{ L } Como NO matar a un vampiro

-Había llegado al hotel y de lo cansada que estaba, sin pensarlo se quitó las gafas y las tiró sobre la cama, momento en el que perdió la conciencia y fue a parar a aquel oscuro lugar en el que si bien podía descansar y se sentía tranquila, perdía todo contacto con el mundo exterior.

Al abrir los ojos, se estiró y sonrió con malicia- ¡Al fin! -Dijo con voz sonora y juguetona, era libre para ir de parranda por ahí, a jugar por fin, Natsuko había sido muy estricta el último tiempo, había trabajado muy duro y su cuerpo estaba tan adolorido que simplemente se dormía junto con ella, pero aquel día se sentía bien, se sentía energica y MUCHAS ganas de salir a divertirse, fue rápidamente hacia el closet a seleccionar algo lindo y atrevido para salir, algo que le sentara bien a sus exiberantes curvas y que no la hiciera ver como una niña como cada vez que Natsuko se vestía y ella tenía que salir a la luz. Ugh, como odiaba eso.

Aun así, entre sus cosas, encontró algo apropiado, se lavó y maquilló la cara con labial rojo y mascara de pestañas que acentuara sus grandes ojos verdes que se veían aun mejor sin esas gafas delante de ellos, dejó su largo y rizado cabello suelto y se miró al espejo para ver el resultado. Sonrió asintiendo ante su apariencia, esa era ella, al menos podía tener su propia personalidad y esa era ella, era Satsuki.

Ropa de Satsuki:

Tomó una chaqueta solo para meter en los bolsillos lo que fuera necesario, pero no se la puso ¿Para qué cubrir lo que le gustaba que se viera?. Bajó tranquilamente al primer piso y tomó un taxi, indicándole que la dejara en algún lugar de la ciudad donde pudiera divertirse. El taxista al parecer encontró su ropa muy comprometedora, pues por lo que parecía aquel lugar al que había llegado, no era uno muy "decente", pero aquello simplemente le daba risa, pagó el taxi y agradeció al hombre, parándose en una esquina y mirando a su alrededor para ver qué podría hacer, aunque el hecho de pararse en ese lugar le hiciera reír, quizás alguien le ofrecería dinero si seguía ahí.

Mientras pensaba esas cosas, alguien se le acercó por detrás y tocó su hombro, se volteó para observar al extraño, cosa que hizo de arriba a abajo y sonrió- ¿Se te acabó la diversión, cariño? -Preguntó con una sonrisa divertida- Es cosa de esperar un taxi, uno acaba de dejarme aquí, quizás vuelva -Dijo mientras apoyaba su espalda en aquel farol de luz y observaba su camiseta manchada de sangre, acercando sus dedos ahí sin pudor- Eso debe doler ¿No? -Preguntó ladeando una sonrisa-

-Pues te encontraste con la persona equivocada, corazón, es primera vez que vengo aquí, solo dije que quería divertirme y el taxista me dejó aquí, quizás creyó que era una prostituta, pero si lo fuera, no creo que fuera a conseguir mucho dinero por aquí -Dijo con descaro, mirando a su alrededor y no encontrando que fuera un lugar de lo mejor, eso estaba claro.

Sonrió divertida al escuchar sus palabras, así que no había dolor... Eso de partida le pareció raro ya que parecía haber sido apuñalado, cualquier persona normal estaría muriendo de dolor, pero él parecía muy tranquilo ante aquella herida. Sin pudor tocó suavemente directamente sobre la herida- Deberías cuidarte eso, no sea que se infecte, aunque por lo que veo genuinamente no duele -Dijo luego de analizar unos momentos, el otro ni siquiera se había inmutado ante su toque, por lo que el dolor al parecer era inexistente.

Al sentir que se acercaba tanto alzó su rostro, fijando su mirada en la de él, al parecer aquel chico conocía a Natsuko, pero no sabía hasta qué punto, por lo que debía averiguarlo. Negó suavemente con su cabeza, rozando suavemente la nariz del contrario ante cada movimiento de ésta- Mi nombre es Satsuki... Digamos que soy como... -Pensó por unos momentos y luego sonrió con malicia- La sombra de Natsuko o Lollipop, como tu la llamas.

Se echó a reír con una pequeña y juguetona carcajada- Ella nunca vendría a un lugar como éste, ella duerme apaciblemente, ni siquiera sabe lo que éste lugar existe... Yo vine a divertirme, necesito diversión, he estado escondida demasiado tiempo y la ciudad al parecer no tiene nada interesante que ofrecerme, así que vine aquí... ¿Cual es tu nombre? -Preguntó con media sonrisa, sin alejarse, ni dijar de sonreirle con diversión.

-Se sorprendió al ser repentinamente jalada por el otro, pero lo siguió, ella quería diversión y aparentemente el otro parecía saber donde encontrarla. Se detuvieron frente a un lugar que tenía la típica apariencia de un lugar en el barrio en el que se encontraban, sonrió ladina y divertida, de seguro podría divertirse en ese lugar.

Al entrar miró a su alrededor y una risita se le escapó, miró de reojo al otro y tomó su mano con suavidad- Bebamos un poco y vemos qué pasa, corazón -Dijo simplemente- Encantada Marshall.

Con decisión tomó la mano del otro y se dirigió a una mesa que si bien estaba algo oculta, les daba plena visión de todo el bar. Se sentó junto al otro y cruzó una pierna sobre la otra, sintiendo cómo con éste simple gesto su falda se subía un poco más, los hombres que estaban en las mesas contínuas la miraban con lujuria a lo que ella respondía con una coqueta sonrisa, pero por esa noche, pretendía prestarle atención al chico que había encontrado- ¿Viniste aquí en busca de una chica, un chico o algo así? -Preguntó sin el más mínimo signo de pudor en el momento que un trago llegaba frente a ella, ofrecido por uno de los hombres de una de las mesas continuas, agradeció con una sonrisa y cambió de posición sus piernas para ofrecerles mejor vista a modo de "premio". Volteó su vista a Marshall interesada en su respuesta ya que parecía alguien con quien uno podría divertirse.

-Tomo el vaso que le habían entregado y bebió un buen trago, era un tanto suave para lo que ella acostumbraba, pero ya decían, a caballo regalado no se le miran los dientes, lo bebió con bastante rapidez mientras escuchaba las palabras del otro- Ya veo, bueno, creo que a mi me ocurrió algo parecido, quería diversión y vine a parar aquí con un chico guapo en un bar de mala muerte... La vida ha sido amable con nosotros -Respondió con coquetería a sus palabras y con su mano hizo un gesto al camarero para que volviera y pidió- Tequila, por favor, traiga la botella.

Esa era su bebida favorita y definitivamente no perdía oportunidad de probarla cuando le era posible, rió un poco al ver la bebida rosa de su acompañante, al llegar su bebida miró de reojo a los hombres que la seguían con la mirada y aprovechó su oportunidad de juguetear un poco más con ellos. Sirvió algo de tequila en su vaso, tomó sal y la posó justo al final de su dedo pulgar entre éste y el dedo índice, tomó un trozo de limón y lo llegó a sus labios para lamerlo suavemente antes de extraer el jugo con toda sensualidad, tomarse el trago de un golpe y lamer entre sus dedos la sal que ahí había dejado, para pasar la quemazón, se relamió los labios y sonrió con coquetería, mirando de reojo por unos momentos a los hombres que la observaban.

¿Cantar? -Sonrió con diversión y se puso de pie, caminó pasando por el medio de todo el bar, consciente de que atraía las miradas, quitó de un empujón al par de ebrios que daban pena en el escenario y tomó el micrófono, lista para la acción- Solo escucha, Cariño. - Dijo mirando en dirección a su acompañante.

"Satisfacción
Quiero una larga sesión contigo
Sostenme más fuerte, me gusta así
Todo el mundo comienza a enloquecer
Ahora mismo
Ámame
Te lo daré
Comienzo a sentir la excitación..."

Satsuki's song:

Cantó, bailó y terminó su actuación con una divertida sonrisa antes de atravesar nuevamente el bar hacia la mesa donde Marshall la esperaba - ¿Y? -Preguntó con una coqueta sonrisa-

¿Diamantes? -Se echó a reír con muchas ganas- Pues te equivocas, cariño, aun no hacemos nuestro debut y vivo en un hotel que lamentablemente no tiene jacuzzi, si tengo dinero es porque mi familia me dio una buena cantidad antes de venir y Natsuko trabaja mucho en el sello para conseguir una buena paga, pero no te equivoques, aun no hemos llegado a ningún lado -Rió con diversión al pensar en su pequeña Natsuko con tanto dinero que probablemente compraría cada cosa linda y pequeña que encontrara.

Tomó la botella y dio un largo trago al tequila, jugueteando con un trozo de limón entre sus labios luego hasta que escuchó las palabras del otro y dirigió su mirada desafiante a las mujeres que la miraban- ¿Y qué pasa si hacemos algo aun más divertido? -Dijo como una propuesta, pero no esperó a que el otro contestara sino que tomó su botella de tequila y la quitó de la mesa, justo antes de subir a su silla y luego a la mesa, sabía que desde ahí el otro probablemente podía ver bajo su falda, pero no le importaba demasiado, lo que quería era molestar a las mujeres del lugar. En ese instante, su cuerpo comenzó a contornearse y moverse al sonido de la música del lugar, siendo ella una bailarina experimentada aquello no le costaba en lo más mínimo, pasaba sus dedos delicadamente por su cabello y su cuello para incitar a aquella mujeres a reaccionar, fijando una mirada coqueta en todos los hombres que la miraban con placer, aquello le gustaba, sentirse deseada por todos, tanto así que hasta ganas de hacerlo le estaban entrando, definitivamente había ido a un buen lugar.

-Continuó bailando hasta que el otro la bajó de la mesa, lo observó con curiosidad y caminó con él hasta el centro del lugar, esperó a que terminara de hablar con el hombre encargado de la música y sonrió complacida ante el cambio en el ambiente, todo se volvía más animado y divertido.

-Al escuchar las palabras del contrario y su proposición, se mordió el labio divertida y tomó su mano, acercándose a él para murmurar en su oído- Muchas maldades... -Se alejó un poco para guiñarle un ojo y luego apegó su cuerpo al de él para comenzar a bailar o más bien, enseñarle cómo bailar a las demás. Le dió la espalda al otro y con sus manos y espalda pegadas al cuerpo del contrario se agachó lenta y sensualmente, ladeando su pierna para luego ponerse de pie con una agilidad que solo una verdadera bailarina tendría-

-Continuó con su mirada al rededor y se relamió los labios de manera sugestiva para incitar a los hombres que seguían muy pendientes de ellos, acto seguido, ladeó su cabeza y mordió con bastante fuerza el labio inferior del contrario, tirando de él solo un poco antes de tomar sus labios en un apasionado beso, ella era así, le gustaba tomar la iniciativa, jugar y sobre todo hacer tantas maldades como le fuera posible-

Estaba concentrada en lo que hacía ya que la divertía y ese era el propósito de sus escapadas nocturnas, por lo que no se percató de nada hasta que sintió las manos del otro sobre ella y no de la manera en que habían estado antes, sino que para empujarla.

De un momento a otro, como era normal en ella, su rostro cambió completamente, sus ojos seductores se volvieron fieros en un momento, no le importó el cuchillo, el griterío a su alrededor, las mujeres llorando, los hombres horrorizados ni su compañero calmo, solo pudo sentir la más profunda ira recorrerla.

De un manotazo quitó el cuchillo enterrado en la pared junto a ella y se acercó al otro para ensartarlo en su hombro - No me vuelvas a tocar. -Dijo con voz lenta, llena de furia, le importaba poco si todo eso era a causa de lo que fuera, nadie podía empujarla ni menos causar el menor rasguño sobre el cuerpo de Natsuko. No le interesó si le herida del otro era profunda, si sanaría por arte de magia o si el otro tendría que ir al hospital.

El silencio había inundado el lugar ante su tan inesperada reacción, solo el sonido de sus tacones caminando hacia la puerta se escuchaba- Fuera de mi camino - Quitó de un manotazo a los hombres que habían ocasionado todo en primer lugar y caminó hacia la puerta, importándole poco el desastre que dejaba atrás de si-