¡A jugar! (Abhijat)

-¡Keith! ¿Estás?- gritó Rory mientras llamaba a la puerta.

Aunque abrió lo suficientemente rápido como para que al aludido no le hubiera dado tiempo a contestar, por lo menos había llamado a la puerta, para que su hermano no le echara la bronca como el otro día.

Dentro no había nadie.

-No está- dijo a Abhijat, entrando dentro alegremente, como si fuera su propia habitación-. Mejor, así podemos hacer todo el ruido que queramos.

Keith lo tenía todo super ordenado. Rory se fue derecho al armario y no tuvo que buscar mucho antes de encontrar lo que buscaba. Sacó la PSVita de su hermano y también la 3DS, y enseñó al chico las dos.

-¿Cuál prefieres?- preguntó-.

-Sí, yo también prefiero ésta- dijo Rory.

Guardó la otra consola en el armario y después se tiró en la cama de Keith sin miramientos, sacando su propia 3DS de la mochila. Mientras le ponía el juego a la consola, con aire distraído, comentó al chico:

-Además, este juego te va a gustar. Es el Mario Kart, no es muy difícil para alguien que no ha jugado nunca.

Encendió su consola y miró a Abhijat, desafiante. Él era bastante competitivo con esto de los videojuegos, por eso no le gustaba demasiado jugar a dobles. Y aunque le parecía de mala persona, no pudo evitar alegrarse de jugar contra un completo novato.

-Y ahora prepárate.

Spoiler:

-Por supuesto, las que quieras.

Rory lanzaba miradas de reojo a su amigo. No muchas, porque no podía apartar la vista de la pantalla mucho tiempo. Porque en los videojuegos le era mucho más sencillo concentrarse que en las clases o el estudio.
Observó que Abhijat, para ser un novato, se movía y se quejaba igual que los que llevaban años jugando.

Rory ya había ganado unas cuantas carreras y estaba bastante eufórico.

-No te sientas mal, es que yo tengo muchos años de experiencia… Tampoco gano siempre, no creas- dijo, condescendiente-. De todas formas quedar cuarto es bastante impresionante…

En esto que en la última carrera se tragó varias trampas que no sabía ni de dónde habían salido. Vio cómo los otros coches le iban superando y, aunque intentó remontar, sólo consiguió quedar segundo. No podía creérselo cuando vio que Abhijat le había superado, quedando el primero.

Al principio estaba demasiado incrédulo para enfadarse. Después empezó a notar cómo la rabia empezaba a crecer dentro de él. Esto no quedaría así.

-Quiero la revancha- dijo, tratando de sonar simpático, y que no se le notara el enfado.

-No me he enfadado- mintió Rory.

Aunque no había podido evitar ponerse así, en el fondo se sentía mal por el chico. A lo mejor le estaba aguando la diversión.
Se pasó la mano por el pelo, apartándose el flequillo de la cara y trató de respirar hondo. Era un gesto que solía hacer cuando quería tranquilizarse.

-Venga, vamos a jugar una más- dijo, con una sonrisa.

-¿A qué jugáis?- preguntó entonces una voz casi idéntica a la suya.

Keith acababa de aparecer por la puerta. Todavía llevaba puesto el uniforme y su mochila a la espalda. Venía de la biblioteca, donde había ido directamente después de comer a hacer los deberes.
Le sorprendió bastante encontrarlos allí a los dos jugando, pero no pareció molestarle.

A Keith casi le dio pena ver el apuro que parecía tener el muchacho. Al principio no sabía que la 3DS que tenía el chico en las manos era la suya, pero lo dedujo al oír cómo se disculpaba.

-No te preocupes, de verdad, no me importa que me hayáis cogido la consola. Habría sido un detalle preguntarme primero- dijo, recalcando las dos últimas palabras y dirigiéndose expresamente a Rory, y después se volvió hacia Abhijat para seguir-. Pero eso no es culpa tuya. Sólo te pido que me la trates bien- añadió, con un guiño.

Luego pareció darse cuenta de algo que acababa de decir el chico.

-¿Nunca habías visto una consola?- preguntó con cierta incredulidad.

Aunque en general no estaba tan colgado de las consolas y los móviles como su hermano, estaba tan acostumbrado a la tecnología que le resultaba raro.

Los gemelos intercambiaron una mirada entre ellos. Ninguno sabía muy bien qué decir a eso. Rory se imaginaba a Abhijat viviendo en una cueva sin siquiera luz eléctrica. Se preguntaba si su familia era TAN pobre como para eso, pero le dio cosa preguntarlo.

Al final dijo, en tono de broma:

-¿Qué vivías, en una cueva o algo?

Keith le lanzó una mirada de advertencia, pensando que al chico le podía sentar mal, pero Rory no se dio cuenta.

Los dos hermanos escuchaban la historia estupefactos. Les resultaba muy difícil imaginarse ese tipo de vida. Keith lo disimulaba bastante bien, había adoptado una expresión de simple curiosidad. Pero Rory cada vez estaba más anonadado.

-“Qué fuerte…”- pensó-. “No tenían ni casa…”

Claro, ¿cómo iba el pobre chico a tener quejas, si no sabía lo que se perdía?, se preguntó.

Al oír esto último, Keith se sentó al lado de Abhijat y le puso una mano en el hombro cariñosamente.

-No digas eso- le dijo-. Aunque no tengan que pagar tu comida, seguro que te echan mucho de menos. Apuesto a que les ha costado mucho tener que separarse de ti, y que darían lo que fuera por tenerte allí con ellos.

-¿Qué?- Rory pareció salir de su ensimismamiento-. No, no me pasa nada, es que… es que…

Es que eres TAN pobre… le habría gustado decir. Pero no quedaba bien, a la gente no le solía gustar que le dijeran esas cosas.
Keith lanzó un suspiro. Él se imaginaba lo que estaba pensando Rory. A veces era demasiado pijo. Le estaría costando horrores asimilar cómo podía ser que una persona pudiera vivir de la forma en que Abhijat lo había hecho durante toda su vida.

-Es que está empanao- le interrumpió Keith, lanzando una suave patada a la pierna de su hermano, que estaba sentado justo enfrente, en la otra cama.

Rory se la devolvió.

-No lo estoy… es sólo que a mí también me da mucha pena que tenga que vivir lejos de sus padres- se inventó su respuesta en un momento. Luego se volvió a Abhijat y le dijo, de broma-. Oye, si quieres te presto a los míos, aunque no son gran cosa, no te creas…