can you deal with this?[Priv. Catherine]

La incompetencia perjudicaba su trabajo, la plebe que no obedecía no servía para su estructurada forma de ser y el ex idol ya tenía bastante con el hecho de tener a una suplente de secretaria porque la señorita que debía ejercer la labor debía viajar a su ciudad natal para cuidar a un miembro gravemente enfermo de su familia(si no fuera por esa razón de seguro hubiera buscado a alguien más) 

El día en que Camus vio con furia como sus papeles o citas estaban mal organizadas y el hecho de que aquella estupida mujer tenía el descaro de culparle a él por "no estar en la oficina para recibir a un cliente" siendo que ella tenía la OBLIGACIÓN de organizar esa única y especifica tarea mientras el se ocupaba de las suyas le hizo perder el juicio.

Estás despedida- el tono áspero, brusco y dominante de Camus en la sala tronó como un rayo-
D-despedida?...s-señor?- era la primera vez que la mujer escuchaba o veía la otra cara de Camus quedando completamente descolocada- no, quiero decir...este trabajo es muy importante yo no quería...-el rostro de la mujer parecía palidecer.
Acaso eres sorda y no entendiste? te dije que ya no trabajas más para mi, eres tan incompetente como para osar culparme por tu incapacidad de ejercer tu labor ¿acaso crees que dejaría que mi trabajo y mis clientes volvieran a tener un mal pasar por tu obvia falta de capacidad para hacer un trabajo tan fácil? sal de aquí búscate un oficinista que se contente solo con que le traigas un café de cuarta.

Fue mi error! estaba molesta, he tenido malos días y yo le prometo que no volvera a pasar, de verdad yo intenté decirle al cliente que- Camus solamente le miró una vez, el ambiente parecía incluso más frío, aunque claramente la mujer era ignorante al no conocer que su ahora ex jefe tendía a crear esa baja de temperatura cuando perdía los estribos- El cliente conversó conmigo, me dijo explicitamente que tú fuiste la que le hizo venir el día Jueves a las 10:00 siendo que su cita decía a las 16:00, nunca recibió una llamada de recordatorio ni de confirmación de tu parte. Mi anterior secretaria dejo la planificación de los horarios desde hace un mes lista ¿y aún así tú te estás excusando por no poder realizar una tarea que casi se te dio en bandeja?No eres apta para esto, he dicho despedida.
tragó saliva, se dio cuenta que estaba completamente expuesta- L-lo entiendo...fue mi error...

Pasaron los días, Camus tenía una fuerte jaqueca tratando de sobrellevar todo el trabajo y problemas que actualmente le estaban aquejando. Si bien nunca había sido del tipo de trabajador que no gozara de hacer sus tareas era evidente que las  vinculadas a lados emocionales le agotaban de sobre manera¿Desde cuando estaba a cargo de tantas personas? Lo peor es que realmente no era del tipo simpatizante o empatico lo cual lo dejaba sumamente agotado. Necesitaba un asistente aunque no quisiera reconocerlo, alguien que pudiera hacerse cargo de pequeños encargos o al menos que pudiera cubrir a su anterior secretaria.

Alguien manejable...alguien que no tuviera otra opción más que obedecerme- estaba en su oficina pensando sobre eso- Casi una sirvienta...servicial pero capaz...mmm 

Sabía que poner el aviso de búsqueda atraería a muchas personas, después de todo el curriculum de Camus era sin lugar a dudas uno de los mejores de Glass City, tenía como asesorados a 2 grandes artistas muy virtuosos y el "rey" de la ciudad le confiaba trabajos complejos que solamente el podría realizar sobre todo ahora que se acercaban los proyectos que tan entusiasmado tenían a Regan.

Cualquiera querría este lugar, ahora...-terminó de redactar la búsqueda de empleado y sonrió- el tema es quién podría ser lo suficientemente capaz y quién realmente desea tanto esto como para seguir mi ritmo~-


Dejó un día previsto, no escatimó en su tiempo ni es sus preguntas a las participantes. Ya habían pasado unas 6 mujeres y 4 hombres. Buenos curriculums pero sin dudas personalidades difíciles, claramente les importaba el hecho del puesto tanto como para no ser suficientemente moldeables.

Necesito a alguien manejable- ajusto los lentes sobre su tabique y llamó con tono ameno para que entrase la siguiente persona.

Catherine Collingwood, adelante.

Catherine parece despistada, la verdad es que no lo es aun que su cara de ciervo encandilado lo parezca. Aún así y aun que sea hipervigilante de su alrededor, es que se accidenta mucho con cosas ridículas, es por eso que ir a buscar trabajo le ha tomado más de la cuenta... lo bueno es que en el hospital local son muy amables y les gusta reirse de la mala fortuna de la chica pelirroja.

Esta vez estaba lista, lo iba a hacer, si su sueño era cumplir el sueño de más gente sabía que tenia que empezar desde abajo y si había algo que le repetian insesantemente es que los trabajos de oficina eran de lo más seguro que se podía obtener. Eso le producía confianza y quería creerlo. Con su CV se encaminó a Merveilles Records y el nervio en su cara solo la hacía sonreir más. Había visto el aviso de que se buscaba una asistente y sabía que no tendría el mejor CV de todos, pero la animaba tener si quiera la oportunidad de estar en una entrevista. No conocía mucho al contratante, y la verdad es que tampoco ha interactuado mucho con el mundo musical, pero espera que esta sea una instancia para hacerlo.

Esperaba en la oficina, todo se veía tan ordenado y limpio que sentía había sido transportada a un lugar digno de reyes y reinas. Habían varios que querían ser entrevistados, algunos se veían muy bien en sus trajes coloridos y peinados a la moda, otros estaban más relajados que ella, casi seguros, eso le quitaba la seguridad a ella misma.

Veía personas entrar, veía personas salir, de a poco eran menos los que estaban en esa sala de espera y sus nervios comenzaban a traicionarla. Empezó a temer que terminara en el suelo antes de llegar a la silla o se cortara con el papel del CV antes de entregarlo. Cosas que han sucedido con demasiad frecuencia.

"Catherine Collingwood, adelante" - Escuchó desde la oficina una vez salió otra asistente de buen porte y buena vestimenta.

... ok, aquí voy... no morirás intentandolo... solo, relajate. - se decía a si misma, esperando que este mantra no la matara en el proceso, le faltaba ahogarse con una mosca que fuera pasando para que su mala suerte empezara a causar efecto.

Entra al despacho del sujeto, al principio duda en mirar, pero lo hace, se encuentra con esa cara algo seria, se veía... "¿Preocupado? ó ¿Cansado?", parecía tener un mal día. Ella no entró, se quedó en la puerta y antes de hacer cualquier otra cosa deja de dudar y toma aire.

Buenos días, soy Catherine Collingwood, estoy agradecida de tener la oportunida de entrevistarme con usted -sonríe mas tranquila, lo logró, ha dicho algo y no se ahogó con su propia lengua en el proceso.
Catherine no va bien vestida, la verdad es que no sabemos en que parte del mundo un polerón negro, jeans oscuro y zapatillas es ropa para una entrevista en una empresa tan importante, pero se nota por su pelo enmarañado que tampoco sabe cuidarse físicamente... aun que Camus aún no sabe que tanto es que descuida esa preocupación.

Lo ve observarla y teme que su presentación personal no sea de su agrado, pero tenía previsto eso, por eso no se acercó a la mesa ni a la silla, es por ello que sigue al lado de la puerta abierta, está esperando que le diga que No. - D-Desea que cierre la puerta tras de mi cuando salga? -sonríe, ahora es una sonrisa más nerviosa, pero además de ese cambio, no ha dejado se sonreir en todo este breve tiempo.

Su mirada fue directamente a ella cuando entro a su oficina. De arriba a abajo. Digamos que Camus no es del tipo que tenga mucho cuidado en pasar desapercibido cuando no desea hacerlo. La voz amena que le había llamado distaba mucho de la mirada analítica que ahora se presentaba.

"que normal, no tiene ningún tipo de clase¿acaso salio así de su casa y ya?"


