Oportunidad (Momoka)

Después del trabajo Ayato decidió detenerse en el parque central de la ciudad. Llevaba consigo una bolsa llena de mercadería, algo completamente inusual en él, quien no solía comer comida humana a menos que las circunstancias lo obligaran a ello. Esta nueva costumbre se debía a su condición, aunque por lo inmediato del suceso no había podido aprender a cocinar apropiadamente y sólo compraba comida preparada.

Varios acontecimientos ocurrieron desde el momento en el que Ayato decidió huir de sus tierras natales. En un comienzo pensaba hospedarse en Glass city de manera temporal, pero las circunstancias le habían hecho cambiar de parecer. La gran cantidad de criaturas sobrenaturales que albergaba la ciudad era motivación suficiente para quedarse y resolver los misterios que escondía el mundo y su propia especie. Quería ser fuerte y no depender de nadie, sin embargo nada salía como él quería.

En la actualidad traía entre manos más de un problema: el desastre que armó en el concierto navideño de Charlotte Nakashima, su discusión con Momoka en la fiesta de año nuevo, su encuentro con Elliot y posterior transformación en humano y su consiguiente pacto con Marceline.

Ya casi se cumplía una semana desde el encuentro con la reina vampiro y Ayato tenía en su poder la información solicitada, aunque no le había salido gratis y no tenía idea si todos los problemas por los que había pasado habrían valido la pena. No descartaba la posibilidad de que Marceline no cumpliera su parte del trato y le dejara así como estaba a pesar de todo. Debido a esto decidió hacer un poco de trabajo extra para no tener problemas de dinero con lo de su nueva condición, por lo que en unos días tendría que aportar con sus servicios en el concierto de Ren Jinguji.

- ¡Esto apesta! - exclamó enrabiado mientras se dejaba caer sobre una banca.

Estaba harto de esa rutina de mierda, ¿tan aburrida era la vida de los humanos? ¿Tal sería su condena si no tenía cómo regresar a la normalidad?

Ese sitio le traía una inexplicable nostalgia pero sus preocupaciones actuales no le permitieron descubrir de qué se trataba. Dejó la bolsa junto a él y buscó en ella una manzana, uno de los pocos alimentos sanos que tuvo el impulso de comprar. Le dio un mordisco a la fruta y acomodó un brazo en el respaldo de la banca mientras levantaba la vista hacia el horizonte que ofrecía un bello atardecer.

Era tarde y Momoka se encontraba caminando como de costumbre por el centro de la cuidad mientras cargaba una pequeña bolsa en su mano izquierda y en la otra llevaba un helado de frambuesa que estaba comiendo. Su cabello se mecía por su caminata mientras su cola le seguía el paso, como siempre atraía las miradas de la gente. Se había vuelto una costumbre el hacer el mismo recorrido una vez a la semana, asi que decidió colocarse unos lentes hipster para ocultar un poco su apariencia, un gorro grande junto con una camisa de color beige con rosado. Llevaba unos shorts de color rosa pálido y unas pequeñas botas beige.

vestimente de Momoka:

Spoiler:

Pasó por toda la cuidad mientras iba saboreando su helado. De un momento a otro la multitud que estaba visitando el centro de la cuidad iba disminuyendo, era porque ya no estaba en el centro. Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando se dio cuenta que estaba llegando al parque, caminó por el sendero mientras observaba el camino, cada vez había menos gente... se detuvo un momento para botar la paleta de helado a un basurero y luego continuó hasta llegar a un sitio en donde estaba una banca blanca y en ella se encontraba un enorme poste de luz. Ella caminó a paso lento hasta llegar frente de la banca, "no hay nadie" pensó con una sonrisa que parecía triste.

Momoka tomó asiento en la banca, acomodó su cabello hacia atrás y sacó de la bolsa que llevaba un pequeño libro con imágenes. Era un manga shoujo, abrió el pequeño libro en el marca pagina que había puesto la otra vez. Se había vuelto una costumbre venir a ese lugar antes de que comenzara el atardecer para ir a leer mangas, era un pasatiempo desde hace ya unos meses y la tranquilidad de ese lugar le encantaba, además que le producía nostalgia estar en ese sitio.

-Muy bien, ¿dónde quedamos? - dijo ella leyendo las páginas pero antes de comenzar sacó de su bolsa un pequeño reproductor de música, se colocó los auriculares, lo encendió y comenzó a retomar su lectura. Luego de eso se puso a leer la historia tan concentrada que no se percataba de lo que la rodeaba, estaba tan metida en la lectura que la luz del día comenzaba a disminuir. En su reproductor comenzó a sonar   una música que le comenzó a dar sueño, sintió como sus ojos se comenzaron a cerrar, no le prestó atención ya que estaba atenta a la lectura y no quería salirse del hilo, pero de a poco el cansancio fue ganando fuerza. Será porque se había quedado hasta tarde terminando una tarea, ''no...'' pensó ella, eso no la agotaba tanto, además había tomado una pequeña siesta antes, entonces ¿será porque no había comido a la hora de almuerzo? ''Tampoco es eso'' pensó nuevamente, recién había devorado una paleta de helado, eso debe suficiente para recuperar sus fuerzas... ¿o será porque ese lugar estaba tranquilo y cálido? ''Si, es eso, es porque aquí nos conocimos por primera vez, ¿no es cierto, Ayato?'' preguntó en su mente. Este último pensamiento que vino fue absorbiéndola de a poco hasta que el sueño la había invadido, nunca entendió por que pero de un momento a otro sus ojos ya estaban cerrados, el libro quedó encima de su pierna mientras ella descansaba con su cabeza hacia atrás, una suave brisa mecía su cabello mientras dormía tranquilamente.

~ Sueño de Momoka~

A su mente vinieron muchos recuerdos: como se conocieron en ese parque, cuando fueron a su apartamento, el parque diversiones y por último el más doloroso, la noche en la fiesta de año nuevo. ¿Cuanto había pasado que no soñaba de nuevo con esa escena?

- ¡Qué pesada! - exclamó cabreado, tomándola de los hombros y apartándola con un empujón aún más violento que el que dio a la otra mujer. Ayato le observó con desdén y esbozó una sonrisa ladina, llena de crueldad. - Tú...realmente te ilusionas por nada. Nunca dije que me gustabas o que quería estar contigo...¿y presumes entenderme? ¡No me hagas reír! - una mirada perversa se afiló en sus ojos, acompañando aquellas palabras llenas de burla - ...¡tch! - y en ese instante desapareció ante los ojos de la niña.
- ¡Por favor no te vayas! - dijo ella corriendo hacia a él pero ya era muy tarde, había desaparecido. Momoka se levantó y comenzó a correr en esa oscuridad eterna, podía ver su silueta que se iba alejando de ella, ella trataba de correr lo más rápido que podía pero aun así no podía alcanzarlo - espera AYATO! - gritaba ella con lágrimas en sus ojos - ¡no te vayas por favor! - en eso cayó y quedó inmersa en esa oscuridad - Ayato... - volvió a repetir cuando brotaron lágrimas de sus ojos mientras se abrazaba a si misma.

~Realidad~

Momoka mientras dormía balbuceaba pequeñas palabras que solo se podían escuchar si se encontraba en alguna distancia corta mientras que de su ojos una pequeña lágrima rodaba por su mejilla
- No...te...vayas...- hizo una pausa mientras seguía dormida - ...Ayato.

Después de un rato Ayato se terminó la manzana y dejó escapar un prolongado bostezo. No se había detenido en ese sitio por ninguna razón en particular, tan sólo albergaba la esperanza de ordenar un poco sus ideas. El atardecer no tenía efecto especial sobre él, ni siquiera en su estado actual, pero más de una vez había escuchado que los humanos le observaban para tranquilizarse y simplemente quería intentarlo. Como era una tarde a finales de febrero las nubes aún no se despejaban del todo del cielo, casi como una prueba de que el invierno aún se encontraba allí, pero los colores del firmamento eran muy cálidos y la temperatura estaba subiendo.

¿Y qué significaba eso? Ah, si, primavera.

No sabía si pensar en todo eso le estaba tranquilizando pero una idea lo asaltó mientras observaba el vasto horizonte: tenía que trabajar arduamente para mudarse. Como dhampiro estaba bien vivir en los barrios bajos pues no tenía problemas en vencer a quien fuera a liarlas en su territorio, pero actualmente no contaba con sus poderes y corría un gran riesgo en ese lugar. El asunto...¿a dónde se iría? Tenía algunos ahorros guardados pero le parecían insuficientes para comprar un apartamento nuevo en un mejor sector…a menos que el concierto de Jinguji le dejara una buena paga.

Sumergido en estos cálculos Ayato abandonó su asiento, llevando la bolsa de mercado consigo. No estaba prestándole atención a su alrededor por lo que caminó sin cuidado por detrás de la banca que se encontraba después de la suya, la cual estaba ocupada por una sola chica.

- No…te…vayas…Ayato… - escuchó decir en alguna parte de una forma tan suave que creyó haberlo alucinado.

Se detuvo junto al poste y golpeó su oreja con la base de la palma, como si estuviera esperando escuchar de nuevo esas palabras. ¿De verdad sólo había sido su imaginación? “Maldita sea, si estuviera en mi estado natural podría localizar ese sonido de inmediato…además…esa voz…” pensaba mientras le echaba un vistazo a su entorno. El parque estaba prácticamente vacío, después de todo ya estaba oscureciendo y el frío era una particularidad de las noches en Glass city.

Fue en ese momento que comprendió que la niña en la banca de junto era la única que pudo haberle llamado de forma que él le escuchara, por lo que se acercó sin mucho tacto a ella, asomándose desde atrás del respaldo para ver su rostro dormido.

- ¡¡…!! - se sobresaltó, comprendiendo entonces por qué esa voz le resultaba tan familiar.

Se trataba de Momoka. Ella estaba llamando su nombre en sueños. Ayato quería marcharse y evitar que le viera en el estado que se encontraba, pero aquella lágrima en su mejilla le impidió moverse de su sitio. Se quedó petrificado, contemplándole en silencio. Ella tenía el rostro alzado de tal modo que si despertaba en lugar de ver el cielo le vería a él.

Momoka seguía profundamente dormida mientras su respiración era suave y la brisa movía su cabello suelto, que no se percato que alguien la estaba observando.

~Sueño de Momoka~
Momoka se encontraba de nuevo sola en esa oscuridad eterna mientras sus lágrimas seguian recorriendo su rostro, sentía como el corazón se le destrozaba, era un sitio solitario y helado - ¿Por que...? ¿Por...que? - se preguntaba ella misma - sé que esto es un sueño, que ya debería haberlo superado, tantas veces que lo he soñado y aún sigue destrozando mi corazón... ¿por qué?- se preguntaba ella misma mientras colocaba una mano en su pecho, tratando de detener el dolor que le provocaba - me gustaría verte de nuevo... solo una vez... - decía ella en esa infinita oscuridad -solo déjame alcanzarte una vez más - dijo mirando hacia el suelo, en eso apareció una pequeña esfera de cristal que iluminaba, lo tomó en sus manos y la acercó lo que más pudo - por favor Ayato, encuéntrame en esta oscuridad - dijo acercando la esfera a su boca y dándole un pequeño beso. En eso sintió como alguien se lanzó contra su espalda y la envolvía sus brazos. La impresión provocó que la esfera de cristal se cayera y se esparciera en pequeñas burbujas por el lugar, iluminando su alrededor mientras sentía esa calidez que recordaba a la perfección, ese olor, esa sensación y luego escuchó hablar a esa persona cerca de su oído:

- ¡Eso es porque se trata de mí! ¡Mi audición es inigualable! ¡No importa dónde estés ni cuánto ruido haya, yo podré escucharte! - sentenció, muy ofendido de que Momoka no lo considerara. - ¿Has entendido? ¡No me subestimes, idiooooooooota!
-Si, tienes razón - dijo ella mientras pequeñas lágrimas salían de su rostro y una sonrisa se dibujaba en su rostro - por fin pude alcanzarte - dijo alzando su brazo y acariciando con su mano el cabello del pelirrojo - Ayato...

Imagen de escena

Spoiler:

Tras esto último una luz cegadora apareció e iluminó el lugar. Todo se volvió blanco.

~Fin del sueño~

Otra lágrima recorrió el rostro de Momoka mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro - por...fin... -decía entre cortado - pude alcanzarte...Ayato...

