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Decorando el hogar (Priv.)
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Decorando el hogar (Priv.)
Si lo reflexionaba bien, su vida en Glass City iba de maravilla, aunque dicha urbe fuera grande y estuviera abarrotada de celebridades, periodistas y farándula, a su alrededor todo era tranquilo y agradable para ella en medio de tanta gente variopinta. Hasta podría decirse que en absoluto extrañaba su vieja vida en Inglaterra de lujos y sirvientes que estaban siempre atentos a cualquier mandato de su parte, inclusive y le había comenzado a gustar el ser independiente y vivir en la comodidad de un simple cuarto que le correspondía en el internado de la Academia Musette.
"A veces lo simple es lo mejor", pensó para sí al ir caminando por la plaza. Nunca se había detenido a reflexionar que, a pesar de su inmenso gusto por las flores, no había llevado nunca un ramo o flores a su mini departamento. "Supongo que es porque de vez en cuando me basta con ir al invernadero a ver y cuidar de las pequeñas" se dijo mentalmente con un aire algo distraído en tanto escogía un arreglo floral de uno de los estantes, aunque lamentablemente no enseñaba el precio. Para su gran suerte, divisó a un joven entre los arreglos que parecía estar acomodando unas flores, por lo que decidió acercársele.
-Disculpe, ¿sabe usted cuánto cuesta este arreglo? -le preguntó, sosteniendo el susodicho arreglo en sus manos.
"A veces lo simple es lo mejor", pensó para sí al ir caminando por la plaza. Nunca se había detenido a reflexionar que, a pesar de su inmenso gusto por las flores, no había llevado nunca un ramo o flores a su mini departamento. "Supongo que es porque de vez en cuando me basta con ir al invernadero a ver y cuidar de las pequeñas" se dijo mentalmente con un aire algo distraído en tanto escogía un arreglo floral de uno de los estantes, aunque lamentablemente no enseñaba el precio. Para su gran suerte, divisó a un joven entre los arreglos que parecía estar acomodando unas flores, por lo que decidió acercársele.
-Disculpe, ¿sabe usted cuánto cuesta este arreglo? -le preguntó, sosteniendo el susodicho arreglo en sus manos.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 826
Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: Decorando el hogar (Priv.)
El muchacho a cargo de la florería se vio en un apuro ante la pregunta de Aria. El adorno floral no indicaba etiqueta ni precio en ningún sitio, en este lapso no supo qué responder. Reino acababa de ingresar al local cuando atestiguó la escena, parándose a espaldas del sujeto con la misma tranquilidad de siempre.
— Ruego me disculpe, soy nuevo en este local. Iré a confirmarle con mi jefe... — respondió el empleado a la niña, visiblemente nervioso y acelerado por no poder contestar su duda de manera inmediata.
— La docena cuesta veinticinco dólares. — Reino habló sin previo aviso, llamando la atención de los presentes.
— ¿Ahm? ¡...!
El empleado le vio por sobre su hombro y dio un gran respingo al encontrarse a un tipo como él: le superaba por al menos veinte centímetros y difícilmente podía ignorar sus aretes, su teñido y la cicatriz que le cruzaba la boca. Todo en él era motivo suficiente para temer, incluso más de un cliente estudió la posibilidad de llamar a la policía. Reacciones como esas no le sorprendían en lo más mínimo, se limitó a volver la mirada hacia Aria con la parsimonia habitual.
— He comprado estas flores en más de una ocasión — dijo a modo de explicación mientras el tipo de la florería volvía a sus ocupaciones con acelero, él le dedicó una cándida sonrisa a la estudiante. — ¿Qué tal, miss?
— Ruego me disculpe, soy nuevo en este local. Iré a confirmarle con mi jefe... — respondió el empleado a la niña, visiblemente nervioso y acelerado por no poder contestar su duda de manera inmediata.
— La docena cuesta veinticinco dólares. — Reino habló sin previo aviso, llamando la atención de los presentes.
— ¿Ahm? ¡...!
El empleado le vio por sobre su hombro y dio un gran respingo al encontrarse a un tipo como él: le superaba por al menos veinte centímetros y difícilmente podía ignorar sus aretes, su teñido y la cicatriz que le cruzaba la boca. Todo en él era motivo suficiente para temer, incluso más de un cliente estudió la posibilidad de llamar a la policía. Reacciones como esas no le sorprendían en lo más mínimo, se limitó a volver la mirada hacia Aria con la parsimonia habitual.
— He comprado estas flores en más de una ocasión — dijo a modo de explicación mientras el tipo de la florería volvía a sus ocupaciones con acelero, él le dedicó una cándida sonrisa a la estudiante. — ¿Qué tal, miss?
Reino- Moderador
- Ocupación : Manager
Mensajes : 1266
Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: Decorando el hogar (Priv.)
Se sorprendió un poco de que el joven no supiera algo tan simple como el precio en el lugar en el que trabajaba, haciendo que por un instante se cuestionara si le había hablado a la persona correcta. “¿Me habré equivocado? Quizás es nuevo... espero eso no le vaya a traer problemas...” pensó mientras miraba disimuladamente a su alrededor con la esperanza de no ver al jefe del joven, un tanto incómoda por la situación. Justo en ese instante el joven se disculpó, confirmando su sospecha de ser nuevo, por lo que hizo un gesto con la mano a punto de indicarle que no se preocupara demasiado por ello.
Una voz firme y hasta algo rasposa interrumpió el momento y sorprendió a todos los clientes, incluida ella misma, ¿sería acaso el jefe que los estaba viendo? Parecía serlo por el susto que se había llevado el dependiente, por lo que se volteó para indicarle que tuviera misericordia con el joven, pero su sorpresa fue incluso mayor que la gente que ya cogía sus móviles para llamar a seguridad o algo por el estilo.
–¡Se-señor Reino! –exclamó su sorpresa aunque algo incómoda de llamarle así aunque debiera, en falta de un apellido que ella (y realmente muchos) desconocían, sin siquiera molestarse en asentir por la aclaración hecha por el otro- Disculpe, ¡por un segundo no le reconocí por su voz...! –una vez pasada la sorpresa se calmó para responderle con una cordial sonrisa- Ya veo... así que era eso... ha sido un tiempo, señor Reino, todo ha estado bien en la academia Musette, ¿cómo va todo en Merveilles? –le preguntó con su usual cortesía, sintiéndose extraña de encontrarle tan casualmente en un lugar como ése, pero de seguro aquella no era una pregunta que le haría con tanta facilidad a alguien superior a ella y a quien guardaba respeto.
Una voz firme y hasta algo rasposa interrumpió el momento y sorprendió a todos los clientes, incluida ella misma, ¿sería acaso el jefe que los estaba viendo? Parecía serlo por el susto que se había llevado el dependiente, por lo que se volteó para indicarle que tuviera misericordia con el joven, pero su sorpresa fue incluso mayor que la gente que ya cogía sus móviles para llamar a seguridad o algo por el estilo.
–¡Se-señor Reino! –exclamó su sorpresa aunque algo incómoda de llamarle así aunque debiera, en falta de un apellido que ella (y realmente muchos) desconocían, sin siquiera molestarse en asentir por la aclaración hecha por el otro- Disculpe, ¡por un segundo no le reconocí por su voz...! –una vez pasada la sorpresa se calmó para responderle con una cordial sonrisa- Ya veo... así que era eso... ha sido un tiempo, señor Reino, todo ha estado bien en la academia Musette, ¿cómo va todo en Merveilles? –le preguntó con su usual cortesía, sintiéndose extraña de encontrarle tan casualmente en un lugar como ése, pero de seguro aquella no era una pregunta que le haría con tanta facilidad a alguien superior a ella y a quien guardaba respeto.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 826
Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: Decorando el hogar (Priv.)
