Distracciones (Momoka)

El ser llamado 'sabio' provocó que instantáneamente esbozara una sonrisa de oreja a oreja en su rostro e inflara su pecho con orgullo. Pues claro que lo era, ¡no solo era un tipo hábil sino que sumamente inteligente! ¿Acaso recién se daba cuenta de ello?

Iba a presumirlo pero aquél semblante suyo desapareció de inmediato cuando Momoka tomó de su mano y se la acercó al pecho. Sus nervios se crisparon, consiguiendo incluso ruborizarle por un instante...¿qué pretendía hacer? Quería zafarse de su tacto pero en eso ella comenzó a hablar, a recalcarle que era una persona más en el mundo y que su comportamiento era algo 'normal'.

Le quedó mirando sin apartar la mano del pecho ajeno, el nerviosismo y la sorpresa de Ayato dieron paso a una emoción extraña, sumamente contradictoria. Sus cejas se arquearon ligeramente al oírle pero él estaba convencido de que la razón por la que ella no le temía era porque, dentro de todo, poseía el poder para darle caña.

Al cabo de un largo silencio el dhampiro asió su muñeca y la apartó con brusquedad, visiblemente enfadado.

- Deja de hacer eso, qué molesta eres... - masculló mientras desviaba la vista, más que nada para ocultar lo rojo que estaba su rostro. - No has entendido ¿verdad? Soy el tipo de monstruo que arrebata las vidas de los demás...un asesino - volvió a hablar, pronunciando cada palabra como si fuera algo sumamente trivial.

Él ya había asumido su condición, no tenía problemas con ser esa suerte de bestia aún cuando ocultaba una parte humana dentro de sí. Las reglas bajo las que había sido criado no eran nada benevolentes: el asesinato es supervivencia y necesidad, nunca opción.

Ayato sonrió por lo bajo a medida que aproximaba peligrosamente su rostro hacia Momoka, captando el aroma de su cuello con la sola respiración.

Movimiento de referencia:

- Lo entendí desde el primer momento en que te vi...desde que decidiste defender a esa mujer de ser violada en los barrios bajos y desde que me consolaste aún después de haber ultrajado tu cuerpo...eres fuerte pero muy ingenua, princesa - arrastró las palabras con voz ronca, secretamente divertido.

La noria aún permanecía quieta y la cabina en la que ambos se encontraban oscilaba muy calma en la cima, ante el atardecer.

Noto como le retiro su mano, tal vez tenía razón fue algo imprudente con su actuar pero pudo notar algo en Ayato, que desvio su rostro, ladeo su cabeza un poco extrañada por su reacción - uno decide como quiere ser - dijo ella mientras observaba directamente esos ojos de un esmeralda tan peculiar que hacía que ella se perdiera en ellos cada vez lo miraba, era un color atractivo, estaba tan hipnotizada por esos ojos, que no noto cuando este se fue aproximando, a su mente se le vinieron distintos recuerdos... sobretodo cuando sintio algo que le rozaba su cuello.

Al darse cuenta de la proximidad de Ayato con su cuello su cara se ruborizo como un tomate ya que podia sentir como le hacia cosquillas su respiración, se quedo inmovil por ese movimiento, esa sensacion de nuevo la comenzaba invadir, escucho atentamente lo que dijo Ayato cerca de su cuello, después de que Ayato terminara de hablar ella solo dijo  - tienes razón, tal vez soy ingenua - dijo ella con una sonrisa mientras lo miraba aceptando lo que le había dicho Ayato con total alegría.

- Te equivocas, yo no elegí ser así - sentenció con expresión sombría a medida que se alejaba lentamente de ella, desviando la cabeza hacia la ventanilla. Permanecieron largo rato sentados uno al lado del otro, compartiendo el ocaso en silencio.

Su situación no era tan sencilla, no era como si él hubiera optado. Esta suposición suya le había hecho borrar por completo su sonrisa pero aceptó la segunda acotación como excusa: la ingenuidad de Momoka podía hacerle hablar sin conocer realmente. Estos pensamientos le inquietaron, ¿desde cuándo le frustraba tanto que otra persona no lograra a comprenderlo? ¡Él era perfecto, no necesitaba de la compasión de nadie!

Ayato frunció un tanto el ceño, observándole de un modo difícil de explicar. Sus ojos entremezclaban la molestia con el irrefrenable deseo de ser comprendido.

Expresión de referencia:

- Te contaré un secreto: no soy un vampiro completo...una parte de mí sigue siendo humana, ¿tienes idea de por qué pasa eso? Pues yo no lo sé, es por eso que puedo circular con la luz del sol. Esa es la razón por la que mi sed es insaciable y mi organismo no recepciona muy bien lo que tú eres, pero eso está bien... - le relató, esbozando una sonrisa al final.

No quiso explicarle por qué pero era primera vez que no veía a una mujer como un mero alimento y eso podía agradecérselo al incidente de la última vez, aún si ese recuerdo le hacía sentirse tremendamente confundido y débil.

Al parecer el fue el que se equivoco, cuando Momoka se referia a que uno elige ser asi se referia a su forma ser, amable, terrofico o miedoso y todo eso depende de los sentimientos de cada quien, no de como nacio...pero hizo caso omiso a eso y cuando noto que Ayato la miro con esos ojos se quedo paralizada y escucho lo que dijo:

- ¿Eh? - ladeo su rostro ante el ultimo comentario de Ayato, curiosa e intrigada por lo que dijo: ''mi organismo no recepciona muy bien lo que tú eres, pero eso está bien...'', no pudo sentir inquietud por eso, de hecho sintió un gran alivio, su cara se ruborizo con estas ultima palabras.

-creo que para mi tambien esta bien - dijo ella - eres el primer chico con el cual he podido mostrar todo lo que puedo hacer sin tener que limitarme, has visto mis reacciones mas locas y mis arrebatos - dijo con una sonrisa recordando esa vez que el la saco de sus casillas y le lanzo un enorme tronco por los aires - creo que hacemos una buena pareja - dijo con una sonrisa ...para luego procesar claramente sus palabras.....''Pa -Pa-PA-PA- PAREJA!!!'', ¿ella dijo eso? Su cara se puso roja como un tomate mientras comenzaba a balbucear y colocaba sus dos manos en sus mejillas como queriendo ocultar ese enorme rubor - no... es que... que fuéramos una pareja como esas de los cuentos... - dijo ella tratando de explicarse mientras movia sus manos de un lado a otro - somos una pareja de amigos... -hubo un silencio - ¡¡Siii, eso es, amigos!! - dijo desviando su mirada hacia otro lado - Somos como...Mickey y Donald, muy buenos amigos - no queria enfrentar esos ojos color esmeralda, no podia creer lo que decia... pero si queria disimular de alguna manera su verguenza debia hacer que Ayato olvidara lo que dijo.

Momoka observaba de un lado a otro en la noria y noto como de repente sonó algo afuera, como una fuerte explosión y en eso unas luces brillaron en el cielo - ¡NOS ESTÁN ATACANDO!- dijo ella lanzándose al suelo y cubriéndose.

Pero el sonido no era más que habian lanzado fuegos artificiales, el parque de diversiones lo hacía en conmemoración de su aniversario.

Mantuvo la mirada fija en ella y sonrió de lado ante su primera apreciación, le satisfacía ser el primero en todo lo que hacía incluso si se trataba de cosas sencillas. El comentario que siguió le desconcertó bastante, arqueó ambas cejas y parpadeó sucesivamente, impresionado de que una niña como Momoka fuera tan 'directa' con él...pero la reacción que tuvo después de darse cuenta de lo que dijo le hizo entender que había sido una especie de accidente.

Todo esto provocó que el dhampiro contuviera una fuerte risotada, exhibió su afilada dentadura en una amplia y divertida sonrisa, esperó a que ella diera toda su explicación antes de volverse con su acostumbrada arrogancia. Le observaba como si supiera lo que quería decirle, como si no hubiera absolutamente nada que pudiera sorprenderle...pero no era el caso, Momoka de por sí le intrigaba bastante incluso con sus tonterías.

- Jeh, no te hagas falsas ilusiones...no ha nacido la mujer digna de ser mi pareja... - cerró los ojos y, de brazos cruzados, infló el pecho con orgullo, haciendo valer su hombría con esa afirmación. Pero poco le duró este pequeño teatro, en menos de unos segundos Ayato ya se encontraba volviendo el cuerpo hacia Momoka, colocando deliberadamente una mano en su muslo desnudo inclinó su rostro hasta el de ella. - Aunque no tengo problema en tratarte como si lo fueras, princesa~ - dijo en un susurro, enseñándole esa maliciosa sonrisa que tanto le caracterizaba antes de buscar su boca. - ¡...!

Pero sus planes no salieron según lo esperado, un fuerte sonido acompañado de luces y colores interrumpió la escena. Ayato se volvió hacia la ventana poco antes de que la extraterrestre se escondiera en el suelo, protegiéndose de un supuesto ataque.

- Nada de eso, solo son fuegos artificiales - le explicó con molestia, volviendo a acomodar su espalda en el asiento y fijando la vista hacia el exterior. Después de ese largo rato la noria finalmente se estaba moviendo otra vez, dieron unas cuantas vueltas en las que pudieron apreciar el espectáculo pirotécnico que el parque les ofrecía.

La chica seguia cubriendo su cabeza esperando que en cualquier momento estallaran los vidrios pero al cabo de unos segundos que habia ocurrido el mismo estruendo no sucedio nada. Escucho atentamente lo que dijo Ayato, aun con un poco de precaución se fue gateando hasta quedar cerca de sus pies.

- ahh?? - dijo mientras ladeaba su rostro ante la explicación de Ayato, lo que le había dicho le había dejado donde mismo, no entendía a lo que se refería. Luego volvio a escuchar el mismo estruendo y esta vez se aferro a la pierna de Ayato mientras le miraba desde abajo - FUEGOS ARTIFICIALES!! Entonces esas cosas tiran fuego!!- dijo alarmada sin soltarse - HAY QUE EVACUAR A TODOS Y APAGAR ESE FUEGO!! - gritaba mirándolo pero entonces escuchó de nuevo el estruendo y se asustó.

-Kya~! - exclamó mientras cerraba sus ojos fuertemente y se abrazaba más a la pierna de Ayato, una pequeña lágrima recorría su mejilla. Ella seguía en la misma posición y notaba que además del sonido afuera aparecían las luces en el cielo, pero a la cabina no le sucedia nada... no comprendia por qué. Abrió sus ojos y observó a Ayato - ¿Por qué todavía no ha explotado la cabina? - preguntó -¿Que acaso los vampiros pueden crear campos de fuerza...?? - decia ella mientras miraba a Ayato con cara de no comprender la situación, esto se escapaba de su lógica - Es que Ayato es tan poderoso que ni le afecta... - dijo mientras un pequeño rubor se expresaba en su rostro, sentía verguenza porque ella era la unica que parecía sentir miedo.

Ayato mantuvo la vista fija en la ventana, apreciando con indiferencia el espectáculo exhibido al exterior de la cabina. Mantenía los brazos extendidos en el respaldo del asiento, fijándose en la variedad de colores de los petardos, lo que le llevó a pensar que al fin de cuentas ese día no había estado tan mal a pesar de su malhumor inicial. Esperaba que Momoka se tranquilizara pero cuando sus gritos ya fueron imposibles de ignorar el dhampiro perdió la calma:

- ¡Fuegos artificiales! ¡Entonces esas cosas tiran fuego! ¡Hay que evacuar a todos y apagarlo! - gritaba ella mientras se aferraba repentinamente a su pierna.
- ¡¿Ahhh?! ¡¿De qué coño hablas?! ¡Quítate! - Replicó el dhampiro molesto por verla tan arrimada a él por una estupidez. Sacudió su pierna para que se zafara, cosa que por supuesto fue inútil dado a su fuerza y al creciente miedo que empezaba a apoderarse de ella.

Al cabo de un momento Momoka pareció recobrar la calma, solo entonces él dejó de moverse y la observó con ambas manos en sus rodillas, apoyando el peso de su cuerpo en ellas, irritado.

- ¿Por qué todavía no ha explotado la cabina? ¿Que acaso los vampiros pueden crear campos de fuerza...? - iba a contestarle con la peor de sus maneras hasta que agregó: - Es que Ayato es tan poderoso que ni le afecta... - solo escucharle decir eso fue suficiente para hacerle realzar su ego y permitirle esbozar una expresión llena de satisfacción.
- Bu-bueno...supongo que tienes razón~ - dijo cruzándose de brazos y sonriendo para sí mismo, con presunción. - Pero estás equivocada. No hay forma de que una atracción pirotécnica pueda hacer eso - le explicó más tranquilo, volviéndose a ella. - No lanzan fuego, solo explotan en algún punto indeterminado del cielo...los humanos hacen eso para conmemorar alguna fecha especial y eso. No estamos en peligro, no tienes de qué temer.

La chica se quedo observando a Ayato a los ojos, escuchando lo que decía. Esto alivió un poco su miedo, la explicación sabia que le dio sobre esas extrañas cosas brillantes que estallaban en el cielo que emitian luces y formas... se sentía mas tranquila ahora, y aún mas con las palabras de Ayato ''No estamos en peligro, no tienes de qué temer'' le dieron seguridad, se sentia protegida a su lado.

Ella se levanto al estar un poco mas tranquilla, se limpió las lágrimas como queriendo ocultar que había estado apunto de ponerse a llorar como una niña. Se dio un par de golpecitos en sus mejillas para tener los pensamientos en calma y se sentó al lado de Ayato pero a unos 10 centímetros de distancia mientras dirigía su vista hacia otra parte, no queriendo que sus ojos se cruzaran con los de Ayato.

- Gracias...Ayato-sama- dijo ella mientras ocultaba su mirada con su flequillo y un enorme rubor se dibujaba en su rostro....debia admitir algo, era muy sabio Ayato y solo por esta vez lo trataría con respeto, ya que a ella aun le faltaba madurar, después de todo lo que acababa de pasar se dio cuenta que aun era un niña.

La noria seguia avanzando hasta que comenzó a descender, las luces de los fuegos artificiales alumbraban todo el vasto cielo mientras se veían las siluetas de otras cabinas. Pasaron unos segundos cuando una luz de color rosado llamo la atención de Momoka, se acerco un poco hacia Ayato para poder ver bien las formas de luz y lo que vio fue algo que la maravilló.

- woooow~!- fue lo único que pudo decir al observar la forma de un enorme castillo en el cielo con letras y números, distintas formas de animales, conejos, osos, pollitos mientras en el cielo se escribia un ''FELIZ ANIVERSARIO MAGIC FUNTOWN.''

Hubo un silencio después de su explicación, él simplemente mantuvo los brazos cruzados y la vista fija en el cielo ahora lleno de colores y luz. Percibió con indiferencia cómo Momoka volvía a incorporarse junto a él, ya más tranquila. Entendía que ella no pertenecía a este planeta pero existían límites para la ignorancia, o al menos eso se repetía el molesto dhampiro en su fuero interno...en verdad le aliviaba bastante no escuchar más sus gritos.

Después de un lapso de tiempo observó de reojo el rostro de la muchacha, intentando que no se percatara de ello. Esto bastó para confirmar un pequeño temor que tenía: sus ojos estaban llorosos...¿cómo era posible? ¡Solo eran petardos! ¿Lo del miedo iba en serio?

- Oi...¿estás...? - de sus labios escaparon esas palabras que denotaban un dejo de preocupación, por lo que inmediatamente acalló su voz y volvió el rostro hacia el costado contrario, ocultando de Momoka su rostro intensamente ruborizado. - Tché... - soltó molesto, llevándose un puño al rostro mientras se enderezaba, ocultando lo que estaba sintiendo en ese momento y queriendo parecer desinteresado otra vez.

¿Por qué se preocupaba por ella? Solo era una niña tonta que no dejaba de encontrarse en todas partes, alguien excesivamente inocente que encima tenía una sangre extraña y no hacía más que ridiculeces. Solo eso, nada más...pero...

- Quiero llevarte a un lugar - sentenció al percibir su aroma tan cerca, justo en el momento que descendieron al suelo. Los empleados del parque de diversiones se acercaron para asistir su bajada, dándoles una breve explicación de que el juego había durado más de la cuenta como 'obsequio' de Magic Funtown, aparentemente por el asunto del aniversario.

Ayato ignoró a estas personas y se volvió lentamente hacia Momoka, empleando más brusquedad de la habitual tomó su brazo y la arrastró hacia fuera de la cabina, impidiendo que cualquier otra persona la tocara. Caminaron así durante varios minutos, en silencio y apresurados, esquivando a las personas que maravilladas se dedicaban a ver el cielo y la pirotecnia.

Asi pasaron unos minutos en silencio cuando la atracción había terminado, vio como de la cabina que estaba delante de ellos se bajó una familia entera, la madre llevaba un hijo en brazos. Luego siguio su turno, los encargado abrieron la puerta de la atracción y les ayudaron a bajarse.

Momoka observo a los encargados con la rabia contenida en su mirada mientras ellos les explicaban sobre el espectáculo - Debieron hab...!  - no alcanzo a terminar la frase cuando Ayato la jalo repentinamente por un lado sacándola de la noria

- HEY! NO HE TERMINADO DE DECIRLES UN PAR DES COSAS!! - dijo ella mientras se iban alejando de los encargados. Ella quería decirle un par de cosas a esos sujetos, como que podrian haberle avisado de los fuegos artificiales... pero sus pensamiento se fueron hacia otro lado al escuchar las palabras de Ayato: ''Quiero llevarte a un lugar'' decidió guardar silencio y seguirle, aunque él la estaba llevando podria decirse que le seguia...

Ella observaba como caminaban y Ayato no tenia problema en pasar ya que todo el mundo observaba la parte del espectáculo que aun quedaba... su mente no dejaba de dar vueltas: ¿cual era ese lugar que le quería mostrar?

Su mente divagaba mientras su cuerpo era jalado por esa mano hacia algún lugar que solo Ayato sabía cual era, sus pies de repente tropezaban ya que no podía agarrar el ritmo de Ayato, asi que cuando sentia que caia la mano de Ayato la jalaba hacia adelante impidiendo que tocara el suelo... decidio restar en silencio mientras observaba su espalda....''¿que le sucede?'' penso en su mente mientras un rubor se dibujaba en su rostro ''acaso se habra molestado por algo que hice o dije?'' penso en su mente mientras sentía como sus ojos se humedecían nuevamente ante este pensamiento, fue como sentir una puñalada.

Siguieron caminando, en silencio y sin detenerse. El sitio era bastante grande por lo que tardaron unos cuántos minutos en salir de allí, Ayato había tenido la pequeña ocurrencia de llevarla a la casa del terror pero por como estaban las cosas no creyó que fuera lo mejor. También pasaron por el túnel del amor pero él se limitó a apresurar el paso notoriamente ruborizado, negándose a entrar en un lugar tan vergonzoso como ese.

Solo se dignó a detenerse ante un puesto de algodón de azúcar, un poco antes de la salida. Frunció ligeramente el ceño con molestia antes de soltar a Momoka y dirigirse hacia allá, para luego regresar donde ella con uno de esos, uno bien pomposo y de color rosa. No dijo nada, solo volvió a tomar a la extraterrestre con la mano libre y se la llevó lejos de allí, apartándola del gentío y del bullicio que emitían los petardos.

En contra de lo previsto el dhampiro no siguió la dirección de la ciudad sino que se adentró más y más al sector que ladeaba el parque. Obligó a la muchacha a subir una pequeña cuesta que seguía en dirección hacia las afueras de Glass City, subieron y subieron...a mayor altura más podían vislumbrar el sitio que acababan de dejar y el paisaje que éste ofrecía a la distancia.

Caminaron durante largo rato, hasta alejarse de todo eso...de las luces, de la civilización.