Se veía claramente nerviosa, Camus iba a hablar luego de que se presentara pero la frase que vino a continuación de los labios de la peliroja le dejó perplejo- Ah?- levantó una ceja ¿en serio tenía tan poca confianza?. Suspiró y con aire altivo posó su codo sobre su escritorio- Si quieres este trabajo no podría entrevistarte allí afuera. Cierra la puerta y ven a sentarte aquí.

Aludió uno de los asientos que estaba frente a él. Esperó que la chica obedeciera y prosiguió- Háblame un poco de ti- si bien el comportamiento de Camus era más parecido al de su verdadera esencia parecía estar completamente comprometido con un aire profesional, aunque el cansancio parecía no poder ser ocultado en sus suaves movimientos.
Extendió la mano esperando que la chica dejara su curriculum.

Esos ojos frios se posan en ella de forma juiciosa, lo sabe, no está lista para vestirse como la gente que anteriormente había venido a esta oficina para la entrevista.

Pero en su pensamiento de ciervo acabado, escuchó al hombre hablar, es directo y a pesar de su vestimenta no la esta juzgando inmediatamente. La hace feliz.

Ah... s-si señor, como ordene. -cierra la puerta tras ella, de forma diferente a la que pensó en un inicio, pero cumplió con cerrarla, se acercó a la mesa y se sentó donde indicó el frio sujeto que tenía al frente, pero a pesar de todo sentía que realmente el estaba aburrido de su situación actual.

¿De mi, señor? Quizás esta demasiado cansado para seguir escuchando historias de vida... he visto entrar mucha gente aquí y no quiero molestarlo mucho. -le entrega el CV en mano y sonríe- Solo quiero aprender de su rubro, quiero hacer a la gente feliz.

Sincera y rápida.

...-se quedó en silencio durante un momento mientras le miraba directamente a los ojos luego de tal frase que había dicho. La chica parecía bastante empatica y eso era lo que menos tenía Camus como una de sus ventajas en este medio, parecía dócil...tenía varios puntos a favor, más prefería no confiarse.

Suspiró súbitamente- Si quieres ser contratada debes hablar de ti aunque la persona que está en frente quiera incluso morir. Estoy haciendo esto porque debo hacerlo, el no hacerlo luego acarrea más gasto de mi tiempo y eso es algo que no estoy dispuesto a tranzar. - añadió tajante. Tomó el curriculum para comenzar a ojearlo.- Si quieres trabajar conmigo debes entender eso, "muchacha"

"Hacer a la gente feliz...que tontería. Lo único que importa es hacer todo a la perfección."

Camus si bien estaba pensativo ahora lucía mucho más calmado que antes. De pronto una mala maña de sus actuares se vio con un simple chasquido de sus dedos. Un click salió a causa del choque entre ellos esperando paciente que la chica entendiera el mensaje. Volvió a mirarla con cierto tono de reproche y suspiró- Una vez es té, dos veces es café- Se enderezó en su asiento y apuntó a un carrito donde descansaban un hervidor y una vajilla con utensilios para preparar lo que sería una usual hora del té clásica y formal-Si quieres realmente ayudar prepara un té decente...mientras quiero oír tus razones de porque elegiste ser la asistente de un manager para aprender del rubro y no a cualquier otro profesional que también participara en este mundo. Asumo que no conoces mi trabajo porque si lo hicieras no estarías presentándote con esas ropas delante de un ex idol como yo. Dime tus razones, es una orden.

Escuchó atenta al sujeto frente a ella, la estudia constantemente, lo siente observarla y pensar en cómo afrontar su forma de responder de la mejor forma.

"Quizás me equivoqué... Parece que no le agrado y no es por mi vestir"

Escuchó el "muchacha" al final de su frase. Algo hizo mal y ahora esta nerviosa pensando en como reparar en su error hasta que escuchó el chasquido y despertó de su trance.

-Una vez es té... dos veces café... -murmura para ella misma y cuando escucha la orden final es que se levanta y sonrie - Como ordene, señor.

Ella avanza a este pequeño carrito, la platería fina y las tazas delicadas la hacen dudar de su prontuario, está comenzando a temer y se nota en como presiona sus labios. - Me gusta la música, señor. Es lo único que ha levantado mi alma en situaciones adversas y ... -sirve algo de té en una taza mientras conversa, está intentando ser realmente precavida- quiero ayudar a entregarle eso mismo a los demás... Y como realmente no tengo talento alguno para la música... pensé en ayudar a los que si tienen ese don y han trabajado arduamente para lograrlo. -se detiene- Lamento mi vestir... y lamento que sea una molestia para usted, señor. Busco aprender y estoy dispuesta a trabajar bajo sus ordenes si es que me necesita.

Toma un descanso luego de su momento de sinceridad, no esconde nada realmente, no es de esas personas, no teme develar sus aspiraciones ni tampoco que termine siendo golpeada por la realidad nuevamente: ser rechazada es ya parte de su vida.

Ella se gira a verlo, le sonríe cordialmente. - ¿Toma su té solo, con leche, azucar, sacarina, endulzante o sucralosa? - Siente que quizás la pregunta es estúpida, no sabe por qué, pero tiene esa sensación de que él es incapáz de manchar el sabor del té con algo dulce. Algo en su actuar se lo dice.

"Pero siempre puedo equivocarme"

Debía admitir que el hecho de su pronta respuesta a las ordenes era un buen indicio de lo que buscaba. También tenía un buen trato llamándole con respeto.

Si bien ojeaba el curriculum de la chica se dió el tiempo de mirar de soslayo las acciones de la muchacha. No tenía un control elegante para servir el té, era bastante normal pero al menos no se había quemado la mano en un torpe actuar por el nerviosismo, aunque si, se veía bastante nerviosa todavía.


"Me recuerda...a un ciervo..."

Cuando se percató de que estaba terminado de llenar la taza sus ojos se fueron de nuevo directamente a las hojas. Nada que destacar.

Oh~...-colocó su mano sobre su mentón con cierta elegancia y una sonrisa algo arrogante le surcó los labios luego de todo lo que había dicho. Dejó un espacio para que la chica dejara el té sobre la mesa- Por el momento está bien sin leche, si llego a pedírtelo así debes calentarla adecuadamente. Sobre el azúcar, debe ser en cubos, alta calidad, ten cuidado con eso.

En el mismo carro había una fina azucarera a juego con las tazas, donde los terrones de azúcar eran guardados para ser utilizados- Tráela.

Una vez que Catherine hizo lo que le ordenó, Camus naturalmente empezó a endulzar su té.


uno, dos, tres...6...9. La bebida que antes parecía muy fluida ahora se movía con cierta dificultad gracias a la cuchara y todo el azúcar que había dentro- Así que no tienes ningún talento musical...-acercó la taza a su boca- Pero entonces¿Cómo podrías reconocer a otros que si tienen talento? Ciertamente necesitaras mucho trabajo.- Tomó un poco de té, lo tragó y mantuvo silencio- Partiendo por esto.

Dejó la taza en su plato y volvió a mirarla, desafiante y penetrante- Estás segura que deseas que sea yo quién te enseñe? La única manera en que esto funcione y no seas simplemente un estorbo...es que te conviertas en mi sirvienta, harás todo lo que yo te diga, sin reclamos, sin chistar. Todo.- 

Spoiler:

En su CV hay muchos trabajos, de poco tiempo de duración cada uno, la verdad es que es lo que más nervio le daba: no destaca en nada y la rotación en sus labores el alarmante, un claro signo de que hay algo mal. Ella espera que no lo saque a colación.

Hace lo que él pide, mira los cubos caer y como la taza ahora estaba llena de asucar. "Me equivoqué" Ella sonríe pensando en su error, le parecía entretenido pensar en la seriedad de su rostro y el dulce de su bebida. "son como opuestos y es divertido saberlo".

Lo escucha, espera que él termine su dialogo para que ella pueda encontrar el espacio donde él espera realmente una respuesta, y cambia su sonrisa anterior rápidamente para que no piense que se burla de él.

- Oh... Estoy dispuesta a trabajar duro para lograrlo, ayudar a más gente a lograr su sueño y con ello que más personas se sientan bien escuchando bella música -sonríe- además, sinceramente, no sé por que alguien estaría buscando trabajo de asistente si no es para servir, aprender y estar presente para usted, Señor.

Hasta ahora está orgullosa, no se ha caido, no ha roto nada... quiere lograr salir de ahi sin accidentes...

La mira directamente a los ojos por un buen rato- Voy a tener que enseñarte más de lo que pensaba...pero está bien, me sirves.

Alcanza a notar el cambio en la comisura de sus labios entre la sonrisa y el gesto más serio en la muchacha, Camus no tenía un sentido del humor muy bien logrado así que sinceramente no entendía que le causaba gracia o porque estaba tan feliz con todo esto.

Vuelve a mirar la hoja que esclarecía los trabajos de la muchacha y el temor de ella se vuelve una realidad- Quiero saber algo, antes de firmar algo...¿Hay alguna razón en especial para que tus trabajos fuesen tan variados y durante tiempos tan...poco constantes? -Apoyó su mentón sobre el dorso de su mano y su cejas declinaron haciéndole ver más serio- Dime la verdad, si vas a trabajar para mi te investigaré de todos modos.


Por otro lado, no sé si estás entendiendo bien esto. No es como si te estuviera pidiendo que seas algo como mi secretaria. Puedes llamarlo como desees, sirvienta, camarera, doncella o criada, mi palabra será ley.

Sacó de un cajón de su escritorio un papel, era un contrato- Si estás dispuesta a eso, entonces procederemos desde mañana, pero primero quiero escuchar lo que te pregunté.

Cuando ve ese gesto y sus ojos fríos se posan sobre ella, en silencio, siente un golpe en el estómago, los nervios hacen que en su espína dorsal suba un escalofrío y su nuca sude helado. Hasta que lo escucha "me sirves".

"Me sirves"
"Me sirves"
"Me sirves!"

Sonríe, es mucho más de lo que pudo haber esperado especialmente luego de haberse resignado por solo entrar al despacho del manager y autoecharse de la entrevista.

Ella no alcanza a decirle nada cuando ve que su mirada regresa a su CV y escucha la pregunta. Su sonrisa se quiebra por un momento, en silencio, toma sus manos delante de ella, cerca de su vientre y baja la mirada, nerviosa. Una vez mira el suelo vuelve a sonreir como si intentara recomponerse rápido para no dudar. Ser sincera.

-Si desea investigar sobre mi está en toda libertad de hacerlo, señor, no tengo nada que ocultar y sea como quiera llamarme, estoy dispuesta a encargarme de lo que necesite para ayudarlo a su labor o su vida... Mi rotación en diferentes rubros se debe a lo descuidada que soy... Aun que ya debe haberlo notado solo con mi apariencia... pero para serle franca... -en sus ojos se ve, duda por primera vez desde que comenzó a responderle, tiene miedo- me veo involucrada en accidentes por mi torpeza y para ser profesora .. no era bueno por que los niños se burlaban de mi... para enfermera era inconcebible que esté llena de moretones o bandas, desconfiaban de mi... y por alguna razon no he podido evitarlo -levanta su mirada, ahora resignada pues imagina que la oportunidad se acaba de escapar de sus manos, pero sonríe igual de cordial- pero hasta ahora he intentado con todas mis fuerzas no romper nada ni caer.

No sabe si esperar una respuesta y aun que ve el papel frente a ella no se acerca a tomarlo, por el contrario, da un paso hacia atrás. La mirada de Camus parece la de un cazador capaz y ella es el ciervo al que le tiemblan las piernas cuando lo ve cerca.

L-lo siento, Señor -termina, disculpandose por lo que ella siente fue una decepción para el ocupado manager ex idol.

Dejó que hablara con calma, no suspiró y ni siquiera dejó de mirarle en todo ese momento más su semblante severo luego de todas las palabras dichas se relajó un rato.
Camus cerró los ojos ante la última disculpa de la muchacha,

No es la primera vez que trabajo con personas como tú...
-se levantó de su asiento y se acercó a ella aun cuando sabía que esto podría generar ansiedad en ella. Le tomó el rostro entre sus dedos y vuelve a mirar sus ojos más de cerca. Buscaba algo en particular que las palabras no pueden demostrar.

Firma el papel y dímelo- dijo tajante- Dime que deseas aprender de mi y me haré cargo de ti aunque seas un desastre. Si soportas mis ordenes entonces serás util, mientras lo seas no tengo porque quejarme- Dejó de sostener su rostro, luego suspiró y le dio la espalda para ir a tomar asiento de nuevo.

Lo escucha, si, pero no da crédito a lo que ve.

"P-por que se levantó?..."

No esperaba esto, su respiración se cortó por que no sabía que podía ocurrir, en un inicio la sensación de su estómago fue: "Me va a golpear", luego se suavisó y pensó "me va a echar".

Pero al sentir sus dedos largos en su rostro, sus ojos observandola atento, buscando, ya no le molestó esa proximidad. Se dió cuenta, él quería algo más y no era momento para flaquear, sostuvo su mirada a pesar de que realmente dejó de respirar, sus ojos cálidos y grandes, muy diferentes a los de Camus tienen una mezcla de sentimientos que ya no solo expresan el miedo inicial, muestran energía, pasión y tranquilidad.

Esos pequeños segundos se interrumpieron con su demanda.

"Dímelo"
"Dímelo"
"Dímelo"

"Si, señor"

Es torpe, y a veces impulsiva por que no conoce los límites morales que quizás el Manager maneja. Ella toma su mano rápidamente al escucharlo suspirar.

Pero enmudece.

Se queda ahi en unos segundos que parecen eternos, especialmente eternos para quienes aún esperan afuera por una entrevista.

- Si señor, deseo aprender, escuchar sus órdenes y cumplir con sus expectativas. Llegué a la ciudad para dedicarme a este camino, no tengo familia cerca, no tengo amigos, soy nueva en la región, tengo disponibilidad para estar presente cuando me nescesite.-

"Si es capaz de decir que puede hacerse cargo... que está dispuesto a enfrentar mi torpeza... yo también estoy dispuesta a escuchar y soportar sus demandas"

-Firmaré-

Podía contar con los dedos de una mano quienes habían tenido la oportunidad de tomar su mano sin que fuera él quién ejecutaba la acción. El silencio fue dominante y por un momento Camus en su semblante serio hubo un ligero dejo de sorpresa más no separó la acción porque de una u otra manera estaba tomando una determinación que muy pocos habían tenido frente a él.

Volvió su vista a ella, clavando directamente los ojos en su rostro esperando una palabra o simplemente una acción. La mano que sostenía la de él era tan menuda que parecía querer quebrarse con solo tocarle pero increíblemente no temblaba aun a pesar de la presencia del sujeto.

Una sonrisa ladina se formó en sus labios que casi nunca demostraban tal gesto, cierto tono de malicia en tal acción. Su voz profunda dicto.

Claro que lo harás- y con aquella mano tomada le encaminó al papel casi de un brinco, dándole una pluma para que firmaran lo que sería de ahora en adelante un pacto inquebrantable.

Empezarás mañana, por temas netamente profesionales seguiré con las entrevistas para descartar a cualquier otra persona, así si fallas tengo un remplazo ya visto- aquello sonó tan en serio que podía parecer una amenaza pero en el fondo era la forma tan particular de Camus para ejercer presión en alguien a quién él había tomado por orgullo propio en sus manos. Realmente no iba a cambiarla.


volvió a mirarle severo y dándole instrucciones que más que eso parecían ordenes.- Te daré mi contacto privado, debes estar siempre atenta a mis llamadas y demandas. Ahora procede a leer el contrato y a firmar, luego de eso te diré los horarios.

Arregló su corbata un momento y se tomó la libertad de pensar en silencio mientras la chica hacia lo suyo.

"Es probable que entrenarla sea un tiempo más que deba usar...pero es literalmente adaptable, con mis capacidades no debería ser un problema"

Camus muchas veces pecaba de soberbio, pero era con justa razón ya que no cualquiera podía trabajar de manera tan perfecta como él y ahora, mírenlo, al lado de una chica que(a la vista de muchos) no es para nada prometedora¿Sería que acaso se lo estaba además tomando como un desafío sin percatarse de ello? Incluso el conde tenía su lado infantil.

Cuando se percató de que la chica hiciera lo que le habían dicho habló de pronto- Desde las 8:30 comenzarás a trabajar en la oficina, si te necesito antes estarás ahí antes...Mañana nos veremos a las 12:30 en el centro de la ciudad, luego de eso nos dirigiremos a un almuerzo de negocios-la miró de pies a cabeza y suspiró- esta vez procura colocarte algo un poco más formal. Ya hablaremos de eso él día de la reunión...-volvió a mirarla y su entrecejo se arrugó- espero que toda esta información te la memorices.

Quizás debió aguantarse, cuando ve en su rostro una cambio repentino es que su cabeza empieza a trabajar preguntandose si debio tomar su mano, si debio ser tan directa, si debio comportarse diferente, pero aun que su cabeza trabajaba, parecía una muñeca una vez que él sonrió y la encaminó al papel con velocidad y sin dudarlo.

Lo escucha, lo entiende, en el fondo había escuchado algo similar antes y todavia temía equivocarse de tal forma que él no la perdonaría, por lo que considera en el fondo que es la mejor opción para él. - S-si señor, yo... comprendo que necesite tener un remplazo para mi. Espero cumplir con lo que necesite... -murmura. Pero cuando vio la mirada severa de Camus fue que se enderezó por completo y su sonrisa flaqueo levemente nerviosa, hasta que escuchó su orden. - Ah.. s-si señor, estaré atenta a lo que necesite! -saca de su bolsillo un celular MUY ANTIGUO, con botones gigantes, una pantalla diminuta, arcaico, perfectamente sería vendido en las tiendas de tecnología como un teléfono para la tercera edad, dejandolo en la mesa para anotar el numero de su nuevo jefe mientras leía todo lo que implicaba trabajar con él de ahora en adelante.

"Quizás logre hacerlo, quizás puedo hacerlo, no tiene que ser tan difícil... es solo responder a él y hacer lo que me pide... A pesar de lo fría de su mirada y lo militar de su voz, no es mala persona..." -sonrie mientras piensa y lee- "Parece hasta atento.... DETENTE CAT! recién pensabas que no tomaría cosas dulces y mira con que salió, quizás saque un látigo y serás una esclava...! "- aprieta sus labios pues evita reir pero se nota en sus mejillas que esta guardando algo. Una vez ella termina de leer, se acerca a la mesa, se agacha un poco y con la misma pluma que Camus le entregó firma donde le indica. Es una firma bonita, delicada, parece sacada de un libro de historias y cuentos de hada antiguo.

Pega un respingo, enderezándose rápidamente cuando su jefe empieza a hablar y el lapiz se le suelta.

-AH- Ella al sentirl el lapiz deslizarse mueve sus manos rápido intentando tomarlo. Por suerte lo logra, aun que con todo el movimiento terminó con sus manos rayadas. -E-entonces - deja el lapiz en la mesa con mucho cuidado sonriendo nerviosa - mañana llego a las 8:30 a la oficina~ y a las 12:30 me necesita en el centro de la ciudad.- sonrie, esta muy contenta a pesar de todo- Si señor!

No podía creerlo. Estaba sucediendo de verdad.

Oh, casi lo olvido - toma su ladrillo de celular y mira a Camus- necesito su número para asegurarme de que es usted el que se intenta comunicar. -sonrie, inocente-

La torpeza propia de la mujer parecía no acabar. Miraba con detalle cada maniobra, memorizaba sus gestos y la forma en que su rostro cambiaba, al parecer, por lo que pensaba en ciertos momentos.

"¿Qué demonios estará pensando con esa sonrisa en su rostro?"

Pocas veces el rostro de Camus se veía afectado por nimiedades, pero el celular ciertamente le pareció la representación de una época ya extinta.

"Tsk...esto será más engorroso de lo que pensaba"

La dejó terminar siguiendo con su sepulcral silencio más suspiró al ver como sus manos eran arruinadas por la pésima coordinación  motriz que terminaba con broche de oro en una linea desigual.

Tomo el celular y recordando las funciones añadió el número- Arreglaremos esto también- señaló el celular y se lo entregó en una de sus manos- trata de disimular cuando salgas, no hagas obvio que fuiste contratada.

Fue a su asiento y tomó las hojas para revisarlas- Eso es todo...