Primer Epíteto (Priv. Lucien L.)

Quién diría que los primeros días pasarían tan rápido que en un pestañeo la semana estaba por acabar y yo aún estaba en mi marcha blanca, adaptándome y capacitándome bajo la dirección de los profesores con más experiencia. El ambiente de la escuela me sigue pareciendo ridiculamente perfecto, a diferencia de mis empleos pasados, era la primera vez que impartiría clases en algo tan de "elite" como Musette.

¿Acaso importa el dinero en los bolsillos cuando uno es a penas un pajarillo?

No lo sé, pero me intrigaba hasta cierto punto descubrirlo. ¿Cómo es que se comportarían estos jóvenes sedientos de algo más que aprender? Y es justamente eso lo que confunde un poco mis pensamientos. ¿Es la adolescencia más refinada para ellos? Incluso cuando aquí hay grandes familias involucradas, estoy seguro que más de algún pececillo perdido nada en estas aguas turbulentas, llendo contra la corriente de lo que debiese ser.

Ocho de la mañana indica el reloj en la pared, en la sala de profesores se escuchan los cordiales saludos matutinos entre colegas. En treinta minutos las clases deben comenzar, para mi, la primera luego de mis días de observación. Y antes de eso una cita con el encargado de la clase, una mera formalidad que me parece atinada. Es la hora, el muchacho... ¿Cuál era su nombre? Ah, Lucien, sí. Así lo verifico en la lista del curso, dentro de la carpeta forrada color azul índigo que descansa en mi pequeña mesa.

...El muchacho debe estar por llegar.

Era temprano y como siempre ya estaba listo una hora antes. Me aliste, todo prolijo en mi vestir como era acostumbrado en mi, tomé mi bolso con mis libros y salí de la habitación que la escuela me había dado. Antes de realizar mis deberes me dispuse a desayunar y ya terminando esto comencé mis labores. 30 minutos antes de la clase, llegaría puntual a mi destino, era casi una rutina condicionada en mi reloj biológico.
Se me había comunicado que hoy el profesor llamado Hara Manabu era el encargado de nuestra clase. Ciertamente el conocer a un nuevo profesional me alegraba la mañana, poder experimentar una conversación con un profesor conocedor de temas que para mi no son conocidos era siempre bienvenido.

Caminé por el pasillo saludando cordialmente a los alumnos que veía abriéndome paso hasta la sala de profesores. Toqué la puerta dos veces
Disculpen...-Abrí la puerta con cuidado y saludé formalmente a los profesores que veía, uno de ellos sonriente me pregunto a quien buscaba, ya todos sabían quien era al siempre pasar por allí. Sonreí cortés- Buenos días, estoy buscando al profesor Hara Manabu, ¿sería tan amable de indicarme quién es?-mi mirada trataba de buscar algún rostro no conocido cuando vi a un hombre adulto a lo lejos un poco antes de que el profesor con quien hablaba me indicara- Muchísimas gracias, que tenga un buen día-ladee el rostro sin dejar de sonreír y caminé hacia el hombro- Buenos días Profesor...Soy Lucien Luarent el delegado de tercero-esperé que se girara al yo quedar a su espalda respetando su espacio.

“¿Hmm?” Ladeé el rostro y luego balanceé mi cuerpo en la silla de oficina hasta girar y quedar frente a él, examinando al muchacho desde su rostro hasta los hombros, el resto, por ahora, no parece ser necesario. El reloj marca la hora de forma puntual y eso me saca una sonrisa de los labios, aquí los alumnos saben de los modales básicos, no como antes donde eran una pila de chicos apestosos y descuidados consigo mismo, solo por ser un instituto de puros chicos.

“Buenos días Lucien. Espero que no te moleste que te llame por tu nombre.” Extendí mi mano para saludar al joven. No, en definitiva no era mi tipo, curiosamente me pareció que su apariencia representaba más años de los que en verdad tenía, pero no era algo que como profesor debiese mensionar. Sería una clara ofensa.

“Por favor, siéntate un momento.” La carpeta azul volvió a mis manos y con ella la lista de los estudiantes. “¿Te molestaría hablarme un poco de tu curso? Desearía saber un poco cuál es la tendencia del grupo. ¿Sabes cual es la aspiración de la mayoría? ¿Hay algunos compañeros en especial que merezcan mención? Ah, disculpa, han sido muchas preguntas seguidas.” Apoyé la espalda en la silla y le miré con cierto interés, dejando algunos minutos de una pausa necesaria.

“De esta forma podría enfocar mejor mis clases. Lamento tener que molestarte.” Era una trampa para estos pajarillos, lo sabía, y es que no era justo que yo comenzara a saber de ellos cuando ellos no sabían nada de mí.

Estreché la mano que me extendían, un buen saludo para mi que era ingles, me agradaba que comenzara nuestro encuentro con tal gesto. Sonreí- Claro que no, no tengo problemas- dije en mención de lo de mi nombre.

Muchas gracias- me senté en la silla del frente, derecho. Las preguntas del hombre venían con mucha velocidad, me hizo gracia, ciertamente era un profesor que deseaba saber de sus alumnos, se veía preocupado, eso hablaba bien de él. Ladee el rostro y pestañee dos veces- Puede hacerme las preguntas que desee profesor, para eso estoy-acomodé mi bolso sobre mis muslos y luego arregle mi cabello detrás de mi oreja-

El curso de tercero esta bastante avanzado en lo que metas se refiere, muchos de ellos ya han visto en carne propia que el mundo es competitivo en esta escuela por lo que se esfuerzan bastante.
Muchos aspiran a ser vocalistas o idols por lo que me he percatado, tienen buenas voces pero se centran netamente en ello-hablaba sin dejar de mirarle a los ojos y de forma sincera y no muy rápida, con un ritmo ameno- No podría decirle si hay ciertos alumnos que merezcan su atención, muchos...incluyéndome tenemos caracteres distintos y falencias distintas por lo que creo que deberé dejarlo a su jurisdicción. Aunque claro...-recordé a Skyle y su falta de confianza- Hay algunos que creo merecen un poco más de atención por temas de confianza y que crean en su propio talento.-me moví un poco en el respaldo de la silla-
Como consejo, o más bien como una acotación veo un poco desinteresados a los alumnos en las ramas distintas a sus propios gustos y más en las teóricas...a algunos les cuesta leer música o simplemente se han concentrado en querer fama...creo que-mi mano empuñada se poso sobre mi mentón mientras que con la otra libre sostenía el codo del brazo contrario-...falta un poco de profesionalismo, sobre todo en el contexto de que somos el último curso y claro muchos de nosotros están interesados en como podremos sobrevivir al mundo de la industria.-aleje levemente mi mano de mi mentón sin quitar su forma de puño-...Disculpe si no ha sido suficiente.-le miré un poco intrigado luego de unos segundo de silencio, tomé aire, abrí los labios ligeramente y le pregunte- Perdón pero me causa curiosidad saber que clases impartirá-realmente me interesaba saber.

Me agradó su buena disposición, una que también me hubo sorprendido gratamente puesto que jamás nunca había recibido a un alumno educado en mis años de tutoría. Me sentía como un hombre llegando de la guerra a un campo tranquilo y calmo donde las ovejas esperaban ser arriadas, pero mi sentido de realidad me hizo descartar esa posibilidad. En el mundo de la música, todos resultan ser lobos disfrazados de ovejas, pero ese no era asunto mío, mi tarea solo era educar.

"Entonces es necesario hacer algo integrado." Chisté con la lengua mientras cruzaba los brazos y adoptaba una postura un poco más pensativa, como la del muchacho, llevando mi mano derecha hasta mi mentón, ordenando los vellos de mi barbilla.

Confianza, profesionalismo, integridad. Eran conceptos en los que había que trabajar. Por una parte me favorecía que la gran mayoría optara por ser vocalista. Tenía con lo que trabajar, pero eso también significaba un alto grado de competencia dentro de un mismo curso.

"No te preocupes, esto me ha dado un buen pie para comenzar." Fui sincero al agradecerle y es que ya se me había venido algo a la cabeza, por supuesto, podría resultar en caos o en algo positivo para todos esos chicos, en especial para los de humos muy subidos: Un coro. Eso les obligaría a aprender a leer partituras y a disfrutar de ello, a trabajar en equipo y a nivelar los egos. Incluso si habían muchos vocalistas, tendrían que aprender a colocar la voz como para un coro, que difiere bastante de la música popular, pero también se podría mezclar.

"Ah, disculpa. Yo pidiendo tanto sin siquiera presentarme correctamente, Soy Hara Manabu, puedes decirme Harasen, dicto Canto e interpretación. Espero hacer un buen trabajo con tu curso." Dicho esto esbocé una pequeña y pícara sonrisa. De alguna forma me sentía rejuvenecido, tal vez es el poder de los desafíos laborales.

"Cuento contigo para que me ayudes a lidiar con todos, Lucien."

-Conteste con una sonrisa sincera cerrando los ojos-Me alegro ser de ayuda.-Extrañamente para alguien como yo ayudar a personas que tenían más conocimientos me hacía sentir...feliz, util, tanto así como un niño al cual le designan una tarea una persona que admira . Bueno, la verdad es que con los profesores siempre era de esa forma, me recordaban a mi tutor...
Lo miré con atención cuando se presento más cordialmente- Canto e interpretación~ que hermosa rama-hice una pequeña inclinación con mi cabeza, seguro sería el profesor de Lucy en algún momento, independiente de todo el pensar en que este hombre podría hacer que la voz de mi hermana fuese más pura me llenaba de una dicha increible. Se sentía bien por un instante que ahora el recuerdo de ella no me causara malestar.- Gracias a usted por darse el tiempo de enseñarnos espero que pueda ayudar a progresar a mi hermana es también de tercero y aspira a ser vocalista. Su nombre es Lucia. Por favor mantengame al tanto de su progreso.-esbocé una pequeña sonrisa educada y alegre.

-pestañee unas tres veces sin querer, dándome un aire mas juvenil y asentí separando mis labios- Estaré para lo que necesite...-pensé un poco, al decir que lo llamara harasen quizás era un hombre que no gustaba de los formalismos...pero me era algo dificil tratarlo de otra forma, me aclaré la garganta tratando de ser un poco menos formal- Profesor Ha...rasen. Si puedo ayudarle en algo lo haré, no dude en decírmelo.

“Claro que lo es. La interpretación es lo más mágico de la música.” Respondí con una actitud segura pero a la vez apasionada por mi propio trabajo y es que, aunque para la mirada de algunos tal vez esto podría sonar egocéntrico, creo que mi rubro es uno de los mejores y más entretenidos en cuanto a la docencia musical se trata.

“¿Hermana? Estaré feliz de conocerla, en especial si es tan encantadora como tú, muchacho. Claro, ya que me haz hecho un favor, no podría negarte una petición como esa. Seguro y ella avanzará. Eres un hermano muy protector, ¿me equivoco?” De nuevo esbocé esa sonrisa con algo de picardía, llena de confianza y con la calidez que tal vez no era correcta demostrar hacia los alumnos, pero no podía evitar las ganas de ser simplemente el viejo buena onda que sí, sabía enseñar, pero que no se creía un dios frente a sus alumnos, simplemente deseaba compartir mi entusiasmo y conocimiento de la forma más profesional posible.

“Jaja, estás redundando con eso. Llámame como se te antoje, no soy de las personas que les gusta forzar a otros.” Aclaré ya en un estado más tranquilo, ordenando mi saco para luego alzar la mirada de nuevo hacia el reloj. Era hora de regresar a clases.

“Ya casi es la hora. ¿Qué tal si me llevas a tu salón?”

H-hermano protector?-mis mejillas se sintieron algo cálidas-P-puede ser...-llevé mi mano detrás de mi nuca mirando a otro lado, en cierta forma me avergonzaba aceptarlo y el sonrojo que era suave se volvió un poco más notorio cuando me dijo que estaba redundando- Oh!Tiene razón!-Ciertamente delante de un sujeto como el podía comportarme como un chico de mi edad...era...agradable, el corazón de un adulto que demuestra que a pesar de sus años aun conserva juventud y picardía era algo inusual, era por esa razón que no me sentía demasiado presionado.

Sonreí cordial ya más calmado- Entiendo, eso habla bien de usted.-Miré mi reloj también, tenía razón- Claro, por aquí por favor-Tomé mis cosas y conduje al hombre con entusiasmo, esperando poder ver su forma de enseñar.