Yendo un poco más allá (Lucien -aka lucho-) R-18

El ocio le hace mal a la gente y yo soy la prueba viviente de ello. Las ideas más absurdas nacen en los momentos donde el aburrimiento me sobrepasa a tal punto que una simple salida, jodida o lo que sea no logra distraer lo suficiente mi mente.

Dudé por al menos una hora si ejecutar o no mi "plan" que en verdad no era más que una aventura, una travesura de niño. Quería indagar más sobre un mundo que de una u otra manera llegaba a resonar en mis oídos, ese mundo que parecía dar vida a la ciudad. Claro, todo lo relacionado a la música y al renombrado sello en particular.

Quería saber más, estaba curioso por la clase de personas que me había topado. Nana, Yuuchii e incluso Katherine... Claro que no iba a levantar el culo y aparecerme por el sello, no tenía nada que ir a hacer allá. Pero bien sabía la relación directa de la escuela con Merveilles, entonces podía partir por algo, no?

Vamos, solo intento hacer una excusa de porque mis pies me llevaron de nuevo a las aulas de clases, a un ambiente que incluso en mi niñez nunca experimenté.

Mi única ventaja aquí era que con una camisa blanca y pantalones de vestir no llamaría demasiado la atención, bueno, súmenle a eso que mi llamativo tatuaje se mantenía oculto con un parche. Podría apelar a cualquier clase de accidente para eso.

Luego de husmear por las ventanas un par de clases a ver si tenía suerte de encontrar a la belleza de profe, al no tener suerte aproveché de ir más allá, donde no había podido ir en mi primera visita ya que casi me habían pillado aquella vez. Recorrí el campus, sorprendido de lo grande que era. Y entonces encontré algo que se me hizo agua a la boca. El dormitorio de los chicos~ ¡No tenía puta idea que esto era un internado!

Lucky~

Me escabullí por los pasillos violando toda la seguridad del encargado, sabía que en el peor de los casos podía fingir ser un estudiante más, pero por ahora prefería mantenerme cauteloso.

Me asomé por el pasillo de un segundo piso y al parecer no habían moros en la costa. So, ¿dónde me metería primero?~

-volvía de la sala de música de una practica de piano,obviamente vestido con el uniforme de la escuela, pulcro como siempre algo normal, monótono...aburrido. Suspiré algo cansado con la idea de querer solo llegar a mi habitación pero el solo hecho de pensar en que no habría nadie en ese lugar me daba cierta desconformidad. Tenía que sobrellevarlo después de todo así que fui con la idea de que pintar estaría bien.-

Cómo si eso ayudara en algo...-arreglé mi largo flequillo detrás de mi oreja dando así la oportunidad de que mi arete de pluma blanca se viese y fue entonces cuando cerca de los pasillos del segundo piso donde estaba mi habitación sentí la inusual presencia ajena a las acostumbradas, una maña mía era reconocer ese tipo de cosas y es que desde que me volví sobreprotector con Lucía trataba de recordar cualquier indicio de alguien que no me pareciera conocido. Dí la vuelta en la esquina hacía mi habitación y una silueta de un hombre delgado de cabellos oscuros apareció de espaldas a mi. Entrecerré los ojos observándolo analíticamente *...este tipo...nunca lo había visto¿Será un nuevo profesor?-cerré los ojos y camine sigiloso con mi presencia desvanecida-*..bueno, no me concierne si la seguridad de la escuela es tan deficiente*lleve mis manos a mis bolsillos y seguí mi camino, me crucé a su lado izquierdo y al momento de pasar por su lado por el rabillo de mi ojo lo pude notar...su tatuaje. Abrí los ojos un segundo*inusual...* y luego sonreí siguiendo mi camino-...Buenas noches señor.-fue lo único que dije*Así que inclusive en esta ciudad...hay más de ellos*recordé a Ichigo, mis suposiciones eran ciertas había más seres sobrenaturales y es que ese tipo de tatuajes para una persona normal no eran más que eso...para alguien que posee unos iguales a simple vista es más que suficiente para reconocerlos. Marcas malditas. Le dí la espalda dejando ahora que mi presencia fuera normal.

