(Libre) Yendo por provisiones

-¡Gracias, tenga buen día!- Le agradecí al guardia de seguridad que atendía la entrada el edificio donde se localizaba mi departamento, o lo que también llamaría "mi casa" mientras viva en esta ciudad. La verdad, me siento tanto emocionada como nerviosa; tan lejos de casa en una ciudad lejana, pero esto era "volar fuera del nido" y comenzar una nueva vida.

Me gustaría ahorita estar curioseando por la ciudad, pero anoche llegué; no he terminado de empacar y mi refrigerador estaba vacío, por lo que tuve primero que ir por algo de comida para llenarlo -claro que comí algo pequeño esta mañana.

-¡Bien, no hay mucha gente!- Murmuré una vez en el supermercado agradeciendo mi suerte, así no tardaría tanto tiempo en mis compras. Tomé un carrito y fui por los pasillos para comprar. Primero: cereal para el desayuno. -¡Vaya! ¡Son muchos y se ven tan deliciosos!- Me dije pensativa mientras me quedaba ahí parada tratando de elegir uno.

-No debería estar perdiendo el tiempo en esto, sin embargo.... -una de las cosas más extrañas que podían sucederle a los simples habitantes de la ciudad era encontrarse con -básicamente- una bola negra caminando entre las personas sin inmutarse en lo más mínimo de las miradas de los demás. A pesar del horario, Erzsébet no abandonaba su tradicional atuendo negro y se convertía en una mancha inconfundible y rápidamente reconocible entre todos. Más si tenemos en cuenta que estaba en un supermercado.
-Una bruja como yo no debería estar perdiendo el tiempo con compras mundanas -dijo a la par que miraba una lata de tomates con desconfianza- Ash, lo que debo hacer para alimentarme. Podrán satisfacer a mi estómago pero nunca dejarán satisfecha mi alma ni mis necesidades de mana ¿Qué más puedo hacer si los elementos de otras dimensiones son difíciles de conseguir?
Claro todo esto era un delirio para cualquier persona que la estuviera escuchando. No importara que fuera falso, ella estaba inmersa en su mundo y se encontraba feliz -a pesar de su rostro poco amigable y que se asemejaba al de alguien a punto de romper un par de huesos si le hablaban- mientras inspeccionaba cada una de las cosas que tomaba de las góndolas. Hablar en voz alta era algo que no dejaba de hacer.

-Uhm, avena... -dijo a la par que tomaba una caja de una reconocida marca y revisaba su reverso- Se usaba en rituales más tradicionales, dudo que las plantaciones actuales perduren lo suficiente en tierra como para tomar sus propiedades energéticas, pero creo que es lo más cercano que tengo a algo de calidad, seguramente el mejor reemplazo, ah qué más da -suspiró con la cabeza en alto y depositó la caja de cereales en la pequeña canasta que llevaba cargada de un brazo, totalmente ignorante de que una chica estaba prácticamente a su lado.

Estaba tan metida en lo que compraría que la verdad no pude notar quien estuviera enseguida de mí. -A veces detesto mi gran gusto por las cosas dulces...- Murmuraba inflando mis mejillas, pues no era posible que algo así de simple me detuviera de repente.

Por suerte ya parecía decidirme; agarré la caja de un cereal de chocolate, hace mucho no comía uno. -¡Sí, chocolaté!- Me dije feliz mientras tomaba la caja entre mis brazos, pero al concentrarme en eso e ignorar mi exterior, terminé tropezando con una persona provocando que ambas cajas calleran al suelo. Esperaba que no se haya roto algo.

-¡Ay! ¡Disculpa, me distraje!- Dije apenada mientras me inclinaba para recorger ambas cajas. -¡Aquí tiene!- Le tendí con ambaas manos la suya.