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Tercera audición para la banda.
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Tercera audición para la banda.
Llevaban toda la tarde allí, los estudiantes iban y entraban al auditorio con sus instrumentos, exhibiendo su talento sobre el escenario y esperando ser elegidos para participar en ese evento tan particular que traía a todos de cabeza. Convenientemente no tardaban más de diez minutos en la prueba, a diferencia de los aspirantes a un papel, lo que se agradecía mucho pero tanto él como sus colegas -los profesores asignados como jurado- estaban hartos.
Reino se hundió en su butaca a medida que estiraba un poco el cuello, ansiando relajo y un buen cigarrillo. Pero ni ese pequeño lujo podía darse, estaban en un instituto y Revo le había dejado entendido que se prohibía fumar allí.
Le dolían mucho los hombros y la paciencia se le estaba agotando, cosa sumamente anormal en él. Mantener la postura del sujeto deferente que se entiende bien con los jóvenes era algo perecedero incluso en Reino, quien trabajaba con adultos hechos y derechos. Aún si muchos de los recién ingresados al sello eran menores el solo tratar con ellos en un ambiente "profesional" cambiaba todo, el trato, las libertades y los modos.
– Francesca Gra... ziani – llamó a través del pequeño micrófono de mesa, leyendo con dificultad. – ¿Qué demonios pasa en este colegio? ¡Solo llegan extranjeros! – Comentó ligeramente divertido a sus compañeros, no era primera vez que se le complicaba pronunciar el nombre del siguiente en postular.
Tampoco le extrañaba demasiado, Musette era una escuela de prestigio a nivel mundial y cualquier músico que se preciara querría estar allí. Era usual recibir alumnado de todas partes, la fama de la academia y del sello eran la principal razón por la que el festival escolar generaba tantas revueltas entre mánagers y estudiantes, tendrían la oportunidad de desplegar sus habilidades frente a los grandes exponentes del sello y, quién sabía, sin la necesidad de tener mucha suerte un caza-talentos podía fijarse en ellos.
Reino se hundió en su butaca a medida que estiraba un poco el cuello, ansiando relajo y un buen cigarrillo. Pero ni ese pequeño lujo podía darse, estaban en un instituto y Revo le había dejado entendido que se prohibía fumar allí.
Le dolían mucho los hombros y la paciencia se le estaba agotando, cosa sumamente anormal en él. Mantener la postura del sujeto deferente que se entiende bien con los jóvenes era algo perecedero incluso en Reino, quien trabajaba con adultos hechos y derechos. Aún si muchos de los recién ingresados al sello eran menores el solo tratar con ellos en un ambiente "profesional" cambiaba todo, el trato, las libertades y los modos.
– Francesca Gra... ziani – llamó a través del pequeño micrófono de mesa, leyendo con dificultad. – ¿Qué demonios pasa en este colegio? ¡Solo llegan extranjeros! – Comentó ligeramente divertido a sus compañeros, no era primera vez que se le complicaba pronunciar el nombre del siguiente en postular.
Tampoco le extrañaba demasiado, Musette era una escuela de prestigio a nivel mundial y cualquier músico que se preciara querría estar allí. Era usual recibir alumnado de todas partes, la fama de la academia y del sello eran la principal razón por la que el festival escolar generaba tantas revueltas entre mánagers y estudiantes, tendrían la oportunidad de desplegar sus habilidades frente a los grandes exponentes del sello y, quién sabía, sin la necesidad de tener mucha suerte un caza-talentos podía fijarse en ellos.
Reino- Moderador
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Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: Tercera audición para la banda.
No tenía mucha idea sobre a lo cual se estaba postulando, si bien había leído con atención los carteles y los requerimientos necesarios para participar de la obra, llevaba recién unos cuantos días en la prestigiosa Mussette y cierto deje de inseguridad se notaba mientras caminaba por los pasillos de la famosa institución en busca del auditorio en el cual se estaban haciendo las audiciones. No sabía muy bien a qué tipo de jurado se enfrentaría, pero probablemente serían personas del sello, expertos que se fijarían muy bien en cada falla de su interpretación, era imposible que no apareciera algo de nerviosismo en aquella situación, no obstante, aquello era algo que no le preocupaba demasiado, quería participar, pero no se daría un tiro si no quedaba dentro de la banda.
No sabía muy bien donde se ubicaba el auditorio, y según su reloj estaría llegando algo tarde para su turno, por lo que sus pasos lentos e inseguros, se convirtieron en prácticamente una carrera por encontrar el lugar. Iba con su querido instrumento y su mochila, ya se había acostumbrado a llevar aquel peso sobre sus espaldas.
Tardó un poco en encontrar el famoso lugar, a penas llegó preguntó a uno de los estudiantes que se encontraban esperando por su turno si es que la habían llamado, para su mala suerte ya llevaban unos cuantos minutos esperándola, por lo que se apresuró en pasar a delante.
- Buenas tardes, yo soy Francesca Graziani... - Dijo con la respiración algo agitada, había corrido por todo el lugar anteriormente. Arregló su cabello detrás de la oreja y soltó un pequeño suspiro.- Disculpen la demora... Es que... no encontraba el auditorio... Soy nueva por aquí y no me ubico para nada... - Observó al jurado, y le llamó la atención uno de los jueces, poseía un cabello algo... singular. Rió por lo bajo, para luego volver a ponerse seria, probablemente debían estar cansados de escuchar tantas interpretaciones en un solo día y aburridos de haber tenido que más encima esperarla.
No sabía muy bien donde se ubicaba el auditorio, y según su reloj estaría llegando algo tarde para su turno, por lo que sus pasos lentos e inseguros, se convirtieron en prácticamente una carrera por encontrar el lugar. Iba con su querido instrumento y su mochila, ya se había acostumbrado a llevar aquel peso sobre sus espaldas.
Tardó un poco en encontrar el famoso lugar, a penas llegó preguntó a uno de los estudiantes que se encontraban esperando por su turno si es que la habían llamado, para su mala suerte ya llevaban unos cuantos minutos esperándola, por lo que se apresuró en pasar a delante.
- Buenas tardes, yo soy Francesca Graziani... - Dijo con la respiración algo agitada, había corrido por todo el lugar anteriormente. Arregló su cabello detrás de la oreja y soltó un pequeño suspiro.- Disculpen la demora... Es que... no encontraba el auditorio... Soy nueva por aquí y no me ubico para nada... - Observó al jurado, y le llamó la atención uno de los jueces, poseía un cabello algo... singular. Rió por lo bajo, para luego volver a ponerse seria, probablemente debían estar cansados de escuchar tantas interpretaciones en un solo día y aburridos de haber tenido que más encima esperarla.
Invitado- Invitado
Re: Tercera audición para la banda.
Si, aquél era un largo y pesado día... Y lo seguiría siendo sin duda. Eso se decía Reino al notar que la aludida no respondía al llamado, uno de sus colegas le sugirió seguir con la función, después de todo una gran fila se acumulaba a puertas del auditorio y no había tiempo que perder. El mánager arqueó una ceja, un tanto reacio a la idea de saltar un turno sin esperar siquiera unos minutos puesto que incluso para las audiciones del sello habían algunos retrasos.
Tampoco podía pedir mucho de un montón de chiquillos que poca idea tenían de lo que era el mundo profesional. Se resistió al plan pero al cabo de unos minutos la muchacha se presentó, siendo recibida por las miradas llenas de desaprobación del jurado, no así con Reino quien se limitó a darle las indicaciones pertinentes con una cándida sonrisa.
– Has llegado un poco tarde Francesca, así que acomódate, no hay tiempo que perder – le indicó pronunciando la "ces" de su nombre como "ches", sin estar realmente seguro de que así se decía pues poco y nada sabía de italiano. – ¿Qué instrumento tocas? – Preguntó fugaz en lo que hacía una breve revisión de papeles. – Como sabrás, esta primera prueba consiste en ver si estás calificada o no para ser miembro de la orquesta. Puedes interpretar cualquier melodía que conozcas para darnos una muestra de tu estilo y destreza.
