Visita a la casa de los Ryan (Abhijat, Keith)

Casita maja:

Sábado por la mañana. Un coche caro y lujoso, de color azul oscuro y totalmente impoluto, paró ante las puertas de la academia. El conductor, un hombre de aspecto jovial, bajó del coche, saludó a los gemelos y a su amigo, y les ayudó a meter en el maletero todo lo que tuvieran que llevar.

-Es nuestro chófer- explicó Rory a Abhijat, al que ya se le notaba lo impresionado que estaba.

Los tres chicos subieron al asiento de atrás del coche, que era cómodo y espacioso. Comentaron con el chófer cosas sobre cómo les iba en el colegio, y hablaron entre ellos de lo que podían hacer cuando estuvieran en casa: a qué podían jugar, qué pelis podían ver… La casa estaba bastante lejos de la escuela, así que tuvieron mucho tiempo para decidir.

Un rato después llegaron a una lujosa urbanización de preciosas casas con enormes jardines. El coche entró en una de ellas y por fin se detuvo.

-¡Uf, menos mal, estaba deseando llegar!- se quejó Rory, saliendo del coche y desperezándose-. Mola estar en casa.

El aparcamiento quedaba en la parte trasera de la casa, y para llegar a la entrada, los chicos tuvieron que atravesar un gran jardín, perfectamente cuidado y que olía a hierba recién cortada.

-Bueno, ésta es nuestra casa- dijo Rory, con mucho orgullo, una vez que llegaron a la puerta de entrada-. ¿Qué te parece?

-Me alegra que te guste, la verdad es que es bastante guay- dijo Rory-. No, nuestros padres no están, y ya te aviso que si esperas verlos alguna vez, la llevas clara. Es difícil que los pilles en casa.

Hablaba en tono aburrido, como si le importara un pimiento. Aunque en realidad no era así.

Mientras abría la puerta, Keith explicó a Abhijat:

-Suelen viajar mucho, se dedican al mundo de la moda, y ya sabes, siempre tienen que estar de acá para allá, en desfiles… y esas cosas.

Los chicos entraron a un salón también de aspecto lujoso, aunque en ese momento estaba algo desarreglado. De hecho, estaba lleno de juguetes y trastos tirados por en medio, como si allí hubiera tenido lugar una batalla campal.

De repente, algo que parecía un niño salió de detrás del sofá y se abalanzó sobre los gemelos como una flecha, abrazándolos como si no hubiera un mañana.

-¡Eeeeeeeeeeeeeeeeeiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!- gritó con alegría-. ¡Habéis venido, menos mal, que no os contáis na!

El niño era un poco más pequeño que los gemelos y muy parecido a ellos, llevaba el pelo cortado igual, aunque su color era un poco más claro, y tenía sus mismos ojos y la misma sonrisa pícara de Rory. Cuando hubo terminado de abrazar a sus hermanos, observó a Abhijat de arriba abajo.

-Oye, ¿quién es vuestro amigo?- preguntó, y luego, sin cortarse un pelo y poniéndole ojitos, añadió-. Es guapo, ¿eh?

Rory se rió a carcajadas.

-¿Dónde vas tú, mono mico?- dijo, divertido-. Es un amigo de la escuela, se llama… eh, que te lo diga él, mejor.

-Ella es Nicole, nuestra hermana- dijo Keith-. Aunque prefiere que la llamen Nico porque es un poco marimacho.

Ella no pareció ofendida por el comentario.

-Encantada- dijo a Abhijat, y se notaba que de verdad lo estaba. Le había gustado ese chico tan morenito.

-No le atosigues, anda- dijo Keith, cariñosamente, y luego, volviéndose a Abhijat le preguntó-. ¿Quieres que te enseñemos la casa?

A Rory no se le escapó cómo Abhijat parecía nervioso ante las palabras y gestos de Nico, y se aguantó la risa. Se imaginó un posible ligoteo entre su hermana y su amigo, aunque Nico, a pesar de tener sólo dos años menos que él, le seguía pareciendo un mico para eso.

-Nico está bien- dijo la niña, alegremente-. Yo te llamaré Abi.

-Oye, no le des mucha coba, que luego no te dejará en paz- dijo Rory a su amigo, con una risita, aunque luego añadió-. Es broma, en realidad es muy maja… es sólo que es hiperactiva, como yo.

Nico se apuntó encantada al tour por la casa, y fue todo el rato dando saltos a su alrededor, preguntando cosas y haciendo comentarios.

Los chicos hicieron una breve visita por la casa, sin detenerse demasiado en cada sitio, porque la casa era muy grande. Le enseñaron los salones, el comedor, la gigantesca cocina, la sala de juegos llena de todo tipo de cosas, el gimnasio, las terrazas y unas diez habitaciones, la mayoría con baño incorporado.

Terminaron el tour en una habitación de invitados que se encontraba en la primera planta, cerca de las de Rory y Keith.

-Puedes quedarte aquí, es la habitación de invitados- dijo Keith-. Deja tus cosas por ahí, el armario está vacío- señaló un armario gigantesco-. Y tienes un baño sólo para ti.

-Vale, y luego vamos a mi habitación, que te enseñe todos los juegos que tengo- dijo Rory-. Te van a encantar.

-Claro, la piscina está en el jardín- dijo Rory, mientras guiaba a Abhijat hasta su habitación-. Pero es una pena que no haga el suficiente calor como para bañarse… Aunque tenemos el jacuzzi, no es lo mismo, pero… si queréis nos daremos un bañito luego.

La habitación de Rory era muy grande pero estaba hasta arriba de cosas. Había juguetes que ya ni siquiera usaba. Tenía varias estanterías cargadas de libros juveniles, cómics y videojuegos. Tenía su propia televisión de pantalla plana y una mesa con un ordenador. La decoración de la pared era una mezcla extraña entre pósters de Disney, de distintos animes y de cantantes, la mayoría chicas.

-Podemos jugar a lo que quieras- dijo, entusiasmado, enseñando a Abhijat una estantería que sólo tenía videojuegos-. Y a la consola que quieras, las tengo todas. Y mira, ésta es mi sección estrella- señaló los videojuegos de terror-. Éstos son una pasada, en serio, no tienen nada que ver con Slenderman, ése se queda en nada a su lado.

Se quedó mirando los títulos un rato, como evaluándolos, y finalmente cogió uno de ellos.

-¿Has jugado al Silent Hill 3?- preguntó, ignorando una vez más que su amigo no había jugado a casi nada en su vida-. Es viejo, pero es genial, es de mis favoritos… y no es sólo porque Heather esté tan buena, ¿eh?- añadió, guiñándole un ojo.

Entonces pareció recordar algo y sacó otro juego de la estantería.

-Me encanta Heather, pero para tía buena, ésta- dijo con su sonrisa pícara, enseñándole la portada del juego a Abhijat-. Lara Croft es todo un clásico.

-No es tu tipo, ¿eh?- dijo Rory-. Pero a lo mejor te interesaría si jugaras. El juego es bueno, te lo aseguro.

Rory estaba pensando en sus videojuegos y en sus cosas, pero a Keith, mucho más perceptivo, no le había pasado desapercibida la reacción de Abhijat. ¿Se lo había parecido o el chico se había puesto ligeramente colorado? ¿Era por culpa de Lara Croft, aunque había dicho que no le interesaba? Quizá en su cultura estaba mal visto eso de estar pensando en si una tía estaba buena, o cualquier cosa de esas…

Iba a decir algo al respecto, pero no quiso incomodar al chico.

Por fin se decidieron por unos cuantos juegos de Wii U que se pudieran jugar a tres, y se fueron a la sala de juegos.

Al principio, Abhijat era bastante torpe con el mando, y parecía que no tenía muy claro hacia dónde tenía que apuntar, así que Keith se le acercó y, cogiéndole con suavidad la mano que sujetaba el mando, le guió mientras le explicaba:

-Mira, hazlo así, con suavidad, no hace falta que lo muevas a lo bestia- le habló con su habitual tono cariñoso-. Ahí es donde tienes que apuntar, ¿lo ves?

Pasaron prácticamente toda la mañana en la sala de juegos. Rory básicamente hacía el canelo con el mando y decía chorradas mientras jugaba, y se reía bastante. Keith simplemente jugaba con una precisión asombrosa y ganaba muchas partidas. Normalmente a Rory no le haría ninguna gracia, pero estaba eufórico por estar en su casa y con su amigo, y básicamente, le dio igual.

Al llegar la hora de la comida, los tres habían acabado tirados en el sofá, muertos de cansancio.

-¿Ahora?- preguntó Keith, al que le parecía que era una hora poco habitual para bañarse.

Pero Rory, que también estaba cansado de saltar y hacer movimientos exagerados mientras jugaba a la consola, dijo:

-Claro, por qué no. La verdad es que yo también tengo calor. Voy a decirle a Yolanda que lo prepare.

Sin esperar más respuesta, Rory se levantó y se fue a buscar a la asistenta. Keith se quedó sentado al lado de Abhijat.

-Espero que te lo estés pasando bien- le dijo, con una sonrisa.

Al menos parecía que su amigo no tenía ninguna queja, aparte de haberle encantado la casa y su habitación, parecía que se lo había pasado bastante bien con la consola. Y Rory no se había puesto tonto como otras veces, y no le había aguado la fiesta.
Después Keith se puso a recoger los juegos, que habían dejado por ahí desperdigados.

Rory volvió al rato y dijo, triunfante:

-Ya está, ¿vamos?

Los gemelos ya estaban en proceso de desvestirse cuando Abhijat planteó la pregunta. Al oírla, los dos se miraron, como cogidos por sorpresa. En realidad lo estaban, ellos siempre se habían bañado en pelotas (eran hermanos y estaban en su casa, al fin y al cabo), era algo totalmente inocente y ni siquiera se habían planteado que a su amigo le pudiera incomodar.

-Ah… ¿quieres uno?- preguntó Keith, mientras doblaba la camiseta que se acababa de quitar-. Espera, voy un momento a mi habitación y te lo traigo.

Pero Rory, que ya estaba desnudo del todo porque no había perdido el tiempo en recoger su ropa del suelo, dijo entonces, de forma despreocupada:

-¿Para qué? ¡Si tenemos todos lo mismo!

Y justo después se metió en el jacuzzi de un salto, como si fuera una piscina, salpicando agua por todas partes.

-Un día se rompe la cabeza…- comentó Keith, con resignación.

Pero al contrario que a Rory, a él si le preocupaba que Abhijat se pudiera sentir incómodo, así que le preguntó:

-Bueno… ¿qué es lo que prefieres?

Keith no las tenía todas consigo, y lo último que quería era que Abhijat se sintiera incómodo y pasara un mal rato. Si no tenía hermanos, quizá no estaba acostumbrado a esas cosas… pero él mismo había dicho que le daba igual, así que no le iba a insistir.

Terminó de quitarse la ropa, que dejó apartada a un lado y fue el último en meterse en el jacuzzi, con mucha más tranquilidad de lo que lo habían hecho los otros dos. El chico, al igual que su hermano, era de piel muy blanca. Su cuerpo estaba algo menos desarrollado que otros chicos de su edad, pero estaba fuerte, incluso con algo de músculo, resultado de llevar años en el equipo de fútbol de su anterior colegio.

Quería decir algo para que Abhijat se metiera de lleno en la conversación y se distrajera un poco, pero no le dio tiempo antes de que Rory empezara a salpicarles agua a los dos, como un niño pequeño.

-Rory, estate quieto…- le regañó Keith, aunque tampoco sonaba muy enfadado.

Por una vez, Rory le hizo caso y se acomodó bien en el jacuzzi, poniendo la espalda justo delante del chorro de agua y desperezándose.

Jolín, se está bien aquí, ¿eh?- dijo felizmente-. Aunque estoy tan cansado de jugar a la Wii que podría quedarme dormido…

-Si te quedas dormido y te ahogas, yo no te voy a sacar… y Abi tampoco, ¿verdad?- replicó Keith, guiñándole un ojo a Abhijat.

-Bueno…- dijo Rory, fingiendo pasar mucho del tema-. Podemos pensar en qué queréis que hagamos esta tarde… ¿Abi?- dijo, mirándole a él.