Un escalofrío me recorrió de pies a cabezas al sentir como el sujeto pasaba por mi lado y me hablaba. Por supuesto, no solo me asustó el “ser descubierto”, sino el hecho de no haber sentido ni una mierda de su presencia sino hasta que ya hubo pasado de mí. ¿Desde cuando mis instintos eran tan poco perceptivos? No, eso no solía ocurrirme. ¿entonces era cosa de él?.

Sin poder responder de buenas a primeras, le observé alejarse, pero todo pareció ir en cámara lenta para mi. El sujeto en si era todo un bishie, ya saben, un chico lindo y refinado, esperable de encontrar dentro de tan renombrada escuela, pero su presencia me resultaba, de alguna manera, sofocante.

Bufé por lo bajo, sentía ganas de saltarle encima y golpearlo. ¿Se había burlado de mi? Pero sacudí la cabeza, si bien puedo ser un callejero, no suelo ser tan agresivo. Tsk, me estaba comportando peor que arbolito-kun! (Ash).

“Buenas noches.”

Respondí aludiendo a todo mi pobre ingenio para crear una mentira, una cuartada, una excusa para estar ahí.

“¿Vives en estos dormitorios?”

Pregunté avanzando un poco hacia él. Sí, había encontrado a mi presa. Aunque algo me decía que quizás estaba por cavar mi propia tumba. Por supuesto, no haría caso a un presentimiento tan cobarde como ese. Así que lo seguí.

-me siguio y reí para mi mismo. Me giré un momento con un movimiento elegante parando mi caminar sin sacar las manos de mis bolsillos- Si, soy estudiante de tercer año, es más me dirigía a mi habitación en este preciso momento-le hable mientras le miraba a los ojos, con una calma inusual en mi, calma que cuando tenía resultaba demostrar en demasía en el ambiente al relucir así mi lado angelical. Si el sujeto en cuestión era lo que creía entonces eso generaría algo en él, tenía que ser precavido, luego le contaría a mi hermana de que si mis sospechan eran ciertas teníamos que ser más cuidadosos. Ladee el rostro y le sonreí cortesmente- Busca a alguien? lamento decirle que los horarios de visitas no son estos, podría meterse en problemas si alguien lo viese...así que si le puedo ayudar en algo por favor no dude en decírmelo.

“Ya veo..”

Disimulé tranquilidad, claro una no tan elegante ni cautivadora como la de él. Aura que por cierto me hacía sentir extraño, más no sabría definirlo, pues era la primera vez que me ocurría esto con un humano. Espera... ¿humano?. Las palabras de Ash resonaron en mi cabeza y es que el mismo se había autodenominado “un hombre lobo”. Eso dejaba abierta la posibilidad de que este sujeto no fuera humano… Agité mi cabeza, comenzaba a marearme. Aquello no tenía sentido. Si no era humano que era entonces? Eh? Animal? Me reí de mis propias conjeturas y no titubié en mis pasos a seguir, aunque claro, ya no avanzábamos porque el tipo en si me había parado en seco.

“Amh… No, la verdad es que no busco a nadie…”

Me sentí pillado, asi que el sujeto al final sabía que no era un alumno, mucho menos alguien de la escuela, eh...? Suspiré pesadamente y me rasqué la cabeza de forma despreocupada. Tenía que mentir bien si no quería que me mandara con una patada en la raja fuera de aquel instituto. Lo admito, la situación se ponía interesante, por lo peligrosa que tal vez se sentía para mi. Debería de hacer cosas así más seguido. Ya saben, menos paja más acción.

“La verdad es que soy un alumno nuevo, bueno, casi. Se supone que comienzo la otra semana y me han dado permiso para venir a mirar por mi cuenta el lugar. Ya sabes, aún no me decido si venir a vivir aquí es una buena opción…”

Cerré los ojos dando un bostezo, como si realmente estuviera TAN relajado que no pudiese evitarlo.

“Si ya ibas a tu habitación significa que ya no tienes clases por hoy, no?”

Sonreí de medio lado, de alguna manera intentaba usar sus propias palabras en su contra. Y de cierta manera se sentía como si estuviera jugando con fuego. Nice~ Era una nueva clase de excitación que no recordaba haber sentido en los últimos 5 años.

“Tendrías tiempo para mostrarme las habitaciones? Solo es curiosidad, incluso la tuya estaría bien.”

-Cerré los ojos con calma y sonreí*Nuevo?...*el tipo sabía mentir bien generalmente cuando uno entraba al instituto le hacían una guía en el asunto y más aun te enseñaban el lugar para que decidieras si te quedabas en el internado o no. *¿Venir por tu cuenta?...aun más extraño, esta es una escuela de elite no dejarían a alguien pasearse así como así...*abrí los ojos casi en cámara lenta abriendo los labios ligeramente con voz educada sorprendido-...oh, lo entiendo-le extendí la mano como hacíamos en Inglaterra para estrechársela-Mis disculpas bienvenido a Mussete, mi nombre es Lucien Luarent y soy de tercero-fue en ese momento cuando use mis habilidades innatas mostrando mis ojos confiables y grises claros como si mi ser completo dijese la verdad absoluta. Fuese cual fuese su reacción me ayudaba a saber más de él...malo o buena.-El director Niles le explico los horarios para las clases? eso tambien tiene que ver mucho con la decisión de querer o no estar internado aquí. A mi en ese caso me ayudo mucho-sonreí de nuevo, una mentira disfrazada de verdad, si era alumno tenía que saber el nombre del Director de la escuela y por lo demás si era así debía corregirme. Si lo hacía...bueno dejaría de molestarle.

¿Me había creído? Supongo que si, o este sujeto mentía tanto como yo. De todas formas no tenía modo de saberlo y estaba claro, apostaría al peligro y asumiría que había resultado mi excusa.

“Nah, no importa, supongo que no es algo que pasa todos los días…”

Dije estrechándole la mano de vuelta, pero el contacto me hizo sentir un escalofrío en la espalda tan, pero tan raro que tuve que apartarla de forma rápida, sin ser demasiado obvio, pero la mirada tan pura y angelical del sujeto me crispaba los nervios, sentía como si estuviera mirándome a través de un radar. No, no me engañaba, al menos no lo hacían mis sentidos, no lo hacía mi intuición y de ella vivo.

“Nil... ¿Quién? Bah, no, no he hablado nada por mi cuenta, me declaro ignorante, es mi padre el que está viendo eso, yo solo vengo a mirar, si me gusta, me convenga o no me quedaré aquí. Ya sabes, los padres a veces son un coñazo y todo lo que quiero es salir de casa, pero no si me voy a un sitio más desagradable que ese. No me gusta eso de las reuniones y formalidades. Solo vine aquí por recomendación de una profesora, Katherine, digo, la señorita Howell supongo que la hubicas, ¿no?”

Joder, joder, joder, este sujeto quería ponerme a prueba, transaba con mafiosos chico! Se cuando alguien me quiere pasar sapos por culebras! Pero no, no tengo puta idea de nada de este recinto, mi único escudo era Kath~ Claro, las probabilidades que pensara que en verdad conocía a la profesora por las buenas y no por una aventurita, eran favorables para mi mentira.

