¿Reunión predestinada o solo fue suerte? (Priv. Yuki)

Era fin de semana, eso podía signifidar día de descanso, el cual lo tomaba muy enserio. No salía del departamento, haciendo el mínimo de actividades tratando de recuperar energía para otra semana de trabajo, sin dejar las dos horas de prácticas pero este fin de semana era diferente. Mis compañeros de trabajo organizaron una salida, como lo hacen al menos dos veces al mes y la mayoría de esas veces me negaba disculpándome por no poder asistir. No estaba interesada en tener una convivencia tan estrecha con mis compañeros pero tenía ya que ser más sociable. Hace más de un año que llegué a Glass City y mi círculo de amigos era muy reducido, necesitaba tener más relaciones.

El lugar que seleccionaron fue el barrio chino, el cual no había visitado a pesar de que tuviera mucho tiempo. Fui a ese lugar con mucho tiempo de anticipación para que pudiera encontrar la dirección antes de la hora asignada. No llevaba mucho tiempo cuando me sentía prácticamente perdida, no tenía idea de por dónde empezar, al menos no llegaría a ningún lugar sola así que me acerqué a la persona que estaba cerca, la cual era una jovencita-Hola, buenos días, disculpa la molestia pero ¿Sabes donde se encuentra éste restaurante?-Le dí el papel dónde anoté el nombre del restaurante y la dirección teniendo la esperando de que la señorita pudiera ayudarme.

Si bien ya había salida varias veces a conocer, hace pocos se había enterado del barrio chino que estaba en la ciudad, y eso significaba una cosa: fideos chinos, o también lo que se conoce en Japón como "ramen", algo que la joven extrañaba de su país natal, junto con otras cosas. Sólo necesitaba encontrar con quien ir...

"Lo siento, ya tengo planes", "estaré ocupada, quizás otro día", "no tengo dinero. La siguiente semana si quieres" Respuestas negativas, una tras otra, dejando a la japonesa con dos opciones: esperar a que alguien se desocupe, o ir ella sola. Hubiera elegido la primera opción de no ser porque en realidad tenía antojo.

Después de arreglarse fue al barrio chino, no sin antes ver bien en internet un mapa del lugar. El lugar le gustaba, incluso le recordaba a su país, a pesar que el colorido y la ambientación obviamente era al del país vecino al del Sol Naciente.

Pensando en dónde iría a comer, tuvo la sorpresa de que alguien le pedía indicaciones: una bella mujer, esbelta, porte delicado y cabellos color lila. El papel indicaba un restaurante cerca de donde estaba, y Yuki recordaba bien el nombre porque era de los mejores valorados. -Eh ¡Sí señorita! Está a creo que a una calle de aquí...- Indicando con la mano, un rugido en su estómago delató el hambre de la japonesa, avergonzándola. -Etto...Disculpe. Desayuné poco para aprovechar la comida de aquí.

vestuario:

En el momento en que escuché una respuesta positiva por su parte sentí una gran tranquilidad puesto que no llegaré tarde y no me perderé, la puntualidad es muy importante, eso refleja que eres una persona responable y de fiar, por eso incluso me agrada llegar un poco antes. Esto se notó en mi rostro, el cual dejó de estar tenso, e incluso una sonrisa relajada apareció. Iba a agradecerle cuando un sonido apareció en el ambiente, por inercia posé mis ojos en el causante de ese sonido el cual era el estómago de la señorita, fue un acto totalmente indiscreto pero enseguida que lo hice desvié la mirada, de manera un tanto brusca muy apenada por lo que acababa de hacer, un leve rubor apareció en mis mejillas.

-No se preocupe señorita, es una reacción natural y más si no ha desayunado, como lo comentó hace unos momentos- Le respondí de manera amable- Ya que voy a ir al restaurante ¿Por qué no vamos juntas?

De esta manera nos haríamos compañía, y si no hubiera problema podría acompañarme a comer, junto con mis compañeros los cuales no darían una respuesta negativa a que nos acompañara. También sería una buena forma de agradecerle por ser tan amable y ayudarme. Comer solo en el carrio chino era algo deprimente, más por que era muy colorido el ambiente, el cual era mejor recorrerlo en compañia-Casi se me olvida presentarme, mi nombre es Millaray Zinnia, mucho gusto el conocerte y nuevamente gracias por tu ayuda.

De la pena se llevó ambas manos a su estómago esperando que el sonido se fuera pronto, lo que fueron sólo un par de segundos hasta que sólo volvió el silencio, y luego las palabras de la joven que estaba con la japonesa.

-¿Ir las dos al restaurante?...- Dudó sólo unos segundos, pero consideró que era mejor ir a comer acompañada que sola, recordando las palabras de un amigo de sus primas: "siempre es bueno comer acompañado, y más si vives en el extranjero". -¡Claro! ¡Suena bien! Es mejor que ir sola a comer.

Empezaron a caminar, hasta que la joven de cabellos lila se presentó hacia Yuki.-Ah ¡De nada! Fue un gusto ayudarle...Eh...Yo soy, Nakayama Yuki ¡Encantada!- Hizo una leve reverencia, común en su país, pero tratando de no verse muy formal ante la señorita Millaray.

Tratando de que el silencio no se hiciera presente incomodando a las dos, la japonesa trató de hacer algo de práctica, a pesar de que no suele ser muy buena haciendo eso con desconocidos. -Ehh...¿Usted es de aquí, o también lleva poco en la ciudad?- Agregó el "también" indicando que Yuki era extranjera en Glass City.

Era extraño que alguien me hiciera ese tipo de reverencia pero por su nombre y rasgos físicos podría asegurar que ella venía de Japón.

Y emprendimos el viaje hacia el restaurante, por supuesto guiandome totalmente de la orientación de la señorita Yuki, no tenía más opción que confiar en ella. No sabíamos si íbamos a tardar mucho o solo caminaríamos unos cuantos metros-Soy Nativa de Glass City pero estuve varios años en Francia, esto debido a mis estudios. Hace poco que volví- Mi expresión se suavizó pero en mis ojos se notaba un poco de tristeza-Antes de ir a Francia, cuando sólo era adolescente la ciudad era muy distinta, no era tan famosa. El señor Regan levantó la ciudad con su talento y después con el sello la convirtió en un lugar lleno de música- El hablar de él me llenaba de orgullo pero con lo que pasó en año nuevo…Aún lamento lo sucedido, todo el espectáculo en el que nos vimos involucrado, junto con personas valiosas para nosotros- ¿Y usted señorita de dónde proviene? ¿Por que decidió venir a Glass City?-Ya había tenido mis deducciones de su lugar de origen, pero por educación, y para no errar no estaba demás el preguntar.

Miró encantada a la señorita al escucharla mencionar que estuvo en el extranjero. -¡¿En serio?! Debió se runa bonita experiencia haber estado en Francia tantos años...- Después de todo, Yuki estaba ahora una situación parecida: Irse lejos de casa para estudiar.

-Me es difícil imaginar a Glass City así. Toda la ciudad se ve tan viva, fascinante. Supongo que debió ser grato encontrarse con esto cuando usted regresó- Le había llamado la atención al verla cambiar su mirada, pero escuchar el apellido "Reagan" la hizo hacer memoria. -Reagan...¡Ah! ¡El director! ¿Verdad? Puede notarse que ama lo que hace.

Ya con un tono más seguro por la compañía de la señorita, Yuki contestó sobre sus orígenes con gran sonrisa. -Yo, soy de Japón. Nací en Kyoto, pero he vivido en Hirakata casi toda mi vida. Vine aquí porque deseo dedicarme a la música...Aparte para probarme a mí misma... No quiero siempre ser la niña pequeña que se acobija siempre con su familia. Además, me gustaría saber lo capaz que pueda hacer por mí misma- Sonrió suavemente a pesar de verse un poco melancólica al recordar los momentos de dudas y tensión que tuvo con su familia cuando les dio la noticia de querer irse.

-Disculpa, creo que me emocioné un poco- Riendo un poco se excusó mirando hacia la señorita, antes de que ambas llegaran a su destino. -¡Aquí es!

-“Fue una gran y maravillosa sopresa”-fue lo que pensé al escuchar a la señorita yuki. No quería interrumpirla, y mis ojos volvieron a brillar cuando alabó a Revo- Es un hombre apasionado, de eso no hay duda- Esta vez tenía que comentarlo pues él en todo lo que amaba ponía corazón y alma. A pesar de la horrible cosa que le hice no puedo hacer nada más que decir lo bueno que es y sentir gran orgullo cada vez que comenztaba que él había levantado a la ciudad pero por el momento tenía que dejar en pausa ese asunto. Mi atención debía de estar centrada en la señorita.

Le correspondí la sonrisa que me dedicó después de contarme sobre su origen y el por qué decidió venir a Glass City. Eh de confesar que me sentía un poco identificada con ella, me alegraba que quisiera ser independiente  y que tomara su decisión a una edad temprana- Está bien señorita, sé que harás muchas cosas importantes, esta ciudad en el lugar que tú desees-Traté de darle ánimos. En ese instante habíamos llegado a nuestro destino. Estando en la recpeción di una mirada general, no había rastro de mis compañeros y eso era extraño, muchos de ellos solían llegar con mucha anticipación.

Busqué en mi bolso mi teléfono celular para saber la hora, tal vez eramuy temprano por eso es que no había señal alguna de ellos. Al encontrarlo note que habían pasado 10 minutos después de la hora citada y tenía ¡7 mensajes! No me percaté de ellos hasta ahora pues el celular estaba en silencio, tuve que revisar los ensajes “No podré asistir, me encuentro enfermo” “Amanecí con una fuerte fiebre, lo siento”. Decían algunos mensajes, los demás mensajes también eran de cancelación, incluso la persona que organizó todo lo canceló –“Ce n'est pas possible”*- Dije sin pensarlo en Francés, pero no debía de notarme molesta por lo que en vez de fruncir el entrecejo sonreí y di un gran respiro. En ese momento llegó la señorita de la recepción preguntándo cuántas personas- Muy buenas tardes, sería mesa para dos, gracias- La señorita enseguida nos guió a una mesa, en el camino voltee a ver a la señorita.

-Parece ser que seremos sólo usted y yo, todos me han cancelado y apenas pude enterarme, será como mi forma de agradecerle por guiarme-

*Traducción:"No es posible"

Se sonrojó un poco con el halago. Sin duda ella quería hacer algo sobresaliente con su vida una vez que llegara aquí, claro que había muchas cosas que gradualmente tendrá que mejorar. Es una niña después de todo. -Jeje...¡Muchas gracias, señorita! Espero lograr mi sueño.

Entraron al local que sin duda la apariencia de un restaurante chino, diferente a los puestos de comida china de su natal Kyoto, o a los de su ciudad; este en su interior sí tenía la apariencia de un lugar chino, claro que no exacta al 100%, pero el ambiente lo daban bien.

Giró su rostro para ver a la señorita Milalray que estaba verificando su celular, luego sorpresivamente pidió mesa sólo para las dos. Al igual que Yuki, los amigos de la señorita Zinnia le quedaron mal. -Ya veo...Pero no hay necesidad de ser tan formal. Fue un gusto ayudarle. Además es mejor comer en compañía ¿no cree?- Le dio una sonrisa animosa en lo que tomaba el menú y hojeaba los platillos.

-¡Todo se ve tan bueno!- Vi con antojo todo lo que había. -¡El ramen!...pero también el Gyōza- Hacía tiempo que tampoco probaba ese -Aunque creo que no podré terminarme ambos...- Aparte el dinero sólo le alcanzaba para uno. -¿Qué ordenará, señorita Millaray? Si desconoce algún ingrediente le puedo explicar. Yuki colocó su menú a un lado para cualquier caso que Zinnia requiriera su explicación.

No podía negar que la cancelación de último minuto por parte de mis compañeros de trabajo me había molestado un poco debido a que había acomodado algunas cosas para poder convivir con ellos en este tiempo establecido pero no todo era negativo. Eso es lo que pensé al ver la sonrisa de la señorita Nakayama. Podrían haberme cancelado mis compañeros pero tuve la fortuna de encontarme con una persona muy encantadora como lo es la señorita Nakayama. Le devolví la sonrisa casi al instante, antes de que la señorita regresara y nos asignara una mesa.

Mientras caminábamos hacia la mesa miré de reojo el restaurante, no era como los lugares que acostumbraba a frecuentar pero el ambiente me era cómodo, interesante más que nada. Enseguida que nos sentaron a la mesa asignada comenzamos a ver el menú. No me fijaba presisamente en el precio, me encontraba más atenta sobre los ingredientes que tenía cada platillo. Mucho de los ingredientes me eran desconcidos y no estaba segura de poder pedirlo pues no debía de comer mucho, o evitar el exceso.

Miré de reojo a la señorita Yuki al escuchar los platillos que ella deseaba, enseguida fui a buscarlos en mi menú. Ambos platillos se veían deliciosos -“Aunque el Gyoza se ve con más calorías, bueno podría comer algunas calorías demás y alargar el tiempo de ensayos”- Fue lo que pensé al ver la fotografía, que es con lo que me estaba guiando para saber que platillo pedir- Lo cierto es que muchas cosas del menú me son desconocidas- Confesé encogiendome de hombros- Pero usted mencionó el Gyoza, debe de tener un buen sabor. Confiaré en sus palabras por lo que pediré aquel platillo para probarlo ¿Usted ya decidió? No se limite por el precio, en esta ocasión invitaré yo.

-¿También podría recomendarme alguna bebida?

Al convivir con extranjeros el ultimo año de su vida ella se acostumbró viendo que sus primas tenian que "traducir" los ingredientes para la gente, ahora practicamente era el turno de Yuki. Halagada por la invitación de Zinnia, Yuki agradeció un poco penosa- Gracias señorita, de todos modos no pienso pedir mucho...El gyōza es muy delicioso, se trata de una masa que se come frita o al vapor y que en el interior tiene vegetales o carne, generalmente de cerdo. Es delicioso ¡se lo aseguro!- Se lo dijo con un gran entusiasmo.

-En mi caso pediré un ramen de carne de res y té verde- Hojeó la bebidas para ver qué recomendarle a su compañera por el día de hoy.- Lo mejor que le puedo recomendarle es el té de jazmín. Tiene un sabor muy bueno. Estoy segura que será de su agrado.

Le indicaron a la mesera sus ordenes y luego se retiró para dar las órdenes en la cocina, dejando a Zinnia y a Yuki. -¿Y a qué se dedica, señorita Millaray? ¿También trabaja en Merveilles Records?