(Libre) Actividad en el parque

¿Una ángel necesita ejercicio? Por lo menos en mi caso sí lo es. Salir en la mañana temprano a correr hacía bien al cuerpo y era relajante para el alma; sentir la brisa por mis cabellos, el crepúsculo en el horizonte, la tranquilidad de la ciudad en las mañanas. En fin...

Vestida con una sudadera y pantalones deportivos hasta las rodillas salí de mi apartamento cuando el sol aun no hacía aparición. Estuve primero trotando ligeramente por la acera, y de ahí me dirigía al parque donde hice un trote un poco más rápido, dándole varias vueltas hasta que bajé mi velocidad hasta caminar y descansar un rato en la banca.

-Oh bueno...¡Nada mal para un par de semanas inactiva!

Llevaba también conmigo una botella en la mano para la sed que se presentara, y di unos sorbos. Distrayéndome en ese momento donde no vi a la joven sentarse enseguida de mí, hasta que dejé mi botella en un lado y comencé a escuchar que alguien hablaba, por lo que voltee y vi a una joven muy abrigada sentada enseguida de mí. ¡Se veía realmente mal!

Ella dio un gran estornudo, el cual me hizo reaccionar para pasarle algo, pero no tenía nada a la mano. -¡Espera, linda! Deja te traigo un pañuelo o algo!- Y lo más rápido que pude busqué donde podía encontrar algo, hasta que vi un puesto de comida en el parque y les pedí unas servilletas.

-¡Toma! Te servirán- Le tendí una de las servilletas esperando a que se limpiara la nariz con ella. -¿Te encuentras bien? Veo que estás muy enferma.

-¡Salud!- Claramente se veía demasiado enferma. Si bien el clima parecía estar a una temperatura agradable donde no hacía frío ni mucho calor, creo que era malo que siguiera en exterior sin que reposara su cuerpo.

-Bueno, linda. Creo que está a unos minutos de aquí, así que creo que te puedo ayudar...¡Y no aceptaré un "no como" respuesta. Estás en muy malas condiciones para que te deje sola camianr por ahí- La tomé de uno de los brazos para ayudarla a levantarse independientemente si quería o no. La pobre no podía quedarse así. -No tienes problemas para caminar, ¿cierto?

-¡Es un gusto ayudarle! No tiene nada que agradecer- Lo correcto era ayudar a esta chica y la verdad es de mis bondades naturales, no sé si por ser ángel o por la forma en que fui educada. Tal vez ambas.

Antes de que le reprochara por intentar negarse, la joven muy cortésmente se presentó, a lo que yo también le dije con una voz serena y calmada. -¡Un gusto conocerte, señorita! Soy Andrea Laakkonen, de Finlandia...- Volvía a la costumbre de nombrar mi origen.

-Ahora, como le dije antes: no aceptaré un "no" como respuesta. Me aseguraré de que usted llegue sana y salva al hospital y la atiendan. Uno no sabe qué cosas pueden ocurrir en el camino de aquí a allá ¿Entendido?- Habiendo dejado todo en claro, la seguí tomando del brazo para que se recargará en mí y llevarla al hospital.

-Por cierto...Asumo que usted recién llegó aquí. ¿Qué la trae a tan bella ciudad?

Japonesa al parecer entonces, pues sí tenía algunos rasgos asiáticos. -¡De acuerdo!...Chiaki. Aunque puede usar solamente "Andrea", creo que me sería un poco incómodo escuchar el "san" después de eso...No lo tome a mal, sólo que no estoy acostumbrada- Sé que es su cultura y costumbre, pero me hace sentir demasiado formal, sólo espero que eso no la molestara.

-¡Salud!- ¡Sí que está un poco grave!.

-¡Vaya, DJ! Creo que los que estamos relacionados con la música estamos destinados a encontrarnos en esta ciudad. También vine por la música, sólo que yo soy cantante. Espero recibir mi aprobación en Merveilles Récords muy pronto- Yendo a algo que me llamó la atención de ella. -¿Revolucionar a Glass City? Eso se oye interesante, Chiaki.

Solté una inaudible risa al escuchar como parecía complicarse aún con evitar el "san" después de mi nombre, pero claro que la costumbre nos pega a todos.

Revolucionar al mundo con sus pistas. Mi curiosidad despertó al escuchar esa frase ¿cómo sería su música? Obvio si pertenecía al Sello no hablábamos de una DJ cualquiera, por lo menos la confianza de una gran artista sí la tenía, tanto que es útil en esta ciudad. Iba a dar un comentario, pero su estornudo me hizo decirle otro "salud". Luego, curiosa situación, pidió que le cantara un poco. Dudaba de hacerlo, pero supongo que la chica también estaba llena de curiosidad como yo. -De acuerdo...¡Pero un día me tendrás que dejar escuchar tus mezclas entonces!

Aclaré mi garganta y me preparé mentalmente, digo, estaba caminando casi cargando a alguien, y mi voz necesita mucho aire para poder alcanzar las notas y el tiempo de estas. Una vez lista comencé a hacerlo:

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Sonreí divertida ante su gesto de decepción cuando acabé la canción a lo que sólo pude hacerle un gesto de reverencia con la cabeza antes de tener que otra vez acomodarla para que se apoyara mejor en mi cuerpo.

-¡Muchas gracias! ¡Qué linda! Te prometo que trataré de conseguirte un boleto cuando sea mi debut- Se podía decir que ya tenía mi primera fan como profesional, aunque las circunstancias en las que me escuchó cantar no eran las mejores. De ahí la duda de si será solista o miembro de banda. -La verdad, mas bien sería como banda de dos: Cuando estudiaba, una amiga y yo hacíamos canciones; ella algunos sonidos y acompañamiento con teclado y yo la letra y música. Así que pienso hacer lo mismo- Con los demás integrantes, pues no me importaría que fueran otros músicos del Sello que trabajaran conmigo sólo cuando me tocara tener una presentación.

Me llama la atención que esta chica a pesar de su estado de salud se veía animada y lo más energética posible. Por suerte el hospital ya estaba cerca de nosotras. -¡Bien! Creo que ya mero llegamos a nuestro destino. ¿Cómo te sientes, linda?

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Reí ante su bromista orden asegurándole que haría lo posible. -¡De acuerdo! ¡Haré lo mejor posible! Pero tendrás que esperar a que primero pueda concretar algo- Antes que todo tengo que encontrar a un manager que me represente.

A su observación asentí con la cabeza, aunque preferiría llamarlo aun así "banda", uno nunca sabe cuándo tendrías un tercero que te ayudara de vez en cuando con algunas cosas. -Podría decirse que sí, pero cualquier cosa puede pasar- Cuando terminé de decirle ya estábamos en la entrada del hospital, aunque la condición de Chiaki parecía empeora, a lo que me agaché para tratar de ayudarle.

-¡Tranquila, linda! ¡Ya estamos aquí! Sólo...Un poco más para que los doctores puedan atenderte...- La levanté y como pude la llevé hasta el recibidor avisándole a los médicos que sobre los síntomas que mostraba. La enfermera anotó los datos y tomó a Chiaki para conducirla con el médico. Podía retirarme, pero me preocupaba su estado, por lo que le avisé que me quedaría hasta poder saber mejor de su condición, aparte si estaba sola aquí yo era la única persona con la que tal vez podía contar ahora.