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{ P } Muy malas decisiones
2 participantes
Music is War :: Glass City :: Centro de la Ciudad :: Calles
Página 1 de 1.
{ P } Muy malas decisiones
Parece que es un buen día para recorrer un poco más Glass City, aún me perdía en algunas que otras calles y seguía sin comprender mucho las direcciones pero ¡Hey! Hay que verle el lado positivo a todo, ¿No?.
Al menos ya reconocía alguna que otra calle y tenía consciencia de como volver a mi departamento, eso y que tenía mi confiable mapa con diversos rayones especificando que lugar ir y que no, para tener poco menos de un mes en la ciudad ya estaba empezando a agarrar el ritmo de ella siendo que tampoco es tan difícil, es solo que me he enfrascado más en ver como hacer futuras clases que a ponerme a mirar los alrededores, y como hoy es mi día libre así que ¿Por qué no? ¿Que tendría de malo?. Caminaba con total calma mirando de vez en cuando el mapa que traía extendido en ambas manos y cruzaba por cada esquina nueva, señalando el lugar en el mapa con mi confiable pluma que traía en la oreja, y claro alguna que otras veces sacaba mi celular del bolsillo para saber si tenía algún mensaje nuevo.
Bueno, tampoco es que había echo ya muchos amigos en esta nueva ciudad, sin contar al profesor Jones (¿Se puede contar como uno, verdad?) y al chico elegante de la tienda (... Supongo que también puedo contarlo como amigo o conocido al menos, ¿No?) así que prácticamente solo tenía a mis hermanas, mi madre y alguno que otro amigo de la universidad u de cuando fui modelo. Igualmente no pude hacer mucho, porque aquella que paso fue tan rápido que todavía quede mirando mi mano como si mágicamente hubiera desaparecido.
Alguien paso a mi lado y me arranco MI celular y MI mapa... ¡¿Para que demonios quería el mapa?!
-¡Ladro ritorna qui! -Grité y sin pensarlo termine persiguiendo al ladrón a diestra y siniestra.
Este como que lo noto porque aumento el paso pero yo fui mucho más rápida y tal jugador de fútbol americano me lance sobre este abrazándole de la cintura provocando que cayera de golpe al suelo, el celular voló por los aires pero cayó gracilmente sobre una bolsa de basura cercana, el mapa quedo bajo el hombre.
-¡Jah, te atrapé! -Cualquiera que me viera sería una situación rara, es decir una "supuesta señorita" sentada sobre la cintura de un hombre que daba de cara al suelo.
Por cierto el hombre no se movía, creo que el impacto fue tan duro que quedo inconsciente... ¡Oops ~!
Al menos ya reconocía alguna que otra calle y tenía consciencia de como volver a mi departamento, eso y que tenía mi confiable mapa con diversos rayones especificando que lugar ir y que no, para tener poco menos de un mes en la ciudad ya estaba empezando a agarrar el ritmo de ella siendo que tampoco es tan difícil, es solo que me he enfrascado más en ver como hacer futuras clases que a ponerme a mirar los alrededores, y como hoy es mi día libre así que ¿Por qué no? ¿Que tendría de malo?. Caminaba con total calma mirando de vez en cuando el mapa que traía extendido en ambas manos y cruzaba por cada esquina nueva, señalando el lugar en el mapa con mi confiable pluma que traía en la oreja, y claro alguna que otras veces sacaba mi celular del bolsillo para saber si tenía algún mensaje nuevo.
Bueno, tampoco es que había echo ya muchos amigos en esta nueva ciudad, sin contar al profesor Jones (¿Se puede contar como uno, verdad?) y al chico elegante de la tienda (... Supongo que también puedo contarlo como amigo o conocido al menos, ¿No?) así que prácticamente solo tenía a mis hermanas, mi madre y alguno que otro amigo de la universidad u de cuando fui modelo. Igualmente no pude hacer mucho, porque aquella que paso fue tan rápido que todavía quede mirando mi mano como si mágicamente hubiera desaparecido.
Alguien paso a mi lado y me arranco MI celular y MI mapa... ¡¿Para que demonios quería el mapa?!
-¡Ladro ritorna qui! -Grité y sin pensarlo termine persiguiendo al ladrón a diestra y siniestra.
Este como que lo noto porque aumento el paso pero yo fui mucho más rápida y tal jugador de fútbol americano me lance sobre este abrazándole de la cintura provocando que cayera de golpe al suelo, el celular voló por los aires pero cayó gracilmente sobre una bolsa de basura cercana, el mapa quedo bajo el hombre.
-¡Jah, te atrapé! -Cualquiera que me viera sería una situación rara, es decir una "supuesta señorita" sentada sobre la cintura de un hombre que daba de cara al suelo.
Por cierto el hombre no se movía, creo que el impacto fue tan duro que quedo inconsciente... ¡Oops ~!
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Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: { P } Muy malas decisiones
Que hermoso panorama se presentaba para el día de hoy. Lo suficiente como para que cierta pelirrosa se diera un largo paseo por todo el territorio, pensaba hacerse un tour; Iría desde el parque, visitaría el acuario, caminaría un poco por el museo, pasaría por algún restaurante, se asomaría por el teatro… ¡Santo cielos! Quería recorrer todo en un día así por así como si le fuera tan fácil.
Ajustó su mochila rosa a su espalda en donde abarcaba su conejo de peluche Monomi. Como adulta no podía llevarlo abiertamente pero nadie le impediría llevarlo en secreto. Caminaba por las calles de Glass City con una bonita sonrisa en el rostro con la mirada segura puesta al frente y caminando con precisión, sin ningún miedo alguno. Obviamente todavía tenía sus pequeñas inseguridades, pero aquello no le haría perder la oportunidad de conocer su entorno ya poco a poco se iría adaptando hasta estar completamente en paz consigo misma y su alrededor. —Mi primer día para conocer.— ¡Y qué feliz estaba la Nanami! Disfrutaba las melodías y cantares de los pájaros asomados en las ramas de pocos árboles que habitaban en cada jardín o frente de un hogar, pues ahora estaba atravesando áreas residenciales de algunas personas, Glass City sin duda era una ciudad muy amplia y caminando se tardaría mucho para conocerlo todo.
En cuanto salió de las residencias una vez más se encontró con calles que algunas llevaban a direcciones mercantiles tales como restaurantes bancos y así, mientras que otras daba indicios a ser sitios de diversión, Chiaki solo se mantuvo enfocaba e seguir caminando a donde sus pies la guiaran ya habrá un sitio que la mantenga lo suficientemente distraída como para que… “¡Ladro ritorna qui!” Chiaki estaba en una acera que más adelante mostraba una esquina que conducía a la derecha, la mujer que rápidamente se fue en esa dirección le llamó su total atención, aún no controla los idiomas por lo que no supo si aquello fue algo malo o bueno.
Le siguió muy por detrás ya que la mujer le llevaba bastante por delantera, se detuvo al ver una escena un tanto extraña; No podría reconocer cuál era el bueno de los dos. El hombre yacía plasmado como sticker en el suelo mientras que la mujer parecía usarlo de asiento en un autobús. Chiaki por no encontrar una solución no hizo más que quedarse tan paralizada como el hombre. —E-es una mujer fuerte…— Parecía un gracioso episodio de algún anime puesto a que la cara de la pelirrosa pálidecia, ¿En serio existían mujeres así de fuertes?
Se acercó a ambos y se colocó de cuclillas frente al ladrón. —¿Se encuentra ben, señor?— Sí, le preguntaba al hombre. Después de todo él había sido el que fue embestido por una poderosa mujer. ❝S-sugoii.❞ Pensó sin dejar de ver a la mayor y muy poderosa mujer que yacía arriba del presunto herido.
Ajustó su mochila rosa a su espalda en donde abarcaba su conejo de peluche Monomi. Como adulta no podía llevarlo abiertamente pero nadie le impediría llevarlo en secreto. Caminaba por las calles de Glass City con una bonita sonrisa en el rostro con la mirada segura puesta al frente y caminando con precisión, sin ningún miedo alguno. Obviamente todavía tenía sus pequeñas inseguridades, pero aquello no le haría perder la oportunidad de conocer su entorno ya poco a poco se iría adaptando hasta estar completamente en paz consigo misma y su alrededor. —Mi primer día para conocer.— ¡Y qué feliz estaba la Nanami! Disfrutaba las melodías y cantares de los pájaros asomados en las ramas de pocos árboles que habitaban en cada jardín o frente de un hogar, pues ahora estaba atravesando áreas residenciales de algunas personas, Glass City sin duda era una ciudad muy amplia y caminando se tardaría mucho para conocerlo todo.
En cuanto salió de las residencias una vez más se encontró con calles que algunas llevaban a direcciones mercantiles tales como restaurantes bancos y así, mientras que otras daba indicios a ser sitios de diversión, Chiaki solo se mantuvo enfocaba e seguir caminando a donde sus pies la guiaran ya habrá un sitio que la mantenga lo suficientemente distraída como para que… “¡Ladro ritorna qui!” Chiaki estaba en una acera que más adelante mostraba una esquina que conducía a la derecha, la mujer que rápidamente se fue en esa dirección le llamó su total atención, aún no controla los idiomas por lo que no supo si aquello fue algo malo o bueno.
Le siguió muy por detrás ya que la mujer le llevaba bastante por delantera, se detuvo al ver una escena un tanto extraña; No podría reconocer cuál era el bueno de los dos. El hombre yacía plasmado como sticker en el suelo mientras que la mujer parecía usarlo de asiento en un autobús. Chiaki por no encontrar una solución no hizo más que quedarse tan paralizada como el hombre. —E-es una mujer fuerte…— Parecía un gracioso episodio de algún anime puesto a que la cara de la pelirrosa pálidecia, ¿En serio existían mujeres así de fuertes?
Se acercó a ambos y se colocó de cuclillas frente al ladrón. —¿Se encuentra ben, señor?— Sí, le preguntaba al hombre. Después de todo él había sido el que fue embestido por una poderosa mujer. ❝S-sugoii.❞ Pensó sin dejar de ver a la mayor y muy poderosa mujer que yacía arriba del presunto herido.
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Re: { P } Muy malas decisiones
Definitivamente el tipo había caído inconsciente cuando lo taclee al suelo, ¿Tan dura fue la caída? ¡Oh bueno! Al menos se había terminado el problema, y daba paso a uno nuevo... ¿Que hacía con él? No lo podía dejar en la calle así como así, ¡Eso no sería respetuoso! Y podía meterlo más en problemas (¿Que más problemas podría tener un ladrón?) Pensaba bien que era lo que debía hacer, cruzándome de brazos y llevando una mano a mi mentón aún sentado sobre aquel señor que no tenía pinta de despertar por ahora. Y de la misma nada (Podría decirse) una adorable niña de cabello rosa apareció mirando la escena con extrañes, cosa que hizo que sonriera nerviosamente y empezará a sudar frió... ¡OH NO! ¿Y si es una alumna de Musette? No conocía a todos los chicos de la academia, y definitivamente era la primera vez que le veía acá.
Además... Soy capaz de reconocer un estilo adorable a kilómetros de distancia, y el suyo era uno que no había visto hasta ahora.
-D'awww, que adorable eres -Llevé ambas manos a mis mejillas mientras sonreía como tonta. La pequeña se había agachado para hablar justo con el pobre hombre inconsciente, y su pregunta hizo que frunciera un poco el ceño; ¿Como le preguntaba si estaba bien si la victima soy yo?- No bambina, no le hables así, es un ladrón, se lo merece por ladrón.
Me levanté y quite encima del pobre hombre que seguía sin dar indicios de que fuera a despertar, y a largas zancadas me acerque hacía la bolsa donde había caído mi celular, lo revisé de un lado a otro y al no ver ninguna ralladura u algo que estuviera dañado lo devolví a mi bolsillo y fui otra vez con el hombre y la niña.
-Pero no lo puedo dejar aquí como si nada, además yo requiero de ese mapa -Hablaba más para mí que para la jovencita que se había envuelto en todo esto sin tener la culpa.
Entonces camine hasta quedar por los pies del hombre y le tome ambos talones comenzando a jalarlo hacía detrás de uno de los contenedores de basura, me agache para acomodarlo y que al menos quedará sentado en el suelo con su espalda pegada al contenedor, lo sacudí un poco y luego le di unas cuantas palmadas en la cabeza. Regresé nuevamente al sitio, tomando el mapa del suelo, doblándolo y guardándolo en el acto.
-Bien, aquí no paso nada -Puse mis brazos en taza, y miré a la pequeña chica.- Y tu tampoco viste nada, así que mejor vayámonos de aquí antes de que algo más loco pase.
No le di chance de responder cuando le tome por cuidado de un brazo y la comencé a jalar conmigo hasta salir de aquel callejón y volver a la calle principal, hacía el comercio mismo. Le solté, para girar sobre mis talones y mirarle.
-Lamento el haberte arrastrado de esta manera, pero por favor -Junte mis manos a la altura de mi rostro, cerrando los ojos y colocando una mueca de total sufrimiento.- ¡Por favor, por favor, por favor, no le digas a nadie!
Además... Soy capaz de reconocer un estilo adorable a kilómetros de distancia, y el suyo era uno que no había visto hasta ahora.
-D'awww, que adorable eres -Llevé ambas manos a mis mejillas mientras sonreía como tonta. La pequeña se había agachado para hablar justo con el pobre hombre inconsciente, y su pregunta hizo que frunciera un poco el ceño; ¿Como le preguntaba si estaba bien si la victima soy yo?- No bambina, no le hables así, es un ladrón, se lo merece por ladrón.
Me levanté y quite encima del pobre hombre que seguía sin dar indicios de que fuera a despertar, y a largas zancadas me acerque hacía la bolsa donde había caído mi celular, lo revisé de un lado a otro y al no ver ninguna ralladura u algo que estuviera dañado lo devolví a mi bolsillo y fui otra vez con el hombre y la niña.
-Pero no lo puedo dejar aquí como si nada, además yo requiero de ese mapa -Hablaba más para mí que para la jovencita que se había envuelto en todo esto sin tener la culpa.
Entonces camine hasta quedar por los pies del hombre y le tome ambos talones comenzando a jalarlo hacía detrás de uno de los contenedores de basura, me agache para acomodarlo y que al menos quedará sentado en el suelo con su espalda pegada al contenedor, lo sacudí un poco y luego le di unas cuantas palmadas en la cabeza. Regresé nuevamente al sitio, tomando el mapa del suelo, doblándolo y guardándolo en el acto.
-Bien, aquí no paso nada -Puse mis brazos en taza, y miré a la pequeña chica.- Y tu tampoco viste nada, así que mejor vayámonos de aquí antes de que algo más loco pase.
No le di chance de responder cuando le tome por cuidado de un brazo y la comencé a jalar conmigo hasta salir de aquel callejón y volver a la calle principal, hacía el comercio mismo. Le solté, para girar sobre mis talones y mirarle.
-Lamento el haberte arrastrado de esta manera, pero por favor -Junte mis manos a la altura de mi rostro, cerrando los ojos y colocando una mueca de total sufrimiento.- ¡Por favor, por favor, por favor, no le digas a nadie!
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: { P } Muy malas decisiones
Chiaki observaba con detalles a la mayor, quien dijo que aquel hombre era el villano y presunto ladrón, como no vio bien los sucesos no sabía además de que cuando escuchó la oración que había mencionado ni idea de lo que decía; Ahora tenía un nuevo objetivo que comprar, un libro de idiomas. Poco a poco la jovencita procesaba la situación, aquello surgió a causa de que el hombre le robó el mapa a la señora, que fue el objeto que mencionó y suponía causante de todo rollo. —Kakkoii…— Sí, seguía sorprendida. Aquella mujer abatió con fuerza a n ladrón, ella misma lo hizo Chiaki se imaginaba a sí misma en una situación como esa y simplemente se hubiera resignado… Y ahora que lo pensaba. —¿Está usted bien? ¿No se lastimó?— Aunque no podía percibir algún daño pudo haber recibido alguno psicología, la impresión hace cosas.
Asintió respecto a lo que dijo y se levantó del suelo sin más que decir, tan solo observaba como la mujer jalaba del pesado cuerpo del hombre… ¿En serio tenía tanta fuerza? Inmediatamente la pequeña tembló, pero lo hacía en compasión al ajeno puesto a que se imaginaba ahora en el lugar del ladrón, ¿Qué tan duro pudo haber sido el tacleo? Sacudió la cabeza para remover los pensamientos, le dolía de tan solo pasarlo por su cabeza.
Observó el sitio donde lo dejó sin decir más nada, podía decirse que la mujer no era tan mala después de todo, le hubiera importado poco donde estuviera al fin y al cabo si la policía lo encontrara no importa como estuviera iría preso dependiendo los cargos que tuviera en la comisaría. Chiaki frunció sus delgados entrecejos y asintió por igual. —Bien, bien, no pasó nada.— Dijo sin dejar de ver al malhechor.
Parpadeó enseguida la mujer se dirigió a ella, y se señaló con el índice para estar más segura de que el comentario iba dirigido hacia su persona. Negó con velocidad (ahora le temía lo suficiente como para estar a su merced) y no hizo más nada que seguir escuchando a todo lo que tuviera que decirle y antes de que pudiera siquiera darse la vuelta para seguir su trayectoria le fue tomada con velocidad hasta estar en las áreas más mercantiles de la ciudad donde se supondría que estaban antes. —¿Qué pasó-?— Veía como se disculpaba consecutivas veces y Chiaki poco a poco cambió su rostro a uno más apenado. —¡No se disculpe por favor! Yo fui la cotilla, soo dakedo… No tiene que… — Sin saber qué hacer o decir para que la mujer dejara de disculparse se inmuto a hacer lo siguiente; Abrió su mochila y sacó de ella a su querida Monomi, disponiendo a hacer onomatopeya con ésta, colocándola en su rostro tal como lo hizo la mujer con sus manos en señal de disculpa. —¡E-esas cosas suelen pasar! Yo- digo, Chiaki cree que fue un suceso sin importancia, ella piensa que todo lo contrario, fue genial.— Comentó y luego descendió el muñeco. —Monomi tiene razón, es más, seré su cómplice.— A pesar de que su comentario hizo que todo pareciera más sospechoso, Chiaki sonreía, ni siquiera pensó con determinación lo que dijo y creyó que aquello sería lo correcto, ahora lo más que quería era ver una gran sonrisa en la contraria.
Asintió respecto a lo que dijo y se levantó del suelo sin más que decir, tan solo observaba como la mujer jalaba del pesado cuerpo del hombre… ¿En serio tenía tanta fuerza? Inmediatamente la pequeña tembló, pero lo hacía en compasión al ajeno puesto a que se imaginaba ahora en el lugar del ladrón, ¿Qué tan duro pudo haber sido el tacleo? Sacudió la cabeza para remover los pensamientos, le dolía de tan solo pasarlo por su cabeza.
Observó el sitio donde lo dejó sin decir más nada, podía decirse que la mujer no era tan mala después de todo, le hubiera importado poco donde estuviera al fin y al cabo si la policía lo encontrara no importa como estuviera iría preso dependiendo los cargos que tuviera en la comisaría. Chiaki frunció sus delgados entrecejos y asintió por igual. —Bien, bien, no pasó nada.— Dijo sin dejar de ver al malhechor.
Parpadeó enseguida la mujer se dirigió a ella, y se señaló con el índice para estar más segura de que el comentario iba dirigido hacia su persona. Negó con velocidad (ahora le temía lo suficiente como para estar a su merced) y no hizo más nada que seguir escuchando a todo lo que tuviera que decirle y antes de que pudiera siquiera darse la vuelta para seguir su trayectoria le fue tomada con velocidad hasta estar en las áreas más mercantiles de la ciudad donde se supondría que estaban antes. —¿Qué pasó-?— Veía como se disculpaba consecutivas veces y Chiaki poco a poco cambió su rostro a uno más apenado. —¡No se disculpe por favor! Yo fui la cotilla, soo dakedo… No tiene que… — Sin saber qué hacer o decir para que la mujer dejara de disculparse se inmuto a hacer lo siguiente; Abrió su mochila y sacó de ella a su querida Monomi, disponiendo a hacer onomatopeya con ésta, colocándola en su rostro tal como lo hizo la mujer con sus manos en señal de disculpa. —¡E-esas cosas suelen pasar! Yo- digo, Chiaki cree que fue un suceso sin importancia, ella piensa que todo lo contrario, fue genial.— Comentó y luego descendió el muñeco. —Monomi tiene razón, es más, seré su cómplice.— A pesar de que su comentario hizo que todo pareciera más sospechoso, Chiaki sonreía, ni siquiera pensó con determinación lo que dijo y creyó que aquello sería lo correcto, ahora lo más que quería era ver una gran sonrisa en la contraria.
*kakkoii (refiriéndose a ella como una persona) maja, cool, etc.
*so dakedo (en dicha oración) así… sin embargo.
Re: { P } Muy malas decisiones
Lentamente abrí un ojo sin salirme de la posición inicial: Con ambas manos juntas a la altura de mi boca, quería ver que reacción tenía la pequeña chica y por algún motivo verla a su rostro me hacía imaginar a un pequeño peluchito rosa y esponjoso… ¡Es que es tan linda y adorable! Y el impacto fue que justo después sacó un conejo muy raro y se puso a hablar como si fuera este, de no tener que mostrarme muy seria en ese momento me hubiera tirado al suelo agarrando mi pecho como si me hubiera dado un infarto o una sobredosis de muchísima azúcar. ¡AAAAAH, que adorable era!
-¿Ah, cómplice? –Justo ahí si lleve una mano a mi pecho, pero más que nada por curiosidad mientras miraba a la chiquilla con esos ojos de determinación. No entendía muy bien para que ser mi cómplice, bueno ella fue testigo de lo que paso en ese callejón… Ahora veía el sentido a todo.
Sin embargo, mis ojos brillaron con mucha más intensidad que los de ella, encorvándome un poco para estar a su altura tomé su mano libre acariciando este con los pulgares y dedicándole una gran sonrisa de oreja a oreja. ¡Me había llamado una persona increíble de alguna manera! Supongo, se le escapaban algunas cosas en japonés pero al menos comprendía lo que decía… ¡Soy genial para alguien, que alegría!
-Va bene bambina, serás mi cómplice secreta –Puse mis dedos índice y pulgar a un lado de mi labio moviéndolo de un extremo a otro como si fuera el cierre de algún pantalón, luego le guiñe un ojo.- Aun así déjame recompensarte por esto, no quiero que te cause pavor ver personas cayendo.
O que le de miedo mi super fuerza. Me erguí nuevamente mirando hacía todas partes en varias direcciones, bueno estábamos en la zona comercial así que de alguna manera podría pagárselo; entonces en la lejanía divisé una tienda de helados, ¡Perfecto!
-Te compreré un helado –Le señalé el lugar que no estaba tan lejos, tan solo cruzar la calle a tres tiendas más.- Deja que te lo repare de esa manera.
Le volví a mirar, esta vez con una sonrisa más amable extendiendo mi mano a ella.
-Me puedes decir Danna, ¿Tú como te llamas?
-¿Ah, cómplice? –Justo ahí si lleve una mano a mi pecho, pero más que nada por curiosidad mientras miraba a la chiquilla con esos ojos de determinación. No entendía muy bien para que ser mi cómplice, bueno ella fue testigo de lo que paso en ese callejón… Ahora veía el sentido a todo.
Sin embargo, mis ojos brillaron con mucha más intensidad que los de ella, encorvándome un poco para estar a su altura tomé su mano libre acariciando este con los pulgares y dedicándole una gran sonrisa de oreja a oreja. ¡Me había llamado una persona increíble de alguna manera! Supongo, se le escapaban algunas cosas en japonés pero al menos comprendía lo que decía… ¡Soy genial para alguien, que alegría!
-Va bene bambina, serás mi cómplice secreta –Puse mis dedos índice y pulgar a un lado de mi labio moviéndolo de un extremo a otro como si fuera el cierre de algún pantalón, luego le guiñe un ojo.- Aun así déjame recompensarte por esto, no quiero que te cause pavor ver personas cayendo.
O que le de miedo mi super fuerza. Me erguí nuevamente mirando hacía todas partes en varias direcciones, bueno estábamos en la zona comercial así que de alguna manera podría pagárselo; entonces en la lejanía divisé una tienda de helados, ¡Perfecto!
-Te compreré un helado –Le señalé el lugar que no estaba tan lejos, tan solo cruzar la calle a tres tiendas más.- Deja que te lo repare de esa manera.
Le volví a mirar, esta vez con una sonrisa más amable extendiendo mi mano a ella.
-Me puedes decir Danna, ¿Tú como te llamas?
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: { P } Muy malas decisiones
Chiaki no era ninguna niña de trece u doce, de lo contrario, ya es una adulta de casi veinte años, sin embargo, cuando solía ver personas muy preocupadas o tristes, siempre usaba su Monomi para hacer reír a las personas. Nunca le importó si sus risas eran de burlas por llevar un conejo tan extraño y con un pañal ni tampoco si eran de burlas hacia ella por ser alguien que aún traía su muñequita a todos lados, sin embargo, siempre atesoraba las sonrisas que eran de alegría esas sinceras que mostraban que su tristeza, incomodidad, ira había cesado aunque sea por unos minutos. Ver labios curvados hacia arriba, era suficiente como para que Nanami también sonriera. Sonaba un poco egoísta y por conveniencia, ¿No?
La contraria sonó dudosa, incluso ella misma podría dudar ahora que lo había pensado mejor, pero no se retractaría, no, sería su cómplice, o bueno, un intento de eso, después de todo, no es que harían cosas malas. ❝ ¿Pero qué cosas haría un cómplice?❞Se mantuvo absorta por unos segundos, la pequeña de cabellos rosa era fácil de despistar, incluso ella misma podría hacerlo, auto-despiste.
Con suerte la contraria respondió y sirvió para que Nanami dejara de pensar en tantas cosas raras, ¡Ya incluso se había desviado del tema y pensó en ser espías! Deberían quitarle las películas de acción a horas nocturnas y darle más My Little Pony antes de dormir. —¡Sí, soy una cómplice secreta!— A saber por qué estaba entusiasmada, pero las cosas colectivas la ponían de buen humor. El gesto del cierre lo captó y obstaculizó sus labios con ambas manos, un complice secreto requeriría de ser más cauteloso, no podía ir por ahí gritándolo. —Fuerte y captado.— Colocó su diestra por encima de sus cejas sin pegarlas, ahora parecía hacer un saludo militar. ¿Qué le pasaba a esta niña?
—Aceptaré la recompensa, pero no soy tan fácil de intimidar.— Con una sonrisa ladina, y las cejas fruncidas, colocaba un gesto de valentía, sin embargo, estábamos hablando de Chiaki Nanami quien en las noches debía dormir con la luz encendida ya que “veía” caras y rostros maléficos en el canasto de ropa cuando estaba oscuro, pero bueno, es algo que la contraria no debía saber, estaba tratando con una cobarde.
E´sta miró la dirección en la que la alta mujer de cabellos ondulados paseó su vista. Señaló que ahí se hospedarían y le compraría algo en recompensa. Normalmente Chiaki se negaría, pero aceptar una invitación era acceder a la confianza aunque sea poco a poco y como cómplice secreta debía mostrar lealtad y sí, ya lo estaba tomando como un reto. —Doumo arigatou.— Hizo una reverencia en el que inclinaba su espalda hasta formar un siete (7) con su cuerpo, más rectilíneo obvio está. —Será un placer disfrutar un helado con usted— Sonreía abiertamente, mostrando esos dientecitos que la destacaban como un pequeño roedor en un tiempo hacia atrás. —Nanami Chiaki, a sus servicios.— Contestó más tranquila. —Danna onee-chan es un muy lindo nombre. — Se colocó a un lado de esta, así cuando caminaran no habría ningún problema.
Off: Ya no me retraso más, sorry ;AA;
La contraria sonó dudosa, incluso ella misma podría dudar ahora que lo había pensado mejor, pero no se retractaría, no, sería su cómplice, o bueno, un intento de eso, después de todo, no es que harían cosas malas. ❝ ¿Pero qué cosas haría un cómplice?❞Se mantuvo absorta por unos segundos, la pequeña de cabellos rosa era fácil de despistar, incluso ella misma podría hacerlo, auto-despiste.
Con suerte la contraria respondió y sirvió para que Nanami dejara de pensar en tantas cosas raras, ¡Ya incluso se había desviado del tema y pensó en ser espías! Deberían quitarle las películas de acción a horas nocturnas y darle más My Little Pony antes de dormir. —¡Sí, soy una cómplice secreta!— A saber por qué estaba entusiasmada, pero las cosas colectivas la ponían de buen humor. El gesto del cierre lo captó y obstaculizó sus labios con ambas manos, un complice secreto requeriría de ser más cauteloso, no podía ir por ahí gritándolo. —Fuerte y captado.— Colocó su diestra por encima de sus cejas sin pegarlas, ahora parecía hacer un saludo militar. ¿Qué le pasaba a esta niña?
—Aceptaré la recompensa, pero no soy tan fácil de intimidar.— Con una sonrisa ladina, y las cejas fruncidas, colocaba un gesto de valentía, sin embargo, estábamos hablando de Chiaki Nanami quien en las noches debía dormir con la luz encendida ya que “veía” caras y rostros maléficos en el canasto de ropa cuando estaba oscuro, pero bueno, es algo que la contraria no debía saber, estaba tratando con una cobarde.
E´sta miró la dirección en la que la alta mujer de cabellos ondulados paseó su vista. Señaló que ahí se hospedarían y le compraría algo en recompensa. Normalmente Chiaki se negaría, pero aceptar una invitación era acceder a la confianza aunque sea poco a poco y como cómplice secreta debía mostrar lealtad y sí, ya lo estaba tomando como un reto. —Doumo arigatou.— Hizo una reverencia en el que inclinaba su espalda hasta formar un siete (7) con su cuerpo, más rectilíneo obvio está. —Será un placer disfrutar un helado con usted— Sonreía abiertamente, mostrando esos dientecitos que la destacaban como un pequeño roedor en un tiempo hacia atrás. —Nanami Chiaki, a sus servicios.— Contestó más tranquila. —Danna onee-chan es un muy lindo nombre. — Se colocó a un lado de esta, así cuando caminaran no habría ningún problema.
* doumo arigatou dar las gracias de manera más formal.
* onee-chan hermana mayor, sin embargo, en este caso, Nanami lo usó como se refiere un niño cuando respeta a un adolescente mayor.
Off: Ya no me retraso más, sorry ;AA;
Re: { P } Muy malas decisiones
¿Como es que los asiáticos podían doblarse así en un perfecto ángulo sin que les duela la espalda? Yo no podía hacerlo sin sentir el inminente "Crack" allá atrás y luego tardaría al menos una hora en volver a colocarme de manera recta, costumbres de diferentes países... El choque de culturas era interesante en esta ciudad además de que también necesitaba ejercitarme más, eso último sigue en cuestionamiento.
-¡Muy bien, linda cómplice, vayamos por esos helados! -Le dije, señalandolé con el índice haciendo la seña de la "pistola" con la mano y guiñando el ojo.
¿Onee-chan? ¿Que significaba eso? En Musette a veces lo escuchaba de algunos alumnos, pero ellos solían referirse a mí como "Sensei" y gracias a mis buenos compañeros de trabajo entendí que sensei es maestro/maestra... ¿Debería aprender más de japonés? Aunque no solo había japoneses en la academia más aún así terminaba chocando con ellos de alguna forma; ¿Me querrá decir algo todo eso?
Al cruzar la calle y solo caminar un poco llegamos a la heladería, abrí la puerta sosteniéndola para que mi "cómplice" entrará, así le seguí por detrás y nos detuvimos frente al mostrado con los diferentes sabores de helado. En el lugar solo había muy poca gente, uno que otro adulto, una parejita a la lejanía y algunos niños jugando a tirarse a la boca helado al contrario apuntando.
-¿Que sabor te gustaría, Chiaki? -Le pregunté colocando mis brazos en taza mirándole.- ¡No te preocupes, deja que yo pagué!
-¡Muy bien, linda cómplice, vayamos por esos helados! -Le dije, señalandolé con el índice haciendo la seña de la "pistola" con la mano y guiñando el ojo.
¿Onee-chan? ¿Que significaba eso? En Musette a veces lo escuchaba de algunos alumnos, pero ellos solían referirse a mí como "Sensei" y gracias a mis buenos compañeros de trabajo entendí que sensei es maestro/maestra... ¿Debería aprender más de japonés? Aunque no solo había japoneses en la academia más aún así terminaba chocando con ellos de alguna forma; ¿Me querrá decir algo todo eso?
Al cruzar la calle y solo caminar un poco llegamos a la heladería, abrí la puerta sosteniéndola para que mi "cómplice" entrará, así le seguí por detrás y nos detuvimos frente al mostrado con los diferentes sabores de helado. En el lugar solo había muy poca gente, uno que otro adulto, una parejita a la lejanía y algunos niños jugando a tirarse a la boca helado al contrario apuntando.
-¿Que sabor te gustaría, Chiaki? -Le pregunté colocando mis brazos en taza mirándole.- ¡No te preocupes, deja que yo pagué!
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: { P } Muy malas decisiones
La chica bajita de pelo rosa se sentía muy cómoda al lado de la contraria, a pesar de que hace un buen rato se mostró como una manada de fuertes animales contra el pobre hombre y sí, siempre Chiaki sentirá lastima por aquella criatura que seguramente ha de quedar traumatizado de por vida. Nanami se ruborizó en cuanto escuchó lo de ‘linda’ pero tan solo se dispuso a asentir fugazmente con la cabeza.
Antes de llegar al local debían cruzar la calle, cosa que a Nanami no le gustaba mucho y menos cuando estaba repleto de transito. Aun habiendo pocos carros no seguía una de sus actividades favoritas, es que nuca se sabía cuando llegara un loco desenfrenado y tintara las calles de rojo, hace mucho ya había visto numerosos accidente anteriormente y de verdad no quisiera verlos jamás. Con suerte, llegaron sin problemas y esto realmente la alivió aunque no fue difícil hacerle olvidar las calles pues estaban en un puesto de helados con una pinta maravillosa, ¡Tenía gana de aprobarlos todos!
Ladeó su cabeza hasta la mujer quién encima de preguntarle por el sabor también se ofreció a pagar, Nanami quién no estaba muy contenta por aceptar tanta amabilidad de la contraria se negó numerosas veces con la cabeza, hasta que tuvo un pequeño flash mental recordando lo que le pasó al ladrón y de tan solo pensar que aquello le haría enojar a Danna asintió más que rápido aceptando la oferta. ❝No quisiera que Danna onee-chan me aplastara.❞ Se distrajo tanto que incluso se imaginó a Danna aplicándole una llave, esas que alguna vez vio cuando jugaba a la WWE en consolas. —Me gusta mucho la fresa y el pistacho.— Agregó con una sonrisilla ahora mirando a quién atendía en el mostrador y luego a la mujer mayor.
Enseguida la curiosidad despertó en ella y le observó por unos segundos. El cuerpo de Danna estaba muy cubierto, ósea, era algo normal en las señoritas, ¿No? Sin embargo, siempre el pecho estaba más mostrado por sentir frescura en el escote. ¿Por qué la contraria era tan cerrada en ese aspecto? Estaba tan absorta que observaba fijamente a la de cabellos rizos, si la viera realmente se sentiría incomoda ¡Despierta Chiaki! La vas a espantar, cabeza de chorlito.
Off: Puse lo de la vest. para levantar sospechas, mwohoho, pero no te preocupes, esta niña está más que hueca. (?)
Antes de llegar al local debían cruzar la calle, cosa que a Nanami no le gustaba mucho y menos cuando estaba repleto de transito. Aun habiendo pocos carros no seguía una de sus actividades favoritas, es que nuca se sabía cuando llegara un loco desenfrenado y tintara las calles de rojo, hace mucho ya había visto numerosos accidente anteriormente y de verdad no quisiera verlos jamás. Con suerte, llegaron sin problemas y esto realmente la alivió aunque no fue difícil hacerle olvidar las calles pues estaban en un puesto de helados con una pinta maravillosa, ¡Tenía gana de aprobarlos todos!
Ladeó su cabeza hasta la mujer quién encima de preguntarle por el sabor también se ofreció a pagar, Nanami quién no estaba muy contenta por aceptar tanta amabilidad de la contraria se negó numerosas veces con la cabeza, hasta que tuvo un pequeño flash mental recordando lo que le pasó al ladrón y de tan solo pensar que aquello le haría enojar a Danna asintió más que rápido aceptando la oferta. ❝No quisiera que Danna onee-chan me aplastara.❞ Se distrajo tanto que incluso se imaginó a Danna aplicándole una llave, esas que alguna vez vio cuando jugaba a la WWE en consolas. —Me gusta mucho la fresa y el pistacho.— Agregó con una sonrisilla ahora mirando a quién atendía en el mostrador y luego a la mujer mayor.
Enseguida la curiosidad despertó en ella y le observó por unos segundos. El cuerpo de Danna estaba muy cubierto, ósea, era algo normal en las señoritas, ¿No? Sin embargo, siempre el pecho estaba más mostrado por sentir frescura en el escote. ¿Por qué la contraria era tan cerrada en ese aspecto? Estaba tan absorta que observaba fijamente a la de cabellos rizos, si la viera realmente se sentiría incomoda ¡Despierta Chiaki! La vas a espantar, cabeza de chorlito.
Off: Puse lo de la vest. para levantar sospechas, mwohoho, pero no te preocupes, esta niña está más que hueca. (?)
Re: { P } Muy malas decisiones
-¡Muy bien! Uno de pistacho y fresa y otro de galleta y chicle, por favor ~
El encargado del mostrador asintió tomando la cuchará y dos botes medianos empezando a llenar el primero con el pedido de Chiaki y seguido del mio, luego le echo sirup de chocolate encima y le puso una galleta de decoración, como toque final... ¡Maní! Mucho maní, perfecto para todo momento. Entregó ambos botes de helado y tome el de la chica entregandoseló, saque rápidamente del bolso el dinero el cual rápidamente guardo en la caja registradora, tome mi helado y le señale a la pelirrosa una mesa cerca de la ventana del local, la que daba vista a la calle.
-Così, bella ragazza... ¿Que hacías caminando en esas peligrosas calles tu sola? -Le pregunté una vez tome asiento frente a ella, agarrando la cucharilla de plástico y mirandole a los ojos con una expresión de sorpresa.- ¿Que hubiera pasado si en vez de mí hubieras sido tu la que se topará con ese ladrón?
Cuando la vi en aquel callejón se le veía algo confusa, y no tanto por verme encima de un hombre incosciente... Más bien parecía que fuera nueva en la ciudad, y yo que solo llevo unas cuantas semanas; ¡Creo que ya estoy por cumplir el mes o medio mes! Me preguntó cuanto tendrá la pequeña... Parecía como si tuviera quince años, ¡O menos! Pero hay personas muy bajitas que te pueden llegar a sorprender.
Quizá no se lo preguntaría ahora, sino más adelante cuando sienta más confianza... Por ahora solo disfrutaré del helado.
Y eso hacía, hasta que la puerta se abrió sonando la pequeña campanilla sobre la misma, y quien justo entro a la heladería... No era nada más ni nada menos que el ladrón que había tacleado, noqueado y dejado a un lado en la basura. Rascaba su cabeza y se le notaba muy confuso.
-Ugh, alguien me golpe... Tenía mucha fuerza... -Mencionó más para sí que para alguien más.
Al dar dos pasos dentro su mirada se encontró con la mia y se quedo estático, recto y firme sin quitar la vista de mi.
Ninguno decía palabra alguna. Nadie se movía. Todos nos veían raros. A un niño se le cayó el helado. Alguien estornudo y un perro ladró.
Yo solo sonreí alzando la mano, salundandolé como si nada con la cuchara en la boca, parecía una escena normal... Si no fuera porque el ambiente era tan pesado que podría leerse como: "Si te atreves a hacer algo, lo pasarás muy mal, MUY MAL... Tengo contactos con la mafia Italiana".
El encargado del mostrador asintió tomando la cuchará y dos botes medianos empezando a llenar el primero con el pedido de Chiaki y seguido del mio, luego le echo sirup de chocolate encima y le puso una galleta de decoración, como toque final... ¡Maní! Mucho maní, perfecto para todo momento. Entregó ambos botes de helado y tome el de la chica entregandoseló, saque rápidamente del bolso el dinero el cual rápidamente guardo en la caja registradora, tome mi helado y le señale a la pelirrosa una mesa cerca de la ventana del local, la que daba vista a la calle.
-Così, bella ragazza... ¿Que hacías caminando en esas peligrosas calles tu sola? -Le pregunté una vez tome asiento frente a ella, agarrando la cucharilla de plástico y mirandole a los ojos con una expresión de sorpresa.- ¿Que hubiera pasado si en vez de mí hubieras sido tu la que se topará con ese ladrón?
Cuando la vi en aquel callejón se le veía algo confusa, y no tanto por verme encima de un hombre incosciente... Más bien parecía que fuera nueva en la ciudad, y yo que solo llevo unas cuantas semanas; ¡Creo que ya estoy por cumplir el mes o medio mes! Me preguntó cuanto tendrá la pequeña... Parecía como si tuviera quince años, ¡O menos! Pero hay personas muy bajitas que te pueden llegar a sorprender.
Quizá no se lo preguntaría ahora, sino más adelante cuando sienta más confianza... Por ahora solo disfrutaré del helado.
Y eso hacía, hasta que la puerta se abrió sonando la pequeña campanilla sobre la misma, y quien justo entro a la heladería... No era nada más ni nada menos que el ladrón que había tacleado, noqueado y dejado a un lado en la basura. Rascaba su cabeza y se le notaba muy confuso.
-Ugh, alguien me golpe... Tenía mucha fuerza... -Mencionó más para sí que para alguien más.
Al dar dos pasos dentro su mirada se encontró con la mia y se quedo estático, recto y firme sin quitar la vista de mi.
Ninguno decía palabra alguna. Nadie se movía. Todos nos veían raros. A un niño se le cayó el helado. Alguien estornudo y un perro ladró.
Yo solo sonreí alzando la mano, salundandolé como si nada con la cuchara en la boca, parecía una escena normal... Si no fuera porque el ambiente era tan pesado que podría leerse como: "Si te atreves a hacer algo, lo pasarás muy mal, MUY MAL... Tengo contactos con la mafia Italiana".
Danielle Lavezzi- Ocupación : Profesor
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Re: { P } Muy malas decisiones
Chiaki tan solo presenciaba el como Danna pedía las cosas, había propuesto sus sabores favoritos porque esperaba que solo escogiera uno de los dos, pero ésta pidió ambos. Por un momento casi Chiaki se le tiraba encima (literalmente) para impedir que tomara la orden y salvar su billetera, pero aquello sería muy vergonzoso. Se distrajo u poco con la decoración e incluso desvió su mirada para enfocarse en Danna, se veía muy concentrada mirando al maní que el hombre depositaba en los botes. ❝Supongo que Danna onee-chan le gusta mucho el maní❞ Asentía para sí misma con la cabeza, no había notado que otras personas le veían como una extraña.
Danna ubicó una mesa y mientras iban encaminándose hasta ella, escuchó su pregunta. —Me daba un auto-tour para conocer mejor a Glass City.— Respondía con una pequeña sonrisa en sus labios antes de sentarse pues Danna ya escogió su asiento y se acomodó perfectamente. Escuchó el comentario de Danna y tenía mucha razón, pudo haber sido ella la atacada pero entonces, una nueva idea se presentó por su mente. —Danna onee-chan me salvaría.— Decía tan tranquila, solía decir lo primero que se le viniera en la mente la mayor parte del tiempo, como en ese caso. —Digo, si hubiera sido yo entonces tal vez hubieras sido tú la que cruzara y a-así…— Inclinó su cabeza desviando sus orbes ahora puestos sobre el exquisito paladar creado gracias al señor heladero.
No podría desperdiciar algo que había comprado su recién conocida, así que Chiaki con la cucharita introdujo sin profundiza r y tomando una pequeña porción la llevó a la boca. Cuando sonó la campanilla aún tenía la cucharita en sus labios no hasta ver quién había entrado. Parpadeó un par de veces, ahora boquiabierta.
Chiaki se levantó del asiento golpeando con ambas palmas la mesa, aunque su fuerza era tan minúscula que apenas y movió un poco la pequeña cucharita que anteriormente se había caído de su boca. Miró a Danna y luego al ladrón un par de veces aún ligeramente shockeada, Danna estaba tan tranquila mientras que el ladrón estaba… Que daba pena literalmente. —El enemigo está aquí, ¿Quiere que le lance a Monomi?— Inclinó un poco su cabeza y le susurraba para que solo de esa mesa pudiesen escuchar y como solo estaban Danna y Chiaki serían las únicas que pudieran.
Se sentó lento pero sin dejar de ver al ladrón, entrecerraba la mirada y con el dedo índice y corazón primero señalaba sus orbes y luego al ladrón, algo así como; “I’m watching you”. Procuró deleitarse del postre, claro, no bajaba la guardia, en cualquier momento usaría su ataque especial ‘Monomi Punch’ el cual consistía en lanzar su muñeco de peluche, así de amenazante podría ser la chiquilla Chiaki.
Danna ubicó una mesa y mientras iban encaminándose hasta ella, escuchó su pregunta. —Me daba un auto-tour para conocer mejor a Glass City.— Respondía con una pequeña sonrisa en sus labios antes de sentarse pues Danna ya escogió su asiento y se acomodó perfectamente. Escuchó el comentario de Danna y tenía mucha razón, pudo haber sido ella la atacada pero entonces, una nueva idea se presentó por su mente. —Danna onee-chan me salvaría.— Decía tan tranquila, solía decir lo primero que se le viniera en la mente la mayor parte del tiempo, como en ese caso. —Digo, si hubiera sido yo entonces tal vez hubieras sido tú la que cruzara y a-así…— Inclinó su cabeza desviando sus orbes ahora puestos sobre el exquisito paladar creado gracias al señor heladero.
No podría desperdiciar algo que había comprado su recién conocida, así que Chiaki con la cucharita introdujo sin profundiza r y tomando una pequeña porción la llevó a la boca. Cuando sonó la campanilla aún tenía la cucharita en sus labios no hasta ver quién había entrado. Parpadeó un par de veces, ahora boquiabierta.
Chiaki se levantó del asiento golpeando con ambas palmas la mesa, aunque su fuerza era tan minúscula que apenas y movió un poco la pequeña cucharita que anteriormente se había caído de su boca. Miró a Danna y luego al ladrón un par de veces aún ligeramente shockeada, Danna estaba tan tranquila mientras que el ladrón estaba… Que daba pena literalmente. —El enemigo está aquí, ¿Quiere que le lance a Monomi?— Inclinó un poco su cabeza y le susurraba para que solo de esa mesa pudiesen escuchar y como solo estaban Danna y Chiaki serían las únicas que pudieran.
Se sentó lento pero sin dejar de ver al ladrón, entrecerraba la mirada y con el dedo índice y corazón primero señalaba sus orbes y luego al ladrón, algo así como; “I’m watching you”. Procuró deleitarse del postre, claro, no bajaba la guardia, en cualquier momento usaría su ataque especial ‘Monomi Punch’ el cual consistía en lanzar su muñeco de peluche, así de amenazante podría ser la chiquilla Chiaki.
Re: { P } Muy malas decisiones
Aquel ladrón y yo no perdiamos cotacto visual en ningún momento. Yo me apoyaba con el brazo izquierdo sobre la mesa un poco inclinada hacía adelante, Chiaki al parecer también estaba tratando de amenazar al ladrón con la mirada. Aquel hombre, por su parte, hacía todo de manera nerviosa: Pidió su helado de chicle y menta casi trastabillando y casi llevandose una mesa de por medio. Al tener ya su dulce en la mano (En un cono, por supuesto) miró hacía todos lados coo buscando un lugar en donde ocultarse en todo el lugar, hasta las personas que habían en la heladería le estaban mirando pero con curiosidad. Alcé la mano derecha en el aire, con los dedos índice y medio le señalé hasta donde estabamos y "cordialmente" le invité a sentarse junto a nosotras, una invitación muda pero que con una sonrisa no se podía negar.
En especial cuando esta sonrisa era más amenazante que la misma expresión.
Aquel hombre tragó en seco y con paso robótico fue acercandosé poco a poco hasta la mesa y sentarse justo al lado de Chiaki, a quien solo miró de reojo alzando una ceja y luego me miró a mí, lamiendo su helado y tragando como si lo que hubiera comido fuera vidrio molido. En cambio yo devoraba mi helado con normalidad. Hubo un silencio incómodo por unos cuantos minutos hasta que el hombre decidió hablar.
-M-Mira, la verdad no se que paso (O como lograste dejarme inconsciente), p-pero te juro que tengo una razón p-para...
-Para haberme intentado robar, por supuesto que debes tener una razón -Ironicé, cosa que hizo al ladrón temblar de miedo.
-¡Te juro que tengo una razón, m-mira, ni siquiera traigo armas! -Y a una velocidad increíble reviso todos sus bolsillos y de ellos saco nada más que unos cuantos papeles, unas pocas monedas y un paquete de chicles de café a medio comer.- Y-Yo en verdad no pretendía hacerle daño.
-¡Oh! A mi no, ¿Pero y si hubiera sido alguien más? ¿Y si hubiera sido ella? -Señalé a Chiaki con la cuchara.- De solo taclearte pude dejarte inconsciente, imagina lo que puedo hacer entonces...
De nuevo, trago tan duro como si fuera tierra.
-A-A ella tampoco le hubiera hecho daño -Lamió varias veces su helado antes de inhalar hondo y hablar.- Es que, ¿Acaso usted, señorita, sabe lo que es duro vivir en esta ciudad? Miré a su alrededor, esta llena de persona con mucho talento y con trabajos asegurados, hasta una cucaracha tendría un mejor trabajo... Mientras que los que no tenemos talentos no somos nada... ¡Nada! *Sniff*
-Bawwwh ~ ¡Pobre hombre! ¿Y es por eso que trato de robarme?
-¿Le digo la verdad? -Se inclino en la mesa mientras viendo a todos lados, como si quisiera decir un secreto, yo también me incline para escucharle.- Yo antes trabajaba en una oficina postal, sí sí, de esas donde envian sus cartas y paquetes, tenía un muy buen puesto atendiendo al cliente... Pero luego llego alguien con mucho más talento y carisma que yo y; ¿Que cree? ¡Para afuera! Ni siquiera un simple "Gracias" me dieron por mis años de servicios (Y fueron años de años, señorita)... Tenía que encontrar dinero de alguna forma, estoy empezando a quedarme en la quiebra, me van a hipotecar la casa y todo lo que tengo; ¡Y ya nadie quiere a un viejo como yo para los trabajos! *Sniff, sniff* ¿Que podía hacer? ¡Era robar o caer en cosas más baja!
-¿Más bajo? ¿Como qué?
-¡Usted ya sabe, como las drogas y eso! -Sí que era algo muy grave.
En especial cuando esta sonrisa era más amenazante que la misma expresión.
Aquel hombre tragó en seco y con paso robótico fue acercandosé poco a poco hasta la mesa y sentarse justo al lado de Chiaki, a quien solo miró de reojo alzando una ceja y luego me miró a mí, lamiendo su helado y tragando como si lo que hubiera comido fuera vidrio molido. En cambio yo devoraba mi helado con normalidad. Hubo un silencio incómodo por unos cuantos minutos hasta que el hombre decidió hablar.
-M-Mira, la verdad no se que paso (O como lograste dejarme inconsciente), p-pero te juro que tengo una razón p-para...
-Para haberme intentado robar, por supuesto que debes tener una razón -Ironicé, cosa que hizo al ladrón temblar de miedo.
-¡Te juro que tengo una razón, m-mira, ni siquiera traigo armas! -Y a una velocidad increíble reviso todos sus bolsillos y de ellos saco nada más que unos cuantos papeles, unas pocas monedas y un paquete de chicles de café a medio comer.- Y-Yo en verdad no pretendía hacerle daño.
-¡Oh! A mi no, ¿Pero y si hubiera sido alguien más? ¿Y si hubiera sido ella? -Señalé a Chiaki con la cuchara.- De solo taclearte pude dejarte inconsciente, imagina lo que puedo hacer entonces...
De nuevo, trago tan duro como si fuera tierra.
-A-A ella tampoco le hubiera hecho daño -Lamió varias veces su helado antes de inhalar hondo y hablar.- Es que, ¿Acaso usted, señorita, sabe lo que es duro vivir en esta ciudad? Miré a su alrededor, esta llena de persona con mucho talento y con trabajos asegurados, hasta una cucaracha tendría un mejor trabajo... Mientras que los que no tenemos talentos no somos nada... ¡Nada! *Sniff*
-Bawwwh ~ ¡Pobre hombre! ¿Y es por eso que trato de robarme?
-¿Le digo la verdad? -Se inclino en la mesa mientras viendo a todos lados, como si quisiera decir un secreto, yo también me incline para escucharle.- Yo antes trabajaba en una oficina postal, sí sí, de esas donde envian sus cartas y paquetes, tenía un muy buen puesto atendiendo al cliente... Pero luego llego alguien con mucho más talento y carisma que yo y; ¿Que cree? ¡Para afuera! Ni siquiera un simple "Gracias" me dieron por mis años de servicios (Y fueron años de años, señorita)... Tenía que encontrar dinero de alguna forma, estoy empezando a quedarme en la quiebra, me van a hipotecar la casa y todo lo que tengo; ¡Y ya nadie quiere a un viejo como yo para los trabajos! *Sniff, sniff* ¿Que podía hacer? ¡Era robar o caer en cosas más baja!
-¿Más bajo? ¿Como qué?
-¡Usted ya sabe, como las drogas y eso! -Sí que era algo muy grave.
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