Superando miedos. [Libre]

A esta hora me encontraba saliendo de una de las salas de ensayo, no era normal que saliera a esta hora, aunque hubo un tiempo en el que sí, me pasaba más tiempo ensayando que otra cosa pero esta vez los motivos eran distintos. En pocas semanas iba a estar en un nuevo espectáculo por lo que necesitaba practicar y pulir la coreografía, tenía que salir perfectamente.

Como siempre, cada vez que practicaba no usaba prendas ostentosas, solo una playera y un pantalón. Arreglé mis cosas caminando de manera apresurada hacia los asensores, ya quería llegar a mi hogar para tomar un baño relajante y dormir. Como el tiempo pasó volando me salté una comida, no noté esto hasta que mire el reloj pero comer, lo haría tal vez en la mañana, realmente me encontraba exhausta. Mientras caminaba podía escuchar cómo mi estómago hacía ruidos extraños, me sonrojé un poco apenada por aquella reacción por suerte no había nadie en los pasillos, intentaba controlar aquellos sonidos.

Jutso cuando llegué al ascensor note a una señorita esperando el ascensor, tuve que acelerar el paso, no quería desperdiciar más tiempo pero en el momento en que decidí hacer esta labor las puertas se abrieron y la señorita entró de manera apresurada, intenté llamarla pero no hubo respuesta y note cómo las puertas se cerraban. En ese momento corrí y con una mano detuve el movimiento de las puertas, haciendo que abrieran nuevamente. Fue una acción apresurada, más que nada un impulso-Lo lamento…-Me disculpé al momento de entrar, viendo a la señorita. Su rostro no se me hacía familiar, tal vez en algún momento llegamos a platicar pero en estos meses estaba muy distraída. Para no ser mal educada le sonreí- No quería perder más tiempo, me he quedado mucho más tiempo del que debía- Iba a seleccionar el piso pero note que íbamos al mismo por lo que ahora me acomodé a su lado

-Parece que usted también ya se va, espero que su día haya sido muy productivo señorita- Con lo cansada que estaba disimuladamente me recargué en el elevador, no bajando mi maleta pues no íbamos a tardar en llegar al destino asignado.

Prestando más atención al comportamiento de la señorita que se encontraba a mi lado y a su lenguaje corporal llegué a la conclusion de que estaba en una situación que le provocaba mucha molestia o mucha incomodidad, estando en un nivel de ansiedad extreme. Decidí que para no hacerla sentir mas incómoda debía de permanecer en una postura calmada y tranquila escuchándola con atención cuando respondía a mis comentarios formales, pero no solo me respondía los comentarios también comenzó a darme explicación del por que estaba así.

Ella me dio cierta información, de que sufría claustrofobia por lo que estar en un ascensor le hacía sentir una gran ansiedad-Ya veo-Comenté en un ligero susurro. Ciertamente no conocía ese sentimiento de fobia pero podría darme una idea de que era sentimiento como el terror, sensación de la cual si estaba familiarizada; en esos caso no sabes qué hacer, lo que predomina en ese instante es el instinto de superviviencia. El lugar se quedó en un silencio total pues no estaba segura si era conveniente darle palabras de aliento o el silencio era una buena respuesta en estos casos. Este ambiente fue interrumpido por el sonido de las puertas cerrarse.

Mantuve la distancia, para no incomodarla más de lo que debería de estar pero esitré mi mano y la posé en su hombro haciendo una ligera presión. Había decidido que lo mejor en estos casos era tratar de calmarla, tratando de distraerla hasta que llegemos a nuestro destino, la planta baja- ¿Sabe? Cuando me encuentro en una situación estresante cierro los ojos y canto una canción, eso me distrae y me relaja ¿Por que no lo intenta?- Le sugerí, esperando que al igual que a mi, aquel pequeño truco funcione.

La señorita por fortuna tomó mi consejo de cantar, en verdad esperaba que funcionara, yo guardé silencio para no interrumpirle y, claro, admito que sentía cierta curiosidad por saber cómo era su canto. Ella comenzó a cantar y el espacio pequeño pronto se inundó se su bella voz.

Su voz era dulce, encantadora con un tono suave que servía muy bien para tranquilizar y parecía que estaba funcionando pues la señorita se veía muy concentrada en su canto.Me alegraba mucho y eso lo demostré con una sonrisa cálida. Lo mejor de toda esta situación es que no tardaríamos en llegar a la planta baja; cuando llegáramos a nuestro destino le felicitaría por aquella voz tan espectacular diciéndole también que pudo superar un gran reto, su fobia a los elevadores. Se veía una señorita dulce y tierna, un poco tímida pero era parte de su encanto.

A la mitad de su canto el elevador se detuvo pero no en la planta baja y esto provocó que mi sonrisa desapareciera y el estrés se apoderara de mí, no por mí sino por ella y como reaccionaría al verse interrumpida y con más gente en ese espacio pequeño. Pronto muchas personas comenzaron a meterse, demasiadas diría yo, todos estandoen su propio mundo por lo que no se estaban dando cuenta que nos estaban separando. El lugar pronto se llenó, no había mucho espacio para moverse para ser sincera. Yo me encontraba en una esquina tratando de encontrar a la señorita pero no lograba distingirla, ahora que recuerdo ni siquiera pude preguntarle su nombre.

Se que sólo tardaríamos unos segundos pero para ella ¿Sería una eternidad?