Recorrido y disculpas (Zinnia)

- Umh... Por favor sigame.- Dijo el pelirojo, avanzando hacia los pasillos, dejando atrás la cafetería y la bulla normal que ahí siempre había. Una vez afuera de ella y adentrados un poco en los pasillos detuvo sus pasos y se volteó hacia la mujer.

- Creo que le debo una disculpa. No quiero que me malinterprete... -se rascó la cabeza un poco nervioso- Lamento si he sido algo rudo con usted, la verdad es que no suelo llevarme mal con nadie dentro del sello, sin embargo le pido que no tome mi actitud como algo personal... -hizo una reverencia a modo de disculpas.

-No suelo llevarme bien con las mujeres, no, mas bien, no se como llevarme con ellas. Lo siento mucho, no es su culpa, pero tampoco es algo que pueda controlar. Pero le repito, no es nada personal. Si vamos a estar trabajando en el sello me gustaría que al menos pudieramos entendernos un poco, se que quizás estoy siendo descortés y todo eso... umh... pero... solo le pido un poco de comprensión. - De alguna manera el pelirojo parecía en extremo nervioso, como si estuviera discutiendo con alguien de un gran cargo, o mas bien con su propia madre. Incluso mantenía los ojos cerrados al momento de hacer la reverencia y explicarse, si después de todo no era algo muy facil de explicar.

-S-si gusta puedo ayudarla, quiero decir, si... hay algo en que pueda ayudarla no dude en decirlo, se que lo que digo parece extraño y contradictorio, lo lamento mucho.... -se incorporó a su postura normal mas sus ojos siguieron pegados en el suelo.

- No te preocupes... esta bien, si fui yo quién fue descortés... -Susurró luego de sus palabras y asentió luego al hecho de que se declaraba una persona pacifica, el también lo era y por lo mismo prefirió no meterse en problemas, el animo tampoco le daba para hacerlo.

- De hecho ahora mismo tengo tiempo, aún es temprano y no hay mucho por hacer, las grabaciones comienzan después de las 12 del día. -Le explicó mientras retomaba el andar por los pasillos, aprovecharía de mostrar algunas hubicaciones.

- Ah, de todas formas, si hay algun sitio que no encuentres siempre puedes ir a la entrada, siempre habrá alguien que pueda ayudarte.- Le aseguró con gran confianza, girando un poco el cuerpo para esperar a que alcanzara su lado. Creía que caminar delante de ella no era educado si al fin de cuentas a partir de ese momento serían miembros de la misma "familia" o mas bien empresa.

Caminó y se detuvo fuera de varias puertas que se encontraban cerradas. Sonrió.

-El primer piso son en su mayoría oficinas y salones de conferencia para los productores. Todas las oficinas menos la del jefe están aquí. - Señaló las puertas y caminó hacia el final del pasillo, ahí donde estaba el ascensor.

- Hahaha claro que no, la verdad hay muy poca gente aquí que socialice con nosotros... Eh, con nosotros me refiero al resto del sello o al menos los que tenemos un trabajo más directo en relación a la música.- Explicó el chico mientras veía como el ascensor comenzaba a descender.

-Eh? La oficina de Revo-san? Pues está en el último piso, creo que lo decidió asi porque le gustaba la vista de la ciudad - Respondió bastante alegre, y es que su jefe no solo le agradaba sino que también era un gran fanboy de él. Si por poco se le podían ver los ojos brillosos de la emoción al hablar al respecto.

-Ya ha hablado con él? -preguntó curioso, quizás la chica aún no tenía la oportunidad, o tal vez sí, como saberlo si el pelirojo no interactuaba mucho con el ocupado castaño, no por su simple cargo, mas bien por el poco tiempo que Regan disponía. Normalmente le hacia algunos encargos a través de las chicas que estaban en la recepción y sería todo.

Finalmente el ascensor llegó, y kei se apartó dandole primero la pasada a la mujer, simplemente porque recordó un poco de modales y porque la apariencia de la chica le ayudaba a tratarla mejor.

-Si quiere puedo mostrarle el último piso, claro, al final del pequeño Tour~ - Kei metió la mano a su bolsillo y sacó un loly (dulce) para llevarselo a la boca, sí, sin importar la cantidad previa de azucar que ya había consumido.

-mh? -ladeó la cabeza cuando la chica mencionó que no cualquiera podía llamarlo de aquella manera, pero entonces su expresión cambió a una mas torpe, como de idiota más bien.