“Anda, no seas mala persona~ muéstrame un poco el lugar y prometo no joderte más~ <3”

-el contacto con la mano del hombre dio en el clavo, a al lejanía podía sentirlo...*No eres humano...o al menos eres la mitad de uno...*-comprendo.-ladee el rostro cerrando los ojos, conocía a una de las profesoras pero no me fiaba del todo, independiente de lo despreocupado no había razones para no conocer al director, si su padre hacía la transacción las entrevistas eran un hecho para entrar a la academia, además el mismo se contradecía al decir que estaba por ver si se quedaba ya que dijo que comenzaba la próxima semana así que su estadía era un hecho...pero bueno... se las había arreglado para encontrar una forma de mentir que sonara convincente*...solo por eso te seguiré el juego, me agrada...ese tipo de gente...me agrada quién me entretiene...*

*a todos nos agrada ese tipo de gente*

No tiene que decirlo así, claro que le mostraré el lugar después de todo soy presidente de la clase de tercero, lo tomaré como una actividad más y no me jode para nada-le sonreí de nuevo, mi cuerpo se giró hacía lo que era la continuación del pasillo- Por aquí, le mostraré como es el interior de los dormitorios si lo desea.-saque las llaves y las comencé a girar en mi dedo al encontrarme cerca- Por cierto, no se su nombre, sería tan amable de decírmelo?

Respiré aliviado por un momento al notar que al menos el tema de Katherine me había salvado el culo, luego tendría que darle las gracias de alguna manera especial por cubrirme, porque estaba seguro que lo haría. Aun estando aliviado, no hubo mucha diferencia en mi actuar, parecía despreocupado en todo momento, conservando mi autenticidad en mi faceta de rebelde sin causa.

“Haha~ Vale, gracias~”

Me causó gracia toparme justo con ese importante sujeto y encima que me respondiera con mis propias palabras y es que vamos, no esperaba escuchar un “jode” de unos labios tan finos y pulcros. Me daban ganas de morderlo~

Caminamos por el pasillo, me mantenía alerta a cualquier otra presencia, pero aparentemente la mayoría del resto de los alumnos aún estaba en clases. La pregunta me tomó por sorpresa. Al comienzo tenía pensado ocupar un nombre falso, pero si llegaba a oídos de Katherine no tendría como escudarme, no quedaba de otra… Debía decir mi “verdadera” identidad.

“Dante, Dante Rivelli.”

No dejaba de ser una mentira. Tal vez la mejor mentira de mi vida, y es que ese nombre, esa identidad no existía. Era mi máscara en esta nueva ciudad. Spiro, resonó en mi cabeza en las voces de mis antiguos compañeros.

-iba a recordar ese nombre, después podría buscar en los archivos de los listados de alumnos si hablaba como siempre con los profesores buscando alguna excusa para verificarlo. Por qué hacer tanto agetreo? simple...un ser de su naturaleza debía mantenerse siempre vigilandolo sobre todo después con mi encuentro con la asquerosa arpía de Ichigo y el accidente con Shizuka y la lesión de mi hermana. Me prometí a mi mismo mantener al margen a esa mujer y si en uno de los casos el la conocía o se comportaba como ella iba a ser un real problema.

Mantenía mi rostro sereno- Entonces Dante Rivelli, suena bien si me permite decirlo, algo Italiano...o quizás de un país más lejano...-tome las llaves entre mis dedos y ya llegando al fondo del pasillo nos topamos con mi habitación- llegamos-entre la llave en la cerradura mientras hablaba-...Y bien señor Rivelli, en que área de la música se especializa?- vamos que hablar de música era algo totalmente normal dentro de aquí sus conocimientos por lo demás tenían que ser básicos, otro medio para saber más. Aunque me llamaba la atención y no me dejaba de molestar el por qué vendría por aquí...necesitaba ver más dentro de el para saber que tipo de ser era.

“Ahaha gracias, sí, suelen decir eso~”

Comenté despreocupado pero a la vez expectante por la habitación, sentía la curiosidad de un perro al entrar a un lugar nuevo. Por poco y me aguantaría las ganas de olfatear todo a penas entráramos. Me intrigaba el sujeto, me intrigaba esta escuela, me excitaba quedar en desventaja frente a él, incluso ser descubierto ya no me parecía algo tan malo.

“No me especializo en nada, pero amo la guitarra, tengo clases particulares y esas cosas, pero como te dije, a diferencia de ustedes mi intención de venir acá no es otra que escapar de casa, no aspiro a llegar a ser el mejor en algo. Así que no te preocupes, no soy de la competencia~”

Respondí a su pregunta, curiosamente, lo dicho no era del todo una mentira, y eso me causó gracia. Ahora mismo debería hacerle un altar a Nana por enseñarme lo básico y a mi casi talento, como para poder aprender a tocar esa cosa, al menos, de un modo que podría ser considerado bueno. Claro y es que no había dejado de practicar lo que nana me había enseñado ni un puto día, era mi principal entretención en casa. Como un amante que no podía dejar de tocar y explorar con mis dedos.

Lo miré impaciente, alzando una ceja como preguntando si es que el interrogatorio iba a seguir en la puerta o por lo menos dentro de su habitación.

-el cerrojo se deslizo y abrí la puerta con calma- Jajaja claro, aunque el lugar en si es competitivo así que no se sorprenda que algunos aunque usted les diga esas palabras sigan pensando lo contrario...-seguí hablando al entrar en la habitación-algunos solo se dedican a mentir en esta escuela~...-dicho esto con mi voz algo más ronca deje que viera la alcoba. De frente un ventanal con cortinas celestes y la habitación blanca por default al representar los colores de la escuela, se podía apreciar al lado izquierdo la cama, una cómoda y en el centró de la habitación mi caballete de pintura, un estante repleto de libros, un armario y unos cuantos objetos más como un pedestal negro para partituras en el cuál había unas escritas a medio hacer. El lugar estaba tan pulcramente ordenado que parecía que cada cosa había sido puesta allí midiendo el centímetro entre los espacios en los dichos objetos- Pase por favor, las habitaciones son así la mayoría de las veces-Lo sabía...sabía que si el tipo entraba tendría un choque con mi presencia en extremo, mi alcoba era uno de los lugares donde más había dejado marcado mi ser solo por el hecho de que me pasaba horas en ella y más aun expresaba mi arte en los lienzos cuando me sentía ahogado si no tenía el piano o a Lucía.-[color=darkviolet]Permitame decirle...señor Rivelli que la competencia aquí es tal que el tener una razón solo como la de escapar de casa no le permitirá quedarse mucho tiempo, por la simple razón de que los que nos tomamos enserio el oficio no soportamos algo como eso]-eso en cierta forma me molesto más no lo deje ver en mis palabras, es más sonaba casi como un consejo de un alumno mayor a un primerizo ,habían personas que jugaban su vida por estar allí y si era sinceras sus razones...eso me hacía no tomarle mucho interes*Vamos...debes ser más interesante que solo un cachorro intentando huir de casa...DEBES serlo con esa marca en tu rostro]- si busca escapar y si me permite decirlo...creo que sería mejor otro lugar...aquí los sin voluntad no duran muchodije eso y me senté en el banquillo frente al lienzo en el caballete mirándole fijo, expectante-

Finalmente abrió y pude observar la habitación. Wow, eso era un hotel para mi, por las comodidades hasta y me tomaría enserio lo de entrar en la escuelita… Bah, no es cierto, demasiadas reglas, poca libertad, mh… prefiero pagar por un hotel que encerrarme en otro tipo de cárcel.

Puse un pie dentro del lugar y las sensaciones de mi cuerpo se intensificaron. Me sentí abrumado, como si el aire inspirado fuera demasiado limpio, o demasiado sucio, que el respirar dolía. El escalofrío se generalizó por todo mi cuerpo y sin darme cuenta solté un jadeo, intentando acostumbrarme a la sensación. Sentí mi boca tensa, mis colmillos presionando firme, pero luego de unos minutos, logré articular palabras, más o menos de forma normal.

“Mh… lo entiendo…”

Cerré la puerta tras de mi al ver que el chico avanzaba hacia su lienzo. Con un movimiento rápido y sin sonido que fuera perceptible eché mano al cerrojo. No quería interrupciones, no con alguien tan interesante por delante.

