¿Ocupado? (Priv. Hanako)

Arthur se mordió el labio inferior mientras sus manos temblaban debido a la ira que lo consumía. Miró con desprecio la pantalla de su Play Station Portable y por poco la arrojó al piso, mas recordó que era la única que tenía. Respiró intentando calmarse y maldijo una vez más su suerte ¿Como era posible que la batería se le hubiese agotado?
Si hubiese podido gritar, lo hubiese hecho.
Guardó en su bolsillo la consola, resignándose a que había perdido todo el progreso hecho y que no le quedaba otra opción más que sonreír. El rubio miró hacia el cielo, las nubarrones grises eran la clara señal de que se avecinaba probablemente una tormenta. Pero no se movió del sitio en el que estaba, disfrutando del aire que le enfriaba las mejillas y del silencio que reinaba en aquel lugar en particular.
"Es como si yo fuera el Fantasma de la Ópera y este mi asiento privado" Pensó tomando una hoja del suelo y mirándola como si fuera un pequeño tesoro recién encontrado. La tranquilidad se acabó cuando distinguió el sonido de unos pasos.
"¿¡Una persona!?" Gritó dentro de su propia cabeza y sus dedos se crisparon en torno a la hoja. Pero ya era demasiado tarde para huir, si lo hacía se iba a ver extraño (¿Y eso sería malo?) Si lo hacía causaría una pésima impresión (¿La peor de todas?) Y...Y...
"Actúa normal"
Sacó un libro y rápidamente lo abrió, si fingía que estaba ocupado nadie lo iba a molestar ¿Cierto?

Se quedó prácticamente helado al notar que lo estaban tocando. Por un segundo pensó en la posibilidad de fingir demencia y hacer como si no hubiese sentido absolutamente nada. Sin embargo eso era de mala educación, más aún si pensaba que la chica tartamudeaba y parecía cansada.
El rubio volteó su cabeza levemente y dejó el libro a un lado, levantó su mano derecha con la palma abierta y luego procedió a juntar sus dedos índice, mayor y pulgar como si estuviese cerrándolos. Con aquello le había dicho "No", sin embargo dudaba que ella hubiese entendido.
Con resignación y antes de esperar una respuesta, sacó la libreta que siempre llevaba consigo y procedió a escribir un mensaje.
"Si, soy yo. Soy mudo, pero puedo escucharla ¿Que necesita?"
Le entregó la hoja de papel e intentó esbozar una leve sonrisa, aunque sintió que había fracaso estrepitosamente en su intento por ser amigable al notar que le temblaban las manos.

Contacto físico.
Peligro.
Auxilio.
No. Por favor, por favor no.
El cuerpo del rubio se tensó de tal manera que cada músculo en su cuerpo parecía haberse acalambrado. Respiró profundamente, intentando recuperar la compostura. Se regañó a sí mismo diciéndose que solo había sido un pequeño roce de manos, nada, nada que pudiese significar el fin del mundo.
Escuchó a medias el discurso pronunciado por la delegada, sintiéndose un idiota por su comportamiento. Vale, ella solo quería ayudar. Pero él no necesitaba ayuda ¿O quizás si?
Volvió a tomar la libreta y escribió otro mensaje:
"Lo siento, no estoy acostumbrado a tratar con las personas por lo que me es difícil saber como reaccionar. Agradezco de todas formas su ayuda señorita delegada. No tiene de qué preocuparse, estaré bien."

Spoiler: