{Halloween} Encuentros paranormales y demases.

Halloween, y para sorpresa mía había sido invitado a una fiesta del Sello. Sabía desde ya hace unas décadas que esta época se volvió otra fiesta para los humanos donde el punto era disfrazarse, comer dulces, entre otras cosas, aunque mi trabajo siempre era patrullar que ni demonios, ni fantasmas se anduvieran pasándose de listos. Ahora era diferente, me uniría a las fiestas.
Fue difícil para mí buscar un buen disfraz: ser un ángel sería poco original -agregándole que no se me ocurría una mentira para decir cómo hice ver mis alas tan reales, no me daban ganas de portar mi vieja armadura, viví en la época de la ropa victoriana, total, el disfraz batalló en llegar a mí. Hasta que un personaje de un popular videojuego para jóvenes me llamó la atención ¡Estaba decidido! Debo agregar que incluso mi espada la decoré para aparentarla con la del personaje:

Spoiler:

Todo estaba en orden, faltaban unos minutos para las ocho, y a pesar que es la "moda" no llegar a tiempo, decidí irme volando hacia allá -literalmente- La casa del anfitrión "Reino" sí que era realmente grande para estar en un noveno piso. Habré visto castillos y palacios, pero me llamaba la atención ese tipo de lugares.
Una vez en el piso de mi anfitrión fui y toqué a la puerta. ¡Debo admitir que el disfraz sí me sorprendió! -¡Wow, escalofriante!- Dije en broma mientras aparentaba ponerme en defensa.
Pasé a presentarme ante mi anfitrión -¡Julius Shavantog! Soy de los nuevos en el Sello, tal vez me recuerde de la reunión. ¡Mucho gusto!- El anfitrión me devolvió el saludo muy cordial y me invitó a pasar.
-¡Vaya! ¡Sí que es un bonito lugar donde vive!- Hojee la sala mientras me acercaba a un sillón a sentarme. Era hora de esperar al resto.

La verdad es que era la primera vez que festejaba Halloween, no se trataba de una celebridad muy popular en Japón, mucho menos en un pueblo pequeño como en el que ella había nacido. ¡Pero la idea la entusiasmaba muchísimo! Especialmente por todo el condimento de los disfraces que sin lugar a dudas volverían la fiesta algo digno de recordar. Había sido una curiosa casualidad que el evento que el sello organizaba tuviera como anfitrión nada menos que a su manager, reino, quien la verdad no disfrutaba mucho de esa clase de eventos mucho menos si estaba en sus manos el ocuparse de los detalles decorativos. Sabiendo que probablemente se volvería loco lidiando con todo sólo se ofreció a ayudarlo con algunas cosas, sugiriendo la decoración con velas, y escogiendo la comida para esa noche. También recorrieron juntos varias tiendas de disfraces hasta que él encontró un disfraz que lo conformara, la verdad es que le quedaba perfecto, e incluso le causaba más gracia que temor, pese a que en teoría se trataba de un personaje temerario de los trilles de terror. Ella en cambio optó por algo diferente, que mantuvo en secreto hasta la noche de la fiesta. Había encargado el atuendo especialmente a una diseñadora privada, de modo que cada detalle estaba pensando de acuerdo a sus gustos y caprichos. Apenas recibió la noticia estuvo segura de cual sería e atuendo que llevaría, uno que desde siempre le había encantado por su belleza e impacto, y sin embargo nunca había encontrado la ocasión propicia para utilizar. ¡Era una pena que Andrew y Helena no estuvieran invitados! El azar no había jugado a su favor, sin embargo había escuchado por allí que Ren si asistiría, quizás era una buena oportunidad para hacerse su amiga.

Demoró horas en perfeccionar su look, el vestuario era perfecto, tal y como lo había descripto a la talentosa mujer que se lo había confeccionado especialmente. Se ajustaba perfectamente a su cuerpo, delineando su figura delgada de forma discreta. La falda no era demasiado corta, aunque si lo suficiente como para permitirle lucir las medias de red que llevaba en sus piernas. Se recogió el cabello en un rodete alto, dejando que algunos rizos se escaparan del tocado antes de acomodar la preciosa corona adornada con tres corazones rojos en los picos derechos. Adoraba aquellos preciosos guantes de satén negro que daban una terminación perfecta al atuendo, e iban a juego con los altísimos zapatos de tacón que aumentaban su altura. Por fin acabó de retocarse el maquillaje, optando por enmarcar sus párpados con negro y resaltar los labios con un rojo brillante. ¿Llamativa? Probablemente, pero no encontraba en ello nada negativo, al contrario, siempre había sido de las que les gustaba ser el centro de la fiesta. Aunque no podía dejarse llevar y beber demasiado, después de todo habría allí otros miembros del sello a los que siquiera conocía y debía dar una buena impresión. Además Reino la regañaría si no se comportaba como era debido. ¿Mencionaría algo respecto a su atuendo? ¿Que pensaría cuando la viera? No podía evitar desear complacerlo, sin embargo estaba segura que no expresará en voz alta lo que fuera que pasara por su retorcida mente.

Conforme con su aspecto llamó al taxi que la retiraría para llevarla hasta el sitio del festejo, podría haber ido en su auto, pero prefirió no tener que obligarse a conducir de regreso cansada y con algunas copas encima. Esperó detrás de la puerta a que el vehiculo se estacionara y cuando finalmente apareció se acercó al sorprendido chofer que la guió hasta la casa de su manager. Se mantuvo silenciosa todo el rato, ansiosa e inquieta. Nunca antes había ido a su casa, sentía mucha curiosidad por ello. ¿Sería grande y lujosa? No creía que él fuera alguien suntuoso, parecía contentarse con lo sencillo, sin embargo no estaba segura de como sería en realidad el lugar. Llegaron a las inmensas torres, deteniéndose en la entrada de la indicada, una vez allí tocó el timbre ingresando al edificio y buscando los ascensores que la guiarían al piso correcto. El entusiasmo era palpable en el rostro alegre que llevaba, al borde de la risa en todo momento con inmensas expectativas para esa noche. Finalmente el ascensor se detuvo en el noveno piso, al llegar ala puerta correcta tocó dos veces, suavemente, pues dentro la música estaba suave y no necesitaba hacer un gran escándalo. Fue Reino quien la recibió, con aquel gracioso disfraz que le impedía descubrir las facciones de su rostro. -¿Que tal?-cuestionó ladeando apenas el rostro, con una sonrisa divertida curvando sus labios color cereza. Ingresó una vez que se hizo a un lado, mirando derredor por pura curiosidad, la decoración había quedado perfecta, y el clima era bellísimo. -¿Cuantos serán los invitados?-todo hacía pensar que sería una reunión pequeña, lo cual era mejor pues permitiría conocerse mejor y crear un clima de confianza.

Disfraz:

Como miembro nuevo del sello debía comenzar a socializar con algunos compañeros de trabajo y por lo mismo pensó que ser invitado a la fiesta de Halloween sería una perfecta ocasión para lograrlo.

Reino? oh...recuerdo aquel nombre, es el del manager que suele contestarme cuando hago el papeleo de las audiciones- Miró la dirección del anfitrión y rió al ver que vivían en los mismos edificios por lo que no necesitaría ir ni siquiera en auto- Tener buenos gustos en ocasiones como estás es bueno- Y es que el Jinguji vivía en el edificio continuo donde vivía Reino, en el penúltimo piso de la torre B.

Preparó con su estilista el disfraz, obviamente como idol siempre debía ser algo llamativo- No, de vampiro o conde ni lo sueñes, ya lo hice con STARISH y no suelo volver a usar el mismo disfraz en fiestas, además, no creo que gustes de los mismo temas ya utilizados no es así Sitri?- Llegaron a un acuerdo entre ambos pensando si sería un lobo o un demonio. El traje quedó justo a la medida y aunque se veía detallado el chico de cabellos blancos había realizado un excelente trabajo en cuanto a comodidad y elegancia en accesorios y telas, muy digno del profesional que era, aunque lo de los tacones ya era algo que el mismo Sitri quería poner diciendo que le quedarían perfectos y que el estereotipo de mujer/hombre sobre el calzado ya estaba pasado de moda. Ren acató, no le importaban mucho esas cosas, el ya había ocupado calzado de distintas formas en las pasarelas, no sería la primera ni ultima vez que pudiese usar ese tipo de zapatos, además de que luego del magnifico trabajo que había hecho su estilista no iba a causarle problemas.

Disfraz :

Luego de tener el disfraz confeccionado con anterioridad,el mismo día de la fiesta Ren había agendado una cita con Sitri. Unas horas antes invitó a su estilista para que le ayudase, era un fiesta importante y realmente no sabía cuantas personas irían, pero como había dicho antes es un idol y un Jinguji no pasaba desapercibido nunca así que Sitri haría su magia.

Captaste mi esencia traviesa jajaja, aunque sigo diciendo que nunca pensé ocupar algo así pero...me parece grandioso~ thanks, sin duda eres un buen profesional-Dándole las gracias a su estilista que había ido a ayudarle especialmente para esa ocasión salieron de su departamento. Se separaron en la entrada del edificio y Ren se fue al departamento de Reino.

Sonó el timbre y cuando el dueño de casa abrió el idol sonrió y con un excelente ingles dijo- Trick or treat~Happy Halloween~ -Le extendió con una sonrisa la mano al que seguramente era el manager(ya que no podía verle la cara)- Eres Reino ¿no es así?. Mi nombre es Jinguji Ren, encantado- Divisó cuando se le dio la oportunidad al entrar no sólo la buena decoración del departamento(que por aire le recordó mucho a la de Ranmaru y su estilo rockero) a dos personas, un joven rubio y una señorita-Are~?-miró bien y se percató de que la conocía- Oh!que grata sorpresa, Buenas noches Layla-se acercó a ella y con aire teatral hizo una leve reverencia- No sabía que podría encontrar a la reina por aquí~ encantando de verte de nuevo-le guiño un ojo y volvió a su postura original para posteriormente mirar al joven rubio y acercarse a él ya que no estaba demasiado lejos- Buenas noches joven, soy Ren Jinguji, idol del sello-le extendió la mano como lo había hecho anteriormente con Reino, arregló su cabello y se quedó cerca de los invitados- Buena decoración~ tienes buen gusto, Reino.

"Me pregunto quién más estará invitado"

Era la primera vez que celebraba Halloween en una fiesta, realmente la fecha le fascinaba, por el tema de los disfraces, claramente no por los dulces. Aun así hacía ya varios años que no festejaba nada, solo se encargaba de comprar caramelos para los niños que pasaran por su puerta. Años anteriores se iba a su pueblo natal para ayudar y animar a los niños del orfanato donde se crió, más al ingresar al Sello formalmente no tenía tiempo para viajar, o algún evento musical la llamaba, era una pena. Esta vez se había organizado una fiesta para el personal de Merveilles ¡Maravilloso! La idea le encantó y no tardó en comenzar a confeccionar un traje.

Había logrado terminar justo el día anterior, y esa misma tarde aplicaba los accesorios necesarios. Le encantaba el estilo lolita y su cuento favorito era el de Alicia en el País de las Maravillas ¿Por qué no combinar ambas cosas para crear un bello vestido? Escogió un diseño más adulto para la protagonista de la historia, con otros detalles, algo diferente. Incluso compró una peluca rubia para entonar mejor con el personaje, el resto lo había confeccionado por si misma, así de emocionada estaba.

Disfraz:

Se vistió y maquilló (lo último lo mejor que pudo, más no era demasiado diestra en ello por lo que optó por algo simple y sutil), arregló los últimos detalles en el espejo girando un poco frente al espejo.-Uhm...t-tal vez sea demasiado...-ladeó su cabeza un tanto insegura, en ese instante el celular sonó era el taxi que venía a recojerla, después de todo no iría por la calle sola de esa forma, se moriría de la vergüenza con todos mirándola. Vió el reloj, dándose cuenta que era demasiado tarde para cambiar algo. Bajó las escaleras con rapidez y subió al auto para darle las indicaciones necesarias.

Nunca había ido a una zona tan elegante de la ciudad, solo los alrededores cuando Hikaru aun estaba en la ciudad. Fascinada por la hermosa arquitectura de la zona el viaje se le volvió nada, pagó y descendió del taxi, esperando no llegar tarde. El ascensor subió hasta el noveno piso y allí observó su celular nuevamente para rectificar el número del departamento que había entregado abajo en conserjería.-¡B-buenas noches!-saludó dando un pequeño brinco al ver a Reino con ese traje, al comienzo no le reconoció para nada e incluso le dió un mini susto.-...Aah...me ha asustado, Reino-san...-dejó escapar un suspiro e ingresó solo cuando el anfitrión la invitó. Agradeció ver dos caras conocidas, Ren y Layla, les saludó a ambos con un movimiento de mano y una sonrisilla.-Soy Ren Hikari, guitarrista...Mucho gusto-dijo presentándose ante la persona que no conocía aun.

-Layla-san...Te ves muy bien en ese traje-se acercó a la chica, sus trajes iban a juego lo que le causó gracia. Enseguida se volteó hasta el pelinaranjo, llevándose una gran sorpresa al verle mejor, sus mejillas sonrojaron un poco al verle, descendiendo la mirada hasta sus manos. Ajustado, y atrevido además de malicioso y coqueto...Realmente le sentaba el vestuario.-A-ah...e-eh...E-es un gran disfraz...-le dijo sin levantar la vista, se encontraba algo avergonzada.

Con una mano en el corazón Kei debía admitir que aquella celebración, de la mano de san valentin, era quizás una de sus favoritas, incluso, más que la navidad o el fin de año y la razón era bastante simple: Los dulces. El pelirojo disfrutaba de aquel detalle casi como un niño. Era un día no solo divertido, sino que le permitía abastecer la despensa de muchas golosinas, no solo con la excusa de los niños que pasarían jugando al “trato o truco” sino también para él mismo.

No era novedad tampoco que Kei era bastante cobarde cuando se trataba de cosas paranormales y de la temática de terror. Algunas veces se había disfrazado de vampiros, momias y esas cosas, pero nada más elaborado. De hecho, este año y un poco siguiendo su falta de ánimo y chispa habitual, solo improvisó un traje sencillo y no directamente relacionado. Asunto que en verdad ni siquiera se recriminaba mucho. En verdad, el muchacho había estado a punto de no ir a la fiesta que ya conocía, pero Allan había insistido y hasta le había ayudado con el traje.

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De todos modos, no se sentía lo suficientemente sociable como para asistir a un evento de ese tipo, pero cuando intentó negarse, directamente con su jefe, este le dio un ultimátum de aquel modo sutil y caballeroso, pero altamente convincente, propio de Regan Vosuet.

Sería la suma de todo eso lo que le llevó finalmente a salir tarde de casa, no tenía idea de quienes serían los demás asistentes ni si lograría llevarse bien, pero estaba bien, tenía que esforzarse en seguir avanzando con ese tedio que traía encima.

Optó por ir en su motoneta, pero incluso así terminó por llegar tarde al lugar del evento. La casa de Reino, un manager  que ubicaba pero no conocía del todo, porque de hecho, le intimidaba un poco.

Suspiró antes de tocar la puerta del departamento. Llevaba algunas golosinas en una bolsa de papel, al alguien abrirle la puerta intentó poner su mejor cara y saludó con una sonrisa no muy sincera.

-Buenas noches, soy Kei, sonidista del sello. Gracias por recibi....- En parte había quedado helado por el bien ambientado traje del anfitrion que de primeras le paró los pelos- ...birme....-pero así también lo hizo al visualizar más allá de la entrada, donde estaban todos los demás invitados, donde habían algunas caras conocidas...

Era una verdadera sorpresa sin dudar la invitación que me llegó para una celebración, que al parecer siempre hacían en estas fechas, con una temática peculiar y por supuesto que no la rechazé aunque era extraño para mi. Si bien en estas fechas se da la celebración de Halloween desde temprana edad no lo celebro como las demás personas, cuando era niña se hacían fiestas pero no de las personas en las que se disfrazan de personajes acordes como vampiros, hombres lobo, demonios. Era como una fiesta cualquiera el cual era perfecto para entablar negocios. Ya en mi estancia en Francia lo celebré de otra manera distinta, mis compañeros tenían disfrazes muy provicionales, usando solo aquellas diademas que se les ponían cuernos u orejas de gato. Íbamos a un bar, cuando era más noche me retiraba para descansar un poco.

Pero en esta ocasión si necesitaba llevar algún disfraz, en la invitación decía pero el problema fue que no tenía idea de qué es lo que debía de llevar. Pasé algunos días teniendo en mi mente este pensamiento. No quería que fuera algo muy obvio pero todas las opciones que pasaban por mi cabeza eran muy obvias. A casi pocos días del evento estaba desesperada, no tenía un disfraz pero antes de irme a dormir por mi mente pasó una película que era de mis favoritas, y uno de los personajes podia ser perfecto para pedir ese disfraz. A pesar de la hora que era llamé a mi modista, para que a la mañana siguiente fuera a tomarme las medidas. Una vez que concreté la cita pude dormirme tranquila.  

El día del evento, desde muy temprano estuve preparándome con mi disfraz, por supuesto que tuve que volver a llamar a la modista para que me ayudara, también llamé a la maquillista, desde la tarde estuve lista, solo unos pequeños toques y justo cuando terminé llamaron a la puerta, era el chofer quien ya iba a dejarme a la dirección que decía la invitación. Estaba un poco nerviosa, lo admitía, ya llevaba algún tiempo en merveilles Records pero aún no entablaba una buena comunicación con las personas, solo los veía y lo más que decía era un Buenos días, esta sería una buena oportunidad para empezar a conocerlos mejor, claro que mi sección estaba un poco apartada de los de músicos, tenía diferentes funciones pero igual estábamos en el mismo equipo. Al principio fue silencioso el viaje en la limusina hasta que el chofer comenzó a hacerme la plática, siempre lo hacía pues desde años que estaba trabajando para la familia Millaray. Cuando llegamos le di una hora apropiada para que vaya por mí, otra vez tuvo que ayudarme a bajar e incluso tuvo que acompañarme hasta el piso en el que estaba el cuarto del anfitrión. Antes de tocar la puerta el chofer se alejó, le di las gracias y me quede un momento enfrente de la puerta sin hacer nada, un poco nerviosa lo admitía, por ser mi primera fiesta de este tipo y por la persona que iba a ser el anfitrión pero solo debo de concentrarme en la fiesta.

Toque suavemente la puerta, esperando a que el señor Reino me abriera, cuando se abrió la puerta lance un pequeño grito pues no esperaba que me recibiera con aquel disfraz. Me dio miedo, lo admito, sobre todo por que vi la película de ese personaje y en su momento me dio miedo. Tarde un poco en recuperarme, pero mi corazón aún latía un poco rápido- Buenas noches Reino, me has asustado pero es un buen disfraz- Rei un poco pues era raro que me asustara por algo así. Después de saludarlo me adentré a su departamento el cual me maravilló por la decoración. Primero me fije en la decoración y después que los demás invitados ya estaban ahí, o bueno creía que ya estaban todos los que fueron invitados. Me acerque a ellos, no conocía a nadie, bueno a excepción de Kei eso me alivio un poco, así no me sentiría tan perdida- Hola, buenas noches, mi nombre es Zinnia Millaray, bailarina, mucho gusto a todos-hice una leve reverencia.

Disfraz:

Creo que pude sentir que me había respondido con una sonrisa. Podía suponer que era buena persona.
No pasó mucho para que los demás invitados llegaran. La primera era una mujer que tenía puesto un traje que realmente resaltaba su figura. Todavía me estoy acostumbrando a que ahora el punto era disfrazarse como uno deseaba.
-¡Mucho gusto señorita! Julius Shavantog- Saludé cortésmente, pero sin olvidar mis modales aprendidos hace un par de siglos, besé la mano de ella como se saludaba a una dama antes.
En un rato llegó otro más. Un idol que eligió un traje muy llamativo, y curiosamente muy exacto, de demonio. Seré franco: ¡sí me la creería!. Siguiendo su mismo juego teatral, con una sonrisa estreché su mano en saludo. -¡Mucho gusto caballero! Soy Julius Shavantog- Me daba risa el hecho de ser llamado "joven".
Siguió una chica con un lindo traje azul. A la cual me presenté con el mismo saludo con quien recibí a la otra chica. -Julius Shavantog, manager ¡Un placer!- Le contesté con una sonrisa y volví a esperar. Al parecer seríamos 7 en total.
Siguió otro chico vestido de vaquero, su nombre era Kei. Al final, una bailarina de nombre Zinnia. Al parecer todos los invitados ya estábamos presentes.
Me acerqué al chico vestido de demonio para elogiar su disfraz. -¡Ren..! ¿cierto? ¡Es un gran disfraz!

Le resultaba un poco desesperante no conseguir ver la cara de Reino a causa de la máscara, aunque no por ello sentía temor como otros de las invitados que llegaron después que reaccionaron con un pequeño sobresalto al verlo con esas pintas. Era de esperarse pues el efecto sorpresa no existía para ella debido a que lo había ayudado a escoger su disfraz. Al parecer serían pocas personas, una fiesta íntima organizada por el sello con el objetivo de afianzar las relaciones entre sus empleados, quizás incluso de allí podría salir alguna propuesta laboral interesante, después de todo su banda aún no estaba completa y aún continuaba en la ardua búsqueda de miembros. Si bien se suponía que ese espacio estaba diseñado para la diversión y el esparcimiento, Reira sabía aprovechar esa clase de oportunidades para su propio beneficio, sin darse llevar por el ambiente festivo, pero adaptándose al correr de las situaciones. Sonrió ante el sencillo elogió de su representante, aunque no le pareció que era muy sincero. ¡En verdad era difícil sorprender a ese hombre! A veces pensaba que debería rendirse, tratándose de una empresa imposible, sin embargo aunque en oportunidad decidía con la mente en frío que lo mejor sería añejarse, no conseguía hacerlo. El vínculo que los unía era de algún modo especial. Ayudarlo con la organización había sido divertido, siempre le había agrado ocuparse de la decoración y el catering de los eventos, y aquel con una temática terrorífica sin duda requería atención extra. Antes que ella sólo había llegado un muchacho rubio al que nunca antes había visto, le dirigó una sonrisa y un pequeño gesto con la cabeza a modo de saludo, mientras se acercaba a la mesa donde elegantes copas blancas estaban listas para la champagna. Llenó una con gracia el contenedor de fino cristal y apenas lo saboreo con los labios, distraída, sin prestar atención al sonido de la puerta.

Las personas llegaban una tras otra, todos con increíbles atuendos, originales y elaborados. El siguiente fue Ren ¡Hacia tiempo no lo veía! Finalmente luego del encuentro casual en el acuario no habían vuelto a contactarse, sin embargo era agradable que la casualidad volviera a reunirlos en aquella fiesta. -Buenas noches-lo saludo con una radiante sonrisa cuando se le acercó, aún sosteniendo la copa entre sus dedos. Aquel joven era siempre tan gracioso, de los pocos que conseguía sacarle fácilmente una sonrisa sincera, su actitud y sus palabras lo convertían en un galán sin remedio, sin embargo le resultaba simpático. Le guiñó un ojo, divertida con ese comentario y luego de beber otro pequeño sorbo respondió. -También es una sorpresa volver a vernos luego de tanto tiempo, ¡aún me debes la recorrida por la ciudad! Aunque déjame decirte que ya me las ingenie para conocerla por mi cuenta. -Pronto ambos volvieron el rostro hacia la puerta, cuando la bellísima Ren hizo su aparición. Llevaba un precioso traje que sin dudas era una versión del que usaba Alicia en la película homónima, ¡era increíble que estuvieran a juego sin haberlo acordado con antelación! -¡Ren!-Exclamó encantada de aquella feliz coincidencia, tomando sus manos con gran entusiasmo, después de todo eran compañeras de trabajo, y aunque aún no se conocían demasiado deseaba que pronto pudieran volverse buenas amigas. -¡Tu traje es precioso! Y estamos a juego-rió divertida antes de descubrir aquel discreto intercambio de miradas entre el Idol y la guitarrista. Vaya, eso si la sorprendió, aunque sin duda harían una bella pareja. Sentía curiosidad, sin embargo cerró la boca para no causar problemas, sin dudas ocurría algo entre ellos, la timidez de la linda Ren y la expresión de Idol los delataba. ¡Pero cuantas sorpresas! Sin duda esa sería una reunión interesante.

Pronto llegó alguien más, un joven de cabello rojizo al cual no conocía. "Kei...." su nombre se la hacía familiar, pero no podía recordar quien se lo había mencionado antes. Aquello la dejó pensando, sin embargo no forzó mas a su memoria y sencillamente lo dejó estar. Finalmente hizo su aparición la última de las invitadas, una bella y distinguida mujer, alta, delgada, y con unas facciones hermosas. Su cabello era increíble debido al extraño color natural que poseía, y su traje sin dudas estaba muy bien elaborado, original, perfecto para la ocasión. Continuaba cerca de la guitarrista y el Idol, sin embargo con  disimulo mantenía la atención en el intercambio entre la joven y su manager, parecía que se conocían con anterioridad, eso no era raro pues Reino estaba en el sello hace milenios, y probablemente conocería a la mayoría de sus miembros mas antiguos, sin embargo su sexto sentido femenino le hizo pensar que debería mantenerse alerta. Sin darse cuenta se había bebido toda la copa, por lo que la dejó sobre la mesita junto a las demás. Aquel era un grupo extraño y variado, sin dudas deberían encontrar algo entretenido que hacer, pues puede que sino todo se volviera un poco tedioso, y era importante que la fiesta fuera un éxito. Distraída se acercó al equipo de música para cambiar la melodía por algo más enérgico, que daba la posibilidad de bailar, aunque sin aturdir a los invitados.

La mayoría parecía muy tímidos aún como para lanzarse a la pista, de modo que pensó en algo mejor para romper el hielo. -¿Que les parece jugar a la Ouija? -recordaba que había jugado aquello una vez, hace mucho, cuando aún era adolescente y vivía en su pequeño pueblo natal. Había sido idea de una de sus amigas durante la preparatoria, y aunque todas habían puesto mucho entusiasmo la cosa no pareció funcionar. No es que en realidad creyera en esas cosas, pero parecía ser una propuesta acorde a la temática del evento. Seguramente todos los conocieran, de todos modos lo explicó sólo por si acaso. -Se coloca una copa boca abajo rodeada por las letras del alfabeto. Cada uno de los participantes coloca el dedo índice en la base de la misma y se concentra. En un principio nada ocurre, cuando pasa el tiempo y de acuerdo a la habilidad psíquica de los participantes, la copa comienza a moverse letra por letra, contestando a las preguntas que se realizan. ¡Es muy divertido!-tomó entre sus manos la copa vacía en la que anteriormente había bebido, enseñándosela a los presentes. -¿Que dicen? ¿Se atreven a intentar?

Tanto Reino como Julius  fueron muy corteses con el idol, algo que sin dudas sería un buen comienzo, Ren hizo también un cumplido al traje del rubio.

Pues a ti te queda muy bien el que llevas,  luces bastante gallardo, good choice~-guiño un ojo para luego sonreírle a Layla- Ya ve dear lady~ he sido tan malo en no llamarte que hasta en demonio me convertí jaja, pero ahora que conoces la ciudad aún así podemos tomar un café un día ¿no te parece? ya sabes, como compañeros.

Ren claramente antes había coqueteado con Layla, pero ahora eso ya en el idol era algo común, casi automatico. Ahora veía a Layla como una potencial compañera más que como otra cosa y eso se acrecentó cuando de pronto entró la guitarrista al departamento. Ren abrió ligeramente los ojos cuando ella se acercó saludando a la mujer a su lado, no pensaba que se conocían, aunque teniendo en cuenta de que Layla ya era miembro del sello no era muy dificil.

Nunca pensó verla a Ren rubia y vestida de aquella forma, pero la verdad no costó que reconociera los ojos azules de la muchacha ni sus rasgos¿quizás se había fijado mucho en ellos?Eso lo hizo sentirse algo nervioso, pero nada que no controlase, obviamente no iba a ponerse como un adolescente en frente de la gente. Sonrió al verla he hizo una leve reverencia ante ella- Good night, little Alice~-cuando sonrió se vieron los colmillos del idol, claro que Shitori se había hasta lucido con eso. No iba ahora a negar que las palabras de la castaña guitarrista le habían hecho feliz - Muchas gracias, Sitri es mi estilista, hizo un gran trabajo ayudándome con este traje~-miró con más detención el vestido de Ren- ese disfraz te sienta muy bien...-tomó un mechón de la peluca y sonrió- El rubio hace que tus ojos se vean más azules, muy bien jugado, Ren-chan~ hasta dan ganas de jugarte una travesura~

La puerta volvió a sonar, giró el rostro para ver la entrada y allí pudo ver al siguiente invitado, un chico de cabellera roja vestido de vaquero, no iba a negarlo, le recordó a Otoya Ittoki y eso hizo que soltara el mechón de cabello de Ren.

"Vamos, Ren no es él...no has desarrollado algún problema con los pelirojos ¿o si? eso sería ridículo."
- se rió de si mismo por aquella tontería-

Iba saludar al recién llegado pero al verlo tan reacio prefirió no ser desconrtes, ya podía hacerlo cuando entrase. Reino hizo pasar al pelirojo con un empujón leve¿Por qué estaba mirando hacia la dirección con esa cara?"Ya te estás fijando en esas cosas de nuevo, que mala manía".

No creo que bebas champagne, pero quieres una copa Ren-chan? qué tal tú Julius?- No era el anfitrión, pero a él le gustaba tener esos detalles, sobre todo si esta era una reunión para hacer buenas relaciones con los demás, de eso él sabía.

Una guapa mujer muy esbelta y de rostro elegante se hacía presente ahora para completar la fiesta- Oh, Buenas noches señorita Millaray, recuerdo haber escuchado de su familia, lady. También he de decir que he visto su trabajo como bailarina, muy elegante si me permite decirlo-le extendió la mano para estrechársela- Mi nombre es Ren Jinguji, soy idol, es un placer conocerla- Tener buenas relaciones con familias de la industria del entretenimiento era una obligación de parte de Ren, si bien era un idol su misión desde hace mucho había sido ser la cara del conocido emporio Jinguji y aunque en sus años de juventud se negaba a ese estilo de vida luego se percató de que con ello ayudaría a su hermano mayor Seichiro, por lo que cada vez que podía era de lo más beneficioso crear buenas instancias.

Ya todos presentes, Layla no tardó en proponer un juego muy acorde a las fechas. En el pensamiento de Ren nunca le ha preocupado mucho el tema de los espíritus y ese tipo de cosas porque...bueno, estar en saotome gakuen le había traído extrañas vivencias mágicas y muy inusuales(sobre todo gracias a Camus y a Cecil). Se encogió de hombros con una sonrisa- Un poco de "esoterismo" no vendría mal ya que estamos en la noche de halloween, supongo~ y claro, si es que el dueño de casa no tiene problema. Me apunto.

-miró a Ren para saber si este tipo de cosas le asustaban, luego comenzó a fijarse en la cara de los demás presentes

Agradecía enormemente tener gente conocida a su alrededor, incluso el hombre a quien no conocía resultaba ser muy amable, todo un caballero. De los besos en la mano había logrado aceptarlos mejor, ya no terminaba siendo un tomate por ellos, por lo que pudo saludar a Julius con mayor naturalidad respondiéndole con una sonrisa. Layla parecía muy animada, incluso luego de su tensa primera impresión ahora, que trabajaban juntas, se había vuelto muchísimo más accesible con Ren, no podía negarlo, la gente llena de energía le encantaba.-¡Sí! Estamos a juego...Su majestad~-bromeó realizándo una reverencia hacia ella, después de todo era la Reina de corazones, Alicia no podía dejar su educación de lado.

¡Vaya! El traje de Jinguji era sumamente completo, lo cual pudo notar al ver los colmillos que se asomaban traviesamiente en su sonrisa, aquel estilista tenía mucho talento y amor por su trabajo, después de todo el saber que él había creado la imagen del Idol dejaba una muy buena impresión como profesional...quizás pudo haberle pedido ayuda a Delta, aunque claro, no era su estilista y tal vez le habría tirado un zapato por la cabeza.-¿U-una travesura...? ¡No puedes! Te cortarán la cabeza!-le respondió escondiéndose, en forma de juego, tras Layla, huyendo del "demonio".

La puerta volvió a sonar, una voz masculina muy conocida resonó en sus oídos. Era Kei. Dio un pequeño sobresalto, empeñándose aun más en ocultarse tras Layla, más bien entre Layla y Ren, casi como un actoreflejo, percatándose de lo estúpida que había sido su actuar se alejó algo avergonzada. Le vió de reojo volteándose casi enseguida al rectificar que se trataba de él. Negó el ofrecimiento de Ren con la cabeza nada más. ¡No podía seguir actuando como una niña asustada cada vez que veía a Kei! Eso...le incomodaría a todo y aun más al pelirrojo.-Mh...No, no te preocupes Ren-kun-le sonrió intentando parecer natural.

Layla enseguida rompió el hielo proponiendo aquel juego, el cual estaba lejos de molestarle. Le encantaban las cosas paranormales pese a que era sumamente miedosa con ellas. Casi emocionada miró a Layla, Ren y Julius, los que se encontraban cerca. Cuando sus ojos llegaron a Kei recordó lo malo que era con aquellas cosas, cambiando su expresión a preocupación.

El pelirojo no tuvo más remedio que pasar luego de que Jason practicamente le obligara con un empujoncito a hacerlo. Luego de entrar y un tanto timido o más bien, evidentemente incomodo, Kei saludó a los presentes, apenas haciendo contacto visual con algunos.

-Buenas noches... -Susurró suave para luego avanzar sin más hacia la mesa donde estaban los tragos como si de esa manera pudiera resguardarse del contacto directo con los demás, pero claro, eso no evitó que Kei no pudiera despegar la mirada de toda la escena en la que Ren parecía ser el centro de atención. Quizás si se hubiese dado bajo otras circunstancias Kei se hubiese admirado de lo radiante que se veía con su disfraz, el de todos parecía estar elegido con mucho cuidado y bueno él... a él no le gustaba halloween por la temática paranormal en primer lugar! era solo por los dulces.

Tomó un vaso al azar, era algo con alcohol y jugo de frutilla, le venía bien para poder digerir la escenita que sus ojos estaban presenciando. La química entre la chica que era su ex pareja y el sujeto que probablemente era algún idol del sello, con todo ese aire de galan y.... De pronto Kei recordó aquel artículo amarillista donde mencionaban a Ren hace unos cuantos días... Sí, ahora lo recordaba! Era ese sujeto que si mal no recordaba, tragicomicamente compartía el mismo nombre con ella.

¿Acaso el articulo era verdad....?

No iba a negarlo, claramente algo a lo que no estaba acostumbrado crecía dentro de él por toda la situación. Una parte de si mismo le pedía salir corriendo de ahí, la otra temía que su ausencia solo le perjudicara a sí mismo. Prefería quedarse ahí y observar las cosas, después de todo... si Ren tuviera algo con aquel sujeto... seguramente se lo hubiese dicho... no?

Kei se tomó el vaso casi de golpe, mas que nada por querer espabilar un poco, porqué rayos estaba teniendo un ataque de celos cuando él mismo se supone, estaba con alguien más....?

Suspiró, era realmente un hipócrita. Y se odiaba un poco por eso, pero también entendía que a veces los sentimientos no era algo que uno pudiese controlar. Bien, si quería al menos cumplir con las formalidades del sello y con la persona que él realmente era, tenía que cambiar su actitud de gato arisco y pasar el trago amargo, incluso si eso significaba volver a ser medio amigo más del alcohol que de los dulces por esa noche.

Kei dejó el vaso y tomó uno más antes de acercarse a todos los presentes y saludar, ahora sí, correctamente, dio la mano a cada uno y se presentó, solo siendo diferente con la chica a quién saludo por su nombre y con una sonrisa media nerviosa. Sería extraño hacerlo de otra forma y es que después de todo su relación había sido algo conocido para gran parte del sello.

Cuando propusieron la actividad para la noche Kei no pudo hacer más que reír nerviosamente. ¿Era enserio...?

-S-supongo que está bien... -Contestó él intentando hacerse el valiente mas que nada por no seguir siendo el que tensaba y/o terminaba aguando el ambiente.

Spoiler:

El recibimiento de mis compañeros del sello en cuanto entré y me presenté fue muy bueno, parecían ser personas buenas y divertidas, no superficiales como las personas con las que suelo frecuentar en los eventos en los que soy invitada, incluso el ambiente no se sentía tan cargado de malas vibras y digo esto por una razón un tanto personal. Un caballero en particular me dio la bienvenida con un poco más de confianza, pero viendo su físico y la manera tan natural en que se desenvuelve con las personas podría decir que es del campo que más auge está comenzando a tener, el de los idols. A sus comentarios reaccioné con una sonrisa amable, y de agradecimiento pues el escuchar que tu trabajo gusta de las personas es lo que te da fuerzas para volver a seguir- Muchas gracias por sus comentarios señor Jinguji, me apena decir que yo aún no eh tenido la fortuna de verlo en el escenario pero espero que en un futuro no muy lejano pueda hacerlo- Le comenté, de la manera más sincera que pude.

Lo cierto es que nuestra conversación no fue mucha, solo esas pocas palabras pude decirle al caballero Jinguji pues una dama, la cual por cierto tenía un disfraz tan hermoso y atrevido, nos propuso que en esta noche realizáramos una sesión de Ouija. Mi expresión cambió, a una un tanto sorprendida y estaba pensando muy bien en si aceptarlo o no pues aunque no sea muy creyente de las cosas esotéricas pensaba que no se tenían que tomar tan a la ligera ese tipo de cosas. Incluso en Francia algunas veces mis compañeros propusieron que hiciéramos esa práctica, yo en esa ocasiones los rechacé poniendo cualquier pretexto. Tal vez pudiera hacer lo mismo en esta ocasión pero prometí que iba a cambiar un poco mi actitud, además con aquello uno se podría distraer y así el ambiente en el lugar pudiera cambiar, pues fuera imaginación mía o no sentía cierta tension en algunas personas. Cabe decir que en estos casos no era yo, además algunos ya estaban comenzando a aventurarse en aquella sesión “espiritista”, sucediera algo o no pues supongo que eso se descubriría.

-Suena interesante lo que propone, aunque no creo ser tan buena en habilidades “psíquicas” uno no pierde nada con intentarlo ¿Cierto?- Dije de la manera más calmada que pude pero en realidad me tenía cierto pendiente lo que ocurriría, no quería arruinar la noche negándome a la invitación por corazonadas que tal vez solo eran fantasias mías- ¿Cómo debemos de ponernos? Yo seguiré todas las instrucciones.