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Enjitsu (Priv. Momo)
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Enjitsu (Priv. Momo)
Quizás en un comienzo la expectativa del nipón era netamente encontrar una forma de divertirse y ocupar aquel talento nato para cantar y hacer una vida relativamente normal en glass City con ello, sin embargo nunca esperó que su propuesta musical tomara fuerza y le permitiera ser un vocalista bien catalogado del renombrado sello musical de la ciudad. No podía quejarse, era mejor aún de lo que al principio esperaba, pero aquello también le había traído muchas más responsabilidades de las que jamás llegó a esperar tener.
Ahora mismo se encontraba en medio de una disyuntiva. Por órdenes de sus superiores ahora no solo debía cumplir con su deber como vocalista, sino tambien como "padrino" a lo que Eiji se refería más como "niñera" de algún crio (más crio que él) de la famosilla escuela Musette. Por supuesto el nipón intentó negarse, pero no hubo salida, especialmente porque parecía que su Manager se divertía con toda la situación, lo suficiente como para incluso hacer que su apariencia disimulara en gran parte los vendajes y parches en su cuerpo y le diera una imagen menos intimidante a la que usualmente solía proyectar.
- Bien, pero yo no me hago responsable en caso de cualquier "incidente".- Había dicho con evidente frustración al ver que no importaba cuanto quisiera negociar, su sentencia estaba dictada.
Habían programado el encuentro con su ahijado para el viernes por la tarde en el loby del edificio y aunque le habían pasado una carpeta con los datos del desafortunado, él no se había molestado en siquiera mirar la foto del alumno en cuestión. Dejaría la responsabilidad del reconocimiento al otro y tal vez con un poco de suerte podría librarse del asunto incluso antes de comenzar.
Eiji se cruzó de brazos apoyado en una de las paredes de la recepción, sería considerado y toleraría 5 minutos de retrazo, si nadie aparecía inmediatamente iría a la oficina de su manager para (por enésima vez) indicar que aquella era una muy mala idea.
Ahora mismo se encontraba en medio de una disyuntiva. Por órdenes de sus superiores ahora no solo debía cumplir con su deber como vocalista, sino tambien como "padrino" a lo que Eiji se refería más como "niñera" de algún crio (más crio que él) de la famosilla escuela Musette. Por supuesto el nipón intentó negarse, pero no hubo salida, especialmente porque parecía que su Manager se divertía con toda la situación, lo suficiente como para incluso hacer que su apariencia disimulara en gran parte los vendajes y parches en su cuerpo y le diera una imagen menos intimidante a la que usualmente solía proyectar.
- Spoiler:
- Bien, pero yo no me hago responsable en caso de cualquier "incidente".- Había dicho con evidente frustración al ver que no importaba cuanto quisiera negociar, su sentencia estaba dictada.
Habían programado el encuentro con su ahijado para el viernes por la tarde en el loby del edificio y aunque le habían pasado una carpeta con los datos del desafortunado, él no se había molestado en siquiera mirar la foto del alumno en cuestión. Dejaría la responsabilidad del reconocimiento al otro y tal vez con un poco de suerte podría librarse del asunto incluso antes de comenzar.
Eiji se cruzó de brazos apoyado en una de las paredes de la recepción, sería considerado y toleraría 5 minutos de retrazo, si nadie aparecía inmediatamente iría a la oficina de su manager para (por enésima vez) indicar que aquella era una muy mala idea.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
Las semanas avanzaban con lentitud y a pesar de que las clases no resultaban tan complicadas, pero la mente de Momo se encontraba abrumada, tenía tantas cosas en ella que añoraba desesperadamente un respiro… -Momo! Estas distraída, ¿Momo?- Salió de su encimamiento, apartando la mirada de la pantalla del celular para llevarla hasta Jane que ahora le hablaba. —Oh, lo siento… estoy bien, solo que con algo de sueño— sonrió como de costumbre, volviendo a guardar el celular en su mochila a pesar de las insistentes llamadas. Estaba claro que ese “respiro” no sería posible por ahora, ya que debía estar con sus compañeras de clases por más tiempo, por desgracia esta vez no encontró ninguna excusa para huir de aquella salida y ahora se encontraban de camino a una cafetería, donde se detendrían a comer antes de planear su siguiente destino. Al llegar ocuparon una mesa y las chicas inmediatamente comenzaron a ordenar, discutieron varias opciones, una de ellas resumió el pedido y se lo comunicó a la camarera de media jornada.
Entonces, el móvil de Momo volvió a sonar, pero esta vez con el tono predilecto de sus recordatorios. Revisó el aparato, trayendo a su memoria aquella reunión con su denominado ”Padrino”, le llevó unos segundos más recordar en donde sería, pero al hacerlo una sonrisa divertida se dibujó en sus labios. Se levantó y miró a las chicas para indicarles que solo se ausentaría un momento, pero ninguna respondió solo estaban sumidas en sus tontas conversaciones que apenas notaron que la castaña se levantó. Era la primera vez que se alegraba por ese evento; últimamente estaba siendo incluida en más actividades de los que desearía, pero a pesar de que no le agradaba la idea al cien por ciento, sabía que eso podría abrirle pasos para un buen futuro, y bueno como ya se ha dicho antes, Momo no desaprovechaba las oportunidades.
Por fin luego de una lucha de un par de años había logrado escapar del marullo y la presión social de esa anterior escuela de alcurnia, pero ahora odiaba estar rodeada de gente que solo se interesa por ella misma, luego no tienen tiempo para alguna otra cosa que no se hablar de su vida y de sus viajes, claro, como si realmente eso le importara pero, para sobrevivir en esa clase de mundo tienes que ser igual que ellos, y no se había dado cuenta de que todo este tiempo había usado tantas mascaras que la verdad a veces se detenía a pensar quien era ella misma… no es tan simple, pero no hay otra forma, definitivamente no!.
Ajustó el abrigo que cubría su simple vestimenta, unos jeans ajustados y una camiseta blanca, de calzado había optado por unos botines negros de tacón. Todo le parecía bien salvo por ese molesto vendaje en su muñeca. Llevaba un par de semanas con él, y a pesar de que no le parecía necesario, debía llevarlo por un tiempo más, después de todo aquel paciente desquiciado sí que supo fregarla. Una vez que llegó a Merveilles Records, sin mirar mucho a su alrededor, caminó hasta la recepción. —Disculpe… Yo estoy buscando a E…Ei…— dijo tras aclarar un poco su garganta, dejando en evidencia su mala memoria. Era muy mala memorizando los nombres, apenas se había enterado de quien sería trató de grabarla en su memoria. Palmeó su frente reprendiéndose mentalmente por no ser capaz de recordar, y eso que trataba de un artista, no era cualquier persona.
La mujer impaciente, volvió a preguntar qué quería. Se rascó la cabeza alborotándose los cabellos desde atrás, —Eiji! Así es…— exclamó, orgullosa de haberlo recordado. La expresión de la mujer cambió al igual que su sonrisa se esfumó, soltando un simple “oh” se dedicó a señalar al otro extremo donde se supone se encontraba el joven vocalista. Los orbes de Momo cubiertos por sus características lentillas azules, se desplazaron hasta donde la mujer apuntaba, y pudo observar a un joven que le resultó familiar. «Oh! El debe ser..» —Gracias— le dijo a la mujer antes de girarse y básicamente correr hasta él.
—H-hola. Lamento el retraso— se disculpó, aunque no sintiese el más mínimo arrepentimiento, después de todo si no fuese por su móvil jamás se habría presentado. —Soy Takeshi Momo, a partir de hoy estaré a prueba, espero poder aprender mucho de ti— se presento adecuadamente haciendo una leve reverencia y sonriendo, aunque eso de las formalidades no era lo suyo, igual no le importaba que clase de chico seria, ella conseguiría sus propósitos de haber entrado ahí, muy independientemente si lograba llevarse bien al menos haría más amena su convivencia. El muchacho tenía pinta de idol pero siendo sinceros no tenía la más mínima idea de quién era, solo sabía su nombre que acababan de recordarle y esperaba no volverlo a olvidar. Tenía que confesar que se encontraba demasiado oxidada en cuanto los artistas se refería y nunca había estado tan arrepentida de no haberles puesto la debida atención hasta que se vio en aprietos. —A todas estas…. ¿Qué se supone que tendremos que hacer?— cuestionó tras reincorporarse, acomodando un mechón rebelde tras su oreja.
Entonces, el móvil de Momo volvió a sonar, pero esta vez con el tono predilecto de sus recordatorios. Revisó el aparato, trayendo a su memoria aquella reunión con su denominado ”Padrino”, le llevó unos segundos más recordar en donde sería, pero al hacerlo una sonrisa divertida se dibujó en sus labios. Se levantó y miró a las chicas para indicarles que solo se ausentaría un momento, pero ninguna respondió solo estaban sumidas en sus tontas conversaciones que apenas notaron que la castaña se levantó. Era la primera vez que se alegraba por ese evento; últimamente estaba siendo incluida en más actividades de los que desearía, pero a pesar de que no le agradaba la idea al cien por ciento, sabía que eso podría abrirle pasos para un buen futuro, y bueno como ya se ha dicho antes, Momo no desaprovechaba las oportunidades.