Momoka comenzó a abrir sus ojos lentamente, en un principio no distinguía nada porque había una luz cegadora que le impedía ver. ''Creo que el poste ya se encendió...'' pensó ella, observando como el cielo que antes estaba de color naranjo comenzaba a pasar a negro y como las primeras estrellas comenzaba brillar en él. A medida que pasaron los segundos se fue percatando que había algo que la estaba observando o algo que estaba arriba de ella. Dio un par de pestañeos para aclarar mejor su visión, pudo distinguir a un hombre, pudo observar esos ojos de color esmeralda  que la observaban, ''¿será... él...?'' pensó en su mente, ''no... puede ser'' volvió a pensar, dio unos pestañeos más rápidos para luego ver que era un hombre de cabello negro y de tez blanca. Por alguna extraña razón le parecía familiar. Dio otro parpadeo, en su rostro se dibujó un enorme rubor y comenzó a balbucear incoherencia.

-ahh...ettoo...ahs...- decía cosas que no se entendían así que mordió su labio inferior para respirar un poco y aclarar sus ideas, para luego mirarlo con una mirada tranquila  - sé que el parque es público, pero hay ciertos limites para invadir el espacio de alguien - dijo ella mientras seguía observando esos ojos de color verde que le producían nostalgia - ¿necesita algo en que lo puedo ayudar? - dijo dirigiendo una sonrisa a la persona que la observaba.

Momoka lucía profundamente dormida mientras una nueva lágrima se asomaba por sus ojos. Esta vez sonreía, lo que no lo hacía menos curioso, ¿su sueño se estaba volviendo agradable? Ayato se limitó a observarla en silencio, sin embargo cuando la escuchó pronunciar su nombre otra vez y desde esa distancia sus mejillas se ruborizaron de forma leve. No había querido pensar en ello, pero desde la fiesta de año nuevo asumió que acabaría siendo odiado por ella. Y no era para menos, lo sucedido en esa ocasión fue bastante tenso e involucró a una de sus compañeras sexuales. Aquello era razón suficiente para que la estudiante no volviera a confiar en él y se alejara de forma definitiva.

Entonces...¿por qué estaba soñando con alcanzarle? ¿Por qué lloraba? ¿Acaso seguía sintiendo cosas por él? Todas estas preguntas se arremolinaron en su interior mientras Ayato, involuntariamente, acortaba distancias con su rostro. ¡Qué diferente era verle con ojos humanos! Las sensaciones eran mucho menores y detestaba sentirse vulnerable a su lado, pero aquello también tenía su encanto: el latir de su corazón era mucho más claro, el nerviosismo era físico y la piel se le coloraba con facilidad. Sólo esperaba que ella no fuera a despert...

Contradiciendo sus expectativas la muchacha abrió los ojos de forma lenta y pausada, para acabar encontrándose con los ojos de Ayato. Él dio un respingo y maldijo en su fuero interno: ya era demasiado tarde para escapar, le había visto. Momoka balbuceó nerviosamente hasta que dijo algo inesperado:

- Sé que el parque es público, pero hay ciertos límites para invadir el espacio de alguien - acatando la directa Ayato se echó para atrás, aunque estaba bastante desconcertado con esa respuesta; no supo qué decir o cómo reaccionar hasta que ella preguntó: - ¿necesita algo en que lo puedo ayudar?

Ese comentario le dejó paralizado: Momoka no le reconocía. No era algo muy increíble, después de todo empezaba a oscurecer y ciertamente él se veía distinto con esa apariencia: menos llamativo, menos guapo, más normalucho, más humano..."Más humano" repitió en pensamientos, comenzando a irritarse.

- ¿Haa? ¿Límites? ¡¿Con quién crees que estás hablando?! - bramó con su altanería habitual. Sin embargo se retractó al instante.

No quería que Momoka lo viera en ese estado, de todas las personas que conocía ella era quien más inflaba su orgullo con sus inocentes sentimientos. ¿Qué sucedería si le reconocía con esa apariencia? ¿Dejaría de gustarle? La sola idea le pareció insoportable así que, sin agregar nada más, se marchó a paso firme. No iba a ningún sitio particular, solo quería alejarse de su vista.

-Pues con usted - dijo ella frunciendo el ceño ante la respuesta del chico - no se que bicho le pico... pero no son formas de contestar - dijo ella desde el asiento, luego observo como se dio media vuelta - hey! que te estoy hablando chico de cabello negro...!- en eso observo como su espalda se iba alejando y una fuerte brisa azoto su cara. Una puntada en el pecho le vino de golpe y le corto la respiración, sus ojos se humedecieron, esa imagen que atormentaba sus pesadillas se repetía nuevamente, ''no te vayas... no te vayas!!!'' gritaba en su mente. De la nada comenzó a hiperventilar y en una reacción desesperada fue corriendo hacia la persona y la abrazo por detrás, rodeando su abdomen con las manos y atrayendole a su cuerpo con firmeza mientras hundía el rostro en su espalda.

~ MENTE DE MOMOKA~

Mientras lo abrazaba por detrás mil y un ideas viajaban por su mente: ''¡¿que demonios estas haciendo, Momoka?! como vas y abrazas a un tipo así...!!!'' la reprendía una pequeña voz en su cabeza, ''lo que estas haciendo puede ser considerado como acoso... ¿o acaso estás loca?'' decía la misma voz en su cabeza. ''Pero es que... es tan familiar y a la vez tan distinto'' decía Momoka a su pequeña conciencia ''tiene sus mismos ojos, pero su cabello en vez de ser rojo es negro... es de la misma contextura pero no emite el mismo tipo de calor que yo sentía cuando me abrazaba... esta piel es mas caliente, en cambio Ayato emitía calidez con su piel que era helada..'' ''¿Como es eso, Momoka?'' se cuestiono la voz de su conciencia... ''yo me entiendo'' dijo ella ruborizada ante su pensamiento.

~Realidad~

Seguía apegada cuando cerro sus ojos y en eso pudo percibir ese olor que solo él podía tener...pero tal vez estaba delirando - oye! - dijo ella en forma agresiva - ¿donde conseguiste el perfume que tienes ahora? - pregunto un poco ruborizada ante su comentario pero como ella lo tenía sujetado y él no podía ver su rostro tenía una ventaja, ademas de poseer una mayor fuerza, cualquier cosa lo podía hacer dormir con un golpe en su nuca.

No consiguió alejarse lo suficiente de Momoka cuando ella lo detuvo. La muchacha corrió el tramo que les separaba y lo envolvió en sus brazos, sorprendiéndole en el acto. Él se vio forzado a detenerse y permitió que ella se acomodara en su espalda como gustara, aun cuando en su cabeza gritaba a viva voz: "¡Mierda, me ha reconocido!"

La sola sensación de ser abrazado por ella le hizo dimensionar lo realmente fuerte que era en comparación con un humano normal...no tenía oportunidad de escapar ni dejándose el pellejo en ello.

"Esto apesta..." pensó mientras sentía su corazón latiendo con mucha fuerza, nervioso por lo que sucedería a continuación. ¿Qué le diría? ¿Acabaría golpeándole? ¿Se largaría a llorar? ¿O sencillamente le rechazaría por su nueva condición? Por más extraño que pareciera, esa última opción era la más difícil de soportar.

- ¡Oye! - exclamó ella de pronto, provocando que él diera un pequeño respingo - ¿dónde conseguiste el perfume que tienes ahora?

¿A qué venía esa pregunta? ¿Acaso no iba a incriminarle por lo sucedido en la fiesta de año nuevo? Ayato suspiró quedamente mientras pensaba en qué responderle.

- ¿Te gusta mi perfume? - preguntó sin voltearse a verla, con la mirada baja y oculta bajo su flequillo.

Spoiler:

Momoka no espero a que le contestara, su cara se ruborizo al instante mientras la aceleración de su corazón aumentaba, tanto que inconscientemente apretó un poco más al chico.

- pues... no es que me desagrade ni nada... y tampoco es que sea fanática, solo quiero saber si ese aroma se compra - decía ella, hubo una pausa -no es para que me lo ponga ni nada por estilo, solo quiero saber si lo que siento es un perfume o es tu aroma autentico - dijo este último con la voz un poco mas seria mientras soltaba a la persona. En un arrebato de instinto se coloco por delante de él mientras alzaba la punta de sus pies y se acercaba a su rostro agarrando su chaqueta, haciendo que el otro tambien acercara su rostro a ella.

- ¡ya que me recuerda mucho a una persona que de verdad extraño y deseo ver! - dijo esto último mientras sentía como una pequeña lágrima recorría su mejilla mientras un rubor aparecía en su rostro y sus ojos brillaban. ''Momoka, ¿que demonios te sucede? ¿Por que estas gritándole tus sentimientos a un completo extraño?'' se decia en su mente pero en ese momento sus oidos y sus pensamientos estaban sordos, solo estaba actuando por instinto.

Spoiler:

- Pues... no es que me desagrade ni nada... y tampoco es que sea fanática, solo quiero saber si ese aroma se compra... - Ayato la escuchó con atención, manteniendo la vista en el horizonte y la bolsa de mercadería bien sujeta en su mano. No parecía haberlo reconocido después de todo. Estaba seguro de que Momoka no le hablaría de esa forma si supiera que estaba tratando con él. - No es para que me lo ponga ni nada por estilo, solo quiero saber si lo que siento es un perfume o es tu aroma autentico.

¿Qué le pasaba a esa niña? ¿Acaso había perdido la cabeza? Mira que preguntar esas cosas a un perfecto desconocido...pero vale, no es como si le extrañara. Ella venía de otro planeta y en más de una ocasión había demostrado seguir una lógica completamente diferente a la de un ser humano normal. Puede que, muy en el fondo, Ayato se sintiera a gusto con ese tipo de comportamientos irracionales. Le hacían recordar que no era el único forastero en esa ciudad y que había otras personas tan perdidas como él.

Iba a responder hasta que la alienígena se colocó en frente suyo. Ayato rehuyó a su mirada, temiendo ser reconocido desde tan cerca, pero Momoka lo forzó a verla directamente y él no pudo oponer resistencia. En esos momentos ella era mucho más fuerte.

- ¡Ya que me recuerda mucho a una persona que de verdad extraño y deseo ver! - dijo ella de improviso, pillándole completamente por sorpresa.
- ¡...! - Los rostros de ambos estaban a escasos centímetros de distancia e incluso el insensible olfato humano de Ayato pudo captar la dulce fragancia de la muchacha a esa distancia. - ¿Por qué? - dejó escapar esa pregunta sin pensarlo demasiado, - ¿por qué le extrañas tanto? Estabas llorando por él hace un momento, ¿verdad? ¿No es alguien que te hizo daño?, ¿o acaso quieres verle para darle su merecido?

Momoka seguía sosteniendo firmemente la chaqueta de aquel chico que era más alto, podía sentir su aroma y su respiración mientras lo observaba. Sentía como de sus mejillas estaban rojas y por ellas corrían unas pequeñas lágrimas. Vio la reacción, como la cuestionaba y como le preguntaba, ella seguía sosteniendo la chaqueta pero de a poco fue reduciendo la fuerza mientras decidía bajar su altura hasta quedar de pie de nuevo.
- si, estaba llorando... - dijo ella en un tono bajo - no sé...pero tienes razón, si me hizo daño... - hubo un silencio hasta que ella alzo sus manos hacia la cara del extraño, lo miraba con una sonrisa mientras de sus ojos caían más lágrimas - pero eso no me importa, lo único que quiero saber es si se encuentra bien y poder decirle lo que pienso y siento por él, quiero conocerlo mejor...

Sonrisa de Momoka

Spoiler:

Momoka de repente comenzó a oler mejor el cuerpo de ese extraño y algo recordó. ''Hay muchas cosas que se pueden imitar o pueden parecerse, pero cada ser vivo tiene un aroma que lo distingue de los demás. No importa el perfume que adquiera, su aroma queda impregnado. Se podría decir que es su propia marca personal, es como el codigo genetico, puede parecerse pero es único'' recordó eso y miro al chico claramente esta vez. En su mente se vino la imagen de Ayato con el cabello pelirrojo y con el actual que estaba viendo, sus rostros coincidían no había duda alguna: ''Es él...'' se aferró al chico en un abrazo mientras hundía su rostro en su pecho.

Spoiler:

- Ayato... - dijo en voz baja - por fin pude alcanzarte...por fin te encontre... - decía ella en susurros mientras sus lágrimas caían por sus mejillas una vez más, mojando el pecho del chico.

Sintió una fuerte presión en el pecho después de escuchar la respuesta de Momoka. No sabía si estaba así por sus palabras o por su expresión...por esa sonrisa bañada en la sal de sus lágrimas. Ella estaba reconociendo que a pesar de todo el daño que él le había provocado, aún así quería verle.

- ¿Estás loca? ¿O acaso eres masoquista? - murmuró molesto momentos antes de que la extraterrestre empezara a olfatearlo.