Reino alzó una ceja, no creía haber empleado un tono de voz diferente al usual. Pero, considerando la poca interacción que había tenido con Aria hasta entonces (sólo podía contar la audición como encuentro directo), no tenía forma de reconocerle por la sola voz. Ignorando los cuchicheos a su alrededor, Reino acortó distancias para encontrarse ante la estudiante.
— El "Señor" me da aires de vejestorio. Puedes llamarme Reino, no soy tu profesor y las formalidades no van conmigo. — Le recordó con una sonrisa amigable, aunque él difícilmente se quitaría de encima la muletilla de llamar "señorita" a cada muchacha que interactuara con él, aún si pocos años les diferenciaran.
A sus espaldas la conmoción se mantenía. Los empleados del local aún dudaban si alertar a la policía o esperar a ver cómo se desarrollaban los hechos con este extraño sujeto de pinta punk. Algunos testigos conocían a Reino y comentaban entre ellos, ya fuera por sus viejas glorias o por su mala fama actual.
— El trabajo es pesado, como de costumbre. Por diversas razones soy muy susceptible al ambiente y la tensión que se vive en el sello podría matar a cualquiera. ¡Me sorprende que Revo lo lleve tan bien! — Le respondió su pregunta con naturalidad, pero entonces se percató de que estaba hablando más de la cuenta. — Pero vale la pena, si trabajas en compañía de personas valiosas y mantienes tus objetivos fijos el resto se vuelve un trámite. — Si mal no recordaba Aria estaba en tercer año y le quedaba poco para adentrarse en ese mundo que él tanto detestaba, no iba a desilusionarla antes de que ella tuviera sus propias experiencias. — No quiero darte la lata, perdona... ¿Qué hay de ti? ¿Vienes a comprar flores para tu novio! ¡Sí que cambian las costumbres, jajajaja!
— El "Señor" me da aires de vejestorio. Puedes llamarme Reino, no soy tu profesor y las formalidades no van conmigo. — Le recordó con una sonrisa amigable, aunque él difícilmente se quitaría de encima la muletilla de llamar "señorita" a cada muchacha que interactuara con él, aún si pocos años les diferenciaran.
A sus espaldas la conmoción se mantenía. Los empleados del local aún dudaban si alertar a la policía o esperar a ver cómo se desarrollaban los hechos con este extraño sujeto de pinta punk. Algunos testigos conocían a Reino y comentaban entre ellos, ya fuera por sus viejas glorias o por su mala fama actual.
— El trabajo es pesado, como de costumbre. Por diversas razones soy muy susceptible al ambiente y la tensión que se vive en el sello podría matar a cualquiera. ¡Me sorprende que Revo lo lleve tan bien! — Le respondió su pregunta con naturalidad, pero entonces se percató de que estaba hablando más de la cuenta. — Pero vale la pena, si trabajas en compañía de personas valiosas y mantienes tus objetivos fijos el resto se vuelve un trámite. — Si mal no recordaba Aria estaba en tercer año y le quedaba poco para adentrarse en ese mundo que él tanto detestaba, no iba a desilusionarla antes de que ella tuviera sus propias experiencias. — No quiero darte la lata, perdona... ¿Qué hay de ti? ¿Vienes a comprar flores para tu novio! ¡Sí que cambian las costumbres, jajajaja!
Reino- Moderador
- Ocupación : Manager
Mensajes : 1266
Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: Decorando el hogar (Priv.)
Era de suponer que alguien como Reino no aceptaría la denominación de señor por las razones que acababa de dar, haciéndole sentir algo avergonzada, pues ni ella misma podía evitar a veces el llamar así a personas mayores o superiores a ella– Ah, lo siento... creo que es la costumbre, disculpe si le ofendí... –un leve rubor apareció en sus mejillas para señalar su dejo de vergüenza por la situación. De a ratos notaba por el rabillo del ojo cómo los presentes se ponian a cuchichear sobre la presencia de Reino en el lugar, haciendo que ella misma arqueara un poco sus labios en una mueca de disgusto, ¿qué tanto le era de importancia a esas personas lo que ocurría o no? O quizás sabían algo de la persona frente a ella y que desconocía, aunque poco le importaba aquello en verdad.
—Comprendo, es lógico que quienes pertenecen al mundo del espectáculo nunca descansan de cierta manera... –o eso había logrado apreciar con el tiempo, pero algo recordaba vagamente en su infancia de cuando su madre solía salir de viaje a variadas presentaciones, llevándole consigo a algunas de ellas– Lástima que a veces sea un medio tan mezquino, pero yo estoy segura de que el señor Vosuet puede encargarse de ello bastante bien... –razonó en base a cada comentario que había oído del director alrededor de Merveilles o en la misma academia– Realmente debe de ser alguien resistente como para encargarse de tantas cosas a la vez, es cierto... –se quedó un poco pensativa, aunque aquello encajaba con lo poco que solía verse Revo en Musette u otros lugares– “De seguro se la pasa encerrado en reuniones o cosas por el estilo... debe ser alguien muy ocupado...” Pero es cierto, sea en la profesión que sea, una buena relación con alguien puede quitarle el peso a cualquier asunto, así como una charla amena hace que el tiempo pase rápido –acotó con una sonrisa amable al caballero.
—¡No es una lata, descuide! –rió un poco, pero en verdad no le desagradaba la charla, de cierto modo hasta le servía para comenzar a mentalizarse con aquel medio que, con mucha suerte, le esperaba a la salida de la escuela– “Siento que falta tan poco para ello y a la vez tanto...”
El comentario de Reino la hizo sonrojar y a la vez dar un vuelco en el estómago ante la palabra “novio”, tomándole un poco por sorpresa, siendo que rara vez en la escuela alguien le había tocado el tema, al parecer no muchos creían que ella tuviera a alguien en su vida amorosa– ¡N-no! S-se equivoca, no tengo un novio, jejeje... sólo me gusta decorar mi habitación... después de todo hay muchas flores hermosas y le dan un toque diferente al cuarto del internado... además huelen bien, ¿no cree? –volteó unos momentos hacia un estante con flores, haciendo que se diera cuenta de algo– ¿Y qué hay de usted, Reino? Seguro viene por algo para una dama, ¿no?
Al decir aquello tenía en mente la idea de comprar flores para alguna representada (aunque desconocía si tenía una o no, no estaba al día con aquellos asuntos y se reprendió mentalmente por lo mismo) o en caso de alguna ceremonia que hicieran en Merveilles o algo por el estilo, pero entonces se le pasó por la cabeza la pregunta de si Reino tendría novia, lo cual hizo que apareciera en su mente la imagen de Katherine Howell, profesora de Musette.
“Ahora que lo pienso, Reino y la profesora Howell pasan mucho tiempo juntos por asuntos del musical de Romeo y Julieta... y corren muchos rumores en Musette, ¿será acaso que ellos dos...?”. Permaneció unos momentos mirando fijamente a Reino, como automáticamente imaginándole junto a la profesora, sacándole un leve rubor en sus mejillas. Viéndolo de ese modo, sonaba algo extraño emparejar a un hombre como Reino con sus atuendos algo rockeros con la profesora, siempre fina y elegante, como inglesa que era.
—Comprendo, es lógico que quienes pertenecen al mundo del espectáculo nunca descansan de cierta manera... –o eso había logrado apreciar con el tiempo, pero algo recordaba vagamente en su infancia de cuando su madre solía salir de viaje a variadas presentaciones, llevándole consigo a algunas de ellas– Lástima que a veces sea un medio tan mezquino, pero yo estoy segura de que el señor Vosuet puede encargarse de ello bastante bien... –razonó en base a cada comentario que había oído del director alrededor de Merveilles o en la misma academia– Realmente debe de ser alguien resistente como para encargarse de tantas cosas a la vez, es cierto... –se quedó un poco pensativa, aunque aquello encajaba con lo poco que solía verse Revo en Musette u otros lugares– “De seguro se la pasa encerrado en reuniones o cosas por el estilo... debe ser alguien muy ocupado...” Pero es cierto, sea en la profesión que sea, una buena relación con alguien puede quitarle el peso a cualquier asunto, así como una charla amena hace que el tiempo pase rápido –acotó con una sonrisa amable al caballero.
—¡No es una lata, descuide! –rió un poco, pero en verdad no le desagradaba la charla, de cierto modo hasta le servía para comenzar a mentalizarse con aquel medio que, con mucha suerte, le esperaba a la salida de la escuela– “Siento que falta tan poco para ello y a la vez tanto...”
El comentario de Reino la hizo sonrojar y a la vez dar un vuelco en el estómago ante la palabra “novio”, tomándole un poco por sorpresa, siendo que rara vez en la escuela alguien le había tocado el tema, al parecer no muchos creían que ella tuviera a alguien en su vida amorosa– ¡N-no! S-se equivoca, no tengo un novio, jejeje... sólo me gusta decorar mi habitación... después de todo hay muchas flores hermosas y le dan un toque diferente al cuarto del internado... además huelen bien, ¿no cree? –volteó unos momentos hacia un estante con flores, haciendo que se diera cuenta de algo– ¿Y qué hay de usted, Reino? Seguro viene por algo para una dama, ¿no?
Al decir aquello tenía en mente la idea de comprar flores para alguna representada (aunque desconocía si tenía una o no, no estaba al día con aquellos asuntos y se reprendió mentalmente por lo mismo) o en caso de alguna ceremonia que hicieran en Merveilles o algo por el estilo, pero entonces se le pasó por la cabeza la pregunta de si Reino tendría novia, lo cual hizo que apareciera en su mente la imagen de Katherine Howell, profesora de Musette.
“Ahora que lo pienso, Reino y la profesora Howell pasan mucho tiempo juntos por asuntos del musical de Romeo y Julieta... y corren muchos rumores en Musette, ¿será acaso que ellos dos...?”. Permaneció unos momentos mirando fijamente a Reino, como automáticamente imaginándole junto a la profesora, sacándole un leve rubor en sus mejillas. Viéndolo de ese modo, sonaba algo extraño emparejar a un hombre como Reino con sus atuendos algo rockeros con la profesora, siempre fina y elegante, como inglesa que era.
- Spoiler:
- Eso último no fue cosa mía, lo juro °-° Aria se maneja sola... pero al parecer también los shippea... -huye antes de que le golpeen- LO SIENTO
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 826
Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: Decorando el hogar (Priv.)
Reino balanceó su mano de arriba hacia abajo para darle a entender a Aria que no tenía ninguna importancia. El "Señor" no era ofensa para él, reconocía estar entrado en años (aunque no lo suficiente como para dejar de teñirse el cabello y usar aretes) y que la estudiante le llamara así era signo de su buena educación, característica que saltó a la vista desde el primer momento en el que la conoció. El manager no era ni de cerca un tipo de clase alta (aunque ahora no le faltara el dinero seguía siendo originario de los suburbios) pero podía entender bien la manía de tratar a la gente así. Merveilles mismo instaba a ese tipo de interacciones.
Le escuchó con atención y sonrió al oír mencionar de su amigo, quien claramente lo llevaba mucho mejor que él. Revo parecía haber nacido para mostrar el careto de director perfecto sin importar las circunstancias, algo que a Reino se le dificultaba mucho aún con el paso de los años. Si era un tipo amable era porque le nacía serlo, porque la vida le enseñó que no se sacaba nada con fruncir el ceño y mostrarle a los demás las propias amarguras. Esa era la clase de educación que lo sostenía desde su tragedia familiar.
La reacción de Aria ante el comentario de las flores le enterneció. ¡Era una muchacha divertida y transparente! Muy diferente a la impresión que tuvo de ella en la audición de la obra, cuestión esperable, era primera vez que se veían fuera de las instalaciones educativas y podían actuar con mayor naturalidad. Reino le correspondió una sonrisa al imaginar a una muchacha como Aria rodeada de flores en su habitación.
Pero su suposición acerca de la dama le pilló desprevenido, consiguiendo sorprenderle. La mirada de Reino se apagó un poco, intentaba encontrar las palabras adecuadas. Los tecnicismos indicaban que efectivamente las flores eran para una dama... En realidad, para dos. Su esposa e hija, fallecidas hace más de seis años. Cada cierta cantidad de meses decidía ir a sus tumbas, a visitarlas y a renovar las coronas de flores, los ramos y las bendiciones.
— No... La verdad yo... — Balbuceó en un comienzo. Incapacitado de decirle la verdad, volvió la vista hacia ella y le sonrió con menos soltura que hace unos instantes. — Es un secreto. — Declaró, dedicándole una amplia sonrisa para que lo dejara pasar. Desconocía por completo las imágenes mentales que la inglesa tenía en su mente en esos momentos. — ¿Vas a comprar eso? — Le preguntó para eludir el tema, refiriéndose a la docena de flores.
Le escuchó con atención y sonrió al oír mencionar de su amigo, quien claramente lo llevaba mucho mejor que él. Revo parecía haber nacido para mostrar el careto de director perfecto sin importar las circunstancias, algo que a Reino se le dificultaba mucho aún con el paso de los años. Si era un tipo amable era porque le nacía serlo, porque la vida le enseñó que no se sacaba nada con fruncir el ceño y mostrarle a los demás las propias amarguras. Esa era la clase de educación que lo sostenía desde su tragedia familiar.
La reacción de Aria ante el comentario de las flores le enterneció. ¡Era una muchacha divertida y transparente! Muy diferente a la impresión que tuvo de ella en la audición de la obra, cuestión esperable, era primera vez que se veían fuera de las instalaciones educativas y podían actuar con mayor naturalidad. Reino le correspondió una sonrisa al imaginar a una muchacha como Aria rodeada de flores en su habitación.
Pero su suposición acerca de la dama le pilló desprevenido, consiguiendo sorprenderle. La mirada de Reino se apagó un poco, intentaba encontrar las palabras adecuadas. Los tecnicismos indicaban que efectivamente las flores eran para una dama... En realidad, para dos. Su esposa e hija, fallecidas hace más de seis años. Cada cierta cantidad de meses decidía ir a sus tumbas, a visitarlas y a renovar las coronas de flores, los ramos y las bendiciones.
— No... La verdad yo... — Balbuceó en un comienzo. Incapacitado de decirle la verdad, volvió la vista hacia ella y le sonrió con menos soltura que hace unos instantes. — Es un secreto. — Declaró, dedicándole una amplia sonrisa para que lo dejara pasar. Desconocía por completo las imágenes mentales que la inglesa tenía en su mente en esos momentos. — ¿Vas a comprar eso? — Le preguntó para eludir el tema, refiriéndose a la docena de flores.
- Spoiler:
- Jajajaja descuida.
Reino- Moderador
- Ocupación : Manager
Mensajes : 1266
Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: Decorando el hogar (Priv.)
Su cuerpo instintivamente se tensó al parecer percibir algo en la mirada de Reino, como si estuviera perdido en sus pensamientos, creía saber reconocer una mirada que ella misma había tenido muchas veces en su vida en su habitación, en el avión que la llevaría a Glass City... por lo que prefirió no seguir tocando el tema, ¿acaso había mencionado algo que no debía? Se recordaría entonces ser un poco más cuidadosa con lo que quería decir, sobre todo en frente de alguien como el señor Reino– Lo siento... ¡lamento si fui algo imprudente! –se apresuró a decir un poco avergonzada de su comportamiento, sobre todo al escuchar que le respondía que era un secreto– Descuide, no debí haber preguntado algo tan personal, lo siento... –se acomodó un poco su cabello con un tanto de nerviosismo.
—¿Eh? Oh, sí, claro... creo que es el que más me gusta de los que he podido ver... y entre más, mejor, hasta puedo distribuirlos en mi departamento de ser necesario –soltó una risita al decirlo, un poco más relajada– Uhm... ¿y cómo han ido las cosas en el sello? He oído que ha estado todo muy ajetreado, oí que hasta podrían suspender y reprogramar algunas prácticas y visitas de parte de Musette –preguntó con curiosidad y en un patético intento de sacar algún tema de conversación, ¿desde cuándo se había vuelto así? En las fiestas de sus padres muchos comentaban que era agradable charlar con ella y que tenía algo de qué conversar siempre en la punta de su lengua. ¿Sería que los nervios la bloqueaban a tal punto? Después de todo, no cada día se encontraba con alguien del sello, aunque dicha persona le hubiera dicho que no le tratara con formalidades, para ella permanecía ese deber de tratarle con el respeto necesario.
—¿Eh? Oh, sí, claro... creo que es el que más me gusta de los que he podido ver... y entre más, mejor, hasta puedo distribuirlos en mi departamento de ser necesario –soltó una risita al decirlo, un poco más relajada– Uhm... ¿y cómo han ido las cosas en el sello? He oído que ha estado todo muy ajetreado, oí que hasta podrían suspender y reprogramar algunas prácticas y visitas de parte de Musette –preguntó con curiosidad y en un patético intento de sacar algún tema de conversación, ¿desde cuándo se había vuelto así? En las fiestas de sus padres muchos comentaban que era agradable charlar con ella y que tenía algo de qué conversar siempre en la punta de su lengua. ¿Sería que los nervios la bloqueaban a tal punto? Después de todo, no cada día se encontraba con alguien del sello, aunque dicha persona le hubiera dicho que no le tratara con formalidades, para ella permanecía ese deber de tratarle con el respeto necesario.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Mensajes : 826
Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: Decorando el hogar (Priv.)
— ¿Personal? — Repitió con extrañeza. Reino cayó rápidamente en cuenta que Aria se estaba preocupando por lo que acababa de decir, incluso se disculpó repetidas veces con él. El hombre sonrió entre divertido y enternecido otra vez por su actitud: — No has dicho nada malo, miss. Take it easy. — Le dijo para tranquilizarla, deteniendo la mirada en ella con calma. La señorita Ainsley le parecía una buena chica, cualquiera que tomara en cuenta las sensibilidades de los demás merecía esa consideración.
¿Conocería ella el origen de su congoja? Era posible, los medios metían sus narices en todas partes y tenían la función de comunicarle a todo Glass City lo que sucedía con las celebridades. Pero no siempre lo que contaban las revistas y los matinales era cierto, más de una vez Reino oyó grandes mentiras sobre Revo o su propia persona transmitidas en televisión.
— El sello nunca está tranquilo. Actualmente nos encontramos preparando y seleccionando a los artistas invitados para los conciertos de verano. Seguro Ren Jinguji y Charlotte Nakashima estarán allí, son los novatos más experimentados del año, aunque no he tenido el placer de conocerles en persona. El tercer invitado será una apuesta para todos, pero no se ha decidido quién será. Los periodistas mantienen su foco en esto y Revo ha estado muy estresado, seguro por eso han procurado la cancelación de cualquier visita de parte de los estudiantes... Además nosotros también tenemos un show que preparar, ¿verdad? — Dijo refiriéndose a la obra de teatro.
Reino volteó a observar la belleza de las flores escogidas y se dijo a sí mismo que eso era lo mejor. El penoso accidente ocurrido recientemente en el sello debía pasar lo más desapercibido posible, aunque dudaba que la prensa amarillista guardaría silencio al respecto.
¿Conocería ella el origen de su congoja? Era posible, los medios metían sus narices en todas partes y tenían la función de comunicarle a todo Glass City lo que sucedía con las celebridades. Pero no siempre lo que contaban las revistas y los matinales era cierto, más de una vez Reino oyó grandes mentiras sobre Revo o su propia persona transmitidas en televisión.
— El sello nunca está tranquilo. Actualmente nos encontramos preparando y seleccionando a los artistas invitados para los conciertos de verano. Seguro Ren Jinguji y Charlotte Nakashima estarán allí, son los novatos más experimentados del año, aunque no he tenido el placer de conocerles en persona. El tercer invitado será una apuesta para todos, pero no se ha decidido quién será. Los periodistas mantienen su foco en esto y Revo ha estado muy estresado, seguro por eso han procurado la cancelación de cualquier visita de parte de los estudiantes... Además nosotros también tenemos un show que preparar, ¿verdad? — Dijo refiriéndose a la obra de teatro.
Reino volteó a observar la belleza de las flores escogidas y se dijo a sí mismo que eso era lo mejor. El penoso accidente ocurrido recientemente en el sello debía pasar lo más desapercibido posible, aunque dudaba que la prensa amarillista guardaría silencio al respecto.
Última edición por Reino el Sáb Ene 24, 2015 7:59 pm, editado 1 vez
Reino- Moderador
- Ocupación : Manager
Mensajes : 1266
Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: Decorando el hogar (Priv.)
No sabía si Reino le estaba diciendo aquellas cosas para hacerle sentir mejor o no, pero era algo que de todos modos agradecía, aunque sintiera una leve calidez viniendo de la punta de sus orejas en señal de estar algo avergonzada por lo sucedido. Disculpe, supongo que es costumbre, jejeje... –dijo algo más relajada en presencia del otro, intentando dar vuelta a la página para dejarlo pasar de una vez por todas.
—Comprendo, es normal que esté todo tan ajetreado, supongo que sería más preocupante de lo contrario y que el sello se encontrara vacío, ¿no lo cree? –tiempo, ¿había escuchado bien?– Disculpe, ¿dijo... Ren Jinguji? –repentinamente uno de sus ojos comenzó a temblar en un muy leve tic, ¿así que Ren haría un concierto? Quién lo diría... aún recordaba su último encuentro en la tienda del mall cuando habían ido a comer juntos– Ejem, ya veo, supongo que podría ir a ver, hace mucho que no voy a un concierto por estar estudiando, a decir verdad... –al decir eso comenzó a pensar, ¿no estaría estudiando demasiado? A veces debería de darse un pequeño respiro y tan siquiera salir, ¿qué tan poco conocía Glass City por pasar encerrada en la biblioteca?– Entonces es normal que haya tanta gente pululando en los alrededores de Merveilles con tanta primicia y trabajo por allí, debe ser estresante y agotador para todos... –jugueteó un poco con sus dedos, imaginándose cómo sería la situación– ¡Oh sí, es verdad! Muchos en la escuela están ocupados con ello, de hecho supe que una periodista tiene intenciones de hacer un reportaje al reparto de la obra, pero aún se están concertando los horarios con los alumnos y todo eso... la verdad la situación me pone un poco nerviosa.
Y vaya que la ponía nerviosa, desde que se enteró de ello intentaba no pensar en el hecho de que la transmisión pudiera llegar a verse en Londres o que las noticias viajaran rápido hacia allá. Su madre tenía contactos en todo el mundo y la verdad no le sorprendería que tuviera conocidos allí en Glass City que pudieran informarle que su desaparecida hija se encontraba por aquellos lugares. Si eso llegase a ocurrir, sería su perdición, ¿y si le pedían que regresara?
—La verdad no he conocido a muchos managers pero quisiera felicitarle... uhm, se ve que es muy atento y responsable con sus representados... quiero decir, supongo... pero... es algo que se nota... que es alguien dedicado a su trabajo... –dijo prácticamente de la nada a falta de otro tema de conversación y al no tener intenciones de marcharse aún hacia la caja para no dejarle allí.
—Comprendo, es normal que esté todo tan ajetreado, supongo que sería más preocupante de lo contrario y que el sello se encontrara vacío, ¿no lo cree? –tiempo, ¿había escuchado bien?– Disculpe, ¿dijo... Ren Jinguji? –repentinamente uno de sus ojos comenzó a temblar en un muy leve tic, ¿así que Ren haría un concierto? Quién lo diría... aún recordaba su último encuentro en la tienda del mall cuando habían ido a comer juntos– Ejem, ya veo, supongo que podría ir a ver, hace mucho que no voy a un concierto por estar estudiando, a decir verdad... –al decir eso comenzó a pensar, ¿no estaría estudiando demasiado? A veces debería de darse un pequeño respiro y tan siquiera salir, ¿qué tan poco conocía Glass City por pasar encerrada en la biblioteca?– Entonces es normal que haya tanta gente pululando en los alrededores de Merveilles con tanta primicia y trabajo por allí, debe ser estresante y agotador para todos... –jugueteó un poco con sus dedos, imaginándose cómo sería la situación– ¡Oh sí, es verdad! Muchos en la escuela están ocupados con ello, de hecho supe que una periodista tiene intenciones de hacer un reportaje al reparto de la obra, pero aún se están concertando los horarios con los alumnos y todo eso... la verdad la situación me pone un poco nerviosa.
Y vaya que la ponía nerviosa, desde que se enteró de ello intentaba no pensar en el hecho de que la transmisión pudiera llegar a verse en Londres o que las noticias viajaran rápido hacia allá. Su madre tenía contactos en todo el mundo y la verdad no le sorprendería que tuviera conocidos allí en Glass City que pudieran informarle que su desaparecida hija se encontraba por aquellos lugares. Si eso llegase a ocurrir, sería su perdición, ¿y si le pedían que regresara?
—La verdad no he conocido a muchos managers pero quisiera felicitarle... uhm, se ve que es muy atento y responsable con sus representados... quiero decir, supongo... pero... es algo que se nota... que es alguien dedicado a su trabajo... –dijo prácticamente de la nada a falta de otro tema de conversación y al no tener intenciones de marcharse aún hacia la caja para no dejarle allí.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Re: Decorando el hogar (Priv.)
Reino asintió al escuchar sus suposiciones. En parte debía contentarse de la agitación y la falta de tiempo, un sello de música en completa calma era sinónimo de bajas ventas y poca rotación de artistas. Le llamó la atención que mencionara a Ren Jinguji pero no dijo nada, en parte era natural que le conociera, sus canciones estaban principalmente dirigidas al público femenino. No quiso introducir el tema, pensando que una muchacha tan recatada como Aria seguro se avergonzaría de reconocer ante un adulto su fanatismo hacia el idol.
— Deberías ir, te ayudará a despejarte de tanto estudio y ensayos. — Le recomendó, luego de esto se puso serio un momento. Chistó los dientes al escuchar que una periodista estaba interesada en los miembros de la obra, la prensa metía sus narices en todo y eso le encabronaba. — Hn... No te presiones mucho, ¿quieres? La obra escolar es un evento importante pero el objetivo principal es que pongas a prueba tus capacidades y lo disfrutes. Si la prensa te jode mucho tienes mi permiso de mandarla al carajo, aunque Revo probablemente me mate si me escucha jajajaja, suena contradictorio que te diga esto después de haber realizado una rigurosa selección y de promulgar en beneficio de la imagen del sello. Pienso que incluso el estrés de estos espacios es placentero y nadie tiene derecho a arruinarte eso, sólo tienes que ser tú misma y ya. Si estás estresada significa que tienes mucho que hacer, si eso te pone nerviosa significa que te importa y te estás esforzando por ello... ¿Y sabes? Eso quiere decir que estás avanzando. No hay nada más gratificante que hacer lo que te gusta y saber que estás yendo hacia adelante, las recompensas y los sueños cumplidos llegan después de una cuota de esfuerzo. ¡Deja de preocuparte y disfruta el proceso! — Le enseñó los dientes con una sonrisa amigable.
Sonaba a sermón pero Reino tenía la costumbre de explayarse innecesariamente, sobretodo con los menores.
La industria de la música tenía cientos de cosas que detestaba: los timos, las explotaciones, los sobornos, las relaciones interesadas, los paparazzi... En suma, era un mundo lleno de falsedades y resultaba difícil confiar en alguien. Pero si había que soportar todo eso para llegar a subirse a un escenario y divertirse junto al público, valía la pena. Parte de su motivación era ayudar en el surgimiento de artistas de verdad y que estos llegaran al Glass Dome, y si tenía la oportunidad de transmitir estas ideas a las futuras generaciones lo haría.
— ¿Hmm? Gracias, no suelen decirme eso a menudo... — Contestó entre extrañado y halagado. Esto le hacía pensar que su carrera como manager no era tan exitosa en relación a cuando era vocalista en The Owners. — Cuando seas profesional entenderás que el perfil que se necesita en esta industria no se ajusta al mío. Ah, ¿me envuelve una corona de esas? — Le preguntó al vendedor de hace un momento cuando este pasó por su lado.
Este se sobresaltó al notar que el tipo del mohicano le estaba hablando otra vez.
— Sssssi... — Le respondió con voz temblorosa y fue a buscar la corona de flores.
— Deberías ir, te ayudará a despejarte de tanto estudio y ensayos. — Le recomendó, luego de esto se puso serio un momento. Chistó los dientes al escuchar que una periodista estaba interesada en los miembros de la obra, la prensa metía sus narices en todo y eso le encabronaba. — Hn... No te presiones mucho, ¿quieres? La obra escolar es un evento importante pero el objetivo principal es que pongas a prueba tus capacidades y lo disfrutes. Si la prensa te jode mucho tienes mi permiso de mandarla al carajo, aunque Revo probablemente me mate si me escucha jajajaja, suena contradictorio que te diga esto después de haber realizado una rigurosa selección y de promulgar en beneficio de la imagen del sello. Pienso que incluso el estrés de estos espacios es placentero y nadie tiene derecho a arruinarte eso, sólo tienes que ser tú misma y ya. Si estás estresada significa que tienes mucho que hacer, si eso te pone nerviosa significa que te importa y te estás esforzando por ello... ¿Y sabes? Eso quiere decir que estás avanzando. No hay nada más gratificante que hacer lo que te gusta y saber que estás yendo hacia adelante, las recompensas y los sueños cumplidos llegan después de una cuota de esfuerzo. ¡Deja de preocuparte y disfruta el proceso! — Le enseñó los dientes con una sonrisa amigable.
Sonaba a sermón pero Reino tenía la costumbre de explayarse innecesariamente, sobretodo con los menores.
La industria de la música tenía cientos de cosas que detestaba: los timos, las explotaciones, los sobornos, las relaciones interesadas, los paparazzi... En suma, era un mundo lleno de falsedades y resultaba difícil confiar en alguien. Pero si había que soportar todo eso para llegar a subirse a un escenario y divertirse junto al público, valía la pena. Parte de su motivación era ayudar en el surgimiento de artistas de verdad y que estos llegaran al Glass Dome, y si tenía la oportunidad de transmitir estas ideas a las futuras generaciones lo haría.
— ¿Hmm? Gracias, no suelen decirme eso a menudo... — Contestó entre extrañado y halagado. Esto le hacía pensar que su carrera como manager no era tan exitosa en relación a cuando era vocalista en The Owners. — Cuando seas profesional entenderás que el perfil que se necesita en esta industria no se ajusta al mío. Ah, ¿me envuelve una corona de esas? — Le preguntó al vendedor de hace un momento cuando este pasó por su lado.
Este se sobresaltó al notar que el tipo del mohicano le estaba hablando otra vez.
— Sssssi... — Le respondió con voz temblorosa y fue a buscar la corona de flores.
Reino- Moderador
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Re: Decorando el hogar (Priv.)
Se sintió extrañada y a la vez aliviada de que Reino no le preguntara nada más sobre el asunto de Ren, supuso que en el fondo quiso ser respetuoso de su privacidad, y por otro lado agradecía que le instara a asistir al concierto, fuera de Ren o no. El hecho de que alguien mayor y a quien respetaba, como al "profesor", hiciera algo así era como una especie de excusa para así obligarse a ir y sacar de una vez por todas la nariz de los libros siquiera por un día. Reino tenía razón: debía despejarse y dejar de presionarse tanto, o quizás tarde o temprano podría salir perjudicada por ello de una forma u otra.
No se le pasó por alto la mueca de Reino ante la mención de la prensa, aunque comprendió que al tener un trabajo como el suyo los encontrones con periodistas y paparazzis estaban a la orden del día, por lo que prefirió ahorrarle un mayor disgusto y evitó el tema. Y para confirmar sus pensamientos, Reino le dijo que podía mandar al carajo a cualquier periodista que la molestara. "Bueno, siempre puedo tomar su palabra y citarlo en cuanto tenga algún inconveniente, supongo..."
—Comprendo, p-pero... la verdad, no podría hacer eso, no me sentiría del todo bien, aunque... creo que tendrían que tocarme fibras muy sensibles como para hacerme enloquecer... pero supongo que eso se les da muy bien... de seguro son unos expertos en ello –comentó mientras jugueteaba un poco con su cabello– Pero también comprendo que mantener una buena relación con los medios es esencial para un sello discográfico a fin de evitar conflictos y problemas, ¿no es verdad?
Se sintió contagiada por el ánimo en la sonrisa de Reino, devolviéndole el gesto con un aire más relajado, aunque trataba de no pasarse de la raya con la confianza hacia él, a pesar de que irradiara en todo momento ese aire de camaradería.
—Gracias, se-... eh, Reino –se mordió su labio para reprimir su "tic"– Lamento que no le digan esas cosas a menudo, a mí me parece que sí merece esos reconocimientos, supongo que todos, de vez en cuando... y también debo agradecerle, creo que nunca había tenido una charla así con alguien, mucho menos del sello... ¡B-bueno, no es como si tuviera a muchos amigos o conocidos como para platicar de esa manera...! –la verdad era que si lo pensaba, no tenía a muchas personas para ello. No tenía una compañera de cuarto aún, ni tampoco había tenido demasiado contacto con otros alumnos, cuando mucho unas cuantas charlas. Quizás lo más cercano que podría tener a una amiga sería Lucia después de su encuentro en el jardín– Ejem... me seguiré esforzando porque sé que tarde o temprano obtendré lo que busco –acto seguido, hizo una inclinación muy suave con su cabeza para oír de paso la mención de la palabra "corona", abriendo sus ojos por la sorpresa pero disimulando lo mejor posible.
"Corona... ya veo... y yo diciendo semejantes cosas, soy una idiota..." se mantuvo pensativa un tiempo pero reaccionó antes que el dependiente se marchara y alzó un poco su voz para que pudiera hacerse oír. Disculpe, ¿para mí podría ser este arreglo? Por favor, gracias –hizo un gesto de su mano para indicar el arreglo al que se refería, por el cual había preguntado en un inicio.
Se sentía un poco culpable por su comentario de hacía un rato y además le sabía mal dejarle después de tan poco tiempo, pero dadas las circunstancias del rumbo que probablemente tomaría Reino, no consideraba prudente preguntarle qué es lo que haría a continuación, mucho menos preguntar si le acompañaba en su camino.
No se le pasó por alto la mueca de Reino ante la mención de la prensa, aunque comprendió que al tener un trabajo como el suyo los encontrones con periodistas y paparazzis estaban a la orden del día, por lo que prefirió ahorrarle un mayor disgusto y evitó el tema. Y para confirmar sus pensamientos, Reino le dijo que podía mandar al carajo a cualquier periodista que la molestara. "Bueno, siempre puedo tomar su palabra y citarlo en cuanto tenga algún inconveniente, supongo..."
—Comprendo, p-pero... la verdad, no podría hacer eso, no me sentiría del todo bien, aunque... creo que tendrían que tocarme fibras muy sensibles como para hacerme enloquecer... pero supongo que eso se les da muy bien... de seguro son unos expertos en ello –comentó mientras jugueteaba un poco con su cabello– Pero también comprendo que mantener una buena relación con los medios es esencial para un sello discográfico a fin de evitar conflictos y problemas, ¿no es verdad?
Se sintió contagiada por el ánimo en la sonrisa de Reino, devolviéndole el gesto con un aire más relajado, aunque trataba de no pasarse de la raya con la confianza hacia él, a pesar de que irradiara en todo momento ese aire de camaradería.
—Gracias, se-... eh, Reino –se mordió su labio para reprimir su "tic"– Lamento que no le digan esas cosas a menudo, a mí me parece que sí merece esos reconocimientos, supongo que todos, de vez en cuando... y también debo agradecerle, creo que nunca había tenido una charla así con alguien, mucho menos del sello... ¡B-bueno, no es como si tuviera a muchos amigos o conocidos como para platicar de esa manera...! –la verdad era que si lo pensaba, no tenía a muchas personas para ello. No tenía una compañera de cuarto aún, ni tampoco había tenido demasiado contacto con otros alumnos, cuando mucho unas cuantas charlas. Quizás lo más cercano que podría tener a una amiga sería Lucia después de su encuentro en el jardín– Ejem... me seguiré esforzando porque sé que tarde o temprano obtendré lo que busco –acto seguido, hizo una inclinación muy suave con su cabeza para oír de paso la mención de la palabra "corona", abriendo sus ojos por la sorpresa pero disimulando lo mejor posible.
"Corona... ya veo... y yo diciendo semejantes cosas, soy una idiota..." se mantuvo pensativa un tiempo pero reaccionó antes que el dependiente se marchara y alzó un poco su voz para que pudiera hacerse oír. Disculpe, ¿para mí podría ser este arreglo? Por favor, gracias –hizo un gesto de su mano para indicar el arreglo al que se refería, por el cual había preguntado en un inicio.
Se sentía un poco culpable por su comentario de hacía un rato y además le sabía mal dejarle después de tan poco tiempo, pero dadas las circunstancias del rumbo que probablemente tomaría Reino, no consideraba prudente preguntarle qué es lo que haría a continuación, mucho menos preguntar si le acompañaba en su camino.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Edad : 30
Re: Decorando el hogar (Priv.)
— Jajajaja pues vaya que se les da bien, ganan dinero tocándole los cojones a la gente. Pero lo que dices es muy válido, Revo siempre lo dice. — Le respondió a la jovencita, quien a pesar de su edad parecía mucho más preparada que él para enfrentar al mundo del espectáculo, los paparazzi y toda esa parafernalia mediática. Esa era la postura inteligente que se necesitaba para salir adelante en cualquier sello de música.
Pero Reino era un desadaptado innato que mantenía una actitud combativa, muy inmadura y anti-sistémica, relacionada directamente con su historia de vida. Sus impulsos lo traicionaban y eso era fuente de problemas, aunque ahora, después de todo lo ocurrido como The Owners, con su familia y con el propio Revo, hacía lo imposible para no ocasionar molestias a los demás. No estaba allí totalmente por su propio pie, lo que menos podía hacer era echar una mano a sus seres queridos con lo que necesitasen. Y de paso, se ganaba la vida con eso.
