(R) White Birds

Pareciera ser que el día había cambiado a la noche pues en la mansión y sus alrededores no hubo ningún movimiento, todo callado a excepción de los pájaros que pasaban cantando, las personas nunca pasaban al lado de la mansión llena de mitos sobre fantasmas y si pasaban solo eran personas con la fortuna de perderse pero era como si todo quedara congelado.

La mente de Ash era todo un enredo, por minutos conseguía paz estando en un ambiente de solo oscuridad pero de repente esa oscuridad se veía interrumpida por, no lo que los humanos le hicieron alrededor de estos años, si no por lo que su misma manada le maltrató en su niñez y parte de la etapa de adolescencia que era un periodo largo, pasarían muchos años antes de que Ash se convirtiera en una persona seria y madura. Estaba en aquellos recuerdos cuando de repente todo terminó pero en vez de volver a la calmada oscuridad una brillante luz rodeo todo el lugar.

Esa luz era cálida, su cuerpo que antes sentía flotando se volvía más y más pesado. El calor en un principio le agradaba pero volvió a incrementar, ya no lo sentía en todo el cuerpo, se estaba concentrando en un lugar y ese lugar ya le estaba quemando, la sensación pasó de ser agradable a ser muy dolorosa y ya el calor era combinado con otra cosa, como si dos agujas de le clavaran en el cuello, muy al fondo.

Despertó de golpe dando un grito de dolor volteando a ver el causante, era aquel vampiro ¿Cómo es que llegó tan temprano? Miró para el otro lado, ya era de noche, se suponía que iba a irse en la mañana pero muchas horas se quedó desmayado. Dejó de gritar apretando con fuerza la mandíbula, no le daría el gusto de oírlo gritar, llevó las manos hacia la otra persona con el propósito de apartarla pero nuevas sensaciones le invadían, que le hacían estremecerse y que esclaofríos recorrieran su espina, ahora luchaba no por dar gritos de dolor, esta vez eran pequeños gruñidos que en su idioma serían gemidos de placer pero ¿Qué placentero es que un vampiro te mordiera?  Incluso para él era humillante pero le agradaba la sensacion

-“A-aléjate de mi…¡¿Qué me has hecho?! Quítame estas sensaciones”-Gritaba en la mente con la esperanza de que el otro lo escuchara, por más que quisiera separarlo, golpearlo o gritar no podía, al tener excitación su sangre comenzaba a ser más caliente aunque por la pérdida estaba sintiendose débil, mucho pero sencillamente se encontraba a la merced del vampiro quien quería que se uniera, cosa que a Ash le molestaba y desagradaba. Él le estab aprometiendo cosas que hace tiempo no había tenido y quería rechazarlo, no quería volver a tener esperanzas de alguien quien le promete algo que al final no se cumplirá.

Fue notorio cuando el despertó, un grito que enseguida ahogó resonó por las paredes gélidas de la estancia que era mi propiedad. Mis extremidades se posicionaron sobre sus miembros como si mi figura ya no fuera similar a una humana, sino más bien a la de un animal salvaje alimentandose de su presa. Era conciente de mi poco elegante apariencia, pero en ese preciso momento no me importaba en lo más mínimo. Que mis ojos, agudos e intimidantes se mantuvieran fijos en los cabellos verdes del muchacho fornido que bajo mi cuerpo comenzaba a gemir me estremecía el alma.

¡Cuanto desearía compartir aquel placer de la misma manera!

Me encontré gimiendo suavemente al beber las últimas gotas que podía robarle si no deseaba secarlo por completo. Sabía que estaría lo suficientemente débil como para llegar a moverse, estaba en el borde de la muerte.

Me separé sin preocuparme de limpiar mi rostro que había quedado con las manchas de mi banquete. Mis mejillas relucían ahora el calor de su cuerpo y mis manos, en la penumbra de mi hogar, parecían humanas. Con un sencillo gesto, un tronar de dedos reviví el lugar como si se tratara de magia, las velas de la estancia se encendieron y dibujaron el camino hacia el segundo piso.

"-Shh, a partir de ahora serás mi comida todas las noches. A cambio puedes quedarte y pretender que éste es tu hogar. Aquí nadie te amedrentará.-" Aprovechándome de su debilidad tomé su cuerpo entre mis brazos y le arrastré conmigo hasta el salón del baño, el más iluminado del castillo. Tendiendo su cuerpo en el suelo para poder dejar el agua fluír y llenar la bañera, luego de comprobar que el baño en sí aún funcionaba, me volteé a mirarlo con evidente exitación, una más allá del cuerpo y la piel.

"-Ven, vamos a quitar el hedor a tierra, sangre y sudor que nos rodea.-" Sin pudor y como si mi cuerpo no fuera otra cosa que un recipiente, abandoné cada una de las prendas que vestía mi cuerpo. Desnudo ante él me vi en el reflejo mareado de sus ojos.

¿Cómo me vería para él? ¿Era acaso un espectro? ¿Me vería como algo demoniaco o angelical, horrendo o hermoso? ¿Mas similar a un humano o a una muñeca?

Mis mano ahora cálidas quitaron cada una de sus prendas, no sin antes acariciar la morena piel que iba siendo expuesta como si más que su cuerpo, fuera alguna clase de curioso objeto. El contraste de nuestras pieles parecía el contraste entre la luna y el sol. Su calor, aún en su estado, aún me quemaba.

Apreté mis dientes, tentado por mis deseos. Debía permitirle recuperarse un poco antes de dar mi siguiente bocado, sería una vez nuestros cuerpos estuvieran limpios, debía esperar hasta entonces si no quería ponerlo en peligro.

Dejando ir un suspiro, me separé y lo cargué nuevamente, esta vez dentro de la bañera de marmol que ahora llena nos esperaba.

Acomodé su cuerpo y luego el mio sobre sus piernas, pudiendo acceder a él frente a frente. El agua se deslizaba desde mis manos hacia su piel, su cabello, pudiendo notar que aún no accedía a la situación a la que lo había forzado. Entonces sonreí con altivez.

¿Acaso estaba escuchando bien? El vampiro iba a tomarlo como alimento y él ¿Podría imaginarse que tendría un hogar? No sabía que era peor, que en esos momentos él fuera como un trapo  o que el vampiro ya decidiera su destino. A pesar de la situación y que él estaba en el borde de la muerte su orgullo no lo dejaba, era lo único que tenía y si aceptaba ese trato, muy humillante por cierto, no quedaría nada de él, quería conservar algo propio y el orgullo era a lo que se aferraba.

Cuando lo levantó dio un gemido de dolor, su cabeza le dolía, sentía que le punzaba pero no podia hacer nada, solo cerrar los ojos para aminorar el dolor. No tenía idea de a que lugar iba a llevarle solo sentia como se movían. Abrio los ojos al momento en que lo dejó en el suelo. Su mirada era feroz pero cambió cuando el vampiro se estaba desnudando frente a sus ojos. Comenzó a abrirlos, mucho, cada vez más por cada prenda dejaba descubierto el cuerpo del muerto viviente. Su cuerpo parecía muy fino y delicado, lleno de vida, pero a la vez algo no terrestre.

Si no supiera su origen y lo hubiera visto así en un pricipio pensaría que era un angel pero… ¿Por que rayos estaba embobado con aquel cuerpo? Estaba en una situación delicada, debería de quitar esa curiosidad que le daba el cuerpo blanquecido-“Tsk…Estúpido vampiro”-Pensó no recordando que él podría leer la mente.

No apartaba sus ojos de los de él, gimió otra vez cuando empezó a desnudarlo, cerró un ojo, esta vez intentando moverse pero lo máximo que pudo hacer fue mover los dedos. No quería que lo tocara, aún su piel estaba delicada y que volviera a excitarse y esta vez por sus manos le era desagradable. Tal vez la razón del por que sentía curiosidad por el cuerpo ajeno es que era muy diferente al suyo y a cualquiera que hubiera visto, tan delicado, más que el de cualquier mujer. Muy contadas ocasiones vio a vampiros pero nadie como él. Ash quería que la tortura ya acabara.

El agua logró que su cuerpo se aliviara, dio un suspiro de alivio. No era muy fanatico de los baños pero ese lo necesita pero hubiera preferido que el agua estuviera helada, muy helada, de ese modo el calor de su cuerpo desaparecería. Pero ya que estaba ahí debería de disfrutar o tratar pero al momento en que vio esa sonrisa frunció el entrecejo, quería volver a arrancarle aquella sonrisa.

Volvió a hacer un esfuerzo, dando más del 100%, pudiendo mover ya no solo sus mano, también logró mover su cuerpo unos centímetros hacia delante, abrió la boca con la intención de morderle el hombro pero lo único que logró es hundir un poco los colmillos en su piel, sin causarle ningún daño. No podia verle a los ojos pues su cabello cubría la mitad de su rostro- “Si debo de estar aguantando todo esto, todas las noches el resto de mi vida, prefiero que me mates de una vez o que me dejes ir, prefiero convivir con los humanos que con alguien tan altanero como tú”- Mientras pensaba esto daba gruñidos de los cuales unos pocos era audibles.

Spoiler:

Sonreí delicadamente cuando me maldijo, después de evidentemente mirar mi cuerpo y dedicarme un halago en su pensamiento, comparándome con un ángel. Iba a comenzar a lavar su cabello cuando sentí como se movía.  Me impresionaba que pudiera arreglarselas para hacer algún movimiento con aquella mínima cantidad de sangre circulando. Debería estar al borde del desmayo.

"-¿De verdad piensas eso?-" Respondí en voz alta, acariciando su nuca delicadamente. "-Pareces ser muy duro contigo mismo... No tengo intenciones de matarte, mucho menos dejarte ir... Quiero que te quedes aquí... Si quieres podemos hacer un trato.-" Propuse intentando llamar su atención y solo entonces comencé a lavar tanto su cuerpo como el mio, esperando una respuesta.

"-Tal vez exista algo que podamos negociar además de nuestras cabezas, aunque seré sincero, este juego también me agrada.-"

Dejó de moverse pues por primera vez se había rendido y aceptaba que el vampiro comenzara a limpiarlo, ambos lo necesitaban aunque cada vez que esos dedos blanquecinos rozaban su piel sentía repulsion y un extraño cosquilleo en la parte que tocaba. Solo cuando escuchó lo del trato movió su cabeza, llevándola hacia atrás, para escuchar mejor al vampiro- “¿Un trato dices?”- Pensó de manera burlesca riendose aunque fuera de su mente solo esbozo una ligera sonrisa. Movió sus ojos, tratando de pensar en aquella propuesta.

-“¿Qué es lo que podrías ofrecerme tú a mi?”- No sabía qué es lo que el vampiro con cuerpo de angel pudiera ofrecerle. Sabía que ellos eran expertos en seducir a las personas, en obtener lo que quieren a base de palabras adornadas, en donde se escuchaba los beneficios que podían recibir mas no las consecuencias que debían de pagar. Su manada siempre le explicaban a los cachorros las habilidades generales de un vampiro, sin olvidar el estar alerta para ver las habilidades especiales de cada uno y el habla era una habilidad general si no ¿De que otra manera seducirían a sus presas para alimentarse?- “No hay nada que puedas ofrecerme que desee, ni yo tengo nada que ofrecerte, claro aparte de mi sangre pero no pienso ser tu maldita comida cada vez que quieras”-

Dejó escapar un suspiro, la falta de sangre, junto con el agua era una combinación de relajación. Quería sonar amenazante en su última frase pero no lo consiguió, se escuchó casi como un murmullo. Entrecerró sus ojos, debía de luchar y no permitir que aquel ser le sedujera, no debía de oírlo más, si se quedaba con él sabía que tarde o temprano iba a caer en sus redes ¿Por qué? Por que en estos momentos se sentía débil, no solo física, también emocionalmente, había tenido una pérdida. Antes estaba en un lugar al cual llamarle hogar pero los humanos lo corrieron, y su hogar temporal ya tenía alguien quien lo habitara-“Mejor no hables, no quiero escucharte, tu boca está llena de dulces mentiras, cuando esté mejor y pueda moverme volveré a destrozarte la garganta para que jamás vuelvas a hablar y también destruiré completamente tu cabeza, para que no vuelvas a invadir mi mente.”

Spoiler:

Mis dedos al comienzo no bajaron de su cuello. Lavando su cabello, su nuca y aquellas zonas en donde me moría por enterrar de nuevo mis comillos. Aún podía ver la herida que había hecho y no tenía ningún rechazo a acariciar los pequeños agujeros, mas no pasó mucho tiempo para que mis manos descendieran por su pecho, tan delicadamente que parecía la caricia de un amante. Limpié su torso y rocé de forma intencionada las zonas más sensibles antes de bajar un poco más, hasta sus caderas.

Mi cuerpo se iba moviendo sobre él en la medida que debía descender. Mientras mis manos lavaban sus piernas, escuché todo cuanto me decía, rechazando mi propuesta a costa de una negativa imparcial. "-¿De verad no hay nada que quieras de mi?-" Mi mirada, mi cuerpo y mi voz eran mis herramientas, y es que la seducción no solo se reduce a un deseo sexual, sino a desencadenar una necesidad implícita en el otro, directamente relacionada a ti.

"-No lo entiendes...-" Declaré y esta vez mis manos, sin ningún pudor, se apoderaron de su miembro para lavarlo, tal como el resto de su cuerpo. Mi delicadeza fue mal intencionada, acariciando su carne sin que mi rostro expresara ni siquiera la ligera envidia por su masculinidad. A su lado, mi cuerpo no era más que el de un muchacho que se quedó estancado en medio de su madurez sexual. "-Puedes destruirme mil veces. Si eso es lo que necesitas para sacarte de encima toda aquella frustración, te lo permitiré. A cambio de su sangre podrás tener un festín de sadismo, podrás descuartizarme y devorar este cuerpo las veces que quieras, mas entiende, que en el fondo de tu mente, bien sabes que todo ese odio no es en verdad para mí, no soy el responsable de tan profunda tristeza, pues aunque sea un vampiro y tu un lobo, hay algo fundamental que escapa de todo argumento que puedas darme, y es el hecho de que tú, no me conoces, no sabes nada sobre mí. -" Dejé de lado su miembro y bajé hasta sus pies, el último lugar que quedaba por limpiar. Dejé pasar algunos minutos de silencio en los que mi vista abandonó el rostro moreno y se centró en temrinar de lavar aquel cuerpo. Solo cuando hube enjuagado su piel, volví a hablar y a mirarle a los ojos, posando mi cuerpo sobre el suyo, susurrandole en su oído.

"-¿Qué dices mi pequeño cachorro? ¿Quieres jugar al pillar?-"

En estos momentos era la primera vez que odiaba tener la parte animal dominandolo, en vez de la racional que no se dejaba llevar por cosas tan primitivas como el placer carnña. Con las delicadas caricias su cuerpo comenzaba a resentir todo ese tiempo de abstinencia que tuvo y deseaba saciarse. No creía que el vampiro fuera tan osado como para limpiarle todo el cuerpo pero se equivocaba. Al momento de sentir esas manos en su miembro dio un pequeño brinco acompañado de un gemido, su cuerpo comenzó a temblar y las palabras de Yuli casi podía entenderlas.

Cerró los ojos deseando que esa dulce tortura terminara de una vez por todas. Para su suerte la falta de suficiente sangre no permitía que el miembro de ash respondiera como era debido al trato que esas delicadas manos le ofrecían. Su cuerpo dejó de temblar cuando fue a otra zona, volvió a sentirse reajado. Ya podÍa pensar mejor, pero odiaba admitir que el vampiro tenía razón; él sabía todo de Ash y Ash…bueno él sabía del otro que era un vampiro y esta era su casa, que por alguna extraña razón apenas apareció para reclamarla como propia y quería que ambos convivieran....Solo eso sabía.

Abrió un ojo para mirarlo, sin decir nada, ni pensar ¿Que decision debería tomar? Su orgullo le gritaba a voces que lo rechazara y buscara una manera de exterminarlo para siempre. Otra voz decía que no tenía nada, que se dejarara llevar aceptando la propuesta. Lo que sucediera en el futuro, bueno o malo, no debería de importarle pero al estar con un vampiro nada bueno ocurriría, todo el mundo lo sabía. Ellos siempre tarían desgracias. En estos momentos no estaba dispùesto a luchar.

-“Bien, me quedaré a descuartizarte y torturarte, pero ni loco dejaré que bebas de mi sangre denuevo...-Comentó con el ceño fruncido,dando a entender que lo decía muy enserio. Volvió a cerrar el ojo que tenía abierto-“Ya que has visto mi pasado y presente. Todo lo que he pasado ¿No me contarás algo de ti antes de que me desmaye?cada minuto que pasa me siento muy cansado, no creo que vaya a soportar mucho tiempo consiente"-

Ni su gemido ni sus temblores pasaron desapercibidos para mí, sin embargo, no era del todo mi intención tentarlo sexualmente. Aunque con ese simple gesto comprobé que hacerlo no parecía ser del todo tan difícil. Para mí, era algo nuevo tratar con un hombre lobo tan de cerca. Y algo me decía que en su caso inverso, era igual.

“-¿Qué te hace pensar que tengo mayor necesidad por contarte sobre mí, que por beber tu sangre?-”

Esta vez me puse de pie y enjuagué mi cuerpo y mi cabello frente a él, mirándolo de a ratos con cierto regaño. Luego salí del baño y me sequé el cuerpo. “-No estoy tan desesperado. Me intrigas y me gustaría que te quedaras, pero no te creas tan especial. Puedes irte una vez recuperes la conciencia.-“ Salí del baño, dispuesto a dejarle ahí con su mala actitud. Caminé a una de las habitaciones donde me esperaba más ropa cubierta en polvo. Tenía que devolverle la vida a la mansión y eso me llevaría trabajo que por el momento no estaba dispuesto a hacer.

Por otra parte despertar no había sido del todo bueno, había olvidado cuan solitario se sentía estar así. Lo peor era no poder volver a dormir en mi ataúd, por la amenaza constante del lobo aquel. Tomé una camisa, la sacudí y me dejé caer sobre una de las camas.

"-Deberías convertirte en mi fiel compañero...-" Murmuré mientras cerraba los ojos, cansado.

Se sintió aliviado al sentir que dejó de acariciarlo y a la vez algo no quería que se detuviera, quería que lo volviera a tocar, a tal punto de que él pudiera “desahogarse” pero ahora el vampiro se estaba limpiando, una escena que bien pudo no verla pero estaba atento a todos los movimientos que hacía el contrario, poniendose la excusa de que el vampiro podría hacer cualquier cosa que podría perjudicarlo más, ellos no eran para nada confiables pero lo cierto era que aún le intrigaba aquel cuerpo, tan esbelto y delicado, como el de una mujer pero sin pechos. Él estaba acostumbrado a observar en los del género masculino un cuerpo mucho más tosco, fornido. Y su piel, esa pálida piel cual marmol también le intrigaba, totalmente contrastando a su piel morena. Los hombres lobo y los vampiros si que eran totalmente opuestos, seguro por las ideas de cada raza es que siempre estaban en constante conflicto. En aquel tiempo Ash se sentía relajado, de echo demasiado, tanto que podría quedarse ahí dormido con la amenaza de que su cuerpo se moviera y se hundiera ahogandose..Seguro que el vampiro después de lavarse lo sacaría de ahí.

-“……”-Se quedo sin habla al ver como salía del baño, y no regresaba ¿En verdad iba a dejarlo ahi? Existía esa amenaza de que se ahogara, pensaba que al proponerle ser su compañero por lo menos no iba a dejar que se muriera, en pensamientos profirió varias maldiciones, ahora estaba enojado, la excitación y otros tipos de sentimientos extraños se esfumaron. Se aferró a ese sentimiento para que aun no se desmayara, trató de moverse, lo podia hacer pero muy lento como si estuviera en cámara lenta, pudo sostenerse, iba a salir lo más delicado posible aunque se tardara pero no pudo hacer así pues cuando se inclinó hacia delante todo el peso le ganó y se cayó doliendole todo el cuerpo- “Voy a matarlo ahora si…Este es mi nuevo hogar..Maldito vampiro”- Pensó incorporándose un poco. Iba a hacer el plan B. Se iba a concentrar para sacar toda la energía que pudiera, volviería a matarlo pero esta vez en vez de enterrarlo lo iba a dejar afuera de la puerta, el amanecer ya estaba cerca y el sol seguro lo quemaría. Tendría un cambio radical, aquella belleza fantasmagórica se transformaría en cenizas.

Intentó ponerse de pie, aún desnudo pero sus piernas estaban muy débiles, no podían sostener su peso…Salió del baño, desnudo, arrastrándose y sintiendo cada vez más el párpado pesado, necesitaba hacer su plan pero una vez que salió notó varias puertas ¿En donde podria estar el vampiro? Esta noche no era su noche, si era necesario buscaría en cada habitación pero cuando estaba a punto de hacerlo por fin su cuerpo y su mente llegaron a su límite, solo pudo salir unos cuantos centímetros del baño cuando se desmayó y no solo eso, su debilidad era tal que se tranformó a su verdadera forma, ahora se veía a un perro domestico desmayado, en un profundo sueño.

Al solo escuchar el sonido provenir del pasillo, pude hacerme a la idea de que el lobo había salido del baño. Me animé al menos a volver a vestirme antes de aventurarme por él, esperando encontrar el cuerpo moreno dando la batalla todavía, aunque estaba seguro que el chico estaba lo suficientemente debil como para no llegar a ser una amenaza para mi. Me sorprendí al momento de encontrar mas bien el cuerpo de un animal que distaba mucho de ser amenazante. Tecnicamente ni siquiera era un lobo, ¿acaso eso no era un simple y felpudo perro?

Me acerqué lentamente, inclinándome para verificar si aún seguía conciente, pero al no ser así, tomé su rostro entre mis manos y lo miré detenidamente, estudiando aquel ser. ¿Se supone que así eran todos los hombres lobos? A decir verdad, lo desconocía y no me era en verdad relevante. El calor que emanaba aquel cuerpo peludo y la ternura que de alguna u otra manera me profesaba era similar a lo que los niños sienten al abrazar un gran oso de felpa. Luego de haber estudiado bien al animal, lo tomé en mis brazos y lo llevé al cuarto donde la luz era más dificil que entrara, lo dejé en el piso un momento para al menos sacudir la cama, la tela no se sentía cómoda, tendría que cambiar todo, probablemente, pero para aquella primera noche, estaba bien.

Finalmente tomé su cuerpo y lo llevé a la cama conmigo, hundí en él mi cara porque el calor que provenía de su cuerpo me resultaba reconfortante. Por alguna razón la nostalgia que me había golpeado hace unos momentos, desaparecía solo por la presencia de ese animal, y la verdad es que no quería cuestionarme mucho porqué y cual era mi postura frente a aquella criatura que me había intentado matar, aunque para él, probablemente yo había intentado hacer algo similar. Opté por cobijarlo en las sabanas, aún sintiendo algo de humedad en su cuerpo y en un instante y sin pensarlo terminé cediendo de manera inconciente al sueño, bajando mi guardia completamente, y es que simplemente me había sentido cómodo, sin llegar a pensar qué ocurriría a la noche siguiente.

Mi rostro de alguna forma reflejaba cierta felicidad.

Si ash estuviera con su otra forma, probablemente sería algo así al despertar.:

Estaba totalmente perdido, necesitaba dormir para recuperar su energía y comezar a sanar, aunque lo de la pérdida de sangre necesitaba más tiempo de recuperarla. Pensaba que con todo lo ocurrido iba a tener sueños extraños, tal vez volver a revivir el pasado, el cual siempre lo atormentaría, o aquella escena del baño donde no solo fue abandonado también fue provocado por el vampiro. Había muchas posibilidades de tener un descanso tormentoso pero para su extrañeza y su suerte no tuvo imágenes en todo ese tiempo. Volvió a sumirse en la ocuridad pero esta era un poco mas cálida.

Ya en el exterior del lobo el día transcurría con normalidad, pareciera ser que no hubo ningún cambio, la mansion se veía como siempre, una edificación abandonada donde lo único que se escuchaba era el sonidos de algunos bichos o animales que rondaban. Pero de ahí en fuera todo parecía estar estático.

Pasó el día, la tarde y estaba volviendo la noche. Ash habia descansado lo suficiente como para poder sobrevivir otro día, se movió poco durante el tiempo que estuvo inconciente. El silencio fue roto por un sonido bastante extraño y… peculiar, el del estómago del hombre lobo que le exigía alimento pues la necesitaba para recargar su energía. El sonido fue algo fuerte pero eso no hizo que él se despertara. Pasó otro sonido y nada, ya en el tercero él empezó a despertar abriendo poco a poco los ojos. Enfrente de él notó otra silueta, la cual se le quedó mirando con algo de sorpresa. Era la primera vez que despertaba con alguien a su lado y aunque no se sintiera cálida la piel ajena de cierta manera sentía estar en un lugar cálido. Si, a veces la soledad puede llegar a hacerte sentir de esta manera, quieras o no, buscando quitarse el frío de la soledad aunque esa persona que puede hacerlo sea tu enemigo natural. Mientras lo miraba en su cabeza había una pregunta ¿Cómo logro llegar ahí? No recordaba mucho de sus últimos minutos concientes la noche anterior, lo ultimo “nitido” que recordaba era que había salido de la tina para volver a tratar de matar al vampiro.

Spoiler:

Aún el sol no terminaba de esconderse por lo que mi cuerpo en ese estado de sueño se asemejaba más a un cadaver que a un ser viviente. Mis cabellos caían en desorden sobre mi rostro y mis alas, las que había sacado antes de dormir, me servian de cobijo y escudo a la vez. Lo sabía, había sido una verdadera idiotez dormirme con el lobo al lado, pero por alguna razón estaba siendo más instintivo que racional en mi interacción con él. ¿Qué importaba si amanecía descuartizado de nuevo? Quizás estaba abusando de mi suerte, pero incluso si me daban caza mientras dormía, me sentiría conforme con mi final. Después de todo la noche anterior había sido realmente entretenida.

Solo cuando la noche se planto por completo, pude reaccionar y comenzar a abrir los ojos con pesadumbre, por lo general mi sueño no duraba tanto, sin embargo era la prueba de que al igual que el lobo, mi cuerpo también estaba exahusto. Y bien ¿Dónde se encontraba el hombre lobo?

Spoiler:

Después de unos minutos por más que tratara no recordaba nada, llegó a la conclusion que iba a ser inutil tratar de recordarlo y más por el hambre que tenía. En el momento en que trató de moverse se percató que no estaba en su forma humana, se incorporó y notó que tenía patas en lugar de manos, de esa manera no podía cocinar, ni hacer nada, su rostro estaba una expresión de preocupación ¿Y si el vampiro lo había visto de esa forma? Esperaba que no…

Otro sonido se escuchó, realmente necesitaba comer. Estaba seguro que había un poco de carne que había robado, solo esperaba que aún fuera comestible y aunque no fuera, lo iba a comer. Pero para hacer eso necesitaba su forma humana, estaba débil pero podía convertirse en humano.

Se alejó un poco de él pues estaban muy cerca, sin dejar de verlo por si él se despertaba o algo similar. Poco a poco pudo convertirse en humano, totalmente desnudo pero eso no le importaba. Seguía mirando aquel cuerpo inerte, como si se tratase de una bella muñeca de porcelana. Esperaba que él se moviera, hiciera algo pero nada, ahora estaba indefenso el vampiro, sería muy fácil volver a despedazarlo. Sus ojos se dilataron, sus manos se estaban dirigiendo poco a poco al cuello del vampiro. Una vez que estuvieron en ese cuello quiso enterrarle las garras pero no pudo. No sabía por qué pero sus manos no respondieron, frunció el entrecejo y chasqueó la lengua- Tienes suerte de que tenga hambre- Susurró medio molesto alejándose, bajando de la cama para dirigirse a la cocina.

Llegando a la cocina pudo encontrar la carne, tenía mucha flojera de cocinar por lo que se la comió cruda, como un desesperado manchandose la boca y parte del cuerpo de sangre. Gracias a la carne es que pudo sentirse mejor. Iba a terminar de comer en la cocina pero la noche ya estaba, el vampiro seguro que en cualquier momento despertaba y claro, volvería a empezar su pelea. Ash no se rendiría hasta que Yuli dejara de existir en este mundo.

Aún con carne en la boca corrió hacia la habitación parando de manera brusca en el marco de la puerta, entrecerró los ojos , con una expresión seria pero seguía comiendo la carne, cuando terminó fue que volvió a hablarle- Maldición…Despertaste-Dio dos pasos dentro de la habitación, con sumo cuidado, quien sabe quien daría el primer paso esta vez- Respóndeme algo…-Su expesión se volvio mucho más seria, mucho más salvaje, enseñandole los colmillos- ¿Lo viste? ¿Mi forma…verdadera?

Me senté correctamente en la cama, arreglando mi cabello y ocultando mis alas, siendo sincero y realista, me extrañaba el estar todavía entero y no haber sido despedazado por el otro apenas este hubo despertado, aprovechandose de mi guardia baja. Cuando me habló, giré el rostro hacia él, sabiendo a la perfección que igual que la noche anterior, mis rasgos distarian mucho de parecer humanos. Mis ojos agudizados por la sed y mis colmillos relucientes eran casi una advertencia para cualquiera que se cruzara en mi camino.

-"No tengo idea de lo que estás hablando." - Me hice el desentendido, a saber bien por qué. Simplemente tenía la sensación de que no tenía que exponer algo que podría ahora asegurar, no era un orgullo para el otro. Es decir, que aquella apariencia no era igual a la de los demás hombres lobos. ¿Sería un juvenil? ¿O solo sería simplemente defectuoso? Pero yo tampoco tenía un cuerpo particularmente varonil y eso, de alguna manera, me hizo encontrar algo que ambos teniamos en común.

Me levanté, todavía algo aturdido, pero lejos de parecer querer confrontarlo, solo terminé de arreglar mis ropas. Necesitaba comprar algunas cosas, volver al ritmo de la vida.

Caminé hacia la puerta, ligera y casualmente, pero apenas estuve más cerca de él tuve que cubrir mi boca y nariz, el aroma a sangre que emaba era tan fuerte que había aumentado los latidos de mi corazón, como si fuera una bomba pulsátil dentro de mi cabeza. Dolía.

Me apoyé en la pared del pasillo, estaba demasiado aturdido, quizás por haber recién despertado de mi letargo, o por la lucha de la noche anterior, no lo sabía, pero solo una cosa tenía clara en mi cabeza, y era salir de ahí si no quería esta vez matar a aquel cachorro.

-"Te encargo la casa."- Dije discimulando mi estado, restandole importancia a su presencia, a nuestro conflicto, a mi estado actual. Bajé las escaleras y volví a sacar mis alas, tenía que volar hacia el pueblo si quería encontrar una presa rápido.

Al escuchar su respuesta arqueó una ceja no estando tan conforme, tal vez si vio su forma verdadera pero ¿Por que no se estaba burlando? ¿O diciéndole que es era una aberración? La mayoría de las personas que lo veían se burlaban. Incluso por su apariencia tan débil su manada lo consideró inútil y por ello lo expulsaron. Cuando vió que el vampiro se levantó Ash se puso en una posición de que en cualquier momento podría atacar, incluso gruñía pero el vampiro no hizo nada, sólo le encargó ¿La mansión? El hombre lobo volvió a una posición más relajada con una expresión incrédula-¿Qué?- Fue lo único que pudo responderle siguiendo con la mirada a Yuli quien caminaba hacia la puerta para salir del lugar y fue cuando el silencio reinó.

No sabía que pasó, no hubo pelea u ofensas, ni un ambiente agresivo. Sólo una escena casual. Algo que hace mucho no le pasaba y se sentía muy raro…

¡No! Él no debía de bajar la guardia, seguro es una nueva estrategia del vampiro para que él se confundiera y cambiara su posición de ofensiva a una nula y cuando menos se lo espere lo atacaría y destrozría. Así eran los vampiros, traicioneros y tramposos. Por eso él debía de estar en su misma posición de desconfianza. No quería volver a pasar esa situación de dolor que tuvo por mantener un perfil bajo y confiar en alguien. Él estaba decidido, tenía que cambiar de táctica. Si el ataque directo no funcionó entonces con trampas podría destruirlo. Una vez destrozados no enterraría el cuerpo, lo dejaría a la luz del día para que el sol lo convirtiera en cenizas. Apretó los puños, decidido, y salió de la habitación dispuesto a modificiar la mansion para que sea una trampa para vampiros.

Primero hizo un gran hoyo en la entrada de la puerta tapándola con un tapiz, si esto no funcionaba quitó los barandales de la escalera principal dándoles filo para así transformarlas en unas estacas improvisadas escondiéndolas en puntos estratégicos sujetadas con cuerdas y si pisaban las cuerdas éstas se alfojaban activándolas estando a la altura del vampiro. Ya para el segundo piso en vez de poner estacas improvisadas fueron cuchillos  y tenedores que encontró en la cocina,algo oxidados pero servirían de algo. Sólo esperaba recordar el lugar exacto de dónde los había dejado. Ya la última opción era nuevamente enfrentarlo pero sería más tardado ya que ambos tenían al 100% la energía y él al nacer más débil que los demás no sabía exactamente si lograría vencerlo.

Ahora lo único que faltaba era esperar al vampiro. Ash se situó en el segundo piso, en una esquina donde lo cubría las sombras. Tenía una vista perfeca de la entrada.