(Libre) Robo fallido

Las malas intenciones pueden provocar reacciones en cadena nefastas. Unos vulgares ladrones se habían adentrado al museo una vez que la noche cayó, aprovechando la ayuda de un trabajador de ahí.

La nueva colección proveniente del Japón era la más vulnerable. Ahí fue por donde comenzaron con varios artículos comunes: abanicos, pinturas y algunas armas. Fue ahí donde yacía un sable en su funda, dentro de una vitrina. Fue ahí donde el torpe actuar de uno provocó la caída del mueble,
haciendo que el sable cayera y saliera de su funda. Los primeros segundos no pasó nada, pero después una sombra empezó a salir del arma, formando poco a poco un ser con apariencia de hombre.

–¡Vaya! Al parecer tu sacrificio no sirvió de mucho, Tora...– Comentó el extraño sujeto a si mismo observando sus manos, mientras los ladrones lo miraban atónitos. Fue ahí donde uno apuntó a la cabeza del sujeto. –¿Te atreves a apuntarme con tan patética arma humana?– Agarró al ladrón del cuello mientras con la otra mano quebró el brazo que lo amenazaba. –Habré perdido casi todos mis poderes, pero aún conservo algo de fuerza– Mató al primero, y tomó su arma, acabando con los otros dos ladrones que presenciaban la escena. –Lo más inteligente será aparentar que esto fue una traición durante el robo– Otro que siguió la misma suerte fue el guardia que nada pudo hacer contra el intruso. Muerto también por impacto de bala.

–Esperaba un reto más grande...