Riña Casual (Ayachii & Ska)

Una pequeña risilla por el comentario de Dante-Vamos, puedes calentarla y no tomártela pero a fin de cuentas puedes volver a hacerlo y disfrutarla cuando esté más caliente¿No?-se rió de aquello.

Jajajaja, es posible, aunque realmente me preocupo más por ti que por mis ganas-inclinó un poco los labios y levantó las cejas despreocupada- ohooo~ parece que si me estoy volviendo una hermana mayor~antes habría sido más facil solo darnos y ya!-
la mirada de Dante fue algo que no esperaba, una combinación atractiva y decisiva, apegada a un animal-mmm, ok, cumple tu palabra-se sintió ligeramente más atraída, como si aquello fuese un acuerdo inquebrantable entre dos almas solitarias.

se dejó abrazar acercándose a él, sintió una conexión extraña en el momento en que el perfume natural de Dante le llegaba, el mismo que había sentido cuando le había besado-Mientras te cuides y no seas muy meloso en la cama estaré bien-caminó con él con una suave sonrisa- Se que no serás así, pero quiero que con esto quizás...pueda ver más a Dante~ los movimientos improvisados son los que me ayudan a conocer a la persona~-llegando a la puerta se giró hacia el volviendo sus labios al azabache para otro beso- Ya sabes como llegar, si no llego a estar es posible que esté en Acid Black Cherry(el bar) trabajando-se alejó un poco de él para darle espacio- en todo caso si no me llegas a encontrar ahí tampoco pregunta por mi número, le diré a los chicos que te lo den si dices tu nombre- le guiño el ojo de forma coqueta y suspiró- Cuídate, nos volveremos a ver-besó la mejilla de Dante y le abrió la puerta-

Respondí inclinándome solo un poco, sosteniendo su nuca para profundizar el beso, dejando eso si, que el contacto con mi lengua fuera solo fugaz. Luego de eso me aparté a un costado, solo para hundir la nariz en su cuello e inspirar profundamente su aroma, cerrando los ojos un momento, en verdad intentando recordar aquello en mi cabeza.

“Vale, vale. Si no te pillo te seguiré el rastro como sea. Don’t worry.” Aseguré lamiéndole luego el lóbulo de la cercana oreja en la que susurré y luego apartándome, recibí sus últimas palabras antes de su beso en mi mejilla. Esa fue nuestra despedida aquel día.

Avancé a paso lento pero seguro por las calles, disimulando el malestar como un animal que no quiere que el resto en la manada se entere de su debilidad. Procuré ir debidamente al hospital, como había prometido y es que así son las promesas en los barrios bajos. Se cumplen, o la pagas caro.

"See you later, Ska."