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{P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
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Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
Guiaba a su pareja por los puestos tratando de encontrar algo, hasta que lo más común sucedió y Marceline volvió a "tomar las riendas", llevándola a un puesto de chocolate caliente. El clima empezaba a ponerse más fresco, así que eso era más que perfecto para este día. -¡Oh, cocoa! También suena bueno.
La tomó del brazo y la siguió hasta el puesto donde pidieron lo mismo. Agarrando la taza y yéndose a sentar a una banca. Sopló a su bebida caliente y dio un pequeño sorbo antes de que su novia tuviera una actitud peculiar que no iba a aceptar. -¿Eh? ¿a mi profesora?...- Volteó a verla un tanto confundida al respecto. -Pero, mi uniforme escolar se ve lindo. ¿No te gusta? y te tendrás que esperar año y medio para que me gradúe entonces...- Dio otro sorbo antes de contestar a la primera interrogante. -Es la Señorita Versailles, mi maestra de piano. Es buena maestra y hace unos días estuve platicando con ella y hablamos sobre este lugar. Resulta que ella conoció a su novia aquí...- Volvió a ver a la vampiro. -casi como nosotras. Claro que la cita tuvo diferentes finales- Rió porque obvio recordó lo que le provocó a ese árbol por culpa de la vampiro y Keila.
Volvió a sorber y quedó pensativa un poco, acercándose a Marceline y abrazándola por la cintura, haciendo que la taza pueda calentar parte de la panza y vientre de su cita. -¿Qué tiene de malo? Sólo es una maestra con quien me llevo bien...- Rodó los ojos y luego sonrió divertida. -¿Acaso sentiste celos?
La tomó del brazo y la siguió hasta el puesto donde pidieron lo mismo. Agarrando la taza y yéndose a sentar a una banca. Sopló a su bebida caliente y dio un pequeño sorbo antes de que su novia tuviera una actitud peculiar que no iba a aceptar. -¿Eh? ¿a mi profesora?...- Volteó a verla un tanto confundida al respecto. -Pero, mi uniforme escolar se ve lindo. ¿No te gusta? y te tendrás que esperar año y medio para que me gradúe entonces...- Dio otro sorbo antes de contestar a la primera interrogante. -Es la Señorita Versailles, mi maestra de piano. Es buena maestra y hace unos días estuve platicando con ella y hablamos sobre este lugar. Resulta que ella conoció a su novia aquí...- Volvió a ver a la vampiro. -casi como nosotras. Claro que la cita tuvo diferentes finales- Rió porque obvio recordó lo que le provocó a ese árbol por culpa de la vampiro y Keila.
Volvió a sorber y quedó pensativa un poco, acercándose a Marceline y abrazándola por la cintura, haciendo que la taza pueda calentar parte de la panza y vientre de su cita. -¿Qué tiene de malo? Sólo es una maestra con quien me llevo bien...- Rodó los ojos y luego sonrió divertida. -¿Acaso sentiste celos?
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
«"Piri, mi unifirmi iscilir si vi lindi. ¿Ni ti gusti? y ti tindris qui ispirir iñi y midii piri qui mi gridúi intincis" ¡Bah!» mofó a la chica para sus adentros, imitando su vocevita aguda y todo, prácticamente sumergiendo la cara sobre la taza de café caliente con tal de tragarse el mal humor así sea con chocolate. Ya hasta se le había pasado el por qué había dejado de salir con chiquillas como ellas que salían a la escuela, al menos la universitarias tenían una actitud un poco más rebelde como ella, por lo que le dolía menos la idea de tener que soportarse a sí misma como niñera sacando y trayendo a cualquier infante. Lástima que ése no era el caso, pero tampoco se dejaría vencer en ese jueguito que le tenía la pelinegra. No señor.
- ¿Yo? ¿Celosa de una vieja? ¡JA! Sí como no – volvió a tomar café, como si se le hubiera olvidado por completo que ella ya había alcanzado el milenio hace poco – Claro que no estoy celosa, mucho menos de una mortal. ¿Por qué tendría que estarlo? Sé bien que eres mía, y ahora todo el mundo debería de saberlo – y señaló a su cuello, donde estaba la marca de una mordida para hacerle saber que se refería a la que le había hecho. Aunque, curiosamente, Marceline parecía incapaz de mirarle a la cara al decirle eso.
No sabía si estaba haciendo más frío o se estaba poniendo muy nerviosa, pero cuando se dio cuenta de que su chocolate había acabado, pidió otro sin pensarlo dos veces. La encargada del sitio, que hasta ahora se había quedado callada mientras las oía, no podía evitar sentir curiosidad por la mordida que tenía la vampiro al cuello. Le dio su segunda taza, mirando sin disimulo las marcas hasta que Marceline la corrió haciendo una mueca escalofriante con el rostro. Ustedes saben, esas caras horripilantes que le gusta hacer sólo para asustar a la gente. La pobre se sobresaltó y escondió debajo de la mesa, haciendo que la vampiro rompiera a reír antes de dar un sorbo, quemándose la lengua de inmediato.
