Lecciones especiales (Ren Hikari)

Ni siquiera tenía como esconder su avergonzado rostro de la mirada ajena, pues sus manos estaban completamente impregnados de jugo y aroma a tomate. Nada más pudo desviar hacia el lado contrario del chico su cabeza, dejando el dorso de su diestra sobre sus labios, que temblaban solo de nerviosismo. Solo hasta sentir la risa de Jinguji fue que se volteó, nada más un poco. Resignada a la situación, claro, con la ayuda de la tierna sonrisa del pelinaraja, asintió suavemente hacia él. Claro que debía ser como era realmente, después de todo y ante todo la chica deseaba que se mostrara de aquella forma, al menos con ella. Tal vez su deseo era demasiado altanero o ambicioso, pero el chico no era una persona que sonriera todo el tiempo, que fuera siempre feliz para sus fans, que no tuviera debilidades...Deseaba verlo con todo lo que le hacia ser Ren Jinguji, y así ella sentiría la confiansa en si misma para hacerlo también, olvidando las máscaras, sacando de adentro todo.

Nuevamente su cuerpo estaba en contacto con la del muchacho, sin preveerlo.-...A-ah..- Parecía mentira que solo hasta ese momento se diera cuenta de lo pequeña que quedaba frente a Jinguji, rodeada completamente por sus brazos, con su rostro apoyado en el pecho del otro, incluso casi de puntillas. Cálido... pensó, entrecerrando levemente sus ojos. Sí, era como un pequeño conejo en los brazos de un lobo, un cálido y amable lobo.

La profunda voz de Ren otra vez resonaba fuerte en su cabeza, generando algunas cosquillas en su oído, había abierto su boca para responder.-Nh...-Más solo un pequeño quejido salió de sus labios, en respuesta al travieso beso en aquella zona tan sensible para la castaña. ¿Lo sabía? Lo sabía, ¿verdad? Cerró los ojos hasta que el chico la soltó dejando caer su cuerpo en cuclillas, hecha una bolita de nervios, vergüenza y mejillas rojas.-...E-eso es jugar sucio....-le reprochó desde su posición alzando al fin la vista con las cejas levemente arqueadas.

Ren tenía una convicción fuerte, quizás demasiada pero incluso para él era complicado seguir de esta manera con aquella situación.

Intentaba no recordar el calor del cuerpo ajeno, y más aún aquella dulce voz casi inaudible. Sentía sus manos aun cálidas he incluso podría resituar sus brazos perfectamente para que la castaña volviese a encajar entre su pecho y sus brazos.

Tenía en mente volver a su labor, pero cuando se dio la vuelta y le vio allí tan afectada por lo que acababa de hacer...fue egoísta.
Se arrodillo frente a ella y le acarició el rostro, le observó tan detalladamente como aquella noche en el barrio chino...no, en realidad le estaba observando aún más.

Sucio?...- rio suave por lo bajo, una mezcla de picardía y voz dulce-Eso quiere decir que aquello fue un punto débil?- Acercó su rostro a Ren aun mirándole-No, realmente esto es injusto...- sus ojos brillaron cuando se encontraron con los de ella.


La abrazó más fuerte, como nunca antes-Es injusto que quiera cruzar la línea... De entre todas las mujeres de Glass city...tuve que fijarme en la que me culpa de que me esté enamorando de ella- se acercó de nuevo a ella acariciando cerca de su oreja derecha con la punta de su nariz.-..-sus dedos se deslizaron por la mejilla de Ren, delicado y suave. El tono de voz volvió a ser profundo-Yo solo he sido así de egoísta contigo, ¿debo detenerme entonces aunque tenga tus labios tan cerca?
 

Spoiler:

Besó los labios de la guitarrista tenuemente, solo casi rozándolos, deslizando los suyos contra los de ella en una unión más bien bastante romántica y falta de brusquedad o de la usual pasión de sus besos. No fue demasiado. Se sonrojo, susurró suave como si lo que fuese a decir fuese un secreto.- Sukidayou...Ren-chan. ¿es demasiado pronto?...Nunca pensé que podrías generar esto en mi...y...lo sé, sé que ambos tenemos una historia pero...

No quiero alejarme de ti, quiero ver más...quiero seguir sintiéndome de esta forma...

La mano del idol acarició su rostro, su mejilla derecha, entrecerrándo automáticamente los párpados de aquel lado de la cara. El contacto era cálido, tan amable y cuidadoso que se sentía como alguien muy preciado, sentía la cara hirviendo, no solo por lo anterior, sino también por la insistente mirada del muchacho sobre ella. Ya no sabía si existía diferencia de temperatura entre ellos, más volteó la mirada en seguida tras la pregunta de Jinguji. ¿Un lugar sensible? ¡Esas cosas no debía preguntarse en una situación como esa! La castaña no sabía como responder sin sentirse sumamente avergonzada.

El mismo chico la reincorporó, sintiéndose de un momento a otro nuevamente entre sus brazos, pero era diferente a la última vez, incluso se sentía muy distinto a aquella vez en el barrio chino. Los brazos del muchacho parecían necesitados de aquel contacto, la presión era firme, pero aún así muy acogedora.-...Y-yo...-musitó, cerrándo los ojos con brusquedad al sentirle de nuevo, su ronca voz resonaba en sus oídos, tan cerca.

Abrió sus celestes orbes de súbito al sentir sus labios sobre los de ella, no reaccionaba, se encontraba atónita. Cuando su mente dejó de estar en blanco, lo que le tomó unos segundos en los cuales no dejaba de ver al pelinaranja pasmada de la impresión, su rostro se coloreó de un fuerte rojo, no mentiría al decir que sus orejas ardían e incluso sus manos podría encontrarse sonrojadas.-...Y-y-y-y-yo...-Su nerviosismo podía arruinar incluso todo el esfuerzo del idol por decir aquellas palabras tan importantes, por lo que decisió no hablarle hasta calmarse, sino terminaría tartamudeando cada sílaba. Llevó ambas manos hasta su rostro, cubriendo aquel farol carmín que tenía por cabeza.

Se encontraba realmente sorprendida, no solo por lo que había ocurrido, sino por el como había ocurrido. Era conciente de que seguramente había sido culpa suya, nunca se percataba de como actuaba ni como repercutiría en los demás...¡Y Ren! Él parecía otra persona, el idol tan pasional del que todo el mundo hablaba, aquel hombre coqueto que aparecía en las revistas, en realidad era un chico tan dulce y tímido para demostrar su afecto, casi como un chico de preparatoria.

-¡Yo! ¡No sé que hacer!-dijo con total sinceridad, con una expresión digna de ser motivo de risas, pues la confusión seguía siendo protagonísta de la misma, más sus mejillas sonrojadas a más no poder seguían ahí y fácilmente se podían ver pequeñas Rens corriendo en círculos dentro de su cabeza.-P-pero...Sería...una mentira...decir...que no he sentido nada...-concluyó en un fuerte intento de aclarar su cabeza.

Estaba viéndole a los ojos, allí, exponiendo todo su nerviosismo oculto en su suave susurro. Pero claramente eso ya no era casi posible, su rostro estaba sonrojado por aquellas palabras dichas.

Se separó levemente, le dio un poco de espacio. Miraba desde arriba a la chica que estaba tratando de ocultar su rostro entre sus dos manos. Al estar en diferentes alturas debido a sus estaturas, con ese pequeño factor la castaña parecía aun más adorable a sus ojos- Me...gustaría decir lo siento, pero nunca he sido un hombre que se arrepienta de lo que hace- sonrió con cierto nerviosismo, mirando a su lado y a Ren aleatoreamente-

Volteó el rostro de nuevo ante la confesión tan sincera de la guitarrista, pestañeo unas cuantas veces y luego miró al suelo con una sonrisa algo melancólica.

"Demasiado precipitado Jinguji, que esperabas..."

P-pero...Sería...una mentira...decir...que no he sentido nada...

Eh?...-su rostro volvió a mirarle, completamente fuera de entender lo que había escuchado, es más, se tomó su tiempo en procesarlo. Se llevó una mano a los labios ocultándolos y se quedó allí, viéndole, tan solo tratando de dilucidar los sentimientos de la castaña mientras que sus celestes ojos brillaban por la emoción.

Suspiró, intentó calmarse, todo aquello que sentía no era algo pasajero y eso lo sabía, pero no podía obligar a Ren a ser tan pasional como él- Esta bien...enserio así esta bien...Si al menos he logrado que sientas algo, o he encendido una pequeña llama en tu pecho...está bien...

