentro."

Dijo avanzando junto a ella luego de cerrar los seguros del auto. Con las pertenencias de Zinnia ahí no podía arriesgarse a sufrir un robo o algo por el estilo. Una vez entraron los recibieron de inmediato un joven mesero quién les buscó una mesa en un lugar tranquilo, cerca de una de las ventanas desde donde podían admirar el jardín trasero del mismo restaurante. Enseguida llegaron a sus manos las cartas.

"Elige lo que gustes, no te sientas cohibida."

Le ofreció el castaño para luego comenzar a leer la carta sin estar del todo seguro, lo que sí pediría sin dudas sería un buen vino para compartir. Por su parte se dio el tiempo necesario para pensar y claro, quería oír qué cosa preferiría la muchacha. Se sentía un poco extraño por fin hacer algo como eso, su mente no dejaba de recordar los años pasados donde la diferencia de estatus entre ellos era notoria, el no era más que un cantante aficionado, recién creando su banda, y ahora era un músico famoso, un productor de elite que almorzaba junto a una talentosa bailarina recién llegada del extrangero.

Sin dudas las cosas parecían haber cambiado muchísimo.

Luego de que la muchacha hubiese dado su pedido el procedió a dar el suyo, pidió la crema del día, para así recuperar un poco de calor, luego se decidió por el filet mignon a la plancha con una salsa de champignones acompañado con ensaladas de la estación, y por supuesto un buen vino tinto reserva que hubiese.

Luego que el otro se marchó escuchó las preguntas de la muchacha, se puso un poco nervioso ya que a pesar de que ahora contaba con el dinero, la fama y una prestancia relacionada, en el fondo seguía siendo el muchacho simple y amable de siempre, no le gustaba hablar mucho de si mismo pues consideraba que era como alardear demaasiado.

"No tienes que preocuparte por eso, no era necesario"

Respondió desviando la mirada, recordando sacarse las gafas oscuras y los guantes, asunto que se le había pasado por alto completamente.

"Pues... Supongo que tuve suerte, o algo así. Una productora se interesó en nosotros, al comienzo partí como músico y una amiga hacía de vocalista, obtuvimos algo de popularidad pero finalmente y por diferentes razones ella terminó dejando el grupo. Entonces decidí hacerme cargo, no fuimos una banda corriente, presenté un proyecto nuevo y causó agrado pues era muy inovador. Pusimos una gran puesta en escena para nuestro concierto y resultó ser todo un exito."

Rio nervioso al final, sin saber si quiera si se había explicado correctamente, pero hablar sobre él le ponía demasiado nervioso.

"Me gustaría oír sobre ti también, ¿como fue tu viaje? ¿fuiste feliz?"

Su última pregunta pareció extraña, mas no pudo evitar formularla.

"Ya veo..."

Dejó escapar con algo de duda de sus labios, tenía la idea de que quizás su pregunta le había molestado, mas allá de eso no tenía la certeza de saber bien a qué se refería la joven con su respuesta. "Algo que llenara un gran vacío" Le dejó pensativo unos momentos, pero prefirió no preguntar, ignorando por completo incluso la posibilidad que pudiera tratarse de algo relacionado a él o a la divertida vida que alcanzaron a compartir durante un tiempo.

"Espero que lo seas"

Sonrió nuevamente, dejando atrás ese tema ya que al parecer Zinnia estaba poniendo el tema del trabajo por sobre sus vidas. Quizás había tenido la idea equivocada, quizás se estaba poniendo un poco ansioso a demás de nervioso sin tener claro cual era el objetivo y el deseo más importante de la mujer que tenía al frente. Porque sí, ya no era una jovencita como la que conoció en su época de anonimato, era toda una elegante y fina mujer.

Por unos instantes se sintió aún muy lejos de alcanzar su mundo.

"Sí, justamente estamos en una semana crítica para la empresa. Hay muchos talentos audicionandos y debemos hacer una correcta selección de ellos. Es un proceso un tanto pesado y lento, pero creo que valdrá la pena."

Hizo una pausa al ver que traían el vino, dándole a probar solo un poco primero. Asintió con la cabeza para indicarle al mesero que sirviera bien su copa y la de su acompañante.

"Para mi sería suficiente con solo encontrar un carbón a ser convertido en diamante, sin embargo... Esta ciudad ha ganado fama con la industria musical y me he llevado la grata sorpresa de ver hermosas joyas buscando su debut."

Comentó una vez sus copas fueron servidas y entonces tocó el fino cristal como una mala costumbre, le gustaba sentir ese tacto frío en las puntas de sus dedos, lso que luego rodearon la copa para acercarla hacia él.

"Aunque debo de admitir que mis más grandes esperanzas están puestas en la escuela, tengo planes para ella."

"Sí, no tengo dudas en que será todo un éxito."

Alcanzó a comentar el castaño antes del pequeño accidente de la muchacha y su vestido. Asintió con la cabeza esperandola, más no tardó en preocuparse incluso preguntandole al mesero si realmente esta había ido al baño y no se había escapado, o no le había ocurrido algo. Por suerte al cabo de diez minutos reapareció estando ya sus platos servidos sobre la mesa.

"¿Estas bien..?"

Preguntó Regan con su mirada preocupada y sincera, y es que pese a que a veces el también era un despistado podía notar que algo le había ocurrido, conocía los ojos de ella.

"¿No te sientes bien?"

