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Melodia de dos.
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Melodia de dos.
Otra noche fuera de casa ¿Llegar pasadas las 12 a casa no era suficiente? Bueno quizá el estar en una librería con compañía no clasificaba en noches alocadas. Aún era temprano Walker sostenía su teléfono con la mano izquierda tecleando con su dedo pulgar, su hermana le había mandado un mensaje cosa que le alegraba mucho aunque no lo expresara, si bien su hermana no era la mejor de todas pero después de todo era su familia. Al terminar de teclear una gran biblia presiono la tecla de Enviar, si tenía algunas semanas sin ver a su hermana y aprovecho para contarle todo lo que había pasado durante estos días, guardo su móvil en el pantalón y siguió caminando por las calles aparentemente sin rumbo.
¿Qué pensaba hacer ahora el azabache? Estaba falto de música al parecer, le faltaba algo más que solo escuchar a su guitarra, seguro se estaba haciendo más exigente desde que llego a la gran ciudad. Atento a lo que pudiera encontrar. De algo estaba seguro, el calor no había disminuido ni un grado, pero ahora estaba bien vestido, una camisa sin mangas de color blanco con un estampado bastante artístico y no se puede olvidar el distintivo collar que rodeaba su cuello, eso nunca se lo quitaría, le gustaba bastante como para pensar en quitarlo y ya no encontrarlo de nuevo.
Caminaba por las aceras de las calles, a comparación de la otra noche estaba calmado y era más viable. Suspiro pesadamente sintiendo el vibrar el su teléfono en su pantalón. Walker no era un adicto en la tecnología, pero su mente no era la mejor de todas y por eso escribía recordatorios en su teléfono todo el tiempo. Saco el móvil de su oscuro pantalón y leyó lo que estaba escrito – Tsk – chasqueo los labios en señal de molestia, no le gustaba tener cosas pendientes, pero esto era importante, su audición seria pronto y no se sentía muy inspirado que digamos – Día sombrío número 1 – Murmuro para sí mismo guardo el móvil en el oscuro abismo de nuevo. Su mente por el momento estaba bloqueada y eso no era bueno cuando se sostenía una guitarra, no se sentía lo mismo y sin duda no se presentaría así en la audición – Vamos Walker- se presionó así mismo sacudiendo la cabeza mientras seguía caminando. Quizá no tenía rumbo pero si un objetivo, encontrar cualquier cosa que le sacara de esa miseria.
Ahora en vez de caminar parecía como si estuviera trotando mirando a los lados en busca de algo interesante, y finalmente lo encontró – Karaoke – Leyó el letrero con luces llamativas y de adentro de podía escuchar como voces principiantes se animaban a cantar. Walker no era muy bueno cantando, pero parecía un lugar donde se mostraban varios géneros musicales, así que su conclusión fue que sería un buen lugar para intentar salir de su crisis, o quizá para relajarse un poco.
Se acercó a paso lento y abrió la puerta para entrar en el local. Era un sitio bastante animado y repleto de personas sociables y con deseos de divertirse – Nada mal – dio su sello de aprobación y con la vista busco una mesa vacía, no tardó mucho en encontrarla y a decir verdad era perfecta, ni muy cerca ni muy lejos del escenario. Camino hasta la mesa y tomo asiento tranquilamente, miro a los lados, parecía que realmente el lugar se llenaba de vida y la música parecía ser buena, hasta ahora no hay problema alguno. Golpeo sus dedos en la mesa como si estuviera esperando algo, y claro que esperaba algo, alguien que le ofreciera un menú para ver el tipo de bebidas que vendían, el azabache rezaba que vendieran algo más que no fuera alcohol, si no se quedaría son sed y en tiempos de calor eso no era nada bueno.
¿Qué pensaba hacer ahora el azabache? Estaba falto de música al parecer, le faltaba algo más que solo escuchar a su guitarra, seguro se estaba haciendo más exigente desde que llego a la gran ciudad. Atento a lo que pudiera encontrar. De algo estaba seguro, el calor no había disminuido ni un grado, pero ahora estaba bien vestido, una camisa sin mangas de color blanco con un estampado bastante artístico y no se puede olvidar el distintivo collar que rodeaba su cuello, eso nunca se lo quitaría, le gustaba bastante como para pensar en quitarlo y ya no encontrarlo de nuevo.
Caminaba por las aceras de las calles, a comparación de la otra noche estaba calmado y era más viable. Suspiro pesadamente sintiendo el vibrar el su teléfono en su pantalón. Walker no era un adicto en la tecnología, pero su mente no era la mejor de todas y por eso escribía recordatorios en su teléfono todo el tiempo. Saco el móvil de su oscuro pantalón y leyó lo que estaba escrito – Tsk – chasqueo los labios en señal de molestia, no le gustaba tener cosas pendientes, pero esto era importante, su audición seria pronto y no se sentía muy inspirado que digamos – Día sombrío número 1 – Murmuro para sí mismo guardo el móvil en el oscuro abismo de nuevo. Su mente por el momento estaba bloqueada y eso no era bueno cuando se sostenía una guitarra, no se sentía lo mismo y sin duda no se presentaría así en la audición – Vamos Walker- se presionó así mismo sacudiendo la cabeza mientras seguía caminando. Quizá no tenía rumbo pero si un objetivo, encontrar cualquier cosa que le sacara de esa miseria.
Ahora en vez de caminar parecía como si estuviera trotando mirando a los lados en busca de algo interesante, y finalmente lo encontró – Karaoke – Leyó el letrero con luces llamativas y de adentro de podía escuchar como voces principiantes se animaban a cantar. Walker no era muy bueno cantando, pero parecía un lugar donde se mostraban varios géneros musicales, así que su conclusión fue que sería un buen lugar para intentar salir de su crisis, o quizá para relajarse un poco.
Se acercó a paso lento y abrió la puerta para entrar en el local. Era un sitio bastante animado y repleto de personas sociables y con deseos de divertirse – Nada mal – dio su sello de aprobación y con la vista busco una mesa vacía, no tardó mucho en encontrarla y a decir verdad era perfecta, ni muy cerca ni muy lejos del escenario. Camino hasta la mesa y tomo asiento tranquilamente, miro a los lados, parecía que realmente el lugar se llenaba de vida y la música parecía ser buena, hasta ahora no hay problema alguno. Golpeo sus dedos en la mesa como si estuviera esperando algo, y claro que esperaba algo, alguien que le ofreciera un menú para ver el tipo de bebidas que vendían, el azabache rezaba que vendieran algo más que no fuera alcohol, si no se quedaría son sed y en tiempos de calor eso no era nada bueno.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
Mensajes : 141
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Edad : 27
Re: Melodia de dos.
Se sentía verdaderamente disgustada, odiaba discutir con su hermano pero estaba cansada de esa actitud. Desde que estaba saliendo con aquella chica había cambiado mucho, ya no le prestaba atención como antes, ni la llevaba de paseo por la ciudad, incluso sólo habían cenado una noche juntos desde que estaba en Glass City. Se sentía indignada, estaba segura de que esa actitud se debía a los manejos de esa mujerzuela que por alguna razón la odiaba. ¿O quizás eran celos? La chica había intentando ingresar al sello, y aunque su hermano le allanó el camino para que lo lograra fue rechazada de todos modos. No tenia talento ni personalidad para estar sobre un escenario, y Layla sospechaba que eso le generaba cierto resentimiento hacia ella. ¿Pero como es que su hermano se permitía influenciar con tanta facilidad? La enfurecía ser ignorada y desconocida por culpa de esa extraña, que seguramente sólo estaba con Gabriell para sacar alguna clase de rédito. Aquella noche habían discutido como nunca, pues lo había invitado a salir de paseo luego de la cena pero él se había negando excusando que la princesa Orianna no se sentía bien. ¿Quien la había invitado a ella de todos modos?
Necesitaba encontrar un modo de canalizar su ira, así que luego de probar unos bocados de pasta en el hotel decidió salir a estirar las piernas. El vecindario era seguro, y de todos modos no llevaba nada de valor mas que su teléfono celular. Las calles estaban bien iluminadas, aunque a esas horas ya no quedaban muchos peatones valientes. No tenía en claro a donde dirigirse, conocía poco los alrededores, y no llevaba mucho dinero con ella. Tomó su teléfono jugando con la lista de contactos, la mayoría de sus amigos estaban en Tokyo lo cual era desesperanzador. Contaba con Reino, pero no quería molestarlo con sus problemas familiares a esas horas, seguramente estaría ocupado en algo mas importante. Suspiró y volvió a guardar el aparato en su pequeña cartera. Escuchaba el sonido suave de sus tacos a medida que avanzaba por la calle vacía hasta llegar a la avenida principal. La joven vestía como lo hacia usualmente, un vestido hasta la rodilla de color azulado con pequeños detalles de conejos blancos dispersos por la tela, un sombrero en el mismo tono y un pañuelo blanco alrededor del cuello. Su look era casual, pero como de costumbre elegante. Se había arreglado pensando que su hermano aceptaría la invitación y no pensaba permitir que su noche se arruinara.
Un cartel luminoso llamó enseguida su atención al llegar a la calle principal. Se trataba del anuncio de un karaoke, se acercó un poco logrando escuchar la melodía que provenía del interior del local. El ambiente parecía agradable, y era justo lo que necesitaba. Cantar siempre la ayudaba a relajarse, la hacía sentirse viva y llena de energías. Estaba segura de que de esa forma podría olvidar el inconveniente con Gabriell que tanto la había disgustado. Ingresó en el lugar viendo con una sonrisa el escenario, había una pareja cantando Everybodys´s changing, una de sus canciones favoritas. Se quedó cerca de la entrada escuchando el dúo con una sonrisa en los labios, disfrutando de la interpretación hasta que terminó, uniéndose a los aplausos del público. -¿Quien será el siguiente?-preguntó el chico que acababa de concluir manteniendo a su novia abrazada por sobre los hombros. Layla no lo dudó y elevó su mano en el aire, a la vez que dejaba salir su voz con entusiasmo. -¡Yo lo haré! -se apresuró a dirigirse al escenario, aceptando el micrófono de manos del joven quien pronto dejó el escenario. La mujer sonrió a su público casual antes de comenzar a hablar. -Buenas noches, soy Reira, y esta noche interpretaré Listen to your heart- aflojó suavemente el pañuelo que adornaba su cuello delgado de modo que no le resultaba y nuevamente tomó el micrófono con ambas manos cerrando los ojos antes de comenzar a cantar. La voz salía de su garganta con claridad y sentimiento, aquel era uno de sus temas preferidos de Roxette, conocía cada acorde de memoria, lo había interpretándolo cientos de veces antes y disfrutaba de hacerlo. A medida que la canción avanzaba se fue relajando y soltando, moviéndose al compás de la melodía, gesticulando con sus manos y moviendo la cabeza a los lados haciendo que sus rizos se balancearan. No se percató del silencio del público, que la escuchaban atentos, incuso muchos de los camareros habían desatendido su tarea por quedarse prendados de ella. Su voz angelical inundó fácilmente el local de karaoke, obsequiando a los presentes un momento mágico. Cuando la interpretación terminó la mujer colocó el micrófono en su sitio y se llevó el cabello hacia atrás ligeramente acalorada. -Gracias por escucharme-saludó antes de bajar del escenario con tranquilidad. Se sentía relajada y tranquila ahora, había liberado todas sus frustraciones y ansiedades al cantar, sentía que su cuerpo pesaba menos y que podría dormir bien esa noche.
Paseó la vista por el lugar buscando un sitio libre, la verdad el lugar estaba algo lleno y no resultaría fácil encontrar un lugar. Finalmente divisó una mesa en que sólo estaba sentada una persona, así que decidió acercarse. -¿Esta ocupado este sitio?-pregunto con una sonrisa amable mientras se deshacía del pañuelo de su cuello pues aún no se le iba del todo el calor tras el pequeño show. Ante la negativa por parte del joven se acomodo en un asiento a su lado y tomó la carta entre sus manos que el camarero acababa de llevarlo. -Ummm...-sus ojos vagaron rápidamente por las opciones en busca de algo fresco que beber decidiéndose enseguida. -Un jugo de ananá por favor-[/color]pidió viendo luego a su compañero de mesa ofreciéndole el menú. -¿Tu ya pediste?-había notado que aún no había ninguna bebida sobre la mesa, aunque quizás el chico estuviera esperando que le trajeran la suya. Utilizó su pañuelo para amarrarse el cabello en una coleta alta, abanicándose ligeramente con la mano. -Uf, que calor hace...-mencionó sin dirigirse a nadie en particular mientras observaba al siguiente valiente que subía al escenario.
Necesitaba encontrar un modo de canalizar su ira, así que luego de probar unos bocados de pasta en el hotel decidió salir a estirar las piernas. El vecindario era seguro, y de todos modos no llevaba nada de valor mas que su teléfono celular. Las calles estaban bien iluminadas, aunque a esas horas ya no quedaban muchos peatones valientes. No tenía en claro a donde dirigirse, conocía poco los alrededores, y no llevaba mucho dinero con ella. Tomó su teléfono jugando con la lista de contactos, la mayoría de sus amigos estaban en Tokyo lo cual era desesperanzador. Contaba con Reino, pero no quería molestarlo con sus problemas familiares a esas horas, seguramente estaría ocupado en algo mas importante. Suspiró y volvió a guardar el aparato en su pequeña cartera. Escuchaba el sonido suave de sus tacos a medida que avanzaba por la calle vacía hasta llegar a la avenida principal. La joven vestía como lo hacia usualmente, un vestido hasta la rodilla de color azulado con pequeños detalles de conejos blancos dispersos por la tela, un sombrero en el mismo tono y un pañuelo blanco alrededor del cuello. Su look era casual, pero como de costumbre elegante. Se había arreglado pensando que su hermano aceptaría la invitación y no pensaba permitir que su noche se arruinara.
Un cartel luminoso llamó enseguida su atención al llegar a la calle principal. Se trataba del anuncio de un karaoke, se acercó un poco logrando escuchar la melodía que provenía del interior del local. El ambiente parecía agradable, y era justo lo que necesitaba. Cantar siempre la ayudaba a relajarse, la hacía sentirse viva y llena de energías. Estaba segura de que de esa forma podría olvidar el inconveniente con Gabriell que tanto la había disgustado. Ingresó en el lugar viendo con una sonrisa el escenario, había una pareja cantando Everybodys´s changing, una de sus canciones favoritas. Se quedó cerca de la entrada escuchando el dúo con una sonrisa en los labios, disfrutando de la interpretación hasta que terminó, uniéndose a los aplausos del público. -¿Quien será el siguiente?-preguntó el chico que acababa de concluir manteniendo a su novia abrazada por sobre los hombros. Layla no lo dudó y elevó su mano en el aire, a la vez que dejaba salir su voz con entusiasmo. -¡Yo lo haré! -se apresuró a dirigirse al escenario, aceptando el micrófono de manos del joven quien pronto dejó el escenario. La mujer sonrió a su público casual antes de comenzar a hablar. -Buenas noches, soy Reira, y esta noche interpretaré Listen to your heart- aflojó suavemente el pañuelo que adornaba su cuello delgado de modo que no le resultaba y nuevamente tomó el micrófono con ambas manos cerrando los ojos antes de comenzar a cantar. La voz salía de su garganta con claridad y sentimiento, aquel era uno de sus temas preferidos de Roxette, conocía cada acorde de memoria, lo había interpretándolo cientos de veces antes y disfrutaba de hacerlo. A medida que la canción avanzaba se fue relajando y soltando, moviéndose al compás de la melodía, gesticulando con sus manos y moviendo la cabeza a los lados haciendo que sus rizos se balancearan. No se percató del silencio del público, que la escuchaban atentos, incuso muchos de los camareros habían desatendido su tarea por quedarse prendados de ella. Su voz angelical inundó fácilmente el local de karaoke, obsequiando a los presentes un momento mágico. Cuando la interpretación terminó la mujer colocó el micrófono en su sitio y se llevó el cabello hacia atrás ligeramente acalorada. -Gracias por escucharme-saludó antes de bajar del escenario con tranquilidad. Se sentía relajada y tranquila ahora, había liberado todas sus frustraciones y ansiedades al cantar, sentía que su cuerpo pesaba menos y que podría dormir bien esa noche.
Paseó la vista por el lugar buscando un sitio libre, la verdad el lugar estaba algo lleno y no resultaría fácil encontrar un lugar. Finalmente divisó una mesa en que sólo estaba sentada una persona, así que decidió acercarse. -¿Esta ocupado este sitio?-pregunto con una sonrisa amable mientras se deshacía del pañuelo de su cuello pues aún no se le iba del todo el calor tras el pequeño show. Ante la negativa por parte del joven se acomodo en un asiento a su lado y tomó la carta entre sus manos que el camarero acababa de llevarlo. -Ummm...-sus ojos vagaron rápidamente por las opciones en busca de algo fresco que beber decidiéndose enseguida. -Un jugo de ananá por favor-[/color]pidió viendo luego a su compañero de mesa ofreciéndole el menú. -¿Tu ya pediste?-había notado que aún no había ninguna bebida sobre la mesa, aunque quizás el chico estuviera esperando que le trajeran la suya. Utilizó su pañuelo para amarrarse el cabello en una coleta alta, abanicándose ligeramente con la mano. -Uf, que calor hace...-mencionó sin dirigirse a nadie en particular mientras observaba al siguiente valiente que subía al escenario.
- Canción:
Última edición por Layla Serizawa el Sáb Mayo 03, 2014 9:29 pm, editado 3 veces
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Re: Melodia de dos.
El azabache levanto sus cejar en gesto de impresión. La pareja que se había animado a subir al escenario había sido algo que había dejado sorprendido a Walker, a pesar de que no le gustaba aplaudir a los demás esta vez lo hizo uniéndose a todos los presentes del lugar, al menos había buenas voces a las cuales escuchar. Se encogió de hombros al escuchar la pregunta que venial del escenario, si bien Walker era bastante bueno con la guitarra, era todo lo contrario al momento de tomar un micrófono y cantar, pero ¿A quién se le ocurre ir a un Karaoke con la amenaza de que alguien te subiera al escenario a cantar? , si la respuesta era el chico de la mesa del al lado, parecía totalmente horrorizado con la idea, ya que sus acompañantes le estaban jaloneando para subiera a cantar, te salvaste esta vez Walker.
Pero los segundos una voz femenina y dulce se ofreció para subir al escenario, Andrew giro su cabeza para ver de dónde provenía la voz, personas comenzaron a aplaudir por la valentía de la joven. Parecía algo especial, no, quizá sea por su vestido azul de conejos, si eso debe de ser. Se cruzó de brazos mirando fijamente a la joven valiente. El camarero finalmente había llegado con el menú – Vaya – murmuro pero en cuanto iba a tomar la carta, su mirada automáticamente se giró a la joven que comenzaba a cantar, te dejas impresionar fácilmente ¿eh?. Quedaste inmóvil mirando a la rizada, al igual que el camarero que seguía al lado de la mesa.
Los aplausos habían regreso a Walker a la tierra y también el hecho de que la joven se había acercado a la mesa. Parpadeo un par de veces y ates de que pudiera decir algo la chica se había sentado, le miro de reojo, al parecer también había tomado la carta y comenzado a pedir su bebida, el azabache esperaba que no le dejara la cuenta a el – No, pero estaba apunto- Miro al camarero – Una sangría sin alcohol- pidió el azabache finalmente.
Escucho el quejido de la joven y rio levemente. A cualquiera le da calor después de bajar de un escenario, sí, la adrenalina hacia su aparición. Acomodo su ondulado cabello oscuro y se recargo en el respaldo de la silla- Cantas bien, linda – Dijo a modo de cumplido mientras miraba a los siguientes que pasaban a cantar, al parecer al chico de la otra mesa no le quedo de otra y subió al escenario – Pobre tipo – murmuro para sí mismo esperando que su bebida fuera traída, el calor no perdona.
Walker saco de su bolsillo el celular comprobando que el mensaje que le había mandado a su hermana había sido respondido por ella, pero no era de buena educación usar el móvil en la mesa, hizo una mueca recordar su política de modales ante toda situación y guardo el móvil. Para su suerte las bebidas no tardaron mucho en llegar, lo cual era un gran alivio. Andrew tomo su vaso y bebió de este, la sangría no estaba del todo mal, pero se sentía como el leve sabor de alcohol se hacía presente, bueno al menos era un grado que podía soportar, o eso pensaba. Hizo una pequeña mueca pero siguió bebiendo en silencio.
Pero los segundos una voz femenina y dulce se ofreció para subir al escenario, Andrew giro su cabeza para ver de dónde provenía la voz, personas comenzaron a aplaudir por la valentía de la joven. Parecía algo especial, no, quizá sea por su vestido azul de conejos, si eso debe de ser. Se cruzó de brazos mirando fijamente a la joven valiente. El camarero finalmente había llegado con el menú – Vaya – murmuro pero en cuanto iba a tomar la carta, su mirada automáticamente se giró a la joven que comenzaba a cantar, te dejas impresionar fácilmente ¿eh?. Quedaste inmóvil mirando a la rizada, al igual que el camarero que seguía al lado de la mesa.
Los aplausos habían regreso a Walker a la tierra y también el hecho de que la joven se había acercado a la mesa. Parpadeo un par de veces y ates de que pudiera decir algo la chica se había sentado, le miro de reojo, al parecer también había tomado la carta y comenzado a pedir su bebida, el azabache esperaba que no le dejara la cuenta a el – No, pero estaba apunto- Miro al camarero – Una sangría sin alcohol- pidió el azabache finalmente.
Escucho el quejido de la joven y rio levemente. A cualquiera le da calor después de bajar de un escenario, sí, la adrenalina hacia su aparición. Acomodo su ondulado cabello oscuro y se recargo en el respaldo de la silla- Cantas bien, linda – Dijo a modo de cumplido mientras miraba a los siguientes que pasaban a cantar, al parecer al chico de la otra mesa no le quedo de otra y subió al escenario – Pobre tipo – murmuro para sí mismo esperando que su bebida fuera traída, el calor no perdona.
Walker saco de su bolsillo el celular comprobando que el mensaje que le había mandado a su hermana había sido respondido por ella, pero no era de buena educación usar el móvil en la mesa, hizo una mueca recordar su política de modales ante toda situación y guardo el móvil. Para su suerte las bebidas no tardaron mucho en llegar, lo cual era un gran alivio. Andrew tomo su vaso y bebió de este, la sangría no estaba del todo mal, pero se sentía como el leve sabor de alcohol se hacía presente, bueno al menos era un grado que podía soportar, o eso pensaba. Hizo una pequeña mueca pero siguió bebiendo en silencio.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
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Fecha de inscripción : 01/05/2014
Edad : 27
Re: Melodia de dos.
La actitud de la joven era de lo mas variable, ahora que se sentía relajada luego de liberar sus frustraciones en el escenario se mostraba de buen ánimo y sociable. Aunque procuraba que su verdadera forma de ser nunca saliera a la luz, aquel costado infantil e inocente lo reservaba sólo para sus personas de confianza. Cuando estaba entre extraños mantenía aquel perfil serio y misterioso, ligeramente seductor. No se había fijado mucho en su nuevo compañero de mesa, aunque ahora que tenía un momento para observarlo mientras se encontraba distraído en el menú llegó a la conclusión de que era bastante apuesto. Deseaba tomarle una fotografía sólo para enviársela a Gabriell y que sintiera celos, pero no podía actuar de un modo tan ridículo frente a un desconocido. Aún sentía las pulsaciones ligeramente aceleradas por la adrenalina y el entusiasmo, debía calmarse un poco, la bebida la ayudaría para refrescarla y regresarla a la realidad. Aquellos lugares eran divertidos pues era posible encontrarse con una gran variedad de estilos, estaban las personas con buena voz pero que nunca se habían dedicado a trabajar con ella, y los valientes que a sabiendas de que no tenían talento subían sólo para divertirse. Por el modo de actuar del chico que acababa de subir al escenario Reira adivinó que se trataba de la segunda clase, aunque no parecía realmente feliz de estar allí, evidentemente sus amigos lo habían obligado pues ahora lo alentaban desde la mesa.
-Gracias-respondió amable pero distante, rogando mentalmente que el sujeto no fuera un baboso, a simple vista no parecía esa clase de hombre, pero con frecuencia las apariencias engañan. Había decidido no beber alcohol pues se emborrachaba de prisa y eso era arriesgado, sólo se permitía beber cuando estaba con su manager a sabiendas que cuidaría de ella, la conocía bien y nada de lo que dijera en ese estado lo sorprendería. ¡Pero si que necesitaba un cigarro! La garganta le escocía un poco, y el tabaco era lo único que la calmaba cuando se sentía así. En aquel momento llegaron las bebidas, y la chica aceptó gustosa su pedido, bebiéndolo de largos tragos, se sentía bastante sedienta en verdad. -¿Subirás a cantar?-preguntó sin volverse a mirarlo, manteniendo sus ojos en el pobre chico que intentaba que su voz coordinara con la melodía de fondo, realmente estaba pasando la vergüenza de su vida. Al menos la mayoría de los presentes ya no prestaban atención al show, y habían retomado sus conversaciones poco interesados en él.
