¿Seguro que aquí hay wi-fi?

por **Marshall Lee** Sáb Ago 30, 2014 3:08 am

Se dice que Glass City tiene uno de esos súper modernos café maids. Y que tiene de todo: Un buen menú que degustar, chicas lindas en traje de sirvientas a las cuales ver, buena ambientación y pues; un lugar cómodo para sentirse seguro y pasar el rato en una tarde acalorada. El lugar perfecto para cualquier persona que quisiera descansar de un largo y arduo día de trabajo u algún adolescente hormonal que quisiera ver más allá de las altas medias y las cortas faldas de las señoritas; simplemente había una cosa que no encajaba…

¿Habría wi-fi acá?

… ¿Qué? ¡Oh! Sí, sí, claro; yo vine acá por el turismo y toda la cosa pero en verdad necesitaba de asegurarme algo y como no tenía servicio en mi celular (Y me estaba entrando la flojera de tener que pagarle este) la mejor decisión de mi vida fue ir en busca de un café donde pudiera conectarme –Porque el mugroso hotel donde me quedaba tenía graves problemas con su red inalámbrica y no iba a quedarme sentado escuchando como la recepcionista intentaba explicar por qué no había en ese momento.- En fin, sería otra excusa para conocer otra parte de la afamada ciudad.

Por lo visto, el café era bien conocido por que estaba abarrotado de gente o simplemente era un día muy activo. Las chicas se movían de acá para allá con tanto pedidos en sus manos que hubo un momento en que casi parecía que dos de ellas fueran a golpearse y llenarse de todos aquellos dulces y demasés que tenían en esas bandejas –Era un espectáculo que de por seguro hubiera pagado por ver.- Gracias a Glob había una única mesa vacía y fui a ella reclamándola como mía antes de que algún otro buitre adicto a la azúcar (O chico hormonal) tomará este.

Aunque me senté en este y aunque tenía ese presentimiento de que tendría que esperar la más grande de las eternidades –Pfff- Fue sorprendente ver como una de las chicas se acercaba a mí entregándome una de las cartas del lugar.

-Entonces preciosa, -Mencioné, mirando la carta y luego a la chica que no se había movido del mismo lugar.- ¿Cómo dices que te llamas?

-Melissa, señor –Dijo. No muy segura de que tenía que haber dicho eso a un cliente; ni que me la fuera a comer aunque se veía bastante adorable con esa ropa que traía que era imposible no pensar en eso. No de la manera vulgar, malpensadores.

-Bueno dulzura dime, ¿Acá tienen red inalámbrica? –La chica lo pensó unos segundos antes de asentir con una leve sonrisa formándose en su rostro.- Y supongo que no me darán la contraseña al menos que compre algo, ¿Verdad?

De nuevo asintió, riendo un poco. ¡Bingo!

-Bueno, Mely; podrías traerme uno de esos buenos frappe de fresa, la clave del dichoso wi-fi y algo más que se te ocurra –No tuve que especificar mucho cuando la chica había reído llevando una mano a su boca. Luego saco una pequeña libreta de uno de sus bolsillos y anoto algo en el papel con un bolígrafo que tenía previamente sobre una de sus orejas y cedió el papel a mí. Se alejó a donde supongo que debe ser el lugar donde preparan todo.

La contraseña era: “P4st3l1t0” ¡Oh por glob!

Rodé los ojos pero tenía algo de gracia aquello, sin más preámbulos ingrese la clave en el dichoso celular y me dispuse a revisar lo principal: Twitter. ¿Qué? Todas las estrellas tienen uno. No era eso lo que estaba buscando sino los mensajes privados, uno que específicamente debería de ser alguien con una cuenta como @P-Bu-Bbus -¿A poco no es patético?-

Nada. No había nada en la bandeja.

-¡Oh por el mismo infierno! –Exclamé, dejando el celular en la mesa y llevándome una mano al rostro.

Creo haber escuchado un “Crash” y unos gritillos muy femeninos. Mi deseo se había cumplido; niñas bonitas bañadas en caramelo y… Café caliente.