- ¿Yo? ¿Celosa de una vieja? ¡JA! Sí como no – volvió a tomar café, como si se le hubiera olvidado por completo que ella ya había alcanzado el milenio hace poco – Claro que no estoy celosa, mucho menos de una mortal. ¿Por qué tendría que estarlo? Sé bien que eres mía, y ahora todo el mundo debería de saberlo – y señaló a su cuello, donde estaba la marca de una mordida para hacerle saber que se refería a la que le había hecho. Aunque, curiosamente, Marceline parecía incapaz de mirarle a la cara al decirle eso.
No sabía si estaba haciendo más frío o se estaba poniendo muy nerviosa, pero cuando se dio cuenta de que su chocolate había acabado, pidió otro sin pensarlo dos veces. La encargada del sitio, que hasta ahora se había quedado callada mientras las oía, no podía evitar sentir curiosidad por la mordida que tenía la vampiro al cuello. Le dio su segunda taza, mirando sin disimulo las marcas hasta que Marceline la corrió haciendo una mueca escalofriante con el rostro. Ustedes saben, esas caras horripilantes que le gusta hacer sólo para asustar a la gente. La pobre se sobresaltó y escondió debajo de la mesa, haciendo que la vampiro rompiera a reír antes de dar un sorbo, quemándose la lengua de inmediato.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
En lo que Marceline se hacía la indignada se volvió a poner derecha y a beber de su taza con ambas manos sujetándola, mientras con un sólo ojo abierto que miraba a la vampiro disimular sus celos y es que esa reacción era un poco "exagerada" para que sólo lo tuviera que negar. Bajó su taza y sólo la miró increédula con una media sonrisa en lo que la mirada de su novia parecía evitar la de la japonesa. Se acercó a la mejilla de Marceline para plantarle un suave beso y comentarle antes de terminar con su chocolate. -Yes ma'am!...All yours- Yuki no podía dejar de sonreir y enternecerse por lo divertido que fue ver a Marceline así. -Se me ocurren varios motivos.
Ella también pidió otra taza de chocolate caliente mirando como la que las atendía iba, volvía y era espantada por andar mirando curiosa a la vampiresa, ya se esperaba que Marceline actuara así y sólo miró tranquila todo el suceso hasta que rió al ver como el destino se la volvía de alguna manera a la cita de Yuki. -Karma...- Se levantó y se dirigió a la encargada que todavía estaba oculta y con toda la serenidad del mundo le pidió un vaso de agua. La encargada, confusa por ver a la jovencita actuar con tal naturalidad -obviamente la pregunta "¿acaso es novia de esta chica?" le vino- se levantó y al cabo de unos minutos trajo el vaso para que Yuki lo pasara a Marceline. -Toma celosita, te ayudará con la lengua escaldada.
Tomó su taza con ambas manos y recostó su cabeza en el hombro de Marceline. -Por cierto, conocí a tu hermano el otro día, Marshall. Fue muy agradable.
Ella también pidió otra taza de chocolate caliente mirando como la que las atendía iba, volvía y era espantada por andar mirando curiosa a la vampiresa, ya se esperaba que Marceline actuara así y sólo miró tranquila todo el suceso hasta que rió al ver como el destino se la volvía de alguna manera a la cita de Yuki. -Karma...- Se levantó y se dirigió a la encargada que todavía estaba oculta y con toda la serenidad del mundo le pidió un vaso de agua. La encargada, confusa por ver a la jovencita actuar con tal naturalidad -obviamente la pregunta "¿acaso es novia de esta chica?" le vino- se levantó y al cabo de unos minutos trajo el vaso para que Yuki lo pasara a Marceline. -Toma celosita, te ayudará con la lengua escaldada.
Tomó su taza con ambas manos y recostó su cabeza en el hombro de Marceline. -Por cierto, conocí a tu hermano el otro día, Marshall. Fue muy agradable.
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
Había dejado el chocolate a un lado para encargarse de su lengua quemada. Hace años que no sentía una sensación tan horrible así, no recordaba la última vez que tenía la lengua en llamas (y no precisamente por un chocolate caliente). Trató de abanicarla con ambas manos y teniéndola afuera para que se enfriara con el viento helado, pero cuando éste pasaba frente a su cara sentía que era muchísimo peor, así que era fácil el reírse por las muecas que hacía por tantas sensaciones fastidiosas. Al comentario de Yuki, le fulminó con la mirada como si le deseara la muerte, pero su comentario le había tacleado con la guardia baja, por lo que su rostro oscureció considerablemente en sus mejillas para anunciar que estaba bastante sonrojada.
Le quitó el vaso de agua de un zarpazo y la bebió con lentitud, con la vaga esperanza de que el agua también fuera capaz de reducir su mal humor así como la quemazón en la lengua. Rodeó la cintura de la chica con su brazo cual serpiente y la acercó cuando la sintió en su hombro, como si estuviera asegurándose de que no fuera a escaparse a ningún lado. Apenas la escuchó hablar, le miró de reojo, y cuando hubo mencionado la palabra “mágica”, sus ojos se abrieron de par en par y escupió con una poderosísima fuerza de propulsión toda el agua, empapando a una pareja de enamorados que se encontraban desafortunadamente en su camino.
Soltó a Yuki casi de un empujón para mirarla a los ojos. Los suyos eran como dos enormes platos con dos pequeñas habichuelas en medio, con un tic nervioso que advertía que le iría a explotar un ojo o algo por el estilo. El suelo que pisaba pareció derretirse de pronto para volver a la primavera (fíjense que hasta creció una flor de pronto), porque la sangre volvía a circular en su cuerpo, hirviéndola por completo. Sudaba a mares, sintiendo que ya no era necesario el tener tanto trapo encima.
- ¡¿MARSHALL?! ¡¿CONOCISTE A MI HERMANO MARSHALL?! – gritó, haciendo que las ramas de los árboles cayeran, produciendo un ligero temblor.
La gente volteó a mirar la escena con curiosidad y preocupación, al ver el poderoso grito que había hecho la extraña chica debajo del suelo fértil. Marceline notó que era el centro de atención, pero en este momento no deseaba hacerlo, ahora mismo la cólera viajaba tan candente por su sangre que se sacó la chaqueta casi de un zarpazo para revelar que llevaba una simple camiseta gris (como siempre) y espantó a todos con una mueca sumamente aterradora: Cuernos, ojos rojos con espirales retorcidos, dientes tan largos como un tigre de sable, cabello crispado, rostro esquelético… parecía un auténtico Lich en ese momento.
- Esto está mal… mal… ¡Mal, mal, muy mal! – repetía incesantemente, volviendo su rostro a la normalidad para tirarse de los cabellos como una paranoica – ¡¿Cómo demonios conociste a mi hermano?! Él no debería conocer de tu existencia, y tú tampoco debías haber conocido la de él. ¿O yo te dije que tenía un hermano? ¡NO IMPORTA! Esto está mal, Marshall va a matarme, oh por Glob… ¡¿Por qué?! ¡¿POR QUEEEEÉ!?
Hablaba tan deprisa que poco se le entendía, casi pareciendo que pretendía arrancarse la piel tirando de su largo cabello. Dejando en segundo plano el caos que había causado en la zona, giró sobre sus talones y caminó en dirección contraria a la pelinegra, haciendo que casa paso que daba derritiera la nieve. Todavía no tenía idea de cómo podía hacer eso, pero no es como si le importara.
Le quitó el vaso de agua de un zarpazo y la bebió con lentitud, con la vaga esperanza de que el agua también fuera capaz de reducir su mal humor así como la quemazón en la lengua. Rodeó la cintura de la chica con su brazo cual serpiente y la acercó cuando la sintió en su hombro, como si estuviera asegurándose de que no fuera a escaparse a ningún lado. Apenas la escuchó hablar, le miró de reojo, y cuando hubo mencionado la palabra “mágica”, sus ojos se abrieron de par en par y escupió con una poderosísima fuerza de propulsión toda el agua, empapando a una pareja de enamorados que se encontraban desafortunadamente en su camino.
Soltó a Yuki casi de un empujón para mirarla a los ojos. Los suyos eran como dos enormes platos con dos pequeñas habichuelas en medio, con un tic nervioso que advertía que le iría a explotar un ojo o algo por el estilo. El suelo que pisaba pareció derretirse de pronto para volver a la primavera (fíjense que hasta creció una flor de pronto), porque la sangre volvía a circular en su cuerpo, hirviéndola por completo. Sudaba a mares, sintiendo que ya no era necesario el tener tanto trapo encima.
- ¡¿MARSHALL?! ¡¿CONOCISTE A MI HERMANO MARSHALL?! – gritó, haciendo que las ramas de los árboles cayeran, produciendo un ligero temblor.
La gente volteó a mirar la escena con curiosidad y preocupación, al ver el poderoso grito que había hecho la extraña chica debajo del suelo fértil. Marceline notó que era el centro de atención, pero en este momento no deseaba hacerlo, ahora mismo la cólera viajaba tan candente por su sangre que se sacó la chaqueta casi de un zarpazo para revelar que llevaba una simple camiseta gris (como siempre) y espantó a todos con una mueca sumamente aterradora: Cuernos, ojos rojos con espirales retorcidos, dientes tan largos como un tigre de sable, cabello crispado, rostro esquelético… parecía un auténtico Lich en ese momento.
- Esto está mal… mal… ¡Mal, mal, muy mal! – repetía incesantemente, volviendo su rostro a la normalidad para tirarse de los cabellos como una paranoica – ¡¿Cómo demonios conociste a mi hermano?! Él no debería conocer de tu existencia, y tú tampoco debías haber conocido la de él. ¿O yo te dije que tenía un hermano? ¡NO IMPORTA! Esto está mal, Marshall va a matarme, oh por Glob… ¡¿Por qué?! ¡¿POR QUEEEEÉ!?
Hablaba tan deprisa que poco se le entendía, casi pareciendo que pretendía arrancarse la piel tirando de su largo cabello. Dejando en segundo plano el caos que había causado en la zona, giró sobre sus talones y caminó en dirección contraria a la pelinegra, haciendo que casa paso que daba derritiera la nieve. Todavía no tenía idea de cómo podía hacer eso, pero no es como si le importara.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
Por desgracia la paz que habitaba en ellas dos fue efímera cuando la japonesa dijo sobre el hermano de la vampiro, haciendo que tuviera un mal presentimiento de lo próximo que vaya a suceder. -¿Marcy?...¿Te encuentras bien?- Al hacer contacto con la vista de su novia se podía notar preocupación en los ojos de Yuki.
Ella sólo pudo mirar lo que sucedía alrededor: el temblor, los curiosos casos de que el suelo dejaba de cubrirse con nieve, su novia en un estado neurótico donde espanto a todo mundo... Si esto hubiera sucedido varios meses atrás, Yuki hubiera salido espantada como los otros, pero ya se había llevado un susto de Marceline con sus transformaciones hace tiempo, se podría decir que esto ya la "acostumbraba".
Se quedó en la banca arrinconada, esperando a que esto se calmara. Por lo menos el ambiente ya no parecía el inicio de un apocalipsis, pero la vampiresa seguía en ese trauma. Todo indicaba que era hora de pedir explicaciones. -¿por qué nunca podemos tener una cita normal? Suspiró pesadamente antes de comentar en su lengua materna y se levantó de la banca acercándose rápidamente a donde Marceline. -De acuerdo...- Se paró enfrente de ella. Por como sus cejas y miraba estaba obvio se mostraba algo de molestia. -¿Por qué motivo mí novia perdió la cabeza cuando le dije que conocí a su hermano, quien conocí por azares de la vida cuando fui al Sello a curiosear, del cual nunca me dijo de su existencia y parece que era algo que me iba a mantener oculto- Hizo una pausan respirando un poco agitada sin quitar la mirada aún de Marceline.
-Y no dejaré que te vayas hasta que me digas...- Tomó su muñeca, pero debido a lo anormalmente caliente que esta se encontraba Yuki sintió un ligero quemazón, pero no para dejar una herida o marca grave. Soltando un leve quejido entre dientes siguió firme a lo que decía. -Itt...Marcy,quiero conocerte mejor, saber qué tienes. Puedes confiar en mí- Su mirada dejó de ser severa al decir esto último, pasando a un tono y vista más preocupado por Marceline. Claro, el ardor en la mano también tenía algo que ver.
Ella sólo pudo mirar lo que sucedía alrededor: el temblor, los curiosos casos de que el suelo dejaba de cubrirse con nieve, su novia en un estado neurótico donde espanto a todo mundo... Si esto hubiera sucedido varios meses atrás, Yuki hubiera salido espantada como los otros, pero ya se había llevado un susto de Marceline con sus transformaciones hace tiempo, se podría decir que esto ya la "acostumbraba".
Se quedó en la banca arrinconada, esperando a que esto se calmara. Por lo menos el ambiente ya no parecía el inicio de un apocalipsis, pero la vampiresa seguía en ese trauma. Todo indicaba que era hora de pedir explicaciones. -¿por qué nunca podemos tener una cita normal? Suspiró pesadamente antes de comentar en su lengua materna y se levantó de la banca acercándose rápidamente a donde Marceline. -De acuerdo...- Se paró enfrente de ella. Por como sus cejas y miraba estaba obvio se mostraba algo de molestia. -¿Por qué motivo mí novia perdió la cabeza cuando le dije que conocí a su hermano, quien conocí por azares de la vida cuando fui al Sello a curiosear, del cual nunca me dijo de su existencia y parece que era algo que me iba a mantener oculto- Hizo una pausan respirando un poco agitada sin quitar la mirada aún de Marceline.
-Y no dejaré que te vayas hasta que me digas...- Tomó su muñeca, pero debido a lo anormalmente caliente que esta se encontraba Yuki sintió un ligero quemazón, pero no para dejar una herida o marca grave. Soltando un leve quejido entre dientes siguió firme a lo que decía. -Itt...Marcy,quiero conocerte mejor, saber qué tienes. Puedes confiar en mí- Su mirada dejó de ser severa al decir esto último, pasando a un tono y vista más preocupado por Marceline. Claro, el ardor en la mano también tenía algo que ver.
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
Se detuvo de golpe tan pronto vio a la chica frente a ella de nuevo. No quería hablar, y por su expresión berrinchuda estaba más que claro. Desgraciadamente eso no parecía detener a la mortal, cuando se atrevió a tocarla en ese momento de delirio emocional que tenía provocando que sus tics volvieran y se mordiera el labio inferior al punto de causarse heridas a sí misma. Tenía dos pequeños agujeros en el labio, pero como técnicamente estaba muerta, no sangraba. En cambio, ahora parecía tener dos agujeritos negros… bastante cómicos, por cierto.