-Hehe.. es que era un gran fan suyo... -comentó entre risas y luego de a poco se puso más serio- Y bueno... trabajo con él desde que el sello se instaló en esta ciudad... Al comienzo solo ayudaba a otros sonidistas pero una vez me especialicé Revo-san me ofreció un puesto fijo acá y bueno~ No planeo cambiar de empleo en varios años más~

Una vez dentro del ascensor y tras el comentario de la mujer escarbó entre sus bolsillos y le ofreció uno pequeño, de esas gomitas dulces que no dañaban a nadie~

-Quiere?- Se la ofrreció con la misma sonrisa cálida de siempre, ya habiendose relajado por completo con la mujer a su lado.- eh? Arriba? pues.... Hay una antesala de espera, está su secretario (?) y... pues solo su oficina. -dijo haciendo memoria- aunque no acostumbro a ir ahí~ Generalmente es el jefe quién viene a la sala de grabación, hehe~ - El pelirojo marcó los pisos intermedios, seguramente Regan no se encontraba y prefería darle el tour completo a la chica para luego darle la libertad y privacidad de subir a ese piso por su propia cuenta.

-Vamos~ -Dijo una vez el ascensor llegó a destino. Caminó con paso relajado, saludando a una que otra persona que transitaba apurado por entre los pasillos. Aquí es donde están los baños, algunas salas de ensayo y la sala de audiciones~ -le explicó a medida que avanzaban hasta el otro extremo del pasillo.

El pelirojo se alegró al ver como la chica tomaba el dulce, siempre las personas que les gustaban los dulces eran mejor recibidas por Kei.

-Podría decirse que sí~ ahahaha ¿de verdad? Bueno, dicen que antes era parte de una pequeña banda, pero no lo conocía en ese entonces, soy admirador de las grandes obras con las que debutó en el mundo de la música, tal y como dice, tienen ese encanto único, como si fuera magia. – Su expresión era la de un niño, seguramente muy similar a la que tuvo cuando vio uno de los musicales de Regan.

-La verdad es muy simple, después de todo el edificio fue hecho para la comodidad de todo el personal, en especial de los artistas, por lo que la mayoría de los pisos o son salones de conferencia o son salas de ensayo y grabación. – Comentaba girando hacia la izquierda y continuando la caminata por aquel nivel, el siguiente piso era muy similar y lo saltaría.

-Eh? Pues… diría que es bastante agradable trabajar con todos aquí, pro lo general te tratan como los tratas ah, pero claro, a veces los productores y algunos managers tienen aires de semi dioses, pero nada con lo que no se pueda lidiar.- Regresaron al ascensor a paso dinámico y por un momento, luego de su ultima pregunta, detuvo su andar, poniendo una expresión repentina de miedo, como si de un momento a otro hubiese recordado algo desagradable.

-S-sí… pues… tuve un problema una sola vez, pero fue con un sujeto que ya no trabaja aquí… Asi que no tiene por qué temer. –dijo retomando su sonrisa amistosa y junto a ella la marcha. Subiendo al ascensor otra vez. No era necesario decir nada sobre aquel incidente, después de todo era un secreto para todos, excepto para su jefe, su gran salvador de aquel día. Después de ese incidente Kei no solo tuvo admiración por Revo, sino un profundo sentimiento de gratitud hacia él como persona.

La actitud que describió de algunas personas las conocía bastante bien llegando a mi mente la imagen de mi prima que, ahora que lo pienso, ella también era manager, esto me ayudaba mucho para saber como tratar a las personas, a los manager lo mas seguro es que tendría que tratarles solo con formalidad, pero claro pudieran haber excepciones.

Cuando contesto mi última pregunta note que fue un gran error el haberla hecho, pareciera ser que tengo el don de hacer comentarios que no deben formularse, me recriminaba mentalmente pero ganas de darme golpes en la cabeza no faltaban. Lo único que podía hacer era escucharlo con atención, muy serena asintiendo de vez en cuando- Ya veo, me alegro que aquel problema se haya solucionado con efectividad- Dije teniendo la voz un poco apagada entrando en el ascensor.

-Si vuelve a tener problemas, aunque sean pequeños, puede tener la confianza de contar conmigo- No era momento para sentirse mal, estaba en un momento de convivencia con el joven Kei, procuraría de no hacer ya más preguntas tan personales, ya solo me concentraría en lo que el sello se refería- Por lo que me has comentado del edificio, se podría decir que el señor Vouset pensó hasta el más mínimo detalle y hacer a sus trabajadores una adaptación muy fácil.