- Hace un momento estabas llorando... - masculló cuando finalmente llegaron a un sector que guiaba en dirección al mirador, lugar donde Ayato decidió detenerse y alzar la mirada hacia el cielo estrellado, a sabiendas que Momoka podría negarle lo anterior.

Referencia:

- No tienes que hacerte la fuerte, sé lo que es llegar a un lugar sin conocer a nadie ni nada de lo que te rodea...solo valiéndote por ti mismo - dijo esto antes de hacerle entrega del algodón de azúcar que había comprado momentos atrás, sin apartar la mirada de Momoka con un semblante inusualmente serio. - Tú y yo somos más parecidos de lo que crees...

Seguia caminando, Momoka sentia que el viento frio iba desplazando sus lágrimas, se sentía que ella solo se movia porque Ayato la llevaba jalando de su mano mientras ella seguia sumida en sus pensamientos. Sentía como se iba ahogando dentro de ellos, que no se percato cuando Ayato se detuvo a comprar, ella solo era una muñeca que era llevada y obedientemente lo seguia... asi pasaron minutos hasta que salieron del parque.

''por que no dice nada?'' pensaba en su mente ''acaso se habra molestado? por que...??'' esas ideas la invadian una y otra vez, mientras sus lágrimas se demarraban en silencio. Cada cierto tiempo pasaba sus manos para secarlas y que el no se diera cuenta que estaba llorando pero por mas que las secara no podía detenerlas.

De repente noto que el se detuvo, su mente vino de nuevo en si y se dio cuenta que se habían alejado de todo, y que estaban solo ellos dos mientras las estrellas los iluminaban, escucho lo que el dijo y trato de aparentar un sonrisa - De que hablas?? - dijo ella sonriendo mientras unas lágrimas estaban apunto de salir de sus ojos - no estoy llorando, como crees, solo es tu imaginación - dijo bromeando.

Luego escucho esas palabras las cuales la desmoronaron por completo, fue como si ella se hubiera vuelto de cristal: ''No tienes que hacerte la fuerte, sé lo que es llegar a un lugar sin conocer a nadie ni nada de lo que te rodea...solo valiéndote por ti mismo'', luego el entrego el algodon de azúcar, tomo el dulce con su mano y lo observo...

''lo recordo...'' penso mientras tomaba el algodon de azucar y notaba que la lágrimas volvian a salir, pero antes de que pudiera verla recorrer su rostro ella se acerco el algodon de azucar y lo dejo al frente de su rostro para que Ayato no pudiera verla llorar. El dulce tocaba su nariz pero su cara era un despojo de lágrimas, trataba de no emitir ningún ruido... su labios temblaban... y su cuerpo tambien..., hasta que le escucho decir ''Tú y yo somos más parecidos de lo que crees...''

-eh...?- dijo mientras alejaba el algodon de azúcar de su rostro, en el cual quedó un poco en la punta de su nariz.

Había notado desde hace un momento que Momoka no quería mostrarle su rostro, pero no supo con certeza la razón de esto hasta que ella misma apartó el dulce para verle. Ayato permaneció un momento inmóvil, con los labios deliberadamente entreabiertos por la sorpresa de verla así tan de repente...con los ojos vidriosos y las mejillas bañadas de lágrimas. Volvió a cerrar su boca con una expresión complicada, mas no dejó de observarle con seriedad.

No lo comprendía pero parecía como si sus palabras estuvieran calando hondo en ella, algo que incluso un sujeto como él no pudo predecir. Debía reconocer que adoraba ver llorar a sus víctimas, pero era distinto cuando lo hacían por emociones tan delicadas como la pena. No sabía qué hacer...y esto gradualmente comenzó a irritarle.

- ...Aunque es evidente que yo soy mucho más genial que tú - agregó a su frase anterior con naturalidad, dispuesto a romper la tensión momentánea que se había generado entre ambos. Realzó su mentón con orgullo y aproximó unos pasos hacia Momoka, permaneciendo lo suficientemente cerca como para estirar el brazo y quitarle el pedazo de algodón que se había quedado en su nariz para luego llevárselo a la boca. - Ugh, qué dulce... - masculló, arrugando un poco el ceño al distinguir su sabor.

Definitivamente los dulces no estaban dentro de sus platillos favoritos.

Sin previo aviso se volvió hasta la extraterrestre y, con la diestra hundida en el bolsillo de su pantalón, la atrajo bruscamente hasta sí con una mano, sosteniendo su cabeza y apegándola a su pecho.

- Eres una molestia - murmuró con voz rasposa, evidenciando enojo. Pero en contradicción a este gesto verbal los dedos de Ayato permanecieron rodeando el cráneo de la muchacha, acariciando su cabello y forzándole a mantenerse cerca de él en una especie de torpe abrazo.

Al escuchar lo que dijo Ayato le causo una pequeña risa - si, tienes razón- dijo asintiendo ante su declaración, había podido robarle una sonrisa mientras con el dedo trataba de quitarse algunas de esas lágrimas que no dejaban de recorrer su rostro, luego vio como se aproximo Ayato hacia ella, instintivamente cerró sus ojos y pudo sentir como el sacaba el dulce que quedaba en su nariz, esto le puso su cara aún mas roja cuando vio que lo probó y dijo ''Ugh, qué dulce...'' iba a decir algo cuando vio a Ayato con esa mirada tan seria.

Ella no sabía que hacer cuando de repente sintió como él la hundió en su pecho, sintió como esa mano tan grande estaba en su cabeza, al escuchar sus palabras ella solo dijo con voz apenada - Lo sé - dijo mientras sonreía y las lágrimas caían por su rostro, al sentir lo que quería transmitirle Ayato con ese abrazo ella se fue tranquilizando. Sentía que ese abrazo la protegía y ahuyentaba todos los problemas que atormentaban su cabeza, a pesar de eso se sentía muy cómoda con él así, era extraño ella era la que siempre lo consolaba y le brindaba calidez pero ahora era distinto, él la estaba consolando. La forma en que él le abrazaba y le acariciaba su cabeza era muy cálida, así que ella torpemente levanto sus brazos y lo abrazo como queriendo sentir su esencia un poco más... a pesar de que fue algo torpe.

Pose de referencia

Spoiler:

Si lo sabes deja de comportarte así, estúpida.

Aún pensando esto fue incapaz de verbalizarlo, solo se limitó a cerrar los ojos con el enojo arrugándole el ceño. Cuando Momoka decidió responderle el abrazo las mejillas de Ayato comenzaron a sonrojarse de forma gradual. Si mal no recordaba no era primera vez que mantenían un contacto así de cercano pero en aquella ocasión fue diferente...por algún motivo todo le parecía mucho más íntimo que la última vez.

Una sensación insoportable y desconocida lo invadió, Ayato sostuvo a la muchacha de los hombros y la apartó de sí bruscamente sin atreverse a mirarla a los ojos; claro que no iba a reconocer que había hecho todo eso porque estaba preocupado por ella.

- Va-vale, es suficiente...ya te sientes mejor ¿no? - farfulló con la mirada desviada y aún algo ruborizado, sin soltar los delicados hombros ajenos.

No estaba acostumbrado a tales muestras de afecto, la única razón que tenía para abrazar a una mujer era para impedir que ésta escapara de sus letales garras...¿por qué habría de hacer algo así si no pretendía beber de su sangre? ¡Era una estupidez! El tiempo que compartía con Momoka le hacía sentir más humano que nunca y eso era algo que detestaba enormemente, pero por alguna razón que desconocía no podía culparla a ella.

Solo es una niñata perdida...igual que yo...

Este pensamiento provocó que la sombría expresión de Ayato desapareciera a medida que fue aflojando la fuerza que empleaba en sus manos, liberándola. Estiró la diestra hasta el algodón de azúcar que la muchacha aún sostenía, sacó un pedazo del mismo y se lo acercó a los labios.

- Co-come, su consistencia es extraña pero creo que te gustará - dijo con determinación, como si fuera una orden. Necesitaba liberarse de ese nerviosismo lo más pronto posible.