Un momento de ocio [Libre]

Un par de días después de llegar a la academia, Eoin se encontraba en el patio de la escuela, sentado bajo un árbol apoyando su espalda en él, se estaba tomando un momento para disfrutar de la brisa y el hermoso día despejado que le había tocado en esta ocasión, el sol pegaba un poco fuerte pero la sombra del árbol le ayudaba a escapar un poco del calor.

Sobre su regazo tenia apoyado su guitarra, jugueteaba suavemente con las cuerdas manteniendo un ritmo y melodía claramente relacionado con su lugar de origen, con sus ojos cerrados.

La canción que esta tocando:

Eoin todavía se estaba acostumbrando a el cambio de locación, y a las clases, por lo menos agradecía que el lugar tenía amplias áreas verdes en las que se podía perder por un rato en su tiempo libre. No había tenido tantas clases aun pero le parecía interesante como los humanos categorizaban todo y definían métodos y técnicas para interpretar correctamente la música, algo que para el era mucho más instintivo, pero no negaba que era útil al momento de querer explorar estilos musicales distintos al que el acostumbraba, pero este no era el momento para centrarse en esos pensamientos.

Por la mente de Eoin además de la clara imagen de aquella hermosa época antigua en Éire observando a las tropas andantes de "vecinos" y su hermosa música, mientras seguía tocando su guitarra con sus ojos cerrados.

Me pregunto si abran vecinos por la zona... debería buscarlos en otro momento

Spoiler:

La hija de los Bianco ya había comenzado a asistir a la academia en la ausencia de su hermano. Estaba un poco molesta por encontrarse sola atendiendo las clases cuando en realidad su esfuerzo para ingresar en ella había sido únicamente para que su hermano se animara a ir y convertirse en un profesional.

No es que Julianne no disfrutara de la música, solo que no era un genio como su hermano y al haber crecido creyéndolo así jamás pensó en dedicarse tanto como él a ese mundo. Ella quería aprender, sí, más que nada para no ser un estorbo, pero lo que le interesaba más era la parte cruda y dura de la industria, la producción musical, representación, el oscuro mundo donde Pietro pondría sus pies y el camino que ella pretendía barrer para él.

Todavía resentía un poco el concepto de los uniformes de la academia. Un punto a favor es que al menos el color base del uniforme de la escuela era blanco, su color favorito, pero eran ropas mucho más sencillas que lo que solía vestir. El ser encasillada forzosamente como una más le irritaba, pero al menos las reglas eran lo suficientemente flexibles como para permitirle usar su cabello con algunos adornos que le permitían personalizar su apariencia. Para aquel día había decidido intentar imitar el peinado de Hailey, una chica que había conocido recientemente y con la que quería entablar amistad , aunque no lo quisiera admitir.

Spoiler:

Era la hora de almuerzo y evitando el bullicio y los fuertes aromas del comedor de la escuela, Julianne aprovechaba los días despejados para comer sentada en el patio, bajo la sombra de un árbol. Caminando hacia su lugar fue que comenzó a escuchar una melodía que por un momento la llevó a un cuento de hadas. La escena se volvió mágica cuando divisó que quién estaba tocando la guitarra era un muchacho de cabellos casi tan blancos como su hermano, y por un momento la nostalgia le invadió el corazón, congelando sus movimientos, quedando como una espectadora pasmada, con su pequeña lonchera estilo victoriano apretada contra su pecho hasta que el muchacho se percató de ella.

— ¡Ah, no era mi intención interrumpir! —se disculpó de inmediato, sin saber muy bien hacia donde ir pues su lugar de siempre se encontraba ocupado.

Entre aquellos sonidos que salían de la guitarra que tenia entre sus piernas pudo notar los pasos de alguien que se acercaba al lugar donde se encontraba, Eoin dejo de tocar por un momento al escuchar las palabras de la joven abriendo sus ojos dejando ver su evidente heterocronía, su ojo izquierdo celeste como el cielo mientras que su ojo derecho de un profundo color ámbar observaban a la joven que tenia frente a él, también con el uniforme de la escuela, notando sus facciones delicadas y su blanco cabello como el de él.

No te preocupes, no estas interrumpiendo

Eoin sonrió con amabilidad, sin dejar de dirigir su mirada hacia ella, notando la lonchera que llevaba consigo, El asumió que quizá ella estaba buscando un lugar para comer tranquila.

La sombra de este árbol es bastante cómoda en días de sol como este, ¿estas buscando escapar del sol también para disfrutar de tu almuerzo?

Sin pensarlo mucho, se corrió un poco hacia un costado, dejando espacio suficiente como para que ella pudiera sentarse y apoyarse en el árbol como el, si ella quería claro.

Cuando el joven abrió sus ojos, la diferencia de color entre uno y otro se evidenció, lo que le sacó un "oh!" de genuina sorpresa. Por lo general Julianne nunca prestaba atención a ningún otro hombre que no fuera su hermano, ni siquiera a su propio padre. Para ella, Pietro era el único hombre de su vida y de su mundo, pero a veces ocurrían estas excepciones, donde traicionaba sus propios principios únicamente por curiosidad.

—Acostumbro a comer bajo este árbol, su sombra es perfecta y la brisa que se levanta no es molesta. No estoy acostumbrada al bullicio y los olores del comedor. — respondió pausadamente, aceptando en silencio la invitación para compartir el espacio. En otros momentos simplemente se hubiese negado y en el peor de los casos simplemente no hubiese comido de no encontrar un lugar cómodo para su almuerzo, pero hoy el almuerzo había pasado a segundo plano para ella.

—Te ves más grande, ¿eres de un curso superior? Perdona que pregunte, entré hace poco a la academia y de donde vengo no acostumbro a ver gente con... rasgos particulares como los tuyos y los míos. —una vez acomodada en una pequeña manta sobre el césped para no ensuciar su uniforme, acomodó sus piernas juntas hacia un mismo lado para evitar que algo indebido se viera y solo entonces comenzó a abrir su lonchera.

—Si no te parece una imprudencia, ¿puedo preguntar si tu heterocromía es natural o si usas lentillas? —ella misma usaba lentes celestes para disimular el color violeta que su alteración genética le daba a sus pupilas, por lo que solía mantener siempre aquella posibilidad con cualquier rasgo fuera de la norma en los demás: podía ser ficticio.

Acomodó su cabello antes de sacar su comida que consistía en un pequeño banquete de frutas y verduras finamente seleccionadas y presentadas, unos panecillos finos y tres macarrones para el postre, además de, por supuesto, su taza de té y la pequeña tetera en la que preparó su porción para acompañar su postre.

Cuando vio su respuesta sorpresiva solo sonrió un poco más mientras escuchaba su respuesta, efectivamente la joven buscaba un lugar, o mejor dicho, Eoin se encontraba en su lugar. Mientras ella se acomodaba, Eoin dejó su guitarra a un costado girando hacia ella para poder conversar mejor.

Efectivamente, aunque da la casualidad que yo tambien soy, de cierta manera, nuevo en la academia ya que me integre hace un par de días, pero si, soy de tercer año

Eoin miraba sus movimientos, así como también se fijó en que traía en su lonchera mientras escuchaba el resto de sus preguntas, especialmente fijándose en los Macarrones para luego mirarle directamente a los ojos, acercando su rostro un poco a ella para luego apuntar a sus ojos bicolores.

¿Estos? son completamente naturales

Eoin rio un poco con el comentario siempre manteniendo esa sonrisa alegre

Son lo más mío que verás de mí, por así decirlo, al igual que mi cabello, tienes razón al mencionar que nuestras características son algo particulares en comparación al promedio de la gente.

Él tomó un poco de distancia volviendo a la misma a la que estaba inicialmente de ella, mirando la lonchera una vez más antes de volver su mirada a la de ella.

Tienes buen gusto para escoger lugares, yo tampoco disfruto mucho del comedor y del ruido de muchos, prefiero la brisa y la tranquilidad rodeado de naturaleza, y buena música.

La hija de los Bianco no pudo evitar dar un respingo por la sorpresiva cercanía que de la nada aquel muchacho había tomado. En circunstancias normales Julianne se hubiese ofendido, hubiese tomado algo de distancia y bien, hubiese marcado la distancia adecuada con elegancia y firmeza, pero por alguna razón su atención quedó suspendida, completamente sumergida en aquellos ojos bicolores que no recordaba haber visto jamás. Eran como dos gemas preciosas que le encantaría lucir en un camafeo o en un anillo, aunque sonara un poco fuera de lugar decirlo así.

Cuando el joven de cabellos blancos elogió su elección sus mejillas se sonrojaron suavemente. Le gustaba recibir ese tipo de comentarios, no de cualquiera, pero había algo particular que últimamente Julianne trataba de ignorar y es que desde que había ingresado a la escuela, había comenzado a hacer más y más excepciones respecto a sus comportamientos habituales.

—¿Gustas acompañarme? —dijo ofreciendo entonces uno de sus macarrones, pues no había pasado desapercibido a sus ojos que el chico había depositado su mirada en ellos. —Puedes comer lo que quieras, pero estos son lo que más recomiendo. —se cubrió los labios con una mano, dedicándole una risita traviesa, pero delicada, como un animal pequeño jugando en el bosque.

—¡Ah! ¡Lo lamento! Creo que olvidé presentarme. —se arregló su cabello e hizo una pequeña reverencia sin necesidad de cambiar la posición en la que se encontraba sentada.

—Soy Julianne Bianco, estudiante de primero.—

Había estado pendiente de cada una de sus reacciones, notando el rubor en sus mejillas un momento mientras el mantenía aquella sonrisa, sonrisa que se extendió quizá un poco mas de lo normal cuando ella le ofreció el macarron, para ella quizá podría haber sido su imaginación, o quizá no, pero se veía contento recibiendo aquel gesto.

Me Encantaría

Recibió el macarron que le ofreció la joven mientras le escuchaba seguir hablando, mientras se comía el regalo que ella le había hecho.

Acabas de ganar un amigo en este lugar, claro, si es que así lo deseas.

Como ella lo había encontrado a el tocando música, se había olvidado completamente de las presentaciones, escucho su presentación y vio su reverencia por lo que decidió responder con una también, acorde a la formalidad de la que ella había hecho

Un placer Julianne, yo soy Eoin, Eoin Gallagher, estudiante de tercero

Siguiendo su ofrecimiento el tomo otro de los macarron comiéndoselo sin pensarlo dos veces, luego limpio sus manos y tomo su guitarra

¿Te gustaría que acompañe tu almuerzo con música? si quieres puedes pedirme una canción, pero no prometo que valla a sabérmela, no hace mucho que estoy explorando las guitarras así que mi repertorio es en realidad mas extenso en otros instrumentos.

Claro que notó la alegría en su superior cuando le ofreció el delicado dulce francés, y en parte le causaba agrado, pues no todo el mundo podía apreciar lo exquisito de un postre tan pequeño como los macarrones.

— Quizás sea demasiado atrevido para una estudiante de primero llamar a un alumno de tercero "amigo", pero estoy encantada de que un superior sea mi aliado en la escuela. —comentó divertida después de la presentación, después de todo no mentía, lo que más deseaba la albina era hacer conexiones y construir su camino o mas bien el de su hermano, en un sendero firme.

—¿Otros instrumentos como cuales? —preguntó la albina mientras tomaba pequeños bocadillos de la variedad que tenía su banquete y se daba su tiempo para saborearlo antes de volver a hablar.

—¿Conoces "True colors" de Cyndi Lauper? Últimamente la tengo rondando en mi mente. —dijo como si no le hubiese tomado un segundo pensar una canción que quisiera escuchar y es que normalmente así era su personalidad. El noventa porciento del tiempo Julianne sabía exactamente qué quería, lo que no necesariamente la volvía una chica caprichosa (aunque sí lo era con sus seres cercanos) o demandante, mas sí alguien que parecía siempre tener algo para decir.

El piano, el violín y el harpa son algunos

Responde el mientras pensaba en aquellos momentos en los que había dedicado parte de su larga vida a ir aprendiendo distintos instrumentos, pero sus recuerdos fueron interrumpidos por la solicitud de la joven albina, claro que conocía la canción, después de todo era una bastante popular.

Entonces “True Colors” será

Él se puso a pensar un momento, repasando algunas cosas en su mente para poder interpretar la canción como correspondía y una vez se sintió listo comenzó a tocar mientras cerraba sus ojos, integrando un poco de sus estilo de tocar a la canción.

True Colors:

Se dejo llevar mientras tocaba la canción, volviendo a la misma postura en la que la joven le había encontrado, sintiendo la brisa y disfrutando del día. Cuando la canción termino abrió los ojos nuevamente para mirarle.

Espero que mi interpretación halla sido de tu agrado

Qué tonta pregunta había hecho, se reprochó la hija de los Bianco, pues era evidente que dentro de la academia, sobre todo los alumnos superiores, manejaran con destreza más que un solo instrumento.

Por un momento sintió envidia, o más que envidia fue un pequeño complejo de inferioridad. Ella solo tenía el piano y la viola. Nunca había intentado tocar guitarra, mucho menos instrumentos como el harpa u otros. Tendría que invertir bien su tiempo y aprender al menos dos instrumentos más si es que quería ser alguien competente en la academia. Inevitablemente la autoexigencia la abrumó un momento, pero en el instante siguiente en el que su superior comenzó a tocar la canción, el aire a su alrededor y la energía en su mente y corazón cambió, tranquilizándose y disfrutando el momento.

A penas comenzaba los estudios, no era necesario apresurarse tanto. Era un lindo día, su almuerzo estaba espectacular, pese a la ausencia de Pietro, había conocido a un superior que además de amable y cortés, tenía habilidades musicales y también una particularidad genética de su agrado. No todo era malo, por lo que después de un momento se dio permiso incluso para tararear suavemente algunas líneas de la canción.

— Fue una interpretación mucho más delicada y tranquila de lo que me esperaba, tiene tu sello, lo que quiere decir que eres un buen músico. Me sentiré honrada si puedo aprender un poco de ti. Sería divertido incluso hacer una dupla de True colors si tenemos la oportunidad. —Dicho eso la joven albina sirvió el té para los dos.

— No tengas pena de sacar algo más que quieras comer. —le ofreció la taza y luego tranquilamente bebió la suya mientras la brisa agitaba levemente su cabello.

El acepto su ofrecimiento mientras que recibía la taza y escuchaba lo que decía, El también claramente era alguien a quien le encantaba recibir cumplidos cuando correspondían y este era uno de esos momentos, él bebió un poco de te mientras sentía aquella agradable brisa en el lugar.

Muchas gracias por el cumplido, me encantaría en algún momento hacer un dúo, tocar música con compañía me gusta mucho, me trae buenos recuerdos.

El levanto la mirada hacia la copa del árbol y el cielo mientras hablaba sobre sus recuerdos, aunque su pensar fue interrumpido por tres siluetas que se encontraban entre las ramas, unas pequeñas risas que solo él podía escuchar provenían de esas tres siluetas, ellas descendieron rodeándolos a ambos mientras revoloteaban, la brisa aumento un poco y se podía sentir ese aroma a pasto fresco en el lugar mientras Eoin les miraba disimuladamente, eran tres Ariel, las cuales se posaron en el pasto fuera de la manta, mirando a Eoin como esperando algo.

Imagen de referencia:

El volvió su mirada a su acompañante, dejando la taza de té a su lado y tomando un poco de la fruta que ella tenía

No me molestaría enseñarte algunas de las cosas que se si eso es lo que te gustaría, si ese es el caso tendría que preguntar, ¿que seria lo que me ofrecerías a cambio?, ya que, en la vida, especialmente en el tipo de ambiente que nos movemos, todo se basa en alguna clase en intercambio

El le miraba directamente a sus ojos con los suyos, era una mirada intensa acompañada de su característica sonrisa, mientras le conversaba disimuladamente llevo la fruta a su costado y una de las tres Ariel la agarro, para compartirla con las otras dos, las cuales a pesar de que la joven no las podía ver se veían contentas.

Imagen: