La noche boca arriba (Shizuka)

Al cabo de unos treinta minutos caminando se adentraron en el sector residencial de los barrios bajos, donde el pútrido hedor a basura reinaba y podían distinguirse algunas bandas de maleantes tonteando en cada esquina. Ebrios en el suelo, prostitutas descaradamente discutiendo en la calle, perros desnutridos buscando algo que comer, todo eso formaba parte del ambiente al que pertenecía.

Ayato cargaba la comida con una mano y no dijo nada en todo el trayecto hasta allí, tenía muchas preguntas que hacerle a Shizuka pero no consideraba apropiado hacerlo en las calles. Ya estaba más que claro que Glass City no era una ciudad segura, después de lo ocurrido hace cuatro días no estaba dispuesto a confiar en nadie.

Pero tenía el presentimiento de que el ángel podría darle información al respecto, pues tenía la teoría de que el sujeto del cabello blanco era de una especie similar a la suya. No era una certeza pero nada perdía con probar.

Al llegar al edificio correspondiente subieron las escaleras y caminaron un poco por el reducido pasillo exterior, deteniéndose ante una puerta que indicaba con letras desgastadas el numero 211. Introdujo la llave por la cerradura y al cabo de unos segundos estuvo abierto, ambos dieron un paso hacia el interior de la estancia que se encontraba a oscuras. Ayato alcanzó el interruptor que se encontraba en la entrada, al encender las luces ambos presenciaron el desastre que estaba hecho en el cuarto individual bajo el cual vivía el dhampiro.

Desorden de referencia:

- Llegamos - anunció con tranquilidad, para luego sentarse en el filo de su cama y comenzar a engullir la comida que Shizuka había conseguido para él.

Mientras caminábamos no era nada sorprendente volver a este lugar, lo único que si que no me gustó ver perros desnutridos, después cuando vuelva les traeré comida a esos animales, no sin antes ver como Ayato me llevaba a su residencia, cuando entre quede sorprendida.

El desorden era grande, pero he estado en peores, lo que mas me intereso fue la guitarra, miraba ese instrumento con mucha atención, no quería tocarla sin embargo me resultaba muy interesante. Vi como Ayato se empezaba a comer la comida que le había traído. 

Sin embargo mis energías ya habían vuelto, mire a Ayato para preguntarle - ¿Sabes tocar la guitarra?- le pregunte con ojos con brillos, fue cuando me di cuenta que la pregunta había sido un poco tonta así que carraspee- Digo obviamente que la tocas, jejeje debes ser muy bueno- dije mirando el instrumento.

- En eso eres mejor ...yo no se tocar ningún instrumento- dije sonriendole, mire el suelo y me senté para estar mas cómoda, di un pequeño suspiro para mirarlo - ¿Como esta la comida? ¿Esta buena? - le pregunte ya que la comida que le había traído era una de las mejores comidas rápidas de esta ciudad.

Me pregunto que pasará por la mente de Ayato... desde el fondo de mi corazón quisiera ser su amiga...

Ayato engulló en silencio, partiendo por la hamburguesa para luego alternar con las patatas fritas. Los vampiros puros percibían el sabor de la tierra en la lengua al comer alimentos humanos, pero debido a su condición incompleta nunca había tenido problemas para ello. Es más, por algún motivo se sentía muy a gusto con ese tipo de comida, algo raro pues cuando realmente tenía hambre solo la sangre conseguía saciarle.

- ¿Sabes tocar la guitarra? ...Digo obviamente que la tocas, jejeje debes ser muy bueno - Ayato se volvió a observarla, notando que aquél instrumento había capturado su atención.
- Por supuesto, un genio como yo es bueno en todo lo que hace - respondió altanero, dando un gran mordisco a su hamburguesa. - También tengo una eléctrica pero está en su forro, me he planteado aprender desde que llegué a esta ciudad - contestó con la boca llena.

Un sujeto tan orgulloso como Ayato no permitiría que otro humano le diera clases de ningún tipo, y por ese mismo motivo se había tardado muchísimo en dominar el instrumento. Aún era un principiante pero no lo admitiría abiertamente.

- ¿Cómo está la comida? ¿Está buena?
- Si, se enfrío un poco con el viaje pero tengo tanta hambre que no importa...por cierto... - comenzó a decir, un poco intrigado por ver que Shizuka no comía - ¿por qué no compraste nada para ti? En este sitio no tengo nada que ofrecerte - le reveló sin vergüenza, dado a que era primera vez que sentía tanta urgencia por alimentarse de algo que no fuera la sangre.