Su gesto se aflojó un poco al ver que parecía lastimarse. Bajó la mirada en dirección a su mano, viendo que esta temblaba pero en ningún momento habían surgido garras enormes como para lastimarla. Debían ser cosas raras de ella, a fin de cuentas el lado humano se manifestaba de la forma que le diese la gana, y aún con más de mil años de vida no podía comprender esos arranques totalmente.
- No, no quiero hablar de eso – respondió tajante, tratando de mantener su mal humor aunque miraba cada tanto la mano de la chica – . Simplemente no debiste haber conocido a Marshall. Punto y final – se cruzó de brazos, reticente.
Volteó a mirar otro lado, manteniendo su posición de berrinche. ¿Por qué tenía que darle explicaciones? ¡No había razón alguna! Podía ser quien quiera, incluso podría ser el mismísimo Hudson Abaader, y ni siquiera él era demasiado importante como para contarle de sus cosas. Miró de reojo a la chica, más específicamente a su mano, y simplemente suspiró con pesadez. Soltó sus brazos, para tomar de la muñeca a la chica sin verla a los ojos. Todavía estaba molesta, pero su piel había vuelto a estar tan fría como la de cualquier muerto.
- Venga, busquemos algo para que se te pase la quemazón – tiró un poco de ella, queriendo volver al local a ver si la humana tenía más agua o algo para la pelinegra (aunque teniendo en cuenta el drama de hace unos segundos, probablemente la chiquilla habría salido corriendo como el resto de los civiles).
Su gesto se aflojó un poco al ver que parecía lastimarse. Bajó la mirada en dirección a su mano, viendo que esta temblaba pero en ningún momento habían surgido garras enormes como para lastimarla. Debían ser cosas raras de ella, a fin de cuentas el lado humano se manifestaba de la forma que le diese la gana, y aún con más de mil años de vida no podía comprender esos arranques totalmente.
- No, no quiero hablar de eso – respondió tajante, tratando de mantener su mal humor aunque miraba cada tanto la mano de la chica – . Simplemente no debiste haber conocido a Marshall. Punto y final – se cruzó de brazos, reticente.
Volteó a mirar otro lado, manteniendo su posición de berrinche. ¿Por qué tenía que darle explicaciones? ¡No había razón alguna! Podía ser quien quiera, incluso podría ser el mismísimo Hudson Abaader, y ni siquiera él era demasiado importante como para contarle de sus cosas. Miró de reojo a la chica, más específicamente a su mano, y simplemente suspiró con pesadez. Soltó sus brazos, para tomar de la muñeca a la chica sin verla a los ojos. Todavía estaba molesta, pero su piel había vuelto a estar tan fría como la de cualquier muerto.
- Venga, busquemos algo para que se te pase la quemazón – tiró un poco de ella, queriendo volver al local a ver si la humana tenía más agua o algo para la pelinegra (aunque teniendo en cuenta el drama de hace unos segundos, probablemente la chiquilla habría salido corriendo como el resto de los civiles).
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
Angustiada sólo se llevó una mano con la otra intentando bajar el ardor que sentía en lo que la vampiro se negaba a dar explicaciones, sintiéndose desanimada.
En silencio seguía cuestionándose los motivos para que Marceline se negace a hablar. Entraron al local que estaba vacío, al parecer el percance los hizo ocultarse en otro lado, aunque tal vez volverían eventualmente -alguien tiene que cerrar-. Yuki se sentó en lo que su novia buscaba algo para aliviar el dolor, trajo un hielo pequeño que estaba en uno de los congeladores y se devolvió a tomar la mano de Yuki y ponerlo, sin dirigir la mirada a la japonesa.
-Marcy...- Llevó su otra mano a la mejilla de esta acariciándola con el dedo pulgar -...por favor. No era mi intención que esto pasara. Lo que pasó ya no se puede cambiar- Bajó la mano y la colocó encima de la de la vampiresa en lo que se acercaba y recargaba su cabeza en el pecho, soltando un gran suspiro. -No me gusta verte así
En silencio seguía cuestionándose los motivos para que Marceline se negace a hablar. Entraron al local que estaba vacío, al parecer el percance los hizo ocultarse en otro lado, aunque tal vez volverían eventualmente -alguien tiene que cerrar-. Yuki se sentó en lo que su novia buscaba algo para aliviar el dolor, trajo un hielo pequeño que estaba en uno de los congeladores y se devolvió a tomar la mano de Yuki y ponerlo, sin dirigir la mirada a la japonesa.