Su celular emitió un suave pitido en su cartera, señal de que acababa de recibir un mensaje. Era raro que alguien se comunicara tan tarde, así que por si acaso decidió revisarlo. Hubiera sido mejor no hacerlo, se trataba de su hermano que parecía tener intenciones de continuar la pelea vía mensaje de texto. Layla emitió un gruñido bajo, furiosa con él, y ya no pudo contener sus deseos infantiles de cerrarle la boca. -Disculpa-llamó al joven con quien compartía la mesa a la vez que sostenía en su mano derecha el teléfono celular. -¿Podría pedirte un favor?-aquello de seguro le resultaría rarísimo, pero esperaba que no lo suficiente como para negarse al pedido de una chica bonita. -¿Podríamos tomarnos una fotografía juntos?-sonrió apenas, sintiéndose algo avergonzada al escucharse haciendo un pedido semejante, pero recordar las palabras de su hermano le daban valor. Si sabía que estaba acompañada por un hombre apuesto como él se moriría de celos, y estaba segura de que la trataría mejor la próxima vez. En aquel momento poco le importaba lo que el desconocido pudiera pensar de ella.
-Gracias-respondió amable pero distante, rogando mentalmente que el sujeto no fuera un baboso, a simple vista no parecía esa clase de hombre, pero con frecuencia las apariencias engañan. Había decidido no beber alcohol pues se emborrachaba de prisa y eso era arriesgado, sólo se permitía beber cuando estaba con su manager a sabiendas que cuidaría de ella, la conocía bien y nada de lo que dijera en ese estado lo sorprendería. ¡Pero si que necesitaba un cigarro! La garganta le escocía un poco, y el tabaco era lo único que la calmaba cuando se sentía así. En aquel momento llegaron las bebidas, y la chica aceptó gustosa su pedido, bebiéndolo de largos tragos, se sentía bastante sedienta en verdad. -¿Subirás a cantar?-preguntó sin volverse a mirarlo, manteniendo sus ojos en el pobre chico que intentaba que su voz coordinara con la melodía de fondo, realmente estaba pasando la vergüenza de su vida. Al menos la mayoría de los presentes ya no prestaban atención al show, y habían retomado sus conversaciones poco interesados en él.
Su celular emitió un suave pitido en su cartera, señal de que acababa de recibir un mensaje. Era raro que alguien se comunicara tan tarde, así que por si acaso decidió revisarlo. Hubiera sido mejor no hacerlo, se trataba de su hermano que parecía tener intenciones de continuar la pelea vía mensaje de texto. Layla emitió un gruñido bajo, furiosa con él, y ya no pudo contener sus deseos infantiles de cerrarle la boca. -Disculpa-llamó al joven con quien compartía la mesa a la vez que sostenía en su mano derecha el teléfono celular. -¿Podría pedirte un favor?-aquello de seguro le resultaría rarísimo, pero esperaba que no lo suficiente como para negarse al pedido de una chica bonita. -¿Podríamos tomarnos una fotografía juntos?-sonrió apenas, sintiéndose algo avergonzada al escucharse haciendo un pedido semejante, pero recordar las palabras de su hermano le daban valor. Si sabía que estaba acompañada por un hombre apuesto como él se moriría de celos, y estaba segura de que la trataría mejor la próxima vez. En aquel momento poco le importaba lo que el desconocido pudiera pensar de ella.
Invitado- Invitado
Re: Melodia de dos.
La bebida estaba justo por la mitad y a Walker se le notaban un pequeño sonrojo en las mejillas, quizá por el calor o tal vez quizá por es totalmente intolerante al alcohol – Tsk – chasqueo los labios un poco molesto, pero ya había tomado la mitad de su bebida lo que había ocasionado que no prestar mucha atención a la presencia de la joven. Si bien lucia algo extraña en su vestido, bueno al menos para los ojos cambiantes del azabache, los conejos no eran de su agrado, ningún animal era de su agrado.
Los cabellos de su nuca se erizaron al escuchar la palabra ‘’cantar’’ se ponía nervioso si de cantar se refería, la voz de Walker no era para nada desagradable al momento de hablar, pero no se diga cuando se cantar se trataba, simplemente no era un fuerte del azabache – Lo haría pero me ganaron el escenario – Un poco sarcástico tomo de nuevo de su vaso, ahora solo quedaba un cuarto de bebida rojiza.