Ante la explicación de Ayato mis ojos mostraban un brillo particular ya que siempre me había gustado escuchar la música que salia de los instrumentos, la gente que hacía música era increíble, fue en ese momento que me quede observando que escuche el comentario de Ayato.

Si, se enfrío un poco con el viaje pero tengo tanta hambre que no importa...por cierto...

Como que se enfrió, lo rodee con una esfera de agua, es decir un escudo para que le llegara la comida caliente, infle mis mofletes y mire hacia otro lado, fue cuando el comentario de Ayato siguió, yo solo di un suspiro y le sonreí.

¿por qué no compraste nada para ti? En este sitio no tengo nada que ofrecerte

-De eso no se preocupe, yo estoy bien- dije sonriéndole – Ya comí algo, así que no se preocupe, si tiene mas hambre me dice y le preparo algo que usted me pida, dígame la comida y se la hago – dije sonriendo y sintiéndome orgullosa- Soy muy buena cocinera – dije alegre ya que tenia cualidades culinarias, no en el tema de hacer formas que parecieran lo que yo digo pero el sabor siempre me quedaba excelente.

-Me queda plata para comprar ingredientes, además si no mal recuerdo creo que llevo un par conmigo – dije cerrando mis ojos y haciendo que del frasco que llevo conmigo siempre saliera una especie de remolino, meti mi mano y saque un poco – Creo que habia huevo, harina, tomate, carne para hacer un bistec y un mousse- dije lo ultimo con ojos brillantes, cuando termine de sacar los ingredientes que tenia en mis manos.

Fue cuando recordé que el mousse que tenia era de chocolate amargo, con salsa de chocolate abajo y crema chantilli.

Si era amargo de seguro Ayato querrá comérselo ...tendré que dárselo.

Siguió comiendo, cada vez más calmado al sentir saciada su hambre. Aunque la nueva oferta de Shizuka no sonaba nada mal le daba mucha desconfianza la procedencia de esos ingredientes, su poder era algo fuera de su comprensión y por ende no podía confiar ciegamente en él.

Observó en silencio a la muchacha, sin querer mencionar que la cocina no había sido usada hace meses por lo que dudaba que estuviera en perfecto funcionamiento. Pero más importante que eso...¿por qué tenía tantas ganas de cocinar?

Apenas él acabó con sus alimentos arrugó los aceitosos papeles que envolvían la hamburguesa y las papas, para entonces lanzarlos hacia un punto aleatorio de la habitación. Sorbeteó un largo trago de bebida antes de preguntarle:

- ¿Por qué te molestas tanto en atenderme? - Quiso saber, observándole con una mirada severa y penetrante. Pero no tardó mucho en abandonar esa tensión, Ayato le dirigió una sonrisa ladina a medida que decía: - Yo no he hecho nada bueno por ti...jeje, realmente debes amarme...¡y no te culpo! - comentó divertido, volviendo a tocar el tema anterior sin pizca de vergüenza.

Se hizo un silencio en el que Ayato apoyó la espalda a los pies de su cama, levantando la mirada hasta un punto indefinido del techo, pensando y pensando en todo lo ocurrido esos últimos meses.

- Hm...debe ser...porque eres un ángel ¿no? Está en tu naturaleza cuidar a los demás... - dijo tras una breve reflexión, sin mirarla. El tipo de cabello blanco apareció involuntariamente en sus pensamientos, por lo que se vio en la necesidad de preguntar: - dime...además de tus trucos de magia, ¿qué más puede hacer un ángel?

Al decir eso de un golpe rápido solté su mano y di un salto hacia atrás, quedándome apoyada contra la pared - ¡¡¡Que esta diciendo!!! – roja – Yo no tengo ese tipo de sentimientos hacia usted o mejor dicho no se que es ese sentimiento, nunca he experimentado eso de amar a alguien, he experimentado otro tipo de sentimientos como rencor, ira, placer…creo que si… - ruborizada – Alegría, diversión, amistad pero el amor nunca – dije en inflando mis mofletes y roja de vergüenza con que le había dicho.


Hm...debe ser...porque eres un ángel ¿no? Está en tu naturaleza cuidar a los demás... 

-¿Mi naturaleza?- esa pregunta resonó en mi mente. – De que soy un ángel si y tenemos esa naturaleza de cuidar a los demás, pero no es raro que un ángel cuide a toda criatura- le dije a Ayato, di un suspiro. – Somos seres que cuidamos humanos y personas con buen corazón, todo ángel es como un humano, es único y muchas veces nuestra naturaleza la ignoramos y hacemos lo que nos dicta el corazón.

dime...además de todos tus trucos de magia, ¿qué más puede hacer un ángel?

-Trucos de magia …- volví a suspirar – No son trucos de magia, son habilidades con las que nacemos, es decir cada ángel nace con una especie de habilidad. La mía es controlar el agua y utilizar sus componentes para regenerar cosas que han sido dañadas haciéndome o provocándome un gasto de energía enorme y dejándome sin ropa. Estamos hechos para destruir las energías oscuras o malignas, cada ángel puede regenerar las energías que han sido destruidas por otros por un tiempo, para ser exactos unos 3 meses aproximadamente. Tenemos la misión de destruir el mal aunque esa misión para mi ya no es valida – dijo sonriendo de forma escalofriante.

– Ya que me único fin es acabar con Kouda Ichigo, es la única persona que yo, Miname Shizuka, mataría con mis propias manos – dije dándome cuenta que había mostrado un poco ese lado asesino, di un pequeño carraspeo. – ¿Otra duda mas sobre los ángeles, Ayato? - pregunte para después mirar mi mousse.

No podía entender por qué el ángel valoraba tanto que la acompañara en un día tan estúpido como ese, para él no tenía ningún sentido. No eran humanos, no tenían por qué hacer caso a esas fechas tan extrañas y que solo buscaban potenciar el comercio. Debido a su narcisismo, para Ayato resultaba evidente que Shizuka tenía sentimientos por él, era lo más lógico a su parecer.

Cuando ella le sostuvo la mano mantuvo la ceja en alza pero no la apartó, debía ser compasivo con alguien tan entregado a su merced, además hacía bastante que una chica visitaba su departamento. Quizás hasta podría forzarla a limpiar y a cocinarle, aunque en esos instantes estaba bastante saciado.

Le escuchó en silencio a medida que ella negaba la posibilidad de estar enamorada de él, además de enumerarle todos los sentimientos que había experimentado. Ayato permaneció sentado en el suelo, con las piernas ligeramente abiertas y los brazos apoyados en las mismas con relajo.

- Oi, ¿te das cuenta de todas las tonterías que estás diciendo? - Le preguntó sin muchos rodeos, pero se quedó callado para prestar mayor atención a lo que decía sobre los ángeles.

Esa si que era información interesante, quizás podría encontrar la forma de volver a la normalidad, aunque a medida que más asimilada tenía su condición humana, una alternativa amenazadora lo asediaba. Aunque no estaba seguro de si podría tomarla, su orgullo era una gran traba para ello.

- Estamos hechos para destruir las energías oscuras o malignas, cada ángel puede regenerar las energías que han sido destruidas por otros por un tiempo, para ser exactos unos tres meses aproximadamente... - estas palabras llamaron considerablemente su atención, haciendo que se volviera hacia ella con sorpresa.
- Ya veo, tiene sentido - comentó, analizando la situación vivida hace unos días. - Eso quiere decir que su poder tiene un límite de tiempo...pero...tres meses es demasiado... - la sola idea de vivir así durante tres meses lo angustiaba de sobremanera, pero quizás sería mejor eso a dejarse morder por un vampiro o buscar al tipo del cabello blanco en cuestión.

Un asunto como ese podría costarle la vida.

- Ya que me único fin es acabar con Kouda Ichigo, es la única persona que yo, Miname Shizuka, mataría con mis propias manos. - Era inesperado escucharle decir algo así por lo que se llevó una mano a los labios, ocultando la maliciosa sonrisa que ellos trazaron.
- Jajajajaja esa mujer debe haberte hecho algo muy malo, veo que no eres tan pura como aparentas, angelito - comentó divertido, sin poder imaginarse a Shizuka en esos términos.

Si bien había tenido la oportunidad de pelear con ella en una ocasión sabía que no iba en serio, por algo ahora estaban comiendo tan tranquilos en su apartamento. La vida daba muchas e inesperadas vueltas, al parecer.

