Huésped inesperado (priv. Borislav)

Mientras cocinaba bromista contesto. -¡Fueron las 2 mejores horas de mi vida!- Si bien el descanso fue poco, haber estado en una mejor cama fue agradecido incluso por su espalda. -Claro que mi celular al parecer tiene celos que me acueste con la cama- Casi terminaba ya de cocinar el desayuno.
-¿Es común que tengas ingredientes para preparar comida y no cocines ¿O es mi día de suerte haber encontrado esto?- Sirvió los hot cakes en ambos paltos para llevarlos a la mesa.
-Aquí están: uno con sangre para mí y otro sin sangre para ti...- No pudo contener soltar una sonrisa bromista. -¡nah, es broma! Por suerte sólo tengo el dolor del golpe de anoche. Cosa que ya estoy demasiado acostumbrado- Comentaba mientras se sentaba a desayunar.

Miraba de reojo la cafetera mientras el aparato hacía su trabajo, había sido un obsequio de su hermano, que la había visitado por primera vez en su nueva casa un par de noches atrás. Sabía que Reira era un tanto perezosa a veces, y el café siempre la ayudaba a recuperara energías. Francamente era un excelente regalo, la cosa hacia maravillosos cafés y no requería una gran habilidad. Cuando el pitido anunció que la bebida estaba lista la chica retiró la jarra llena de liquido oscuro y lo sirvió en dos tazas, colocándolas luego sobre la mesa. -¿Solo dos horas? ¿tienes insomnio?-se sorprendió por ello, pues ella había descansado sus buenas siete horas, y podría decirse que estaba casi como nueva, sólo aquel fastidioso dolor de cabeza consecuencia de la resaca que demoraría todo el día en desaparecer del todo. Se sentó en una de las sillas esperando que la comida estuviera lista, mientras azucaraba su bebida. -Siempre tengo algunas cosas por si tengo visitas que deseen cocinar-explicó en tono de broma aunque en parte era cierto. Esperaba que su manager se apareciera por allí uno de esos días, y aceptara cocinar algo delicioso para ella.

Rió ante su broma y sacó la lengua como si su comentario le hubiera dado asco. Luego tomó su plato y cortó una porción para llevarse el hotcacke a la boca y saborearlo. -Mmm ¡Muy dulce!-exclamó entusiasmada probando otro para después decidir untarlos con algo de queso crema. Bebió un poco de café y miró el perfil de Borislav, su nariz aún estaba hinchada, y a sus lados algo de morado se extendía debajo de sus ojos. El golpe había sido fuerte, pero no parecía ser la clase de hombre que se quejara por esa clase de cosas. Miró de reojo el reloj de la sala, tenía sólo dos horas para desayunar, bañarse y llegar a la prueba del vestido de novia de su cuñada. Suspiró y se llevó otra porción a los labios. -Lo siento, pero pronto tendré que salir.-comentó para mantenerlo al tanto de que en poco deberían abandonar el apartamento.

El dolor en la nariz seguía latente, aunque ya parecía disminuir, sería cuestión de un par de días en el que el moretón y la hinchazón se fueran.
-Pues podría ser una combinación de insomnio y de "Jet Lag". Esas dos cosas me dejaran noqueado más tarde al parecer- Una historia que se ha repetido unas cuentas veces en su vida.
Agradeció la aprobación del desayuno que acababa de hacer contestándolo con una broma. -¡Gracias! no sólo me agrada el sabor amargo del alcohol-
Miró el reloj al observar que su anfitriona parecía apresurada. -¡No hay problema! Creo que podré tomar un taxi hacia mi departamento. ¿Una cita muy importante con alguien?- En este asunto se refería si tenía una junta importante.

Comió otro bocado manteniendo su sonrisa alegre, nada mejor que empezar el día con un desayuno delicioso. Era agradable tener alguien en casa, a su vez bastante extraño, pues por lo general no llevaba visitas a casa, sin embargo Borislav era agradable y confiable, eso le simpatizaba. Bebió otro poco de café y limpió sus labios con una servilleta al terminar, por desgracia necesitaba darse prisa si deseaba llegar a tiempo, lo último que necesitaba era otra razón para que su cuñada la odiara. Se levantó dejando los platos sucios en el fregadero, luego se desperezó con pereza y corrió apenas las cortinas de la cocina para inspeccionar el clima exterior. Era un día soleado, sin nubes, aparentemente con una temperatura moderada. Un día idea para pasar al aire libre. Suspiró y se volvió a él al escuchar su pregunta. -Una prueba de vestidos de novia...-explicó con una sonrisa ladeada, sin estar realmente entusiasmada por ello. -Mi hermano se casará en dos semanas, y me pidió que acompañe a su novia a la última prueba... No es como si nosotras nos lleváramos bien, para nada, pero al parecer intenta que seamos cercanas...-se encogió de hombros y se enjuagó las manos tras abrir el grifo. -¿Tu apartamento esta lejos?-preguntó regresando a cerca de la mesa y robando del plato del hombre un pequeño pedacito de hot cake, sólo de golosa.

-Tengo que ir hacia el centro, tomaré un taxi, si te sirve podríamos ir juntos hacia allá-se encogió de hombros sin darle mucha importancia y partió escaleras arriba para poder ir a ducharse, se tomó su tiempo bajo el agua antes de salir y escoger su vestuario, optando por unos pantalones color crema y una blusa azul oscura. Sencilla pero elegante, como era su costumbre. Se recogió el cabello en un rodete alto y sólo delineó sus ojos, sin exagerar con el maquillaje. Tras corroborar su imagen en el espejo varias veces regresó a la planta baja y tomó su cartera, verificando que todo lo necesario estuviera allí, y enviando un mensaje a su cuñada para confirmarle que estaba en camino. -¿Vamos?-preguntó al otro con las llaves en la mano.

Era curioso, no era muy común que hiciera una amistad así tan rápido, pero al parecer la agradable personalidad de Reira hizo que el joven se sintiera más cómodo con su presencia.
-¡Una boda, qué hermoso! ¡Me encantan las bodas! ¡Bebidas por todos lados!- Bromista, pero no mentía del todo. Cualquier ceremonia social que involucrara alguna fiesta era del agrado de Borislav. Incluso de las pocas ocasiones que pasaba tiempo con su familia. -Bueno, al menos hacen el intento...creo que la última vez que intenté congeniar con mi familia fue cuando tenía 17. Antes de mencionarles que no entraría a la universidad y aceptaba el contrato con la disquera. No les agradó la idea, obviamente, pero eso ya es pasado-
Volvía a terminar su desayuno -Creo que sí...por esos barrios bajos de la ciudad...- Estaba apunto de acabar su trozo que la mano juguetona de Reira le robaba el trozo de hot cake. Lo había agarrado desprevenido. -¡Siempre el mejor trozo! Nunca falla-
-Creo que acercarme para allá no me vendría mal- Aceptó la propuesta y se levantó para arreglarse mejor. Por suerte haber improvisado un "lavado rápido" de su camisa hizo que el olor a cerveza se desvaneciera casi por completo. Se fue al baño para lavarse bien la cara, y que el olor a jabón predominara por lo menos hasta que llegara a su apartamento.-¡Listo!- Respondió una vez que llegó a la estancia.

¿Hermoso? Quizás lo fuera para otros, ella no disfrutaba mucho ese tipo de eventos, espacialmente cuando sabía que debía acudir sola y soportar el sermón de tus padres. "A tu edad y aún soltera..." ¿Acaso ese era el irremediable destino de una chica? Parecía que en la estrecha mentecita de sus padres era imposible concebir que no estuviera interesada en formar una familia, su carrera siempre había estado en el primer lugar, robando todo su tiempo y energías. Además estaba segura de que sería una pésima madre, era egoísta, distraída y bulliciosa. Suspiró y se frotó la frente como si consiguiera así borrar esos pensamientos. -Te cedería mi puesto con gusto si se pudiera-comentó con algo de pesar sin disimular su desagrado ante tal festividad. Siquiera podía sentirse feliz por su hermano Gabrielle, su futuro esposa la odiaba injustificadamente, e incluso intentaba alejarlo del mundo de la música. Sospechaba que haría todo lo posible por llevárselo lejos de Glass City, y el tonto estaba tan prendado de ella que le seguiría la corriente. Sin dudas lo perdería otra vez. ¿Es que en algún momento lo había recuperado? Frunció el ceño, y casi hizo un puchero. -Tampoco se me permitirá beber mucho... realmente será aburridísimo.- Sonrió un poco al escuchar sus comentarios y se encogió de hombro sin estar del todo de acuerdo. -La verdad es que ya no lo hago, de ser por mi no asistiría pero... Bueno, creo que mi hermano no me lo perdonaría. Mis padres tampoco acuerdan con que me dedique a la música, ellos son....mas tradicionales.

Pronto ambos estuvieron listos para salir, la visita había terminado, pero se sentía contenta de poder decir que había conseguido un buen amigo. -Con un poco de suerte debutaré pronto, estoy planeando un concierto como solista.-hizo un gesto llevándose el dedo índice a los labios. -Pero es un secreto-sonrió y acomodó la cartera en su hombro, antes de buscar sus llaves. -Si quieres puedo conseguir una entrada para ti...-agregó colocando la llave dorada dentro de la cerradura para conseguir salir al exterior donde los rayos del sol por un instante la cegara. -¿Que dices?-se acercó sintiendo como sus tacones resonaban contra el pavimento, y esperó paciente un taxi libre dispuesto a detenerse. No demoró en conseguirlo y subir en la parte trasera, esperando que Borislav la siguiera. Le indicó al chofer la dirección a la que necesitaba ir, y volvió a mirar a su acompañante. -Yo bajaré primero, luego puedes seguir hacia tu apartamento.-comentó con una sonrisa animada.

Familias, siempre tienen ese miedo que alguien se dedique a algo "inútil" o una "carrera sin futuro", lo mismo que sucedió con Borislav; su familia le dijo que el mundo de la música no lo llevaría a ningún lugar. Esa opinión no la tomó con buen animo, lo que significó la separación total con su familia.
-¡Vaya que es una lástima! Pero comprendo lo de tener una familia más tradicionalista. ¡Suerte con eso!- Realmente comprendía la incómoda situación en la que Reira se encontraba.
Una vez listos para irse, Borislav recibió la invitación para asistir al primer concierto de su anfitriona. Después de pensarlo un poco accedió interesado. -¡Claro! ¿Por qué no? Sería interesante asistir-
Esperaron el taxi una vez afuera, que no demoró mucho y se sentaron. El joven colocó sus manos atrás de su cabeza para ponerse más cómodo. -De acuerdo. No es que tenga mucha prisa en llegar a ese agujero...En cuanto más pronto pueda conseguir un departamento mejor, me mudaré de ahí- rió un poco mientras observaba por la ventana del vehículo -Por cierto...¡Gracias por la hospitalidad!-

Sin dudas había sido una dichosa casualidad conocerlo en el bar la noche pasada, no era especialista en hacer amigos, pero sin embargo las cosas habían sido fáciles con él. Ojala volvieran a verse otra vez, en algún momento, después de todo trabajarían en el mismo sitio, no sería extraño que se encontraran. El taxi pronto cruzó las calles del centro hasta llegar a su destino, estacionando en la entrada del lujoso edificio donde el diseñador tenía su galería. ¿Cuanto habrían pagado por sus servicios? Sin duda esa mujer era una completa consentida, ¿pero podía culparla? Si alguna vez se casaba probablemente también deseara que todo fuera perfecto, aunque aquel sueño era lejano, se negaba a descartarlo del todo. Quizás, algún día. Recogió la carretera y el saco para después pagar por el viaje al conductor. -No fue nada, un placer-sonrió como era su costumbre y tras saludarlo apenas con la mano descendió del vehiculo. Antes de marchar, acotó algo más, hablándole por la ventana. -No olvides tomar algunos analgésicos-agregó tocando su propia nariz como referencia, dio media vuelta, y acortó el tramo hasta la entrada ingresando pronto al imponente edificio. Definitivamente esos no eran sus planes ideales para una tarde de sábado, sin embargo debía intentar llevarse bien con su futura cuñada por el bien de todos.