OFF:

por Invitado Mar Sep 02, 2014 1:42 am

El sol brillaba, los pájaros que merodeaban por el jardín de la escuela cantaban... ¡Era el día perfecto... para pasarlo en internet! Pero milagrosamente, ese no era el plan que tenía hoy día, por más extraordinario, maravilloso o de otra dimensión que sonará, la internet y los juegos no eran lo único que le importaba, él también gustaba de salir a pasear esas cosas... ... un poco... casi nada... ¡P-pero lo importante es que si salía! ¿A qué? pues... ... a comprar más juegos, ropa y esas cosas... s-sí, de cierto modo aquellas salidas iban directamente relacionadas con su vicio... ¡P-Pero lo importante es que salía, no el por qué!
Bueno, al menos, en esta ocasión no tenía nada que ver con eso —por un milagro de los cielos quizá—, hoy iba meramente por curiosidad, llevaba tiempo escuchando por los pasillos de la escuela sobre el tan famoso Dolce Ristretto, aquel café Maid donde habían trajes esponjositos y era el paraíso de cualquier fetichista, o, amante de los vestidos lindos cómo lo era él, claro, en el sentido de querer tener uno de esos trajes para sí, ¿por algo era travestí, no?

Ansioso por lo vería entro al local, mirando a todos lados en busca de esos esponjosos vestidos con delantal y muchos listones que tanto le gustaban, cuando... lo primero que vio fue un accidente, oh dios, bendita sea su costumbre de tener el móvil con la cámara puesta siempre, ¡El video que había sacado era maravilloso! ahora solo quedaba subirlo a internet... pero... ya no tenía internet en su móvil... ugh, a-al menos tenía el video a mano, si tenía suerte le permitirían usar el wi-fi del lugar y lo subiría lo antes posible, si, no tenía tanta mala suerte ese día... eso era bueno, un gran progreso en su mala suerte ~
Luego de que las jóvenes sirvientas se levantaron y arreglaron el desastre que quedó por su adorable y sumamente divertida torpeza entro con más confianza al lugar, buscando algún puesto libre para sentarse... pero... al parecer no quedaba ninguna mesa sola... ¿Tan populares eran las chicas esas? vaya ciudad amante del fanservice.

Merodeo un poco por el lugar, buscando donde sentarse... pero... todo estaba repleto, unf... quizá hubiese sido buena idea venir más temprano para tener un lugar, pero... no hubiese tenido este hermoso vídeo, bueno, que se le iba a hacer~ — Unf unf~... asiento~ ¿dónde estás? ~ — Canturreo mientras continuaba mirando de un lado a otro en busca de donde sentarse, hasta que... ¡Aleluya! un puesto libre. Sin muchos nervios fue donde el azabache que estaba solo en la mesa, picando su brazo con su dedo índice para llamar su atención — Excuse me, sir~ ¿Me dejaría sentarme con usted? El lugar está repleto de gente y no quedan más lugares... juro que soy una buena chica — Canturreo calmadamente, rezando por un sí a su petición.

Bonus desu desu:

por **Marshall Lee** Sáb Sep 13, 2014 4:57 am

¿Recuerdan que les había mencionado lo de hacer turismo en la ciudad? Que mejor turismo que ver a lindas chicas caídas al suelo llenas de café caliente y caramelo en sus carísimos trajes de maids, probablemente aquellos trajes costaban el triple de lo que podrían pagar para una casa o una mansión incluso; hay que ver como esta ciudad podría pagar semejante cantidad de dinero solamente por el gusto del fanservice. Lo malo fue que no se me ocurrió grabar aquella obra maestra para subirlo al YouTube -¡Pero es que tenía un buen rato riéndome de la escena que prácticamente olvidé que tengo un celular frente a mí!- Lo más probable es que alguien haya grabado dicha escena y la esté subiendo a la página de videos en cualquier momento.

Ahí, si tome el celular otra vez y accedí a la página; buscando entre los videos más recientes a ver si lo veía… Pero nada aún, refunfuñe un poco. Paciencia, de seguro aún estaban con la gracia de las chicas bañadas en azúcar –Podía escuchar a unas cuantas personas aun llorando de la risa y suplicando para porque en algún punto explotarían.- Y las chicas torpemente se levantaron para limpiar el desastre y seguir con lo suyo, claro está que al menos para mí no pasó desapercibido un ligero rosa bermellón en sus mejillas.

Yo que creía que no iba a tener un día divertido.

-¿Uhm? –Alguien estaba picándome el brazo, justo cuando voltee a mirar de quien se trataba fue casi reacción instantánea el sonreír ladinamente y alzar una ceja.

¡Owh! Mi día se estaba poniendo mucho mejor. Una hermosa chica que podría ser una muñeca gigante viviente si le vamos al caso con los más grandes ojos de color verde; ¿O son azules? ¡Azules-verdosos! Que decir de ese tatuaje de calavera que se le veía sobre su clavícula, que lástima que no descubrí ese tatuaje en un lugar un poco más… Indecente. No era la chica más dotada que podía haber visto en mucho –MUCHO- tiempo, pero a veces las tablas de surf son más despampanantes que las “rompe-espaldas” además le hacía ver mucho más adorable y de muñeca.

-No me molestaría que fueras una mala chica frente a mí, linda ~ –Mencioné con una voz coqueta, luego le señalé que en efecto; podría sentarse conmigo.

Justo entonces fue que apareció Mely, la maid que me atendió dejando la mesa el frappe de fresa; una tartaleta de fresa y chocolate y un pequeño papel bien doblado bajo esta. No tenía que desdoblarlo o mirarlo para saber de qué se trataba cuando simplemente le dedique un guiño y esta sonrió. Para el momento que se dio cuenta de la presencia de la muñeca de porcelana se escuchó nuevamente otro gritillo mucho más agudo que el de antes pero este venía directamente de la cocina, ella se apresuró a ir hasta allá a los tropezones y entrar a la cocina.

-Hey muñeca ~ –Llame a la chica.- Supongo que debes tener un nombre, no me digas que es Barbie porque de ser así yo podría ser Ken; solo que soy más genial que ese muñeco metrosexualizado. Soy Marshall Lee ~

KEN:

por Invitado Lun Oct 13, 2014 12:09 am

La reacción que colocó el verle le hizo sonreír con más amplitud, ¡realmente amaba cuando la gente ponía esas caras al verle! Su orgullo trap comenzaba a brillar de emoción cuando aquello ocurría… después de todo, esa mirada solo se la darían a una mujer, y si se la daban a él solo significaba una cosa~ ¡que bella eres LouLou! Debía admitir que sentía como un idiota por actuar así ante algo tan simple, pero, ¿Qué se le va a hacer? No se puede evitar, bueno... si se puede, p-pero... bueno, se había quedado sin excusas, él también podía sacar su ego a flote, tenía el derecho, estaba en sus derechos de travesti.
Río divertido, cubriendo su boca suavemente con su mano empuñada — Sir~ si me mira así sin responder me hará sentir mal ~ — Bromeó, guiñando un ojo con suavidad mientras ocultaba sus brazos tras sí, inclinándose un poco hacia el frente en una pose que le hiciera ver más cute, no era necesario, pero... su corazón de otaku le gritaba el hacer algo así, su alma lo necesitaba.

Era gracioso el ver como actuaba tan coqueta y calmadamente cuando en su mente reía como un idiota por el de ser tratado como una dama, con sus manos en las caderas y el rostro sonrojado de la emoción… bueno… era mejor así, que esa imagen solo se quedará en su mente, ahora era una dama elegante y genial, no podía arruinar la imagen que tenía con algunas Louis-cosas, debía resistir la tentación del lado oscuro~ por... decirlo de una manera que quedara genial.

— ¿Enserio? Qué alivio ~ ser buena no se me da bien, es muy aburrido... gracias señor~ — Sonrió ampliamente, yendo hacia el asiento para tomar este y hacerlo hacia atrás y al fin… luego de lo que… no fue mucho tiempo, pero de todos modos dirá que fue una eternidad para exagerar como buen drama queen que es a veces, sentarse.

Alzó su vista cuando una maid llego a dejar el pedido del azabache, mirando los platos con un poco de curiosidad, le resultaba algo tierno que sus postres tuvieran fresas, aunque bueno… eso es culpa de los otomes, ¡Las fresas siempre tenían que ver con una lindura oculta, siempre! O al menos era así la mayoría del tiempo… había una pequeña ichigo que no poseía nada de lindura en su interior, ¡Era un monstruo! ¡Uno con pequeñas coletas, rostro adorable y maldad en el corazón!
Río suavemente por sus pensamientos, un tanto nervioso al recordar a aquella pesadilla viviente que tenía, pero bueno... ahora estaba fuera de Musette, debía aprovechar de relajarse así que solo suspiro, apoyando sus codos en la mesa y colocando su mentón sobre sus palmas, esperando que la chica le hablara… pero… antes de que eso ocurriera ya había huido hacia los chillidos que venían de la cocina, otro choque al parecer~ ¿Qué era esto? ¿Rápido y furioso o un café Maid? — Vaya… nuevamente las maid tropezaron, que lastima que esta vez no pude grabar ~ — Refunfuño suavemente, cerrando sus ojos un momento para abrirlos al oír como el azabache le hablaba, riendo con suavidad — Perdón mi mala educación, me llamo Louisse ~ es un placer señor Marshall Lee~ — Canturreo.

por **Marshall Lee** Dom Oct 26, 2014 3:26 am

Esta señorita se le veía demasiado alegre por un simple comentario; ¿O soy solo yo analizando mucho las cosas? De todas formas, algo me decía que ella no sería lo que pareciese o simplemente es una corazonada, de igual manera me gustan las sorpresas. Se presentó como Louisse una vez tomo el asiento frente a mí, que lástima que no pudo ordenar algo cuando la maid corrió como alma en pena hacía la cocina y se escuchó bastante fuerte aquellos gritos de nena –Y creo que de algún chico, con una voz súper fina.- Lo sigo diciendo, vine en el mejor momento de todos. Miré hacía la chica con una ceja alzada tomando el frappe y dándole un sorbo a este con la pajilla, deleitando mi paladar con ese delicioso sabor agridulce que tiene la fresa.

-No me llames señor, Barbie, me haces sentir como un anciano estirado –Desde otro punto de vista, eso de anciano sería una doble moral muy horripilante. Aquel papel doblado bajo el plato de la tartaleta solo lo tome y lo guarde en mi bolsillo, para luego volver a tomar con delicadeza aquel plato con el dulce y pasársela a la rubia frente a mí.- Oh no, no tienes que agradecérmelo, es una señal de buena fe.

Alzaba mi mano derecha a la altura de mi rostro y mi mano izquierda la colocaba sobre mi pecho como señal de los Boys Scouts; claro que no sin antes estirar nuevamente la derecha hacía la tartaleta para quitarle una de las fresas que adornaban el postre y llevar esta hacía mis labios, con el simple hecho de darle una pequeña mordida y devorar aquel suculento color rojo de la fruta.

-Y está verdaderamente buena –Deje la ahora, fruta de color gris en el mismo lugar en donde estaba anteriormente.- Dudo mucho que venga alguien a atenderte, es más…

Giré a ver hacía la puerta de la cocina, la cual era bastante visible al fondo de todo el café y que inclusive a través de las pequeñas ventanas de ella se veía como algunas cosas parecían volar por los aires y siluetas de varias cabezas corriendo de un lado para el otro.

-Apuesto a que en cualquier momento, saldrá una de las maids con una bandeja con muchas cosas y de alguna manera terminaría tropezándose; lo que lleva en las bandejas volaría por todo el lugar.

Lo cierto fue que, segundos después salieron fuero dos personas: Una chica maid y otro chico que debería ser un butler o algo así, cada uno de ellos cargando un plato en cada mano con diferentes tipos de postres. Por los momentos no pasaba nada, hasta se veía controlado todo incluso; que aburrido. Como si el universo hubiera escuchado mis plegarias, de alguna manera aquel chico se había tropezado con el bolso de alguna chica estudiante, girado sobre su propio eje con un pie tratando de mantener el equilibrio en vano, como un efecto domino e intentando buscar ayuda en su compañera termino por tratar de equilibrarse con ella; ella también desequilibrándose y… ¡PLUM! Platillos voladores hacía todas partes, cayendo en la cabeza de varios de los clientes a su alrededor.

-Esta día se está volviendo cada vez más genial.

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