Por fin luego de una lucha de un par de años había logrado escapar del marullo y la presión social de esa anterior escuela de alcurnia, pero ahora odiaba estar rodeada de gente que solo se interesa por ella misma, luego no tienen tiempo para alguna otra cosa que no se hablar de su vida y de sus viajes, claro, como si realmente eso le importara pero, para sobrevivir en esa clase de mundo tienes que ser igual que ellos, y no se había dado cuenta de que todo este tiempo había usado tantas mascaras que la verdad a veces se detenía a pensar quien era ella misma… no es tan simple, pero no hay otra forma, definitivamente no!.
Ajustó el abrigo que cubría su simple vestimenta, unos jeans ajustados y una camiseta blanca, de calzado había optado por unos botines negros de tacón. Todo le parecía bien salvo por ese molesto vendaje en su muñeca. Llevaba un par de semanas con él, y a pesar de que no le parecía necesario, debía llevarlo por un tiempo más, después de todo aquel paciente desquiciado sí que supo fregarla. Una vez que llegó a Merveilles Records, sin mirar mucho a su alrededor, caminó hasta la recepción. —Disculpe… Yo estoy buscando a E…Ei…— dijo tras aclarar un poco su garganta, dejando en evidencia su mala memoria. Era muy mala memorizando los nombres, apenas se había enterado de quien sería trató de grabarla en su memoria. Palmeó su frente reprendiéndose mentalmente por no ser capaz de recordar, y eso que trataba de un artista, no era cualquier persona.
La mujer impaciente, volvió a preguntar qué quería. Se rascó la cabeza alborotándose los cabellos desde atrás, —Eiji! Así es…— exclamó, orgullosa de haberlo recordado. La expresión de la mujer cambió al igual que su sonrisa se esfumó, soltando un simple “oh” se dedicó a señalar al otro extremo donde se supone se encontraba el joven vocalista. Los orbes de Momo cubiertos por sus características lentillas azules, se desplazaron hasta donde la mujer apuntaba, y pudo observar a un joven que le resultó familiar. «Oh! El debe ser..» —Gracias— le dijo a la mujer antes de girarse y básicamente correr hasta él.
—H-hola. Lamento el retraso— se disculpó, aunque no sintiese el más mínimo arrepentimiento, después de todo si no fuese por su móvil jamás se habría presentado. —Soy Takeshi Momo, a partir de hoy estaré a prueba, espero poder aprender mucho de ti— se presento adecuadamente haciendo una leve reverencia y sonriendo, aunque eso de las formalidades no era lo suyo, igual no le importaba que clase de chico seria, ella conseguiría sus propósitos de haber entrado ahí, muy independientemente si lograba llevarse bien al menos haría más amena su convivencia. El muchacho tenía pinta de idol pero siendo sinceros no tenía la más mínima idea de quién era, solo sabía su nombre que acababan de recordarle y esperaba no volverlo a olvidar. Tenía que confesar que se encontraba demasiado oxidada en cuanto los artistas se refería y nunca había estado tan arrepentida de no haberles puesto la debida atención hasta que se vio en aprietos. —A todas estas…. ¿Qué se supone que tendremos que hacer?— cuestionó tras reincorporarse, acomodando un mechón rebelde tras su oreja.
Takeshi Momo- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 18/07/2017
Edad : 27
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
El tuerto vio a una muchacha de cabello largo acercarse en su dirección y por un momento sintió algo similar al pánico. No era posible que además de meterlo en el lío del apadrinamiento, su mánager hubiese tenido la genial idea de meterle a una chica como ahijada ¿Verdad?
¿Quién en su sano juicio pondría a una chiquilla como ella al lado de Eiji?
Skýlos.
Sintió su único ojo temblar y frunció el ceño ligeramente haciendo una mueca de rechazo que no se esforzó en disimular, sin embargo, el lado arisco del tuerto cedió un poco cuando la chica se presentó.
-Takeshi Momo... ¿Japonesa? -Fue lo primero que preguntó, mirándola con escepticismo, pero casi inmediatamente soltó un suspiro como si aquello no fuese relevante y no tuviese más opción que aceptar las cosas como eran y ya.
- Seré honesto, no creo que haya nada que pueda enseñarte y tampoco creo ser una buena influencia para nadie, no sé demasiado de música o del mundo del espectáculo, pero va, supongo que no nos queda más que jugar este jueguito de apadrinamiento. Esto es parte de mi trabajo y detesto ser mediocre en ello.- Deshizo al fin su postura contra la pared y se incorporó hasta quedar de pie frente a ella, mirándola un momento fijo a los ojos, sonriendo luego con algo de malicia como solía ser su costumbre.
-Soy Eiji Mitsuo. Vocalista. - Fue su acotada presentación- Se supone que por hoy la idea es conocernos y que también conozcas un poco las instalaciones del sello. Va, da igual. Sígueme.- Dijo girando en su propio eje para comenzar a caminar en dirección al pasillo, si se enfocaba simplemente en cumplir lo que le habían pedido suponía que no iba a ser una tortura muy larga.
¿Quién en su sano juicio pondría a una chiquilla como ella al lado de Eiji?
Skýlos.
Sintió su único ojo temblar y frunció el ceño ligeramente haciendo una mueca de rechazo que no se esforzó en disimular, sin embargo, el lado arisco del tuerto cedió un poco cuando la chica se presentó.
-Takeshi Momo... ¿Japonesa? -Fue lo primero que preguntó, mirándola con escepticismo, pero casi inmediatamente soltó un suspiro como si aquello no fuese relevante y no tuviese más opción que aceptar las cosas como eran y ya.
- Seré honesto, no creo que haya nada que pueda enseñarte y tampoco creo ser una buena influencia para nadie, no sé demasiado de música o del mundo del espectáculo, pero va, supongo que no nos queda más que jugar este jueguito de apadrinamiento. Esto es parte de mi trabajo y detesto ser mediocre en ello.- Deshizo al fin su postura contra la pared y se incorporó hasta quedar de pie frente a ella, mirándola un momento fijo a los ojos, sonriendo luego con algo de malicia como solía ser su costumbre.
-Soy Eiji Mitsuo. Vocalista. - Fue su acotada presentación- Se supone que por hoy la idea es conocernos y que también conozcas un poco las instalaciones del sello. Va, da igual. Sígueme.- Dijo girando en su propio eje para comenzar a caminar en dirección al pasillo, si se enfocaba simplemente en cumplir lo que le habían pedido suponía que no iba a ser una tortura muy larga.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
Podía sentir hostilidad por parte de su padrino, por alguna razón, parecía que ella no le agradaba o el hecho de tener que enseñarle, pero si fue un mandato de un superior ni ella podía hacérselo más tranquilo, en su vida ha tratado con tantas personas con mal carácter entre ellos su padre, que bien podía soportar a un padrino amargado, al menos ahora es cuando podía deshacerse de todos esos molestos modales que siempre le trataron de inculcar. —Si, por supuesto que lo soy. Pero tengo dos nacionalidades, aunque haya prevalecido en mi nombre la cultura de mi padre— «¿Por qué rayos tiene que hacer preguntas obvias? Y hacerme entrar en detalles innecesarios».
Prestó mucha atención cuando comenzó a hablar, sin embargo, a medida que avanzaba la sonrisa que vislumbraba en sus labios comenzó a desvanecerse lentamente, siendo reemplazada por ¿Decepción? Quizá. Enarcó una ceja con cierta confusión, si apartar su desconcertada mirada del joven. Bufó por lo bajo al apreciar su sonrisa. Corrió un poco para alcanzarlo, prestando menos atención esta vez, incluso llegó a posicionarse frente a él, interrumpiendo su andar. —Esto es realmente frustrante…— murmuró con una sonrisa cínica, a la vez que rascaba su nuca. —Espera un momento… ¿Qué es lo que has dicho?— preguntó en voz alta aun incrédula.
—¿Por qué será que la mala suerte me persigue, incluso en este ámbito?— comentó al aire, como si realmente esperara la respuesta de alguna entidad divina. —¿No hay nada que puedas enseñarme? Eso lo puedo entender, y no tengo problema, pues he aprendido muchas cosas por mí misma y lo que no, buscaré la forma de hacerlo— inició deshaciéndose de cualquier ápice de educación o amabilidad que pensaba usar con aquel sujeto. —¿No sabes de música? ¿Entonces qué demonios haces aquí? Tcé!— frunció el ceño, para masajear luego sus sienes, intentado calmar un pequeño dolor de cabeza que hacía su aparición.
—La verdad desconozco porque me habrán puesto alguien así como padrino. Pensé que podrías ser útil para mí, pero incluso hasta defectuoso estás— sin ningún remordimiento posterior, señaló su ojo cubierto por el parche. Suspiró profundamente en el fallido intento de calmarse. —Muy bien. Lo hecho, hecho está. Continuemos con esto hasta que se me ocurra algo más. Después de todo has dicho que eres vocalista del sello ¿Cierto? Por alguna razón debes estar aquí, así que algo has de tener ¿Qué será? Ya te encargarás de mostrarme, padrino— dicho eso, volvió a sonreír con cinismo e introdujo las manos en los bolsillos de su abrigo. —Adelante. Sigamos con el maldito recorrido— finalmente se apartó, situándose a un lado, esperando que el continuara guiándole. Estaba enojada, pero se resignaría, eso lo pasaba por esperar más…
Prestó mucha atención cuando comenzó a hablar, sin embargo, a medida que avanzaba la sonrisa que vislumbraba en sus labios comenzó a desvanecerse lentamente, siendo reemplazada por ¿Decepción? Quizá. Enarcó una ceja con cierta confusión, si apartar su desconcertada mirada del joven. Bufó por lo bajo al apreciar su sonrisa. Corrió un poco para alcanzarlo, prestando menos atención esta vez, incluso llegó a posicionarse frente a él, interrumpiendo su andar. —Esto es realmente frustrante…— murmuró con una sonrisa cínica, a la vez que rascaba su nuca. —Espera un momento… ¿Qué es lo que has dicho?— preguntó en voz alta aun incrédula.
—¿Por qué será que la mala suerte me persigue, incluso en este ámbito?— comentó al aire, como si realmente esperara la respuesta de alguna entidad divina. —¿No hay nada que puedas enseñarme? Eso lo puedo entender, y no tengo problema, pues he aprendido muchas cosas por mí misma y lo que no, buscaré la forma de hacerlo— inició deshaciéndose de cualquier ápice de educación o amabilidad que pensaba usar con aquel sujeto. —¿No sabes de música? ¿Entonces qué demonios haces aquí? Tcé!— frunció el ceño, para masajear luego sus sienes, intentado calmar un pequeño dolor de cabeza que hacía su aparición.
—La verdad desconozco porque me habrán puesto alguien así como padrino. Pensé que podrías ser útil para mí, pero incluso hasta defectuoso estás— sin ningún remordimiento posterior, señaló su ojo cubierto por el parche. Suspiró profundamente en el fallido intento de calmarse. —Muy bien. Lo hecho, hecho está. Continuemos con esto hasta que se me ocurra algo más. Después de todo has dicho que eres vocalista del sello ¿Cierto? Por alguna razón debes estar aquí, así que algo has de tener ¿Qué será? Ya te encargarás de mostrarme, padrino— dicho eso, volvió a sonreír con cinismo e introdujo las manos en los bolsillos de su abrigo. —Adelante. Sigamos con el maldito recorrido— finalmente se apartó, situándose a un lado, esperando que el continuara guiándole. Estaba enojada, pero se resignaría, eso lo pasaba por esperar más…
Takeshi Momo- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 18/07/2017
Edad : 27
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
- Humm... - No pareció mostrar mucho interés en la respuesta de la chicarespecto a su nacionalidad, pero la verdad es que algo de gracia le había causado la extraña coincidencia. Ambos eran mestizos, pero en situaciones completamente contrarias pues en su caso, la raíz japonesa era por el lado de su madre, pero por supuesto Eiji no tenía intención alguna de dar información de ese estilo, mucho menos a su ahijada.
De pronto frenó en seco al ver como la muchacha le cortaba el paso sin miramiento alguno. El chico volvió a clavar la mirada en los ojos contrarios con evidente rechazo. Escuchó en silencio todo cuanto su ahijada quiso decir, pero mantuvo el mismo semblante, incluso cuando llegó a ofenderlo por su ojo faltante. Si tan solo supiera que aquel era solo lo más evidente de cuan "defectuoso" estaba.
Si la misma situación se hubiese dado en un contexto completamente diferente, por ejemplo en los barrios bajos, el tuerto no hubiese dudado en callar a la joven de una forma poco sutil, incluso ahora mismo estaba peleando internamente por no acorralarla y utilizar el punzón que siempre portaba entre sus ropas, pero Eiji sabía que algo así solo lo perjudicaría a él y sentía que tal vez era precisamente eso lo que Skýlos buscaba. Poner a prueba su paciencia.
- ¿Terminaste el berrinche? - Fue lo único que Eiji contestó una vez su ahijada cerró la boca. Volvió a retomar el paso y apenas le dedicó una mirada de reojo para luego, con evidente sorna, agregar.
-Me alegra ver que tu cerebro es suficientemente capaz de responderse a si mismo. Entré aquí por una audición como la mayoría así que algo debo tener ¿no? -Su tono estaba cargado en sarcasmo. Avanzó luego hasta las escaleras al final del pasillo, planeaba llevar a la chica piso arriba para que conociera, al menos, las salas de ensayo y las de grabación.
- ¿En qué curso estás? - Preguntó de nuevo con cierto desinterés, sin volver a dirigirle la mirada mientras subian las escaleras.
De pronto frenó en seco al ver como la muchacha le cortaba el paso sin miramiento alguno. El chico volvió a clavar la mirada en los ojos contrarios con evidente rechazo. Escuchó en silencio todo cuanto su ahijada quiso decir, pero mantuvo el mismo semblante, incluso cuando llegó a ofenderlo por su ojo faltante. Si tan solo supiera que aquel era solo lo más evidente de cuan "defectuoso" estaba.
Si la misma situación se hubiese dado en un contexto completamente diferente, por ejemplo en los barrios bajos, el tuerto no hubiese dudado en callar a la joven de una forma poco sutil, incluso ahora mismo estaba peleando internamente por no acorralarla y utilizar el punzón que siempre portaba entre sus ropas, pero Eiji sabía que algo así solo lo perjudicaría a él y sentía que tal vez era precisamente eso lo que Skýlos buscaba. Poner a prueba su paciencia.
- ¿Terminaste el berrinche? - Fue lo único que Eiji contestó una vez su ahijada cerró la boca. Volvió a retomar el paso y apenas le dedicó una mirada de reojo para luego, con evidente sorna, agregar.
-Me alegra ver que tu cerebro es suficientemente capaz de responderse a si mismo. Entré aquí por una audición como la mayoría así que algo debo tener ¿no? -Su tono estaba cargado en sarcasmo. Avanzó luego hasta las escaleras al final del pasillo, planeaba llevar a la chica piso arriba para que conociera, al menos, las salas de ensayo y las de grabación.
- ¿En qué curso estás? - Preguntó de nuevo con cierto desinterés, sin volver a dirigirle la mirada mientras subian las escaleras.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
Hasta ahora no tenía muy claro por qué se había dejado llevar de modo tan apresurado, en lugar de actuar más gentil como siempre lo hacía, o bueno, la mayoría del tiempo. Quizá esta vez no podía disimular la decepción que el contrario le provocó y por otro lado estaba muy cansada para fingir algo más. No sabía si llamarle “buena fortuna”, pero el muchacho no había replicado a su “berrinche” y eso le ayudaba a no tener que continuar soltando palabras imprudentes, al menos por ahora. —No ha sido un berrinche…pero si, terminó— murmuró, bufando con fastidio. «Tienes que calmarte Momo, contrólate»
—Tcé… como sea— soltó una risa seca con aquel comentario, tratando de no agregar nada más, ya había cometido su error, pero tampoco deseaba empeorar las cosas. Continúo avanzando tras de él, mirando a su alrededor con desgano, ahora que se encontraba allí, se preguntaba las razones por las que en un inicio deseaba entrar en un lugar como ese. Parecía un sueño tan lejano, tan ajeno, que incluso a veces le resultaba molesto contemplar algo así en su futuro. Sacudió su cabeza, intentando apartar aquellos pensamientos, no quería entorpecer sus planes, ni rendirse, mucho menos ahora.
Subió el primer escalón y tras ello llevó la mirada hasta el vocalista, enarcando una ceja. —En el tercero—respondió con inapetencia. —No tienes que fingir interés. Puedo intuir que esto no te agrada más que a mí, así que podemos evitarnos esta clase de preguntas— prosiguió a subir las escaleras, incluso adelantando su paso pasando a un lado de él para no tener que seguir detrás. —Puedes acortar este molesto paseo mostrándome sólo los lugares más entretenidos— caminó un poco deteniéndose frente a una de las puertas del enorme pasillo, se colocó de puntillas intentando ver a través de la pequeña ventanilla de la puerta. —¿Es cierto que los artistas del sello en un inicio residen en este lugar o sólo vienen a trabajar?— cuestionó intentando aclarar aquella duda que alguna vez escuchó comentar a una de sus compañeras.
—Wua… Las personas en este lugar no parecen perder su tiempo— susurró con una sonrisa mientras creía divisar alguna escena indebida por la ventanilla, —Rayos…— pero dejó de contemplar cuando uno de los protagonistas se percató de su asecho. Se apartó de la puerta apegando su cuerpo contra la pared, como si con ello se pudiese ocultar fácilmente o retrasar lo inevitable, la puerta terminó por abrirse y un sujeto mayor que ambos se mostraba muy enfadado. —¿A quién crees que espías?— Momo se despegó de la pared y reflejando cierta vergüenza en su rostro realizó una leve reverencia. —Discúlpeme, yo estaba en un recorrido, no era mi intención…— trató de explicar mientras acomodaba uno de los mechones de su cabello tras la oreja.
—¿Crees que me voy a creer esa tontería? En cualquier caso puedes ir a hacer tu recorrido a otro lado, es más ¿Tienes permiso de estar aquí?— el hombre no parecía apaciguar su molestia con la excusa torpe de la muchacha, y aquella actitud no hacía más que enfurecer a Momo. —Si, lo tengo, vengo con él— apuntó al vocalista y luego volvió su dedo para apuntar al problemático hombre. —Ya me he disculpado ¿No le es suficiente? Además si no quiere que nadie mire, busque un lugar más privado para hacer sus cochinadas— replicó. —¿Cochinadas?— repitió el hombre con aparente ofensa, y la joven sólo asintió con tranquilidad, la verdad ni siquiera estaba segura de lo que había visto, pero eso era lo que había concluido y a juzgar por la reacción del hombre no estaba equivocada. El sujeto al divisar el vendaje en la mano de Momo que le apuntaba irrespetuosamente, optó por sujetarle de allí con fuerza, pensando que de ese modo le doblegaría. —¿Qué está haciendo?— cuestionó sin mostrarle ninguna expresión de dolor más que de indignación por el hecho de que le tocara.
—Ustedes dos, sólo váyanse de aquí— advirtió y le soltó con brusquedad, pero antes de que el hombre se diese la espalda y se adentrara a la sala, la chica molesta se acercó y escupió sobre él. —Ahora si me iré— sacudió su cabello con arrogancia y sin importar las consecuencias de sus acciones avanzó por el pasillo. —Continuemos con el recorrido— le dijo a su padrino, estirando ambos brazos con algo de pereza.
—Tcé… como sea— soltó una risa seca con aquel comentario, tratando de no agregar nada más, ya había cometido su error, pero tampoco deseaba empeorar las cosas. Continúo avanzando tras de él, mirando a su alrededor con desgano, ahora que se encontraba allí, se preguntaba las razones por las que en un inicio deseaba entrar en un lugar como ese. Parecía un sueño tan lejano, tan ajeno, que incluso a veces le resultaba molesto contemplar algo así en su futuro. Sacudió su cabeza, intentando apartar aquellos pensamientos, no quería entorpecer sus planes, ni rendirse, mucho menos ahora.
Subió el primer escalón y tras ello llevó la mirada hasta el vocalista, enarcando una ceja. —En el tercero—respondió con inapetencia. —No tienes que fingir interés. Puedo intuir que esto no te agrada más que a mí, así que podemos evitarnos esta clase de preguntas— prosiguió a subir las escaleras, incluso adelantando su paso pasando a un lado de él para no tener que seguir detrás. —Puedes acortar este molesto paseo mostrándome sólo los lugares más entretenidos— caminó un poco deteniéndose frente a una de las puertas del enorme pasillo, se colocó de puntillas intentando ver a través de la pequeña ventanilla de la puerta. —¿Es cierto que los artistas del sello en un inicio residen en este lugar o sólo vienen a trabajar?— cuestionó intentando aclarar aquella duda que alguna vez escuchó comentar a una de sus compañeras.
—Wua… Las personas en este lugar no parecen perder su tiempo— susurró con una sonrisa mientras creía divisar alguna escena indebida por la ventanilla, —Rayos…— pero dejó de contemplar cuando uno de los protagonistas se percató de su asecho. Se apartó de la puerta apegando su cuerpo contra la pared, como si con ello se pudiese ocultar fácilmente o retrasar lo inevitable, la puerta terminó por abrirse y un sujeto mayor que ambos se mostraba muy enfadado. —¿A quién crees que espías?— Momo se despegó de la pared y reflejando cierta vergüenza en su rostro realizó una leve reverencia. —Discúlpeme, yo estaba en un recorrido, no era mi intención…— trató de explicar mientras acomodaba uno de los mechones de su cabello tras la oreja.
—¿Crees que me voy a creer esa tontería? En cualquier caso puedes ir a hacer tu recorrido a otro lado, es más ¿Tienes permiso de estar aquí?— el hombre no parecía apaciguar su molestia con la excusa torpe de la muchacha, y aquella actitud no hacía más que enfurecer a Momo. —Si, lo tengo, vengo con él— apuntó al vocalista y luego volvió su dedo para apuntar al problemático hombre. —Ya me he disculpado ¿No le es suficiente? Además si no quiere que nadie mire, busque un lugar más privado para hacer sus cochinadas— replicó. —¿Cochinadas?— repitió el hombre con aparente ofensa, y la joven sólo asintió con tranquilidad, la verdad ni siquiera estaba segura de lo que había visto, pero eso era lo que había concluido y a juzgar por la reacción del hombre no estaba equivocada. El sujeto al divisar el vendaje en la mano de Momo que le apuntaba irrespetuosamente, optó por sujetarle de allí con fuerza, pensando que de ese modo le doblegaría. —¿Qué está haciendo?— cuestionó sin mostrarle ninguna expresión de dolor más que de indignación por el hecho de que le tocara.
—Ustedes dos, sólo váyanse de aquí— advirtió y le soltó con brusquedad, pero antes de que el hombre se diese la espalda y se adentrara a la sala, la chica molesta se acercó y escupió sobre él. —Ahora si me iré— sacudió su cabello con arrogancia y sin importar las consecuencias de sus acciones avanzó por el pasillo. —Continuemos con el recorrido— le dijo a su padrino, estirando ambos brazos con algo de pereza.
Takeshi Momo- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 18/07/2017
Edad : 27
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
- No estoy fingiendo interés.- Dijo rodando los ojos para luego mirarla como si fuera un caso perdido. Como si no albergara por ella ninguna esperanza. - Solo preguntaba para saber qué tanto podía esperar de ti.- La vio adelantarse y no se molestó en detenerla, ni siquiera en indicarle que no era correcto espiar de esa manera. Allá ella si se metía en un lío.
-¿Huh? ¿Por qué diablos necesitaríamos residir aquí? Qué forma de fantasear tienen ustedes eh. - De alguna manera en su forma de expresarse se delataba parte de su origen nipón, más aún, a veces murmuraba cosas en japonés que tenían un cierto dejo yakuza. Habían algunas expresiones que mas bien parecían manías difíciles de quitar, pero que para alguien que no entendía mucho de aquel mundo pasarían simplemente desapercibidas.
Antes de que la chica pudiese responder se había metido en un lío del que Eiji no tenía intención alguna de sacarla. El tuerto observó la escena en silencio, porque incluso siendo el padrino la verdad era que él no tenía nada que ver. Si la cría iba en tercero entonces era lo suficientemente grande para ser responsable de sus acciones.
Por un momento Eiji pensó en intervenir. Precisamente cuando el sujeto había hecho contacto físico con la mano vendada de la chica. Vendajes que no pasaron para nada desapercibidos, tampoco su nula reacción.
-Heh... - Sonrió divertido por la manera de "irse" de la muchacha- ¿Realmente así se suelen comportan los alumnos de Musette? - Dijo cuestionándola con falsa indignación, pero también haciendo evidente para el sujeto que hervía en furia tras ellos que se trataba de una estudiante de la academia. Detalle aparentemente importante para el hombre pues solo atinó a apretar los puños con gran frustración.
- Va, va. Tendré que reportar esto con tus profesores. - Agregó el cantante, encogiendo los hombros como si no hubiese remedio.
- Ten cuidado, tendremos invasión de críos de ahora en adelante. - Le advirtió al tipo, pero lejos de parecer querer hacer una advertencia amigable o real, Eiji solo recalcó su sarcasmo con una de sus sonrisas desafiantes. El tipo le sostuvo la mirada con desagrado dibujado en el rostro, pero también con cierto recelo.
-¿Eres cantante no? Reconozco tu cara. Eres el tipo raro de los conciertos de verano. Mierda, esto se está llenando de engendros.- Espetó de mala gana mientras se limpiaba la cara. - Créeme que esto no se va a quedar así.- Lo amenazó abiertamente mientras daba un golpe seco a la puerta de la misma sala de la que había salido, seguida de una patada.
- Hai, hai~ Cualquier reclamo hazlo con Skýlos, mi representante. - Esta vez su expresión era una amenaza de vuelta, o al menos su mirada pues la burla en sus palabras no desaparecía, después de todo el sujeto no podría hacer mucho más dentro del edificio que estaba plagado en cámaras de vgilancia. A menos que fuera un real estúpido. - Lamento el comportamiento de mi ahijada~ Ella está... ya sabes, recién aprendiendo. - Se le escapó una risilla en el momento en que tomaba a la chica por los hombros y sin darle opción la arrastró con él hasta el final del pasillo.
- Vaya que la has cagado. Eres imbécil ¿Verdad? - Murmuró en su oído antes girar en una de las esquinas hacia las salas de ensayo más pequeñas que estaban desocupadas. Lejos de escucharse molesto, parecía casi divertido por toda la escenita que se había montado.
-¿Huh? ¿Por qué diablos necesitaríamos residir aquí? Qué forma de fantasear tienen ustedes eh. - De alguna manera en su forma de expresarse se delataba parte de su origen nipón, más aún, a veces murmuraba cosas en japonés que tenían un cierto dejo yakuza. Habían algunas expresiones que mas bien parecían manías difíciles de quitar, pero que para alguien que no entendía mucho de aquel mundo pasarían simplemente desapercibidas.
Antes de que la chica pudiese responder se había metido en un lío del que Eiji no tenía intención alguna de sacarla. El tuerto observó la escena en silencio, porque incluso siendo el padrino la verdad era que él no tenía nada que ver. Si la cría iba en tercero entonces era lo suficientemente grande para ser responsable de sus acciones.
Por un momento Eiji pensó en intervenir. Precisamente cuando el sujeto había hecho contacto físico con la mano vendada de la chica. Vendajes que no pasaron para nada desapercibidos, tampoco su nula reacción.
-Heh... - Sonrió divertido por la manera de "irse" de la muchacha- ¿Realmente así se suelen comportan los alumnos de Musette? - Dijo cuestionándola con falsa indignación, pero también haciendo evidente para el sujeto que hervía en furia tras ellos que se trataba de una estudiante de la academia. Detalle aparentemente importante para el hombre pues solo atinó a apretar los puños con gran frustración.
- Va, va. Tendré que reportar esto con tus profesores. - Agregó el cantante, encogiendo los hombros como si no hubiese remedio.
- Ten cuidado, tendremos invasión de críos de ahora en adelante. - Le advirtió al tipo, pero lejos de parecer querer hacer una advertencia amigable o real, Eiji solo recalcó su sarcasmo con una de sus sonrisas desafiantes. El tipo le sostuvo la mirada con desagrado dibujado en el rostro, pero también con cierto recelo.
-¿Eres cantante no? Reconozco tu cara. Eres el tipo raro de los conciertos de verano. Mierda, esto se está llenando de engendros.- Espetó de mala gana mientras se limpiaba la cara. - Créeme que esto no se va a quedar así.- Lo amenazó abiertamente mientras daba un golpe seco a la puerta de la misma sala de la que había salido, seguida de una patada.
- Hai, hai~ Cualquier reclamo hazlo con Skýlos, mi representante. - Esta vez su expresión era una amenaza de vuelta, o al menos su mirada pues la burla en sus palabras no desaparecía, después de todo el sujeto no podría hacer mucho más dentro del edificio que estaba plagado en cámaras de vgilancia. A menos que fuera un real estúpido. - Lamento el comportamiento de mi ahijada~ Ella está... ya sabes, recién aprendiendo. - Se le escapó una risilla en el momento en que tomaba a la chica por los hombros y sin darle opción la arrastró con él hasta el final del pasillo.
- Vaya que la has cagado. Eres imbécil ¿Verdad? - Murmuró en su oído antes girar en una de las esquinas hacia las salas de ensayo más pequeñas que estaban desocupadas. Lejos de escucharse molesto, parecía casi divertido por toda la escenita que se había montado.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
—Por eso no hay problema, puedo hacer gran esfuerzo. Aunque como dicen es mejor que no esperes nada, de ese modo no te decepcionarás— mostró una sonrisa ladina mientras le observaba de reojo. —Justo como me ha pasado a mi hace unos minutos— comentó haciendo una clara referencia a él, se había planteado tener un mejor comportamiento, pero no podría evitar hacer uno que otro comentario como ese. Otra cosa que podría agregar es que Momo era realmente un imán para ese tipo de situaciones problemáticas como la de ahora, claramente no le desagradaban del todo y menos en momentos similares a este que se encontraba tan enojada y poco tolerante.
—Defenderte de idiotas, no es algo que aprenderías en una escuela como Musette— estaba consciente que por su actitud, la indiferencia e ironía de su padrino, aquel hombre se enojaría aún más, cosa que lograba satisfacerle de cierto modo. Ante los comentarios del vocalista agitó su mano despreocupada sin siquiera cuestionarse si su amenaza era real o no. —Puedes hacer lo que quieras, pero te advierto que tengo buena reputación con ellos, así que dudo mucho que te crean— respondió con tranquilidad, ignorando a aquel sujeto que parecía enfurecerse más con el paso de los segundos y por la actitud de ambos.
Momo resopló con fastidio cuando aquel hombre volvió a abrir su desagradable boca —Oiga…— y estuvo a punto de agregar algo más hasta que sintió el peso de su padrino sobre sus hombros. —”Recién aprendiendo”… Tcé…— murmuró. —¿Qué has dicho? Puedo estar segura de que no he hecho nada malo, tú mismo has sido testigo de que el imbécil es otro y probablemente no continuó siéndolo por que se sintió intimidado por tu pinta de gánster. Debiste darle su lección cuando te llamo “engendro”, tsk— replicó, sacudiendo sus hombros para deshacerse del agarre. —Por cierto ¿De qué conciertos de verano hablaba? ¿Es que realmente has dado conciertos?— dijo sólo con la intención de molestarle.
Alentó el paso volviendo admirar a su alrededor, pero con menos ánimo de espiar a través de las ventanillas, sorprendentemente quería evitar otro problema. —Vaya, este lugar parece ser más grande de lo que esperaba— mencionó — Antes… ¿Por qué te has sorprendido?— cuestionó girándose a verle con una ceja enarcada, —¿No sería normal que algunos artistas del sello durante sus primeros años habitaran aquí para que su entrenamiento sea más intensivo y tengan pocas distracciones?— inquirió con cierta antipatía. —Oh… aunque ahora que lo pienso, si fue tonto hacer esa pregunta, viendo la calidad de artistas que abundan por aquí— se encogió de hombros con una sonrisa. —Las chicas de la escuela sólo crean rumores estúpidos— murmuró para sí
—Defenderte de idiotas, no es algo que aprenderías en una escuela como Musette— estaba consciente que por su actitud, la indiferencia e ironía de su padrino, aquel hombre se enojaría aún más, cosa que lograba satisfacerle de cierto modo. Ante los comentarios del vocalista agitó su mano despreocupada sin siquiera cuestionarse si su amenaza era real o no. —Puedes hacer lo que quieras, pero te advierto que tengo buena reputación con ellos, así que dudo mucho que te crean— respondió con tranquilidad, ignorando a aquel sujeto que parecía enfurecerse más con el paso de los segundos y por la actitud de ambos.
Momo resopló con fastidio cuando aquel hombre volvió a abrir su desagradable boca —Oiga…— y estuvo a punto de agregar algo más hasta que sintió el peso de su padrino sobre sus hombros. —”Recién aprendiendo”… Tcé…— murmuró. —¿Qué has dicho? Puedo estar segura de que no he hecho nada malo, tú mismo has sido testigo de que el imbécil es otro y probablemente no continuó siéndolo por que se sintió intimidado por tu pinta de gánster. Debiste darle su lección cuando te llamo “engendro”, tsk— replicó, sacudiendo sus hombros para deshacerse del agarre. —Por cierto ¿De qué conciertos de verano hablaba? ¿Es que realmente has dado conciertos?— dijo sólo con la intención de molestarle.
Alentó el paso volviendo admirar a su alrededor, pero con menos ánimo de espiar a través de las ventanillas, sorprendentemente quería evitar otro problema. —Vaya, este lugar parece ser más grande de lo que esperaba— mencionó — Antes… ¿Por qué te has sorprendido?— cuestionó girándose a verle con una ceja enarcada, —¿No sería normal que algunos artistas del sello durante sus primeros años habitaran aquí para que su entrenamiento sea más intensivo y tengan pocas distracciones?— inquirió con cierta antipatía. —Oh… aunque ahora que lo pienso, si fue tonto hacer esa pregunta, viendo la calidad de artistas que abundan por aquí— se encogió de hombros con una sonrisa. —Las chicas de la escuela sólo crean rumores estúpidos— murmuró para sí
Takeshi Momo- Ocupación : Estudiante de 3°
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Re: Enjitsu (Priv. Momo)
-¿Acaso estaba equivocado al llamarme engendro? - Cuestionó indiferente ya que palabras como esa o cualquier adjetivo ofensivo que alguien pudiese llegar a ocupar en su contra no llegaba a ofenderlo ni a molestarlo. Estaba acostumbrado.
- Oh, nada. Tan solo un pequeño concierto... en el Glass Dome.- Movió la mano de un lado a otro como si estuviera contando algo sin importancia, pero todo era falsa humildad. Incluso sin saber demasiado había sido capaz de conseguir un lugar en los conciertos de verano de Glass City.
-Cría. Esto es un trabajo, no un reformatorio. El entrenamiento depende de cada uno, por eso es que hay "de todo" y así mismo es como los idiotas caen poco a poco, uno a uno, tras embriagarse con un poco de éxito cavan sus propias tumbas. La competencia no es sana y el talento no lo es todo.- A fin de cuentas, aunque para Eiji era algo así como un territorio divertido para matar el tiempo, también era consciente de que la música era guerra.
Frenó sus pasos unas cuantas salas más allá, abriendo la puerta de una de las salas de ensayos que se encontraba desocupada.
- Adelante pequeño ratón. Curiosea hasta saciarte. - Le hizo un gesto principesco para invitarla a pasar, un gesto que no pegaba en nada con él, y a su opinión tampoco con ella.
- Oh, nada. Tan solo un pequeño concierto... en el Glass Dome.- Movió la mano de un lado a otro como si estuviera contando algo sin importancia, pero todo era falsa humildad. Incluso sin saber demasiado había sido capaz de conseguir un lugar en los conciertos de verano de Glass City.
-Cría. Esto es un trabajo, no un reformatorio. El entrenamiento depende de cada uno, por eso es que hay "de todo" y así mismo es como los idiotas caen poco a poco, uno a uno, tras embriagarse con un poco de éxito cavan sus propias tumbas. La competencia no es sana y el talento no lo es todo.- A fin de cuentas, aunque para Eiji era algo así como un territorio divertido para matar el tiempo, también era consciente de que la música era guerra.
Frenó sus pasos unas cuantas salas más allá, abriendo la puerta de una de las salas de ensayos que se encontraba desocupada.
- Adelante pequeño ratón. Curiosea hasta saciarte. - Le hizo un gesto principesco para invitarla a pasar, un gesto que no pegaba en nada con él, y a su opinión tampoco con ella.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
Ante aquel primer comentario le miró enarcando una ceja para luego bufar, sin borrar esa sonrisa irónica de sus labios. —Equivocado o no, debiste darle su lección, por la manera en que te expresas pensé que eras de ese tipo— opinó introduciendo las manos en los bolsillos delanteros de su abrigo. Momo como se podía apreciar, pocas veces se volvía tolerante, sólo lo era cuando le convenía o se encontraba en una de sus actuaciones, pero de lo contrario perdía el control fácilmente cuando recibía alguna ofensa. Parecía algo irónico para alguien que ha crecido soportando gran cantidad de insultos, abusos y humillaciones.
—¿En el Glass Dome? ¿De verdad?— cuestionó con sorpresa, pues le llamaba la atención realizar alguna vez un concierto en ese lugar. —Al menos no eres tan perdedor como creí, que hayas dado un concierto en ese lugar te suma un punto— comentó atreviéndose a golpetear el brazo de su padrino con su codo un par de veces.
Rió un poco con aquella respuesta. —Tienes razón, por eso me parece una pérdida de tiempo— se encogió de hombros reflejando cierta decepción en su expresión. —Si yo fuese dueña de un lugar como este, les explotaría a todos— dijo con aparente toque bromista, aunque en el fondo sabía que de ser el caso, lo haría.
Continuó siguiéndole en silencio, para variar, hasta que él detuvo el paso frente a lo que parecía una sala de ensayos. Sonrío al mirar aquel ademán —Buen intento— palmeó su hombro, mientras negaba ligeramente con su cabeza. —No está nada mal— murmuró mientras admiraba a su alrededor, caminando de un lugar a otro. —¿Y bien? No pensaras mostrarme solo la sala ¿Verdad?— se detuvo en medio de la sala para buscar al joven con la mirada. —¿Por qué no me muestras lo que puedes hacer, Padrino?— inquirió esperando que accediera sin problema, aunque las probabilidades eran bajas podía inclinarse por su ego, la mayoría de los artistas lo tenían…
—¿En el Glass Dome? ¿De verdad?— cuestionó con sorpresa, pues le llamaba la atención realizar alguna vez un concierto en ese lugar. —Al menos no eres tan perdedor como creí, que hayas dado un concierto en ese lugar te suma un punto— comentó atreviéndose a golpetear el brazo de su padrino con su codo un par de veces.
Rió un poco con aquella respuesta. —Tienes razón, por eso me parece una pérdida de tiempo— se encogió de hombros reflejando cierta decepción en su expresión. —Si yo fuese dueña de un lugar como este, les explotaría a todos— dijo con aparente toque bromista, aunque en el fondo sabía que de ser el caso, lo haría.
Continuó siguiéndole en silencio, para variar, hasta que él detuvo el paso frente a lo que parecía una sala de ensayos. Sonrío al mirar aquel ademán —Buen intento— palmeó su hombro, mientras negaba ligeramente con su cabeza. —No está nada mal— murmuró mientras admiraba a su alrededor, caminando de un lugar a otro. —¿Y bien? No pensaras mostrarme solo la sala ¿Verdad?— se detuvo en medio de la sala para buscar al joven con la mirada. —¿Por qué no me muestras lo que puedes hacer, Padrino?— inquirió esperando que accediera sin problema, aunque las probabilidades eran bajas podía inclinarse por su ego, la mayoría de los artistas lo tenían…
Takeshi Momo- Ocupación : Estudiante de 3°
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Edad : 27
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
"No perdería mi tiempo con esa clase de cosas." Pensó mas no dijo nada, el tuerto no veía sentido en "darle una lección" a alguien, mucho menos por ofender su apariencia ¿No había sido ella la primera en llamarlo defectuoso? Si no se alcanzó a alterar en demacía con ella, que era su ahijada, no lo haría con un tipo al que ya ni siquiera le recordaba la cara.
Tampoco veía sentido en seguir intentando que la cría entendiera eso.
- Heh, arigatou~ Coleccionaré puntos a partir de ahora- Dijo con ironía luego de dejarla pasar a la sala. No era necesario recalcar que le valía muy poco la apreciación que pudiera tener la muchacha sobre lo que él hacía.
-Estarías perdiendo tu energía si lo hicieras. Hay gente que no sirve para ser explotada, es como la selección natural. Supongo que algo así es lo que piensan en este sello. Por algo las audiciones son constantes. - Alzó la ceja al notar la palmada en su espalda. Qué confianza había agarrado la cría, mas no era algo que a Eiji le molestara, era irrelevante.
- ¿De verdad tienes curiosidad por verme? ¿Aunque no sepa mucho? - Abusó de las palabras ajenas fingiendo sorpresa, después cerró la puerta tras de sí. - Va. He actuado para escorias, así que puedo hacerlo para ti, pero los conciertos no son gratuitos. Demuéstrame qué es lo que puede hacer un alumno de tercer año de esa tan hablada academia y luego te concedo el capricho tanto como quieras. - No estaba negociando, era en verdad la única cosa a la que estaba dispuesto.
Todo lo que habian hecho en el tiempo que llevaban recorriendo la instalación era hablar de él, toparse con un problema, algunos temas generales del sello y ahora volvían a él. Eiji no quería terminar aburrido, quería saber qué tan perspicaz podía ser su ahijada o si solo se trataba de una cria rebelde más del montón.
Tampoco veía sentido en seguir intentando que la cría entendiera eso.
- Heh, arigatou~ Coleccionaré puntos a partir de ahora- Dijo con ironía luego de dejarla pasar a la sala. No era necesario recalcar que le valía muy poco la apreciación que pudiera tener la muchacha sobre lo que él hacía.
-Estarías perdiendo tu energía si lo hicieras. Hay gente que no sirve para ser explotada, es como la selección natural. Supongo que algo así es lo que piensan en este sello. Por algo las audiciones son constantes. - Alzó la ceja al notar la palmada en su espalda. Qué confianza había agarrado la cría, mas no era algo que a Eiji le molestara, era irrelevante.
- ¿De verdad tienes curiosidad por verme? ¿Aunque no sepa mucho? - Abusó de las palabras ajenas fingiendo sorpresa, después cerró la puerta tras de sí. - Va. He actuado para escorias, así que puedo hacerlo para ti, pero los conciertos no son gratuitos. Demuéstrame qué es lo que puede hacer un alumno de tercer año de esa tan hablada academia y luego te concedo el capricho tanto como quieras. - No estaba negociando, era en verdad la única cosa a la que estaba dispuesto.
Todo lo que habian hecho en el tiempo que llevaban recorriendo la instalación era hablar de él, toparse con un problema, algunos temas generales del sello y ahora volvían a él. Eiji no quería terminar aburrido, quería saber qué tan perspicaz podía ser su ahijada o si solo se trataba de una cria rebelde más del montón.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
—Eso, deberías concentrarte en ganarlos, probablemente así como yo, tienes que hacer esto de forma obligatoria. Deberías hacerlo bien— replicó, manteniendo un semblante despreocupado, mientras paseaba su mano por alguno de los objetos que se encontraban alrededor de la sala. Lo más probable era que más tarde en el instituto intentara pedir algún cambio de padrino, aunque pudiese resultar muy difícil, por lo que no le pareció mala idea el explorar más acerca de aquel joven, en cuanto a talento se refiere. —Bueno en eso pueden tener razón. Aunque sigo creyendo que algo en su sistema está mal, pero qué más da, no es mi asunto por ahora—se encogió de hombros intentando restarle importancia a aquel asunto.
—Puedes llamarlo curiosidad si quieres, pero en efecto no estaría mal ver que te mantiene aquí— como había predicho, no sería tan fácil que accediera a la primera, estaba claro que no le importaba la evaluación que Momo le pudiese dar, así que la motivación no sería suficiente aunque hubiese apostado por su orgullo, parece que le costaría un poco más que eso. —Tcé…— bufó soltando una breve risa al escuchar su propuesta, sabía que existía la posibilidad de que le pidiese tal cosa, aun así no había pensado en nada especial, la verdad estaba allí por otro tipo de circunstancias que le obligaron a asistir, por lo que ni siquiera planeó alguna presentación, incluso llevaba tiempo sin practicar decentemente. Sin embargo, no era algo que le preocupara demasiado, no dijo que tuviese que hacerlo bien, simplemente debía mostrarle alguna posible “habilidad” así no estuviese bien pulida.
—De acuerdo— respondió sin mucho entusiasmo. —Sólo cantaré en lugar de tocar algún instrumento— y tras indicarlo comenzó a aclarar su garganta en un intento de realizar algún ejercicio vocal, mientras se decidía porque canción interpretar. Respiró profundo tras optar por la canción que más le pedía su amante. Y tan pronto como creyó prudente inició su presentación frente a su padrino. Era One Night Only de Jennifer Hudson. Al haberle cantado tantas veces podía recordar muy bien la letra, incluso aquel hombre le insistió que la presentara en alguno de sus bares, así que justo ahora el recuerdo y sensación plasmada en su mente de ese tipo de ambientes, estaba presente, por lo que intentó despejar su cabeza para no arruinarlo.
Al finalizar tomó una Buena bocanada de aire y una tenue sonrisa se dibujó en sus labios, aunque estuviese preparada para escuchar algunas críticas de su parte, pues esperaba que le devolviese lo que había recibido de su parte. —¿Y bien? He cumplido con mi parte, debes hacer la tuya— buscó con la mirada algún mueble para tomar asiento, y así lo hizo, cruzándose de piernas y brazos para esperar con cierto interés la presentación de su padrino. —Apresúrate a cumplir el primero de mis caprichos…— demandó con insistencia con la misma intención de molestarle.
—Puedes llamarlo curiosidad si quieres, pero en efecto no estaría mal ver que te mantiene aquí— como había predicho, no sería tan fácil que accediera a la primera, estaba claro que no le importaba la evaluación que Momo le pudiese dar, así que la motivación no sería suficiente aunque hubiese apostado por su orgullo, parece que le costaría un poco más que eso. —Tcé…— bufó soltando una breve risa al escuchar su propuesta, sabía que existía la posibilidad de que le pidiese tal cosa, aun así no había pensado en nada especial, la verdad estaba allí por otro tipo de circunstancias que le obligaron a asistir, por lo que ni siquiera planeó alguna presentación, incluso llevaba tiempo sin practicar decentemente. Sin embargo, no era algo que le preocupara demasiado, no dijo que tuviese que hacerlo bien, simplemente debía mostrarle alguna posible “habilidad” así no estuviese bien pulida.
—De acuerdo— respondió sin mucho entusiasmo. —Sólo cantaré en lugar de tocar algún instrumento— y tras indicarlo comenzó a aclarar su garganta en un intento de realizar algún ejercicio vocal, mientras se decidía porque canción interpretar. Respiró profundo tras optar por la canción que más le pedía su amante. Y tan pronto como creyó prudente inició su presentación frente a su padrino. Era One Night Only de Jennifer Hudson. Al haberle cantado tantas veces podía recordar muy bien la letra, incluso aquel hombre le insistió que la presentara en alguno de sus bares, así que justo ahora el recuerdo y sensación plasmada en su mente de ese tipo de ambientes, estaba presente, por lo que intentó despejar su cabeza para no arruinarlo.
- Presentación:
Al finalizar tomó una Buena bocanada de aire y una tenue sonrisa se dibujó en sus labios, aunque estuviese preparada para escuchar algunas críticas de su parte, pues esperaba que le devolviese lo que había recibido de su parte. —¿Y bien? He cumplido con mi parte, debes hacer la tuya— buscó con la mirada algún mueble para tomar asiento, y así lo hizo, cruzándose de piernas y brazos para esperar con cierto interés la presentación de su padrino. —Apresúrate a cumplir el primero de mis caprichos…— demandó con insistencia con la misma intención de molestarle.
Takeshi Momo- Ocupación : Estudiante de 3°
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Fecha de inscripción : 18/07/2017
Edad : 27
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
Al tuerto le daba igual lo que la chica eligiera hacer, solo quería saciar su curiosidad y es que estaba seguro de que por alguna razón la escuela tenía tanta fama. Él no tenía muchos conocimientos técnicos, pero sí tenía buen oído y hubo un par de cosas que podría criticar de la presentación de su ahijada, pero no se sentía con el real deber de hacerlo o no al menos con un sermón.
- Hai~ Tienes una linda voz. -Admitió sin problemas, poniéndose de pie, acercándose al panel de control de sonido para poner un pendrive en el que tenía las pistas de sus canciones. Elegiría alguna al azar, después de todo, tal y como había dicho, no tenía ningún problema en cumplir el capricho de la muchacha.
- Vaya, qué demandante. -Se rió por el tono de voz que ella había utilizado. Era curioso ver que la chica no estaba tan a la defensiva ni tan perturbada con él, por alguna razón Eiji estaba acostumbrado a recibir más rechazo por su apariencia por parte de las mujeres, aunque bueno, eso últimamente estaba cambiando tomando en cuenta a sus fans.
- Va. Intenta no ser muy dura conmigo~ - Dijo como una falsa súplica antes de que la pista diera inicio. En cuanto comenzó la mirada de Eiji se clavó de lleno en su único espectador. Estaba acostumbrado a cantar para un caprichoso y demandante ser, incluso si ahora se trataba de una muchacha la interpretación de Eiji era la parte más potente de su propuesta. Se notaba lo mucho que había pulido eso desde su audición, en la cual había contenido precisamente ese lado suyo.
Su cuerpo se movía al ritmo de la música, sus brazos, sus piernas, su voz, todo iba en coherencia con la letra de la canción. Los matices en su voz eran sutiles, pero de vez en cuando daba la sensación de que su voz se derretía en el micrófono, micrófono que utilizaba como un elemento más de su interpretación, como un cuerpo con el que estaba interactuando. Eiji lograba mantener un misticismo y una sensualidad propia de él cuando cantaba y eso era completamente gracias a sus días como mascota de los yakuzas y era evidente que él había logrado aprovecharse de eso.
Su mirada era una invitación descarada cuando cantaba.
- Hai~ Tienes una linda voz. -Admitió sin problemas, poniéndose de pie, acercándose al panel de control de sonido para poner un pendrive en el que tenía las pistas de sus canciones. Elegiría alguna al azar, después de todo, tal y como había dicho, no tenía ningún problema en cumplir el capricho de la muchacha.
- Vaya, qué demandante. -Se rió por el tono de voz que ella había utilizado. Era curioso ver que la chica no estaba tan a la defensiva ni tan perturbada con él, por alguna razón Eiji estaba acostumbrado a recibir más rechazo por su apariencia por parte de las mujeres, aunque bueno, eso últimamente estaba cambiando tomando en cuenta a sus fans.
- Va. Intenta no ser muy dura conmigo~ - Dijo como una falsa súplica antes de que la pista diera inicio. En cuanto comenzó la mirada de Eiji se clavó de lleno en su único espectador. Estaba acostumbrado a cantar para un caprichoso y demandante ser, incluso si ahora se trataba de una muchacha la interpretación de Eiji era la parte más potente de su propuesta. Se notaba lo mucho que había pulido eso desde su audición, en la cual había contenido precisamente ese lado suyo.
- Spoiler:
Su cuerpo se movía al ritmo de la música, sus brazos, sus piernas, su voz, todo iba en coherencia con la letra de la canción. Los matices en su voz eran sutiles, pero de vez en cuando daba la sensación de que su voz se derretía en el micrófono, micrófono que utilizaba como un elemento más de su interpretación, como un cuerpo con el que estaba interactuando. Eiji lograba mantener un misticismo y una sensualidad propia de él cuando cantaba y eso era completamente gracias a sus días como mascota de los yakuzas y era evidente que él había logrado aprovecharse de eso.
Su mirada era una invitación descarada cuando cantaba.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
—¿Te parece una linda voz?— soltó una breve risa, mientras peinaba con sus dedos el cabello hacía atrás. —Sé que es así, pero esperaba una crítica más severa que casi me hiciera querer llorar. Creo que me siento… ¿Decepcionada?— comentó con cierto aire bromista aunque hubiese algo de honestidad en sus palabras. Y no es que fuese una especie de masoquista o que le gustara escuchar detracciones sobre sus habilidades, pero era lo mínimo que podía esperar luego de cómo se habían desarrollado las cosas inicialmente entre ellos.
Le siguió con la mirada desde el momento que se posicionó frente a la consola escogiendo probablemente la pista que emplearía, aunque quisiera negarlo sentía mucha curiosidad por qué clase de talento tenía aquel joven. —Creo que siendo mi padrino, tendrás que acostumbrarte— por supuesto consideraba el hecho de que no siempre terminaría accediendo tan “fácilmente” a sus peticiones, pues a veces le daba la impresión de ser un hueso duro de roer —Sólo te pido que tengas piedad de mis jóvenes oídos— le siguió el juego antes de centrar su atención en aquella melodía que daba inicio.
Aquella seguridad que demostraba antes de iniciar, logró que se interesara, incluso en otro momento aquella mirada hubiese logrado intimidarla, además de la curiosa aura que parecía rodear al cantante. Y quizá aquel efecto que había logrado en ella se podía percibir desde el momento que enderezó su postura y su mirada se había fijado por completo en el joven y cada uno de sus movimientos. Aquella mítica voz capturó inesperadamente sus sentidos incluso le había agradado volver a escuchar el idioma paterno. Inconscientemente su cuerpo en algún momento durante la presentación comenzó a moverse de un lado a otro al ritmo de la peculiar música.
Cuando finalizó una sonrisa complacida ocupó el rostro de Momo y se mantuvo así por unos segundos más antes de decir algo sobre su presentación. —Antes… ¿Has intentado seducirme? ¿Es así como lo haces?— bromeó en primer lugar mientras posaba una de sus manos sobre su pecho. —Si fuese como las demás hormonales adolescentes ya estaría sobre ti. Sin embargo, lo hiciste bien, me gustó— comentó cruzando los brazos a la altura de su pecho. —Estaría de más decirte que debes sentirte muy halagado, pues no le digo algo como esto a cualquiera— agregó sonriendo con arrogancia.
—Ha sido interesante, por un instante pensé en solicitar un cambio de padrino, pero puede que me lo reeplanteé— estaba siendo sincera, aunque tenía claro que era muy poco probable que el caso de hacer esa petición el directivo hubiese accedido fácilmente. —¿Y ahora qué sigue? ¿Qué más puedes mostrarme?— cuestionó adoptando una posición cómoda en aquel sillón.
Le siguió con la mirada desde el momento que se posicionó frente a la consola escogiendo probablemente la pista que emplearía, aunque quisiera negarlo sentía mucha curiosidad por qué clase de talento tenía aquel joven. —Creo que siendo mi padrino, tendrás que acostumbrarte— por supuesto consideraba el hecho de que no siempre terminaría accediendo tan “fácilmente” a sus peticiones, pues a veces le daba la impresión de ser un hueso duro de roer —Sólo te pido que tengas piedad de mis jóvenes oídos— le siguió el juego antes de centrar su atención en aquella melodía que daba inicio.
Aquella seguridad que demostraba antes de iniciar, logró que se interesara, incluso en otro momento aquella mirada hubiese logrado intimidarla, además de la curiosa aura que parecía rodear al cantante. Y quizá aquel efecto que había logrado en ella se podía percibir desde el momento que enderezó su postura y su mirada se había fijado por completo en el joven y cada uno de sus movimientos. Aquella mítica voz capturó inesperadamente sus sentidos incluso le había agradado volver a escuchar el idioma paterno. Inconscientemente su cuerpo en algún momento durante la presentación comenzó a moverse de un lado a otro al ritmo de la peculiar música.
Cuando finalizó una sonrisa complacida ocupó el rostro de Momo y se mantuvo así por unos segundos más antes de decir algo sobre su presentación. —Antes… ¿Has intentado seducirme? ¿Es así como lo haces?— bromeó en primer lugar mientras posaba una de sus manos sobre su pecho. —Si fuese como las demás hormonales adolescentes ya estaría sobre ti. Sin embargo, lo hiciste bien, me gustó— comentó cruzando los brazos a la altura de su pecho. —Estaría de más decirte que debes sentirte muy halagado, pues no le digo algo como esto a cualquiera— agregó sonriendo con arrogancia.
—Ha sido interesante, por un instante pensé en solicitar un cambio de padrino, pero puede que me lo reeplanteé— estaba siendo sincera, aunque tenía claro que era muy poco probable que el caso de hacer esa petición el directivo hubiese accedido fácilmente. —¿Y ahora qué sigue? ¿Qué más puedes mostrarme?— cuestionó adoptando una posición cómoda en aquel sillón.
Takeshi Momo- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 18/07/2017
Edad : 27
Re: Enjitsu (Priv. Momo)
- Heh... ¿Entonces te gusta que te hagan llorar? - Recalcó el tuerto después de que la chica exigiera una crítica más contundente, pero esperaba que fuera lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de la crítica que le estaba haciendo a través de su propia presentación. Precisamente la diferencia estaba en la interpretación, solo una linda voz no bastaba.
- Si vas a ser mi ahijada entonces quiero que trabajes en tu puesta en escena. Te reprimes un tanto y eso se nota cuando cantas. Es aburrido. - Explicó después de recibir tanto el halago como la amenaza por parte de la menor. No se esforzaría en hacer una crítica más extensa, no era necesario, además era la única cosa en la que sabía que tenía ventaja y dominio.
- Sería bueno que también comiences a trabajar en un repertorio propio ¿No? Eres alumna de tercero. - Se cruzó de brazos un momento, manteniendo en su mirada en la mezcla perfecta de la burla y el desafío.
- Por ahora solo será terminar de recorrer el edificio, en 20 minutos más tengo una reunión con mi mánager y no puedo seguir jugando con tus caprichos. Si decides entonces jugar este juego, dame una manera de contactarte. Te iré avisando de las actividades en las que puedas venir a meter la nariz, será asunto tuyo aprovecharlas o no.- El muchacho se acercó de nuevo al sistema de sonido para apagar todo y dejar la sala ordenada, dispuesto a salir de ahí.
- Hasta donde entiendo la dinámica de todo esto es bastante libre y perfectamente podríamos no vernos las caras de nuevo, pero ya dije, detesto ser mediocre.- Le hizo una seña para que lo siguiera, pero al salir del salón volvieron a toparse con más gente. Un grupo de Idols seguramente, era fácil decirlo por el aire presumido y por las apariencias perfectas que traían. Los tipos no dudaron en dar una mirada casi repulsiva hacia Eiji, incluso haciendo una que otra mención poco disimulada respecto al cantante.
El japonés solo los miró indiferente o eso parecía, pero luego una sonrisa se dibujó sobre sus labios, una sonrisa que distaba de ser amigable o sana. Algo en su expresión parecía decir que ansiaba el momento en que pudiera "comerse" a esos bastardos.
- Si vas a ser mi ahijada entonces quiero que trabajes en tu puesta en escena. Te reprimes un tanto y eso se nota cuando cantas. Es aburrido. - Explicó después de recibir tanto el halago como la amenaza por parte de la menor. No se esforzaría en hacer una crítica más extensa, no era necesario, además era la única cosa en la que sabía que tenía ventaja y dominio.
- Sería bueno que también comiences a trabajar en un repertorio propio ¿No? Eres alumna de tercero. - Se cruzó de brazos un momento, manteniendo en su mirada en la mezcla perfecta de la burla y el desafío.
- Por ahora solo será terminar de recorrer el edificio, en 20 minutos más tengo una reunión con mi mánager y no puedo seguir jugando con tus caprichos. Si decides entonces jugar este juego, dame una manera de contactarte. Te iré avisando de las actividades en las que puedas venir a meter la nariz, será asunto tuyo aprovecharlas o no.- El muchacho se acercó de nuevo al sistema de sonido para apagar todo y dejar la sala ordenada, dispuesto a salir de ahí.
- Hasta donde entiendo la dinámica de todo esto es bastante libre y perfectamente podríamos no vernos las caras de nuevo, pero ya dije, detesto ser mediocre.- Le hizo una seña para que lo siguiera, pero al salir del salón volvieron a toparse con más gente. Un grupo de Idols seguramente, era fácil decirlo por el aire presumido y por las apariencias perfectas que traían. Los tipos no dudaron en dar una mirada casi repulsiva hacia Eiji, incluso haciendo una que otra mención poco disimulada respecto al cantante.
El japonés solo los miró indiferente o eso parecía, pero luego una sonrisa se dibujó sobre sus labios, una sonrisa que distaba de ser amigable o sana. Algo en su expresión parecía decir que ansiaba el momento en que pudiera "comerse" a esos bastardos.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
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