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Noticias.
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Re: Noticias.
-¿Una cita?- Se vio cuestionado de forma inesperada, a lo que reaccionó con cierta sorpresa, a tal punto que el único gesto que su rostro expresó fue un apresurado parpadeo, reflejo de su cara perplejidad en el momento. ¿Eso era una cita? La verdad es que no tenía como dar una respuesta real y certera a la muchacha que parecía casi ilusionada ante la idea, y claro, como no parecer un inexperto cuando la palabra cita era algo que solo había escuchado y conocido a través de algunas telenovelas de media tarde o en uno que otro libro no muy denso que había llegado a leer en las aburridas tardes en su hogar.
-¿Así son las citas?- Y por esta vez la cercanía media forzada entre ambos, no le incomodó, básicamente porque él se suponía ignorante ante el concepto, demasiado inocente al respecto y solo después de que el tiempo se deslizara por sus dedos, fue que se hubo realizado del significado tras las intenciones ajenas, tras sus propias palabras encubiertas, solo entonces se descubrió como un chico bajo el velo de la inocencia: Era su primera cita.
Sus labios temblaron ligeramente y sus mejillas se colorearon con un tono damasco acalorado cuando hubo sido consiente del nuevo significado que había adquirido el tacto entre sus manos.
Ella… es bonita…
¿Estás bromeando, verdad?
Pero es como una linda y delicada muñeca. Es bonita…
Oh Skyle, solo eres un muchachito virgen
De inmediato sacudió la cabeza, sin dejar ir la mano de la muchacha. Dejaría aquella discusión para su solitaria estadía en los dormitorios. Ahora mismo, lo que debía hacer era atender la demanda de su cita.
-¿Pastas instantáneas?- Sí, esas al menos sí las conocía. Más de alguna vez había visto a sus compañeros comiendo de esas en la zona de la azotea de la escuela, sin embargo, nunca había tenido la oportunidad de probarlas. Cuando permanecía en casa eran las criadas las encargadas de la cocina, en otros casos los almuerzos se resumían en aburridos encuentros de su padre con sus socios y él acompañándolo porque simplemente, no tenía ninguna otra opción. Ahora, que se encontraba viviendo en los dormitorios, sus meriendas se debían apegar al menú de los comedores de la escuela por estricto consejo, más bien orden, de su sobreprotector padre.
- ¡Seguro son sabrosas! Ellos siempre las comen y realmente parecen gustarles. Yo tengo dinero. ¿Quieres comprar? ¡Ah! ¿Pero si compramos, dónde los comeremos? Oh, bueno, ¡No importa! Nunca he comido algo como eso. ¡Vamos! –Apretó un poco su mano, ansioso, tomó la otra mano de la chica y avanzó de espaldas unos cuantos pasos, guiándola preso de su excitación. Regalándole una sonrisa empalagosamente dulce y una mirada brillante.
¡Qué imbécil más inocente! Creo que voy a vomitar.
-¿Así son las citas?- Y por esta vez la cercanía media forzada entre ambos, no le incomodó, básicamente porque él se suponía ignorante ante el concepto, demasiado inocente al respecto y solo después de que el tiempo se deslizara por sus dedos, fue que se hubo realizado del significado tras las intenciones ajenas, tras sus propias palabras encubiertas, solo entonces se descubrió como un chico bajo el velo de la inocencia: Era su primera cita.
Sus labios temblaron ligeramente y sus mejillas se colorearon con un tono damasco acalorado cuando hubo sido consiente del nuevo significado que había adquirido el tacto entre sus manos.
Ella… es bonita…
¿Estás bromeando, verdad?
Pero es como una linda y delicada muñeca. Es bonita…
Oh Skyle, solo eres un muchachito virgen
De inmediato sacudió la cabeza, sin dejar ir la mano de la muchacha. Dejaría aquella discusión para su solitaria estadía en los dormitorios. Ahora mismo, lo que debía hacer era atender la demanda de su cita.
-¿Pastas instantáneas?- Sí, esas al menos sí las conocía. Más de alguna vez había visto a sus compañeros comiendo de esas en la zona de la azotea de la escuela, sin embargo, nunca había tenido la oportunidad de probarlas. Cuando permanecía en casa eran las criadas las encargadas de la cocina, en otros casos los almuerzos se resumían en aburridos encuentros de su padre con sus socios y él acompañándolo porque simplemente, no tenía ninguna otra opción. Ahora, que se encontraba viviendo en los dormitorios, sus meriendas se debían apegar al menú de los comedores de la escuela por estricto consejo, más bien orden, de su sobreprotector padre.
- ¡Seguro son sabrosas! Ellos siempre las comen y realmente parecen gustarles. Yo tengo dinero. ¿Quieres comprar? ¡Ah! ¿Pero si compramos, dónde los comeremos? Oh, bueno, ¡No importa! Nunca he comido algo como eso. ¡Vamos! –Apretó un poco su mano, ansioso, tomó la otra mano de la chica y avanzó de espaldas unos cuantos pasos, guiándola preso de su excitación. Regalándole una sonrisa empalagosamente dulce y una mirada brillante.
¡Qué imbécil más inocente! Creo que voy a vomitar.
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 09/07/2012
Re: Noticias.
Asió más fuerte la mano del muchacho, se permitió guiar por el impulso que él empleaba y le acompañó en la dirección indicada.
El solo hecho de moverse de lugar le propinaba uno que otro mareo, asimismo, una sensación de felicidad embriagante. La tenue luz del atardecer y los colores que teñían el paisaje se disipaban ante sus ojos, ¿un efecto de las pastillas, tal vez? No lo sabía, Mine simplemente se abrazó al hombro de Skyle a medida que avanzaban, deteniendo la punta de su nariz sobre el hombro ajeno, deslizándola hacia el cuello envuelto en el pañuelo de cebra, captando su aroma sin recato, fascinada.
– Realmente hueles bien~ – comentó sin censuras a una distancia poco prudente del rostro del muchacho, distancia que solo podía conseguir colocándose de puntillas y recargando bastante su cuerpo sobre él, lo que les obligó a detenerse un momento. Esbozó una sonrisa traviesa mientras se alejaba, llevándose una mano a los labios para contener su risilla, sin borrar aquél semblante digno de cualquier acechador sin mesuras.
El estudiante no era realmente su tipo pero era guapo y le simpatizaba, además, no podía evitar el sentir ansias de comer algo de pasta en compañía de un completo extraño. Agradecía hallarse lejos de casa, lejos de los aderezos y la comida refinada. Apenas retomaron el camino el aturdimiento insistió, pero Mine consiguió disimularlo apoyando su frente en el hombro ajeno y presionando para que avanzaran.
– Tú guía, yo te sigo – musitó delicadamente, ocultando una mirada descompuesta. Al cabo de un rato la luz empezó a bajar, estaba anocheciendo, lo que le dificultó aún más vislumbrar el camino que seguían. – No sé dónde estoy... – murmuró para sí cuando se le ocurrió levantar la vista, cayendo en cuenta del claro problema de orientación que tenía, aducido a su actual percepción del entorno. No detuvo su andar en ningún momento, solo cerró los ojos y se permitió dominar por el estudiante. – ¿A dónde vamos? – Preguntó sin esperar realmente una respuesta pues contaba con que terminarían comiendo pasta.
Si, pasta, cita. Todo claro, todo en orden.
El solo hecho de moverse de lugar le propinaba uno que otro mareo, asimismo, una sensación de felicidad embriagante. La tenue luz del atardecer y los colores que teñían el paisaje se disipaban ante sus ojos, ¿un efecto de las pastillas, tal vez? No lo sabía, Mine simplemente se abrazó al hombro de Skyle a medida que avanzaban, deteniendo la punta de su nariz sobre el hombro ajeno, deslizándola hacia el cuello envuelto en el pañuelo de cebra, captando su aroma sin recato, fascinada.
– Realmente hueles bien~ – comentó sin censuras a una distancia poco prudente del rostro del muchacho, distancia que solo podía conseguir colocándose de puntillas y recargando bastante su cuerpo sobre él, lo que les obligó a detenerse un momento. Esbozó una sonrisa traviesa mientras se alejaba, llevándose una mano a los labios para contener su risilla, sin borrar aquél semblante digno de cualquier acechador sin mesuras.
El estudiante no era realmente su tipo pero era guapo y le simpatizaba, además, no podía evitar el sentir ansias de comer algo de pasta en compañía de un completo extraño. Agradecía hallarse lejos de casa, lejos de los aderezos y la comida refinada. Apenas retomaron el camino el aturdimiento insistió, pero Mine consiguió disimularlo apoyando su frente en el hombro ajeno y presionando para que avanzaran.
– Tú guía, yo te sigo – musitó delicadamente, ocultando una mirada descompuesta. Al cabo de un rato la luz empezó a bajar, estaba anocheciendo, lo que le dificultó aún más vislumbrar el camino que seguían. – No sé dónde estoy... – murmuró para sí cuando se le ocurrió levantar la vista, cayendo en cuenta del claro problema de orientación que tenía, aducido a su actual percepción del entorno. No detuvo su andar en ningún momento, solo cerró los ojos y se permitió dominar por el estudiante. – ¿A dónde vamos? – Preguntó sin esperar realmente una respuesta pues contaba con que terminarían comiendo pasta.
Si, pasta, cita. Todo claro, todo en orden.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Noticias.
Skyle fue ignorante del estado letárgico y simi-conciente de la chica que le llevaba del brazo. Su mente en ese momento estaba lo suficientemente arraigada en sus propias fantasías y proyecciones de lo que sería su "cita" que simplemente no se dio cuenta de su entorno sino hasta que la jovencita de rizos preguntó "¿A donde vamos?".
Sus pies lo habían llevado por inercia al centro de la ciudad, donde el bullicio creciente opacaba las voces de sus pensamientos y le obligaba a prestar atención.
-A algún supermercado dónde podamos conseguir los fideos instantáneos.- Contestó sin dirigirle la mirada, pues esta se encontraba ocupada en su alrededor. Estaba algo desorientado, pues no solía salir mucho de la escuela, o al menos, así lo creía Skyle.
Tras haber doblado en una esquina, las luces blanquecinas del cartel le indicaron que habían dado con el lugar. Un suspiro de alivio se escapó de sus labios y con el frio de la noche se dibujó claramente frente a estos. Antes de poner un pie dentro del supermercado, sus orbes se diriegieron a la chica a su lado, como si la acción casual de ir a comprar significara para él toda una aventura, porque claro, ahora estaba en una cita.
Imbécil
Luego de darle una sonrisa amistosa la llevó dentro, directamente a la sección debida, como si no existiese nada más en su camino. Y al llegar y comprobar la gran disponibilidad de sabores a la demanda, la duda apareció.
-¿Qué sabor deberíamos elegir?- Preguntó paseando la mirada de estante en estante, de arriba a abajo, primando los colores que se acoplaban a su gusto más que a los mísmos sabores y es que no es un simple detalle que ésa clase de comida venga en ésa clase de envoltorios. ¿verdad?
Sus pies lo habían llevado por inercia al centro de la ciudad, donde el bullicio creciente opacaba las voces de sus pensamientos y le obligaba a prestar atención.
-A algún supermercado dónde podamos conseguir los fideos instantáneos.- Contestó sin dirigirle la mirada, pues esta se encontraba ocupada en su alrededor. Estaba algo desorientado, pues no solía salir mucho de la escuela, o al menos, así lo creía Skyle.
Tras haber doblado en una esquina, las luces blanquecinas del cartel le indicaron que habían dado con el lugar. Un suspiro de alivio se escapó de sus labios y con el frio de la noche se dibujó claramente frente a estos. Antes de poner un pie dentro del supermercado, sus orbes se diriegieron a la chica a su lado, como si la acción casual de ir a comprar significara para él toda una aventura, porque claro, ahora estaba en una cita.
Imbécil
Luego de darle una sonrisa amistosa la llevó dentro, directamente a la sección debida, como si no existiese nada más en su camino. Y al llegar y comprobar la gran disponibilidad de sabores a la demanda, la duda apareció.
-¿Qué sabor deberíamos elegir?- Preguntó paseando la mirada de estante en estante, de arriba a abajo, primando los colores que se acoplaban a su gusto más que a los mísmos sabores y es que no es un simple detalle que ésa clase de comida venga en ésa clase de envoltorios. ¿verdad?
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 09/07/2012
Re: Noticias.
Marcha, marcha. Un pie delante de otro. Así. Bien.
Caminar a tientas, dejándose guiar por otra persona resultaba difícil y el barullo de la gente cada vez más perceptible, molesto. No tenía idea de cuánto tiempo llevaban andando pero las luces del supermercado le encandilaron al entrar, y por el momento esto bastó para despertarle de su sopor.
Echó un vistazo a su alrededor con los ojos entrecerrados y el ceño ligeramente fruncido, desorientada, distinguiendo la presencia de distintas siluetas, personas sin rostro, o más bien, rasgos y líneas que no conseguía diferenciar. Ante ella nacía un ambiente distorsionado, lleno de luces y colores carentes de forma.
Una extraña y cálida sensación empezaba a recorrer su cuerpo. Persistía, persistía... Humectando su frente y las palmas de sus manos, consiguiendo acelerar el pulso de su corazón, asimismo, le proporcionó un secreto deleite. Pero era como si estuviera dejando pasar algo por alto. Algo muy importante.
Skyle se dirigió a ella y entonces lo recordó.
– Yo nunca he comido algo así... – musitó sin volverse hacia él. No importaba si lo había mencionado ya, volvería a recalcar que no sabía nada de comida instantánea, además todos los paquetes se veían iguales. – Supongo que... ¿Éste? – Señalizó con el índice el envase de fideos más colorido que pudo encontrar en el estante, aún sin haber notado la imagen del cerdo dibujado en él supuso que le convendría elegir algo vistoso. – ¿Y tú? – Preguntó, aún sin despegar la cabeza de su hombro por temor a cometer alguna torpeza que le dejara en evidencia.
Caminar a tientas, dejándose guiar por otra persona resultaba difícil y el barullo de la gente cada vez más perceptible, molesto. No tenía idea de cuánto tiempo llevaban andando pero las luces del supermercado le encandilaron al entrar, y por el momento esto bastó para despertarle de su sopor.
Echó un vistazo a su alrededor con los ojos entrecerrados y el ceño ligeramente fruncido, desorientada, distinguiendo la presencia de distintas siluetas, personas sin rostro, o más bien, rasgos y líneas que no conseguía diferenciar. Ante ella nacía un ambiente distorsionado, lleno de luces y colores carentes de forma.
Una extraña y cálida sensación empezaba a recorrer su cuerpo. Persistía, persistía... Humectando su frente y las palmas de sus manos, consiguiendo acelerar el pulso de su corazón, asimismo, le proporcionó un secreto deleite. Pero era como si estuviera dejando pasar algo por alto. Algo muy importante.
Skyle se dirigió a ella y entonces lo recordó.
– Yo nunca he comido algo así... – musitó sin volverse hacia él. No importaba si lo había mencionado ya, volvería a recalcar que no sabía nada de comida instantánea, además todos los paquetes se veían iguales. – Supongo que... ¿Éste? – Señalizó con el índice el envase de fideos más colorido que pudo encontrar en el estante, aún sin haber notado la imagen del cerdo dibujado en él supuso que le convendría elegir algo vistoso. – ¿Y tú? – Preguntó, aún sin despegar la cabeza de su hombro por temor a cometer alguna torpeza que le dejara en evidencia.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Noticias.
-Yo…- Su mirada vacilaba entre todos esos envases, incapaz de tomar una decisión. Pero ante la idea de quedar sin nada o peor aún, que su cita se acabara por aquella incapacidad de elección, fue que se hizo del envase amarillo y uno verde.
– Estos.- Respondió como si estuviera jugando algún juego importante de azar. Y él, inmerso en si mismo y en ellos, concentrado en que ninguno arruinara su cita, controlando sus pensamientos para no provocarlos, se olvidó de prestar atención a la protagonista de su idea de romance. No fue capaz de percibir su estado, porque simplemente, no era esa su prioridad.
Sin dejar tiempo a más dudas fue que sus pies avanzaron, casi arrastrando a la muchacha con él. De sus bolsillos sacó algunos trozos de papel con valor monetario, perfectamente doblados en un triángulo. Para él no era algo raro, esa la forma en que había aprendido a guardarlos como un amuleto de la suerte.
Arrebató de las manos de la joven el tercer envase y los pasó por caja. Era su primera compra de ese estilo y su corazón se acongojaba de la emoción. El sonido del marcador de precios y de la caja registradora al dar el precio final llamaron su atención, tanto que sin darse cuenta el repetía esos sonidos justo luego de que resonaran en sus oídos.
Realizó el pago y luego de haber doblado de nuevo esos billetes de vuelto, tomó la pequeña bolsa y salió, parando otra vez en la mismísima puerta del lugar. Por fin dándole una mirada a la chica de rizos. -...-
¿Y ahora?
La terraza de la escuela. ¿Qué más, idiota?
– Estos.- Respondió como si estuviera jugando algún juego importante de azar. Y él, inmerso en si mismo y en ellos, concentrado en que ninguno arruinara su cita, controlando sus pensamientos para no provocarlos, se olvidó de prestar atención a la protagonista de su idea de romance. No fue capaz de percibir su estado, porque simplemente, no era esa su prioridad.
Sin dejar tiempo a más dudas fue que sus pies avanzaron, casi arrastrando a la muchacha con él. De sus bolsillos sacó algunos trozos de papel con valor monetario, perfectamente doblados en un triángulo. Para él no era algo raro, esa la forma en que había aprendido a guardarlos como un amuleto de la suerte.
Arrebató de las manos de la joven el tercer envase y los pasó por caja. Era su primera compra de ese estilo y su corazón se acongojaba de la emoción. El sonido del marcador de precios y de la caja registradora al dar el precio final llamaron su atención, tanto que sin darse cuenta el repetía esos sonidos justo luego de que resonaran en sus oídos.
Realizó el pago y luego de haber doblado de nuevo esos billetes de vuelto, tomó la pequeña bolsa y salió, parando otra vez en la mismísima puerta del lugar. Por fin dándole una mirada a la chica de rizos. -...-
¿Y ahora?
La terraza de la escuela. ¿Qué más, idiota?
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 09/07/2012
Re: Noticias.
Sin darse cuenta siquiera ya se encontraban junto a la caja registradora cancelando los productos elegidos. De forma paralela a Skyle, la muchacha se inclinó con curiosidad a ver qué clase de mecanismos utilizaban para guardar y sacar el dinero, procedimiento que no pudo distinguir con claridad por la dificultad visual adquirida por su estado delirioso. Se asomó sin mucha sutiliza mientras se abría el gabinete con las ganancias, lo que le significó una mirada llena de fastidio y desconfianza por parte de la cajera.
Notar que Skyle acababa de pagar su parte también le sorprendió. No por la acción misma sino porque, en aquél rincón de sus pensamientos donde aún existía consciencia, no era capaz de concebir a su cita como un hombre, mucho menos como un adulto. Y quizás esa era la principal razón por la que había aceptado su compañía: solo era un chiquillo perdido, como ella.
Le siguió a tientas, extendiendo una mano para asirlo de su polerón, un poco temerosa de perderlo de vista. Las puertas del supermercado se deslizaron a su respectivo lado para abrirles el paso, y al cabo de un instante se hallaron nuevamente sumidos en la oscuridad del exterior, en la calle.
– Eres un buen chico, Skyle... – comentó Mine, refiriéndose a su acierto de haberle pagado la comida mas sin mencionarlo directamente. – Bien... ¿Dónde iremos ahora? ¡La noche aún es joven! – Clamó acompañándose de una gran sonrisa remarcada por su labial, se asomó a un costado del muchacho y colocó momentáneamente una mano sobre su hombro. Mas en lugar de recargar su peso en él como hace unos momentos se apartó y, ubicando ambas manos en la espalda, le observó con malicia y esperó que se decidiera a guiarle.
No elegiría una dirección por cuenta propia, le aterraba hacerlo. Siempre había sido así.
Notar que Skyle acababa de pagar su parte también le sorprendió. No por la acción misma sino porque, en aquél rincón de sus pensamientos donde aún existía consciencia, no era capaz de concebir a su cita como un hombre, mucho menos como un adulto. Y quizás esa era la principal razón por la que había aceptado su compañía: solo era un chiquillo perdido, como ella.
Le siguió a tientas, extendiendo una mano para asirlo de su polerón, un poco temerosa de perderlo de vista. Las puertas del supermercado se deslizaron a su respectivo lado para abrirles el paso, y al cabo de un instante se hallaron nuevamente sumidos en la oscuridad del exterior, en la calle.
– Eres un buen chico, Skyle... – comentó Mine, refiriéndose a su acierto de haberle pagado la comida mas sin mencionarlo directamente. – Bien... ¿Dónde iremos ahora? ¡La noche aún es joven! – Clamó acompañándose de una gran sonrisa remarcada por su labial, se asomó a un costado del muchacho y colocó momentáneamente una mano sobre su hombro. Mas en lugar de recargar su peso en él como hace unos momentos se apartó y, ubicando ambas manos en la espalda, le observó con malicia y esperó que se decidiera a guiarle.
No elegiría una dirección por cuenta propia, le aterraba hacerlo. Siempre había sido así.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Noticias.
En su cabeza una risa sonó fuerte, burlandose de aquella pareja que no parecía una como tal. Aquello le desconcentró un instante y al siguiente sus pies se estaban moviendo sin responderle a ella, simplemente tomándola de la muñeca izquierda para guiarla hacia el lugar donde debían comer.
Sus pasos poco a poco se hicieron más apresurados, como si algo los viniese persiguiendo, pero no era nada de eso, solo era la ansiedad de verse en el lugar correcto, comiendo lo correcto, jugando a ser normal.
Los primeros minutos de caminata fueron silenciosos, y pese a que llevaba a Mine a su ritmo, no la asió con fuerza, si quería, la chica podía disolver ese impulso con un solo movimiento.
En el sexto minuto y ya divisando la escuela en un punto medio de distancia, comenzó a tararear una melodía en un susurro, inconcientemente. A veces lo hacía cuando se concentraba mucho o bien cuando buscaba escapar de su propia ansiedad. Su respiración agitada se mezclaba con su voz suave e insegura, su mirada no se apartaba del frente, de la escuela, de aquella azotea.
¿Que es lo que ves frente a ti?
No lo sé.
Sigue aquí.
Sus pasos poco a poco se hicieron más apresurados, como si algo los viniese persiguiendo, pero no era nada de eso, solo era la ansiedad de verse en el lugar correcto, comiendo lo correcto, jugando a ser normal.
Los primeros minutos de caminata fueron silenciosos, y pese a que llevaba a Mine a su ritmo, no la asió con fuerza, si quería, la chica podía disolver ese impulso con un solo movimiento.
En el sexto minuto y ya divisando la escuela en un punto medio de distancia, comenzó a tararear una melodía en un susurro, inconcientemente. A veces lo hacía cuando se concentraba mucho o bien cuando buscaba escapar de su propia ansiedad. Su respiración agitada se mezclaba con su voz suave e insegura, su mirada no se apartaba del frente, de la escuela, de aquella azotea.
¿Que es lo que ves frente a ti?
No lo sé.
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Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 09/07/2012
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