“Aah~ sabía que dirías algo asi. Lo lamento, pero es mentira. Aunque no veo por qué deba decirte más, no al menos por ahora. ¿No crees?”

Me acerqué susurrándole en el oído y luego separándome de nuevo, mirando cada detalle de la habitación.

“¿Tu también tienes tus secretos, no? Si quieres saber los de otros deberías al menos comenzar siendo sincero tu. O es que no te han enseñado modales~?”
Comencé a ponerme altanero, solo para probar su carácter, control y determinación.

-Sus acciones comenzaban y al final todas sus reacciones y palabras concordaban, mantuve la calma y pestañee un poco ladeando el rostro-Modales?pues fui muy bien enseñado con respecto a ellos, puede verlo en mis maneras de expresarme hacía usted no es así?-arreglé mi cabello de nuevo que había caído sobre mi hombro- la familia Luarent es conocida en la nobleza por si refinada forma en la que se expresa, es más ofensivo señalar que no tengo modales siendo que inclusive le he mostrado mi habitación no lo cree?-le miré elegantemente y proseguí-...Secretos? pues si, tengo algunos como todo el mundo, pero insinuar que yo quiero saber los suyos es un poco egocéntrico a mi parecer...disculpe si suena un poco rudo de mi aprte decirle aquello, no es mi intensión.-tomé el carboncillo que descansaba en el caballete y empecé a tirar lineas con una temple que sacaría de nervios a cualquiera-...vamos señor Rivelli, soy solo un alumno de tercero de esta prestigiosa escuela de músicos, -cerré los ojos y sonreí con calma haciendo que mis facciones se vieran más finas- en el único momento en que mentí fue en el nombre del director...cómo no le conocía y los horarios de recorrido no calzaban con los respectivos a los que suelen estar fijados solo pensé en que como buen alumno de Mussete si había un intruso debía reportarlo a los guardias...y para ello me vi en la obligación de disuadirlo con unas cuantas palabras a ver si así podía obtener alguna información de quien era usted-seguí dibujando con la muñeca llena de gracia, ya comenzaba a adoptar forma-...Quizás sea usted el que quiere mostrar sus secretos...ya que se confeso primero-sonreí con calidez mirando el lienzo..,

“Vaya, realmente eres de la elite, no? Bah, eso no va conmigo… enserio, no era la idea ofenderte, pero tantas preguntas fueron molestas.”

Declaré un poco irritado por el comportamiento tan correcto del sujeto aquel. Alcé una ceja cuando contestó a mi acusación. Pff… ¿Y yo era el que mentía? Bueno, sí, pero no era el único, tanta perfección solo acrecentaba más y más mis dudas. Este tipo tenía algo raro, lo podía sentir, tsk, lo terrible es que ni siquiera tenía intenciones de entrar a la escuela, por lo tanto, si no sacaba algo de información ahora, iba a ser un poco complejo volver a pillarlo.

“Vale, si dices que no es tu intención entonces soy un paranoico~”

Me encogí de hombros y continué husmeando la habitación, claro, sin tocar nada, solo mirando por aquí y por allá, olfateando disimuladamente, seguía escuchando sus palabras y sí, me irrité cuando confesó que había mentido con el fin de atraparme.

“Vale vale, qué importa eso. ¿Mis secretos? Nah, como te dije, no estoy tan desesperado como para venir a contárselos a un sujeto cualquiera~ Quizás en otra ocasión?”

Avancé hasta él de nuevo, la incomodidad en mi cuerpo persistía pero me había acostumbrado. Su nombre se repetía en mi mente, no quería olvidar la identidad de este chico. Lucien, lucien, lu… chií? Hehe. Lucho.

“Hey, que dibujas?”

Pregunté curioso, asomándome para mirar, parecía un crío entrometido. Lo sabía. Yo aún tanteaba terreno, después de todo no había venido en son de guerra, sino atraído por la curiosidad.