Sabía que ya faltaban pocas cosas para terminar el pequeño tour, aún así me fue muy agradable estar al lado de él y, como van las cosas, no creo que tardemos en entablar una muy buena amistad. Saber que esto iba a ocurrir de mis labios escapó una pequeña sonrisa pero rápido fue callada-Lo siento- Me disculpé por si pensaba que me reía de él o algo similar- Es solo que es la primera vez que tengo una conversación y una compañía muy agradable…Que sea del género masculino- Admití un poco apenada y es que después de mi decepción me costó mucho no ver a algún hombre de mala manera y las pocas relaciones que eh tenido en estos últimos años no han sido tan informales.

-Ahahaha muchas gracias- Dijo cortésmente el pelirojo mientras apretaba el botón del cuarto piso. Este hizo un suave movimiento para ascender y se detuvo en pocos segundos.

-Pues sí, se puede decir que el jefe y los ingenieros pensaron bien todo eso.~- Iba a bajar del ascensor cuando le escuchó reír, lo que no le molestó, pero si le sorprendió, ya que no parecía ser una de las sonrisas formales de la chica, sino algo más espontaneo, y eso generó una sonrisa en él también.

-Entonces me alegra, la verdad yo no tengo conversaciones así con mujeres muy seguido, hehe. -Se rascó la cabeza y al bajar buscó otro dulce para meterselo a la boca y seguir el recorrido.

-A este lado están las salas de grabaciones y las de ensayo al frente, generlamente las salas de ensayo las ocupan mucho las bandas, ah, y al doblar en el pasillo encontrarás las salas de ensayo para los bailarines. -se quedó pensando un momento- Y eso es todo lo que nos compete a nosotros. El piso 5 es más bien una especie de bodega y el 6 son oficinas de los productores. En el septimo es la oficina del jefe. -sonrió señalando al cielo, es decir, a los pisos superiores.

Cuando señaló el cielo mi cabeza inmediatamente miró hacia el techo escuchando lo que eran los últimos pisos del sello que, al parecer, no eran tan importantes como para poderse adentrar más en ellos. Tenía curiosidad de ir a la oficina de Regan pero podría controlarlas, sabía que algún día iría, espero que mientras tanto esa curiosidad no vaya cesando- Entiendo, entonces todo el edificio esta ya visitado. Como agradecimiento por mostrarme las instalaciones por favor acepte mi invitación para comer un postre. Si ya no cuenta con tiempo libre podríamos organizarnos para otro día.

Estaba esperando una respuesta negativa o positiva por parte de él cuando recordé una cosa importante, al menos, para mi lo era. Por lo que antes de que me respondiera llevé una mano a su hombro para darle a entender que esperara un momento- Antes de escuchar su respuesta, joven Kei me gustaría hacerle una pregunta...¿Podríamos ir a la sala de ensayo para los bailarines?-

Tenía cierta curiosidad de saber el lugar donde iba a trabajar, claro, aparte de la escuela. Quería observar si las instalaciones eran iguales o tenían ciertas diferencias. Le pregunté de manera calmada y suave pero en mis ojos se pudo ver un leve brillo de emoción.

-Siempre hay tiempo para un postre! - A Kei se le iluminó el rostro con solo imaginar cualquier cosa dulce que la muchacha pudiera ofrecerle como prueba de su gratitud. y qué importaba si luego debía quedarse un poco más en el sello para cubrir aquel escape turistico? Todo valía por un momento con un pastel.

Al menos así era para Kei.

No había logrado frenar su respuesta pese a que la chica había parecido pedir que se detuviera, por lo que su impulsividad le sacó una risilla nerviosa que luego se esfumó al oír su petición.

-Por supuesto, vamos. -Caminó hasta el final del pasillo y dobló, tal como había indicado hace unos momentos y llegaron a un nuevo pasillo donde las puertas eran más amplias y rojas, como si indicaran por si solas que eran otro tipo de salones.

Kei probó abrir una luego de tocar la puerta y comprobar que no estuviera ocupada. Ese tipo de salas, en lo personal, le parecían un poco aburridas, y es que mas que nada el espacio enorme y los espejos le era muy ajeno a su entorno de trabajo, lleno de cables y sintetizadores por doquier.

El piso de madera resaltaba y la construcción era muy moderna, mas se mantenía sencillo por la ausencia de cualquier otro tipo de implementos.

Spoiler:

-Creo que las cosas que ocupan los bailarines deben ser pedidas, por lo general no se deja nada aquí, para evitar que luego se extravien. Ah! y hay algunas diferencias entre sala y sala, ya sabes, a veces por tamaño, disposición, etc. Aunque de esto es muy poco lo que sé. - Admitió el pelirojo con algo de verguenza.

-Ven, veamos la de al lado, al parecer también está desocupada. -El chico salió con tranquilidad y caminó hasta la siguiente puerta donde se mantenía un poco la escencia del salón, sin embargo, se apreciaban las diferencias.

Spoiler:

Estaba algo ansiosa de llegar a la sala de los bailarines. Antes había conocido las instalaciones de la escuela, que me sorprendieron mucho pero esta situación era un tanto distinta pues eran los lugares donde trabajaría, junto con otras personas. Al abrir la puerta el joven Kei y entrar me quedé maravillada con él lugar. Mis ojos se abrieron por el asombro que me causo, incluso mi boca de manera inconciente lo hizo también. Daba vuelta a mí alrededor para observar desde todos los ángulos aquel espacio.

Recorrí todo el espacio mientras escuchaba sus palabras, lo miraba para sentir y así mostrar que le hacía caso. Se sentía muy vacío el lugar pero me agradaba, es decir, en aquel espacio podía moverme con total libertad- La información que me ha dado ha sido muy valiosa gracias- Dije, esta vez no pudiendo contener mi felicidad demostrándolo en mi tono de voz dando unas pocas vueltas hasta volver a estar a su lado y así poder ir al siguiente salón que no era menos impresionante que el otro.

En esta ocasión pude controlarme más y solo di una vuelta alrededor de éste con pasos más calculados, no podía decidirme en cual había sido mi favorito, creo que de los dos me enamoré y estaré más que encantada de poder ensayar en ellos. Ya no hice ningún comentario, me quede en silencio moviéndome en aquel lugar, solo unos cuantos minutos para no hacerle perder mas tiempo al joven Kei- Ya estoy lista para que nos retiremos del lugar- Quería pasar más tiempo en ese lugar pero iba acompañada, ya habría otro día para cumplir el capricho.

Una vez que salimos del lugar me puse enfrente de él y, de manera atrevida le di un beso en la frente, tal vez por su forma de ser y por que ah sido el primero en ayudarme mucho quería agradecerle no solo con el postre que le prometí- Ahora por favor dígame que día dispone para que podamos ir usted y yo a por el postre joven Kei.


U: perdón por tardar tanto tiempo ;///;

U: No importa c:

El pelirojo sonreía al ver la expresión de sorpresa de la mujer. Parecía realmente a gusto con el sitio y claro, si hasta él, sin ser bailarín, gustaba de las instalaciones del edificio.

-No es necesario que agradezca, está bien, me alegra ver que le ha gustado. – Respondió mientras pasaban al otro salón, cuando la chica volvió a hablar el pelirojo le tomó atención viendo que al parecer ya deseaba retirarse.- De acuerdo, vamos entonces. – Sonrió y avanzó luego de dejar las puertas correctamente cerradas, tal y como estaban antes de llegar.

-Ya sabe, cuando lo desee puede venir, cada sala tiene su horario, solo basta revisar y ver si es que no está pedida para algún ensayo y lis…- Iban saliendo del lugar cuando de pronto el muchacho vio a zinnia frente a él y acto seguido notó el gesto en su frente. Un gesto muy materno.

La cara de Kei era claramente una de confusión, sin entender el gesto, sin tampoco entender en si mismo qué había provocado tal gesto. ¿Duda? ¿Curiosiad? ¿Nostalgia? ¿Ira? ¿Dolor? ¿Cómo se supone que se siente algo que nunca antes habías experimentado.

Kei no respondió, su mente de pronto se sumergió en una profunda laguna de pensamientos caóticos. Aquello no estaba bien.

-Ah… Eh… sí… -Respondió el chico en un claro shock que intentó discimular.- Lo siento, se me ha hecho un poco tarde, l-luego podemos ver eso, no se preocupe. Eh…. Debo irme, lo lamento…. Nos vemos. –El chico no volvió a mirar a la mujer a los ojos y rápidamente pasó por su lado en dirección a las escaleras de emergencia, dejaría el ascensor para ella.