Quizás era por el viaje, o quizás era por algo más. No iba a desconocer que de seguro aquel encuentro debió chocarle pero nunca espero que ejercería tanto efecto en ella. Tanto efecto como para reconocer sus ojos después de haber llorado, pero por respeto a ella no aludiría a ello directamente.

"Espero que al menos aún conserves el apetito o se terminará enfriando tu comida."

Esta vez se dio cuenta de que casi toma la mano de la muchacha. Se sorprendió de si mismo pues había sido casi por inercia y en un acto inconciente, muy natural. Intentó discimularlo tomando nuevamente la copa, haciendo un breve brindis.

"Por ti y por tu regreso a este país. Bienvenida a casa."

Decidió creerle a la mucahcha, si ella lo decía entonces era porque no era, al menos, nada grave. Al oír su brindis no pudo hacer más que sonreírle de vuelta.

"Muchas gracias."

Dijo antes de dar otro trago a su copa y seguir así con la comida, la cual sin dudas estaba exquisita, servida en su punto justo para ser desgustada. Por algo era la fama de aquel lugar.

"Entiendo que desees comenzar lo antes posible, pero tampoco quisiera que tuvieras un colapso por agotamiento. Por hoy dediquemonos a la escuela y a dejarte instalada en los dormitorios de esta."

Le acotó el castaño, tendrían tiempo los días siguientes para ver la disquera, planificar las clases, los detalles a mejorar y todo aquello cuanto se pudiera hacer para subir la excelencia de ambos lugares, por ahora lo básico era que Zinnia lograra adaptarse al lugar.

"Respecto a las habitaciones, las chicas y los chicos, alumnos de la escuela, se encuentran en edificios separados. No así los profesores. Espero que esto no sea un problema para ti."

A diferencia de ella, Regan comía y se daba algunas pausas para mantener el hilo de la conversación entre la comida, por supuesto, con toda la educación necesaria, pero no quería que el silencio los agobiara, no cuando había tanto de qué hablar.

Dejó el cubierto correctamente sobre su plato ya terminado para luego limpiarse la boca, hacer una pausa y contestar con serenidad.

"Si te soy sincero, estoy un poco atareado por estos días, me sería más comodo si lo dejamos de la manera en que te lo estoy proponiendo, no es mi deseo que, por intentar hacer todo más rápido esto no sea bien hecho, tomemonos el tiempo para hacer bien nuestros deberes, ¿Te parece?"

Prefería hacer las cosas de ese modo, al menos ahora que recién comenzaba, así también tendrían tiempo para compartir un poco más allá del trabajo, al menos como los viejos amigos que eran.

"¿De verdad lo crees? Jaja, bueno, es cierto, pese a que antes mi cabello era largo y mi presencia difería un poco de la actual creo que cosas como mi personalidad y mis ojos no pueden cambiar con facilidad. Aunque admito que he dejado de ser tan ingenuo." Susurró con un semblante bastante más serio para luego retomar el normal. "Pero no de ser soñador." Indicó y luego se dio el permiso de decir un poco más.

"Aunque esa clase de cosas debería decirlas yo. Realmente sigues siendo la misma, es un alivio, siempre dicen que el hecho de estar en otro país puede cambiarte con facilidad, me alegra que este no haya sido el caso."

El castaño sonrió a la joven y al mesero cuando retiró los platos y preguntó si deseaban algo más. Interrumpió entonces la conversación para ofrecerle a la chica la posibilidad de escoger algo más.

"¿Deseas un postre o bien servirte un té o alguna escencia?, te ayudara a no perder el calor corporal una vez volvamos a salir. A mí me gustaría un postre, creo que esta vez optaré por el tiramisú, especialidad de la casa."

Acotó y es que bien conocía aquel lugar y aunque no era un fanático de los dulces debía admitir que de todos, el tiramisú le lograba conquistar, en especial dentro de una agradable comida.

"Te aseguro que el Tiramisú te gustará, es el mejor lugar para comerlo, incluso más que los cafés y pastelerías de la ciudad."

Acotó mientras el mesero se retiraba para posteriormente retomar su anterior conversación la cual le hizo sentir un leve dejo de vergüenza.

"¿En serio"?

Sonrió halagado por el asunto de su cabello, basicamente porque a él también le gustaba la forma en que lo llevaba ahora. Era de cierta forma más masculino y tenía estilo y el hecho que una mujer, no, que Zinnia se sintiera agradada por ello le hacía un poco más orgulloso de su fachada actual.

"No tienes nada que agradecer, creo que es lo mínimo que podría hacer por ti. Sé que tu me hubieses tratado igual, asi que no te preocupes. Estoy muy contento por habernos dado este momento para nosotros."

Su sonrisa se dibujó fina y sutil en sus labios, pero con aire natural de misterio, un encanto. Aún con ese semblante tranquilo y caballeroso no podría negar que el toque en su mano le había sorprendido y algo en su pecho había movido. El simple roce con aquella muchacha, no, con aquella mujer, se le hacía inevitablemente irresistible, pero angustiante. El impulso de querer besarla, de probar si sus labios seguian siendo tan suaves como los recordaba, de salir de la insertidumbre de su relación que en verdad nunca pareció terminar, al menos no por parte de ellos. Solo le parecía una pausa, una larga pausa que habían tenido que aceptar resignados.

Pronto llegó el postre a sus mesas.

"Adelante, pruébalo y dime qué te parece."