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El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
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El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
Después de un par de días de haber quedado la fecha, el día llegó: la cita que Yuki tendría con la vampiresa Marceline. Yuki estaba nerviosa desde el principio, desde que le escribió el mensaje a Marceline donde decía dónde y cuándo sería su cita con ella hasta esta mañana que esperaba a las afueras del Acuario.
Estaba usando la nueva ropa que compró especialmente para hoy -incluso se había ido a que un estilista le arreglara el cabello- tan nerviosa estaba que no quería dar la apariencia de "niña buena" de siempre, pero tampoco quería vestir algo tan exagerado. Es la primera vez que ella estaba tan nerviosa por una simple cita. -Espero y esto le guste- Hablaba sobre su vestuario.
Salió temprano de su dormitorio, tomó el transporte público que la dirigiría a la Arcadía, quería llegar con tiempo. No esperaba del todo que su cita fuera a llegar con un "elegante" retraso. -Supongo que estará demorada- Se decía mientras miraba su teléfono móvil viendo la hora y releyendo el mensaje que le había mandado a Marcy. -¿O será una broma y quiso dejarme plantada aquí?- Una de sus piernas se movía, un "tick" que a cualquier persona que lleva tiempo esperando a alguien le pasa.
Seguía temiendo que se tratara de una broma, pero tenía fé en que se presentaría.
Estaba usando la nueva ropa que compró especialmente para hoy -incluso se había ido a que un estilista le arreglara el cabello- tan nerviosa estaba que no quería dar la apariencia de "niña buena" de siempre, pero tampoco quería vestir algo tan exagerado. Es la primera vez que ella estaba tan nerviosa por una simple cita. -Espero y esto le guste- Hablaba sobre su vestuario.
Salió temprano de su dormitorio, tomó el transporte público que la dirigiría a la Arcadía, quería llegar con tiempo. No esperaba del todo que su cita fuera a llegar con un "elegante" retraso. -Supongo que estará demorada- Se decía mientras miraba su teléfono móvil viendo la hora y releyendo el mensaje que le había mandado a Marcy. -¿O será una broma y quiso dejarme plantada aquí?- Una de sus piernas se movía, un "tick" que a cualquier persona que lleva tiempo esperando a alguien le pasa.
Seguía temiendo que se tratara de una broma, pero tenía fé en que se presentaría.
- Mensaje que le envió a Marcy:
- "Hola Marcy!
Estuve verificando mi horario y este fin de semana estoy libre, así que me gustaría salir contigo.
El sábado a las 10 me gustaría encontrarme contigo en el acuario. Me dicen que es buen lugar, así que sería divertido que lo recorriéramos todo juntas.
Espero verte el sábado
Bye-bye ^ ^
Yuki"
- vestimenta de Yuki:
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
"¡Hola Marcy!
Estuve verificando mi horario y este fin de semana estoy libre, así que me gustaría salir contigo.
El sábado a las 10 me gustaría encontrarme contigo en el acuario. Me dicen que es buen lugar, así que sería divertido que lo recorriéramos todo juntas.
Espero verte el sábado
Bye-bye ^ ^
Yuki"
Estuve verificando mi horario y este fin de semana estoy libre, así que me gustaría salir contigo.
El sábado a las 10 me gustaría encontrarme contigo en el acuario. Me dicen que es buen lugar, así que sería divertido que lo recorriéramos todo juntas.
Espero verte el sábado
Bye-bye ^ ^
Yuki"
- … ¿Por qué no? No haré nada éste fin de semana~ – dijo para sí, lanzando el teléfono hacia el colchón dejando el mensaje entre los vistos.
El teléfono no sonó más a lo largo de la semana, aunque fue porque ella decidió apagarlo para ahorrar la poca batería que le quedaba, mientras, por supuesto, se distraía con la banda explorando Glass City o ensayando para su primer debut en la ciudad. No fue sino entonces hasta el viernes a media noche cuando se dignó a buscarle el cargador, y al hacerlo, la pagó muy caro, porque su mensajería estaba poblada de cierto chicle en el zapato que no dejaba de quejarse sobre mil y un temas a la vez. Los leyó de reojo, y supo distinguir nombres y puyas, lo que hizo que soltara un “Tch” entre los dientes y lo volviera a lanzar al colchón.
Cuando el molesto sol de fin de semana le dio en la cara, se volteó sobre el colchón e ignoró la alarma, que era Keila saltando sobre su cama. A la enésima, le pisó el dedo del pie, cosa que le hizo despertar como un huracán de pelos enfurecido cuando Marceline se transformó en un enorme murciélago y por poco hacía pasar la cara de Keila por todos los colores del arco iris. Cuando se le hubo pasado el enojo, se dio cuenta que era de mañana… y era sábado.
- Ay… pero tengo una flojera de salir… – bostezó, con el cepillo entre los dientes y el cabello enmarañado, mientras veía a Bongo y Guy limpiar el departamento donde estaban.
Keila se mantenía sobre el sofá para ver si encontraba los supuestos bichos que dicen comer la piel muerta de las personas, afirmando que eran una plaga al estar en todos los sillones y que no descansaría hasta encontrarlos todos. Los tres individuos con sentido común la dejaron “a su bola” (como había dicho Marcy), y cada uno fue a hacer lo que tenía que hacer. Vestida, salió a eso de las 9am, sorprendiéndose al ver a la muchacha en el mismo bus que ella. Se escondió hecha murciélago (el pequeño, claro) detrás del asiento de ella, esperando a llegar mientras hacía vagos intentos de quitarle el cintillo que traía puesto. ¡Sus manos eran muy pequeñas y era demasiada distancia, Agh!
Cuando se bajó, Marceline le siguió de lejitos por el cielo, para finalmente esconderse entre unos arbustos y empezar a vigilarla. Pero, ¿Por qué no simplemente se daba a presencia? ¡Simple! Quería ver qué tanto necesitaba de Marceline. Pasados los minutos de las 11, se le hizo irresistible el dejar de mirar esa carita molesta que traía, pero sabía que después no le dejaría comer, así que… bueno, hay que entrarle.
Voló hacia su dirección y se posó encima de su cabeza muy suavemente, procurando no llamar demasiado la atención de que una gran bolita de pelo con alas acaba de aterrizar sobre ella. Comiéndose el color de una de las flores que traía en su cabeza, se ahogó un poco sacando tos seca:
- Agh, qué asco. Es el peor color rojo que he probado en mis mil años de vida – dijo, fingiendo “morirse” para deslizarse por delante de la cara de Yuki con la esperanza de que la atrapara.
- Clothes:
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
Estaba comenzando a perder la paciencia y decidir ir por si sola, pero confiaba en que la traviesa vampiresa apareciera.
Creyó sentir algo en su cabeza, pero sólo volteó de reojo y no vio nada, así que siguió a lo suyo. Hasta que una pequeña vocecita sonó arriba en su cabeza, delatando su ubicación. Al caer Yuki la atrapa con ambas manos: el pequeño murciélago que resultaria ser su cita. -Oh ¡hola pequeño amiguito! ¿No estás un poco extraviado?- Lógico, un murciélago en el día.
Acariciaba al pequeño animal. -Bueno, tan si quiera te presentaste antes que mi cita...- Luego fue en eso que recordó que lo había escuchado hablar. -¡Momento!...Creo que te conozco- Ahora que se fijaba bien, parecía una versión en miniatura de lo que se había transformado Marcy el otro día en la escuela.-¡Marcy!- Dijo sorprendida antes de que la vampiresa dejara esa forma y se transformara en la versión que más conoce. -¡¿Cuánto tiempo me dejaste esperando a propósito?!- Exclamaba con su típica cara de indignación e inconsciente inflación de mejillas.
Fueron sólo unos segundos para que después Marceline volviera a su forma habitual siendo cargada por Yuki.
Creyó sentir algo en su cabeza, pero sólo volteó de reojo y no vio nada, así que siguió a lo suyo. Hasta que una pequeña vocecita sonó arriba en su cabeza, delatando su ubicación. Al caer Yuki la atrapa con ambas manos: el pequeño murciélago que resultaria ser su cita. -Oh ¡hola pequeño amiguito! ¿No estás un poco extraviado?- Lógico, un murciélago en el día.
Acariciaba al pequeño animal. -Bueno, tan si quiera te presentaste antes que mi cita...- Luego fue en eso que recordó que lo había escuchado hablar. -¡Momento!...Creo que te conozco- Ahora que se fijaba bien, parecía una versión en miniatura de lo que se había transformado Marcy el otro día en la escuela.-¡Marcy!- Dijo sorprendida antes de que la vampiresa dejara esa forma y se transformara en la versión que más conoce. -¡¿Cuánto tiempo me dejaste esperando a propósito?!- Exclamaba con su típica cara de indignación e inconsciente inflación de mejillas.
Fueron sólo unos segundos para que después Marceline volviera a su forma habitual siendo cargada por Yuki.
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
Llevaba la lengua afuera y la mirada hacia arriba, incluso quiso brindarle una pose más dramática a su actuación con una pata estirada y una mano en la frente, simulando la muerte de Julieta según la escritura original de Shakespeare. Tras escuchar su nombre, la sonrisa que apareció entre sus labios se hizo inevitable, rompiendo completamente con su esquema de animal muerto. Rompió a carcajadas, dejándose caer completamente sobre la muchacha hasta volver a transformarse en la chica vampiro. Le abrazó por el cuello y le miró con ojos de borrego, aunque siendo sinceros, sus ojos rojos y acuchillados no servían para nada con ese intento de mirarle inocentemente.
- ¡Oh, mi heroína! – gritó con el mismo drama, captando la atención de algunos al pasar tras soltar otras carcajadas; pero ya se encontraba muy ocupada “compensando a su caballero de blanca armadura” con llenarle toda la cara con lápiz labial oscuro, aunque no consiguió tocar los labios – No mucho tiempo. Te vi subiéndote a mi mismo autobús y traté de comer algún aperitivo mientras esperaba a nuestra estación, pero ya me di cuenta que fue una pérdida de tiempo, tu accesorio sabe horrible. ¿Serías tan gentil de bajarme, lindura? – sonrió con suficiencia, y luego aterrizó suavemente al suelo.
Caminó un poco para ver la entrada del Acuario, ¡Vaya, se ve tan… azul! (¿En serio?) La muchacha se estiró con pereza como si recién se hubiera levantado, y volteándose a mirar de reojo a la humana, dio una vuelta en sus talones mientras levantaba los brazos, haciendo un ademán de preguntar cómo se veía. Volvió hacia ella, con el mismo aire de infante, y le estiró ambas mejillas antes de rodearle los hombros sorpresivamente con su brazo entero.
- Lo importante es que ya estás conmigo, ¿No? Y para darte mi palabra de que estaremos solas, hasta me he dejado el celular. Sé que lo lamentaré cuando llegue a mi casa… pero mientras tanto vamos a ver qué podemos hacer por aquí. ¿Sabes si alguno de esos delfines rosas está por aquí? Escuché que su carne es deliciosa~ –riendo entre dientes, la empezó a arrastrar hasta la entrada del arcadia.
- ¡Oh, mi heroína! – gritó con el mismo drama, captando la atención de algunos al pasar tras soltar otras carcajadas; pero ya se encontraba muy ocupada “compensando a su caballero de blanca armadura” con llenarle toda la cara con lápiz labial oscuro, aunque no consiguió tocar los labios – No mucho tiempo. Te vi subiéndote a mi mismo autobús y traté de comer algún aperitivo mientras esperaba a nuestra estación, pero ya me di cuenta que fue una pérdida de tiempo, tu accesorio sabe horrible. ¿Serías tan gentil de bajarme, lindura? – sonrió con suficiencia, y luego aterrizó suavemente al suelo.
Caminó un poco para ver la entrada del Acuario, ¡Vaya, se ve tan… azul! (¿En serio?) La muchacha se estiró con pereza como si recién se hubiera levantado, y volteándose a mirar de reojo a la humana, dio una vuelta en sus talones mientras levantaba los brazos, haciendo un ademán de preguntar cómo se veía. Volvió hacia ella, con el mismo aire de infante, y le estiró ambas mejillas antes de rodearle los hombros sorpresivamente con su brazo entero.
- Lo importante es que ya estás conmigo, ¿No? Y para darte mi palabra de que estaremos solas, hasta me he dejado el celular. Sé que lo lamentaré cuando llegue a mi casa… pero mientras tanto vamos a ver qué podemos hacer por aquí. ¿Sabes si alguno de esos delfines rosas está por aquí? Escuché que su carne es deliciosa~ –riendo entre dientes, la empezó a arrastrar hasta la entrada del arcadia.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
Miró con desaprobación las burlas de Marcy mientras ella seguía sosteniéndola. -¡Debes de saber que es de mala educación dejar a esperar a una chica!- Se trataba de Marceline, ¡Era obvio que no le iba a importar!.
Aprobó el atuendo de Marcy, claro que a su modo: sonrojada, mirando para otro lado y en voz baja. -Te ves bien- Después las mejillas de Yuki fueron "asaltadas" por las juguetonas manos de Marceline, que luego la tomó por lo hombros para llevarla adentro.
-¡Marcy! También prometiste nada de vandalismo- Le recriminaba mientras caminaba junto con ella, para que luego Yuki moviera la mano de Marcy y abrazara la otra que estaba enseguida de ella.
-Bueno, es un acuario, deben tener espectáculos también- Son comunes los shows con delfines, orcas, leones marinos, entre otras cosas.
Caminaron un poco en lo que pensaban qué harían cuando Yuki interrumpió. -¿Sabes? En el acuario de Osaka tienen un tiburón ballena. ¡Bastante grande!
Aprobó el atuendo de Marcy, claro que a su modo: sonrojada, mirando para otro lado y en voz baja. -Te ves bien- Después las mejillas de Yuki fueron "asaltadas" por las juguetonas manos de Marceline, que luego la tomó por lo hombros para llevarla adentro.
-¡Marcy! También prometiste nada de vandalismo- Le recriminaba mientras caminaba junto con ella, para que luego Yuki moviera la mano de Marcy y abrazara la otra que estaba enseguida de ella.
-Bueno, es un acuario, deben tener espectáculos también- Son comunes los shows con delfines, orcas, leones marinos, entre otras cosas.
Caminaron un poco en lo que pensaban qué harían cuando Yuki interrumpió. -¿Sabes? En el acuario de Osaka tienen un tiburón ballena. ¡Bastante grande!
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
- Siiii siii, nada de vandalismos. Lo sé. – rodó los ojos, su voz era una completa ironía mezclada con la mofa – Para probarte mi “fidelidad”, ni siquiera Keila está enterada de nuestra salida, así que no tienes por qué ponerte celosa y ella tampoco. –alzó los hombros, mirándole de reojo con otra sonrisita – Estaba demasiado ocupada haciendo una tarea importantísima como para escuchar que le voy a planchar el cabello, o cosas así. En fin, se supone que esta cita es entre las dos, no sólo soy yo… Aunque sería divertido salir conmigo misma.
No consideraba la idea de mezclar una ballena con un tiburón por la simple razón de que las imágenes que estaban en su cabeza no eran precisamente “adorables” del proceso de una familia feliz de mamíferos, era como imaginarse un cangrejo con un perro, y que el perro sea el hombre de la relación; o un banshee con un dementor… Bueno, esos no harían tan mal pareja, de seguro su beso de la muerte debe ser algo que quedase para la historia. Pero ese tipo de relaciones no deberían ir al caso… El punto es que le produjo un escalofrío como se imaginó cualquier cosa, así que se limitó a abrir la puerta.
Lo primero que encontró allí fueron escaleras y poca luz, algo que le extrañó demasiado y, si no fuera porque era cosa de los humanos, lo sentiría hasta sospechoso. Arqueó una ceja y soltó un “Hmm”, empezando a bajar los escalones y abrazando con más fuerza a la muchacha, atrayéndole contra sí. Más adelante, hubo una especie de resplandor azulado en el suelo, lo que le hizo saber que al parecer estaban llegando al final. Cuando la luz de los pasillos le cegó por unos breves instantes, no se dio cuenta de que estaba en un largo pasillo en forma de arco, en donde habían peces y peces a su alrededor, como si estuvieran en algo como un tubo subterráneo. Hasta Marceline se sorprendió un poco por la creatividad del asunto, debía de ser alguna especie de cámara especial o algo así, pero no le importó.
- Debería llevarle un par de peces a Keila, estoy segura de que les gustarán mucho y aquí tienen de sobra – pensó en voz alta, mirando a su alrededor mientras una horda de peces amarillos y pequeños pasaban por sus cabezas. Al otro lado del pasillo habían otras escaleras, lo que suponía que sería otra habitación, pero la vampiro caminó hasta unas pequeñas bancas que estaban cerca de los vidrios y los peces para separarse de la azabache y así sentarse – Dame un segundo para descansar, estoy agotada de haber volado tanto y ser cargada por ti durante tan poco tiempo – suspiró, montando una pierna sobre la otra.
No consideraba la idea de mezclar una ballena con un tiburón por la simple razón de que las imágenes que estaban en su cabeza no eran precisamente “adorables” del proceso de una familia feliz de mamíferos, era como imaginarse un cangrejo con un perro, y que el perro sea el hombre de la relación; o un banshee con un dementor… Bueno, esos no harían tan mal pareja, de seguro su beso de la muerte debe ser algo que quedase para la historia. Pero ese tipo de relaciones no deberían ir al caso… El punto es que le produjo un escalofrío como se imaginó cualquier cosa, así que se limitó a abrir la puerta.
Lo primero que encontró allí fueron escaleras y poca luz, algo que le extrañó demasiado y, si no fuera porque era cosa de los humanos, lo sentiría hasta sospechoso. Arqueó una ceja y soltó un “Hmm”, empezando a bajar los escalones y abrazando con más fuerza a la muchacha, atrayéndole contra sí. Más adelante, hubo una especie de resplandor azulado en el suelo, lo que le hizo saber que al parecer estaban llegando al final. Cuando la luz de los pasillos le cegó por unos breves instantes, no se dio cuenta de que estaba en un largo pasillo en forma de arco, en donde habían peces y peces a su alrededor, como si estuvieran en algo como un tubo subterráneo. Hasta Marceline se sorprendió un poco por la creatividad del asunto, debía de ser alguna especie de cámara especial o algo así, pero no le importó.
- Debería llevarle un par de peces a Keila, estoy segura de que les gustarán mucho y aquí tienen de sobra – pensó en voz alta, mirando a su alrededor mientras una horda de peces amarillos y pequeños pasaban por sus cabezas. Al otro lado del pasillo habían otras escaleras, lo que suponía que sería otra habitación, pero la vampiro caminó hasta unas pequeñas bancas que estaban cerca de los vidrios y los peces para separarse de la azabache y así sentarse – Dame un segundo para descansar, estoy agotada de haber volado tanto y ser cargada por ti durante tan poco tiempo – suspiró, montando una pierna sobre la otra.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
Podría sentirse aliviada al saber que Marceline prometió su trato de que sólo estarían ellas dos en la cita y que trataría de "comportarse", claro que aun así Yuki no iba a dejar de vigilar las acciones de Marcy, ¡Ella era alguien de cuidado! Aquí es cuando uno se pregunta qué hacen una vampiresa de siglos de edad con una chica de sólo 16, con personalidades diferentes en una cita.
-¡Tan modesta como de costumbre!- Se decía en su interior al escuchar tan egocéntrico comentario. Aun así no le sorprendía el comentario de Marcy en lo más mínimo.
Yuki se dedicó a observar todo el panorama que ofrecía el acuario en lo que su cita se dedicaba en pensar quién sabe qué. Hasta que fue llevaba a otra sala del lugar donde se podían ver los peces de una forma que podría asemejarse el suelo marino. -¡No me gustaría enterarme que trajiste a Keila a comer aquí!- Le recriminaba aquella broma con un acento un poco maternal.
Soltó a Marcy cuando esta se dirigió a sentarse. -Tal vez si caminaras más y flotarás menos no te cansarías tan rápido- Comentó mirándola de reojo, y luego se acercó al cristal para observar los peces. -Tal vez no disfrutes ver esto, pero yo estoy pasando un rato agradable aun así- Le tendió una sonrisa a Marceline que estaba sentada en la banca enseguida de donde se encontraba Yuki
-¡Tan modesta como de costumbre!- Se decía en su interior al escuchar tan egocéntrico comentario. Aun así no le sorprendía el comentario de Marcy en lo más mínimo.
Yuki se dedicó a observar todo el panorama que ofrecía el acuario en lo que su cita se dedicaba en pensar quién sabe qué. Hasta que fue llevaba a otra sala del lugar donde se podían ver los peces de una forma que podría asemejarse el suelo marino. -¡No me gustaría enterarme que trajiste a Keila a comer aquí!- Le recriminaba aquella broma con un acento un poco maternal.
Soltó a Marcy cuando esta se dirigió a sentarse. -Tal vez si caminaras más y flotarás menos no te cansarías tan rápido- Comentó mirándola de reojo, y luego se acercó al cristal para observar los peces. -Tal vez no disfrutes ver esto, pero yo estoy pasando un rato agradable aun así- Le tendió una sonrisa a Marceline que estaba sentada en la banca enseguida de donde se encontraba Yuki
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
- Tch, ¡Claro que camino! ¿Qué crees que hago en mis conciertos? ¿Flotar sobre el público a riesgo de que me quiten las bragas?… Bueno, n suena tan mal… La idea de flotar sobre ellos, claro. – respondió con impaciencia, jugando con la pierna que colgaba mientras miraba de reojo cómo la muchachita se quedaba como tonta mirando un montón de peces.
No puede negarlo, el lugar tiene buena pinta, pero esperaba algo un poco más alucinante que pegar la cara al cristal para ver cómo un montón de peces pasan frente a ti sin hacer la gran cosa. Con la manos en la nuca y recostándose del cristal, pensó que quizás la idea del tiburón ballena no fuera mala idea. Deberían tener uno por aquí, o al menos eso lo aspiraba con el comentario de la azabache. Si había uno en Osaka, ¿Qué cosa impedía que en el Arcadia hubiese uno también? No, mejor dos. El lugar parecía lo suficientemente grande para ocupar al menos a tres, a fin de cuentas, debían de haber metros y metros de construcción para retener tantos peces.
- Me gustaría saber si alguien se ha ahogado allí dentro, – pensó en voz alta, quizás demasiado al atraer un par de miradas, desinteresada del estado de ánimo de Yuki – o si por lo menos dejan dar alguna interacción con los peces, me gustaría ver que alguien estuviese ahí metido siento devorado por pirañas… ¿Hay piratas, verdad? – miró de reojo a Yuki, haciendo un gesto con los labios como si fuera una sonrisa a medias – Bueno, no nos quedemos todo el día aquí en éste agujero. Quiero saber si hay una habitación para peces que gustan la oscuridad… si me entiendes – sonriéndole y mordiéndose ligeramente el labio, le dio un codazo suave y se levantó, estirándose, para caminar a la otra habitación.
No puede negarlo, el lugar tiene buena pinta, pero esperaba algo un poco más alucinante que pegar la cara al cristal para ver cómo un montón de peces pasan frente a ti sin hacer la gran cosa. Con la manos en la nuca y recostándose del cristal, pensó que quizás la idea del tiburón ballena no fuera mala idea. Deberían tener uno por aquí, o al menos eso lo aspiraba con el comentario de la azabache. Si había uno en Osaka, ¿Qué cosa impedía que en el Arcadia hubiese uno también? No, mejor dos. El lugar parecía lo suficientemente grande para ocupar al menos a tres, a fin de cuentas, debían de haber metros y metros de construcción para retener tantos peces.
- Me gustaría saber si alguien se ha ahogado allí dentro, – pensó en voz alta, quizás demasiado al atraer un par de miradas, desinteresada del estado de ánimo de Yuki – o si por lo menos dejan dar alguna interacción con los peces, me gustaría ver que alguien estuviese ahí metido siento devorado por pirañas… ¿Hay piratas, verdad? – miró de reojo a Yuki, haciendo un gesto con los labios como si fuera una sonrisa a medias – Bueno, no nos quedemos todo el día aquí en éste agujero. Quiero saber si hay una habitación para peces que gustan la oscuridad… si me entiendes – sonriéndole y mordiéndose ligeramente el labio, le dio un codazo suave y se levantó, estirándose, para caminar a la otra habitación.
Marceline- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 282
Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
A los ojos de Yuki, Marcy parecía aburrirse, además lo podía notar por la forma en que pensaba en voz alta. La chica de piel como la nieve se divertí, pero ver a su cita que estaba ahí por la fuerza no se le hacía justo, aunque fuese Marceline.
-¡No! No hay nadie siendo deborado por pirañas o ahogado. Pero tal vez si tenga pirañas o animales más...de tu agrado- Al fin y al cabo era un acuario grande.
Se acercó a Marcy, la tomó del brazo, pero para seguirla. -Podemos a ir a los shows con focas, y si te portas bien iremos a ver esos peces que mencionaste al último- No se sabía con exactitud si Yuki había entendido claramente lo que dijo Marcy o no.
-¡No! No hay nadie siendo deborado por pirañas o ahogado. Pero tal vez si tenga pirañas o animales más...de tu agrado- Al fin y al cabo era un acuario grande.
Se acercó a Marcy, la tomó del brazo, pero para seguirla. -Podemos a ir a los shows con focas, y si te portas bien iremos a ver esos peces que mencionaste al último- No se sabía con exactitud si Yuki había entendido claramente lo que dijo Marcy o no.
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
Mensajes : 688
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
Como caminaba con los ojos cerrados como si se supiera el lugar de memoria, no fue de extrañar que mirara con un ojo abierto a la muchacha y un gesto torcido con los labios, dejando al aire un colmillo que peligrosamente brillaba bajo las luces del acuario. Se abstuvo de sonreír, porque era obvio que estaba disfrutando que la muchacha le estuviera persiguiendo e insistiendo tanto, ¿No había un término para eso? En vulgares, si, pero era mejor el no decirlo; o al menos no por ahora.
Le tomó de la misma mano de la que le sujetaba como si fuese un gesto de consuelo, pero tampoco dijo nada. En cambio, se rió tan siniestramente que el sonido de sus botas se hizo como eco en la habitación, a lo que unas personas voltearon a mirar de reojo (a las que pasaron de frente, pues) a la enorme melena y a la muchachita que parecía hablarle a una bola de pelo con patas a espaldas. Y en efecto, Yuki tenía razón en cuanto a la extensión del acuario: La siguiente habitación era bastante amplia, de piso oscuro y muchos cristales con peces en las paredes, como en el principio, y un gran acuario en el centro, que producía la iluminación del lugar. Habían plantas alrededor, como para que el sitio no se viera tan “vacío”, Marceline se le acercó a un pequeño grupo de peces que miraba un niño de posiblemente 8 años, y cuando puso la peor cada de demonio para espantar al niño, los peces también fueron a esconderse como todo unos cobardes.
- ¡¿Viste eso?! ¡Hice correr al niño con el rabo entre las piernas y a los peces! – dijo con cierta emoción a Yuki, casi como una niña pequeña, si no hubiera sido por la espantosa risa maligna que relució en el lugar y espantó a unos peces que estaban cerca – Mira, para allá está el espectáculo de esos perros de agua feos, vamos a consentirte y después hacemos lo que quiera – alzó los hombros, arrastrándola en dirección a la puerta a la que resonaban gritos de personas – y creo tener algo en mente – por si ella no lo había entendido por su tono de voz tan sugestivo, le hizo andar por delante de ella con una nalgada, que resonó por la habitación al igual que sus risas.
A diferencia de lo encerrados que eran las otras habitaciones, esta era al aire libre. Parecía un domo con agua, ya que en el centro había una gran piscina. La luz era algo molesta para los ojos de Marceline, así que cuando nadie miraba, le quitó una sombrilla a una señora de lentes oscuros para caminar y llegar a donde la azabache. Se sentó en primera fila, causando que algunas personas se quejaran de la sombrilla ya que no les dejaba ver. Le restó importancia, y a cambio, le pasó un brazo por los hombros de la muchacha y la atrajo para que se recostara de su hombro y le pegara la sombra, pero por supuesto, sólo para que supieran que estaba con ella (a sus espaldas, las personas se levantaban de vez en cuando para ver).
- ¡Bienvenidos! – dijo el presentador, que llevaba un traje apretadísimo de natación y estaba en la orilla de lo que parecía ser un trampolín («Agh, mira cómo se le ve el grifillo. ¿Lo puedes ver? Es igual que ver a un hombre con mallas de ballet… pero se le ve grande» susurró la vampiro a Yuki, señalando en dirección al “grifillo” del presentador) – ¡El espectáculo está a punto de comerzar!
El hombre, caminando fuera de la trampilla, usó un silbato bastante molesto para los oídos de Marceline, y en seguida emergieron del agua varias focas que aplaudían para saludar al público (algo tonto a opinión de Marceline). El presentador se acercó a ellos y les acarició la cabeza, y estos le lanzaron agua a la cara como gesto de cariño. La gente se rió por ello, pero mientras, ella seguía con lo suyo («Por Dios, ¿No le dolerá cuando se agacha? Parece que estuviera aplastándose…»).
- ¿Hay algún valiente que quiera venir a saludar a las focas?
Le tomó de la misma mano de la que le sujetaba como si fuese un gesto de consuelo, pero tampoco dijo nada. En cambio, se rió tan siniestramente que el sonido de sus botas se hizo como eco en la habitación, a lo que unas personas voltearon a mirar de reojo (a las que pasaron de frente, pues) a la enorme melena y a la muchachita que parecía hablarle a una bola de pelo con patas a espaldas. Y en efecto, Yuki tenía razón en cuanto a la extensión del acuario: La siguiente habitación era bastante amplia, de piso oscuro y muchos cristales con peces en las paredes, como en el principio, y un gran acuario en el centro, que producía la iluminación del lugar. Habían plantas alrededor, como para que el sitio no se viera tan “vacío”, Marceline se le acercó a un pequeño grupo de peces que miraba un niño de posiblemente 8 años, y cuando puso la peor cada de demonio para espantar al niño, los peces también fueron a esconderse como todo unos cobardes.
- ¡¿Viste eso?! ¡Hice correr al niño con el rabo entre las piernas y a los peces! – dijo con cierta emoción a Yuki, casi como una niña pequeña, si no hubiera sido por la espantosa risa maligna que relució en el lugar y espantó a unos peces que estaban cerca – Mira, para allá está el espectáculo de esos perros de agua feos, vamos a consentirte y después hacemos lo que quiera – alzó los hombros, arrastrándola en dirección a la puerta a la que resonaban gritos de personas – y creo tener algo en mente – por si ella no lo había entendido por su tono de voz tan sugestivo, le hizo andar por delante de ella con una nalgada, que resonó por la habitación al igual que sus risas.
A diferencia de lo encerrados que eran las otras habitaciones, esta era al aire libre. Parecía un domo con agua, ya que en el centro había una gran piscina. La luz era algo molesta para los ojos de Marceline, así que cuando nadie miraba, le quitó una sombrilla a una señora de lentes oscuros para caminar y llegar a donde la azabache. Se sentó en primera fila, causando que algunas personas se quejaran de la sombrilla ya que no les dejaba ver. Le restó importancia, y a cambio, le pasó un brazo por los hombros de la muchacha y la atrajo para que se recostara de su hombro y le pegara la sombra, pero por supuesto, sólo para que supieran que estaba con ella (a sus espaldas, las personas se levantaban de vez en cuando para ver).
- ¡Bienvenidos! – dijo el presentador, que llevaba un traje apretadísimo de natación y estaba en la orilla de lo que parecía ser un trampolín («Agh, mira cómo se le ve el grifillo. ¿Lo puedes ver? Es igual que ver a un hombre con mallas de ballet… pero se le ve grande» susurró la vampiro a Yuki, señalando en dirección al “grifillo” del presentador) – ¡El espectáculo está a punto de comerzar!