Mantenía la espalda bien erguida en la butaca, permitiendo que el micrófono de mesa amplificara su voz sin tener la necesidad de inclinarse. Estaba cansado, si, pero sabía que su dolor sería peor si se encorvaba.
La postura, hombre, la postura.
– También existe un pequeño grupo de miembros que trabajarán hombro a hombro conmigo para la adaptación de canciones que calcen con el perfil de la obra. Si logras tener un buen desempeño podrás tomar esta segunda prueba, la cual es completamente opcional y consiste en interpretar una de tus propias composiciones. Pero claro, solo si te animas. – Decidió mencionarlo para permitir a la jovencita organizarse con su decisión.
Tampoco podía pedir mucho de un montón de chiquillos que poca idea tenían de lo que era el mundo profesional. Se resistió al plan pero al cabo de unos minutos la muchacha se presentó, siendo recibida por las miradas llenas de desaprobación del jurado, no así con Reino quien se limitó a darle las indicaciones pertinentes con una cándida sonrisa.
– Has llegado un poco tarde Francesca, así que acomódate, no hay tiempo que perder – le indicó pronunciando la "ces" de su nombre como "ches", sin estar realmente seguro de que así se decía pues poco y nada sabía de italiano. – ¿Qué instrumento tocas? – Preguntó fugaz en lo que hacía una breve revisión de papeles. – Como sabrás, esta primera prueba consiste en ver si estás calificada o no para ser miembro de la orquesta. Puedes interpretar cualquier melodía que conozcas para darnos una muestra de tu estilo y destreza.
Mantenía la espalda bien erguida en la butaca, permitiendo que el micrófono de mesa amplificara su voz sin tener la necesidad de inclinarse. Estaba cansado, si, pero sabía que su dolor sería peor si se encorvaba.
La postura, hombre, la postura.
– También existe un pequeño grupo de miembros que trabajarán hombro a hombro conmigo para la adaptación de canciones que calcen con el perfil de la obra. Si logras tener un buen desempeño podrás tomar esta segunda prueba, la cual es completamente opcional y consiste en interpretar una de tus propias composiciones. Pero claro, solo si te animas. – Decidió mencionarlo para permitir a la jovencita organizarse con su decisión.
Reino- Moderador
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Mensajes : 1266
Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: Tercera audición para la banda.
Suspiró y luego sonrió ante la amabilidad del que parecía ser el jefe del jurado, aún si el resto la mirara sin disimular su desaprobación. Mientras le daban algunas instrucciones, Francesca se fue deshaciendo del peso que llevaba encima, y se quitó la mochila.
"¿No se nota?" Pensó mientras se sacaba el violoncello, el cual venía en un forro bastante más grande que los comunes, le había costado un ojo de la cara, pero se sentiría culpable si algo le pasaba por no tener un buen forro para el. Escuchó atentamente las palabras del juez, mientras tanto sacaba el instrumento y lo dejaba de lado en el suelo con el arco encima.- Bueno, yo toco el violoncello... Y si bien sí compongo, no es uno de mis grandes fuertes... -Dijo rascándose la nuca, no había pensado que tuviera la posibilidad de presentar sus composiciones propias y aquello era algo que de alguna forma la avergonzaba un poco, aunque de todos modos lo intentaría, no tenía absolutamente nada que perder, además tendría una opinión completamente externa y algo más objetiva.
- Sin embargo, me gustaría tener ambas pruebas... - Sonrió y fue a buscar una silla a tras bastidores y la dejó en medio del escenario. Tomó el violoncello y sacó la punta para poder sujetarlo correctamente en el piso, luego sujetó el arco, carraspeó y miró a los que ahora serían su público.
- Les tocaré un fragmento de una sonata para violoncello, de Johannes Brahms... La sonata número uno, en mi menor... -No sabía si era necesario decir qué tocaría, sin embargo lo hacía por respeto.- Espero que les guste...
Se sentó en la orilla de la silla, con la espalda totalmente recta y los hombros relajados, dio un ligero suspiro y se dispuso a tocar. La melodía partía lenta, no era ni alegre, ni completamente oscura, era la mezcla perfecta entre la nostalgia y un buen recuerdo; apasionada sin ser frenética. Ella se dejó llevar por la melodía, los ojos cerrados, totalmente tranquila, continuaba erguida, manteniendo la postura. Sus finos dedos parecían resbalarse en el diapasón, y el vibrato hacía que las cuerdas parecieran ondearse. Una ligera sonrisa se dibujó en sus labios mientras tocaba, se sentía libre, era ella y su violoncello, ella y la música.
Cuando su arco acabó la última nota, su sonrisa fue desapareciendo, se quedó en silencio por unos segundos, suspiró y volvió la mirada al mismo público de antes. No dijo nada, solo esperó alguna crítica o algunas palabras.
"¿No se nota?" Pensó mientras se sacaba el violoncello, el cual venía en un forro bastante más grande que los comunes, le había costado un ojo de la cara, pero se sentiría culpable si algo le pasaba por no tener un buen forro para el. Escuchó atentamente las palabras del juez, mientras tanto sacaba el instrumento y lo dejaba de lado en el suelo con el arco encima.- Bueno, yo toco el violoncello... Y si bien sí compongo, no es uno de mis grandes fuertes... -Dijo rascándose la nuca, no había pensado que tuviera la posibilidad de presentar sus composiciones propias y aquello era algo que de alguna forma la avergonzaba un poco, aunque de todos modos lo intentaría, no tenía absolutamente nada que perder, además tendría una opinión completamente externa y algo más objetiva.
- Sin embargo, me gustaría tener ambas pruebas... - Sonrió y fue a buscar una silla a tras bastidores y la dejó en medio del escenario. Tomó el violoncello y sacó la punta para poder sujetarlo correctamente en el piso, luego sujetó el arco, carraspeó y miró a los que ahora serían su público.
- Les tocaré un fragmento de una sonata para violoncello, de Johannes Brahms... La sonata número uno, en mi menor... -No sabía si era necesario decir qué tocaría, sin embargo lo hacía por respeto.- Espero que les guste...
Se sentó en la orilla de la silla, con la espalda totalmente recta y los hombros relajados, dio un ligero suspiro y se dispuso a tocar. La melodía partía lenta, no era ni alegre, ni completamente oscura, era la mezcla perfecta entre la nostalgia y un buen recuerdo; apasionada sin ser frenética. Ella se dejó llevar por la melodía, los ojos cerrados, totalmente tranquila, continuaba erguida, manteniendo la postura. Sus finos dedos parecían resbalarse en el diapasón, y el vibrato hacía que las cuerdas parecieran ondearse. Una ligera sonrisa se dibujó en sus labios mientras tocaba, se sentía libre, era ella y su violoncello, ella y la música.
Cuando su arco acabó la última nota, su sonrisa fue desapareciendo, se quedó en silencio por unos segundos, suspiró y volvió la mirada al mismo público de antes. No dijo nada, solo esperó alguna crítica o algunas palabras.
- Spoiler:
- Lo siento, estuve algo ausente este último tiempo y no había visto que ya había respondido :c
Invitado- Invitado
Re: Tercera audición para la banda.
Fue una interpretación extensa, probablemente resultaba ser una de las audiciones más largas de todas. El jurado completo permaneció en silencio, en la mirada de la gran mayoría se vislumbraba una sorpresa inusitada pues no se esperaban tal destreza en una jovencita tan menuda. La postulante iba en tercer año y de alguna u otra forma lo hacía lucir, el cello no era un instrumento fácil de dominar ni mucho menos durante más de doce minutos.
La melodía era nostálgica pero fascinante.
Pero aún si le gustaba lo que escuchaba Reino se encontraba en un pequeño aprieto para evaluar pues no se especializaba ni en cello ni en música clásica. Cuando Francesca dio por finalizada su interpretación bastó una breve consulta con la asesora de instrumentos de cuerda para que ésta diera el veredicto final.
– Conozco la obra, el primer movimiento lo interpretaste de un modo completamente sublime. Mis felicitaciones por demostrar tal destreza hasta el final, se nota que te empeñas en mantener a tu instrumento en las mejores condiciones y tienes una fuerte conexión con él. Debes de estar exhausta – comentó la mujer, ya sin rastro de su desaprobación inicial.
Reino le apartó el micrófono de mesa y se lo llevó a los labios, como retomando el protagonismo de la audición.
– Admito que no sé mucho de cellistas pero... – no le avergonzaba quedar como ignorante, había algo que necesitaba decir – sería interesante que para la segunda prueba mostrases algo más de emoción y personalidad... Quizás sea por el efecto que produjo en mí la tonada pero... Creo que te falta algo... – replicó el mánager no del todo satisfecho, a quien sus compañeros le dedicaron miradas llenas de estupefacción.
Sabía que su crítica no era tan consistente así que hizo un ademán para que la alumna se relajara, trazando una sonrisa juguetona en su rostro.
– Te doy un descanso de cinco minutos para la segunda prueba – dijo al deducir lo agotador que debía ser mantener la postura del cellista durante tanto tiempo, la chiquilla seguía siendo una novata después de todo. – Debes focalizarte en interpretar un tema propio, puede ser pura melodía o puedes acompañarte con tu voz. Recuerda que en esta prueba te estás jugando la participación en el grupo de composición – anunció antes de volverse hacia el jurado y esperar a que los cinco minutos terminaran y Francesca diera comienzo.
La melodía era nostálgica pero fascinante.
Pero aún si le gustaba lo que escuchaba Reino se encontraba en un pequeño aprieto para evaluar pues no se especializaba ni en cello ni en música clásica. Cuando Francesca dio por finalizada su interpretación bastó una breve consulta con la asesora de instrumentos de cuerda para que ésta diera el veredicto final.
– Conozco la obra, el primer movimiento lo interpretaste de un modo completamente sublime. Mis felicitaciones por demostrar tal destreza hasta el final, se nota que te empeñas en mantener a tu instrumento en las mejores condiciones y tienes una fuerte conexión con él. Debes de estar exhausta – comentó la mujer, ya sin rastro de su desaprobación inicial.
Reino le apartó el micrófono de mesa y se lo llevó a los labios, como retomando el protagonismo de la audición.
– Admito que no sé mucho de cellistas pero... – no le avergonzaba quedar como ignorante, había algo que necesitaba decir – sería interesante que para la segunda prueba mostrases algo más de emoción y personalidad... Quizás sea por el efecto que produjo en mí la tonada pero... Creo que te falta algo... – replicó el mánager no del todo satisfecho, a quien sus compañeros le dedicaron miradas llenas de estupefacción.
Sabía que su crítica no era tan consistente así que hizo un ademán para que la alumna se relajara, trazando una sonrisa juguetona en su rostro.
– Te doy un descanso de cinco minutos para la segunda prueba – dijo al deducir lo agotador que debía ser mantener la postura del cellista durante tanto tiempo, la chiquilla seguía siendo una novata después de todo. – Debes focalizarte en interpretar un tema propio, puede ser pura melodía o puedes acompañarte con tu voz. Recuerda que en esta prueba te estás jugando la participación en el grupo de composición – anunció antes de volverse hacia el jurado y esperar a que los cinco minutos terminaran y Francesca diera comienzo.
Última edición por Reino el Sáb Mayo 10, 2014 5:24 pm, editado 2 veces
Reino- Moderador
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Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: Tercera audición para la banda.
Se levantó y esperó unos segundos por los comentarios del jurado, se le hicieron un poco más extensos que de costumbre, si bien no era la primera audición de su vida nunca había estado frente a un grupo de personas que conociera el mundo del espectáculo musical como tal. Si bien no era un mundo que le interesara de sobremanera, era algo que de todos modos tenía su peso y se veía de cierta forma... intimidante... O por lo menos así lo veía antes de la presentación.
Por enésima vez soltó un suspiro al escuchar a la mujer, era una buena crítica, por lo que sonrió ligeramente, asintiendo en forma de agradecimiento, pues notó que el juez del jurado quería decir algo también. Escuchó atentamente las palabras de aquel hombre, mientras rotaba su mano derecha, pues le dolía un poco la muñeca.
"...Algo más de emoción y personalidad..." Había dicho, y en parte comprendía el punto de vista del juez. El fragmento de la obra que había tocado era de Brahms, un romántico, sin embargo su obra parecía entregar una sensación más que una emoción... Y creía saber el porqué: siempre que tocaba algo de algún compositor que admirara -que por cierto, eran muchos- sentía que no podía fallar, se fijaba de sobremanera en los detalles, y por lo mismo podía sonar más mecánica su interpretación.
- Está bien... Lo intentaré... - Dijo tal vez un poco más nerviosa que al principio, nunca había sido muy buena en composición, siempre sentía que le faltaba algo, aunque su padre solía ayudarla mucho al momento de intentar plasmar un sentimiento en una melodía. Pero esta vez intentaría mostrar algo completamente de ella, después de todo se estaba pidiendo más personalidad en su interpretación. Recostó su violoncello para sacar de su carpeta de partituras unas hojas que estaban dobladas y escrita a mano. Acomodó las partituras y se volvió a sentar en posición, ensayó unas dos o tres escalas con expansión y leyó un par de veces la partitura.
- ...Esto lo escribí hace unos años atrás... Es la primera vez que lo toco para alguien... Pero por favor, no crean tampoco que es algo muy personal... - Dice mirando a su pequeño público, para luego dar un suspiro y comenzar con la melodía .
Intentaba controlarlo, pero estar tocando algo completamente propio sin haberlo practicado con mucha anterioridad le tenía más nerviosa de lo común... sin querer, había apurado el tempo de la obra, e incluso descuidado levemente la afinación en algunos vibratos. Estaba tratando de relajarse, dejarse llevar por la melodía, pero definitivamente no podía... Se sentía más segura tocando alguna sonata de Bach, que algo propio.
Por enésima vez soltó un suspiro al escuchar a la mujer, era una buena crítica, por lo que sonrió ligeramente, asintiendo en forma de agradecimiento, pues notó que el juez del jurado quería decir algo también. Escuchó atentamente las palabras de aquel hombre, mientras rotaba su mano derecha, pues le dolía un poco la muñeca.
"...Algo más de emoción y personalidad..." Había dicho, y en parte comprendía el punto de vista del juez. El fragmento de la obra que había tocado era de Brahms, un romántico, sin embargo su obra parecía entregar una sensación más que una emoción... Y creía saber el porqué: siempre que tocaba algo de algún compositor que admirara -que por cierto, eran muchos- sentía que no podía fallar, se fijaba de sobremanera en los detalles, y por lo mismo podía sonar más mecánica su interpretación.
- Está bien... Lo intentaré... - Dijo tal vez un poco más nerviosa que al principio, nunca había sido muy buena en composición, siempre sentía que le faltaba algo, aunque su padre solía ayudarla mucho al momento de intentar plasmar un sentimiento en una melodía. Pero esta vez intentaría mostrar algo completamente de ella, después de todo se estaba pidiendo más personalidad en su interpretación. Recostó su violoncello para sacar de su carpeta de partituras unas hojas que estaban dobladas y escrita a mano. Acomodó las partituras y se volvió a sentar en posición, ensayó unas dos o tres escalas con expansión y leyó un par de veces la partitura.
- ...Esto lo escribí hace unos años atrás... Es la primera vez que lo toco para alguien... Pero por favor, no crean tampoco que es algo muy personal... - Dice mirando a su pequeño público, para luego dar un suspiro y comenzar con la melodía .
Intentaba controlarlo, pero estar tocando algo completamente propio sin haberlo practicado con mucha anterioridad le tenía más nerviosa de lo común... sin querer, había apurado el tempo de la obra, e incluso descuidado levemente la afinación en algunos vibratos. Estaba tratando de relajarse, dejarse llevar por la melodía, pero definitivamente no podía... Se sentía más segura tocando alguna sonata de Bach, que algo propio.
Invitado- Invitado
Re: Tercera audición para la banda.
Los minutos pasaron y Francesca parecía estar preparada para la siguiente prueba, la que decidiría si entraría o no al reducido grupo de composición. El jurado, con excepción de Reino, se encontraban completamente fascinados con ella y con su anterior pericia a la hora de interpretar a Brahms. Pero eso no es lo que el manager guía buscaba, al menos no completamente, había algo sustancial que no podía encontrar en esa chiquilla. Y esperaba poder dar con ello al escuchar una composición personal suya.
Al menos, gracias a la interpretación anterior deducía que ya tenía un lugar asegurado en la banda de la orquesta. Eso era algo.
Fue entonces que una melodía completamente diferente comenzó a sonar, el sonido del cello lleno de errores y de matices inoportunos llenó el auditorio. Reino se inclinó hacia delante de la butaca, encorvando ligeramente su espalda y juntando sus manos, manteniendo los codos fielmente apegados en sus respectivas rodillas, separadas la una de la otra. Sin apartarle nunca la mirada a la estudiante, denotando vívido interés.
Sin duda era fascinante ver a una muchacha tan talentosa y aparentemente perfeccionista así de complicada, tocando desde el fondo de su corazón y no desde la burda imitación. Sin querer sonar como un pedófilo, le parecía encantadora.
— Es suficiente, puedes retirarte — le indicó con una sonrisa al verla finalizar, captando con un simple vistazo lo estupefactos que se hallaban sus colegas, y no en un sentido positivo. Pero él estaba campante, aún si el silencio reinaba en el auditorio en el instante que se suponía debían dar una especie de veredicto o crítica de lo escuchado.
El jurado calló, guardándose la impresión inicial, ahora solapada por este súbito descontento. Procurando que Francesca no escuchara, la profesora que antes le había alabado tanto se inclinó hacia él para decir entre susurros:
— Eso fue terrible, ¿no te sientes un poco...?
— ¿Decepcionado? — Le interrumpió Reino, sin molestarse en bajar la voz. — No, una obra de arte lo es en tanto pueda reparar un trozo de tu alma. No tiene por qué ser ejecutada a la perfección — respondió sin pelos en la lengua, lo que irritó de sobremanera a la mujer, quien le asió impetuosamente del brazo, enterrándole sus uñas.
— Esa cría no entrará al grupo de composición.
— No tienes para qué decirlo, lo sé. — Reino no parecía afectado en lo absoluto, ni por sus palabras ni por su trato tan hostil. Y esta parsimonia consiguió aplacar los impulsos de la contraria, quien acató en silencio mientras le soltaba.
Los encargados de la obra escolar solían ponerse un tanto ariscos ante la posibilidad de perder capital y oportunidades por cualquier razón. Reino sabía que esa muchacha no estaba preparada para componer pero no era motivo suficiente para permitirle caer.
Al menos, gracias a la interpretación anterior deducía que ya tenía un lugar asegurado en la banda de la orquesta. Eso era algo.
Fue entonces que una melodía completamente diferente comenzó a sonar, el sonido del cello lleno de errores y de matices inoportunos llenó el auditorio. Reino se inclinó hacia delante de la butaca, encorvando ligeramente su espalda y juntando sus manos, manteniendo los codos fielmente apegados en sus respectivas rodillas, separadas la una de la otra. Sin apartarle nunca la mirada a la estudiante, denotando vívido interés.
Sin duda era fascinante ver a una muchacha tan talentosa y aparentemente perfeccionista así de complicada, tocando desde el fondo de su corazón y no desde la burda imitación. Sin querer sonar como un pedófilo, le parecía encantadora.
— Es suficiente, puedes retirarte — le indicó con una sonrisa al verla finalizar, captando con un simple vistazo lo estupefactos que se hallaban sus colegas, y no en un sentido positivo. Pero él estaba campante, aún si el silencio reinaba en el auditorio en el instante que se suponía debían dar una especie de veredicto o crítica de lo escuchado.
El jurado calló, guardándose la impresión inicial, ahora solapada por este súbito descontento. Procurando que Francesca no escuchara, la profesora que antes le había alabado tanto se inclinó hacia él para decir entre susurros:
— Eso fue terrible, ¿no te sientes un poco...?
— ¿Decepcionado? — Le interrumpió Reino, sin molestarse en bajar la voz. — No, una obra de arte lo es en tanto pueda reparar un trozo de tu alma. No tiene por qué ser ejecutada a la perfección — respondió sin pelos en la lengua, lo que irritó de sobremanera a la mujer, quien le asió impetuosamente del brazo, enterrándole sus uñas.
— Esa cría no entrará al grupo de composición.
— No tienes para qué decirlo, lo sé. — Reino no parecía afectado en lo absoluto, ni por sus palabras ni por su trato tan hostil. Y esta parsimonia consiguió aplacar los impulsos de la contraria, quien acató en silencio mientras le soltaba.
Los encargados de la obra escolar solían ponerse un tanto ariscos ante la posibilidad de perder capital y oportunidades por cualquier razón. Reino sabía que esa muchacha no estaba preparada para componer pero no era motivo suficiente para permitirle caer.
Reino- Moderador
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Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: Tercera audición para la banda.
A diferencia de su primera presentación, la chica no podía apartar la mirada de la partitura. Estaba nerviosa, y eso se notaba… Finalizada su presentación soltó un ligero suspiro para sí, se sentía algo decepcionada consigo misma… Estaba bien, la composición nunca había sido lo suyo, siempre lo supo, pero nada explicaba sus errores básicos… ¿Afinación? ¿El tempo? ¿El vibratto? Era como si por primera vez en su vida estuviera leyendo aquella partitura, como si fueran notas totalmente desconocidas y ajenas…. Ni siquiera en las primeras lecturas de otras obras había tenido tantos errores como esta vez.
Era obvio, con una presentación como esa no formaría parte del grupo de composición. Y con las miradas y murmuros de los jurados dudaba hasta de la posibilidad de formar parte de la orquesta en general. Comenzó a guardar su instrumento, intentando ignorar los silenciosos comentarios sobre lo que había sido su interpretación. Cargó su violoncello a su espalda y luego levantó su mochila.
– Muchas gracias… Por escuchar… – Dijo sonriendo algo forzosa, para luego hacer una leve reverencia y retirarse del escenario, si no lo había hecho bien por último tenía modales.
Lo primero que hizo al salir del escenario fue botar su partitura en el primer papelero que encontró, no podía evitar estar algo frustrada, además de molesta por las risas mudas que le dedicaron algunos de los alumnos que esperaban el momento de su audición.
“No importa… Sé que puedo hacer algo mejor…” Pensó mientras dejaba el auditorio.
Era obvio, con una presentación como esa no formaría parte del grupo de composición. Y con las miradas y murmuros de los jurados dudaba hasta de la posibilidad de formar parte de la orquesta en general. Comenzó a guardar su instrumento, intentando ignorar los silenciosos comentarios sobre lo que había sido su interpretación. Cargó su violoncello a su espalda y luego levantó su mochila.
– Muchas gracias… Por escuchar… – Dijo sonriendo algo forzosa, para luego hacer una leve reverencia y retirarse del escenario, si no lo había hecho bien por último tenía modales.
Lo primero que hizo al salir del escenario fue botar su partitura en el primer papelero que encontró, no podía evitar estar algo frustrada, además de molesta por las risas mudas que le dedicaron algunos de los alumnos que esperaban el momento de su audición.
“No importa… Sé que puedo hacer algo mejor…” Pensó mientras dejaba el auditorio.
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