Entrenamiento vocal [Libre]

Este día estaba transcurriendo con normalidad, por extraño que sonara esta vez Michael no estaba de mal humor y el trabajo que tenía para hoy ya casi lo terminaba. Desde el incidente que tuvo cuando encontró a la chica periodista trató de cuidarse un poco más, claro que no dejaba de trabajar en exceso y salir del sello a altas horas de la noche, de todos modos su vida social estaba casi nula, pero esto lo tenía sin cuidado, no le preocupaba mucho. Pero cambió algunos hábitos, como dormir una vez que llegara a su departamento y no seguir trabajando y salir a la hora de comer establecida den la empresa y no quedarse.

Por esto mismo es que se encontraba caminando por los pasillos, con su típica ganardina negra, pantalones negros y, para variar un poco, la camisa gris. Dada zancadas grandes debido a sus largas piernas, mirando hacia enfrente pero de vez en cuando a los lados por si algo inusual pasaba a su alrededor, él estaría listo para actuar en cualquier situación. Claro que este reflejo ya no se podia deshacer de él, en los barrios rojos tenías que estar siempre en todo o podrían quitarte tus pertenencias e incluso más que eso. Todos parecía sin ninguna anormalidad, pocas personas caminaban de igual forma en los pasillos, las personas que también iban a ir a comer las cuales al verlo solo lo saludaban y aunque trataban de finjir aceleraban el paso para no estar a su lado o pasar mucho tiempo con él pues intimidaba un poco.

De repente se detuvo, en un principio solo sus ojos volteaban a ver esa puerta entre abierta, ahora todo el rostro miraba hacia ella. Estaba en la sala de enayo pero era raro encontrar a una persona en aquella instalación por lo que decidió investigar un poco. Caminó hacia aquella puerta y la abrió recargándose en el marco de la puerta observando que dentro había una chica, sentada en el suelo de manera extraña. No pudo evitar el verla pues actuaba de manera extraña y era la primera vez que la veía, no sabía quien era y que oficio tenía en el sello, pero era fácil deducir que era vocalista o músico por el area en el que estaba trabajando.

Estuvo observando a la chica durante algunos minutos, un poco curioso por saber cual era el talento que poseía pero parecía ser que ella no estaba del todo bien de su salud, así que el no podría ver sus capacidades. Estuvo muy concentrado que no se percató cuanto tiempo estuvo observándola hasta que se levantó y volteo a verla. Notó la sonrisa, él solo se le quedó mirando sin devolverle la sonrisa. No es que fuera grosero pero él no sonreía mucho o usualmente-Michael Russo- Él se presentó dando algunos pasos para poder estar ya totalmente adentro de la sala de ensayos, ya no era necesario que estuviera en el marco de la puerta.

Negó levemene, dándole la respuesta a la pregunta de la chica sobre si la sala estaba pedida- A esta hora la sala no se toma, normalmente el personal se va a comer- Comentó volviendo a quedarse callado, estudiando un poco más el lugar que le rodeaba para después volver a posar sus ojos en los de la chica, la cual parecía una chica tímida con facciones delicadas. Ladeo un poco la cabeza- Parece ser que está enferma de la garganta, no debe de forzar la voz si es su medio de trabajo, puede empeorar-

Por lo poco que vio llegó a la conclusión de que la chica era cantante, alguien nuevo en el sello pues de vez en cuando Michael revisaba la ficha de los trabajadores y en su última revision ella no se encontraba. A pesar de que le mencionó lo de no trabajar la garganta sentía admiración por la determinación de la chica, el que quisiera cantar estando enferma indicaba que le ponía empeño y pasión a lo que hacía- ¿Es nueva en el sello?

También dio unos cuantos pasos para ya no estar cerca de la puerta y parecer que en cualquier momento se quisiera ir. Tal vez se quería quedar para así no tener que ir a comer, esa era una de sus excusas pero había otra más poderosa y era que no podía pasar por alto a una persona si se encontraba en un problema o en este caso enferma. Solo la escuchaba sin cambiar su expresión o cambiandola pero de manera casi imperceptible y es que aún estaba viendo la situación y viendo cómo es que el dolor de garganta era tal que incluso el hablar le dolía.

Sólo asintió cuando le preguntaba si trabajaba aquí, alzando levemente una ceja como preguntando si en verdad se veía como alguien que entrara a robar o algo por el estilo, o a lo mejor y era tímida la chica y lo único que quería era tratar de hacer plática- Trabajo en otra área, soy manager- Dijo sin más, ni dar tanta explicación- No entiendo cómo es que querías practicar, en tu estado incluso te es muy doloroso hablar, si quisieras volver a cantar lo que conseguirás es lastimarte y sentir más dolor- Su voz sonaba calmada pero tenía cierta carga de regaño, de manera paternal. Sacó del bolsillo su mano y lo llevo a sus labios en modo de silencio- Ya no hables tanto, tu garganta necesita estar en reposo- Volvió a guardar la mano en el bolsillo.

-¿Que estás tomando para la garganta? ¿Té con miel?- Dijo mirando de reojo el termo y se inclinó, esto debido a la diferencia de estaturas, de este modo la chica podría hablar bajo y él escucharla perfectamente- También te serviría mucho tomar medicina, puedo ir rápido a alguna farmacia.

Parece haber funcionado lo de agacharse, ella ya no hacía más esfuerzo pero quería aliviarle totalmente el dolor que sentía por la posible infección de garganta que tendría, claro que no iba a ser posible, no en ese día y no él, un médico tendría que revisarla para ver qué tratamiento sería bueno para que se curare completamente. Era un poco gracioso pues él era como ella. No importaba que tan enfermo estuviera, él siempre trabajaría, pasando de largo su salud, incluso prefería evitar los doctores, pero claro ella era distinta y Michael se preocupaba mucho por las otras personas, más si eran mujeres pues en él despertaba su “instinto paternal”.

Si ella hubiera negado su ayuda él seguría insistiendo hasta que obtuviera una respuesta positiva; en caso de que ella siguiera negando no tendría más opción que hacerlo sin su consentimiento pero por fortuna no tuvo que llegar a esos extremos, ella aceptó sin oponerse. Sintió una pequeña punzada de ternura al verla casi llorar, no le gustaba ver a las mujeres sufrir por lo que, a pesar de que apenas se conocían, se quitó el guante izquierdo para posar la mano en la cabeza de la chica, así trataría de tranquilizarla- Tranquila…- Susurró de manera suave, un poco paternal, demostrando que tenía preocupación por ella.

Para no preocuparla demás o hacerla sentir incómoda, retiró rápido su mano pero sin incorporarse todavía- Ambos somos parte del sello, tenemos que cuidarnos mutuamente. Mientras voy por la medicina no te muevas del lugar. Si viene alguien y empieza a hacerte preguntas diles que te encuentras bajo mi responsabilidad, al igual que el permiso de que estés aquí. Si tienen algo que decir puedes decirles que me busquen más tarde en mi oficina- Dicho esto por fin se incorporó dándole un ultimo vistazo a la chica antes de salir del sala e ir a la farmacia por las medicinas y algunas compresas frías.

Tardó 25 minutos en volver con todo.

Mientras caminaba hacia la sala de ensayos revisaba en la bolsa lo que había comprado, cersiorándose de que era todo lo que se necesitaba, era la segunda vez que lo hacía pero necesitaba estar 100% seguro de que no había olviado nada pues ya la había dejado sola mucho tiempo gracias a que en la farmacia había mucha gente. En el transcurso chocó con algunas personas, algunas solo lo miraban con el ceño fruncido, le pedías una disculpa y otras le daba disculpa pero él no se detenía en ninguno de los casos. Estaba muy concentrado y tenía una prioridad que aquellas formalidades.

Una vez que llegó tocó suavemente la puerta avisando que había llegado para posteriormente entrar y buscarla con la mirada, también si había alguien más en la habitación pero no, estaba en total silencio y con una sola persona dentro. Pudo localizar a la chica dormida. Se le quedó mirando por algunos segundos, por fin estaba descansando. Ladeo un poco la cabeza pensando en que hacer, si despertarla o dejar que durmiera un poco más. No tardó mucho en decidir, se encogió de hombros y con pasos sigilosos, tratando de hacer el ruido menos posible se dirigió a su lado. Iba a dejarla dormir y aunque su hora de comida ya estaba a casi nada de terminar se quedaría hasta que ella se sintiera mejor.

Se sentó buscando entre las bolsas una compresa, una vez que la encontró la llevó a la frente de la chica poniéndola con cuidado y esperando, mirando hacia cualquier lugar.

Dejó de mirar el lugar cuando sintió cómo se movía la chica, había despertado y él quería saber cómo estaba su estado de salud, así que sus ojos se posaron en el rostro de ella viendo que se había agravado un poco. No quería mostrarlo pero se estaba preocupando de que aquello se agravara a tal punto de que tendrían que ir al hospital. Pero ya que estaba despierta tomó la bolsa comenzando a sacar de ella la caja de medicina que había comprado y buscando el termo en el que estaba tomando Natsuko-No es necesario que me pagues, si quieres hacerlo entonces en vez de dinero te pediría que tomaras las medicinas y volvieras a descansar un poco más- Se levantó pues había encontrado el termo a unos pocos metros de ellos, la tomó y se lo dio junto con las medicinas.

Ella se veía realmente mal, esperaba que con la medicina y el descanso se mejorara. Volvió a sentarse a su lado, al mismo tiempo que se quitaba la gabardina.

-Haremos esto, para que te sientas lo más cómoda posible. Primero, trata de estar lo más relajada posible, toma la medicina y duerme, utiliza mis piernas como almohada. Si es demasiado incómodo para ti puedo llevarte a mi carro a que descanses- Explicó tratando de sonar lo más sereno y serio posible para que ella no se pusiera nerviosa. Extendió sus piernas esperando su respuesta pero antes de que ella pudiera hablar hizo una señal- Muestra un dedo si estás de acuerdo con la opción de dormirte aquí, muestra dos si deseas que te lleve al carro. Cualquiera que decided te cuidaré hasta que estés mejor- Le decía mirándola a los ojos, esto era importante, tenía que hacer que entrara en confianza, a pesar de conocerse hace menos de una hora y que él tuviera una apariencia de alguien que en cualquier momento atacaría.

Por sus movimientos y el modo de actuar de ella Michael estaba seguro de que había escogido la primera opción. Él ya estaba en una buena posición donde ella pudiera utilizar su regazo pero nada lo preparó por lo que pasó, incluso se quedó totalmente quieto observandolo cómo es que ella se acomodaba a su manera. Su cuerpo enseguida se puso tenso, más que nada por que hacia tiempo que no tenía ese tipo de contacto con alguien, tan intimo como un abrazo. Y no era mucho de compartir su espacio personal pero si a Natsuko le servía entonces él no pondría ninguna objeción.

Aún cuando ella ya se había acomodado tardó para envolverla entre sus brazos, ahí notó que la diferencia de complexión era mucha; siendo ella muy pequeña y él la envolvía totalmente y con facilidad. El corazón de Michael en un principio latía con mucha fuerza, necesitaba acostumbrarse el abrazar a alguien más. Si Natsuko pudiera ver su rostro, vería a un Michael sorprendido, decidió que él también debería de descansar o empezar a calmar a su corazón.

Cerró los ojos comenzando a concentrarse en su respiración, su corazón volvía a latir con normalidad. No se dormía por completo por que sentía aún el temblor del pequeño cuerpo, deseaba y se repetía en su mente esperaba que la medicina le hiciera efecto alguno y por lo menos dejara de temblar. Hundió su rostro en cabello de Natsuko, ahora sólo quedaba esperar.