El hombre, caminando fuera de la trampilla, usó un silbato bastante molesto para los oídos de Marceline, y en seguida emergieron del agua varias focas que aplaudían para saludar al público (algo tonto a opinión de Marceline). El presentador se acercó a ellos y les acarició la cabeza, y estos le lanzaron agua a la cara como gesto de cariño. La gente se rió por ello, pero mientras, ella seguía con lo suyo («Por Dios, ¿No le dolerá cuando se agacha? Parece que estuviera aplastándose…»).
- ¿Hay algún valiente que quiera venir a saludar a las focas?
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Edad : 25
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
Estaban en aquella habitación grande con varios tipos de peces. Yuki estaba ocupada distrayéndose con la gran variedad de peces hasta que los gritos agudos de un niño espantado la sacaron de "su mundo" trayéndole a la realidad. -¡Marcy, eso no es anda bonito!- Le dijo a lo bajo mientras volteaba a ver de reojo a su alrededor si esta no había atraído la atención de toda la gente en el acuario.
Marcy la distrajo con el show de leones marinos, mientras parecía hacerle una sugerencia más -¿Qué otra...?- Fue interrumpida por la repentina palmada en la nalga que la avergonzó más -¡Marcy, aquí no!- Fue conducida afuera hacia el espectáculo.
Allá afuera la iluminación era muy diferente al interior, y Yuki podía notar que no era del agrado de la vampiresa ya que tuvo que "tomar prestada" una sombrilla de un desconocido. -¡Disculpe! ¡permiso!...- Repetía esas palabras mientras pasaron hacia enfrente a sentarse. Yuki apenada más por el comportamiento de su cita.
El entrenador y maestro de ceremonias se dirigió al público, Yuki trataba de escucharlo, pero los comentarios de Marcy fueron más audibles. -grifi...¿qué?- Estaba confundida hasta que Marcy le indicó a qué se trataba. Al saberlo se sonrojó a más no poder por tal comentario.
El show parecía continuar mientras la joven de tez blanca trataba de ignorar uno que otro comentario inapropiado de Marceline, a veces con éxito y a veces sin éxito. En eso, el sujeto hizo una invitación hacia el público para un valiente que fuera a saludar a las focas. Yuki quedó pensativa un rato si atreverse o no, pero en una fracción de segundo, por motivación interior -y al parecer exterior por parte de Marcy.
Se fue al escenario a saludar a las focas. -¿Cuál es su nombre señorita?- Preguntó mientras una de las focas parecía tenderle una aleta para saludar a la chica. -Eh...Yuki- Con su típica voz en un tono bajo y apenada le respondió. Luego, el entrenador le tendió una pequeña pelota a Yuki para que la lanzara a la foca y esta la mantuviera equilibrada en su nariz y luego se la volviera a pasar a Yuki. Después de los aplausos, Yuki puso su mejilla para que la boca le diera un "beso"
Marcy la distrajo con el show de leones marinos, mientras parecía hacerle una sugerencia más -¿Qué otra...?- Fue interrumpida por la repentina palmada en la nalga que la avergonzó más -¡Marcy, aquí no!- Fue conducida afuera hacia el espectáculo.
Allá afuera la iluminación era muy diferente al interior, y Yuki podía notar que no era del agrado de la vampiresa ya que tuvo que "tomar prestada" una sombrilla de un desconocido. -¡Disculpe! ¡permiso!...- Repetía esas palabras mientras pasaron hacia enfrente a sentarse. Yuki apenada más por el comportamiento de su cita.
El entrenador y maestro de ceremonias se dirigió al público, Yuki trataba de escucharlo, pero los comentarios de Marcy fueron más audibles. -grifi...¿qué?- Estaba confundida hasta que Marcy le indicó a qué se trataba. Al saberlo se sonrojó a más no poder por tal comentario.
El show parecía continuar mientras la joven de tez blanca trataba de ignorar uno que otro comentario inapropiado de Marceline, a veces con éxito y a veces sin éxito. En eso, el sujeto hizo una invitación hacia el público para un valiente que fuera a saludar a las focas. Yuki quedó pensativa un rato si atreverse o no, pero en una fracción de segundo, por motivación interior -y al parecer exterior por parte de Marcy.
Se fue al escenario a saludar a las focas. -¿Cuál es su nombre señorita?- Preguntó mientras una de las focas parecía tenderle una aleta para saludar a la chica. -Eh...Yuki- Con su típica voz en un tono bajo y apenada le respondió. Luego, el entrenador le tendió una pequeña pelota a Yuki para que la lanzara a la foca y esta la mantuviera equilibrada en su nariz y luego se la volviera a pasar a Yuki. Después de los aplausos, Yuki puso su mejilla para que la boca le diera un "beso"
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
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Edad : 32
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
¡WOOP! La mano de la azabache misteriosamente se había levantado y la llevaron hasta cerca del presentador de la malla ajustada («En serio, ¿Cómo caminará sin que le duela? Si yo tuviera uno de esos aún sin esa entrepierna estaría incomodísima, y lo digo por experiencia» se cambió de pierna, como si eso rectificara su mala experiencia, además de la cara que había puesto), saludando a Yuki a distancia y sintiendo la mirada maligna de algunos que no veían nada a causa de la sombrilla.
¿Sólo saludarlo, en serio? ¡Ella no pagó para que fuese a tocar un perro feo que aplaude como si tuviera mongolismo, ella vino por un espectáculo! (la verdad no había pagado nada, pero ya la conocen). Sentía que la cabeza le reventaría de la ira por tal descaro, ¡Ella no lo aguantaría! Se levantó de su asiento, todavía con la sombrilla abierta, y se incorporó al lado del presentador y de Yuki para abrirse paso, quedando frente al animal que le miraba con extrema curiosidad.
- ¡Hey, perro! ¿No sabes hacer otra cosa que no sea saludar y aplaudir como un idiota? - dijo, malhumorada, ganándose la atención del presentador al mirarle con los ojos pelados.
La foca, sin embargo, parecía que no la entendía o no le prestaba atención, porque lo primero que hizo fue aplaudirle en toda la cara como si le sonriera de oreja a oreja. Ganándose un mayor nivel de desagradao en el termómetro de Marceline, el animal se echó un poco hacia atrás y usó su cola para tirarle el agua, haciendo que su cabello se mojara y ella pelara los ojos igual que el presentador, pero mucho más grandes y rojos de la ira.
El público se rió, y la foca volvió a aplaudir como si no supiera hacer otra cosa. La vampiro, por su parte, se cabreó a más no poder, y bajando la sombrilla para dejarse exponer ante el aún más irritante sol, se quitó las botas lo más rápido que pudo y se las tendió en las manos al presentador, las pulseras y demás accesorios se las dio a Yuki.
- ¡Ya verás, estúpido animal! - dijo, y se lanzó al agua para nadar a toda velocidad al animal, quién sólo le vacilaba nadando mas rápido (lo que ponía aún más molesta a Marceline) hasta llegar a un punto en que la atrapó y la terminó usando como pelota con su cola.
¿Sólo saludarlo, en serio? ¡Ella no pagó para que fuese a tocar un perro feo que aplaude como si tuviera mongolismo, ella vino por un espectáculo! (la verdad no había pagado nada, pero ya la conocen). Sentía que la cabeza le reventaría de la ira por tal descaro, ¡Ella no lo aguantaría! Se levantó de su asiento, todavía con la sombrilla abierta, y se incorporó al lado del presentador y de Yuki para abrirse paso, quedando frente al animal que le miraba con extrema curiosidad.
- ¡Hey, perro! ¿No sabes hacer otra cosa que no sea saludar y aplaudir como un idiota? - dijo, malhumorada, ganándose la atención del presentador al mirarle con los ojos pelados.
La foca, sin embargo, parecía que no la entendía o no le prestaba atención, porque lo primero que hizo fue aplaudirle en toda la cara como si le sonriera de oreja a oreja. Ganándose un mayor nivel de desagradao en el termómetro de Marceline, el animal se echó un poco hacia atrás y usó su cola para tirarle el agua, haciendo que su cabello se mojara y ella pelara los ojos igual que el presentador, pero mucho más grandes y rojos de la ira.
El público se rió, y la foca volvió a aplaudir como si no supiera hacer otra cosa. La vampiro, por su parte, se cabreó a más no poder, y bajando la sombrilla para dejarse exponer ante el aún más irritante sol, se quitó las botas lo más rápido que pudo y se las tendió en las manos al presentador, las pulseras y demás accesorios se las dio a Yuki.
- ¡Ya verás, estúpido animal! - dijo, y se lanzó al agua para nadar a toda velocidad al animal, quién sólo le vacilaba nadando mas rápido (lo que ponía aún más molesta a Marceline) hasta llegar a un punto en que la atrapó y la terminó usando como pelota con su cola.
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Fecha de inscripción : 28/07/2014
Edad : 25
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
La vampiresa, molesta, saltó de su asiento para confrontar al tan animado animal, que por obvias razones, no parecía entender los disgustos de Marceline, haciendo que esta se moleste más.
-¡Espera, Marcy! ¡No tienes por qué hacer eso!- Yuki trataba de calmar a la vampiro, pero esta parecía estar más al pendiente del animal. Yuki sólo sentía pena al estar en medio de tal espectáculo.
En medio del pleito, la foca terminó por salpicar haciendo que Marcy fuera la más empapada en la situación, cosa que provocó más enojo.
-¡Oh, no! Esto se va a poner mal- Cuando Yuki se volvió a dar cuenta, ya tenía los accesorios de Marceline en las manos y la vampiresa ya estaba en el estanque tratando de alcanzar a la foca.
-¡Marcy, vuelve! ¡No lograrás nada!- La chica le gritaba, pero todo esto era inútil y más cuando la foca agarró como pelota a la chica vampiro. Ahí fue cando Yuki sintió que debía hacer algo ya que al parecer el animal no le hacia caso a su entrenador que sólo miraba sorprendido. En eso, en un acto inconsciente, la chica se lanza al estanque para ir por Marcy.
Nadó hasta donde se encontraban, y la foca al ver a Yuki dejó lo que hacia y parecía pedirle a Yuki que jugara con él. -Muy lindo, chico. Pero tienes a mi cita, así que creo que tendrás que devolvérmela- Acarició al animal y tomó a Marceline de la mano para luego volver hasta la orilla. -¡Sólo quería una cita normal!
Corriendo Yuki alcanzó a tomar los accesorios y las botas de la vampiresa, y ambas tomaron una de las puertas que dirigían al interior del acuario tratándose de ocultar de la gente.
-¡Espera, Marcy! ¡No tienes por qué hacer eso!- Yuki trataba de calmar a la vampiro, pero esta parecía estar más al pendiente del animal. Yuki sólo sentía pena al estar en medio de tal espectáculo.
En medio del pleito, la foca terminó por salpicar haciendo que Marcy fuera la más empapada en la situación, cosa que provocó más enojo.
-¡Oh, no! Esto se va a poner mal- Cuando Yuki se volvió a dar cuenta, ya tenía los accesorios de Marceline en las manos y la vampiresa ya estaba en el estanque tratando de alcanzar a la foca.
-¡Marcy, vuelve! ¡No lograrás nada!- La chica le gritaba, pero todo esto era inútil y más cuando la foca agarró como pelota a la chica vampiro. Ahí fue cando Yuki sintió que debía hacer algo ya que al parecer el animal no le hacia caso a su entrenador que sólo miraba sorprendido. En eso, en un acto inconsciente, la chica se lanza al estanque para ir por Marcy.
Nadó hasta donde se encontraban, y la foca al ver a Yuki dejó lo que hacia y parecía pedirle a Yuki que jugara con él. -Muy lindo, chico. Pero tienes a mi cita, así que creo que tendrás que devolvérmela- Acarició al animal y tomó a Marceline de la mano para luego volver hasta la orilla. -¡Sólo quería una cita normal!
Corriendo Yuki alcanzó a tomar los accesorios y las botas de la vampiresa, y ambas tomaron una de las puertas que dirigían al interior del acuario tratándose de ocultar de la gente.
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
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Fecha de inscripción : 17/07/2014
Edad : 32
Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
- ¡YA VERÁS CUANDO TE PONGA LAS MANOS ENCIMA! – gritó, tratando de usar lo que repentinamente se habían vuelto garras para arañarle, pero ni de reojo le alcanzaban.
La foca reía y reía, al igual que el público, no fue entonces cuando la azabache fue a su rescate que la vampiro dejó de dar vueltas en el aire, cayendo de golpe en el agua. La gente reventaba de la risa, mientras la vampiro seguía tratando de arañar a la foca, con los ojos rojos y soltando un “HIS” de largo siseo hasta que salió de la piscina, siendo arrastrada por la muchacha hasta fuera del espectáculo. Volviendo a la sala circular de los peces y las peceras luminosas, la vampiro se separó de mala gana de Yuki, tambaleándose tal cual como si fuera una borracha sacada a la fuerza de su parranda.
- ¡¿Por qué hiciste eso?! ¡Lo tenía entre las cuerdas! – decía con obvia molestia, pero cayó de rodillas y cerró los ojos con fuerza – Agh… dame un segundo, demasiado sol. Acabaré negra después de todo ese estúpido pleito.
Tardó un par de segundos en recuperarse, se levantó lentamente cuidando de que no perdiese el equilibrio y se acercó hasta la azabache, quitándole sus cosas para ir a recostarse de una pared y ponerse sus botas y el resto de sus accesorios. Estrujó su cabello, y después de dejar de salir un pequeño chorro de agua, lo movió a todas direcciones para despeinarlo, lo echó hacia atrás, y volvió a su peinado habitual.
Se había puesto de mal humor, eso se le vio perfectamente en la cara. Se acercó sin decir nada a la muchacha, le pasó por un lado y volvió a la puerta del espectáculo, donde la foca seguía aplaudiendo y “bailando” feliz en la piscina. El presentador estaba tratando de disimular su mal shock, y el público tenía una radiante sonrisa. Sin embargo, cuando Marceline se expuso a la luz con los ojos entrecerrados y casi pareciendo que brotaba humo de ella, la gente intentó aguantarse la risa, aunque sus rostros cambiaron de una expresión de alegría irradiada a tener un susto de los feos, cuando la vampiro se había transformado en un gran murciélago de ojos brillantes y volvió a soltar un largo “¡HIIIISSSSSS!” sacando la lengua.
Volvió a la habitación donde dejó a su compañera, tomando la sombrilla a regañadientes y dando zancadas al largo pasillo, mirando al frente.
- Salgamos de aquí, no me gustan las estúpidas focas.
La foca reía y reía, al igual que el público, no fue entonces cuando la azabache fue a su rescate que la vampiro dejó de dar vueltas en el aire, cayendo de golpe en el agua. La gente reventaba de la risa, mientras la vampiro seguía tratando de arañar a la foca, con los ojos rojos y soltando un “HIS” de largo siseo hasta que salió de la piscina, siendo arrastrada por la muchacha hasta fuera del espectáculo. Volviendo a la sala circular de los peces y las peceras luminosas, la vampiro se separó de mala gana de Yuki, tambaleándose tal cual como si fuera una borracha sacada a la fuerza de su parranda.
- ¡¿Por qué hiciste eso?! ¡Lo tenía entre las cuerdas! – decía con obvia molestia, pero cayó de rodillas y cerró los ojos con fuerza – Agh… dame un segundo, demasiado sol. Acabaré negra después de todo ese estúpido pleito.
Tardó un par de segundos en recuperarse, se levantó lentamente cuidando de que no perdiese el equilibrio y se acercó hasta la azabache, quitándole sus cosas para ir a recostarse de una pared y ponerse sus botas y el resto de sus accesorios. Estrujó su cabello, y después de dejar de salir un pequeño chorro de agua, lo movió a todas direcciones para despeinarlo, lo echó hacia atrás, y volvió a su peinado habitual.
Se había puesto de mal humor, eso se le vio perfectamente en la cara. Se acercó sin decir nada a la muchacha, le pasó por un lado y volvió a la puerta del espectáculo, donde la foca seguía aplaudiendo y “bailando” feliz en la piscina. El presentador estaba tratando de disimular su mal shock, y el público tenía una radiante sonrisa. Sin embargo, cuando Marceline se expuso a la luz con los ojos entrecerrados y casi pareciendo que brotaba humo de ella, la gente intentó aguantarse la risa, aunque sus rostros cambiaron de una expresión de alegría irradiada a tener un susto de los feos, cuando la vampiro se había transformado en un gran murciélago de ojos brillantes y volvió a soltar un largo “¡HIIIISSSSSS!” sacando la lengua.
Volvió a la habitación donde dejó a su compañera, tomando la sombrilla a regañadientes y dando zancadas al largo pasillo, mirando al frente.
- Salgamos de aquí, no me gustan las estúpidas focas.
Marceline- Ocupación : Vocalista
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Re: El cordero y el lobo (Priv. Marceline)
Yuki miró molesta a la vampiresa que aún sentía que tenía "asuntos" que terminar con la foca. -¡Ves por que no tienes que molestar a los otros animales, niña!- Sonaba ahora con un tono más "maternal" si podría decir. Como si estuviera regañando a su pequeña prima de Japón.
-¡Oye! ¿A dónde..?- Marceline sin hacerle caso volvía a donde estaba el espectáculo. Yuki decidió quedarse a tratar de cercar también su cabello y sus botines que habían quedado totalmente empapados por haber entrado al estanque. -Compré este vestido específicamente para hoy y lo termino mojando...¡Ni Michiko era tan "especial" para las citas!- Refunfuñaba entre dientes mientras movía su diadema a la altura del cuello para tratar de dejar su cabello extendido y se secara más rápido
Volvió a mirar con molestia a Marceline cuando volvía que sólo se dedicó a tomarla de la mano y caminar hacia la salida. -¡Sí, ya puedo notar que no te agradan!- Le siguió su comentario.
Una vez afuera caminaron hasta una de las bancas que estaban ahí, y se sentó del lado que la sombrilla no bloqueara los rayos del sol para secarse lo más rápido.
-Bien...veo que es mucho pedirte no hacer un alboroto en donde vayas, ¿verdad?- No le iba a dar un sermón ya que esto sería inútil. Continuó secando su cabello. -Como veo que no entraremos a ese lugar en lo que resta del día, ¿alguna brillante idea?- Se quedó mirando a Marcy que le respondiera algo.
-¡Oye! ¿A dónde..?- Marceline sin hacerle caso volvía a donde estaba el espectáculo. Yuki decidió quedarse a tratar de cercar también su cabello y sus botines que habían quedado totalmente empapados por haber entrado al estanque. -Compré este vestido específicamente para hoy y lo termino mojando...¡Ni Michiko era tan "especial" para las citas!- Refunfuñaba entre dientes mientras movía su diadema a la altura del cuello para tratar de dejar su cabello extendido y se secara más rápido
Volvió a mirar con molestia a Marceline cuando volvía que sólo se dedicó a tomarla de la mano y caminar hacia la salida. -¡Sí, ya puedo notar que no te agradan!- Le siguió su comentario.
Una vez afuera caminaron hasta una de las bancas que estaban ahí, y se sentó del lado que la sombrilla no bloqueara los rayos del sol para secarse lo más rápido.
-Bien...veo que es mucho pedirte no hacer un alboroto en donde vayas, ¿verdad?- No le iba a dar un sermón ya que esto sería inútil. Continuó secando su cabello. -Como veo que no entraremos a ese lugar en lo que resta del día, ¿alguna brillante idea?- Se quedó mirando a Marcy que le respondiera algo.
Yuki Nakayama- Ocupación : Estudiante de 2°
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