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Sin Dormir (Priv, Eiji)
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Sin Dormir (Priv, Eiji)
Interpretar guiones, bocetar, enviar, rehacer, reenviar, dibujar, volver a enviar, etc…ilustrar un cómic parecía ser un trabajo agotador e interminable, y Laurence bien lo sabía. Era lo que había elegido hacer y si bien le gustaba lo que hacía, por más organizado que fuese habían momentos en que las páginas se acumulaban y las fechas de entrega se acercaban, volviéndose aquello su pequeño infierno personal.
Llevaba prácticamente dos días sin dormir, sin comer, viviendo a base de café y bebidas energizantes con el objetivo de entregar lo más pronto posible las páginas que le quedaban del tomo del cómic que venía ilustrando hacía ya unos meses, con el objetivo de tener el resto del mes libre para poder dedicarse a su proyecto personal de pintura y fotografía.
Estaba exhausto. Luego de una breve llamada telefónica a su editor en Italia dio por terminada la jornada a eso de las cuatro de la tarde, momento en el cual el escandinavo decidió hacer todo lo posible por no quedarse dormido pues sentía que de acostarse a esa hora su reloj interno quedaría patas arriba y todo lo que vendría con ello se volvería un completo caos. Limpió, bañó a su gallina Kleffa y vio televisión, pero finalmente se dio cuenta de que quedándose en su departamento se quedaría dormido aunque fuera sobre el piso de su sala. Fue así que luego de una ducha rápida se vistió y tomando un libro al azar de su biblioteca, “El Cartero” de Charles Bukowski, salió rumbo al centro de la ciudad en busca de algún café no muy concurrido en dónde refugiarse.
Alrededor de las siete llegó a una pequeña confitería, vistiendo unos jeans negros y una camiseta de mangas largas estampada. Hizo la fila, pidió un café largo de caramelo al que endulzó con sus infaltables cinco cucharadas de azúcar más un roll de canela y fue al piso de arriba donde había un menor tránsito de personas y sillones individuales donde podía sentarse y leer en tranquilidad.
Estuvo bien por un rato, de vez en cuando se reía con la lectura mientras comía y bebía su café, mas al cabo de un tiempo el sueño comenzó a ganarle y finalmente cayó rendido allí en el mismo sillón, con sus lentes puestos, la boca ligeramente entreabierta y el libro todavía en su regazo sin siquiera terminar su café.
Llevaba prácticamente dos días sin dormir, sin comer, viviendo a base de café y bebidas energizantes con el objetivo de entregar lo más pronto posible las páginas que le quedaban del tomo del cómic que venía ilustrando hacía ya unos meses, con el objetivo de tener el resto del mes libre para poder dedicarse a su proyecto personal de pintura y fotografía.
Estaba exhausto. Luego de una breve llamada telefónica a su editor en Italia dio por terminada la jornada a eso de las cuatro de la tarde, momento en el cual el escandinavo decidió hacer todo lo posible por no quedarse dormido pues sentía que de acostarse a esa hora su reloj interno quedaría patas arriba y todo lo que vendría con ello se volvería un completo caos. Limpió, bañó a su gallina Kleffa y vio televisión, pero finalmente se dio cuenta de que quedándose en su departamento se quedaría dormido aunque fuera sobre el piso de su sala. Fue así que luego de una ducha rápida se vistió y tomando un libro al azar de su biblioteca, “El Cartero” de Charles Bukowski, salió rumbo al centro de la ciudad en busca de algún café no muy concurrido en dónde refugiarse.
Alrededor de las siete llegó a una pequeña confitería, vistiendo unos jeans negros y una camiseta de mangas largas estampada. Hizo la fila, pidió un café largo de caramelo al que endulzó con sus infaltables cinco cucharadas de azúcar más un roll de canela y fue al piso de arriba donde había un menor tránsito de personas y sillones individuales donde podía sentarse y leer en tranquilidad.
Estuvo bien por un rato, de vez en cuando se reía con la lectura mientras comía y bebía su café, mas al cabo de un tiempo el sueño comenzó a ganarle y finalmente cayó rendido allí en el mismo sillón, con sus lentes puestos, la boca ligeramente entreabierta y el libro todavía en su regazo sin siquiera terminar su café.
- Spoiler:
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
Había sido un día largo en el sello, de esos que no le acomodaban para nada y sabía que era contradictorio ir a buscar una oportunidad en Merveilles Records siendo que detestaba los lugares bulliciosos y el gentío en general. No sería tan malo si la gente tuviera el mismo comportamiento que en su país natal y al menos guardara silencio en el transporte público, pero Glass City era la ciudad de la música, del ruido.
Dio un suspiro al salir del concurrido edificio, era bastante tarde y se sentía mareado, fatigado por culpa del ajetreo y por sobre todo de su tendenciosa anemia pisándole siempre los talones.
"Necesito un café" Pensó y al menos sabía que había uno bastante discreto que se mantenía abierto hasta tarde en el centro de la ciudad. Lo había visitado en más de una ocasión. Suponía que por la hora y por ser día de semana, no encontraría tanta gente rondando y nadie prestaría demasiada atención a sus vendajes ocultos bajo una camiseta roja de mangas largas y su chaqueta negra con corte gakuran, así que podría hacer una pausa antes de ir a casa.
Definitivamente tendría que pensar en mudarse en algún momento a algo más cerca del sello de lo que estaban los barrios bajos de la ciudad.
¿Pero realmente quería hacerlo ahora que había encontrado algo interesante justo al lado de su casa? Lo pensaría.
Lo divertido para él fue que luego de recibir su café y escabullirse al segundo piso, su vecino estuviese tan deliberadamente dormido en uno de los sillones individuales cual obra del destino.
¿Cuánto tiempo había pasado desde aquel encuentro? No estaba seguro, pero lo suficiente como para que apenas quedaran rastros de las acciones de Laurence en su piel.
Se acercó sigilosamente, casi sin hacer ruido, quitándole los lentes que traía solo por el capricho de querer hacerlo, tal vez porque le habían hecho dudar por un momento que se trataba del sueco. Se quedó observándolo con su ya conocida malicia, como si tramara algo.
Dio un suspiro al salir del concurrido edificio, era bastante tarde y se sentía mareado, fatigado por culpa del ajetreo y por sobre todo de su tendenciosa anemia pisándole siempre los talones.
"Necesito un café" Pensó y al menos sabía que había uno bastante discreto que se mantenía abierto hasta tarde en el centro de la ciudad. Lo había visitado en más de una ocasión. Suponía que por la hora y por ser día de semana, no encontraría tanta gente rondando y nadie prestaría demasiada atención a sus vendajes ocultos bajo una camiseta roja de mangas largas y su chaqueta negra con corte gakuran, así que podría hacer una pausa antes de ir a casa.
Definitivamente tendría que pensar en mudarse en algún momento a algo más cerca del sello de lo que estaban los barrios bajos de la ciudad.
¿Pero realmente quería hacerlo ahora que había encontrado algo interesante justo al lado de su casa? Lo pensaría.
Lo divertido para él fue que luego de recibir su café y escabullirse al segundo piso, su vecino estuviese tan deliberadamente dormido en uno de los sillones individuales cual obra del destino.
¿Cuánto tiempo había pasado desde aquel encuentro? No estaba seguro, pero lo suficiente como para que apenas quedaran rastros de las acciones de Laurence en su piel.
Se acercó sigilosamente, casi sin hacer ruido, quitándole los lentes que traía solo por el capricho de querer hacerlo, tal vez porque le habían hecho dudar por un momento que se trataba del sueco. Se quedó observándolo con su ya conocida malicia, como si tramara algo.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
Todo en la mente de Laurence era una nebulosa. Podía escuchar la música de ambiente del café y los tenues murmullos de la gente a su alrededor, como si se trataran de algo muy lejano. No soñaba con algo en particular, no estaba tan profundamente dormido mas sí se lo notaba exhausto.
―Tsk…nghh… ― Se removió en su asiento algo molesto luego de sentir que algo se deslizaba por su rostro, sintiendo su paz perturbada ¿Paz? ¿Cuánto tiempo llevaba así? Por un segundo un escalofrío recorrió la espalda del sueco luego de escuchar una serie de risas a su alrededor, susurros con timbre de niños pequeños. Dio una aspiración rápida por el pequeño susto, estaba acostumbrado a aquellas cosas pero aun de vez en cuando le tomaban por sorpresa, más todavía cuando se encontraba tan cansado.
Abrió los ojos y miró a su alrededor algo desorientado y con leve desagrado al haberse dado cuenta de que se quedó dormido en un lugar público, irguiéndose de su asiento y tirando al suelo el libro que había quedado olvidado sobre sus piernas, golpeándose la frente contra la mesa de café al agacharse a recogerlo.
―Aghh...Jag skiter på allt! ― Bramó en su idioma natal llevándose la mano al rostro, tan solo entonces notando que no llevaba sus lentes puestos, hecho que le confundió pero al que restó importancia pues estaba más preocupado de que algún extraño hubiese visto su pequeño accidente, volviendo a pasear sus ojos disimuladamente a los lados, dando por fin con una figura conocida.
―No jodas… ― Susurró al ver al muchacho del parche en el ojo, parado allí frente a él como una aparición, sosteniendo SUS lentes. No podía creerlo, de todo el café, de todo Glass City ¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué demonios estaba allí en primer lugar? Y bien, el pelinegro trató de salir de esa situación de la forma más airosa posible ―Qué es esto… ¿Acaso estás siguiéndome o algo? ― Acusó con voz algo ronca.
―Tsk…nghh… ― Se removió en su asiento algo molesto luego de sentir que algo se deslizaba por su rostro, sintiendo su paz perturbada ¿Paz? ¿Cuánto tiempo llevaba así? Por un segundo un escalofrío recorrió la espalda del sueco luego de escuchar una serie de risas a su alrededor, susurros con timbre de niños pequeños. Dio una aspiración rápida por el pequeño susto, estaba acostumbrado a aquellas cosas pero aun de vez en cuando le tomaban por sorpresa, más todavía cuando se encontraba tan cansado.
Abrió los ojos y miró a su alrededor algo desorientado y con leve desagrado al haberse dado cuenta de que se quedó dormido en un lugar público, irguiéndose de su asiento y tirando al suelo el libro que había quedado olvidado sobre sus piernas, golpeándose la frente contra la mesa de café al agacharse a recogerlo.
―Aghh...Jag skiter på allt! ― Bramó en su idioma natal llevándose la mano al rostro, tan solo entonces notando que no llevaba sus lentes puestos, hecho que le confundió pero al que restó importancia pues estaba más preocupado de que algún extraño hubiese visto su pequeño accidente, volviendo a pasear sus ojos disimuladamente a los lados, dando por fin con una figura conocida.
―No jodas… ― Susurró al ver al muchacho del parche en el ojo, parado allí frente a él como una aparición, sosteniendo SUS lentes. No podía creerlo, de todo el café, de todo Glass City ¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué demonios estaba allí en primer lugar? Y bien, el pelinegro trató de salir de esa situación de la forma más airosa posible ―Qué es esto… ¿Acaso estás siguiéndome o algo? ― Acusó con voz algo ronca.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
La primera reacción fue mejor de lo que había esperado. Tuvo que esforzarse para no soltar una carcajada por el pequeño accidente que su vecino había tenido con la mesa. Era evidente que todavía se estaba aguantando la risa cuando Laurence lo acusó de estarlo siguiendo y no hizo nada para ocultarlo.
-Claro, tengo mucho tiempo libre como para ser tu stalker. -Comentó con un evidente tono irónico rondando los ojos y caminando a paso lento a su alrededor mientras jugaba con los lentes, inclinándose apenas un poco tras él para susurrarle al oído.
-Te veías tan vulnerable como un crío. - Comentó con desdén, como si estuviera tanteándolo, provocándolo a una pequeña riña por nada más que el placer de verlo enfadado y avergonzado. -Si estás tan cansado como para dormirte en un lugar público deberías irte a la cama o alguien podría aprovecharse de ti. -Dio un sorbo a su bebida como si ese alguien no se tratara precisamente de él mismo y se dirigió al sillón frente a Laurence, donde lo miró detenidamente, estudiándolo.
Entonces decidió dejar solo por un momento su carácter odioso de lado con el fin de saciar su curiosidad -¿Qué te ocurre? Digo, como para que estés tan agotado. -Depositó entonces los lentes ajenos sobre la mesa y se cruzó de piernas con claras intenciones de disfrutar de su café ahí mismo aprovechando que el segundo piso tenía mucha menos gente rondando que el primero y que por supuesto, Laurence estaba ahí.
-Claro, tengo mucho tiempo libre como para ser tu stalker. -Comentó con un evidente tono irónico rondando los ojos y caminando a paso lento a su alrededor mientras jugaba con los lentes, inclinándose apenas un poco tras él para susurrarle al oído.
-Te veías tan vulnerable como un crío. - Comentó con desdén, como si estuviera tanteándolo, provocándolo a una pequeña riña por nada más que el placer de verlo enfadado y avergonzado. -Si estás tan cansado como para dormirte en un lugar público deberías irte a la cama o alguien podría aprovecharse de ti. -Dio un sorbo a su bebida como si ese alguien no se tratara precisamente de él mismo y se dirigió al sillón frente a Laurence, donde lo miró detenidamente, estudiándolo.
Entonces decidió dejar solo por un momento su carácter odioso de lado con el fin de saciar su curiosidad -¿Qué te ocurre? Digo, como para que estés tan agotado. -Depositó entonces los lentes ajenos sobre la mesa y se cruzó de piernas con claras intenciones de disfrutar de su café ahí mismo aprovechando que el segundo piso tenía mucha menos gente rondando que el primero y que por supuesto, Laurence estaba ahí.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
No solo fue Eiji quien rodó los ojos luego de que este caminara a su alrededor haciéndose el interesante. ―Pff… ― Resopló el sueco con una media sonrisa. ―Y tú te vez tan tonto como uno ahora, ¿Qué, piensas hacerme algo? ― Dijo en forma retórica ante sus dichos mientras alzaba una ceja y le veía beber su café. Estaba demasiado cansado para sus juegos, pero en el fondo todo aquello comenzaba a causarle cierta gracia. Su vecino era en cierto modo casi tan agotador como su trabajo pensó, pero por alguna razón no le molestaba, tal y como su trabajo sí, y era extraño.
Cerró los ojos y se pasó la mano por el rostro volviendo su espalda al respaldo del sillón luego de ver sus anteojos ser depositados nuevamente en la mesa ―¿Por qué tienes mis lentes, eh? ― Ignoró su pregunta por un momento y estiró el brazo para ser él quien esta vez bebiera su café, sin importarle que este ya se encontrara frio. ―Hace alrededor que dos días que no duermo. ― Se dignó a decir finalmente, pero no le daría más información, al menos no por el momento, pues no creía que el otro la mereciera. Entonces frunció el ceño al darle otro trago a aquel jarabe dulce al cual se atrevía a llamar café, notando lo evidente. Si ya estaba frío, ¿Cuánto tiempo se había quedado dormido?