-Marcy...- Llevó su otra mano a la mejilla de esta acariciándola con el dedo pulgar -...por favor. No era mi intención que esto pasara. Lo que pasó ya no se puede cambiar- Bajó la mano y la colocó encima de la de la vampiresa en lo que se acercaba y recargaba su cabeza en el pecho, soltando un gran suspiro. -No me gusta verte así
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
Trató de resistirse a mirarla cuando escuchó su nombre, mordiéndose a morder el labio y tragando grueso, concentrándose en el hielo para la pequeña quemadura de la chica. Ser un muerto viviente tenía sus ventajas, no podía sentir en lo absoluto la horrible quemazón helada que sentiría cualquiera con sujetar un hielo. Sólo veía cómo se derretía ante su tacto, aunque sí llegó a sentir una extraña calidez en su mejilla al sentir a la chica sobre esta, y posteriormente, verla sobre su pecho. El hielo que usaba para su quemadura se resbaló de sus manos y lo dejó caer con torpeza, pelando los ojos y tratando de analizar lo que había pasado, aunque tampoco es que hubiera sido gran cosa.
Finalmente, dejó escapar un suspiro resignado. No podía entender por qué se sentía tan mal de sólo escucharla, sus brazos rodearon su espalda con lentitud para abrazarla dejando una sobre su cabeza, enredando los dedos en su cabello. Recostó la mejilla sobre ella, acariciando su cabello por un momento antes de separarse un poco de ella y sujetarle la barbilla con su diestra para que le viera a la cara:
- Mira… no hiciste nada malo, ¿Si? – le dijo, tratando de sonreírle y hablarle con tranquilidad, aunque se notaba a leguas que estaba titubeando – No es que haya sido malo que conocieras a Marshall, es que… bueno… Tch – de pronto se quedó en blanco, teniendo que desviar la mirada con suma vergüenza al no saber una manera de cómo justificarse por el arranque de hace poco. No había excusa, y la verdad no es que había ningún problema (o al menos uno que se le ocurriera ahora mismo) de que supiera de que tenía un hermano. No era cosa del fin del mundo, aunque ella lo había hecho parecer así – ¿Podemos… podemos mudarnos de sitio? El frío no me hace muy bien. Tú sabes… No tengo temperatura corporal… y me estoy congelando…
Sus palabras se confirmaban con el repentino tiriteo de su cuerpo. Sus brazos temblaban y su mandíbula parecía una castañuela. De tener la voluntad de ponerse más azul de lo que de por sí estaba, sin duda lo haría. Se aferró con fuerza al cuerpo de la chiquilla, buscando que su calor la calentara.
Finalmente, dejó escapar un suspiro resignado. No podía entender por qué se sentía tan mal de sólo escucharla, sus brazos rodearon su espalda con lentitud para abrazarla dejando una sobre su cabeza, enredando los dedos en su cabello. Recostó la mejilla sobre ella, acariciando su cabello por un momento antes de separarse un poco de ella y sujetarle la barbilla con su diestra para que le viera a la cara:
- Mira… no hiciste nada malo, ¿Si? – le dijo, tratando de sonreírle y hablarle con tranquilidad, aunque se notaba a leguas que estaba titubeando – No es que haya sido malo que conocieras a Marshall, es que… bueno… Tch – de pronto se quedó en blanco, teniendo que desviar la mirada con suma vergüenza al no saber una manera de cómo justificarse por el arranque de hace poco. No había excusa, y la verdad no es que había ningún problema (o al menos uno que se le ocurriera ahora mismo) de que supiera de que tenía un hermano. No era cosa del fin del mundo, aunque ella lo había hecho parecer así – ¿Podemos… podemos mudarnos de sitio? El frío no me hace muy bien. Tú sabes… No tengo temperatura corporal… y me estoy congelando…
Sus palabras se confirmaban con el repentino tiriteo de su cuerpo. Sus brazos temblaban y su mandíbula parecía una castañuela. De tener la voluntad de ponerse más azul de lo que de por sí estaba, sin duda lo haría. Se aferró con fuerza al cuerpo de la chiquilla, buscando que su calor la calentara.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
Se dejó acariciar por Marceline, acurrucándose mejor entre sus brazos en lo que sentía las caricias en su cabello. El hielo yacía en el suelo demostrando la poca importancia que había en su mano un poco enrojecida.
Miró comprensivamente a los ojos a la vampiro, a pesar que era obvio que no le iba a dar una razón clara para su enojo. ¡Es Marceline! Cualquier cosa puede ocurrir con ella. Tomó la mejilla para que la viera a los ojos y le sonrió. -No te preocupes...- y una vez que el cuerpo de su cita ya empezaba a sentir, ahora sí, la poca vestimenta que tría, la japonesa beso suave y fugaz los labios de la vampiresa. -Claro. Espera aquí, iré por tu abrigo- Se quitó la capucha que tenía puesta, mostrando que llevaba consigo un collar de oro con la forma de una flor de cerezo, y se la colocó a ella en lo que se levantaba y salía por el abrigo. Pasó por la puerta donde dos curiosos -con una clara cara de espanto- sólo miraron sorprendidos como la japonesa pasaba de ellos sin ponerles atención, fue a dónde ocurrió la escena, agarró el abrigo que yacía en el suelo y el gorro, agarró ambos y los sacudió para quitarles la nieve y regresó al lugar, otra vez, sin ver a los sujetos que se cuestionaban cómo ella podía actuar con naturalidad después de lo que presenciaron.
-¡Aquí está! Tu gorro y tú abrigo- Le colocó primero la boina en la cabeza y luego le colocó el abrigo por la espalda, colando sus manos en las cinturas de Marceline y acurrucándose en ella. -¿Dónde quieres ir? ¿o dónde tenías planeado llevarme cuando te aburrieras aquí?- Preguntó volviendo a acurrucarse en el pecho de su novia.
Miró comprensivamente a los ojos a la vampiro, a pesar que era obvio que no le iba a dar una razón clara para su enojo. ¡Es Marceline! Cualquier cosa puede ocurrir con ella. Tomó la mejilla para que la viera a los ojos y le sonrió. -No te preocupes...- y una vez que el cuerpo de su cita ya empezaba a sentir, ahora sí, la poca vestimenta que tría, la japonesa beso suave y fugaz los labios de la vampiresa. -Claro. Espera aquí, iré por tu abrigo- Se quitó la capucha que tenía puesta, mostrando que llevaba consigo un collar de oro con la forma de una flor de cerezo, y se la colocó a ella en lo que se levantaba y salía por el abrigo. Pasó por la puerta donde dos curiosos -con una clara cara de espanto- sólo miraron sorprendidos como la japonesa pasaba de ellos sin ponerles atención, fue a dónde ocurrió la escena, agarró el abrigo que yacía en el suelo y el gorro, agarró ambos y los sacudió para quitarles la nieve y regresó al lugar, otra vez, sin ver a los sujetos que se cuestionaban cómo ella podía actuar con naturalidad después de lo que presenciaron.
-¡Aquí está! Tu gorro y tú abrigo- Le colocó primero la boina en la cabeza y luego le colocó el abrigo por la espalda, colando sus manos en las cinturas de Marceline y acurrucándose en ella. -¿Dónde quieres ir? ¿o dónde tenías planeado llevarme cuando te aburrieras aquí?- Preguntó volviendo a acurrucarse en el pecho de su novia.
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
Incluso siendo un muerto viviente, no pudo evitar sentir calor en sus mejillas al verla alos ojos. Para colmo, cuando se vio sorprendida por el beso fugaz entre ambas. Dejó escapar un gruñido de entre los labios antes de apartar la mirada, dejando que la chica se apartase para buscar sus cosas. Escondía su expresión avergonzada bajo la capucha de Yuki, evitando seguirle con la mirada, puesto que sabía que no estaba en la mejor postura luego de ese escándalo. Sólo se limitó a respirar profundamnte por la nariz, admirando en silencio el dulce aroma que llevaba la prenda «Huele a ella...» dijo para sus adentros, metiendo las manos en sus bolsillos.
Contuvo una breve risa al ver que Yuki regresaba, devolviéndole la capuccua a cambio de su boina y su chaleco. Una vez ambas parecían listas, la chica volvió a sorprenderla al tenerla cerca, provocando unas leves risas se escaparan de entre sus colmillos mientras le acariciaba nuevamente a la cabeza:
- A ninguna parte, realmente - respondió, sorprendentemente más dócil de lo habitual -. Te prometí que esta cita sería normal, y que tú me guiarías. Eres la sra. Pro-activa hoy, ¿Recuerdas? - volvió a reír, usando su mano para sujetarle la barbilla y hacer que le viera a los ojos, acercándose para darle un beso momentáneo - Caminemos un poco. Debes estar helada luego de ese rato sin la capucha - la rodeó con sus brazos, empezando a caminar mientras ignoraba las miradas aterradas de la pareja de hace rato.
No tenía muy claro hacia dónde iban, y realmente no le importaba mucho. Veía los peqiños carros de hot dogs, banderillas y hamburguesas que su cita le mencionó con anterioridad, aunque eso sólo lograban que la abrazara con fuerza, como si pensase en algo viendo toda esa comida. El jardín parecía cerrarse cada vez más cuando los árboles empezaron a rodearlas, llevando a la pareja a una pequeña plaza con una fuente en el centro, cuya agua estaba congelada, lo que daba la sensación de ser una escultura de hielo.
Se detuvo frente a la fuente para admirarla, dejando escapar una sonrisa que le hizo hablar tras todo ese largo trayecto silencioso:
- Me gusta esta cosa... hace que quiera ponerle la lengua para saber si se quedará pegada - rió entre dientes, mirando de reojo a la chica entre sus brazos - Oye... sobre lo de hace rato... Realmente no me molestó que conocieras a Marshall. En cierto modo, me esperaba que eso sucediera en algún momento - desvió la mirada, apretujando a Yuki sobre su cuerpo - ¿Le contaste algo sobre que... estábamos saliendo? - la miró de reojo, sorprendentemente, temerosa.
Contuvo una breve risa al ver que Yuki regresaba, devolviéndole la capuccua a cambio de su boina y su chaleco. Una vez ambas parecían listas, la chica volvió a sorprenderla al tenerla cerca, provocando unas leves risas se escaparan de entre sus colmillos mientras le acariciaba nuevamente a la cabeza:
- A ninguna parte, realmente - respondió, sorprendentemente más dócil de lo habitual -. Te prometí que esta cita sería normal, y que tú me guiarías. Eres la sra. Pro-activa hoy, ¿Recuerdas? - volvió a reír, usando su mano para sujetarle la barbilla y hacer que le viera a los ojos, acercándose para darle un beso momentáneo - Caminemos un poco. Debes estar helada luego de ese rato sin la capucha - la rodeó con sus brazos, empezando a caminar mientras ignoraba las miradas aterradas de la pareja de hace rato.
No tenía muy claro hacia dónde iban, y realmente no le importaba mucho. Veía los peqiños carros de hot dogs, banderillas y hamburguesas que su cita le mencionó con anterioridad, aunque eso sólo lograban que la abrazara con fuerza, como si pensase en algo viendo toda esa comida. El jardín parecía cerrarse cada vez más cuando los árboles empezaron a rodearlas, llevando a la pareja a una pequeña plaza con una fuente en el centro, cuya agua estaba congelada, lo que daba la sensación de ser una escultura de hielo.
Se detuvo frente a la fuente para admirarla, dejando escapar una sonrisa que le hizo hablar tras todo ese largo trayecto silencioso:
- Me gusta esta cosa... hace que quiera ponerle la lengua para saber si se quedará pegada - rió entre dientes, mirando de reojo a la chica entre sus brazos - Oye... sobre lo de hace rato... Realmente no me molestó que conocieras a Marshall. En cierto modo, me esperaba que eso sucediera en algún momento - desvió la mirada, apretujando a Yuki sobre su cuerpo - ¿Le contaste algo sobre que... estábamos saliendo? - la miró de reojo, sorprendentemente, temerosa.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: {P} Nuestro pequeño "lugar feliz".
Volvió a reír con lo de "Señora Pro-activa". —Sí, recuerdo. Supongo que debo esforsarme más en salir del cascarón y aprender a guiar más
Después de aceptar ese beso, se dejó guiar con Marceline hacia el interior del jardín y detenerse en aquella fuente que el frío adornó. —Me reiría mucho verte con la lengua pegada, pero tratar de quitarte de ahí sería una lavor algo...espero no tan dolorosa— Recordó una vez que de pequeña le había pasado lo mismo con una paleta y sí le dolió despegar la lengua.
Sus mejillas se sonrojaron al sentir a Marceline tan abrazada de ella, de esas pocas veces que la escuchaba preocupada por algo, esa Marceline que de repente se escuchaba insegura. —Bueno...Sí lo hice. Estuvo muy sorprendido por escuchar eso, aunque se hacía el "ofendido" porque no le dijiste de mí, y tú de él a mí— Se giró hacia y recargó su cabeza en ella. —Pero fue muy amable conmigo, realmente me motivo a seguir mis sueños y...— No quiso mostrar ese rostro sonrojado y sólo siguió ocultando su rostro. —...y realmente me hizo querer saber más de ti; que no solamente eres una vampireza traviesa que le gusta jugarle bromas a la gente.— Se atrevió a verla a los ojos. —Claro que...puedes molestarte si de repente te empieza a asediar de preguntas al respecto— Paso sus brazos detras del cuello de Marceline y se acercó para besarla.
Después de aceptar ese beso, se dejó guiar con Marceline hacia el interior del jardín y detenerse en aquella fuente que el frío adornó. —Me reiría mucho verte con la lengua pegada, pero tratar de quitarte de ahí sería una lavor algo...espero no tan dolorosa— Recordó una vez que de pequeña le había pasado lo mismo con una paleta y sí le dolió despegar la lengua.
Sus mejillas se sonrojaron al sentir a Marceline tan abrazada de ella, de esas pocas veces que la escuchaba preocupada por algo, esa Marceline que de repente se escuchaba insegura. —Bueno...Sí lo hice. Estuvo muy sorprendido por escuchar eso, aunque se hacía el "ofendido" porque no le dijiste de mí, y tú de él a mí— Se giró hacia y recargó su cabeza en ella. —Pero fue muy amable conmigo, realmente me motivo a seguir mis sueños y...— No quiso mostrar ese rostro sonrojado y sólo siguió ocultando su rostro. —...y realmente me hizo querer saber más de ti; que no solamente eres una vampireza traviesa que le gusta jugarle bromas a la gente.— Se atrevió a verla a los ojos. —Claro que...puedes molestarte si de repente te empieza a asediar de preguntas al respecto— Paso sus brazos detras del cuello de Marceline y se acercó para besarla.
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
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