Desvió su mirada con incomodidad hacia algún punto indefinido del suelo y apretó sus puños con fuerza. No había olvidado la expresión de Momoka en la noche de año nuevo ni el culebrón armado por culpa de sus jugarretas. No tenía excusa, no le debía ninguna explicación...todo estaba claro para él, se lo había dicho esa noche, ¿no? Y entonces ¿por qué se sentía tan mal al pensar en ello?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el efusivo abrazo de la chica, a quien no supo corresponder. El gesto fue tan repentino que se vio obligado a dar unos pasos hacia atrás y a soltar la bolsa de mercadería. Ayato permaneció petrificado en su sitio mientras sentía cómo el rostro de Momoka se hundía en su pecho y sus brazos le envolvían.

- Ayato...por fin pude alcanzarte...por fin te encontré... - susurró ella de pronto, confirmando el peor de sus temores.

Lo había reconocido.

- N-no... - masculló, intentando alejarse. - Suéltame...¡suéltame ahora! - le gritó ofuscado, apartándola con violencia de su lado y llevándose inmediatamente un brazo hacia el rostro para cubrirse. - ¡No quería que me vieras así y menos después de lo que pasó! ¡No me mires! - le ordenó antes de correr lejos de ella, hacia el interior del parque.

Momoka se dio cuenta de la reacción que tuvo Ayato cuando lo reconoció, lo observo por un momento mientras veía como lo alejaba de él.

- Suéltame...¡suéltame ahora! - le gritó ofuscado, apartándola con violencia de su lado y llevándose inmediatamente un brazo hacia el rostro para cubrirse. - ¡No quería que me vieras así y menos después de lo que pasó! ¡No me mires! - le ordenó antes de correr lejos de ella, hacia el interior del parque.

Observo en silencio como emprendia marcha, ocultandose en el parque. Momoka no lo penso y salio detrás de él. No supo cuanto rato lo estuvo persiguiendo pero siempre guardo una distancia de 2 metros, sabía que podía atraparlo fácilmente ya que ella era más rápida que él... pero no lo hizo.

- Espera por favor!! - decia ella gritando - solo quiero conversar, no tienes por que huir, no estoy molesta - decía ella mientras corría. Al parecer sus palabra no las escuchaba o las ignoraba. Unas pequeñas lagrimas se deslizaban en sus mejillas, no quería volver a pasar por lo mismo y arrepentirse, no... lo alcanzaría sin importar el precio. En eso ella apuro el paso y lo derribo por detrás cayendo los dos al suelo, un gran estruendo se escucho en el parque. El viento soplaba con mas intensidad.

Estando los dos en el suelo Momoka estaba encima de él, levanto su cabeza y decido hundír su rostro en la espalda de ayato, abrazandolo fuertemente por detrás - no te vere, te lo prometo, cerrare mis ojos... pero por favor... - decía ella, le costaba pronunciar esas palabras: - no te vay....as...

Ayato sabía que Momoka estaba a escasos metros de él, también sabía que si ella quería podía alcanzarle de inmediato, pero aun así corrió con todas sus fuerzas hacia el interior del parque. Se vieron rodeados de árboles y arbustos, alejándose cada vez más del sector transitado. Ella continuaba gritándole que se detuviera pero él hizo oídos sordos a todo, empeñado en desaparecer de su vista de algún modo.

Finalmente, al llegar a un claro de luz, Ayato fue embestido por Momoka y ambos cayeron al césped. El ex-dhampiro se dio de bruces y acabó con toda la cara plantada en el suelo mientras que la muchacha se aferraba a su espalda con la promesa de no mirarlo.

- No te veré, te lo prometo, cerraré mis ojos...pero por favor... - balbuceaba ella - no te vay...as...

Resignado, Ayato suspiró y se incorporó a su lado. Ambos se encontraban sentados en el suelo, iluminados por la luz de la luna y las estrellas.

- Mira que eres insistente... - farfulló él, rascándose la cabeza con aparente molestia. Hubo un silencio entre ambos. Él mantuvo la mirada agachada, no sabía que decir. Después de unos minutos simplemente dijo: - anda, puedes golpearme si quieres. Me porté como un hijo de puta durante la fiesta de año nuevo, pero ¿sabes? Así es como soy realmente. No tengo por qué darte excusas. Me gusta jugar con las mujeres y deshacerme de ellas cuando se vuelven demasiado pesadas.

En eso, decidió mirarla directamente a los ojos:

- El que tú estés enamorada de mí no cambiará eso. Soy una mala persona, así que... - hizo una pausa antes de tomar la mano de Momoka y acercarla a su propio rostro - ...golpéame - insistió con firmeza. - De seguro ya notaste que en estos momentos no tengo mis poderes. Es tu oportunidad. Hazlo.

Momoka notó como Ayato se movió de la posición en la que se encontraba y ahora estaban sentados mirándose de frente. Ella lo escuchaba atentamente.

-Anda, puedes golpearme si quieres. - ''golpearte?'' se preguntó ella misma en su mente. - Me porté como un hijo de puta durante la fiesta de año nuevo, pero ¿sabes? Así es como soy realmente. No tengo por qué darte excusas. Me gusta jugar con las mujeres y deshacerme de ellas cuando se vuelven demasiado pesadas.

Momoka seguía mirándolo mientras escuchaba sus palabras con atención, su rostro reflejaba una cara seria a pesar de que en ese momento pensaba muchas cosas decidió omitirlas y escuchar hasta al final lo que quería decir Ayato. En eso notó como él fijó su mirada en ella.
- ehh?- dijo ella dándose cuenta de este cambio repentino y de lo que le estaba pidiendo - etto...no creo que sea lo mas ind... - en eso él tomó su mano y la colocó en su rostro y le dijo - golpéame - su cara se puso roja - espera un momento, ¿que te golpee?, pero como lo voy hacer... podría lastimarte, ademas que eso ya fue, ya no estoy molesta...no hay problema, así que... - lo observó de nuevo, sabía que sus palabras eran serias. ''Aunque si no hago caso de verdad se enojará... ¡¿por qué me haces esto?!'' gritó en su mente.
-esta bien, lo haré - dijo mientras levantaba su otra mano y la empuñaba para darle un buen golpe en la cara, pero en vez de eso solo le golpeó la frente con sus dedos lo suficientemente fuerte para que sintiera un pequeño dolor. Luego atrajo su rostro a su pecho.

~pose de referencia~

Spoiler:

- de verdad, no estoy enojada contigo - decía ella mientras lo abrazaba - por favor, no quiero que pienses eso, por favor escucha mi corazón, él te dirá que no estoy enojada - decía mientras unas pequeñas lágrimas se deslizaban de su rostro y caían encima de la cabeza ayato - lo único que quería saber es si te encuentras bien, si estabas bien, eso me tenía bastante inquieta, el no poder saber...que raro...¿no crees? Tal vez si estoy un poco loca...jejejeje -hizo una pausa -y me alegra mucho poder verte - decía mientras seguía abrazandolo, retiró su rostro de su pecho para poder mirarle la cara - y no importa como estés, para mi eres el mismo - agregó mientras sonreía - del cual me he enamorado.

Spoiler:

Cuando Momoka anunció que iba a golpearlo, él simplemente cerró los ojos y esperó el puñetazo de su vida. ¿Acabaría con uno o dos dientes menos? O quizá hasta le rompía la mandíbula con su fuerza...mientras se traía estas posibilidades en mente no tardó en sentir un pequeño golpecito en su frente y con ello dio un respingo.

Sorprendido, Ayato se vio envuelto entre los brazos de la chica.

Acabó con el rostro hundido en su pecho. Sentía claramente los latidos de su corazón y por un momento se vio embriagado por su dulce fragancia. Le escuchó atento, sintiendo cómo la temperatura de sus mejillas subía y subía sin control. Pero no fue consciente de ello hasta que Momoka decidió mirarlo y confersarle sus sentimientos otra vez. Ayato le observó atónito. No podía creer que después de todo lo sucedido ella siguiera expresándose de esa manera de él, con tanto cariño y sinceridad.

Se hizo un silencio mientras el muchacho se incorporaba, sentándose de piernas cruzadas delante de ella. Con ambas manos en cada rodilla bajó la mirada con tristeza.

Expresión de referencia:

- Va-vale, que ya lo sé. No tienes que repetirlo... - respondió avergonzado, sin mirarla a los ojos. Ahora que era humano sentía claramente las mariposas jugueteando en su estómago al escuchar la declaración de la alienígena. - Puede que para ti no sea un problema, pero para mí esto está fatal...¡mírame! Soy débil y miserable...ser humano no va conmigo - se quejó orgulloso, sin embargo se sentía secretamente feliz de que a ella "no le importara" su nuevo estado.

En ese momento, y sin previo aviso, Ayato estiró una mano hasta tocarle un pecho a Momoka.

- Mmh...te han crecido... - comentó casi con desinterés, intentando disimular su deseo por tocarla.

Spoiler: