(F) El pasado de las sombras

Italia la bella Italia, un lugar algo caotico en lo que fue finales de 1700 y principios de 1800, habían revoluciones y el lugar pasa de manos muy facil mente entre la los importantes del momento, puesto que era un lugar muy estratégico, pero por el momento no nos importan esas clases sociales vamos mucho mas abajo, un pequeño hogar conformado por una pareja y un niño muy blanco de pelo negro como el carbon pero ojos verdes claros y brillantes como la misma esmeralda, ese es el punto de interés de esta historia el Joven Vitae, Demian Vitae... aunque en esos entonces no tenía ese nombre, el nombre que tenía se a perdido con el paso del tiempo y el mismo no lo recuerda pero pues llamemosle Demian.

Esta Familia vivia en un sencilla casa en Rosapineta un pequeño y sencillo lugar junto al mar, cerca de Venecia pero alejado de los problemas de ahí o eso se pensaba, el padre de Demian era Pescador, mientras que la madre se encargaba del Joven Demian y de cultivar unas hiervas y especias sencillas, todo era paz y tranquilidad en ese lugar y así fue hasta los 7 años de Demian.

Se preguntaran ¿que acaso Demian no era un vampiro de sangre pura? pues así es hay mucha clase de vampiros entre ellos esta la raza de Demian, una extraña clase y raza, siempre tienen un defecto referente a su poder mas grande pero depende de ellos si lo ven como tal en el caso de Demian nunca lo ha visto como Defecto las sombras le siguen le cuidan y hacen su presencia mas notoria, pero ese no es el punto el punto es por que es un niño "humano" pues verán lo que hace esta raza es  que cuando un nuevo vampiro nace es entregado a un par de sirvientes para que viva su infancia como un mortal aunque los poderes esten presentes en parte, ese era el caso de Demian, la luz no le haría daño hasta que alguien de su misma raza le despertara dicha vida hasta entonces era practicamente un humano.

la gente en la aldea llamaba a Demian el niño Demonio puesto que su mirada era muy afilada y tenía una piel muy blanca para vivir en la playa aparte a donde fuera el parecía que se cubría de oscuridad el lugar, los que eran sus "padres" lo trataban con algo de despreció pero nunca mal, poco a poco le fueron queriendo y se olvidaron del hecho de que el realmente no era su hijo, lo consideraron un hijo suyo, su padre lo llevaba a pescar con el hasta que a los 7 la piel de Demian comenzó a afectarle el sol mas de lo normal, fue un crudo recordatorio de quien era ese niño al que querían, aun así comenzaron a dejarlo en la casa a que ayudara a su madre, una noche llego gente nueva al pueblo 4 hombres, comenzaron a ir de casa en casa buscando al "hijo del diablo" hasta que en una casa dieron la ubicación de Demian.


Su "padre" escucho los golpes en la puerta por las dudas los escondió a el y a su madre en un mueble esperando que nada pasara...pero no fue así, los hombres entraron a la casa y no pasaron muchos minitos hasta que se escucho caer un bulto al suelo, la "madre" de Demian comenzó llorar, este le pregunto que que pasaba y ella le tapo la boca a su "hijo", pero era demasiado tarde, los hombres habían escuchado, abrieron el mueble sacando a la mujer jalandola del pelo, le dijeron "ayudante del diablo" y le cortaron el cuello dejándola caer con el otro bulto, Demian pudo ver todo, el otro bulto en un charco de sangre era al que el llamo "Padre" los ojos de Demian comenzaron a cubrirse de lagrimas, sus verdes joyas brillaban mas que nunca, y Demian no podía dejar de ver a los que el llamo su "familia" tirados en el suelo  en un charco carmesí, charco que llamaba a Demian el no entendía el por que, pero entonces uno de los hombres intento agarrar al niño, Demian solo lo miro, estaba lleno de odio y miedo, pero entonces lo que menos esperaba paso las sombras actuaron por si solas y protegieron al niño saltaron de la pared descuartizando al  hombre que quería agarrarlo, Demian camino al siguiente y le ocurrió lo mismo, la sangre manchaba todo...la mesa, las paredes, a Demian, este se agacho sobre la sangre de sus "padres y lloro lentamente mientras los otros dos hombres morían de la misma horrible manera que los dos primeros.

Demian se paro secando las lagrimas que escurrían aun de sus ojos, se cambio quitándose la sangre de encima, agarro la mochila de su padre y le coloco cosas, el sabía que no podía quedarse ahí no mas, el era....el hijo del diablo...

Tres años habían pasado desde que el niño pequeño había escapado de su casa, de su pueblo, de ser el hijo del diablo. Demian ahora se encontraba solo había bajado por las granjas cercanas y viñedos durante un año haciendo lo mismo noche tras noche esconderse en las bodegas de vino o en los graneros durante el día, en las noches solía meterse a hurtadillas en las casas robar un poco de pan, queso, agua, verduras o fruta, luego comer, algunas veces lo llegaban a atrapar en pleno acto así que no le quedaba mas que correr y perderse en los viñedos de noche no era difícil el se sentía mas despierto, y no entendía por que pero podía ver perfecto en la oscuridad, aparte la luna le hacía sentirse acompañado, el día era algo diferente el sol le molestaba en la piel, se sentía agotado y si lo llegaban a atrapar era golpeado una y otra ves hasta que lo creían muerto, pero al llegar la noche sus heridas se comenzaban a curar poco a poco nunca entendió el motivo de eso, entonces comenzaba de nuevo su camino cojeando hasta que sentía que podía caminar bien de nuevo.

Poco a poco fue convirtiéndose en mejor ladrón, el no querer ser golpeado lo motivaba aparte poco a poco aprendía trucos nuevos, el y la noche eran uno puesto a que  ya para mediados del segundo año ya no soportaba estar bajo el sol su piel comenzaba a tornarse cafe y sufría quemaduras graves pero en la noche regresaba a la normalidad comenzó a pensar que quizás si era hijo del diablo y el recordar esa noche como las sombras le protegieron despedazando a aquellos hombres le hacía creerlo mas aun, pasaba las noches  a veces pensando por que las sombras no saltaron todas esas veces que lo golpearon, en algunos casos intentaba mover las sombras con la mano pero no podía, simplemente no podía entenderlo.

una noche paso caminando junto a un campo de soldados estos le miraron y el bajo la cabeza hasta que se topo con uno, hizo un truco sencillo que había aprendido, le había quitado unas cuantas monedas de su bolsillo al soldado, al sentirlas con la mano se emociono, eran de oro, eso le podría dar de comer durante mas de un mes, pero ese fue su error no se percato de que otro soldado le metía el pie tirándolo y haciendo que esas monedas cayeran al suelo justo enfrente de el

música para mas drama:

-pero que tenemos aquí....-Dijo el soldado moviendo las monedas con los pies -parece que tenemos una pequeña rata de campo- la mirada en los ojos de Demian era de terror pues veía el sol acercarse y sabía que no podría esconderse fácilmente aparte los soldados le darían la golpiza de su vida, así que hizo lo único que podía bajar la cabeza y pedir perdón -lo siento, no lo hice con mala intención no quise ensuciar su bota señor- el soldado miro a Demian con desprecio y lo pateo directamente en la cara empujándolo-¿eso que? ¿tu robaste estas monedas verdad? no mientas pequeña rata- Demian veía las cosas peor aun, le dolía la quijada por la patada, pero se le ocurrió una mentira algo que podía sacarlo con solo unos golpes -no señor son de mi padre, me las dio para...- no pudo terminar de hablar puesto a que el otro soldado había visto todo y le interrumpió dándole una patada por la espalda -no mientas eres un sucio ratero esas monedas son mías las sacaste ahorita de mi bolsillo, estaba contando mi dinero después de que chocaste conmigo para ver que estuviera completo y faltan esas monedas- eso era todo las lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos seguro le matarían o algo así, y no se equivocaba lo arrastraron del pelo hasta donde estaba el campamento. Por mas que pedía perdón los soldados lo golpeaban, entonces uno de ellos lo agarro de la mano y lo jalo -una ves vi una rata sin una mano y pensé seguro le robo a otra, me pareció muy divertido haré lo mismo contigo hoy- los ojos de Demian se abrieron con fuerza en ese momento, mas al escuchar las risas de los otros soldados -por favor no, perdóneme, síganme golpeando pero eso no...- sus palabras calleron en oídos sordos pues en ese momento el soldado colocaba su mano en la mesa y sacaba una pequeña hacha, el pequeño niño de casi diez años no pudo hacer mas que apretar los dientes al ver el filo del hacha bajar a su mano

El sonido del hacha golpeando la madera fue lo ultimo que se escucho antes de que Demian soltara el grito mas fuerte de toda su vida, aquel instrumento rebano su muñeca como si fuera un común tronco, llevo su nuevo muñón a su pecho y comenzó a huir, cojeaba seguro traía una pierna hecha pedazos pero no le dolía tanto como su mano, la sensación de que aun estaba ahí no se quitaba, los soldados caminaban detrás de el riéndose, vio la orilla del camino, antes de poder llegar a ver que había uno de los soldados lo pateo tirándolo por la orilla, esta era una pequeña caída pero caía sobre un rió al parecer, ya no podía mas el cuerpo le dolía, su mano le mataba, al caer en el agua se dejo arrastrar por la corriente, en esos momentos ya no quería refugiarse del sol que comenzaba a haber simplemente comenzó a desear morir ir junto a sus padres, cerro los ojos deseando regresar a esos días en los que acompañaba a su padre a pescar.

El tiempo paso, no sabía cuanto tiempo había pasado cuando abrió los ojos solo supo que era de noche, el rió lo arrastro hasta quedar debajo de un puente pensó pero no eso no era un puente era mas bien una especie de túnel, aun podía sentir su mano, no entendió por que las sombras no le ayudaron, volteo con miedo a ver su muñón entonces noto que su brazo estaba dentro de las sombras, sus ojos se abrieron de par en par, con cuidado y lentamente  fue sacándolo de estas, entonces no pudo evitar sentir unas lagrimas caer de su rostro al ver una nueva mano unida a su muñeca, no era perfecta se podía aun ver la carne y algunos huesos, pero ya se había curado de heridas así, no podía creerlo, las sombras si le ayudaron después de todo, en ese momento se juro que nunca bajaría la cabeza de nuevo ante la gente, salió con cuidado a ver donde se encontraba y entonces vio con claridad el lugar, estaba en una pequeña ciudad, pero lo que se alcanzaba a ver a lo lejos era lo que sería su próximo destino, Venecia.