Primera audición para Romeo.

En esa ocasión, Revo le había asignado una tarea bastante interesante. Aún cuando no estaba del todo familiarizado con las obras escolares, en su exitosa juventud tuvo la oportunidad de hacer varias apariciones teatrales transmitidas en televisión, e incluso alguna vez llegó a interpretar un papel co-protagónico en una telenovela. Fuese lo que fuese, tenía la suficiente experiencia y talento para que se le considerase un juez digno de dicha actividad.

Habían pasado un par de muchachos ya. Voces poderosas mas actuaciones un tanto flojas. Ninguno le había convencido realmente.

– Y... El siguiente será... – Reino paseó la vista por la hoja que contenía la lista de postulantes, sin contener su impresión.

¿Eh? ¿Una chica? ¡Qué combinación más interesante!

– Disculpen, la siguiente en postular será Miname Shizuka – se corrigió inmediatamente, volviendo la vista hacia la muchacha que subía a la tarima. – La primera etapa consiste en una evaluación de tu voz. Interpreta alguna canción que creas pueda "calzar" con el personaje de Romeo – indicó sin disimular su interés.

Había llegado a tiempo al auditorio, al entrar vio una fila que era donde se audicionaba para el papel de romeo, colocandose no tardo en ser el centro de las miradas.

¿¡Es que acaso una chica no puede tomar papeles de hombres?

Penso echando humo por las orejas e inflando los mofletes de sus mejillas, camino a paso lento y subió.
Armandose de valor se presento ante el hombre- Vengo a audicionar al papel de Romeo - dijo sonriente y tomando un poco de aire, empezo a cantar:

Spoiler:

Al terminar miro a todos , y camino para retirarse y bajar para que otro chico pasara pero los nervios por haber cantado en frente del jurado le jugaron en contra y se cayo del teatro, encima cayo sobre alguien que amortiguo su caída, pero tambien amortiguo sus pechos sobre el rostro de la persona en cual se habia caido.
- ¡Perdon! por caer encima tuyo -dijo ruborizada

Sonrió ampliamente al ver que la postulante a Romeo tenía suficiente altura para imponer masculinidad si se lo proponía. Era algo poco convencional ver a una chica de varón, pero la idea le parecía fascinante, atípica. La pista de reproducción asignada a la señorita Miname empezó a sonar y el auditorio se llenó de su melodiosa voz, llena de fuerza y pasión, lo que contrastaba completamente con su dulce apariencia.

No supo si fue por timidez pero antes de que Reino pudiese decir nada sobre su presentación o dar indicaciones sobre la segunda prueba, la muchacha se había retirado del escenario ya... Y de forma bastante estrepitosa.

– ¡Wait, miss~! ¡La audición aún no termina! – Le llamó abandonando su asiento y apartando bruscamente a los asistentes que solían acompañarle. Con una maniobra casi semejante al parkour se arrimó sobre el escenario y corriendo en dirección hacia las bambalinas apartó con violencia el telón que le separaba de la bochornosa escena.
– Rómpete una pierna, dicen~ – murmuró, conteniendo inútilmente la risa.

Si había algo que Delta odiaba eran los institutos. El bullicio, los niños escandalosos, las personas pretenciosas que abundaban en esa maldita escuela, aquellos que creían ser los dueños del mundo por unas simples buenas calificaciones. Críos sin remedio, no saben lo que les aguarda en el sello. No lo soportaba, y aún así no entendía por qué había accedido ayudar en semejante labor. Una obra escolar, ¡menuda burrada! ¡Romeo y Julieta, encima de todo!

Reino, de alguna u otra forma, era de esos mánagers que conseguían engatusar con gran facilidad a cualquiera que se propusiera. Pues aún no me explico por qué estoy aquí...

Había llegado tarde como acostumbraba, mientras paseaba la vista por el auditorio el peso de algo cayó sobre sí, no solo desviándole de sus pensamientos sino que también consiguiendo que perdiera el equilibrio y se desplomase en el suelo. Sentía la visión completamente bloqueada por el cuerpo de una bella chica, rubia y de proporciones sumamente marcadas. Delta la apartó sin ninguna delicadeza, furioso.

– Piérdete. – Bufó con el ceño notoriamente fruncido, apretando uno de sus senos con más rabia que deseo. Detestaba a las mujeres demasiado voluptuosas, lo único que hacía eran complicarle la vida, sus dotes interferían con el esquema de sus diseños.

Sentí el contacto de una mano en mi pecho, sin poder retener el sonido solte un gemido.
- ¡Ahm! - para despues levantarme avergonzada y enrabiada porque este rubio maleducado me habia tocado descaradamente, aunque también tenia parte de la culpa por caerme del escenario...
-Perdon por caerme encima de usted... No volvera a suceder, y tampoco el hecho que me vuelva a tocar los senos - dije lo ultimo con rabia y roja de verguenza.

Estoy segura que esa "cosa" y él podrían llevarse de maravilla.

La situación le pareció bastante divertida, asomado hacia las bambalinas Reino se carcajeaba tranquilo. Claro, hasta que vio que quien se encontraba bajo el cuerpo de Shizuka no era otro que Delta, el estilista que había requerido para el diseño de los vestuarios. Era un sujeto de muy malas pulgas, apenas vio su reacción Reino supo que las cosas se estaban saliendo de su control.

Mierda...

- Va, va, cálmense los dos - dijo acercándose a ambos con su acostumbrada postura de tipo despreocupado. Con las manos hundidas en los bolsillos, se dirigió hacia la rubia: - Señorita Miname, necesito que vuelva al escenario. Aún le falta dar la prueba de actuación - requirió con amabilidad, para luego volverse hacia su quisquilloso colega. - Y tú... - su semblante cambió ligeramente.

Gesticuló más molestia de la habitual pues consideraba sumamente inapropiado que un profesional de su categoría le hubiera metido mano a una alumna, aún si solo era para regañarla, dejaba mal parado a todo el sello con esa clase de actitudes. Pero no podía ser demasiado estricto con él, después de todo le estaba haciendo un favor.

- Solo... Compórtate - masculló después de soltar un pesado suspiro. Alzó sus manos hacia los hombros de Shizuka y dirigió su andar en dirección al escenario.

Delta se incorporó bastante molesto, ¿quién se creía que era Reino para fastidiarle? Vale, tampoco estaba en posición de decirle nada. Una vez de pie, se limitó a fulminar a la chica con la mirada.
– Escucha, cariño, yo toco lo que quiero y cuando se me da la remilgada gana – se dirigió a ella con brusquedad, ignorando por completo sus disculpas. Sin previo aviso deslizó su mano hacia el mentón de la rubia, sosteniéndolo entre su índice y el pulgar con una fuerza desmedida, como si planeara romperle la mandíbula. – Si escucho de tu boca otra insolencia me encargaré personalmente de arruinarte la carrera de por vida. ¿Has entendido?

Sin agregar nada más, la soltó con violencia y se alejó a paso rápido, adentrándose en las bambalinas, lugar que le correspondía al diseñador. No toleraría que Reino eligiese a esa mujer, tuviera el papel que tuviera, sus pechos eran demasiado grandes. Diseñarle un traje con semajante proporción le resultaba un fastidio.

Como olvidándose de algo, se volvió hacia ellos con una mano depositada en el pomo de una puerta.
– Más te vale ser cuidadoso en tus elecciones, Reino. – Dicho esto, desapareció cerrando abruptamente tras de sí la puerta del camarín.

Senti ganas de matarlo con mis propias manos por el hecho de que no era nada amable, ¿quien se cree al decir que puede tocar lo que el quiera? No soy una mujer facil de esas que puede tocar como si nada.
- ¡Rubio falso! - grite con todas mis fuerzas, sacando la lengua como lo haria una cria cuando esta enojada. - ¡Y no te tengo miedo!

Al ver que se iba respire hondo y mire a Reino. - ¿En que consistira la prueba de actuacion? - pregunte curiosa.

Una vez en el escenario, Reino se rió abiertamente al escuchar que la muchacha llamaba al estilista rubio teñido. Desconocía si su cabello era natural o no, pero no dejaba de hacerle gracia pues era precisamente el tipo de sujetos que se encargaban de las tinturas, lo quisiera o no, el apodo le quedaba. Reino aún no tenía idea si Shizuka quedaría o no seleccionada para el papel de Romeo, pero en caso de ser así habría problemas, pues claramente a Delta no le gustaría confeccionarle la ropa. Pero ¡qué se le iba a hacer! Los profesionales estaban constantemente soportándose entre sí, y aún no era completamente seguro de que eligiese a esa muchacha...

- ¡Hey, cuidado con lo que dices! ¡Mi cabello tampoco es natural! ¡Jajajaja~! - Le recordó a la jovencita, indicándole con el índice su propia cabeza coloreada de rojo y amarillo. Dicho esto, hurgó en su bolsillo un pequeño libro que traía consigo para todas partes. No era nada más ni nada menos que la novela de Shakespeare, Romeo y Julieta. - Para la segunda prueba tendrás que interpretar una escena de tu personaje. Ya sabes, te daré un extracto del diálogo y debes recitarlo de memoria, además de actuar como Romeo - le explicó a Shizuka sin observarle, mientras hojeaba el libro hasta detenerse en algún punto. - Te daré cinco minutos para que te aprendas estas líneas, ¿de acuerdo? - Dijo, entregándole a la chica el texto, indicándole el párrafo al que se refería.

Reino acercó sus pasos hacia el filo de la tarima, y con un brinco descendió de ella.
Del acto 2, escena 2. Este apuntaba:

“¿Qué resplandor asoma por aquella ventana? ¡Es el Oriente y Julieta, el sol! Surge, esplendente sol, y da muerte a la envidiosa luna que ya palidece y enferma, pesarosa de que tú, su doncella, seas con mucho más hermosa. No seas su doncella, que es envidiosa; su mando de vestal, verdoso y enfermizo, sólo bufones osan llevarlo; deséchalo. Es mi señora. ¡Oh, es mi amor! ¡Oh, si supiera lo que es!”

Cinco minutos... no es tan malo, es un tiempo perfecto para aprender esas lineas pero primero que todo debo arreglarme para lucir mas como chico.

Me acerque a las bambalinas a buscar un par de cosas, primero una cinta para poder enrollarla en mis pechos para hacerlos ver mas chicos. Apreté con fuerza para que no se salieran, solté mi cabello y lo amarre en una cola alta, tirando mi chasquilla hacia atrás. Listo, ahora me quedaban tres minutos y medio para aprenderme el dialogo, tomando el guión que Reino me entrego, lo leí.

Retrocedí un poco, mirando un punto, cerré mis ojos para buscar esa luz... Ahora, que empiece la actuación.

-¿Qué resplandor asoma por aquella ventana? - dije mirando hacia donde debía estar Julieta asomándose y alzando mi mano de forma como si la invitara a que saliera -¡Es el Oriente y Julieta, el sol!- dije cerrando mis ojos y llevando mi mano al pecho- Surge, esplendente sol, y da muerte a la envidiosa luna que ya palidece y enferma, pesarosa de que tú, su doncella, seas con mucho más hermosa.- Abriendo de nuevo mis ojos, me acerqué mas a donde debía estar el balcón aunque no se encontraba ahí e imaginarlo era mi única opción.

-No seas su doncella, que es envidiosa; su mando de vestal, verdoso y enfermizo, sólo bufones osan llevarlo; deséchalo- dije haciendo un gesto como si lanzara algo con mi mano pero de forma sutil, el movimiento que se hace al correr algo en una mesa, deslizando los objetos hasta hacerlo caer.
-Es mi señora. ¡Oh, es mi amor! ¡Oh, si supiera lo que es!- Alce un poco mi voz para que se escuchara, mirando de forma suplicante y amorosa el balcón, para ver salir a mi amada de ese lugar.

Al terminar los diálogos respire hondo y mire a Reino, sonriendo con alegría
- Listo - dije soltando mi cabello y volviendo a tomarlo en mis dos coletas, deshice el nudo de la cinta que afirmaba mis pechos y al sentir como se soltaba pude respirar mejor. Me quedé quieta y espere la respuesta.

Reino se hizo espacio entre los profesores, esperando que esta vez la señorita Miname pudiese ejecutar la segunda prueba sin ningún altercado. La intromisión de Delta le había supuesto un leve retraso, y quedaban varios chicos que ansiaban audicionar al otro lado de la puerta. Por suerte, los aspirantes a Romeo eran ligeramente más soportables que las que querían el papel de Julieta, quienes solían ser chiquillas con complejo de diva y muy poca paciencia, pero en cantidad eran bastante similares.

Dejó escapar un suspiro pero al volver la vista hacia el escenario se percató de que Shizuka brillaba por su ausencia. Antes de que pudiese siquiera abrir la boca, la rubia había regresado de las bambalinas con una nueva apariencia, más masculina. Reino sonrió con interés, le agradaba mucho la iniciativa de aquellos alumnos que recurrían al disfraz. Después de unos minutos y sin la necesidad del libreto, la joven presentó su actuación.

Los profesores garabateaban en su registro los datos pertinentes: puesta en escena, memoria, modulación, interpretación y desplante. Pero Reino no necesitaba leer la pauta ni el guión, ya con tantas pruebas y ensayos se los sabía de memoria. Una vez Shizuka anunció haber terminado, el mánager palmeó con ligereza, sin ser tomado en cuenta por los otros jueces.

– Oh~ ¡Qué memoria! Eso ha sido interesante – comentó llevándose una mano hasta el mentón. – En el registro que te darán verás la crítica y el puntaje obtenido en esta prueba, pero descuida, lo has hecho de maravilla. Tomar un papel del sexo opuesto siempre significa un gran desafío, pero creo que tienes suficiente determinación – dijo de forma agradable mientras los profesores cuchicheaban entre ellos. – En un par de semanas tendremos los resultados, esté atenta señorita Miname – le pidió para finalizar, esperando que la bella y valiente muchacha descendiera del estrado. – Siguiente.

Con alegria y sin poder contener la emoción salto de felicidad -¡Si lo hice bien!- con euforia saltaba como una niña chica que recibía una buena nota , aunque no era anuncio de que quedaba en el papel, no habia problema en ello.
Hacia mucho tiempo que no era felicitada y serlo era mas que una alegría, bajo del escenario con una sonrisa dibujada en su rostro y por un momento espero alguna caricia en la cabeza como lo hacia el chico a quien ella siempre cuidaba... pero eso solo le hizo recordar que nunca mas volveria a sentir esa caricia.

La mirada se apago un poco y la sonrisa disminuyo quedando solo la mueca de una sonrisa fingida.

Que tonta eres Shizuka... nunca volverás a sentir esa mano en tu cabeza...
Ocultando su vista en su flequillo hizo una reverencia ante los jueces - Muchas gracias por haberme dejado audicionar para el papel, espero que mi actuacion haya sido de su agrado - dijo con voz temblorosa y tratando de controlar ese sentimiento de tristeza , se incorporo y se retiro sin antes derramar unas pequeñas lagrimas.

El pasado no puede volver a recontruirse, esta hecho, como dicen los humanos la leche que ha sido derramada no se puede volver a reponer...

Extrañado, Reino se volvió a ver cómo la pequeña estudiante bajaba del estrado y reverenciaba a los jueces en agradecimiento. Era un gesto dulce, pocos alumnos habían tenido tal deferencia. Tal vez por esa misma razón varios de los profesores levantaron la vista hacia la joven, expresando cierta sorpresa. Es una buena niña... pensó al cabo de un momento, mientras asistía a Katherine con los papeles de los alumnos restantes.

Pero antes de volver al trabajo, el mánager observó a Shizuka de reojo, captando cierta humedad que enrojecía sus lagrimales. Se volvió en definitiva, sorprendido, pero ella ya se había marchado.

¿Necesitaré gafas?

Sin agregar más, llamó al siguiente nombre en la lista. Las audiciones debían continuar.