Reconociendo Instalaciones [Libre~]

Una de las desventajas de ser la nueva en la academia era el no tener mucha idea de nada, sumado a las continuas irregularidades y la larga espera de una calendarización de mis actividades para poder de una vez por todas ponerme al día con el programa que corresponde al 3er año. Mi ida a la oficina de la academia no dio muchos frutos que digamos, pasaba llena o los encargados estaban en reunión o atendiendo a la larga fila de alumnos y profesores (a veces hasta padres y apoderados), por lo cual una pronta solución por esa parte no estaba para nada entre las opciones que tenía a la mano, así que mejor decidí optar por ir a la fuente de todo: el sello Merveilles, para intentar conseguir algún tutor para que me asignaran, o intentar que me integraran en alguno de los grupos de visita.

Lo peor de todo... es haber entrado al sello, decirme a mí misma "Por supuesto que encontraré el lugar al que debo ir, no creo que sea tan difícil de hallar, ¿o sí?", bueno, comprenderán que me arrepiento de no haber conseguido indicaciones con algún guardia... Esas cosas sólo me ocurren a mí en verdad. Deambulaba mirando las placas y letreros en las puertas y paredes, innumerables cuadros con recortes de noticias de lo famosos que habían llegado a ser los variados artistas que habían caminado por estos mismos pasillos tiempo atrás, discos de oro, platino, diamante y quién sabe qué otros materiales, enmarcados con una enorme placa con el nombre del artista. En aquel momento me sentí un poco intimidada... ¿realmente sería capaz de alcanzar el mismo nivel de esos artistas? ¿Podría yo convertirme en una vocalista de tan renombrado sello a nivel casi universal? Suspiré pesadamente... si es mi sueño, pues puedo hacerlo.

Cuando ya llevaba un buen rato caminando comencé a sentirme algo cansada, necesitaba sentarme, o comer... o beber, lo que fuera con tal de tomarme una pausa para reconsiderar las cosas. Aún y cuando terminara por rendirme de hallar la bendita oficina o lo que fuera, sólo dios sabe cuánto tiempo me tomaría encontrar la salida, así que me encontraba de momento dentro de un círculo vicioso que no podía romper. Pero inesperado fue ver a lo lejos una máquina expendedora de bebidas junto a una de café y té, ¡qué mejor! Me apresuré a su lado, mientras con una mano rehurgaba mis bolsillos para hallar la cantidad de monedas necesarias para mi adquisición.

Me hallaba introduciendo las monedas en la máquina para recibir un té con leche, cuando oí una voz no muy lejos de mí, a un lado de la máquina de bebidas. ¿Lloverá? -pensé, volteándome hacia la ventana más cercana. El cielo estaba completamente gris, un gris oscuro, la lluvia era inminente- Sí, es verdad... y yo que no traje mi paraguas... -me lamenté, casi más para mí misma que para aquella persona que lo había dicho. Tras recibir mi té de la máquina, me volteé hacia quien era portador de la voz y se me hizo muy familiar. Recuerdo haberle visto en la academia un par de veces en la sala de música, desalojando el lugar antes de una de mis clases allí- ¿Profesor? -pregunté casi por respeto, sin tener ni idea si le estaba acertando o no. Bien podría ser un alumno, se veía bastante joven a mi parecer.

Al menos se había volteado al escuchar el apelativo, eso era bueno, tan siquiera había acertado. Se había puesto de pie de forma algo lenta, lo cual me hizo preguntarme si estaría tan perdido o cansado como yo en este lugar, o quizás un poco de ambos, como yo.

Me sorprendió bastante que se colocara en esa pose, tal cual un saludo militar con todas sus letras, de hecho, aquel solo gesto me había hecho cambiar por completo la idea que me había hecho de él: Se veía demasiado animado y simpático, hasta incluso jovial, como para ser un profesor. Júzguenme por pensar así, pero de los profesores que sueles conocer en las escuelas, muchos son ancianos o con alguna razón para odiar a los jóvenes... eso, o bien todos tenían una vida secreta fuera de la academia... y otra personalidad. Bueno, no es que me importara, aunque sería mucho mejor si todos fueran más animados... Aunque sólo puedo hablar por mi antigua academia en Gran Bretaña, no he pasado el suficiente tiempo en clases aquí como para emitir una opinión mayor.

-¿Hikki...? -ladeé mi cabeza, ¿realmente ese sería su nombre o sólo un apodo? Supuse lo segundo, fuera su nombre real sonaría algo extraño, pero aún así me reí por su efusividad al saludar- Mucho gusto, eh... profesor Hikki, yo soy Aria Ainsley, de tercer año.. -dije, estrechando su mano tras presentarme y sonriendo- Descuide, no importa... pero, si no le molesta... ¿puedo preguntarle algo? ¿Su nombre realmente es Hikki...? -pregunté en voz algo baja, casi como con complicidad- ¡No es que sea un mal nombre...! -me apresuré a decir, agitando mis manos frente a mi rostro- Es sólo que me suena algo extraño... y no recuerdo haber oído ese nombre en la academia.... ¿podría preguntar también qué es lo que enseña? Creo que aún no he tenido el gusto de asistir a una de sus clases... La verdad es que no he podido asistir a muchas... he tenido uno que otro problema con la calendarización de mi horario... -admití, rascando mi nuca suavemente.

-Ya veo... entonces somos dos nuevos, parece -comenté riendo- ¿Y qué hace por estos lados? Se ve algo cansado, si me permite opinar...

Sé que muchos profesores fuera de la escuela piden que se les trate sin demasiada formalidad, pero otras veces luego usan eso en tu contra cuando te encuentras en el salón de clases, de todos modos, eso no es algo que yo pueda hacer, es demasiado incómodo tratarle de una manera algo irrespetuosa, simpático o no, profesor o no. “Recuerda, es un profesor, no lo olvides”, me dije una y otra vez en mi mente.

-¿En serio eso cree? –pregunté realmente sorprendida. Ahora que lo pienso, no es la primera persona que comenta eso de mi nombre, a veces pienso que a pocos debería parecerle tan bonito, después de todo hasta es una palabra conocida, ¿no? Es una composición operística, ¿o será que muchos no saben eso?- Bueno, gracias... –agradecí con una suave sonrisa y suspiré aliviada para mis adentros al escuchar que Hikki no era su nombre. No creo que sea un nombre malo, es solo que se me haría algo raro, pero bueno, no soy quien para decirlo, no estoy muy familiarizada con los nombres japoneses, no muchos de todos modos.

-La verdad preferiría llamarle profesor Haru o profesor Hikigaya, si es que no le molesta... –admití, esperando que no se ofendiera por ello, la verdad, ¿por qué lo haría? No era un insulto o algo por el estilo- ¿Así que profesor de viento? Ya veo, es una lástima no poder asistir a sus clases, yo me encuentro en las clases de piano, pero... nunca me ha quedado claro si es obligación asistir a todas las clases instrumentales o sólo escoger instrumentos que tocamos o deseamos aprender a tocar... –dije entre confundida y pensativa. La verdad debería aprovechar de hablar eso mismo cuando consiga una cita con el secretario de estudios de la academia.

Musité un agradecimiento al verle cerrar la ventana, realmente comenzaba a hacer más frío con el rato, por lo que acomodé mis ropas para abrigarme- ¿Paseaba? –pregunté, extrañada por su respuestas- Yo sólo vine por asuntos curriculares, la verdad... Tengo que ponerme al día con mis visitas y prácticas en Merveilles.

-En efecto... supongo que me nombraron así porque mi madre era cantante de ópera... –dijo como si nada, frotando su brazo- Es lo más lógico que se me ocurre, ¿no? –dijo al mirarle de reojo- No sé si mi nombre en parte condicionó mi futuro o más bien fue casi una premonición... Hay muchas formas de verlo, ¿no? -se sentía demasiado rara hablando así con un profesor, pero era agradable charlar con él- "Su forma de hablar es amena, ¿qué edad tiene? En serio, ni siquiera aparenta ser un maestro, si no me lo dice no me entero, de veras..."

Abrió los ojos sorprendida ante la mención de su edad. Realmente no los aparentaba, mucho menos en su calidad de profesor- L-lo siento... comprendo... -se rascó la nuca, un tanto incómoda por verse "forzada" a la informalidad, de cierta manera, después de todo, en su vida entera se había visto enfrentada a formalidades y criada en el respeto hacia sus mayores, sobre todo maestros, por lo que la situación se le hacía más que extraña- Se me hace difícil, lo siento mucho profesor... Pero supongo que puedo intentar hacer algo al respecto -dijo con una sonrisa suave en sus labios.

Suspiró suavemente, inclusive haciendo un muy leve mohín con sus labios al final, ¿es que acaso nadie iba a ayudar? Las oficinas colapsadas, todo mal... ¿Realmente así funciona un sello renombrado? ¡Qué falta de coordinacion!

-¿Eh? Oh, descuide profesor, está bien, no importa..... Ya veré qué consigo... -dijo jugando con sus pies, riendo suavemente por su comentario sobre la inmortalidad del cangrejo- Me agradaría mucho ir, dijo que enseña de instrumentos de viento, ¿no? Bueno, no sé tocarlos pero nunca está mal intentar algo nuevo -dijo con jovialidad, volviendo a reír, estaba claro que sería la mejor clase si él la impartía, ¿qué profesor diría que sus clases eran las peores de todas? Ninguno, incluso si aquello fuera verdad.

Asintió con la cabeza ante su pregunta- Sí, estoy en tercer año..... ¿Eh? ¿Primero, en serio? -preguntó con incredulidad. Nunca le habían dicho que parecía menor, aunque quizás muchos lo habían pensado. De todos modos, el comentario le tomó muy por sorpresa- Es que me transferí desde otra escuela y como, por lógica, no asistí a las primeras visitas de campo a Merveilles ni a las inducciones, estoy algo atrasada en eso, por lo que debo de tomar todos los cursos, pero para eso debo reorganizar bien mi horario. Supuse que era mejor coordinarlo aquí más que en Musette, después de todo las prácticas son acá -explicó con más tranquilidad de la que debería, pero notándose su cansancio por la situación.

Spoiler:

Lo pensó por un segundo y el profesor tenía razón. Si lo veía de una forma lógica podría quitarle significado a su nombre- Puede ser... a veces me pregunto si el nombre condiciona a la persona o es al revés, si nosotros mismos ayudamos a darle un significado... –dijo rascándose la nuca con una suave sonrisa- Y... de veras lo siento pro... uh... ¿señor Haru? –realmente se le hacía algo difícil no tratarle con respeto, después de todo era alguien mayor que ella y encima un profesor- Perdón, es algo que no puedo eliminar o controlar tan fácilmente –rió algo avergonzada y encogiendo suavemente sus hombros- ¿En serio? ¿Se puede comenzar un curso así sin saber nada? ¡Claro! ¡Me gustaría mucho! Siempre he querido aprender a tocar una ocarina o una flauta traversa... sus sonidos son... hermosos, casi mágicos... –había un leve aire soñador en su voz, bastante entusiasmada con la idea- Sólo pido que me tenga paciencia... No he tocado ningún instrumento además del piano desde que tengo memoria casi... –se imaginaba perfectamente en su mente la probable frustración que sentiría al inicio cometiendo errores sumamente tontos- “Pero no dejaré que eso me detenga... no voy a rendirme... no sin dar un poco de pelea antes...”

-Ouch... –hizo una mueca al escuchar sobre el profesor anterior- Me pregunto qué le habrá pasado... bueno... supongo que no podemos perdernos tanto si somos dos... creo... –miró a su alrededor, pensando dónde podría estar el lugar a donde debían ir- La verdad supongo que podemos volver y preguntarle a algún guardia... o buscar algún mapa... de esos que dicen “usted está aquí”. No sé si fui distraída o me falla la vista, pero no recuerdo haber visto nada similar en mi camino hacia acá... ¿Eh? –miró algo extrañada al profesor, por la forma en que le extendía la mano, pero no dudó en tomarla, quizás para no hacerle sentir mal, quizás para sentirse más segura ella misma- En resumen... yo tengo que ir con alguien que me ayude a programar mis venidas al sello para ponerme al día con los años anteriores que no cursé aquí... y usted tiene que ir con... ¿la dirección de trabajo? ¿Recursos humanos?.... Perdón, no tengo mucha idea de estas cosas... –desvió su mirada sin tener idea de nada, haciendo una mueca de vergüenza.

-Entonces, ¿qué dirección tomaremos? -preguntó al voltear hacia Haru.

-Es verdad... –le contestó con tranquilidad y una sonrisa serena en sus labios- Los instrumentos de viento tienen algo mágico que me gusta, quizás hasta casi etéreo, ¿cierto? ¡Entonces esperaré con ansias sus clases, profesor! –respondió con algo de entusiasmo, realmente animada por la idea de poder aprender algo nuevo que realmente le agradara más allá de la posible teoría de la que usualmente no era una fanática- ¿E-eh....? B-bueno... hasta donde yo sé, puedo respirar de forma decente... por cantar... supongo que será algo parecido... p-pero distinto... –y esperaba no equivocarse en ello, decir algo que podría ser una blasfemia en frente de un profesor de viento sobre sus instrumentos podría ser catastrófico, ¿y si se ofendía? Tragó pesadamente por unos momentos- E-entonces... si llego a cometer un error, por favor no dude en corregirme... –dijo con una sonrisa algo nerviosa.

-¿A-chan? –parpadeó rápidamente en su confusión al escuchar cómo se refería a ella. Supuso que sería una forma japonesa de llamarle, otra razón más para conseguir alguna clase del idioma apenas pudiera- Ah... bueno, esa era mi intención al entrar aquí... pero terminé perdida... así que en este caso no me conviene vivir sin una brújula –al decirlo casi podía sentir una gota de sudor cayendo por su propia frente, siendo que aquel profesor sólo le daba una vibra de estar casi o más perdido que ella misma- ¡W-waa...! –la verdad nunca esperó que tuviera la fuerza suficiente para ponerla de pie de esa forma, ¿o es que ella misma era sumamente liviana? Se quedó unos instantes parpadeando, procesando un poco sobre lo que podría hacer a continuación.

-Oh... bueno... yo tampoco tengo un plan salvo ir a donde debo... pero... no tengo idea de cómo llegar... ¡Sé que vi un mapa por aquí...! –comenzaba a sentirse frustrada y se le estaba notando bastante al dar un suave pero elegante pisotón en el suelo, haciendo muecas con sus labios- Quizás podríamos intentar encontrarlo y pedir indicaciones si es que nos encontramos con alguien en el pasillo... de momento no parece haber mejor solución, ¿verdad, señor Haru?

Percibió el ánimo en la sonrisa de su profesor, lo cual le hizo sentir un poco más tranquila, pero aún había algo en su cabeza que no le permitía soltarse del todo como el otro le estaba instando a hacer, supuso que quizás sería cosa de tiempo, aunque por ningún motivo se atrevería a hacerlo en las dependencias de la escuela, la gente suele ser prejuiciosa y armarse ideas equivocadas al respecto- ¿S-sin miedo? Ah... está bien, ¡lo siento! –dijo con una extraña risa, pensando por un segundo en lo extraño que podía ser aquel profesor, pero su forma de ser tan animada resultaba ser contagiosa y a la vez podía tranquilizarle, como si así pudiera olvidar todas sus tensiones.

¿Cómo que sin brújulas? Si a veces ella misma podía ser lo más desorientada... de hecho, era por aquella misma razón que se encontraba en una situación como aquella- Está bien... sin brújulas entonces... –aceptó a su pesar pero con una suave sonrisa en su rostro, sabiendo que seguiría insistiendo en ello, mirando pensativa a todos lados como examinando todos los caminos posibles- ¿Q-qué? ¿¡Cita?! –aquello realmente la había tomado por absoluta sorpresa, por lo que abrió fuertemente los ojos hasta percatarse que aquello había sido una broma de parte del otro- Ah... bueno, claro que tengo tiempo... ya comienzo a creer que no tiene sentido preguntar por asuntos académicos aquí... supongo que... puedo intentar en la escuela mañana... –dijo prácticamente rendida, sabiendo en el fondo que haber ido al sello a preguntar por asuntos de tinte escolar no tendría resultados positivos del todo.