Recién llegada (libre)

Era un día común, el clima era agradable, y la gente hacia sus actividades diarias. Todo parecía rutinario, excepto para alguien
Entre las calles caminaba una chica; su tez era blanca, de complexión delgada, y largo cabello negro, traía puesta una blusa color aqua cuyas mangas pasaban de los codos, una falda blanca y zapatillas color azul. Se trataba de la joven Yuki.
Llevaba con su mano izquierda una maleta roja de ruedas, demostrando que recién llegaba a la ciudad. Parecía un poco perdida.
-¡Perfecto!- Se decía a si misma. Ella no lograba saber muy bien cómo podría llegar a los dormitorios de su nueva escuela.
-Sabía que debía llevar un mapa- Balbuceó mientras se sentaba en una banca para descansar un rato.
-Bueno, creo que tendré que pedir indicaciones- Comentaba mientras estiraba su espalda. Al parecer el largo viaje la dejó cansada.
-Creo que tendré que comer algo también- Dijo mientras se llevaba una mano al estómago.

-Ughs- dije intentando poder calmar el calor, no entendía como podía estar tan abochornada. Aunque a decir verdad no hacia tanto calor, sino que no había tomado desayuno y estaba sufriendo el síntoma de deshidratación. Ser un ángel de agua era complicado en muchos sentidos, en especial cuando las reservas de energía se acaban.

-Agua...- murmuré mientras caminaba por las calles. Poco a poco la vista se me iba nublando, hasta que vi a una chica de cabellos negros, le toqué el hombro para pedir un poco de ayuda. Las piernas me temblaban y poco a poco las imágenes se me hacían completamente borrosas. - Ayu...da..-dije ya sin poder resistir.

Todo se me hizo oscuro y sin más me desplomé en la calle.

Sintió repentinamente que alguien le tocó el hombro que la hizo voltear lo más rápido posible. Había una chica de cabellos rubios que pedía su ayuda.
Yuki no pudo ocultar su cara de susto. ¡Alguien se había desmayado frente a ella! Además de no saber nada de primeros auxilios y no ver gente cerca que pudiera ayudarla.
Como acto inconsciente colocó la cabeza de la chica en sus rodillas mientras trataba de figurar cómo hacerla reaccionar. Recordó que pudiera ser el clima
-¡Hola!...¿Me escuchas?- Pero siendo esto inútil trató de hacer algo más. Recordó que había guardado una botella de agua del avión en su maleta. La alcanzó con el brazo, sacó la botella que con suerte estaba a la mitad.
-Espero que esto funcione-Con sumo, a pesar de sus temblorosas manos, cuidado puso un poco de agua en sus labios para que pidera hidratarse, acto seguido con su mano que quedó libre empezó a hacerle aire para tratar de apasiguar el calor.

Cuando sentí las gotas de agua sobre mis labios poco a poco empecé a beber mientras iba recuperando mis energías, abrí mis ojos para encontrarme en el regazo de una humana que me estaba ayudando.

Un sonrisa esbocé ante mi salvadora - Hola- saludé intentando incorporarme débilmente, vi como me estaba echando aire para poder respirar mejor. - Muchas gracias por ayudarme...esto, me llamo Miname Shizuka ¿y tú?- dije sonriéndole a la muchacha.

No entendía mucho cómo había llegado ahí pero si estaba feliz porque había sido auxiliada por alguien, sé que es ilógico contentarse con tan poco pero son pocos los humanos los que muestran la voluntad de ayudar. La mayoría siguen a sus ocupaciones y no se preocupan mucho del resto, por lo que pensé que ella era debía tener un buen corazón.

En cuestión de segundos el corazón de Yuki comenzó a calmarse. Respiró aliviada cuando la joven rubia recobró la conciencia.
Volvió a mirarla y sólo dio un pequeña sonrisa y asintió con su cabeza. -No te preocupes...Mi nombre es Nakayama Yuki- Se presentó cortésmente con la misma sonrisa que le devolvió.
No pudo evitar sonrojarse un poco al volver a ver a la chica en su regazo; Yuki reaccionó tan rápido que lo hizo inconcientemente. -Esto...¡Vaya susto que me diste! ¿Qué te pasó?- Sonó muy maternal, pero haber tenido que atender una persona desmayada en su primer día en la ciudad no es algo que ocurra muy a menudo.

-Un gusto conocerte ...-dije todavía débil, pero podía caminar un poco, ante la preocupación de la chica solo sonreí divertida - Jejejej perdón por asustarte -dije -Es solo que se me agotaron las energías y como no encontraba agua cerca caminé por varios minutos buscando una fuente - dije explicándole e inflando mis mofletes.

-Pero parece que no encontré ninguna, necesitaba beber un poco de agua y me desplomé pero doy gracias al cielo el haberme encontrado contigo, no mucha gente ayuda a extraños tirados en el suelo- dije contenta.

-Eso parece. Tampoco es que se vea mucha gente en esta calle- Volteó al rededor notando que en efecto, era una calle poco transitada. -Al parecer fue buena suerte que me haya extraviado al llegar aquí-
Tomó la botella de agua y la observo pensando en la suerte que fue no haberla tirado o acabado en el aeropuerto -Bueno, si quieres puedes quedarte con la botella. No vaya ser que te vuelvas a desmayar. La dejó a un lado de la chica rubia en lo que le ofrecía sus manos para ayudarle a levantarse.

Tenía razón en la calle no habia mucha gente y era una suerte que me habia topado con ella y me haya ayudado, medite ante eso y solo di un suspiro.- Debe haber sido el destino el haberme encontrado con usted Nakayama-san- dije sonriendole

Me senté y fue cuando me iba a dar de regalo su botella - No se moleste con haberme ayudado en mas que suficiente y le debo mucho por este gran favor, si quieres puedo invitarte algo para tomar para agradecer que me hayas salvado -dije sonriendole - Conozco un buen lugar donde hacen unos batidos de frutas increíbles que te van a gustar y si estas perdida puedo mostrarte la ciudad-dije alegre-Pero una pregunta ¿¿Ibas a ir alguna parte especial???- pregunté con curiosidad.

"Destino" ¿Sería cierto? ¿O sólo un producto de la casualidad? Sin embargo, Yuki no le dio importancia a estas dudas.
-Bueno, acabo de llegar a la ciudad. Busco la Escuela Musette, y por desgracia soy mala para guiarme la primera vez en un lugar- se decidió también sentar para poder platicar más cómoda con la joven Shizuka.
-Lo de invitarme algo, no hay pro...- Quería negarse ya que le daba pena ser invitada tan repentinamente, pero su estómago la delató. El horrible sandwich del avión no fue un buen almuerzo, y menos cuando no se lo había acabado. -espero y no sea mucha molestia- cerró los ojos mientras reía de la pena y se llevaba una mano al estómago.

- ¡¿La escuela Musette?!- dije sorprendida - ¿Eres estudiante? -pregunté un poco emocionada - Yo soy estudiante de segundo año-le dije - Aunque te entiendo, yo al principio también me perdía -dije con aura deprimente - Pero hay una forma de no perderse... - dije con brillos en los ojos.

-¡Aprendiéndose las tiendas! Así te guiaras con mucha facilidad, eso de las calles y sus nombres no me da, así que aprendí con las tiendas de por aquí. Cerca venden un granizado muy bueno que te va gustar ¿vamos?-le dije sonriéndole - También si tienes hambre venden unos sándwiches y tortas muy buenas.

-Si quieres puedo darte un tour por la escuela Mussete, la conosco muy bien -dije orgullosa- Aunque es muy grande y muchas veces me perdí pero ahora la conozco muy bien -dije riendo nerviosa, recodando las veces que me perdí en los pasillos y que estuve varias horas sin poder encontrar los salones de clases.

Spoiler:

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-¡Eh!...- Abrió los ojos sorprendida al encontrar una futura compañera de clase. -¡Yo también soy de segundo!- O por lo menos así estaba la situación, ya que la edad de la joven japonesa es de 16 años.
Escuchó las recomendaciones de la joven rubia. Eran útiles, pero a veces la torpeza de Yuki le hacia pasar malos ratos. -Jeje...trataré de recordarlo entonces- Río con su típico tono dulce.
-¡El granizado suena bien!- Se levantó y le tendió una mano a la joven Shizuka. -¡Vamos!- Le dijo con una sonrisa.
Algo que a veces le gustaba hacer a Yuki era explorar nuevos lugares. Era bueno que tuviera una mano amigable que le ayudase. -¡Me encantaría! Claro que si estás ocupada puedo explorar por mí sola. ¡No te preocupes!
Rió un poco al ver como Shizuka parecía ponerse nerviosa. -Bueno, yo también suelo ser muy torpe. Me acuerdo que de niña solía perderme por buen rato en los templos de allá. Por suerte mis primas eran buenas para encontrarme. Jeje

-¡Entonces seremos compañeras de curso! - dije alegre y saltando emocionada ya que era una gran noticia. El día estaba haciendo mucho calor y me estaba asando, era una buena oportunidad para salir de paseo. - Bien, no hay tiempo que perder, vamos a celebrar por tu llegada a Musette - dije tomando de su muñeca.

- ¡¡Vamos a comer!!- dije levantando mi puño al aire y jalando a Yuki mientras corríamos hacia un local de soda para beber algo. Al momento que llegamos al mini local que estaba la esquina saqué mi monedero. - ¡Lo de siempre, señor!- le dije con una sonrisa amplia al señor del local, me conocía así que me preparó mi granizado extra grande de frambuesa con un pedazo de torta de chocolate. -¿Qué vas a pedir, Yuki? - le pregunté a la chica, sonriéndole.

Corrieron hacia el lugar donde se disponían a tomar un tentempié . -Jeje ¡Espera! No soy tan buena corriendo- Habría que recordar que la joven japonesa llevaba una maleta en mano.
Llegaron a una pequeña fuente de sodas, el señor que atendía el mostrador se veía amable, y parecía ya tener de cliente frecuente a la joven rubia que pidió un granizado de frambuesa. Yuki dudó un poco acerca de qué pedir. Tenía hambre, pero tampoco quería abusar del gentil ofrecimiento de Shizuka. -Etto...yo pediré uno de melón...mediano...¡Por favor!- Rió un poco nerviosa -¡Espero y sepa como la soda de melón!- Una de sus favoritas.
En lo que el señor preparaba las órdenes de las dos chicas, ellas fueron a sentarse a una mesita para esperar. Yuki decidió entonces tratar de socializar más. -¿De dónde eres Shizuka-san?

- Aqui hacen los mejores batidos - le dije bebiendo mi granizado. Fue cuando su pregunta de dónde era me tomó desprevenida haciendo que me atorara con mucha fuerza y se me congelara el cerebro porque tomé por el impulso mucho hielo - ¡¡¡¡¡Hiiiiiiiii!!!!- grité llevando una mano a mi cabeza - Itaiiiii - me quejé.

La miré con los ojos bien abiertos, ¿qué le decía? Soy un ángel que controla el agua y vengo a vengarme de un demonio que me destruyó la vida... no puedo decirlo eso, hmmmmm...

- Puess...etto... de por ahí, de por allá, de muchos lados jejejejeje - dije riéndome nerviosa mientras varias gotitas rodaban por mi sien por culpa de los nervios.

Se quedó preocupada -otra vez- cuando Shizuka terminó bebiendo muy rápido de su bebida. No esperaba que esa pregunta le provocara tal...reacción a la joven rubia. En eso una de las palabras mencionadas le resultó familiar a Yuki. -¿Are?...- Eso parecía ser japonés.
-Ya veo...supongo que haz vivido en varios lugares. ¿Incluso en Japón? -Preguntaba curiosa. -¡Yo soy de allá. De Kyoto, bueno, nací en Kyoto, pero a los 5 años me fui a vivir a una pequeña ciudad llamada Hirakata. Entre las provincias de Kyoto y Osaka. Era obvio que Yuki no imaginaba el "divino origen de su acompañante.
Terminó de comentar eso y prosiguió a beber de lo suyo. Era más sabroso de lo que creía. -¡Oishii!- Soltó una gran sonrisa al probar eso.