- ¿Otra duda mas sobre los ángeles, Ayato?
- Ah, si... - dejó las risas de lado para volver al asunto más serio, intentando formular su pregunta en su mente antes de decir: - ¿Existe una forma en la que ustedes puedan manipular la naturaleza de otra persona? Ya sabes, modificando sus órganos o su sangre... - Ignoró completamente la presencia del mousse, quería enterarse de las capacidades con las que contaban los de su especie.

Me quedé observando el mousse, tenía muchas ganas de comerlo. Parece que Ayato no quería pero igual no deba ser descortés ni mal educada así que di un suspiro - ¿Vas querer el mousse?- dijo dejándole el postre cerca de él - Pero si no lo quieres con gusto me lo puedo comer yo, es de chocolate amargo así que pensé que lo querías, pero si ya no tienes hambre me lo serviré yo - dije sonriendo y tomando el mousse, fue cuando la curiosidad de Ayato me hizo ponerme a pensar:

¿Existe una forma en la que ustedes puedan manipular la naturaleza de otra persona? Ya sabes, modificando sus órganos o su sangre...

- Hmmm... de que existe, existe gente así... es decir podemos hacerlo pero... - dije tomando aire- Eso es un poco complicado para los inexpertos y para mi seria vergonzoso hacer ese tipo de cosas, haciendo eso quedaría totalmente desnuda, no me agotaría pero depende de qué tipo de naturaleza tenga la persona. Puede ser muy perjudicial para otras especies de esa misma naturaleza...- dijo mirando el techo para luego mirarlo.

-Ayato ¿por qué lo preguntas?- le dije un poco curiosa pero sabiendo más o menos que era lo que le pasaba, aunque lo mejor es no meterme en cosas que no me llaman. Di un suspiro para después mirar de nuevo el mousse. - Si no te vas comer el postre lo hare yo - dije sonriendo empezando abrir el postre para comerlo - ¡Itadakimasu!-- dije contenta y ansiosa por comerme este rico postre.

El sabor a chocolate...lo deseo...

Mantuvo el rostro apoyado en su mano y le escuchó, sin prestar mayor atención a su evidente deseo de comer el postre. Estaba bastante más tranquilo, no sentía la urgencia anterior de alimentarse, solo se detuvo a pensar las palabras de Shizuka acerca de sus habilidades. Aparentemente los ángeles si podían cambiar la naturaleza de los demás pero ¿era reversible? ¿Ella podría hacer algo al respecto o tendría que recurrir al tipo que lo atacó? Decía que podía ser perjudicial para el afectado...¿en qué le perjudicaría a él?

Preguntas y preguntas, era lo único que circulaba por su mente.

- Ayato ¿por qué lo preguntas? - Una pregunta, pero esta era dirigida a él. Volvió el rostro hacia ella, como despertando de un trance.
- Curiosidad... - respondió con simpleza, paseando la vista por la chica para luego detenerla en el suelo de su cuarto, distraído.

La idea de quedarse así le atormentaba, la mayoría de las relaciones que había establecido desde su llegada a Glass City incluían imponencia y hostilidad. ¿Qué sería de él sin su poder? ¿Sin las habilidades que lo diferenciaban de los humanos? No quería ser como ellos, resultaba inaceptable que ellos y él fueran lo mismo. Había otra opción, una mucho menos agradable...pero pedirle ayuda a Demian representaba una completa humillación. Prefería ahorrarse semejante escenita.

- Si no te vas comer el postre lo haré yo - anunció Shizuka, volviendo a desviar su atención de sus pensamientos a la realidad.
- ¿Haa? Haz lo que quieras, no me gustan los dulces - afirmó con un frunce en la frente, ligeramente molesto por tanta insistencia. - Llevo cuatro días sin comer, entenderás que en esa condición no podía rechazar tus chocolates - dijo a modo de explicación, porque estaba seguro de que la muchacha preguntaría.

Ayato ni siquiera se inmutó ante la presencia del mousse, estaba absolutamente absorto en sus propias conjeturas. Sentía su cuerpo débil y sucio, a pesar de que Shizuka se había encargado de vestirle bien él percibía que debajo de esas prendas necesitaba lavarse.

- Iré a darme una ducha, no hagas nada impertinente - le ordenó antes de colocarse de pie y dirigirse hacia el baño, lugar en donde se encerró.

¿Haa? Haz lo que quieras, no me gustan los dulces.


Lo mire de nuevo para teniendo la cuchara en mi boca, sacándomela y apuntandolo con esta – Es de chocolate amargo, era último que quedaba en la tienda, yo quería dulce pero este es amargo – dije.



Me quede mirando cuando vi que se iba a ir a duchar, me quede pensativa al respecto mientras iba saboreando mi hermoso postre no me detuve en ningún momento en gozar esa gracia que tiene el chocolate. Cuando había terminado camine para apoyarme cerca de la puerta para poder ordenar todo lo que iba a decir, seria traición a mi naturaleza pero a Ayato ya lo consideraba como alguien importante para mí como un amigo y además...

Quiero volver a tener una pelea con él, para ver quien sale ganando

Ese pensamiento hizo dibujarme una sonrisa de picar, tome harto aire para  empezar a decir- Perdón parece que no nunca he sido buenas con las palabras- dije – Capaz que no me entendiste la explicación. Así que explicare mejor – tome aire- Al tipo de naturaleza, que tipo de cualidad tiene ese sujeto... pongamos un ejemplo para ver si se entiende - dije pensando en el ejemplo



-Descuide no haré nada raro, ni imprudente  – dije alejándome y dándome vuelta para no ver cuando saliera Ayato- Me quedare mirando la pared mientras lo espero- dije

Esta noche será mas larga...

Ya en el interior del baño Ayato dejó escapar un pesado suspiro. Se quedó apoyado contra la superficie de la puerta un instante, haciendo el vano intento de vaciar su mente y dejar de lado todos los pensamientos que le atormentaban. No quería detenerse mucho en la realidad ni en la posibilidad de haber perdido lo único valioso que poseía: su lado vampiro, aquello que lo confirmaba como un ser superior.

Detestaba profundamente a los humanos y la sensación actual de ser uno, aunque asimismo representaba la oportunidad de hacer aquello que siempre quiso...convertirse en un vampiro completo. Todo lo que tenía que hacer era buscar a Demian pero ser mordido por él le resultaba repugnante.

Trancó la puerta y en silencio comenzó a desvestirse, las ropas que Shizuka había hecho para él estaban en perfecto estado pero aún así se las arrancó con brusquedad, dejándolas en el suelo. Ingresó a la ducha desnudo y giró la manilla, el frío chorro de agua le cubrió de pies a cabeza, pero para su desconcierto se sintió incapaz de resistir aquello, por lo que cerró el flujo del agua de inmediato.

¿Todo ese tiempo había estado soportando bañarse con agua fría? ¡Pero si antes se sentía muy bien! Ayato maldijo por lo bajo, con el cuerpo entumecido y los músculos temblando por la humedad.

Mierda, tengo frío...

Fue entonces que Shizuka comenzó a hablar, haciendo que su atención se desviara a esas palabras que provenían del exterior del baño. El ejemplo le permitió entender sus explicaciones: él estaba claramente en la posición del zombie que perdería la cordura en caso de recuperar su núcleo. Poco le importaba convertirse en un monstruo o incluso matarla, pero no tenía deseos de llenarse con la sangre de un ángel...aunque si eso le devolvía a su estado natural...

Debo pensarlo un poco más...

- Oi... - llamó a Shizuka al abrir la puerta del baño, saliendo del mismo completamente desnudo con una mano deliberadamente apoyada en su cintura. No sentía ni una pizca de vergüenza, habían asuntos más importantes de los que preocuparse: - Tú puedes regular la temperatura del agua, ¿no? - Preguntó con su habitual tono agresivo, haciendo un mohín con los labios.

¿Cuanto tiempo habrá pasado desde que Ayato entro a la ducha? No había sido mucho pero daba igual, miraba la pared para ver algo interesante pero aun así estaba aburrida por completo, mire la guitarra para imaginar como era su sonido.

El sonido imaginativo inundo mis oídos, fui invadida por esa sensación sin embargo sentí que el agua de la ducha se abría para después cerrarse, me gire para ver la puerta pero Ayato no salía de ahí así que capaz debe estar buscando algo.

Cerré mis ojos un rato ya que iba a echarme una pequeña siesta mientras lo esperaba pero algo no calcule bien cuando escuche que la puerta se abria y él caminaba hacia mi, se detuvo detras mio guardando distancias.
Oi...
Escuche que me llamaba - Hmm... ¡¿que sucedeeeeeeeeeee?!- al momento que me gire no podía saber como reaccionar ante la situación pero si se algo, que mis mejillas estaban ruborizadas y muy rojas, al punto que estaba echando humo por la cabeza - ¡¡¡QUE HACEEEEES DESNUDO!!! ¡¡TAPATEEEEEEEEEE!!! - Grité haciendo de golpe la materialización de una mano acuática y colocándole de forma rápida una toalla abajo - ¡¿Acaso no te da pudor estar desnudo en frente de una chica?! - pero entonces recordé que estábamos hablando de Ayato. Di un suspiro pesado y cerré mis ojos, intentando calmar el rubor y el nerviosismo - ¿Que sucede? - pregunté con los ojos cerrados.
Tú puedes regular la temperatura del agua, ¿no? 

-¿Ah? pues si pero -dije con venitas en mi frente - próxima vez que salgas así... avísame para tener los ojos cerrados... pero si puedo calentar el agua - caminé hacia el interior del baño, encendí la ducha y llevé mi mano a la regadera, cerré mis ojos y empece a calentar el agua - ¿Esta bien así? ¿O la prefieres más caliente? - le dije sonriendole. - Descuida, te durara caliente hasta que termines de bañarte, si no te agrada me avisas y le cambio la temperatura- dije pasando al lado de él.
-Te espero afuera- dije girándole de nuevo con las mejillas encendidas - Avísame si vas a salir desnudo para no verte.- dije desviando mi vista para no mirarlo ya que se veía muy atractivo...y eso estaba mal...

- ¡¿QUÉ HACEEEEES DESNUDO?! ¡¡TÁPATEEEEEEEEEE!!! - Una reacción bastante predecible viniendo de ella. Ayato se limitó a taparse los oídos con ambas manos, molesto por semejante griterío, no quería que los vecinos vinieran a joderle por el ruido.
- ¿Que qué hago desnudo? Te recuerdo que es mi casa...¡warg! - comenzó a decirle en respuesta pero antes de poder acabar la frase una misteriosa mano acuática acababa de cubrirle la parte baja de su cuerpo con una toalla. Pero qué aburrida... pensó con fastidio mientras ella seguía escandalizada.
- ¡¿Acaso no te da pudor estar desnudo en frente de una chica?!

Ayato enarcó una ceja y le observó con ese mismo gesto, con descaro. Él hacía lo que quería, siempre y sin remordimientos. Más allá de eso ¡ella debía considerarse jodidamente afortunada por haberle visto sin ningún trapo encima! Pero antes de poder discutirle Shizuka decidió volver su atención al asunto del agua.

- ¿Esta bien así? ¿O la prefieres más caliente? - le preguntó desde el interior del baño, Ayato ingresó y comprobó con una mano la temperatura del agua.
- Es suficiente - indicó sin agradecerle mientras la muchacha se retiraba del baño con claro nerviosismo.
- Te espero afuera. Avísame si vas a salir desnudo para no verte. - Ayato bufó por lo bajo y cerró la puerta del baño con un fuerte portazo, quedándose solo otra vez.
- Qué escandalosa - comentó desde el interior, volviéndose a quitar la toalla y echándosela por sobre el hombro.

Ya en estas condiciones volvió a acercar la palma de su mano hasta la regadera, sintiendo la cálida temperatura del agua, perfecta para un baño de tina. Instado por esta idea preparó la bañera, en menos de quince minutos estaba todo listo. Ayato nunca había experimentado el placer de un baño caliente de tina por lo que apenas entró al agua se sintió poseído por un fuerte sopor, relacionado también con el cansancio que llevaba sobre el cuerpo.

No está mal...

Se relajó tanto que no tardó en caer dormido en su propia bañera, la nuca se le resbaló por la blanca baldosa y acabó completamente hundido bajo el agua.

*Glup glup glup...*

-Escandalosa.....-dije en susurro- Tus polainas- dije inflando mis mofletes con enojo y saliendo del lugar. Me volví a sentar en el suelo mientras lo esperaba aunque no sabía cuanto tiempo iba a tomar, ademas tenía tiempo para leer un poco, miré hacia la puerta y di un suspiro.

Puedo leer "eso" acá para matar el tiempo, además ese género me ayudará a conocer la naturaleza de los humanos.