Cuando Aria retomó el habla ambos se acercaron a la caja registradora. Al llegar a ella, el manager volvió a encontrar miradas con el temeroso mozuelo que llevaba a cuestas su encargo.
— Atiende a la señorita primero. No llevo prisa. — Pidió, por lo que el empleado tuvo que dejar la corona de flores en el mesón y fue en busca del arreglo de Aria. En eso, Reino volvió su cuerpo hacia ella y le sonrió con la misma naturalidad; le agradaba que Aria fuera una niña prudente y no preguntara sobre la corona que pretendía llevarse al cementerio. — Gracias por tus palabras. Sé que no soy tu profesor pero las actividades de la obra escolar me han permitido acercarme a ustedes, los estudiantes. Si tienes alguna duda o problema que quieras resolver no dudes en buscarme... — Al decir esto, Reino sacó una tarjeta de presentación que llevaba en el interior de su saco. Una de las muchas que traía consigo por el clásico protocolo del manager: nunca se sabía cuándo podía aparecer un talento digno de representación, sobretodo en una ciudad como esa. — No prometo que daré los mejores consejos, pero al menos contestaré una llamada, jajajaja~ — Añadió, haciéndole entrega de la tarjeta y dejando escapar otra carcajada limpia.
La tarjeta de presentación era completamente negra y las letras estaban grabadas con color plateado brillante. En ella sólo aparecía el pseudónimo Reino, centrado y muy grande. Abajo del mismo se especificaba la ocupación (Manager de Merveilles Records) y en el borde inferior del lado izquierdo estaba anotado el número de contacto. Algo simple y preciso, como a él le gustaba.
Pero Reino era un desadaptado innato que mantenía una actitud combativa, muy inmadura y anti-sistémica, relacionada directamente con su historia de vida. Sus impulsos lo traicionaban y eso era fuente de problemas, aunque ahora, después de todo lo ocurrido como The Owners, con su familia y con el propio Revo, hacía lo imposible para no ocasionar molestias a los demás. No estaba allí totalmente por su propio pie, lo que menos podía hacer era echar una mano a sus seres queridos con lo que necesitasen. Y de paso, se ganaba la vida con eso.
Cuando Aria retomó el habla ambos se acercaron a la caja registradora. Al llegar a ella, el manager volvió a encontrar miradas con el temeroso mozuelo que llevaba a cuestas su encargo.
— Atiende a la señorita primero. No llevo prisa. — Pidió, por lo que el empleado tuvo que dejar la corona de flores en el mesón y fue en busca del arreglo de Aria. En eso, Reino volvió su cuerpo hacia ella y le sonrió con la misma naturalidad; le agradaba que Aria fuera una niña prudente y no preguntara sobre la corona que pretendía llevarse al cementerio. — Gracias por tus palabras. Sé que no soy tu profesor pero las actividades de la obra escolar me han permitido acercarme a ustedes, los estudiantes. Si tienes alguna duda o problema que quieras resolver no dudes en buscarme... — Al decir esto, Reino sacó una tarjeta de presentación que llevaba en el interior de su saco. Una de las muchas que traía consigo por el clásico protocolo del manager: nunca se sabía cuándo podía aparecer un talento digno de representación, sobretodo en una ciudad como esa. — No prometo que daré los mejores consejos, pero al menos contestaré una llamada, jajajaja~ — Añadió, haciéndole entrega de la tarjeta y dejando escapar otra carcajada limpia.
La tarjeta de presentación era completamente negra y las letras estaban grabadas con color plateado brillante. En ella sólo aparecía el pseudónimo Reino, centrado y muy grande. Abajo del mismo se especificaba la ocupación (Manager de Merveilles Records) y en el borde inferior del lado izquierdo estaba anotado el número de contacto. Algo simple y preciso, como a él le gustaba.
Reino- Moderador
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Re: Decorando el hogar (Priv.)
Se acercó junto con Reino a la caja registradora mientras esperaba que el dependiente se encargara de su pedido. Miró de reojo a Reino, él era un claro ejemplo de que el exterior podía engañar a cualquiera, podría tener una apariencia de alguien rebelde o hasta un maleante a ojos de otros, pero tras unas cuantas palabras con él era más que apreciable que era una persona bastante afable, gentil y simpático, inclusive vivaz si era posible decirlo.
—Además creo que es algo como la policía, todo lo que se diga puede ser usado en contra propia, sobre todo si se va en plan hostil... cuando se va de contrario, puede que no sea así... o al menos eso creo... pero nunca confiar el paso, eso es importante... –dijo continuando con la charla de hacía unos momentos, mirando algo distraída el resto de los arreglos florales hasta que Reino intervino para darle prioridad al pedido de ella– ¡Por favor no se preocupe! Yo tampoco llevo prisa en absoluto –se apresuró a decir, haciendo gestos con las manos– ¡Ah! Lo mismo digo... aunque no sea un profesor como tal, no significa que no pueda enseñarme cosas como uno, así que valoro todo lo que me ha dicho hasta el momento
Entonces se percató que Reino le estaba ofreciendo algo, una tarjeta de presentación. Abrió los ojos en su sorpresa para recibirla con mucha delicadeza, como si se tratara de algo invaluable– ¡Claro que lo haré, descuide! Muchas gracias Reino... de veras significa mucho para mí... aunque a diario debe repartir muchas como esta –dijo con una risa al referirse a las tarjetas, desde luego que al pertenecer al sello y ser un manager debía llevar muchas iguales consigo para entregar– Lo aprecio mucho, muchas gracias... –dijo de nuevo justo cuando llegaba el encargado con el arreglo envuelto en papel de arroz y cubierto un poco más en una especie de celofán para proteger los pétalos.
—Muchas gracias, por favor, ahora atiéndale a él, me siento culpable por hacerle esperar tanto... Tenga aquí... –le ofreció el dinero al encargado y cargó con mucho cuidado las flores por miedo a dañarlas, sin querer que nada malo les pasara de allí a su cuarto en Musette– Sé que no va con prisa pero lamento haberle retardado en su camino, pero fue una charla bastante agradable, ¿significa que ahora separamos caminos? No quiero importunarle más de lo necesario –se disculpó con una inclinación de su cabeza.
—Además creo que es algo como la policía, todo lo que se diga puede ser usado en contra propia, sobre todo si se va en plan hostil... cuando se va de contrario, puede que no sea así... o al menos eso creo... pero nunca confiar el paso, eso es importante... –dijo continuando con la charla de hacía unos momentos, mirando algo distraída el resto de los arreglos florales hasta que Reino intervino para darle prioridad al pedido de ella– ¡Por favor no se preocupe! Yo tampoco llevo prisa en absoluto –se apresuró a decir, haciendo gestos con las manos– ¡Ah! Lo mismo digo... aunque no sea un profesor como tal, no significa que no pueda enseñarme cosas como uno, así que valoro todo lo que me ha dicho hasta el momento
Entonces se percató que Reino le estaba ofreciendo algo, una tarjeta de presentación. Abrió los ojos en su sorpresa para recibirla con mucha delicadeza, como si se tratara de algo invaluable– ¡Claro que lo haré, descuide! Muchas gracias Reino... de veras significa mucho para mí... aunque a diario debe repartir muchas como esta –dijo con una risa al referirse a las tarjetas, desde luego que al pertenecer al sello y ser un manager debía llevar muchas iguales consigo para entregar– Lo aprecio mucho, muchas gracias... –dijo de nuevo justo cuando llegaba el encargado con el arreglo envuelto en papel de arroz y cubierto un poco más en una especie de celofán para proteger los pétalos.
—Muchas gracias, por favor, ahora atiéndale a él, me siento culpable por hacerle esperar tanto... Tenga aquí... –le ofreció el dinero al encargado y cargó con mucho cuidado las flores por miedo a dañarlas, sin querer que nada malo les pasara de allí a su cuarto en Musette– Sé que no va con prisa pero lamento haberle retardado en su camino, pero fue una charla bastante agradable, ¿significa que ahora separamos caminos? No quiero importunarle más de lo necesario –se disculpó con una inclinación de su cabeza.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Re: Decorando el hogar (Priv.)
El manager sonrió de medio lado. Aria tenía un punto, la hostilidad no era la actitud adecuada para tratar con la prensa. Pero no podía evitarlo, las malas experiencias que tenía con reporteros y demases no hacían más que acumularse y eso no ayudaba mucho a mejorar sus relaciones con ellos. De todos modos, le contentaba saber que los estudiantes de Musette tenían excelentes modales, dudaba que alguno de ellos pudiera tener alguna especie de percance mediático.
No mentiría, no le agradaba que siendo tan jóvenes los estudiantes estuvieran metidos en reportajes de revistas y en entrevistas televisadas, eso podía manchar la imagen de los artistas antes de su propio debut. Pero así era como funcionaban las cosas en Glass City y como viejo oriundo de esa ciudad debía empezar a acostumbrarse de una vez.
— Jajaja sólo es una tarjeta pero es de mucha utilidad... Tengo la impresión de haber olvidado mi número de contacto, jajajaja. — Debido al carácter privado de la visita que tenía que realizar en esos momentos, Reino se dejó el móvil en casa. Cualquier manager o trabajador del sello le mataría de saberlo, porque a pesar de las polémicas causadas por su pasado y forma de ser, Reino cargaba con grandes responsabilidades dentro de las instalaciones de Merveilles. Pero le importaba un comino, al menos esa tarde. — No hay de qué, miss. — Respondió a sus agradecimientos, quería echarle una mano a Aria para que tomara el ramo sin dificultades pero ella se acomodó antes de poder ofrecerle su ayuda.
En ese momento, Reino volvió la mirada hacia el empleado:
— ¡...! ¡En seguida me haré cargo de su pedido! — Dijo inmediatamente, con los nervios escarpados.
— Más te vale, mocoso.
Sólo quería jugar un poco con el mozuelo, pero este se tomó la intimidación bastante a pecho y corrió a envolverle la corona con presteza. Por otro lado, la estudiante estaba por retirarse.
— Te veré en los ensayos. Take care, miss. — Dijo alzando una mano para despedirse, luego la devolvió al bolsillo y pensó que ese encuentro había aliviado al menos un poco de la tristeza que le embargaba ese día, año tras año.
No mentiría, no le agradaba que siendo tan jóvenes los estudiantes estuvieran metidos en reportajes de revistas y en entrevistas televisadas, eso podía manchar la imagen de los artistas antes de su propio debut. Pero así era como funcionaban las cosas en Glass City y como viejo oriundo de esa ciudad debía empezar a acostumbrarse de una vez.
— Jajaja sólo es una tarjeta pero es de mucha utilidad... Tengo la impresión de haber olvidado mi número de contacto, jajajaja. — Debido al carácter privado de la visita que tenía que realizar en esos momentos, Reino se dejó el móvil en casa. Cualquier manager o trabajador del sello le mataría de saberlo, porque a pesar de las polémicas causadas por su pasado y forma de ser, Reino cargaba con grandes responsabilidades dentro de las instalaciones de Merveilles. Pero le importaba un comino, al menos esa tarde. — No hay de qué, miss. — Respondió a sus agradecimientos, quería echarle una mano a Aria para que tomara el ramo sin dificultades pero ella se acomodó antes de poder ofrecerle su ayuda.
En ese momento, Reino volvió la mirada hacia el empleado:
— ¡...! ¡En seguida me haré cargo de su pedido! — Dijo inmediatamente, con los nervios escarpados.
— Más te vale, mocoso.
Sólo quería jugar un poco con el mozuelo, pero este se tomó la intimidación bastante a pecho y corrió a envolverle la corona con presteza. Por otro lado, la estudiante estaba por retirarse.
— Te veré en los ensayos. Take care, miss. — Dijo alzando una mano para despedirse, luego la devolvió al bolsillo y pensó que ese encuentro había aliviado al menos un poco de la tristeza que le embargaba ese día, año tras año.
Reino- Moderador
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Re: Decorando el hogar (Priv.)
—¡No sólo es una tarjeta! –sentenció con una risa ante el comentario de Reino. Sí, en efecto podía ser una tarjeta más, común y corriente, en un trozo de papel más con sus letras y números, pero más allá de eso estaba lo que representaba– No hay problema, hasta yo me olvido mi número de vez en cuando, por eso lo tengo guardado en mi directorio, por si acaso...
No pudo evitar contener una risita por ver la reacción tan temerosa del dependiente a una sola mirada de Reino. Comenzaba a creer que de vez en cuando el manager lo disfrutaba como una diversión secreta.
—Entonces creo que me marcho ya... –dijo con una inclinación de su cabeza– Cuidese usted también, ¡me estaré esforzando para los ensayos! –le correspondió al gesto de la mano, alzando la suya de igual manera.
La verdad no quería decir nada sobre lo que probablemente haría Reino al salir del lugar, sin embargo, quería mostrarle a su manera alguna muestra de apoyo sin parecer una entrometida en sus asuntos. Supuso de todos modos que él tendría amigos que le prestaban su hombro de vez en cuando, pero, ¿no que a veces las personas como él tendían a ser más reservadas con sus problemas?
—Tenga... –fue lo único que acertó a decir mientras hacía el intento cuidadoso de sacar una de las flores de su ramo para tendérsela a Reino con una cálida sonrisa, tratando de darle ánimos a su modo– ¡A-ah, l-lo siento! Debo de irme ahora, ¡hasta luego! –se sonrojó un poco por la vergüenza antes de marcharse, ¿acaso habría quedado como una tonta? Tan sólo esperaba infundirle un poco de ánimos al manager, suponiendo que lo que hiciera a continuación no sería algo muy feliz que digamos.
No pudo evitar contener una risita por ver la reacción tan temerosa del dependiente a una sola mirada de Reino. Comenzaba a creer que de vez en cuando el manager lo disfrutaba como una diversión secreta.
—Entonces creo que me marcho ya... –dijo con una inclinación de su cabeza– Cuidese usted también, ¡me estaré esforzando para los ensayos! –le correspondió al gesto de la mano, alzando la suya de igual manera.
La verdad no quería decir nada sobre lo que probablemente haría Reino al salir del lugar, sin embargo, quería mostrarle a su manera alguna muestra de apoyo sin parecer una entrometida en sus asuntos. Supuso de todos modos que él tendría amigos que le prestaban su hombro de vez en cuando, pero, ¿no que a veces las personas como él tendían a ser más reservadas con sus problemas?
—Tenga... –fue lo único que acertó a decir mientras hacía el intento cuidadoso de sacar una de las flores de su ramo para tendérsela a Reino con una cálida sonrisa, tratando de darle ánimos a su modo– ¡A-ah, l-lo siento! Debo de irme ahora, ¡hasta luego! –se sonrojó un poco por la vergüenza antes de marcharse, ¿acaso habría quedado como una tonta? Tan sólo esperaba infundirle un poco de ánimos al manager, suponiendo que lo que hiciera a continuación no sería algo muy feliz que digamos.
- Spoiler:
- Está bien si después de responder lo cierra uwu para entonces Aria ya estará lejos, creo (?)
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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