Más pobres que una rata (Priv. Nikolaj)

De aquí:

Quizá no era el lugar más glamuroso de toda la ciudad, pero el buffet chino era el mejor sitio donde comer mucho y pagar poco, incluso se maldijo de no haber traído el tupper y llevarse un recuerdo a casa. Con el culo ya plantado en la silla y varios platos hasta arriba de comida que ni siquiera él podía vocalizar, arremangó las mangas de su cardigan bien dispuesto a comer, dejando que el periodista se diera el gusto de coger todo lo que quisiera, esperando a que estuviera ya en la mesa para hablar.

- Pues ahora que eres mi putón de medio lujo -ya bromeando aunque su rostro no pareciera indicarlo- si tienes alguna pregunta, ahora es el momento de disparar, pero sin prisas, estoy seguro que no va a ser la última puta vez que vas a ver éste careto -y ahora que se acordaba de ello, buscó entre sus bolsillos para sacar su teléfono móvil, buscó su propio número para dejar luego el aparato ante sus narices- todo tuyo. El puto número, no el móvil, ¿Eh? -pero dudaba que fuera a robarlo, no era un modelo de los cargos precisamente, tampoco veía a ese chico tan desesperado. Alzó la vista al ajeno, parecía haberse quedado en blanco pero en realidad estaba pensando- puedes llamar cuando quieras, normalmente me aburro como una ostra cuando no estoy haciendo de niñero o trabajando -tampoco iría a molestarle en absoluto que lo hiciera a mitad de sus actividades- ¿En qué ocupas el puto tiempo libre? Cuando no eres un stalker profesional -se lo quedó mirando por unos momentos frunciendo luego el ceño- si tienes alguna puta novia espero que no me parta la puta cara -en el pasado, en sus tiempos mozos, se podría haber sacado el título de atleta profesional con las carreras que se pegaba huyendo de las parejas de sus “amantes por profesión", especialmente de aquella persona que fue su dueña por años. Aún se sorprendía que alguien pudiera gastar tanto dinero en él cuando salió a la venta, estaba completamente seguro que nunca podría ver tal cantidad de nuevo, de haberlo tenido en sus manos quizá hubiera podido pagar su libertad en vez de hacer lo que hizo.

Niko siguió a Eos hasta el restaurante del barrio chino, y creyó estar a punto de desmayarse de felicidad cuando notó que, además de que iba a comer comida de verdad, era buffet. Y fue quizás la misma inanición la que hizo que se preguntara si no sería muy asqueroso ir y meterse comida a los bolsillos antes de irse.

Dentro, se separaron unos minutos para ir a buscar la dichosa comida, y cuando volvió a encontrarlo silbó en un gesto sorprendido cuando vio que el chico se había traído literalmente una montaña de platos.

-Cualquiera diría que hasta tienes más hambre que yo- le dijo, y empezó a comer también, tratando de controlar la desesperación y de masticar para no morir con un pato pekin atorado en la garganta.

Cuando Eos le tendió su número, volvió a mirarlo un poco sorprendido. Era lo último que hubiese esperado de alguien potencialmente famoso. Definitivamente el chico era más buena gente de lo que había creído (y ya creía bastante).
Sin dejar de comer, anotó el número, lo llamó y cortó, para que quedara el registro del suyo. Solo entonces se dio cuenta de que acababa de hacerse su "primer amigo" en la ciudad, y aunque su expresión no había dejado de ser genérica/seria, se sintió bastante feliz ante la idea.

-¿Tiempo libre? Durante casi todo el día estoy durmiendo o en esto de perseguir famosos, pero durante la noche a veces me juego unas horas de Final Fantasy Online robándole wifi a la vecina. Y sobre lo otro…la primera y última vez que tuve una novia fue a los 14, y con mi último novio terminamos hace como 6 meses, así que todo bien. Puedes llamarme cuando sea- respondió con naturalidad antes de echarse un último trozo de carne indefinida a la boca y recordar por qué había llegado ahí en primer lugar.

-Bueno, resulta que no soy el único que estaba interesado en ti- comenzó a decir, pensado cómo contextualizar su casi-acoso. Supuso que lo mejor era empezar desde el principio, para no quedar como un loco de mierda o un muerto de hambre desesperado por cualquier noticia.

-Como no sé nada de música ni artistas en general, cuando llegué a Glass City empecé por buscar en internet aspectos más llamativos o curiosos de cosas que habían pasado en el mundillo de espectáculo; cosas que fueran al menos distintas a “X se acostó con Y”, “Z le robó el novio a W” o “N bajó 5 kilos con la dieta del lagarto”

El asunto es que en uno de esos foros llegué a un tema que me llamó especialmente la atención. Un tipo de Croacia que aseguraba ser un director sonoro había identificado un importante cambio en la calidad de ciertas producciones recientes (filtradas, de hecho) de M. Records. Decía que no era solo una cuestión de oído, sino que tras haber analizado las canciones a programas profesionales de audio se dio cuenta de que había (y cito): “un nivel de perfeccionamiento técnico que jamás hubiera imaginado”. Pero post terminaba ahí, luego de que el tipo pidiera por favor que alguien le consiguiera alguna lista del equipo encargado del sonido en MR- pausó unos segundos para sorber jugo de piña y darle espacio a Eos para que fuera entendiendo a qué iba la cosa. Luego, prosiguió:

-Obviamente, la pista en sí misma es una mierda: cualquiera podría hacerse pasar por quien sea en internet, y en general nada me aseguraba que todo su discurso fuera cierto, por que como no sé nada de música, ni siquiera puedo comprobar por mi mismo esa calidad que tanto alababa. Pero bueno, estaba desesperado, me puse a investigar un poco y ahí fue donde legítimamente terminé interesado. Porque descubrí que, si bien en un principio podía ser falso, las canciones filtradas de las que hablaba el sujeto coincidían en pocos días de diferencia con tu propia contratación- sonrió un poco al recordar lo que en su momento había sido un pequeño logro en todo este jaleo. Aunque no se sentía fuera de peligro (porque no esperaba, por ejemplo, que Eos fuera tan joven; era más lógico esperar tal nivel de perfección de algún viejo que llevara mil años anclado en el negocio), Niko siempre decidía confiar en su suerte e intuición.

-Además, cuando traté de meterme en tu vida privada, no pude encontrar prácticamente nada. Mi libreta de investigación, que por lo general está llena, solo tiene escrito tu nombre; eres un total misterio-

Por lo general, Niko era de pocas palabras, pero en realidad era de esos que cuando encuentra algo que le interesa puede estarse horas hablando. Incluso cuando estaba solo a veces se descubría debatiendo en voz alta, y cosas así de raras.

Si se ponía a pensarlo, era un poco vergonzoso.

Miró a Eos, esperando que al menos siguiera despierto después de toda esa historia, y se rascó la nuca un tanto incómodo.

-Em… así que… Podrías partir contándome sobre tu experiencia, de dónde vienes, o si eres originario de Glass City-

- Gasto mucha puta energía -mientras se señalaba con el tenedor- doy gracias a poder recargar mis energías así, sería muy tedioso de otra puta manera -y la tenía, había otro modo de hacerlo pero era mucho menos divertido que el llevarse comida a la boca y saborear las cosas. Recuperó su teléfono móvil en cuanto quedó el número registrado, guardándolo de nuevo en el bolsillo, no sin antes registrar aquel número con el nombre del ajeno.

Cogió los palillos dejando a un lado el tenedor, a veces para algunas cosas gustaba de usar tenedores, otras los palillos, y es que usar los últimos se le daba bastante bien, sólo tenía ciertas manías en respecto al uso de ambos, y era normal teniendo en cuenta que él provenía de un país asiático, aunque sus facciones eran muy mixtas, sería difícil decir a primera vista de qué país provenía. Cogió fideos y empezó a comerlos intentando no hacer el ruido usual que aprendió en su país de “procedencia”, le habían repetido tantas veces que no lo hiciera que al final terminó por aprender a contenerlo. Escuchaba de mientras a Niko hablar de su tiempo libre llamando su atención incluso el hecho de que jugara a juegos online, eso le gustaba incluso.

- Dormir y jugar a putos MMORPG, ¿eh? -jugueteó un poco con los fideos- yo solía jugar a muchos, de vez en cuando también cuando tengo tiempo, como el puto Blade & Soul, ¿lo conoces? Es un orgasmo para mis jodidos ojos -escuchar que tuvo novia y luego novio, le hizo pensar que es bisexual aun si con ello se estaba equivocando- eso es muy reciente -sintió cierta curiosidad al respecto, en realidad siempre le habían interesado esos temas desde que hace años empezó a aprender al respecto. Él, como Aeon, asimiló un modo de emparejamiento base similar al de pingüinos, lobos grises, albatros, caballitos de mar… en definitiva, criaturas que en toda su vida sólo son capaces de tener una única pareja, conocer que el ser humano cambiaba de pareja por razones que, para él hasta el momento, no comprendía. Cuando pudo interactuar con más personas en su vida en aquellos tiempos, muchos le buscaban aun teniendo a alguien en sus vidas, o le contaban sobre sus problemas amorosos o que habían abandonado o cortado su relación; eso hizo que no supiera si era un afortunado o un desgraciado por compartir el mismos sistema que aquellos animales, aún nunca se había enamorado y le daba algo de miedo, pero un poco más hacia sí mismo, aquel que tiene en su interior, que por la persona ajena en sí- ¿por qué terminasteis la puta relación? ¿te traicionó? ¿era un jodido maltratador? ¿dejasteis de quereros?... -pestañeando unos momentos- ¿o es que no os queríais en realidad? -se le veía algo perdida con esos temas, pero estaba encantado de aprender más cosas aún si en realidad no le servían para nada- de todos modos eso me alegra mucho, así nadie iría a partirme el cráneo con un puto tacón o de un puto guantazo -o terminar mal parado, ¿quién iría a “repararle” ahora? Nadie, él solito tendría que regenerarse y pasar por todo ese proceso doloroso de recuperación.

Se quedó con los palillos casi al aire al escuchar que alguien pudiera estar interesado en él, ya de por sí le soprendía que una persona lo estuviera, saber que habría más hacía que incluso se preocupara un poquito. Decidió no decir nada, le miraba muy, muy fijamente mientras le escuchaba hablar y aunque quizá debiera sentirse en alerta por ciertos temas, sintió fascinación por cómo hablaba sobre la manera con la que consiguió indagar y encontrar información, para él eso tenía incluso su encanto y parecía decirlo de un modo serio, sin duda Niko le parecía interesante, además era sincero sin tener problema en hablar sobre qué hacía, o de dónde venía su ropa, o…. De golpe se quedó en blanco cuando escuchó que no pudo encontrar nada de él, se sintió inquieto pero no por temer que descubriera respecto a su vida, sino porque en sus adentros escuchó cierta risilla de aire taimado, eso había llamado la atención de Virus, ¿le estaría pareciendo divertido? ¿es por eso que se estaba riendo? Se llevó su mano a su garganta al sentir cierta presión, aparentemente acariciaba el tatuaje pero creía perder el control de sus cuerdas vocales. Entreabrió los labios pareciendo querer decir algo pero de inmediato los cerraba y apretaba, el blanco de su pipila parecía oscilar ligeramente.

- Si quieres saber de mí, vas a tener que pasar tiempo conmigo, es como un juego donde te iré dando pequeñas dosis -dio una pausa, tragó saliva como si le costara hacer pasar la flema por su garganta “Vete al puto fondo” “No actúes como si éste cuerpo fuera tuyo, sería aburrido no poner las cosas más interesantes y divertidas” Eos frunció el ceño visiblemente, sintiéndose más tranquilo al notar alivio en su cuello, soltó un leve y lento jadeo, frotó su nica mirando a otro lado antes de volver a mirarle completamente normal- es sólo una puta opción -entrecerró un poco los ojos- aprendí por puro hobby y no nací en el puto Glass City -cerró los ojos unos momentos, mierda… podía verle la sonrisa a ese cabrón metido entre sus entrañas- no es un secreto saber dónde vivo, antes te di una puta pista cuando hablé de mi jodida vecina, pero te llevaré ahí un día de éstos, vas a ver el puto palacete que tengo, de lujo para mi putón -bromeando al respecto- me pregunto, ¿hasta dónde llegarías por saber la puta información?

-Blade & Soul en verdad es como un orgasmo visual. Le debí haber dedicado muchas horas de mi vida, pero nunca son demasiadas- respondió, mientras sobre las mismas le entraban unas ganas peligrosísimas de jugarlo.

Luego escuchó la pregunta sobre su ex y se encogió de hombros, como restándole importancia.

-A mi las relaciones suelen durarme poco, y con él no fue nada especialmente dramático. De hecho, todavía lo tengo en facebook... supongo que significa algo-
Mantuvo durante todo momento su actitud tranquila, y por lo mismo le sorprendió que al final de su relato pseudo investigativo Eos pareció cambiar su actitud, como si la idea lo hubiera incomodado, o asustado incluso. Estuvo a punto de preguntarle si se sentía bien, pero justo entonces pareció volver a la normalidad y le preguntó sobre el alcance de sus intenciones.

Niko se lo quedó mirando antes de responder. Sentía como si el chico se hundía cada vez más en misterio y, luego de aquel breve cambio de actitud, el periodista ya no sabía si la pregunta se la hacía a la defensiva, como una especie de advertencia o simplemente curiosidad. De todas formas, era algo que él mismo tampoco se había planteado y no estaba mal pensarlo.

-La verdad es que no lo sé. Me gusta investigar; mi curiosidad a veces puede volverse un poco obsesiva y, si te soy sincero, todo el secretismo tuyo me interesa bastante- se cruzó de brazos y descansó la espalda en el respaldo de la silla en una postura más relajada. Su mirada se veía distraída en un punto muerto del techo, pero en el fondo seguía pensando en lo que le había dicho Eos.

-Pero también me caes bien y sería una lástima que me terminaras odiando por entrometerme a la fuerza en tu vida… Así que supongo que llegaría hasta donde tú me lo permitieras-

“Vaya mierda de periodista estoy hecho”, pensó resignado, sin abandonar su postura tranquila.

-Ya tengo un par de hipótesis. Te las voy a decir para sacármelo de encima y para sincerar un poco más lo que creo, pero no te sientas obligado a responder- volvió a decir, y suspiró levemente antes de comenzar a hablar de nuevo.

-Para efectos deductivos, voy a seguir asumiendo que la pista de ese tipo en internet era legítima- empezó a decir, inclinándose sobre la mesa hasta apoyar a los antebrazos en ella -En ese caso, es demasiado extraño que alguien de tu edad haya llegado al nivel que aclamaban en ese foro haciéndolo solo por hobby y sin parecer muy apasionado por la idea- hizo una pausa, buscando en la expresión de Eos algo que le indicara que sabía a dónde iba su idea -A partir de eso se me ocurren dos cosas: una, en realidad tu no haces esas canciones, o al menos no todas, pero los del sello están trabajando para promocionarte como la típica imagen comercial del chico lindo, joven y talentoso; o dos, eres alguna especie de superdotado con “oído absoluto” o alguna especie de desarrollo de ese tipo. Sinceramente, me inclino más por la segunda opción, pero aún hay cosas que no me convencen del todo-

Escuchó lo que Niko comentó al respecto en cuanto a su pareja anterior, sin duda el ser humano es una criatura muy curiosa, quería preguntar por qué le duraban poco por mera curiosidad, pero quiza lo podría hacer en otra ocasión. Sin embargo lo que más llamó su atención es que por caerle bien, no quisiera sobrepasar los límites. Entrecerró los ojos mirando su plato algo pensativo, ese hombre tenía buen corazón a fin de cuentas, en realidad tampoco iría a molestarle que metiera las narices en su vida, de primeras la mera idea le había sorprendido y en cierto modo se había alarmado, ¿qué iría a descubrir si él no le daba cierta información? Nada, saber de él a simple vista sería complicado, de primeras tampoco se le podría relacionar con lo ocurrido con cierta corporación, ni los laboratorios donde fue concebido, ni el lugar donde creció, en parte habían memorias que guardaba con mucho cariño por ser importantes. En realidad, su vida no era algo que pudiera guardar eternamente en secreto de todo el mundo, además que alguien le contó algo muy importante al respecto.

Alzó la vista a Niko bien dispuesto a escucharle, la hacían gracia aquellas hipótesis, pero no iba desencaminado en una de ellas.

- Joder, si hasta me has soltado un puto piropo -bromeando un poco- podría decirse que es algo jodidamente innato, lo de ser lindo y ser bueno en lo que hago, claro -se acomodó mejor en la silla, inclinando un poco la cabeza sin dejar de mirarle- eres considerado -dando una pequeña pausa- tú también me caes bien, si tengo que hablar de mí, lo haré por ser tú, no por ser un jodido stalker profesional -sonaba peor de lo que realmente quería decir las cosas- ¿cuándo vas a tener un puto día libre? Podríamos jugar al Blade & Soul juntos y luego te llevo por ahí, para asegurarme que quedas tan jodidamente relleno que si te presionara el estómago harías, ¡BUM! -juntando las manos y separándolas, haciendo luego pequeños sonidos de explosión, como si encima sus restos fueran a explotar también- ¿qué? ¿qué me dices, putón mío? Menos mal que ésto es el jodido pretty woman low cost, como tuviera que vestirte irías medio en pelota…. Pero eso creo que alegraría mucho las vistas -asintiendo convencido además, todo eso le trajo ciertos recuerdos, quizá no podrá sonreír pero sí que se notaba cierta nostalgia en su mirada- hace tiempo, mucho, yo fui un el puto chico de alguien, fue la hostia, las películas mierdas esas eran una película para jodidos críos a su lado -se rascó la mejilla- un día te contaré sobre eso si quieres, tengo un huevo y medio de anécdotas, soy como un puto abuelo

Escuchó todo lo que Eos le proponía y sonrió casi sin darse cuenta ante la idea.
-Suena genial, pero si te me sigues insinuando me voy a hacer ilusiones- era imposible saber si Niko hablaba o no en serio, pero era obvio que le divertía seguirle el juego.

-Quizás hayan preguntas más genéricas que puedas responderme, que no involucren detalles de tu vida previa a Glass City- volvió a decir. Después de todo, seguía interesado periodísticamente en él -Cosas como tus aspiraciones, tus hábitos de trabajo, los artistas que más admiras o quiénes te inspiraron a dedicarte en este rubro. Por muy hobby que sea, algo te hizo escogerlo sobre otras cosas, supongo- le dijo, curioso por saber qué podría motivarlo. Pero lo que realmente llamó su atención fue lo último que le dijo.

-¿En serio? ¿Tenías de esas parejas ultra millonarias que te mantenían? Mierda, que envidia- suspiró, mirándolo resignado, como sin entender -¿Por qué terminaste con alguien así? No pareciera que tuvieras malos recuerdos-

- Joder, pues no veo nada malo en hacerse ilusiones -y le guiñaría un ojo de no ser que le falló un poco el gesto y por unos instantes parecía que algo estaba pasando con uno de sus párpados, algo así como un un ataque epiléptico de párpado, si eso no existía, Eos lo acababa de inventar. Sin duda, Eos sabía cómo atraer a la gente con esos gestos tan encantadores y galanes, así de feliz estaba viviendo al lado del puticlub en compañía de ratas y cucarachas. Jugueteó un poco con lo que quedaba de comida en su plato mientras escuchaba a Niko, “preguntas más genéricas” escuchó, no estaba seguro de poder responder a todas pero lo intentaría. En realidad no sabía por dónde empezar, ¿sería eso algo relevante? Quizá en realidad podría interesar a alguien.

- Nunca pensé en ninguna puta aspiración, en el trabajo uno de mis hábitos es no tener a nadie demasiado cerca, necesito mi espacio personal -quizá podría no parecerlo por cómo puede llegar a ser tozudo cuando se le metía algo entre ceja y ceja, especialmente cuando quiere conocer a alguien. Frotó un poco su nuca, de verdad que no creía que nada de eso fuera interesante, pero justo cuando iba a responder llegaron las preguntas sobre su relación personal con aquella persona, la verdad es que no tenía problema en hablar de ello.

- Las cosas del corazón son más jodidamente interesantes, ¿eh? -pero no le era algo molesto- yo nunca tuve una puta pareja, era…. algo así como su jodido putón personal las veinticuatro horas, siete días a la semana, trescientos sesenta y cinco días al año -hizo una leve pausa para mirar hacia el techo unos momentos, negando con la cabeza para volver a mirar a Niko- no, no tengo malos recuerdos, era alguien jodidamente genial, pero….. -por primera vez en un tiempo se tomó su buen rato para buscar mejores palabras que pudieran describir lo ocurrido, todo en general- ……. si no te consideran un ser vivo, ¿cómo putas crees que actúa el ser humano? -miró a un lado con el ceño ligeramente fruncido, pero no tardó mucho en relajar de nuevo los músculos faciales- ¿te habría gustado ser el putón de alguien así de jodidamente forrado? Vaya, vaya, míralo, el putoncete -metiéndose con él aunque por su rostro no lo pareciera- terminabas con el ano más abierto que las jodidas cataratas del niágara, igual de húmedo e igual de extenso, pero eh, yo no tendré tanta pasta pero al menos soy todo un jodido encanto, soy la puta alegría de la huerta, el alma de toda fiesta -y señaló su inexistente sonrisa bien consciente de ello.

"No veo nada malo en hacerse ilusiones" había dicho Eos, pero ahora que lo miraba parecía como si le estuviera dando una especie de apoplejia. ¿Seguiría bromeano? ¿Era una especie de ironía? ¿Quizás solo se expresa de forma rara? ¿O era que definitivamente se estaba suspendiendo su actividad cerebral?. Finalmente, como respuesta, Niko se limitó a asentir notoriamente poco convencido y, como no pudo identificar las intenciones del chico, prefirió frenar los avances por el momento y se concentró en escuchar lo que decía.

-Bueno, cuando lo pones así se me quitan las ganas de ser un mantenido- admitió, y aunque lo recorrió un pequeño escalofrío por la imagen mental que le había provocado, su mente no tardó en divagar hacia Eos y durante unos segundos llegó a imaginarlo en una dinámica parecida, pero un poco más... estética de lo que éste había descrito. Algo menos violento, que le quedara mejor con esa expresión que parecía ser siempre tan neutra...
Pero no tardó en darse cuenta de lo inapropiado que era ponerse a pensar en eso en pleno restaurante (y encima con el chico ahí mismo), y pronto reprimió la fantasía; mantuvo la expresión rígida y miró hacia el lado para distraerse.

-La verdad es que jamás me había planteado tan... taaaaan en serio eso de andar con alguien solo por su dinero- agregó luego de un rato, dispuesto a cambiar el tema -Pero ahora que lo dices, no creo que alguien sano vea en los otros una mercancía- terminó de decir, y a pesar de que su expresión seguía imperturbable, se notaba que era sincero. Luego, ya con la imaginación más fría, volvió a mirar a Eos y sonrió ligeramente.
-Si, en realidad alguien como tú estaría mucho mejor-

- Hay gente muy putamente enferma en el mundo, deberías ir con cuidado -el hombre que tenía ante sus narices le había caído en gracia y la verdad es que no le gustaba la idea de que algo pudiera pasarle, las posibilidades ahí estaban por su trabajo, claro estaba, pero prefería que al menos no se jodiera la vida por un amante ido de la olla, realmente eso era lo que no quisiera imaginar, dudaba mucho que ese chico fuera a ser esa clase de persona, creía que era lo suficientemente atractivo como para conseguirse a cualquier ricachón que quisiera, y la verdad es que no sonreía porque no podía al confirmárselo en ajeno.

Estaba completamente ajeno a lo que pudiera imaginar Niko, notaba cierta energía, muy leve, eso sí, pero que no lograba encajar con la situación en la que estaban, así que siguió en su inopia, ignorante de la vida.

- Se te torcería el puto ano si supieras la cantidad de hijos de perra  con dinero. Muchos pagarían cualquier suma con tal de cumplir sus jodidos fetiches, esos son los más cabrones de todos -supuso que el dinero solía hacer sentir a esas personas como a alguien intocable, a decir verdad, en el fondo no fue mucho mejor, aún si era capaz de no sentir culpabilidad por ello.

A pesar de estar centrado en sus pensamientos, escuchar aquella frase hizo que saliera de ellos de golpe y abriera ligeramente los ojos, ¿había escuchado bien? sintió algo muy agradable en el pecho, estaba…. ¿feliz? era posiblemente la primera persona que alguien había dicho algo así en aquel contexto, de forma sincera y eso le había tocado la fibra de tal modo que incluso llegó a aquel que tenía metido en lo más hondo.
“....¿has escuchado eso?” “No” mintió el del fondo, lo había escuchado y notado perfectamente, ¿cómo no iría a hacerlo? él siente las cosas de forma más intensa, pero se guardaba por el momento el derecho a observar mejor lo que estaba pasando con el periodista “¿Cómo puedes sentirte feliz por ésta mierda? Eres patético” acompañó con una risa, Eos no estaba seguro de si hablaba de él o de sí mismo. No dijo nada, bajó la vista y la desvió a un lado, dijera lo que dijera el de allá al fondo, no podía engañarle.

- Sábado -dijo de repente- éste sábado en el parque -alzó de nuevo la mirada a él, levantándose de la silla casi de forma repentina- te esperaré ahí, es una puta cita -las despedidas no eran lo suyo, por lo que simplemente dió un golpe de cabeza a modo de despedida para irse del restaurante, ya había pagado, así que dejó que Niko siguiera comiendo todo lo que deseara.