Una aventura en Amazons (libre)

Sonreí de lado al lado al verla tan emocionada por bailar tango como yo, y como toda buena compañera, dejé que mi guiara. ¡Ella no mentía! Sabía cada movimiento que debía hacer; como tomarme, el movimiento de nuestros pies junto el de nuestros cuerpos, las vueltas, cuando tenerme cerca o lejos, su energía... -¡Adoro como te mueves, Kath!- Dije en uno de los momentos tranquilos antes de volverme dejar llevar por nuestra danza.

En el clímax de la canción me acerqué a ella sin dejar de mirar sus hermosos ojos, ahí podía sentir más y más la sincronización que teníamos. Otra vez la canción volvió a calmarse, indicando que estaba por cesar. Ahí fue cuando elogió mi apariencia y talento, a lo que yo también le respondí. -Bueno, una chica merece atención...Lo que agradezco es poder atraer la atendión de una mujer tan atractiva, multitalentosa y a la vez misteriosa, como tú- No podía ocultar esa sonrisa de mi rostro al pasar tan agradable, y excitante, rato con ella.

Acabada la canción se acercó a mi rostro y besó mis labios. A pesar de haber sido tomada por sorpresa, cerré mis ojos y sentí sus dulces y suaves labios junto a los míos, mientras bajaba mis manos y la abrazaba por la cintura y acercarla más a mí. -...¡Eso fue excitante! ¿No crees?- Dije pícaramente una vez que separamos nuestros labios y darnos "un respiro".

Le sonreí y bajé mi rostro para besar suave y repetidamente el cuello de Kath que tya llevaba mucho tiempo tentándome.

Que le elogiara una chica tan linda casi la hizo sonrojar, por eso se esforzó aun mas con su baile. ¿Era misteriosa? Prefería mantenerse de esa manera, entre menos se conociera de ella, mucho mejor, por mantener su perfil profesional como cantante y como maestra. Ella no era de un género popular, pero aún así trabajar para Musette generaba el miedo de que tal vez unos ojos acosadores la perseguían.

Pero en temas mas alegres, le enterneció la reacción de la chica que luego ella fue la sorprendida al verla tomar la iniciativa. Si resultaba más activa de lo esperaba, tendrían un pequeño combate en las "preliminares" para ver quien dominaría mas o si se tratarían de iguales.
Tenía su ego, pero permitiría casi cualquier cosa por placer.

- y sobretodo muy picante.... Eres una caja de Pandora, Andrea. - sus mejillas se encendieron al sentirla en su cuello, arrebatándole unos suspiros. -Hey honey, ¿qué te parece si nos vamos a la esquina? Ahí podras comerme sin que nos empujen en la pista ¿no crees?.

Aprovechando que aun le estaba abrazando, poso sus brazos sobre sus hombros y empezó a retroceder poco a poco, pues quería tener un tentempié antes de proceder al platillo principal.

Pocas veces he conocido mujeres que tengan ese porte elegante, atrevido y seductor. Realmente Kath me había cautivado esta noche ¡Y esperaba poder divertirme más con ella!

¿Una caja de Pandora? Bueno, estaba consciente de lo juguetona que puedo ser, pero nunca me plantee qué tan singular podría ser. Decidí entretenerme un poco con su cuello. ¡Su aroma me encantaba! Podía inclusro sentirme algo ruborizada. Me mantuve así hasta que me sugirió ir a un sitio más oculto de aquí. Sonriéndole pícaramente accedí y la tomé de la mano para ir a un sofá que estaba más en los rincones, sólo que antes de que se sentara le indique que iba por mi chaqueta.

Fui, la tomé y me regrese a donde había dejado a Kath, y al verla sentada le di una mirada seductora y me acerqué lentamente. Lancé mi chaqueta para que la pusiera a un lado suyo, desabotoné mi camisa nomás para mostras más mi escote, claro que sin demostrar todo, y con mirada felina me acerqué, hasta sentarme en su regazo y rodear su cuello con mis brazos. -¿Dónde me había quedado?...¡Ah, ya recuerdo!- Esta vez besé sus labios mientras una de mis manos jugueteaba con su cabello rizado

Miraba de reojo a su aldededor en lo que aun estaban abrazadas. Ahí había un sofá, había espacio para ellas pero había otras mujeres, no era que importara, cada quien estaba en su asunto.

La espero pacientemente por la chica. Respondió su mirada con una igual. Los ojos de Kath la devoraron aun mas cuando pudo ver más de ella.
Cuanto le encantaba la ropa, emocionaba a las personas de lo que podía esconder el hermoso cuerpo humano.

- Te extrañé~ - dijo en broma mientras se acomodaba el cabello y dejaba que se sentara en ella.

La inglesa respondió el beso, dejando que fueran los labios los primeros en divertirse y se notaba por los sonidos que hacia solo con ellos. Sus manos se dirigieron a su espalda y sus caderas respectivamente, para tenerla aun mas cerca y tener esa sensación de poseerla por unos instantes.

Sonreí ante su comentario siguiendo la broma poco después de que me puse a besar su cuello. -¡También yo!...Esperaba esto- Subía hasta besar por detrás su oreja. Podía sentir que ahí nuestras respiraciones se empezaban a agitar. Luego bajé por su cuello a la clavícula, acompañando de vez en cuando los besos con pequeñas mordidas.

Acerqué lo más posible mi cuerpo al de ella, cuando con una de mis manos la tomé de la nuca y la otra la bajaba para pasar mis manos por debajo de su blusa, y recorrer su cintura tocando su suave piel. -¡Tienes un cuerpo escultural!- Comenté volteándola a ver a los ojos dedicándole otra mirada seductora.

Volvía besar sus labios, esta vez jugueteando con la lengua ajena, mientras ahora mi mano se dedicaba a recorrer la línea de su espalda baja.

Le provocaba escalofrios que esa chica le tocara con sus suaves manos, el tacto femenino siempre era suave y delicado, encendía su cuerpo de manera diferente que con un hombre, pero igual de excitante.

- Tu no te quedas detrás - sus manos palpaban bien a la jovencita y a veces en un abrazo podía capturar su figura.

Ese juego de miradas y toqueteos era candente, la hacía ignorar lo que otros hacían, aunque probablemente estuvieran haciendo lo mismo que ellas. Gozando entre ellas mismas.
Respondió el beso, aún más atrevido que antes y ella sin pena hizo mover su lengua intentando entrar en un lazo irrompible con la lengua de Andrea. Sus manos pasearon con aún más ahínco por el cuerpo de la joven, al mismo tiempo que ella lo hacía consigo; mientras ella hacía que sus manos peligrosamente acariciaran o estuvieran cerca del trasero o del pecho de la finlandesa. Nunca fue contacto directo, eran roces demasiado cercanos solo para tentarla.

La quería más, la necesitaba más. Quería hacer cosas que deberían esconder cuatro paredes, donde la intimidad podría florecer.

Mi respiración se agitó un poco cuando también sentí las caricias de Kath por mi cuerpo, incluso solté unos leves gemidos. Aun así seguí jugueteando con la lengua ajena sin ningún pudor.

Seguimos nuestro juego unos minutos, no sé cuantos, 10, 20 30 ¿tal vez? Estaba atraída por la figura de la morena que la verdad eso no me importaba, pero tal vez era tiempo de seguir a otro lado. -¡Linda!...Sé que el ambiente aquí es fabuloso, pero...- De estarla mirando a con lujuria a los ojos, pasé a acercarme a su oreja y susurrarle. -...¿qué te parece si nos vamos a otro lugar y me enseñas que otros "secretos "ocultas?- Con la misma mirada me levanté agarrando mi chaqueta, y tomando de una mano a Kath para invitarla a salir del lugar.

Oh vaya, la chica había incluso emitido unos sonidos hermosos cuando le tocó. Le causó ternura y emoción, no podía contenerse tanto tiempo. Cuando no se besaban, Kath jadeaba y suspiraba sobre su piel.

- Quiero mostrarte mis secretos, si tu haces lo mismo - entre risas, las manos de la morena se aferraron a sus gluteos. Tenía que sentirlos, pero eso solo le provocó más hambre de la que tenía por ella.

La soltó y ella se paró por su chaqueta. Aceptó su mano y ambas salieron del lugar. Quería simplemente empotrarla contra la pared para seguirse besando y tocando. De entre sus senos sacó lo que parecían las llaves a un vehículo.

- ¿Quieres que sea en tu casa? ¿o un hotel?... A donde sea te puedo llevar querida. - Presionó un botón y su Audi RS7 ahí la seguía esperando en la calle. Blanco y pulcro, contrario a los pensamientos de su conductora - All right lady, ley's go~

Katherine se paso al lado del conductor y desde adentro abrió para que su acompañante entrara al flamante vehículo. Se preguntó si realmente era necesario usarlo en este tipo de eventos. Aunque quería seguir pensando que por su genero ella no era popular, y no habría paparazzis cerca.

- ¿A que dirección? Dime y yo manejo. - las palabras que elegía hacían entender que cualquier destino menos su casa era al que iría.

Sonreí pícaramente cuando tomó mis nalgas, contestándole seducatoramente. -¡Los verás, linda! ¡Los verás!

La seguí hasta la salida, y mientras sacaba las llaves de su auto de entre "sus encantos", mordí mis labios al verlos con tal lujuría.

Quería ir a un cuarto de hotel, era perfecto para una noche de diversión, pero como debía mejor cuidar mis gastos hasta tener un mejor empleo, creo que tendría que conformarme mejor con mi apartamento. Ya una vez estando en su lujoso carro, me acomodé para decirle nuestro siguiente destino -¡Vamos a ir a mi depa, Kathy! Será divertido, sólo que espero y estés dispuesta a compartir mi cama- Le guiñé el ojo con un gesto pícaro.

-¡Departamenots il sole, cariño!- Una vez dicho esto, Kath manejó hasta allá. Que no debieron ser más de 15 minutos al parecer. En el edificio, llevó su auto hasta el estacionamiento de los residentes, la tomé de la mano una vez que nos bajamos, con rumbo al elevador.

Empecé a besarla del cuello en lo que el elevador venía hasta la planta donde estábamos para luego entrar, sin seguir quitando mis labios de su cuello, aplasté el botón del piso 7. Llegamos luego a la puerta de mi apartamento. -¡Llegamos!- Me separé un poco para decirle esas palabras, y obviamente abrir la puerta.

Spoiler:

Andrea estaba llena de energía, le encantaba eso, le permitía imaginar esa misma energía en la cama... o en su voz.
Ya en el carro solo esperó por instrucciones de la rubia, que a pesar de que le caía bien, su autoestima como mujer bajaba debido a la altura de la muchacha, que la hacía sentirse muy pequeña.

- He compartido mucho este cuerpo, espero que estés dispuesta a hacerlo tu también - Con eso aclaró que era una mujer nómada con sus parejas, que solo le entretenía lo suficiente en otras áreas además de lo sexual.

En poco tiempo ya sabía reconocer las calles y lugares de la ciudad, pero aún así puso el gps a trabajar para evitar tomar otras rutas. Por buena obra del destino, llegaron en poco tiempo. Estacionó a su bebé con cuidado, con su muy caracterizada paranoia de que no le hubieran seguido o que sufriera alguna rayón, y se bajo para seguir con su otra bebé.

Dejó que se le acercara, pues sus labios eran dulces sobre su piel y sin oponer resistencia se dejó guiar por la mujer hasta su apartamento, en donde juró que le haría pasar la mejor noche de su vida.

Spoiler: