¿Potencial? (Priv. Katherine Howell)

Se había decidido. Si quería ser una vocalista, tenía que ensayar mucho. A fin de año podría tener al fin la posibilidad de audicionar para el Sello Merveilles, y sabía que no llegaría lejos si no tenía las habilidades que se requerían, por ejemplo, tenía una buena voz, pero aún le quedaba mucho por pulir. Su audición para Julieta en el musical escolar le recordó que no sabía nada de desplante en absoluto, esa actuación había sido por instinto puro. Ella opinaba que el corazón y el instinto eran dos cosas imprescindibles en ese medio, saber llegar al corazón de las personas... pero si no tienes el talento y la habilidad... es fácil que llegue alguien más capaz que tú y te pisotee y te aparte... poco después de eso todos se olvidarán de ti, tarde o temprano... Aquello le daba mucho miedo, conseguir su sueño y perderlo de un segundo a otro.

"Es cierto... el mundo del espectáculo es voluble y efímero, uno lo sabe cuando entra, pero cuando te pasa a ti... cuando lo ves de afuera es lamentable, pero.... si llega a ocurrirme a mí, ¿seré capaz de sobreponerme a mi orgullo destrozado?" se preguntó en su mente mientras se encaminaba a la Sala de Profesores. Ese día daría el primer paso a su entrenamiento, debía pulirse, y ese primer paso era hablar con la profesora Katherine Howell en busca de consejo y ayuda. Según el mural y la secretaría de la Academia Musette, ese horario estaba destinado a consultas de alumnos y cosas por el estilo, y por suerte coincidía con una ventana vacía que le había quedado, por lo cual aprovechó que tenía tiempo de sobra.

Al llegar y saludar por respeto al resto de los profesores con los que se topaba y se dirigió al despacho de la profesora, golpeando suavemente su puerta, esperando una respuesta afirmativa antes de poder entrar.

-Con permiso, profesora... ¿Puedo pasar? -preguntó al asomar su cabeza, esperando no importunarla o interrumpir algo importante.

Al asomarse por la puerta alcanzó a escuchar vagamente cómo terminaba una canción y frunció el ceño al intentar oír mejor la finalización de la misma. Aaah, era Nessun Dorma, era imposible confundirse. Sonrió para sí al recordar las miles de veces que solía oírla de niña en su hogar, sacada de los vinilos de su madre y de aquellas veces en que la había acompañado a la ópera, tanto cuando ella cantaba como cuando iba a verlas.

-Permiso... -dijo tras entrar al despacho, cerrando la puerta tras ella ante la indicación de la profesora- Disculpe profesora, ¿de casualidad era esa Nessun Dorma, verdad? -preguntó sonriente- Perdón, es sólo que no sabía que le gustara la ópera... -dejó el comentario en el aire, permaneciendo de pie en frente al escritorio de la Srta. Howell, algo sorprendida que recordara su nombre, después de todo llevaba un par de clases con ella y nada más que eso, no había llegado a la academia hacía mucho.

-Bueno, verá... seré directa... -dijo después de un suspiro- Profesora Howell, quisiera solicitar tanto sus consejos como su enseñanza, si es que es posible... -agregó con la mayor seriedad posible, mirando siempre a los ojos a la tutora- Quiero solicitar sus clases particulares de puesta en escena...

Sonrió, un tanto satisfecha de comprobar que aún no perdía el toque en cuanto a su oído se trataba, asintiendo con la cabeza para coincidir con la opinión de la profesora- ¿Cantante de ópera? Vaya, no lo sabía -comentó con sorpresa, parpadeando con curiosidad- Perdone si sonó irrespetuoso, es sólo que aún no me familiarizo con todos los profesores.. -admitió con algo de vergüenza, rascando con suavidad su propia nuca mientras tomaba asiento, agradeciéndolo con un asentimiento de cabeza.

-Muchas gracias profesora -agradeció de inmediato, sorprendida por su buena disposición de ayudarla así nada más- Y... bueno, sobre las clases o los horarios, no tengo ningún día de preferencia, y sobre la duración y lo demás, confío en su criterio -dijo más que segura después de indicarle su horario de disponibilidad, justo después de su última clase de la tarde.

-La verdad, consejos, pues... yo estoy en esta academia para volverme vocalista, pero me falta practicar el desplante en el escenario, la expresión corporal, creo que necesito practicar eso... aunque no me vendría un repaso general de todo lo que necesito... -expresó con claridad, siempre mirando a los ojos a la docente frente a ella- Además, participaré en el musical de la escuela... supongo que debo tener un cierto nivel para que se me considere como aceptable...

Asintió con la cabeza ante el gesto pacificador de la profesora, el cual realmente la tranquilizó. Saber que a ella no le importaba del todo el asunto estaba bien, pero nunca faltaba el profesor al cual le tocaba el ego que no fuera conocido. De momento no conocía ningún caso así, pero en Inglaterra había visto más de una situación que calzaba perfecto con dicha descripción, aun si la persona involucrada acababa de llegar a la escuela, para ellos parecía ser un deber conocerse al derecho y revés los nombres, edades, grados académicos y biografía de cada funcionario, qué ridiculez, son profesores y eminencias, mas no hay que rendirles pleitesía cual deidad.

Se quedó pensativa e intentó recordar si en aquel horario estaba libre, pero la inseguridad sobre la correcta funcionalidad de su memoria la asaltó y prefirió sacar una libreta de su mochila, donde en la primera hoja tenía anotado de forma ordenada sus horarios, profesores y salones incluidos para no olvidar nada, repasando con el dedo el día señalado- Pues ese horario me suena perfecto, profesora, de momento no tengo inconveniente alguno

Al igual que la profesora se animó bastante por verla entusiasmada por el asunto del musical, casi contagiada- ¿En serio? ¡Mucho mejor entonces! Sí, por supuesto que eso estaría bien -si ella era la encargada de la puesta en escena, todo marcharía de maravillas con el asunto. De todos modos, abrió bien grande los ojos, sorprendida por la efusividad tan repentina de la maestra, sacudiendo también su mano como para seguirle el ritmo.

-¿Entonces supongo que eso indica que está todo acordado? -preguntó con una sonrisa, haciendo ademán de querer ponerse de pie para dejar por zanjado el asunto.

Negó y luego asintió con la cabeza. Descuide profesora, no creo que vaya a complicarse -dijo con una sonrisa tranquilizadora- Pero de todos modos le avisaré si llegara a cambiar cualquier cosa -asintió de nuevo con la cabeza ante la advertencia de su profesora- ¡Por supuesto que no profesora, claro que no! -se apresuró a decir, sentándose en una pose menos relajada en su silla- Y de verdad no espero un trato especial en lo absoluto, lo contrario mejor -replicó más que segura de sí misma- Sólo con tal exigencia me sentiré más tranquila conmigo misma si me llegase a felicitar o algo por el estilo, yo no me conformo con un aceptable, como podrá comprobar por mis calificaciones -agregó un tanto más seria, hasta pareciendo diplomática- Yo apunto para ser la mejor en lo que hago, no sólo buena o sólo decente, yo quiero destacar y ser recordada... -dijo un tanto más emocionada, hasta incluso inclinándose un tanto hacia la profesora Howell.

Ladeó su cabeza al escuchar la mención del personaje- Aún no lo sé, audicioné hace no mucho, dijeron que los resultados estarían pronto, así que espero haber conseguido algún papel... Por la forma en que lo dijo el juez Reino, todos obtendríamos uno, importante o no... Yo quisiera Julieta por varias razones pero... está difícil... -dijo con sus orejas algo rojas.

-Bueno, entonces si dice que eso es todo, pues... quizás deba retirarme... Entonces, ¿la primera sesión será en la fecha acordada? ¿Y si los resultados llegaran a estar antes de eso, supongo que ya nos veríamos en el respectivo ensayo de la obra, no? -preguntó mientras se ponía de pie, ya dispuesta a marcharse.