Con un pequeño chasquido de dedos hice aparecer el remolino de agua y saqué de este el manga Moe Kare de Go Ikeyamada. La historia no era mala, era interesante pero tenía sus páginas subidas de tono así que me puse leer el tomo 3 de este manga. 

Mientras lo leía me di cuenta que Ayato se estaba tardando mucho en la bañera, caminé hacia la puerta y toqué - Oye Ayato...¿Estas bien?- no hubo respuesta - Bueno, solo decía- dije dándome media vuelta y sentándome de nuevo, llegando a una pagina donde la protagonista se unía con el hermano gemelo pero ante eso no podía concentrarme, me preocupaba el que Ayato no me haya respondido. Volví a caminar hacia la puerta y toqué.
-Oye Ayato ¿estas bien? Por lo menos responde-dije apoyada en la puerta. Los segundos pasaron ya me estaba impacientando.

Sé que me ganaré un buen reto por parte de él y encima está desnudo... bien, entraré con los ojos cerrados.

Ante esa idea cerré mis ojos y sentí mis mejilla arder, tomé una bocada de aire y entré a tientas, palmeando las paredes - Ayato ¿estas bien? - dije pero no hubo respuesta cuando abrí los ojos y vi a Ayato sumergido en la bañera. -¡¡¡Ayato!!!!!! - grité corriendo para sacar su cabeza del agua - ¡¡¡Oye, Ayato responde!!! ¡¡¡Oyee!!!- empecé a moverlo y le di unas pequeñas palmaditas en el rostro -¡¡¡Responde!!!! ¡¡¡Dime algo, lo que sea pero abre los ojos!!! -le grité, puse mi rostro en su pecho para ver si su corazón seguía latiendo. Di un suspiro de alivio al sentirlo pero seguía sin responder.
-Responde, por favor di cualquier cosa pero dime algo...-dije temblando.

Por favor.... por favor abre los ojos.

Sin darse cuenta dejó de respirar, y en consecuencia comenzó a ahogarse. La respiración era una facultad que podía dominar con facilidad en su condición anterior, pero actualmente era requisito para poder sobrevivir. Ayato reconocía que ser dhampiro tenía muchos beneficios, le hacía diferente y superior a un humano. Incluso, aún siendo más débil que un vampiro de raza, poseía otras ventajas como la convivencia diurna y la detección de otros de su misma especie.

Detestaba no ser un vampiro de verdad...¡pero era mejor ser un híbrido a un estúpido humano! Si la explicación de Shizuka era cierta, su naturaleza no había cambiado. Sólo su núcleo fue bloqueado por Elliot, aquél presunto ángel oscuro que por mero placer le arrebató sus poderes.

"Necesito recuperarlos cuánto antes...pero..." La opción que le dio Shizuka sonaba tentadora pero arriesgada. Existían otras formas de salir de ese aprieto, debía pensar con cuidado. No quería admitirlo pero tampoco quería hacerle daño a la rubia, quien hasta el momento había hecho lo posible por cuidarle a pesar de que él intentó matarle en su primer encuentro.

- ¡Cough, cough! Arf...arf... - tosió repetidamente al recuperar la consciencia, era primera vez que le ocurría algo así - tienes que estar de broma... - masculló al abrir lentamente los ojos, fijándolos en el rostro de Shizuka. - ¿Qué estás haciendo aquí? Pervertida~ - agregó, dedicándole una sonrisa ladina que aludía a su intromisión, pero su consciencia pendía de un hilo.

Estaba mareado y sofocado. La mitad de su cuerpo aún se encontraba en la bañera pero el ángel le sostenía para que no volviera a hundirse. No podía creer que el cuerpo de un humano fuera tan débil. Estaba francamente cabreado pues reconocía, en su fuero interno, que sin Shizuka presente hubiera perdido la vida.

"Si sigo teniendo estos descuidos mi lado humano me matará..."

- Cough...cough... - tosió un poco más, antes de acomodarse en la bañera para no volver a hundir la cabeza. - Qué va, estoy bien - mintió con su habitual pedantería al momento de intentar colocarse de pie, pero perdió el equilibrio y se vio en la obligación de apoyarse en Shizuka. Esperaba que ella tuviera la suficiente fuerza como para aguantar su peso, sino ambos caerían.

Spoiler: