Cena y el ayer (Zinnia)

No tenía certeza del por que ahora, que nos encontrábamos platicando, no podía prestarle mi total atención a Regan o al menos a su presencia física, no era un buen comienzo, no era como lo tenía planeado, pensaba en que ambos estaríamos frente a frente pero nos incomodaba. Aunque el hablarle empezaba a tener un aspecto positivo, decirle que le guardé rencor hizo que sintiera un alivio y más por su reacción, que era calmada llevándose únicamente por el razonamiento. Pasaron algunos segundos para que continuara la platica, era un silencio que ciertamente me ponía nerviosa pero debía de dar paso a un punto muy esencial en todo esto- En el periodo en que estuvimos juntos fui una chica realmente felíz pues contigo podía ser como realmente era per también fui muy egoísta. Regan todos estos años estuve cegada, con el único pensamiento que me abandonaste por que no era lo suficientemente buena para ti pero ahora pienso las cosas con más claridad y sé que no contactaste conmigo por la razón de que no te llegaron las cartas puedo tener una idea de la verdadera razón del por que me enviaron a otro país-

Esta vez mi voz sonaba un poco temblorosa, podía sentir incluso que mi cuerpo tenía un ligero temblor, cerré con fuerza los ojos- Siempre fui honesta contigo, pero hay una cosa que te oculte. Desde antes que nos conociéramos yo estaba comprometida y aún lo estoy- No me atrevía abrir los ojos, los mantenía tan cerrados como podía dejando escapar aquella tranquilidad que quería transmitir-Como te había mencionado antes mi esposo es quien manejara las empresas Millaray por eso es que ellos seleccionaron según su criterio a alguien que podría con el trabajo, cuando se enteraron de nuestra relación pensaron que solo era un capricho mío, al ver que me aferraba mucho a ti dedujeron que iba a cancelar el compromiso, lo iba a hacer pero llegó lo del viaje a París. En las cartas te pedía que fueras por mí, quería que me rescataras…- Poco a poco fui abriendo los ojos, pero miraba mi regazo, tenía levemente fruncido el entrecejo. Pensar en él como un héroe, no, más que eso, como un príncipe que rescataba a su princesa era tonto cayendo en lo absurdo, creo que lo veía mas allá de una persona, incluso ahora lo veo con una gran elegancia, todavía como un príncipe- Al no ver que ibas a por mí tomé la decisión de seguir con el compromiso, ahora solo faltaría esperar la fecha para la boda…

Ya me había resignado a estar en un matrimonio arreglado, tenía planeado en no prestarle mucha atención a mi matrimonio, solo lo debido. Ser amable y servicial apasionándome únicamente en la danza, que fue lo único que no pudieron arrebatarme y en lo que me apegaba pues era ya lo único que hacia salir a flote mis verdaderos sentimientos.

Regan escuchó en silencio lo que la chica tenía por decir, pero de vez en vez sus manos se apretaban la una a la otra para descargar de la forma más sutil posible ese deje de rabia y frustración por un pasado que si bien fue divertido y lindo para ambos, simplemente ahora se escuchaba como un viejo cuento que no terminó bien. ¿Por qué? Únicamente por la ignorancia de ambos.

Cuando ella admitió haberle ocultado algo siempre fue cuando entonces el castaño alzó la cabeza, de forma pausada, hasta encontrar su mirada con la de aquella, ahora, mujer.

“Ah.” Se escapó de sus labios como un hecho sonoro de su sorpresa. Seguramente su expresión atónita duró lo suficiente como para que ella pudiera notarlo, pero vio que ella mantenía los ojos cerrados. ¿No le enfrentaría?

Entonces volvió a bajar la cabeza un poco y llevó su mirada hasta el piso, sin hacer ningún comentario al notar que ella se encontraba tranquila y continuaría con su explicación.

Esta vez fueron sus dientes los que se apretaron en su bien discimulada tranquilidad. La impotencia comenzaba a carcomerle el alma. ¿Si hubiese tenido esas cartas, la hubiese podido rescatar? ¿Si lo hubiese hecho, como serían ahora sus vidas? Dejó ir un suave suspiro, casi imperceptible para evitar que toda esa ola de emociones se desbordara más allá de lo que podría contener.

Ella terminó de hablar y él dejó pasar el silencio, asegurándose que cuando fuera a hablar, su voz fuese lo suficientemente audible y libre de temblores, pero él no era un hombre de máscaras, solo un prudente personaje con cierta política al hablar.

“Comprendo…” Y esa política no era suficiente para ocultar los sentimientos de un corazón apasionado como el suyo. Para evitar la incomodidad, fue que inclinó el cuerpo hacia adelante y apoyando los codos en sus piernas, con sus manos juntas, mantuvo la mirada en el piso, un tanto pensativo.

“Agradezco que me lo hayas confiado, aun ahora, es un signo de confianza. ¿No es así?” Sus ojos azules se ocultaron tras el cierre de sus párpados, pues sabía que solo ellos, tal vez, demostrarían que se sentía herido, pero no era la culpa de la chica. O más bien, no tenía como culparla.

“Solo hay algo que quisiera saber…” Un nuevo silencio invadió la terraza. “¿Eres feliz con eso?” Era tal vez una pregunta absurda, pero si la chica estaba dispuesta a vivir esa vida. ¿Quién era él para decir lo contrario? Ahora mismo, solo era su jefe.

¿Realmente era confianza la razón por la que pude decirle lo que tanto le oculté e hice todo lo posible para que no se enterara? A lo mejor, realmente no tenía idea pues durante los años de ausencia en los que estuvimos le tuve rencor y odio, era extraño que la confianza regresara de un momento a otro, cuando descubrí que no me había olvidado tal vez regresó por que antes me apoyé en él y por los sentimientos que no se habían esfumado del todo.

Su última pregunta la sentí como si de un balde de agua fría se tratase, no esperaba que preguntara aquello, ni siquiera yo me lo había preguntado. Mi rostro se levantó con brusquedad notando que él también miraba para abajo; no queríamos miarnos a los ojos por que temíamos ver lo que mostraban aquellos. Eso es lo que deduje, pero en estos momentos mis ojos se abrieron cada vez más, pensando, imaginando la vida que me depararía, como me sentiría y si en verdad me sentiría plena, completa. Toda la calma se fue, al igual la seriedad que intenté mantener hasta ahora.

Después de su pegunta pasaron otros segundos hasta que respondí-…No…-Un sílaba es lo único que pude decir, esta vez no se oía tranquila, tembló mi voz y mis ojos aún se encontraban muy abiertos, mirándolo apretando las manos muy fuertes, una lágrima rodó por mi mejilla, la dejé caer- ¿Cómo podría vivir el resto de mi vida con alguien que apenas conozco en fotografías?- Comenté notándose por primera vez mi miedo de estar con alguien que ni siquiera conozco, ni siento ningún sentimiento por él. Guardé aquellos sentimientos negativos muy dentro de mí pero ahora tuvieron que salir a la luz.

-Revo ¿Realmente nos necesitábamos? ¿F-fue bueno que nos hayamos separado? Quiero decir, obtuvimos nuestros sueños, tú te volviste famoso, un músico profesional y ahora tienes una escuela y una disquera. Yo soy lo que siempre quise ser, una bailarina profesional ¿Hubiéramos logrado lo mismo si no nos hubiéramos separado?-Era lo que ahora me peguntaba, teníamos éxito pero eso se debió a que nos centramos totalmente en nuestros sueños. Amo la danza y estar en el escenario pero siempre queda un pequeño hueco, que no me deja sentirme completa y llena.

“No”

Esa era toda la respuesta que necesitaba su corazón egoísta y soñador, encadenado al pasado como si los grilletes de un viejo libro quisieran hacerlo formar parte de su trama. Levantó la mirada tranquilo ante la pequeña esperanza que aquello había abierto, pero a penas sus ojos vislumbraron la lágrima ajena cayendo, toda compostura, prudencia o tranquilidad se le fue de las manos como si el viento tras las murallas se lo hubiese arrebatado.

“Zinnia…” Susurró al mismo tiempo que su cuerpo arrebatadamente dejaba el sillón para ir hasta ella, arrodillándose frente al lugar donde descansaba su cuerpo, dejando de lado toda formalidad, sin siquiera pedir el permiso se adelantó a acariciar su rostro y robarle aquella lágrima. Si algo nunca había soportado, era verla llorar. El impulso de querer acariciar el rastro húmedo dejado, esta vez con sus labios, era incontenible y carente de sentido dada la situación. No lo pensó, solo su cuerpo se irguió por sobre la figura femenina, dejándola atrapada en el sillón de un instante a otro, pero el mismo instante se esfumó al oír las palabras y cuestionamientos de ella.

Dio un paso atrás y esta vez no hubo tiempo para disimular sus sentimientos, no hubo otro sitio que mirar sino a los grandes ojos de ella. En sus orbes azules se delató el dolor provocado por las frías preguntas que la chica hacía, tal vez sin siquiera darse cuenta.

“¿Cómo pretendes que responda a eso?” El desconcierto en su rostro se leía con claridad, pero de inmediato trató de digerir su propio nudo de emociones para complementar su respuesta. “Necesitarnos no lo sé. ¿La pregunta no debería ser si realmente nos amábamos?” Su tonó sonó indiscutiblemente amargo.

“¿Bueno o malo? Creo que fue un poco de ambos. Como dices, alcanzamos nuestras metas profesionales, pero también dejé de lado una parte importante de mí. Dime, Zinnia, ¿Qué es “el hubiera” sino el anhelo de una realidad inexistente? Creo que soy lo suficientemente soñador como para necesitar visualizar esas otras realidades que ahora me pides ver.”

Toda la formalidad, lo que marcaba el protocolo y lo que nos marcaba como adultos maduros, tratando de arreglarlo, se esfumó por completo. Dejarse llevar por la razón, sin incluir las emociones no iba a aportar una solución o soluciones.

El simple roce de nuestra piel, a pesar de que fue por un breve instante, estremeció mi corazón a tal grado que mi defensa quedó totalmente deshecha. Lo escuchaba atentamente, su pregunta, si realmente nos amábamos, fue insoportable oírlo, tanto que llevé mi mano derecha a la altura de mi corazón. Su porte calmado, elegante, se fue a un lugar fuera de este. Ver en sus ojos lo que de verdad sentía, me daban ganas de abrazarlo. Cosa que quería hacer desde su invitación al hotel….

Y así lo hice, siendo yo ahora quien se levantara para no dejar espacio entre nuestros cuerpos, abrazándolo, sin importar en las consecuencias o que reacción tomaría, si es que me respondería o me apartaría. Escondí el rostro en su hombro por unos segundos abandonándome en su olor y calor. Solté un sollozo antes de verlo a los ojos- Por mi parte, puedo decir con toda seguridad que en el tiempo que estuvimos juntos te amé. Llamaste mi atención la primera vez que te vi en el escenario- Solo hasta las últimas consecuencias pude decirle mis verdaderos sentimientos y es que se me dificulta expresarlos debido a que me hacen sentir vulnerable y no fui educada para poder sentirlo a flor de piel.

Levanté un poco más mi rostro posando los labios sobre su mejilla quedándome de esta manera por unos segundos, mi cuerpo temblaba levemente, un tanto nerviosa, luego me separé pero aun lo tenía abrazado.

Regan mantenía su expresión confusa y un tanto indignada, al menos hasta el momento en el que los brazos finos y agraciados de la mujer rodearon su cuello de forma inesperada. Ese simple e innato gesto había sido suficiente para acongojar su corazón. Una ola de emociones recorrió su cuerpo y su mente se trasladó a un lugar del pasado, donde aquel abrazo había tenido lugar por primera vez. Eran jóvenes, soñadores, enamorados, curiosos de la vida y del mundo. El sollozo de ella le trajo de vuelta a la realidad, al presente y a las diferencias que quizás no quería enfrentar.

"Solo era un muchacho ingenuo persiguiendo sus sueños, y tu eras parte de ellos… También te amaba Zinnia, siempre lo hice. No puedo objetarle nada al pasado y es que pese a todo lo ocurrido, a todo lo que tal vez sufrimos, es que hoy estamos aquí…" Regan rodeó el cuerpo de la mujer con sus brazos, firmes pero muy cálidos, sosteniendo la nuca de la mujer en su mano derecha.

"No debemos quedarnos atascados en el pasado. No puedo pretender que el tiempo no ha pasado o que no existen inseguridades en mi. " El percibía cada movimiento de ella, cada roce, cada temblor y al momento de separarse fue Regan el que marcó la distancia, sin romper el abrazo, solo permitiéndose ver los rostros a la distancia justa y necesaria.

"Si te soy sincero, melancolía es lo que siento en estos momentos. Sabes que si bien es cierto siempre he sido un caballero contigo, por sobre todo, antes soy sincero."Su mano derecha acarició el rostro de la muchacha y la distancia se volvió menor.

“He escuchado lo de tu prometido y actualmente no se demasiado sobre ti, asi que de antemano te pediré perdón, no hago esto con la intención de ofenderte, o darte problemas. Incluso si me gano una bofetada, estará bien. Ahora mismo, mi único deseo… es robarte el beso que no te pude dar antes de que te alejaran de mí.” Su frase terminó en un susurró y con ello la distancia entre ellos se hizo nula. Sus labios se apoderaron de los ajenos sin esperar por un permiso, depositando un beso suave pero ciertamente cargado de emociones, en esa intimidad que seguramente, sería difícil volver a compartir otra vez.

Mi mente comenzó a trabajar con sus palabras, sí estaba muy nerviosa y sí, mi corazón latía a un ritmo muy acelerado ¿Por qué dijo aquello de la bofetada? No creo que alguna vez llegue a usar la violencia contra él, era un caballero y no era de las personas que llegaran a lastimar a otras personas.

Ya el abrazo perdía fuerza pero al momento del beso me aferre a su cuello, si no lo hacía sentía que iba a caerme. No cerré mis ojos enseguida, estaba muy sorprendida, él no era de las personas impulsivas y el que me besara…El que me besara provocó que recuerdos y sensaciones regresaran, que desde hace mucho tiempo no había tenido. En esta situación tenía dos opciones: separarlo y, justo como dijo, darle una bofetada por hacer tal osadía ya que no era permitido besar a alguien comprometido, o dejarme llevar pues ni siquiera sabía si íbamos a volver a tener una ocasión como esta. Y ¿A quien engañaba? Incluso cuando salíamos tenía ese compromiso así que correspondí al beso dejándome embriagar por la textura de sus labios y el sabor.

Mi beso era tímido al principio, pareciendo de esta manera una principiante, como si se tratase del primero que daba pero pronto tomé el ritmo acoplándome a sus labios, como en el pasado y de pronto anhelé de nuevo el pasado, se sentía muy bien el beso y estar en aquellos brazos, fuertes y calidos. El tiempo ya no existía en esa habitación y eso estaba bien para mí pero claro todo tenía un final. Hice solo un poco más intenso el beso al final antes de que apartara mi rostro, estaba muy agitada- Revo…-Dije en un suspiro llevando una mano a su mejilla para acariciarla con suavidad mirándolo a los ojos.

Quería de nuevo llorar pero en vez de eso respiré profundamente. Ese beso se que tenía mucho significado pero aun no podía interpretar bien el mensaje ¿Había sido ese beso la conclusión de lo nuestro? O ¿La esperanza de que algo nuevo surja?- Creo que tienes razón…No debemos atascarnos en el pasado, entonces deberíamos comenzar de nuevo ¿Cierto? Ambos hemos cambiado y…quien sabe, a lo mejor ya no sea atractiva para ti…- Al decirle eso desvié la mirada, pasando con discreción mi lengua sobre los labios, era lo que más temía, claro que yo lo veía igual, incluso un poco más atractivo y maduro.

Para Regan era muy nostálgico volver a sentir el sabor y la delicadeza de sus labios. Era como si de pronto un torbellino de recuerdos acosaran su mente y le instalaran un dolor en el pecho propio de anhelo. Pero incluso así, no se separó. Su beso se quedó entre el límite de la ternura y lo apasionado, comenzando igual de suave, volviéndose más íntimo poco a poco, pero sin ir más allá. Nadie les interrumpía y debía admitir que el hecho de ser correspondido en su acción le sorprendió lo suficiente como para que cuando se hubieron separado, sus ojos demostraran todo ese nudo de emociones que le recorría el cuerpo. Parecía un adolescente.

Cerró los ojos, dejándose acariciar por esa delicada mano y con ello un suspiro se escapó de sus labios y cuando ella rompió el silencio, la volvió a mirar. La forma de hablar de Zinnia lograba hacer que su corazón se detuviera unos segundos y luego latiera con incluso más fuerza. Lo confundía. O tal vez solo era parte de toda la inseguridad que sentía.

"Tienes razón en que ambos hemos cambiado. Sería un error pretender que estos años no han pasado, pero si algo puedo decir con seguridad, es que aún provocas sentimientos en mi." Sus palabras se acompañaron de un simple gesto. Tomando la mano de ella y llevándola hasta su propio pecho, sobre su corazón, como evidencia de que lo que decía, era cierto.

"Aunque ya no seas la chica que antes estaba encerrada en un mundo que tus padres te dieron. Ahora eres una mujer, e incluso logras descolocarme. Quiero volver a conocerte como en aquel entonces Zinnia... Quiero disfrutar el tenerte a mi lado." Depositó un beso sobre su mano y finalmente irgió la espalda, separándose de ella.

"Quiero que esto fluya. Y si hay sentimientos, o estos renacen, entonces no dudes en que voy a volver a intentar conquistarte." Su mirada se clavó en las orbes ajenas con gran determinación, de una forma un poco más dura a la que Regan solía hablar. Realmente estaba hablando en serio. Sin saber si era solo la nostalgia o si de verdad habría algo más que pudiera nacer entre ellos... Quería descubrirlo, descubrirse de nuevo junto a ella y caminar la senda que ahora el destino había puesto frente a él.

Sin importar el final del camino.

Sus palabras era de promesas que prometían un posible futuro donde ambos estuviéramos juntos, me quedé sin hablar, mi mente estaba en blanco no sabiendo que responderle pues no sólo sus palabras me comunicaban algo, también sus ojos abrieron la ventana que da a su corazón y por lo tanto a sus emociones expresándolos, cosa que no había hecho momentos antes, lo que hacía que yo también dejara fluir mis sentimientos. Cuando guió mi mano hacia su pecho mis ojos siguieron ese movimientos, abriéndolos al descubrir que el latido de ese corazón era muy fuerte, estaba en sincronía con el mío ¿Qué podía significar aquello?

Lo que necesitaba estar en claro es que yo ya no era la adolescente que conoció, cambiamos tanto física como mentalmente, ambos más maduros. Las personas cambian pero el beso comprobó que los sentimientos, emociones no, a pesar del pasar del tiempo. Lo miré con cierta melancolía para después sonreírle, sus palabras sencillamente me halagaban, era todo lo que una chica quería escuchar de un hombre o tal vez de un príncipe azul- Bien, dejaremos que esto fluya, eh comprendido que las cosas pasan por una razón- la sonrisa desapareció desviando por primera vez, dese que terminó el beso la mirada unos breves segundos- Como dije al escucharte cantar, aún haces que mi corazón lata precipitadamente- Mordí con discreción mi labio inferior- Terminaré con mi compromiso con la otra persona no importa si tengo problemas con mis padres- No creía justo ver si regresaba con Regan mientras aún tenía ese compromiso, no otra vez, quería cambiar y ese sería mi primer gran paso.

Como era nuestra oportunidad de estar en privado, sin tener conocimiento de cuando podría volver a repetirse, me atreví a acercarme posando mis manos en su pecho. Quería guardar en mi memoria la sensación de su calor, era el primer hombre con el que tuve alguna fantasía de poder tener un futuro juntos, salir a pasear tomándonos de las manos, que compartiéramos tanto las cosas buenas como las malas. Lo que tenía miedo es que los sentimientos se esfumaran o se fueran a otra parte- Por favor Revo déjame estar junto a ti de este modo por unos momentos- Susurré cerrando los ojos. Me daba por satisfecha si dejaba que me quedara así, no importando si volviera a abrazarme.

Un suspiro de alivio y aceptación salió de los labios de Regan cuando Zinnia se hubo acercado hasta su pecho, ahí, en esa intimidad que compartían, al fin lograba sentirse en paz, como si la ansiedad de todos los anteriores encuentros se hubiese desvanecido en ese mismo suspiro.

Sus brazos instintivamente rodearon los de ella, sin ser un gesto demasiado demandante. Sus manos tocaron su espalda suavemente y la sostuvo, en una aceptación silenciosa de aquel gesto.

"Espero que aquello no cause problemas. Pero incluso, si esto no llegara a tener futuro, creo que es mejor que seas sincera. Incluso si con el correr del tiempo te das cuenta que yo no soy la persona que quieres que esté a tu lado, es mejor terminar un compromiso que no tiene sentimientos de por medio."

Dio una suave caricia en el cabello de la mujer, luego simplemente susurró.

"Esta vez no seré el príncipe azul, ni tu héroe. Solo quiero ser yo, así que tampoco quiero una princesa, quiero conocer a la Zinnia real, a la de ahora, a esta bella mujer."

Él tenía razón, necesitaba terminar la relación impuesta por mis padres y lo había pensado en escasas ocasiones en el pasado pero al estar “decepcionada” en aquel ámbito realmente no le tomaba ninguna importancia pero al hablar con Regan me dio un poco de esperanza y mucho valor. Me acerqué a él buscando protección en ese instante- Voy a decirles, pero tengo miedo  a como puedan tomarlo y si harán algo al respecto-  Susurré con la voz temblorosa, mostrando así mi inseguridad y miedo dejando ver con más claridad mis verdaderas emociones. La intimidad me daba la oportunidad de quitarme la mascara de la persona con un gran control y calma.

Ayudaba mucho sentirme abrazada por Regan, sus brazos que emanaban calor daban un mensaje de tranquilidad y que todo estaría bien- De igual modo tienes razon, en que ambos somos personas, con defectos y virtudes, hombre y mujer-

Estaba muy a gusto en esa posición pero no quería incomodarlo separandome, pero solo un poco, sonriendole estando menos tensa- No creo que encuentre a alguien que pueda mover mi sentimientos tan fuertes, no como tú, ahora no puedo razonar en mi cabeza esa posibilidad- comenté de manera sincera, ladeando la cabeza sin dejar de mirarle a los ojos, esos que son tan apasionantes- Esta velada a sido una de las mejores, espléndida, espero que no sea la única que tengamos- Hubo momentos de tension pero ayudó mucho a aclarar mi mente, tambien mi corazón.

Las palabras de ella sonaban realmente esperanzadoras, pero tal ver era por que el ego en Regan nunca fue demasiado, o eran mayores sus inseguridades, que sentía que no importaba cuantas veces ella repitiera que nadie podría significar lo que era él, siempre existía la posibilidad de que esa magia acabara.

Sacudió la cabeza suavemente, dispersando esos pensamientos mientras le permitía a ella tomar una pequeña distancia. Asintiendo luego a sus palabras.

"Sin dudas no me arrepiento de esta noche, es más, lo agradezco profundamente." Lo último que hizo antes de incorporarse ya a unos cuantos pasos de ella, fue depositar un suave beso sobre su frente y regalarle una cálida sonrisa.

"Creo que es hora de que volvamos, no será bueno que regreses muy tarde a los dormitorios de la escuela." La mano de Regan se extendió frente a ella, en una oferta para ayudarla a ponerse de pie y llevarla del brazo por el hotel, tras haber cancelado todo.

"La próxima vez me gustaría que tú eligieras el lugar donde ir."

Asentí cuando propuso que se diera por finalizada la velada, el tiempo pasó volando y de seguro ya era un tanto tarde, su compañía era agradable pero lo mejor era descansar y, por primera vez en muchos años mi corazón se sentía tan liviano y ligero que no tendría problemas en dormir. El beso en su frente tuvo efecto en mi, sonrojandome, ese tipo de expresiones que hacía provocaban un sonrojo.

Cuando escuché la última frase mis ojos brillaron por que eso significaba que podríamos tener un nuevo encuentro, pense por algunos momentos el lugar que sería bueno el ir. Meditaba mientras caminábamos por el hotel, las personas ya me eran irrelevantes, me concentraba en el pequeño espacio que creamos invisible, claro que miraba de reojo a mi alrededor- Tengo en mente algunos lugares, los cuales quisiera ir a ver para comprobar si estan igual o con leves modificaciones- Comente pero volví a pensar algunos segundos. Ambos teníamos trabajo, el mío tenía un horario fijo pero el de Regan era un trabajo que demandaba todo su tiempo y atención, no creo que podríamos salir a la luz del día y la mayoría de esos lugares cerraba no tan tarde.

-Pero para no entorpecer tu trabajo podremos ir a otros lugares no tan públicos y si gustas en la misma hora, prometo no tardarme ni tropezarme- Dije con un toque de diversion, recordando como horas antes tuve aquel accidente, di un suspiro por la velada que se terminaba, necesitaba pensar en ese lugar privado- ¿Te apetecería ir al mirador?- El lugar era perfecto, dando un cambio de aires, sin lujos de por medio sería una convivencia mas agradable y mas sincera- Espero y tenga el mismo paisaje hermoso.

Sus pasos parecían armónicos y sincronizados cuando hubieron dejado el hotel. Regan había ofrecido su brazo a la joven y absortos en su conversación fue que salieron del lugar, por supuesto, no sin antes agradecer la excelente atención del lugar, como siempre.

Ciertamente sus horarios de trabajo eran un problema, pero Revo siempre lograba manejar su calendario de alguna forma, y era claro que una de las razones por quién haría tales malabares, sería justamente por aquella mujer.

“¿Tropezarte?” Y entonces recordó el comienzo de aquella velada, y junto con ello se le escapó una risa sutil. “¿Te encuentras bien?” Su mirada dulce y preocupada de siempre se posó sobre el rostro de ella, pausando sus pasos solo por unos momentos para luego, al llegar al vehículo, contestar la propuesta hecha por la mujer.

“Sería ciertamente, agradable, pero no debes preguntarme o cuestionártelo demasiado, quisiera que elijas el lugar que más quieras visitar la próxima vez. No es necesario que lo decidas de inmediato.” Cerró la puerta luego de que ella hubo entrado al auto y lo rodeó hasta el otro lado, para subir en el asiento del conductor. Aseguró su cinturón y luego de andar el motor, pero sin salir del estacionamiento, fue que se dirigió a ella nuevamente.

“Muchas gracias por esta preciosa noche. Zinnia.” Su sonrisa caballerosa se dibujó en su rostro y su mano arregló un mechón del cabello ajeno tras la oreja de la chica, para poder ver mejor su rostro. Luego alejó su mano suavemente y sin realmente esperar una respuesta, fue que sacó el auto del estacionamiento y se dirigió por las calles de Glass City, de vuelta a los dormitorios de la escuela.

Me sonrojé un poco al ver que mi respuesta había sido muy precipitada, e incluso muy esporádica, debería de hacerlo como Regan lo había pedido, pensar muy bien en que lugar sería nuestra proxima cita, solo asentí sonriéndole- Esta bien esta noche y los siguientes días pensaré con detenimiento el próximo lugar- Comenté para después entrar en el auto esperando a que él se metiera y comenzaramos a regresar a la escuela. Así el hechizo de esta cita se terminaría y regresaríamos a la normalidad, de nuevo a nuestro modo de vida.

Cuando volvió a entrar al carro y me hizo a un lado el cabello para mí fue un gesto muy hermoso, me gusto mucho su gesto y al escucharle agradecer por la noche mis ojos brillaron y entonces emprendimo el viaje. Los primeros minutos no dije ni una palabra, estaba muy comoda, mirándolo de reojo- Sabes, no importa lo que pase en el futuro pero recordaré esta noche y la guardaré en mi corazón- Sé que sonaba muy cursi ese pensamiento pero quería decirselo- Había dicho el mirador por que era el único lugar donde podia verte sin preocuparme de nada.

Por la hora no había tanto tráfico, sabía que llegaríamos muy rápido a la escuela, de cierta manera me ponía un tanto trizte pero lo volvería a ver así que no habría de que preocuparse- Te llamaré para decirte el lugar y así podernos organizar mejor y saber también que día sera el mas conveniente.