Nuevo desafío.

Reino se encontraba encerrado en su oficina después de haber sido citado por el jefe, quien le había asignado arbitrariamente un nuevo cliente. Llevaba bastante tiempo sin asesorar a nadie y tenía un ligero mal presentimiento, Revo no solía inmiscuirse en los asuntos de representación a menos que se viera ante un caso difícil. No le sorprendería que quisiera sacarse el problema de las manos con la ayuda de un viejo amigo.

Aquél era un día de trabajo como cualquier otro en Merveilles, sensación que comenzaba a extrañar desde sus días en la academia. Después de dos pesadas semanas de duro trabajo y estrés las audiciones para la obra escolar habían finalizado, pero pronto comenzaría un nuevo desafío: los ensayos. Al juzgar por las personalidades de los diferentes postulantes seleccionados no sería nada fácil hacerlos congeniar... Pero bueno, confiaba en el talento de cada uno, no tenía por qué atormentarse antes de tiempo ¿verdad?

Dejó escapar un pesado suspiro a medida que acomodaba su adolorida espalda sobre el respaldo del asiento de cuero negro, muchas cosas habían pasado en corto tiempo y le agradaba sentir algo de paz... ¿Se estaría volviendo viejo? Sonrió para sí, aún si lo deseara no había tiempo para descansar. Hizo una revisión minuciosa de la ficha de su cliente y no pudo evitar sorprenderse con lo que encontró, al parecer se trataba de un vocalista que fue rechazado durante su primera audición y que además protagonizó un escándalo en su segundo intento.

— Vaya, un chico problema que "enderezar". — Masculló mientras analizaba con una ceja en alza la fotografía del implicado. El papel anotaba el nombre de Siegfried Kindelan.

"Esto será divertido..."

*Su guitarra en la espalda, su casco bien colocado, arranco el motor de su moto y bajo el visor del casco para arrancar a Merveilles, no había pasado mucho de aceptación en aquel lugar lleno de estrellas en acenso y esa misma tarde tuvo encuentro con su musa en aquel lugar aquel lugar estaba lleno de magia y no podía evitar emocionarse cada ves que iba ahí.

Mientras surcaba las calles en la moto con la guitarra golpeando su espalda con un ritmo curioso, no podía evitar pensar que había pasado con Katrina de un momento a había desaparecido, y bueno ahora que por fin pertenecía al sello se había quedado sin manager o eso pensó cuando un día le llego una carta diciendo que se presentara al Merveilles Records a conocer a su nuevo Manager, no se sorprendió pudo entender lo grande que era aquel ese lugar y seguro querían que sus artistas triunfaran así que no le quedaba nada mas que emocionarse, estaciono la moto y dejo el casco en esta el estacionamiento de aquel lugar era seguro no esperaba que nadie le robara el casco de la moto* ....¿Katrina a donde te fuiste ?...

*Suspiro mientras caminaba hasta las oficinas donde tenía que buscar a un tal señor Reino, saludo a los recepcionistas con un movimiento de la mano y enseñando su carnet,  caminaba por el lugar mirando a todos lados para ver si en algún momento tenía la oportunidad de ver a su muñequita de cabellos anaranjados. Las oficinas eran increíbles llenas de nombres importantes y reconocidos a nivel mundial, Camus Cryzard, Demian Vitae, Michael Russo, los nombres seguían y seguían hasta que se detuvo enfrente de una puerta con el nombre de Reino en esta.*

Bien... es hora...*toco la puerta con tres toquidos en los nudillos y espero para abrirla y entrar* Buenas tardes soy Siegfried Kindelan recibí una carta pidiendo que viniera aquí a conocer a mi nuevo manejador... *entro cerrando la puerta detrás de el, su aspecto era sencillo cabello peinado hacía atrás una camisa negra con un blazer negro delgado arremangado, un par de collares en que se permitían ver, aparte de eso  su guitarra, un pantalón de mezclilla y un par de botas, sonrió al ver a Reino mostrando aquellos dientes afilados que aunque se veían amenazantes en el mostraban cierto encanto y estilo*

Una voz le apartó de sus pensamientos, haciéndole volver la vista en dirección a la puerta, pudiendo distinguir así el rostro de su cliente.

— Adelante. — Respondió con relajo desde el mesón, valiéndose de una sonrisa para aminorar la posible tensión que podría generarse entre ambos. — Toma asiento, Kindelan. — Con un ademán le indicó que se ubicara en la silla frente a él, estudiando durante un breve instante la apariencia ajena. Le agradaba, aunque podía hacerse más o menos una idea del tipo de chico irreverente con el que empezaría a tratar.

Aprovechó de guardar en el cajón de su escritorio los papeles informativos, considerando que de nada le servían teniendo al implicado frente a él. Prefería escuchar de su boca su versión de las cosas, de su entrada al sello y de sus pretensiones para hacerse un juicio. Sí, en ocasiones hasta Reino era un tanto rebelde y despistado, dejando de lado el protocolo que le correspondía. Se daba este lujo al trabajar con el mundo adulto, lo que no podía hacer en la academia, donde los estudiantes requerían de ciertas estructuras para cumplir con las expectativas de los demás.

Aún así existía la posibilidad de tener problemas, no todos los artistas del sello contaban con la madurez suficiente para empezar a trabajar, era perfectamente consciente del peso que caería sobre sus hombros al asesorar a alguien demasiado infantil.

— Well, well... Pareciéramos tener un caso interesante entre manos. Soy Reino y me designaron como tu representante. — Se presentó una vez Siegfried tomó asiento. No podía evitar observar su curiosa dentadura. — Tus papeles indican que no tienes ninguna experiencia previa y que la primera vez que audicionaste para entrar al sello no te aceptaron. ¿Puedes decirme qué fue lo que sucedió?

*Siegfried estaba en aquella gran oficina enfrente de esta persona que le pedía que tomara asiento mientras señalaba la silla con la mano, giro su rostro para ver todo a detalle cuadros discos dorados varios de la misma banda de rock, todo lo común que podrías encontrar en una oficina de Manager. Se quito la guitarra de la espalda y la recargo en el escritorio a la ves que se sentaba enfrente de el.

Su aspecto era algo lo que mas le llamaba la atención no se veía como cualquier Manager aunque su oficina dijera lo contrario, un intenso mohawk de color rojo se alzaba enfrente de el mientras que los costados brillaban en intensidad con un amarillo, un montón de piercings en ambas orejas, una cicatriz que subía desde el mentón hasta  arriba del labio, había estado en varías peleas y sabía que eso seguro era cicatriz hecha con cuchillo o algún objeto punzo cortante y lentes oscuros bajo techo aunque seguro estos eran para mantener el estilo que portaba, sin duda alguna la imagen de chico malo al igual que el pero tenía la sensación de haberle visto antes*

Reino... siento que le he visto o escuchado antes, bueno un gusto, como dije antes me llamo Siegfried pero puede llamarme SIeg y bueno supongo ya sabe soy Vocalista aunque también se tocar el piano y la guitarra *a penas podía ver sus ojos atrás de los lentes oscuros pero podía ver como constantemente se dirigían a su boca....otra ves sus colmillos lo hacían destacar* realmente no tengo experiencia mas haya de tocar con unos amigos en algunos bares en Irlanda o tocar el piano en algunos hoteles para hacer dinero, así fue... la primera ves que audicioné...

*Recordó esa audición por unos momentos se le podía notar recordar pues sus ojos voltearon al techo perdiéndose en sus recuerdos y sus labios de manera automática comenzaron a moverse recordando la letra de las canciones que canto*...quise masticar de mas supongo....trate de aplicar para tanto vocalista como guitarrista *levanto la mano enseñando dos dedos* o no les gusto mi estilo de música a los jueces *bajo un dedo dejando el índice * o vieron que algo hacía falta en mi... *bajo la mano y  suspiro recordando algo mas* las noticias tardaron un poco en llegar pero no tanto...me fui a pensar a la playa y ahí conocí a mi musa la cual...bueno me inspiro... a enfocarme aun mas... y eso que me faltaba se lleno quizás.

*se le quedo viendo esperando respuesta a su corta pero sencilla historia, aunque el recordar a "la señorita Sagan" le trajo una sonrisa al rostro acordándose de su segunda entrevista y el descaro que tuvo esa mismo día*

Cuando el pelirrojo dijo que creía ubicarlo de alguna parte Reino bajó la mirada inconscientemente, como si se sintiera avergonzado. Si bien “The Owners” fue una banda exitosa en su tiempo, la prensa no hablaba nada bien de él y todo su drama familiar había sido expuesto. No quería que el cliente se llevara una primera mala impresión de su nuevo representante, por lo que esperaba que no recordara de dónde le conocía.

Asintió cuando el joven afirmó ser vocalista y músico. Esa información ya la tenía. También sabía que era de Irlanda.

— Sí, suena a que fuiste muy ambicioso. — Dijo después de escuchar su historia. — Deberías saber que en el sello la mayoría de nuestros vocalistas son músicos y también compositores. Sin embargo, el título que solicitan al momento de audicionar define su prioridad como artista. Esto no excluye necesariamente el utilizar sus otras habilidades. Si tú solo fueras músico, aun teniendo una gran voz te tendríamos que asignar a una banda. — Solo los músicos orquestales tenían el beneficio de ser solistas, y esto solo después de una larga trayectoria. — Yo soy muy versátil e intentaré que hagas lo que te plazca en cuanto a estilo de música, si quieres ser solista o unirte a una banda, etc., pero también debes saber que el sello te exigirá ciertas obligaciones como artista y tendrás que cumplir aunque no te gusten.

Después de esta explicación Reino suspiró:

— Pero a decir verdad… Lo más probable es que esa musa tuya haya sido la razón. — Declaró muy tranquilo. — Según el informe del jurado de la primera audición, tu segundo tema reflejó todos los sentimientos que esperaban ver en ti. Pero la mayoría de los miembros del comité evaluaron la primera canción, cuyo puntaje no fue suficiente para tu ingreso. Esto por supuesto cambió en tu segundo intento, el cual pareciera ser que conquistó a la audiencia… Aunque… Hay algo que me intriga… — Se detuvo Reino. — La señorita Sagan, una de tus evaluadoras, te calificó negativamente en los puntos relacionados con la puesta en escena e incluso añadió comentarios en su ficha. “Atrevido”. “Idiota”. “No debería estar aquí”. ¿Por qué crees que fue esto? Sé que ella es un poco impulsiva pero esto es francamente extraño en ella…

*Aquel hombre se veía experto en el asunto. Siegfried lo sabía, su aspecto era completamente un extra a la clase de hombre que era, le prometía ayudarle y ser flexible con su estilo. Aquel lugar era impresionante le habían dado al mejor manager que podría pedir; su estilo de peleador le daba una extraña confianza que poca gente le daba, le ponía a pensar "después de unos buenos golpes seguro el pagaría la ronda de copas".‬

Se le quedo viendo callado poniendo atención a sus palabras para después dar su explicación y no pudo evitar sonreír a su comentario sobre que aquella musa. Entonces paso algo le intrigo a aquel espectacular personaje, ciertamente su musa aquella a la que le había comenzado a escribir canciones, a la que dedicaba sus practicas nocturnas había hablado pestes de el.* ¡hahahahaHAHAHAHAHAHA! *Comenzó a reír suavemente y luego aun con mas fuerza mostrando sus colmillos no pudiendo contener la risa mientras se acordaba de las palabras de aquella naranjita que había conquistado sus pensamientos*

"Fui objetiva con mi calificación. Gran voz. Experticia instrumental. ¡Nulo manejo en el escenario! ¡Poco desplante! ¡Cero profesionalismo!"

*Aquellas palabras resonaban en su cabeza y recuperando el aliento, se limpio una pequeña lagrima que escurrió de su ojo ante aquello mirando a Reino* Disculpe no fue mi intención pero me acorde de la expresión de la joven jueza.... *no quemaría a Mine a fin de cuentas ella era su musa y el sabía con certeza que pudo haber arruinado su audición pero no le importaba no con tal de cantarle a Mine* bueno....si tiene una explicación me aproveche de aquella jueza...En este ambiente la mejor manera de triunfar es penetrar en la mente de tu auditorio, en mi caso por mi aspecto y mis letras hay dos clase de publico al cual podría atraer mas fácil, jóvenes y  mas en especifico chicas jóvenes... * abrió el estuche de su guitarra y saco un cuaderno, este se veía bastante usado y comenzó a darle vuelta a las paginas hasta encontrar una que decía "Yes I am" lo coloco enfrente de Reino* cante para ella esa canción.

*En sus palabras había verdad pero ocultaba la mayor verdad en un discurso intelectualoide sobre el medio artístico, que canto para ella sin importarle la audición que canto ofreciéndole su mano solo a ella y a nadie mas* seguro ella se dio de cuenta de eso como jueza y le afecto verse manipulada por mi, aunque bueno... funciono para los otros jueces aunque seguro ella me odia...*dijo sonriendo tallándose la cabeza con la mano*

En cuanto a lo otro.....* recupero un poco de seriedad al ver a Reino eh hizo una media reverencia* siendo mi manager sé que me ayudara... se que hay obligaciones y cosas que tengo que seguir como miembro de esta disquera, pero ya sea que me quiera como solista o en una banda, confió plenamente en usted para que me ayude a llegar a la sima *comento quedándose con la cabeza abajo enfrente de aquel hombre que ahora era su maneger*

El pelirrojo soltó una carcajada que sorprendió a Reino. No creía haber dicho nada gracioso (aún) pero su cliente no tardó en explicar los motivos detrás de su reacción. El manager suavizó la confusión en su rostro y le dijo:

— Entiendo. No es una mala estrategia, la música moderna suele aprovechar ese tipo de sentimientos en los espectadores. Hay un idol muy famoso en la ciudad que suele hacerlo... ¿Ren Jinguji, creo que es su nombre? — Comentó tranquilo. — Pero debes tener cuidado, Kindelan. No creo que quieras ser el tipo de artista que se basa en su apariencia y en un par de frases bonitas para conquistar a su público, ¿no es así? — Levantó la mirada hacia el muchacho, estudiándolo. No juzgaría a Siegfried por vender su imagen de esa forma pero no creía que era la manera correcta de hacer música. Había pasado demasiado tiempo con Revo como para avalar otra figura comercial: él quería ver arte en su más pura expresión. — Es verdad que en esta industria hay muchos que ligan su fama a elementos superficiales como esos. No creo que esté mal explotar una imagen o un estilo si es conveniente, es parte del negocio. Pero pienso que es vital mantener el foco en la calidad de lo que produces, ¿me entiendes?

Recibió el cuaderno que Siegfried le estaba enseñando y analizó la página indicada.

— ¿Esta canción la escribiste para tu "musa"? — Preguntó curioso sin despegar la mirada de la letra. "Es todo un romántico. Incluso sin intentarlo será popular con el público femenino." — Es probable que la señorita Sagan se haya sentido avergonzada y ofendida por esa jugada tuya. Te felicito por tu osadía. — Comentó, imaginando divertido la escena que de seguro se armó en la audición por las acciones de Siegfried.

En ese momento vio que el pelirrojo hizo una especie de reverencia. Reino inmediatamente hizo un ademán con la mano para que se detuviera:

— Oi, no es necesario que hagas eso. Es cierto que la presión es mucha y yo soy especialmente estricto... Pero también soy un desastre: me gusta la anarquía, el compañerismo y todos esos gajes que los representantes de esta disquera detestan. Prefiero que me consideres como lo que soy: un escalón que te impulsará. Aunque, bueno, me alegra que confíes en mí. Es el primer paso para asegurar una buena gestión. — Quería sonar profesional, pero Siegfried le agradaba bastante. Más cuando parecía que no le importaba realmente quién fuera él o qué hubiera hecho en el pasado: confiaba en él y ya estaba. Eso, para Reino, era un regalo que no cualquiera estaría dispuesto a brindar.