Quiero conocer más de esta hermosa chica que me ha hechizado a tal punto que me he olvidado de ser razonable. Me siento culpable, no lo voy a negar...después de todo, tú y yo aun estamos enamorados de otros ¿no es así?- acarició su rostro y le concedió una sonrisa algo nostálgica- Conozco aquellas miradas, esas que delatan a una mujer que no ha podido olvidar a su amor tan ferviente...la vi, un millón de veces pero eso no me detuvo, puedo estar a tu lado sin obligarte a amarme, de verdad puedo hacerlo...- Cerró los ojos tranquilamente- Ya te lo dije, no quiero que olvides aquel sentimiento, sería un idiota si lo pidiera porque ni siquiera yo puedo acatar eso...pero, hasta entonces...hasta el momento en que realmente sepamos que sucede con nuestro corazón¿Estaría bien el estar a tú lado y si tú lo deseas estar junto a mi? -posó su frente sobre la de ella y volvió a sonreírle- ¿Puedo permanecer a tu lado...Usako?

Quizás podría parecer exagerado, pero la castaña era demasiado emocional en todas sus sensaciones, sentía que con el nerviosismo incluso se le hacía dificil el respirar con normalidad, sentía una enorme opresión en su pecho que le dificultaban el inhalar o exhalar, casi como si un sentimiento hubiese llenado su pecho y no quedara suficiente espacio para el aire.

Bajó lentamente su rostro al escucharle, era cierto, esos sentimientos estaban fervientemente arraigados en su corazón, se sentía realmente culpable por no poder responder directamente a los sentimientos del Idol, aun cuando él mismo estaba pasan por algo bastante similar. Maldecía su corazón, en realidad los de todos, por ser tan dual, tan dividido y complicar las cosas aun más de lo que ya estaban, pese a que Jinguji parecía ser como agua tibia para ella, le calmaba y sentía todo mucho más ligero. El roce de la piel ajena en su frente reincorporó su mirada hasta los ojos color cielo, retomando el rubor en sus mejillas en solo un instante.

¿Usa...ko?

No pudo evitar soltar una pequeña risilla al escucharle con ese apodo tan dulce, ¿era como el juego del lobo y el conejo? pues entonces tendría que tener cuidado con el pelinaranjo, y es que era él quien se ponía en el papel de malvado.-¡Un! -asintió suavemente.- Permíteme permanecer a tu lado nuevamente, por favor-respondió quizas de una forma demasiado formal, era parte de ella después de todo.-Ookami-san

Era una forma egoísta de vivir, lo tenía más que claro, en algún momento debería afrontar la realidad y ambos deberían despertar de este sueño tan cliché y dulce...irónico, porque ambos odiaban aquel sabor'quizás era también el verdadero sabor de esta "relación"...era amarga, como si estuviera comiendo un bombón de chocolate amargo...pero el odiaba el odiaba esa golosina...

"Siempre he sido del tipo de hombre que entrega cuando debe hacerlo, si en este momento tengo que ayudarla, haré mi esfuerzo porque ella siga sonriendo...más sé que ambos en algún momento no podremos seguir, ella...tan encadenada al amor de un hombre que ni siquiera conozco, que secretamente me gustaría juzgar o quizás entender porque ama tanto...y yo...simplemente enamorado hasta no poder decir basta de la única persona quién puede noquearme...my dear honey...pero, está bien, estará bien bien mientras dure. Puedo estar a su lado sin hacer esto más dificil. Diré basta cuando alguno de los dos deba irse del lado del otro"

Ren vio su sonrisa, fue nostálgico ver esa escena, casi como un deja vú...él allí creando hermosos recuerdos con una chica que aún ama a otro hombre y a su vez en otro lugar alguien esperaba por él.

"A final de cuentas...hice lo mismo que otoya..."

Suspiró y sonrió ladino ante el sobreenombre, incluso con un apodo sólo para él. Atesoraría estos momentos, los pondría en una canción más tarde. Debería llamar quizás en la noche a su fiel amigo Masato para pedirle un consejo más bien porque realmente necesitaba que lo regañaran, necesitaba la voz de la razón de Hijirikawa...y luego...comenzaría a preparar el concierto y todo lo que conllevaba aquello, enfrentar todo esto.

-Asintió ante la petición de ella mostrando aquellos modales que bien enseñados traía desde su infancia- Por favor, cuida de mi...-ladeó el rostro y se irguió en pie, extendiendole la mano- Sigamos hasta que todo esto se aclare, Usako-

El Jinguji terminó los preparativos de aquella cena, un cuidado especial en cada detalle...algo que simplemente hacía sólo para sus más cercanos. Más tarde deberían volver a su clase, esta vez se enfocaría en lo que tenía que hacer, después de todo se las estaba dando de profesor.