― ¿Y tú qué haces aquí? Digo, aparte de tomar café y comportarte de forma odiosa, es tarde… ― Fue él quien esta vez buscó saciar su curiosidad luego de mirar la hora en su teléfono y descubrir que en efecto era prácticamente la hora de la cena, luego volvió a agacharse, esta vez con más cuidado, a tomar de una vez su libro y ojearlo un momento buscando la página en la que este se había cerrado sin mucha suerte, suspirando y dejándolo arriba de la mesa. ― ¿Sales de trabajar..?¿ O de la escuela? ― Preguntó luego de mirarlo de arriba a abajo, buscando en parte nuevos o viejos vendajes en su cuerpo cubierto por esa chaqueta que reconocía gracias a los mangas.
Cerró los ojos y se pasó la mano por el rostro volviendo su espalda al respaldo del sillón luego de ver sus anteojos ser depositados nuevamente en la mesa ―¿Por qué tienes mis lentes, eh? ― Ignoró su pregunta por un momento y estiró el brazo para ser él quien esta vez bebiera su café, sin importarle que este ya se encontrara frio. ―Hace alrededor que dos días que no duermo. ― Se dignó a decir finalmente, pero no le daría más información, al menos no por el momento, pues no creía que el otro la mereciera. Entonces frunció el ceño al darle otro trago a aquel jarabe dulce al cual se atrevía a llamar café, notando lo evidente. Si ya estaba frío, ¿Cuánto tiempo se había quedado dormido?
― ¿Y tú qué haces aquí? Digo, aparte de tomar café y comportarte de forma odiosa, es tarde… ― Fue él quien esta vez buscó saciar su curiosidad luego de mirar la hora en su teléfono y descubrir que en efecto era prácticamente la hora de la cena, luego volvió a agacharse, esta vez con más cuidado, a tomar de una vez su libro y ojearlo un momento buscando la página en la que este se había cerrado sin mucha suerte, suspirando y dejándolo arriba de la mesa. ― ¿Sales de trabajar..?¿ O de la escuela? ― Preguntó luego de mirarlo de arriba a abajo, buscando en parte nuevos o viejos vendajes en su cuerpo cubierto por esa chaqueta que reconocía gracias a los mangas.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
-¿Como un stalker o como un crío? Cumplo requisitos para ambos. -Se burló dando a entender que palabras como esas no le ofendían para nada. - Mmm ¿Realmente quieres saber lo que te haría? -rodó los ojos, sin sonar muy sugerente pero su sonrisa lo delataba, incluso cuando la quiso disimular al beber café.
Se quedó en esa posición mientras miraba a Laurence acomodarse y poco a poco espabilar. Le hizo un poco de gracia la pregunta de sus lentes. Recién se había percatado.
-Te los he sacado. No los estabas usando. -respondió con aire de pura lógica, pero a la vez con ningún interés en aquel tema. - ¿Y eso de no dormir por qué? -insistió en lo que sí le interesaba, con el ceño ligeramente fruncido y es que en parte le era odioso tener que repetir una pregunta por recibir una respuesta vaga. -Ve a dormir a un lugar hecho para eso o pasarte a mi cama si no tienes donde. -era obvio que más que coquetearle estaba intentando sacarlo de quicio.
-Pues te estás molestando en hablar con el odioso. -Ahora el que se acomodó en su sillón fue el nipón. Y exageró la casi carcajada que soltó ante la mención de la escuela. -¿Es tu forma de burlarte de mi ropa o realmente piensas que voy a la escuela? -sacudió la cabeza negando, restándole importancia en verdad mientras dejaba de lado el café a medio terminar.
-Vengo del sello. Día largo y mucho ruido, el café era lo mínimo que necesitaba antes de irme a los suburbios. -fue tajante, tampoco consideraba necesario darle los detalles de los preparativos de los diferentes conciertos que le habían programado, incluido el Music Fest de Merveilles.
Se quedó en esa posición mientras miraba a Laurence acomodarse y poco a poco espabilar. Le hizo un poco de gracia la pregunta de sus lentes. Recién se había percatado.
-Te los he sacado. No los estabas usando. -respondió con aire de pura lógica, pero a la vez con ningún interés en aquel tema. - ¿Y eso de no dormir por qué? -insistió en lo que sí le interesaba, con el ceño ligeramente fruncido y es que en parte le era odioso tener que repetir una pregunta por recibir una respuesta vaga. -Ve a dormir a un lugar hecho para eso o pasarte a mi cama si no tienes donde. -era obvio que más que coquetearle estaba intentando sacarlo de quicio.
-Pues te estás molestando en hablar con el odioso. -Ahora el que se acomodó en su sillón fue el nipón. Y exageró la casi carcajada que soltó ante la mención de la escuela. -¿Es tu forma de burlarte de mi ropa o realmente piensas que voy a la escuela? -sacudió la cabeza negando, restándole importancia en verdad mientras dejaba de lado el café a medio terminar.
-Vengo del sello. Día largo y mucho ruido, el café era lo mínimo que necesitaba antes de irme a los suburbios. -fue tajante, tampoco consideraba necesario darle los detalles de los preparativos de los diferentes conciertos que le habían programado, incluido el Music Fest de Merveilles.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
No, realmente no quería saber lo que el otro le haría… ¿O sí? Al menos podía imaginar parte de ello luego de ver su sonrisa, a lo que el sueco desvió los ojos conteniendo una propia.
―Va va…― Sonrió de costado al verle fruncir el ceño. ―Si insistes…trabajo. Mucho trabajo, necesitaba terminar o no tendría tiempo libre para ir al taller y acabé hoy temprano, si me acostaba antes de una hora decente habría dormido todo el día y se me hubiese jodido el reloj interno, por lo que tuve que hacer tiempo. ¿Ya?― Explicó escuetamente rendido ante la situación aunque lejos de exasperarse. ―¿Por qué, estás invitándome a tu casa otra vez? ― Era una broma y si bien sabía que el otro solo estaba molestándole, no iba a perder la oportunidad de subirle la apuesta.
Entonces se llevó la mano a los labios al soltar una carcajada al igual que él, tosiendo al final. ―Sí, estaba burlándome, aunque debo decir que por como te comportas no me extrañaría que aun fueses al secundario, pero espero equivocarme, prefiero mantenerme dentro de los marcos de la legalidad ¿sabes? ― No tenía pudor en admitirlo al verse atrapado y más que avergonzarle o molestarle, todo aquello le resultaba bastante divertido.
―Bueno, parece que los dos tuvimos un día ocupado… ― Dijo bostezado, si bien Eiji le había despabilado bastante el mayor aun se sentía como si un tren le hubiese pasado por encima.
Llevándose una mano a la frente volvió a fijar la mirada en sus lentes por un rato, en efecto ya no los estaba usando, por lo que decidió inclinarse para guardarlos en su estuche y meterlos en su morral. ―¿Te falta mucho? Quiero fumar… ― Preguntó terminándose su café.
―Va va…― Sonrió de costado al verle fruncir el ceño. ―Si insistes…trabajo. Mucho trabajo, necesitaba terminar o no tendría tiempo libre para ir al taller y acabé hoy temprano, si me acostaba antes de una hora decente habría dormido todo el día y se me hubiese jodido el reloj interno, por lo que tuve que hacer tiempo. ¿Ya?― Explicó escuetamente rendido ante la situación aunque lejos de exasperarse. ―¿Por qué, estás invitándome a tu casa otra vez? ― Era una broma y si bien sabía que el otro solo estaba molestándole, no iba a perder la oportunidad de subirle la apuesta.
Entonces se llevó la mano a los labios al soltar una carcajada al igual que él, tosiendo al final. ―Sí, estaba burlándome, aunque debo decir que por como te comportas no me extrañaría que aun fueses al secundario, pero espero equivocarme, prefiero mantenerme dentro de los marcos de la legalidad ¿sabes? ― No tenía pudor en admitirlo al verse atrapado y más que avergonzarle o molestarle, todo aquello le resultaba bastante divertido.
―Bueno, parece que los dos tuvimos un día ocupado… ― Dijo bostezado, si bien Eiji le había despabilado bastante el mayor aun se sentía como si un tren le hubiese pasado por encima.
Llevándose una mano a la frente volvió a fijar la mirada en sus lentes por un rato, en efecto ya no los estaba usando, por lo que decidió inclinarse para guardarlos en su estuche y meterlos en su morral. ―¿Te falta mucho? Quiero fumar… ― Preguntó terminándose su café.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
-Te invitaría a la habitación más cercana solo para verte poner de nuevo esa cara tan dócil. -O cualquier expresión que pudiera sacarle en ese contexto. Después de todo nada se le hacía un desperdicio en aquel bonito y pulcro rostro del Sueco.
-Hah, ¿Enserio ahora te preocupas de mi edad? -El nipón alzó una ceja y una mueca altamente burlesca se pintó en sus labios. -Te tengo malas noticias.- Sacudió la cabeza hacia los lados, como si negara o le estuviera reprochando algo. -Al menos en mi país sigo siendo considerado un menor.- Junto a su último sorbo de café, su mirada se clavó en la de su vecino, intrigado por cómo se tomaría aquella información. Al fin y al cabo ya era muy tarde para huir, ¿no?. La idea de ver a Laurence teniendo líos con la policía le robó una carcajada reprimida.
-¿Quieres mi ID?- buscó en su bolsillo y dio con la identificación, la dejó sobre la mesa donde mismo antes había puesto los lentes del otro. Luego se levantó de su asiento y estiró el cuerpo un poco, estaba cansado, sí, pero no quería simplemente volver a casa cuando había tenido tan agradable casualidad al encontrarse a Laurence en ese lugar. Intentaría hacerlo durar un poco más.
-¿Me das un cigarrillo? -preguntó mirando hacia la puerta, evidentemente ya no tenía interés de quedarse en ese lugar. La charla podía continuar mientras caminaban en la calle. - Sigo curioso con qué tipo de trabajo te privó de tanto sueño. Va, cuéntame un poco. -Le insistió esperándolo para salir del local.
-Hah, ¿Enserio ahora te preocupas de mi edad? -El nipón alzó una ceja y una mueca altamente burlesca se pintó en sus labios. -Te tengo malas noticias.- Sacudió la cabeza hacia los lados, como si negara o le estuviera reprochando algo. -Al menos en mi país sigo siendo considerado un menor.- Junto a su último sorbo de café, su mirada se clavó en la de su vecino, intrigado por cómo se tomaría aquella información. Al fin y al cabo ya era muy tarde para huir, ¿no?. La idea de ver a Laurence teniendo líos con la policía le robó una carcajada reprimida.
-¿Quieres mi ID?- buscó en su bolsillo y dio con la identificación, la dejó sobre la mesa donde mismo antes había puesto los lentes del otro. Luego se levantó de su asiento y estiró el cuerpo un poco, estaba cansado, sí, pero no quería simplemente volver a casa cuando había tenido tan agradable casualidad al encontrarse a Laurence en ese lugar. Intentaría hacerlo durar un poco más.
-¿Me das un cigarrillo? -preguntó mirando hacia la puerta, evidentemente ya no tenía interés de quedarse en ese lugar. La charla podía continuar mientras caminaban en la calle. - Sigo curioso con qué tipo de trabajo te privó de tanto sueño. Va, cuéntame un poco. -Le insistió esperándolo para salir del local.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
Pasándose una mano por el rostro Laurence apretó los labios y miró hacia arriba pudiendo y a la vez no creer el reiterado comentario sobre su “dócil” rostro, acabando por mirarlo con una expresión relativamente seria, demostrando de algún modo que no cedía a sus provocaciones de niño molesto. Quizás en otro momento hubiese buscado redoblarle la apuesta con alguna respuesta a tono, pero estaba demasiado cansado como para hacerlo, al menos con esa nimiedad.
Al escuchar el comentario sobre su edad, tuvo que respirar hondamente, aguantando un momento la respiración y cerrando los ojos mientras soltaba todo el aire de golpe al ver al otro negar con la cabeza. No caería, menos aun sabiendo que la mayoría de edad en Japón era a los veintiún años. Bendito sea el conocimiento.
―Escucha, no me interesa como sea en tu país, bienvenido a…Pff―. Iba a continuar, pero se vio interrumpido por la ocurrencia ajena, la cual le sacó una carcajada que le obligó a recostarse en su asiento y cubrirse el rostro. No podía creerlo. El propio sueco se consideraba alguien relativamente serio, casi rozando lo estoico y sin embargo en lo poco que llevaban ambos en ese maldito café aquel mocoso había logrado acabar con su compostura, tanto tuviese o no que ver su agotamiento en todo ello.
De un manotazo tomó la identificación que Eiji había dejado sobre la mesa y rápidamente leyó la información. Diecinueve años. Para él era más que suficiente. ―Eres un maldito idiota―.
Al verle pararse entendió que en efecto ya no tenía mucho sentido permanecer en aquel lugar, ambos habían terminado sus pedidos y realmente quería fumar, por lo que guardando su libro y metiéndose la ID del nipón en el bolsillo trasero de su pantalón, un poco sin darse cuenta, un poco a propósito, se incorporó también, acomodándose un poco el cabello y ajustando la coleta alta que llevaba.
Ya bajando por las escaleras sacó un cigarrillo y se lo entregó al otro. ―Trabajo como ilustrador para una editorial extranjera, en este momento hago las ilustraciones de dos cómics a la vez y no tengo ni un jodido ayudante, nada. Los pormenores de trabajar a distancia…en fin, cuando se acercan las fechas de entrega las cosas suelen terminar de esta manera y quería tener más tiempo libre para ir al taller…―. Explicó finalmente sin muchas ganas.
Una vez fuera del local tomó su encendedor eléctrico y prendió su cigarrillo pasándoselo al otro. ―Sabes, me conformo con que no tengas diecisiete…―. Sonrió de costado soltando el humo por la nariz mientras miraba alrededor. ―¿Irás a tu casa? Me da un poco de curiosidad eso de “llevarme a la habitación más cercana” ―. Se burló. Aunque si era sincero, parte de él se preguntaba cómo Eiji reaccionaría o si simplemente cada uno se iría por donde vino.
Al escuchar el comentario sobre su edad, tuvo que respirar hondamente, aguantando un momento la respiración y cerrando los ojos mientras soltaba todo el aire de golpe al ver al otro negar con la cabeza. No caería, menos aun sabiendo que la mayoría de edad en Japón era a los veintiún años. Bendito sea el conocimiento.
―Escucha, no me interesa como sea en tu país, bienvenido a…Pff―. Iba a continuar, pero se vio interrumpido por la ocurrencia ajena, la cual le sacó una carcajada que le obligó a recostarse en su asiento y cubrirse el rostro. No podía creerlo. El propio sueco se consideraba alguien relativamente serio, casi rozando lo estoico y sin embargo en lo poco que llevaban ambos en ese maldito café aquel mocoso había logrado acabar con su compostura, tanto tuviese o no que ver su agotamiento en todo ello.
De un manotazo tomó la identificación que Eiji había dejado sobre la mesa y rápidamente leyó la información. Diecinueve años. Para él era más que suficiente. ―Eres un maldito idiota―.
Al verle pararse entendió que en efecto ya no tenía mucho sentido permanecer en aquel lugar, ambos habían terminado sus pedidos y realmente quería fumar, por lo que guardando su libro y metiéndose la ID del nipón en el bolsillo trasero de su pantalón, un poco sin darse cuenta, un poco a propósito, se incorporó también, acomodándose un poco el cabello y ajustando la coleta alta que llevaba.
Ya bajando por las escaleras sacó un cigarrillo y se lo entregó al otro. ―Trabajo como ilustrador para una editorial extranjera, en este momento hago las ilustraciones de dos cómics a la vez y no tengo ni un jodido ayudante, nada. Los pormenores de trabajar a distancia…en fin, cuando se acercan las fechas de entrega las cosas suelen terminar de esta manera y quería tener más tiempo libre para ir al taller…―. Explicó finalmente sin muchas ganas.
Una vez fuera del local tomó su encendedor eléctrico y prendió su cigarrillo pasándoselo al otro. ―Sabes, me conformo con que no tengas diecisiete…―. Sonrió de costado soltando el humo por la nariz mientras miraba alrededor. ―¿Irás a tu casa? Me da un poco de curiosidad eso de “llevarme a la habitación más cercana” ―. Se burló. Aunque si era sincero, parte de él se preguntaba cómo Eiji reaccionaría o si simplemente cada uno se iría por donde vino.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
"―Eres un maldito idiota―"
La frase parecía haberle sonado como un halago puesto que esbozó una sonrisa que distaba mucho de una mueca ofendida. Estaba complacido. Las reacciones de Laurence le entretenían, le gustaban, sobre todo cuando eran respuestas a sus acciones naturales, no medidas, ni planificadas. Después de todo el tuerto no era de tomarse grandes molestias, el era una molestia por si solo.
Lo dejó quedarse con su ID por el momento. Tenía más interés en llevarse el cigarrillo obsequiado a la boca y prenderlo, sobre todo sentir el estímulo que el humo provocaba en su cerebro, que era tanto o más potente que el de un expresso.
Escuchó la explicación y se sorprendió ligeramente, más que nada por que no esperaba que Laurence también estuviera involucrado en ese tipo de ilustración y también por ver a alguien privado de sueño por una razón que en su país era de hecho bastante común. La industria de la ilustración siempre era un asco. Eiji no entendía por qué la gente trabajaba en algo así considerando el costo-beneficio tan desmedido, pero suponía que quizás en otros países era un trabajo mejor remunerado.
Aceptó el encendedor eléctrico y lo miró con algo de fastidio. Prefería los clásicos, aunque no tendía una afición particular con el fuego, de todas maneras le parecían más estéticos.
-Pfft. Solo te salvas porque aquí la mayoría de edad es menor. -Rodó los ojos molestándolo y luego dio la primera calada al cigarrillo. No recordaba si había o no indagado en la edad de su vecino, pero para él resultaba evidente que todas las personas con las que se relacionaba y sobre todo, aquellas a las que le agarraba interés, eran sin dudas mayor que él.
Frente a la otra pregunta Eiji solo le sonrió como un gato malicioso. ¿Así que le había quedado rondando en la cabeza la invitación/advertencia? A veces el tuerto esperaba más defensiva o resistencia de parte del pelinegro, pero le agradaba que en aquellos detalles se le escapara la guardia.
-Eso depende de ti. ¿Quieres acompañarme mientras me acabo esto? La verdad no he recorrido mucho de la ciudad más allá de los suburbios. -avanzó despreocupadamente, pero la verdad es que sabía claramente hasta donde quería ir, pero primero jugaría un rato, daría algunas vueltas por uno que otro lado hasta acabar su cigarrillo y en el momento en que Laurence bajara por completo la guardia tomaría el desvío a aquel Motel que ya conocía, ni siquiera con la intención sexual, al menos no como prioridad, sino por fastidiar a su vecino y cumplir con su palabra.
La frase parecía haberle sonado como un halago puesto que esbozó una sonrisa que distaba mucho de una mueca ofendida. Estaba complacido. Las reacciones de Laurence le entretenían, le gustaban, sobre todo cuando eran respuestas a sus acciones naturales, no medidas, ni planificadas. Después de todo el tuerto no era de tomarse grandes molestias, el era una molestia por si solo.
Lo dejó quedarse con su ID por el momento. Tenía más interés en llevarse el cigarrillo obsequiado a la boca y prenderlo, sobre todo sentir el estímulo que el humo provocaba en su cerebro, que era tanto o más potente que el de un expresso.
Escuchó la explicación y se sorprendió ligeramente, más que nada por que no esperaba que Laurence también estuviera involucrado en ese tipo de ilustración y también por ver a alguien privado de sueño por una razón que en su país era de hecho bastante común. La industria de la ilustración siempre era un asco. Eiji no entendía por qué la gente trabajaba en algo así considerando el costo-beneficio tan desmedido, pero suponía que quizás en otros países era un trabajo mejor remunerado.
Aceptó el encendedor eléctrico y lo miró con algo de fastidio. Prefería los clásicos, aunque no tendía una afición particular con el fuego, de todas maneras le parecían más estéticos.
-Pfft. Solo te salvas porque aquí la mayoría de edad es menor. -Rodó los ojos molestándolo y luego dio la primera calada al cigarrillo. No recordaba si había o no indagado en la edad de su vecino, pero para él resultaba evidente que todas las personas con las que se relacionaba y sobre todo, aquellas a las que le agarraba interés, eran sin dudas mayor que él.
Frente a la otra pregunta Eiji solo le sonrió como un gato malicioso. ¿Así que le había quedado rondando en la cabeza la invitación/advertencia? A veces el tuerto esperaba más defensiva o resistencia de parte del pelinegro, pero le agradaba que en aquellos detalles se le escapara la guardia.
-Eso depende de ti. ¿Quieres acompañarme mientras me acabo esto? La verdad no he recorrido mucho de la ciudad más allá de los suburbios. -avanzó despreocupadamente, pero la verdad es que sabía claramente hasta donde quería ir, pero primero jugaría un rato, daría algunas vueltas por uno que otro lado hasta acabar su cigarrillo y en el momento en que Laurence bajara por completo la guardia tomaría el desvío a aquel Motel que ya conocía, ni siquiera con la intención sexual, al menos no como prioridad, sino por fastidiar a su vecino y cumplir con su palabra.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
―Bueno, lo de la legalidad era en parte una broma, si tuvieras dieciocho seguirías siendo mayor y aun así me sería un poco incómodo, en mi otra ciudad también era profesor de secundaria y sinceramente me desagradaría pensar que me acosté con alguien a quien perfectamente podría estar tomándole examen final en Marzo… Digamos que estás…convenientemente en el límite… ― No tenía por qué explicarlo, pero ya que el tuerto insistía con molestarlo sobre el tema de su edad lo haría.
Tampoco era algo que fuese tan tajante para el sueco, si tenía que acordar en algo de lo dicho por Eiji, era que, en efecto, ya era muy tarde para preocuparse por su edad, después de todo, el chico a esas alturas le caía lo suficientemente bien como para no repudiar su presencia y si bien reconocía que su comportamiento era tal y como ya había mencionado, “relativamente” odioso, no le recordaba en absoluto al comportamiento estúpido e inmaduro de muchos de sus ex alumnos. Aun así, maduro o no, estaba lejos de sus intenciones relacionarse así con un adolescente, así que respecto a eso del “límite”, no mentía, de otro modo hubiese perdido en parte su interés.
Siguió escuchándole hablar, pero cerró los ojos por un momento a la vez que daba una lenta calada a su cigarrillo. Prestar atención comenzaba a ser relativamente complicado, más ahora que estaban en a la calle y el bullicio de la gente se hacía presente. Si bien el escandinavo llevaba sus medicamentos al día, estar tanto tiempo privado de descanso hacía que algunos de sus síntomas se intensificarán. Si le preguntaran, podría asegurar que algunos de los susurros y rastros de conversaciones inconexas que llegaban a sus oídos no eran reales y definitivamente, que algunas de las sombras que veía arrastrarse por el suelo tampoco estaban allí. Estaba lo suficientemente acostumbrado como para no exaltarse ni llamar la atención, pero para su desagrado, el esfuerzo que tenía que hacer para no perderse lo dicho por Eiji era el doble.
Al verle irse reaccionó, soltando el humo y caminando junto a él sin preguntárselo demasiado. Al menos por no quedarse hablando solo. ―¿Depende de mi? Suena a que estás guiándome a una especie de trampa… ― Sonrió de lado y afiló la mirada escudriñándole un poco. ¿Recorrer la ciudad? No podía decir que con lo cansado que estaba era algo que le apeteciera y de algún modo dudaba bastante que esas fueran las verdaderas intenciones del tuerto. Pero le seguiría el juego. Mientras la pequeña aventura durara solo lo que el vicio en sus bocas...estaba bien.
―Como sea, yo tampoco conozco demasiado, solo algún que otro bar y librería… ¿En serio crees que pueda haber algo más interesante que eso por aquí? ―Alzó la ceja mientras se posicionaba del lado izquierdo de Eiji, quizás por saber que así este no tendría que voltear el rostro para verle. No por especial consideración, pero si por una pequeña cortesía. Entonces decidió cambiar de tema.
―No recuerdo si lo mencionaste pero, ¿hace cuánto que llegaste aquí? Lo pregunto por tu español, hablas bastante bien. ―No era el plan alagarlo ni mucho menos, pero ya que se encontraban caminando y lo que había a sus alrededores no le llamaba demasiado la atención, prefería indagar en aquello que sí le causaba interés, al menos por el momento.
Tampoco era algo que fuese tan tajante para el sueco, si tenía que acordar en algo de lo dicho por Eiji, era que, en efecto, ya era muy tarde para preocuparse por su edad, después de todo, el chico a esas alturas le caía lo suficientemente bien como para no repudiar su presencia y si bien reconocía que su comportamiento era tal y como ya había mencionado, “relativamente” odioso, no le recordaba en absoluto al comportamiento estúpido e inmaduro de muchos de sus ex alumnos. Aun así, maduro o no, estaba lejos de sus intenciones relacionarse así con un adolescente, así que respecto a eso del “límite”, no mentía, de otro modo hubiese perdido en parte su interés.
Siguió escuchándole hablar, pero cerró los ojos por un momento a la vez que daba una lenta calada a su cigarrillo. Prestar atención comenzaba a ser relativamente complicado, más ahora que estaban en a la calle y el bullicio de la gente se hacía presente. Si bien el escandinavo llevaba sus medicamentos al día, estar tanto tiempo privado de descanso hacía que algunos de sus síntomas se intensificarán. Si le preguntaran, podría asegurar que algunos de los susurros y rastros de conversaciones inconexas que llegaban a sus oídos no eran reales y definitivamente, que algunas de las sombras que veía arrastrarse por el suelo tampoco estaban allí. Estaba lo suficientemente acostumbrado como para no exaltarse ni llamar la atención, pero para su desagrado, el esfuerzo que tenía que hacer para no perderse lo dicho por Eiji era el doble.
Al verle irse reaccionó, soltando el humo y caminando junto a él sin preguntárselo demasiado. Al menos por no quedarse hablando solo. ―¿Depende de mi? Suena a que estás guiándome a una especie de trampa… ― Sonrió de lado y afiló la mirada escudriñándole un poco. ¿Recorrer la ciudad? No podía decir que con lo cansado que estaba era algo que le apeteciera y de algún modo dudaba bastante que esas fueran las verdaderas intenciones del tuerto. Pero le seguiría el juego. Mientras la pequeña aventura durara solo lo que el vicio en sus bocas...estaba bien.
―Como sea, yo tampoco conozco demasiado, solo algún que otro bar y librería… ¿En serio crees que pueda haber algo más interesante que eso por aquí? ―Alzó la ceja mientras se posicionaba del lado izquierdo de Eiji, quizás por saber que así este no tendría que voltear el rostro para verle. No por especial consideración, pero si por una pequeña cortesía. Entonces decidió cambiar de tema.
―No recuerdo si lo mencionaste pero, ¿hace cuánto que llegaste aquí? Lo pregunto por tu español, hablas bastante bien. ―No era el plan alagarlo ni mucho menos, pero ya que se encontraban caminando y lo que había a sus alrededores no le llamaba demasiado la atención, prefería indagar en aquello que sí le causaba interés, al menos por el momento.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
Eiji rodó los ojos antes la explicación que para él resultaba sin sentido alguno. Después de todo, ¿qué gran diferencia hacía un año más o un año menos para estos casos donde se rozaba en la ilegalidad?, pero bueno, ahí los que se quisieran excusar.
Fingió no escucharlo cuando Laurence habló sobre una trampa y es que sí, precisamente esas eran sus intenciones, pero ¿para qué arruinar la intriga? Siguió fumando el cigarrillo, mientras revisaba en su telefono la disponibilidad de habitación del lugar al que deseaba asistir. Le agradaba que ahora la tecnología permitiera no tener que interactuar con nadie más que con una IA para realizar ese tipo de reservas.
-Yo creo que las ciudades tienen cosas interesantes si se busca bien o quizás es mi percepción después de haber estado encerrado tanto tiempo. -lanzó el comentario al aire, sin pensarlo demasiado, sin intenciones de hacerse el misterioso tampoco. Se había relajado lo suficiente al lado de Laurence como para dejar salir inconscientemente un pensamiento en voz alta. De hecho no se dio cuenta gracias al rápido cambio de tema del sueco.
-Ah... ¿Tu crees? -Puso una cara un tanto graciosa, desconcertada. El comentario había sido una especie de halago y esta vez lo había tomado desprevenido. Eiji parecía ser más familiar con los insultos que con los buenos comentarios. -Supongo que siempre he tenido facilidad con los idiomas. Después de todo soy un hāfu- Dio un calada más profunda esta vez y dio un giro a la izquierda en la esquina, estaban relativamente cerca de su destino. - Mi padre es alemán, mi madre japonesa, nací aprendiendo ambos idiomas aunque actualmente detesto el alemán. -Aclaró tan tajantemente que era evidente el rechazo que sentía hacia sus progenitores.
-También se me da bien el inglés y el español. Supongo que se me da más natural que otras cosas como ciencia o matemáticas. - Se encogió de hombros. Probablemente si hubiese seguido en la escuela, una de sus mejores materias sería precisamente las relacionadas a idiomas, pero nunca fue el caso. De todas formas hoy en día era bastante fácil comenzar a aprender cualquier idioma con las miles de aplicaciones que existían.
-¿Será que me enseñas tu idioma? - dijo medio en burla y medio enserio, ya dándole la última calada a su cigarrillo, apagándolo luego en un muro y subiendo de pronto una escalera ligeramente iluminada que estaba a mitad de calle. Esperando que Laurence lo siguiera por inercia hasta el interior de la habitación.
Fingió no escucharlo cuando Laurence habló sobre una trampa y es que sí, precisamente esas eran sus intenciones, pero ¿para qué arruinar la intriga? Siguió fumando el cigarrillo, mientras revisaba en su telefono la disponibilidad de habitación del lugar al que deseaba asistir. Le agradaba que ahora la tecnología permitiera no tener que interactuar con nadie más que con una IA para realizar ese tipo de reservas.
-Yo creo que las ciudades tienen cosas interesantes si se busca bien o quizás es mi percepción después de haber estado encerrado tanto tiempo. -lanzó el comentario al aire, sin pensarlo demasiado, sin intenciones de hacerse el misterioso tampoco. Se había relajado lo suficiente al lado de Laurence como para dejar salir inconscientemente un pensamiento en voz alta. De hecho no se dio cuenta gracias al rápido cambio de tema del sueco.
-Ah... ¿Tu crees? -Puso una cara un tanto graciosa, desconcertada. El comentario había sido una especie de halago y esta vez lo había tomado desprevenido. Eiji parecía ser más familiar con los insultos que con los buenos comentarios. -Supongo que siempre he tenido facilidad con los idiomas. Después de todo soy un hāfu- Dio un calada más profunda esta vez y dio un giro a la izquierda en la esquina, estaban relativamente cerca de su destino. - Mi padre es alemán, mi madre japonesa, nací aprendiendo ambos idiomas aunque actualmente detesto el alemán. -Aclaró tan tajantemente que era evidente el rechazo que sentía hacia sus progenitores.
-También se me da bien el inglés y el español. Supongo que se me da más natural que otras cosas como ciencia o matemáticas. - Se encogió de hombros. Probablemente si hubiese seguido en la escuela, una de sus mejores materias sería precisamente las relacionadas a idiomas, pero nunca fue el caso. De todas formas hoy en día era bastante fácil comenzar a aprender cualquier idioma con las miles de aplicaciones que existían.
-¿Será que me enseñas tu idioma? - dijo medio en burla y medio enserio, ya dándole la última calada a su cigarrillo, apagándolo luego en un muro y subiendo de pronto una escalera ligeramente iluminada que estaba a mitad de calle. Esperando que Laurence lo siguiera por inercia hasta el interior de la habitación.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
¿Encerrado? Laurence paró automáticamente la oreja, pero no dijo nada. Por el aire con el que el muchacho soltó aquello era evidente que no lo había pensado, medido…y el sueco creía que indagar al respecto en el momento sería poco conveniente. Preso, internado, secuestrado, las posibilidades eran muchas y si bien le daba mucha curiosidad, decidió dejarlo ahí. Finalmente el tema pasó a otra cosa, asunto por el cual devolvió una media sonrisa al ver la expresión en el rostro del Eiji, parecía haberlo tomado por sorpresa.
―¿Hafu?―. Preguntó, tratando de pronunciar aquello de la mejor manera. ―Eso significa “mestizo”, ¿cierto? Supongo que también lo soy, mi madre es finlandesa…―. Lo siguiente que hizo fue contener una risa al escuchar aquello del alemán, “daddy issues” pensó.
―Sabes es gracioso, también detesto el alemán por mis propios motivos. Quiero aprenderlo, pero es una deuda que deliberadamente me da mucha pereza saldar…―. Y por dentro no paraba de reír, pues no solo detestaban el mismo idioma sino que aparentemente ambos no eran buenos en las mismas materias. ¿Cómo demonios podían ser tan parecidos? ―Yo me anclé bastante en el inglés al llegar aquí…todavía tiendo a abusar un poco de ese idioma en verdad…―. De hecho si tuviera que elegir quizás optara por este antes que el español.
―Ja, ¿en serio te interesa aprender sueco? Se parece un poco al alemá…―. Iba a terminar, pero se frenó en seco al ver como Eiji comenzaba a subir unas escaleras. Frunciendo el ceño le dio una última calada a su cigarrillo y lo arrojó a la calle, no molesto con el menor sino consigo mismo. ¿Tanta atención necesitó prestarle al mocoso, ignorando sus propias alucinaciones, que no notó hasta dónde habían ido hasta entonces? Bueno, en parte se lo había buscado y lo sabía.
―Entonces…― Dijo sin avanzar, mirando la puerta al final de las escaleras. ―¿Es esta la habitación más cercana? ¿Un bar? ¿Qué hace este sitio en medio de la calle y dónde caraj…?―. Estaba haciendo tantas preguntas sin sentido que por un momento el azabache se frenó en seco una vez más, siendo consciente de ello. Miró un poco alrededor y se llevó la mano al rostro con la cabeza gacha, arrastrándola poco a poco hasta sus labios para mirar fijamente hacia ningún punto en concreto. Sin pensarlo por mucho decidió huir hacia adelante, saliendo de su estupor y tomando a Eiji de la muñeca para subir con él hasta aquel recinto. ―Y una mierda, vamos…
―¿Hafu?―. Preguntó, tratando de pronunciar aquello de la mejor manera. ―Eso significa “mestizo”, ¿cierto? Supongo que también lo soy, mi madre es finlandesa…―. Lo siguiente que hizo fue contener una risa al escuchar aquello del alemán, “daddy issues” pensó.
―Sabes es gracioso, también detesto el alemán por mis propios motivos. Quiero aprenderlo, pero es una deuda que deliberadamente me da mucha pereza saldar…―. Y por dentro no paraba de reír, pues no solo detestaban el mismo idioma sino que aparentemente ambos no eran buenos en las mismas materias. ¿Cómo demonios podían ser tan parecidos? ―Yo me anclé bastante en el inglés al llegar aquí…todavía tiendo a abusar un poco de ese idioma en verdad…―. De hecho si tuviera que elegir quizás optara por este antes que el español.
―Ja, ¿en serio te interesa aprender sueco? Se parece un poco al alemá…―. Iba a terminar, pero se frenó en seco al ver como Eiji comenzaba a subir unas escaleras. Frunciendo el ceño le dio una última calada a su cigarrillo y lo arrojó a la calle, no molesto con el menor sino consigo mismo. ¿Tanta atención necesitó prestarle al mocoso, ignorando sus propias alucinaciones, que no notó hasta dónde habían ido hasta entonces? Bueno, en parte se lo había buscado y lo sabía.
―Entonces…― Dijo sin avanzar, mirando la puerta al final de las escaleras. ―¿Es esta la habitación más cercana? ¿Un bar? ¿Qué hace este sitio en medio de la calle y dónde caraj…?―. Estaba haciendo tantas preguntas sin sentido que por un momento el azabache se frenó en seco una vez más, siendo consciente de ello. Miró un poco alrededor y se llevó la mano al rostro con la cabeza gacha, arrastrándola poco a poco hasta sus labios para mirar fijamente hacia ningún punto en concreto. Sin pensarlo por mucho decidió huir hacia adelante, saliendo de su estupor y tomando a Eiji de la muñeca para subir con él hasta aquel recinto. ―Y una mierda, vamos…
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
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Edad : 24
Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
Eiji escuchó con cierta sorpresa que el sueco era de hecho también un mestizo. Aunque fingió que no le importaba, la verdad es que le hacía gracia que coincidieran en ese tipo de cosas. Parecía que después de todo el universo se había alineado con fuerza para ponerle en el camino a alguien que quizás por primera vez resultaba absurdamente compatible con él.
-Mm, en mi caso me gustaría terminar de dominar pronto el español. Lamentablemente es difícil desarraigarse de Japón, cultura e idioma, si naciste y te criaste en ese país. -Agregó subiendo lentamente la escalera, pero fue sorprendido por la impulsiva iniciativa del mayor, quien le tomó de la mano y lo jaló hasta la puerta de entrada del recinto.
Eiji sonrió como si acabase de ganar una apuesta y se dejó arrastrar.
Luego de travesar la puerta, se encontró con una recepción de luz tenue. Claramente aquello no era un bar, sino un pequeño y discreto Motel, no como los de los barrios bajos.
-¿Ahora tienes prisa? -Preguntó unicamente por querer molestarlo. Adelantándose hacia un tótem de auto-atención donde utilizó su teléfono móvil para confirmar su reserva a través de un QR. La maquina lo aprobó y entonces dejó caer una llave a la vez que sonaba es seguro de la puerta que daba a un pasillo donde seguramente estaban las habitaciones. El menor la tomó y jugando con ella entre sus dedos le dedicó una sonrisa burlesca a Laurence.
-¿Ves que a veces las ciudades tienen cosas interesantes? -Dijo con la sorna característica de su voz.
Avanzó relajadamente hasta la cuarta habitación. Al abrir se quitó los zapatos y los dejó cerca de la puerta después de cerrarla. Todo se veía pulcro, limpio y aislado. Casi como un alojamiento turístico simple, de no ser por algunos detalles como la bañera y el sillón tántrico negro que se disimuladamente estaba puesto en una de las esquinas.
Sin mucho rodeo el japonés se acercó a la cama, se quitó la ropa del torso y la dobló para dejarla acomodada sobre una silla. Luego se recostó en la cama bostezando.
-Mm, en mi caso me gustaría terminar de dominar pronto el español. Lamentablemente es difícil desarraigarse de Japón, cultura e idioma, si naciste y te criaste en ese país. -Agregó subiendo lentamente la escalera, pero fue sorprendido por la impulsiva iniciativa del mayor, quien le tomó de la mano y lo jaló hasta la puerta de entrada del recinto.
Eiji sonrió como si acabase de ganar una apuesta y se dejó arrastrar.
Luego de travesar la puerta, se encontró con una recepción de luz tenue. Claramente aquello no era un bar, sino un pequeño y discreto Motel, no como los de los barrios bajos.
-¿Ahora tienes prisa? -Preguntó unicamente por querer molestarlo. Adelantándose hacia un tótem de auto-atención donde utilizó su teléfono móvil para confirmar su reserva a través de un QR. La maquina lo aprobó y entonces dejó caer una llave a la vez que sonaba es seguro de la puerta que daba a un pasillo donde seguramente estaban las habitaciones. El menor la tomó y jugando con ella entre sus dedos le dedicó una sonrisa burlesca a Laurence.
-¿Ves que a veces las ciudades tienen cosas interesantes? -Dijo con la sorna característica de su voz.
Avanzó relajadamente hasta la cuarta habitación. Al abrir se quitó los zapatos y los dejó cerca de la puerta después de cerrarla. Todo se veía pulcro, limpio y aislado. Casi como un alojamiento turístico simple, de no ser por algunos detalles como la bañera y el sillón tántrico negro que se disimuladamente estaba puesto en una de las esquinas.
- Spoiler:
Sin mucho rodeo el japonés se acercó a la cama, se quitó la ropa del torso y la dobló para dejarla acomodada sobre una silla. Luego se recostó en la cama bostezando.
Última edición por Eiji Mitsuo el Miér Ene 24, 2024 6:58 pm, editado 1 vez
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
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Re: Sin Dormir (Priv, Eiji)
La prisa se le escapó una vez atravesaron el umbral. El sueco miró a su alrededor y rápidamente comprendió dónde se encontraban, dirigiendo hacia Eiji una mirada de reproche, aunque cómplice. Era evidente que le habían tendido una trampa, aunque no se quejaba.
–¿Interesante? No exageres…– Rió y le siguió sin decir mucho hasta que entraron en la habitación. –Dime la verdad, no te agrada mucho tu casa, ¿cierto? No parece ser la primera vez que vienes a un lugar como este.–
Escudriñó la habitación un rato. Para ser un motel el lugar se veía bastante pulcro y bien podía decir que era de su agrado, mas desvió la mirada haciendo un pequeño sonido con los labios a modo de protesta al notar que no había un baño como tal donde pudiese tomar su medicación, mas dejándolo ser una vez el otro se acostó
Observando con gusto su torso desnudo él también se acercó a la cama. –Hm, parece que nos gusta meternos a la cama al revés–. Mencionó refiriéndose a sus pantalones, los cuales comenzó a desabrocharse luego de dejar su morral en una de las sillas y sentarse. Personalmente, no le gustaba dormir con el torso desnudo, pero sí tener las piernas libres.
Dejó sus jeans en el suelo, sin mucho cuidado a diferencia de la pulcra forma en que el nipón había doblado su ropa y se encendió otro cigarrillo solo por vicio para entonces acostarse tal como el otro.
–A no ser que quieras quitártelos claro…–. Era una insinuación, aunque incluso si la situación y el lugar eran ideales, por mucho que resultara un desperdicio desaprovechar la oportunidad, muy probablemente por su agotamiento general la actitud de Laurence distaba mucho de parecer buscar un acercamiento real. Aun así se arrimó a él, lo suficiente como para depositar el cigarrillo en sus labios el suficiente tiempo como para compartirle una pitada, luego retirándolo y volviendo a llevarlo a su propia boca para continuar fumando tranquilamente, así boca abajo como estaba, solamente erguido ligeramente al apoyarse en sus codos.
No había tomado su medicamento y aun así, al haberse acostado el pelinegro pudo sentir de golpe cómo todo el cansancio acumulado se le venía encima, debiendo cambiar de posición para evitar que su cabeza cayera en la almohada, quedando ahora boca arriba, ligeramente sentado.
–Uhg…–. Murmuró al verla arrastrándose por la cama. Una de sus alucinaciones recurrentes, en este caso una que solo aparecía cuando se privaba de sueño por tanto tiempo: una pequeña serpiente negra de ojos blancos amigables a la que llamaba “Toto”, inofensiva e incluso agradable a diferencia de las que solía tener. La miró por un momento sin llamar mucho la atención, ignorándola después. Definitivamente necesitaba dormir, por lo que descargando la ceniza en el pequeño cenicero de vidrio en la mesa de luz miró al chico a su lado y se soltó el cabello. –¿Cuál era la expresión que querías ver? Sinceramente no creo aguantar mucho más…– Dijo bostezando.
–¿Interesante? No exageres…– Rió y le siguió sin decir mucho hasta que entraron en la habitación. –Dime la verdad, no te agrada mucho tu casa, ¿cierto? No parece ser la primera vez que vienes a un lugar como este.–
Escudriñó la habitación un rato. Para ser un motel el lugar se veía bastante pulcro y bien podía decir que era de su agrado, mas desvió la mirada haciendo un pequeño sonido con los labios a modo de protesta al notar que no había un baño como tal donde pudiese tomar su medicación, mas dejándolo ser una vez el otro se acostó
Observando con gusto su torso desnudo él también se acercó a la cama. –Hm, parece que nos gusta meternos a la cama al revés–. Mencionó refiriéndose a sus pantalones, los cuales comenzó a desabrocharse luego de dejar su morral en una de las sillas y sentarse. Personalmente, no le gustaba dormir con el torso desnudo, pero sí tener las piernas libres.
Dejó sus jeans en el suelo, sin mucho cuidado a diferencia de la pulcra forma en que el nipón había doblado su ropa y se encendió otro cigarrillo solo por vicio para entonces acostarse tal como el otro.
–A no ser que quieras quitártelos claro…–. Era una insinuación, aunque incluso si la situación y el lugar eran ideales, por mucho que resultara un desperdicio desaprovechar la oportunidad, muy probablemente por su agotamiento general la actitud de Laurence distaba mucho de parecer buscar un acercamiento real. Aun así se arrimó a él, lo suficiente como para depositar el cigarrillo en sus labios el suficiente tiempo como para compartirle una pitada, luego retirándolo y volviendo a llevarlo a su propia boca para continuar fumando tranquilamente, así boca abajo como estaba, solamente erguido ligeramente al apoyarse en sus codos.
No había tomado su medicamento y aun así, al haberse acostado el pelinegro pudo sentir de golpe cómo todo el cansancio acumulado se le venía encima, debiendo cambiar de posición para evitar que su cabeza cayera en la almohada, quedando ahora boca arriba, ligeramente sentado.
–Uhg…–. Murmuró al verla arrastrándose por la cama. Una de sus alucinaciones recurrentes, en este caso una que solo aparecía cuando se privaba de sueño por tanto tiempo: una pequeña serpiente negra de ojos blancos amigables a la que llamaba “Toto”, inofensiva e incluso agradable a diferencia de las que solía tener. La miró por un momento sin llamar mucho la atención, ignorándola después. Definitivamente necesitaba dormir, por lo que descargando la ceniza en el pequeño cenicero de vidrio en la mesa de luz miró al chico a su lado y se soltó el cabello. –¿Cuál era la expresión que querías ver? Sinceramente no creo aguantar mucho más…– Dijo bostezando.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
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