Walker apoyo su codo en la mesa y su mano sujetaba su rostro, comenzaba a aburrirse del lugar, sin duda aquel chico lo estaba pasando mal, ninguna de sus acompañantes le había hecho la secuela para que no estuviera tan nervioso – Vaya clase de amigos – Algo que le molestaba sin duda al azabache era la traición y la poca falta de vergüenza por parte de las personas, pero admítelo Andrew, eres bastante maduro como para comprender las demás mentes. Si bien tu gran ego podría llevarte a un gran problema.
El interés del público tanto como el de Andrew se iba perdiendo poco a poco hasta el punto de que el sueño comenzaba a presentarse, tomo lo último que quedaba del vaso de cristal y con intenciones de marcharse había sacado su billetera de uno de sus bolsillos en busca del dinero para pagar la bebida, hasta que la misma voz dulce y femenina lo interrumpió. El azabache miro de reojo a la chica dejando a su billetera en espera – ‘’ ¿Un favor? ‘’ – En ese momento el interruptor de curiosidad había sido presionado, pero espera ¿Una foto?, arque la ceja un poco extrañado por el pedido de la joven, si bien no la conocía para nada y apenas habían intercambiado algunas palabras pero ¿Una foto? ¿Qué clase de favor es ese? - ¿Sueles preguntarles a todos los chicos que conoces lo mismo? – Quizá una broma en ese momento no era lo más indicado ni en ningún otro momento. No tenía ningún problema en cumplir el favor de la joven, después de todo eso era, una simple fotografía – Esta bien – dijo el azabache suspirando levemente.
Walker no sabía que pensar en esos momentos, pero la joven parecía ser bastante atrevida y directa, quizá valdría la pena quedarse un rato más para ver qué pasaba después. Llamo de nuevo al camarero y pidió de nuevo otra sangría al menos eso le había quitado un poco el calor – Espera – se mordió uno de los labios – ¿Es para darle celos a tu novio? - a Walker no le gustaba que lo usaran o se aprovecharan de él, así que si de eso se trataba no estaría del todo de acuerdo con la idea, quizá a cambio de algo Walker podría cooperar.
Los cabellos de su nuca se erizaron al escuchar la palabra ‘’cantar’’ se ponía nervioso si de cantar se refería, la voz de Walker no era para nada desagradable al momento de hablar, pero no se diga cuando se cantar se trataba, simplemente no era un fuerte del azabache – Lo haría pero me ganaron el escenario – Un poco sarcástico tomo de nuevo de su vaso, ahora solo quedaba un cuarto de bebida rojiza.
Walker apoyo su codo en la mesa y su mano sujetaba su rostro, comenzaba a aburrirse del lugar, sin duda aquel chico lo estaba pasando mal, ninguna de sus acompañantes le había hecho la secuela para que no estuviera tan nervioso – Vaya clase de amigos – Algo que le molestaba sin duda al azabache era la traición y la poca falta de vergüenza por parte de las personas, pero admítelo Andrew, eres bastante maduro como para comprender las demás mentes. Si bien tu gran ego podría llevarte a un gran problema.
El interés del público tanto como el de Andrew se iba perdiendo poco a poco hasta el punto de que el sueño comenzaba a presentarse, tomo lo último que quedaba del vaso de cristal y con intenciones de marcharse había sacado su billetera de uno de sus bolsillos en busca del dinero para pagar la bebida, hasta que la misma voz dulce y femenina lo interrumpió. El azabache miro de reojo a la chica dejando a su billetera en espera – ‘’ ¿Un favor? ‘’ – En ese momento el interruptor de curiosidad había sido presionado, pero espera ¿Una foto?, arque la ceja un poco extrañado por el pedido de la joven, si bien no la conocía para nada y apenas habían intercambiado algunas palabras pero ¿Una foto? ¿Qué clase de favor es ese? - ¿Sueles preguntarles a todos los chicos que conoces lo mismo? – Quizá una broma en ese momento no era lo más indicado ni en ningún otro momento. No tenía ningún problema en cumplir el favor de la joven, después de todo eso era, una simple fotografía – Esta bien – dijo el azabache suspirando levemente.
Walker no sabía que pensar en esos momentos, pero la joven parecía ser bastante atrevida y directa, quizá valdría la pena quedarse un rato más para ver qué pasaba después. Llamo de nuevo al camarero y pidió de nuevo otra sangría al menos eso le había quitado un poco el calor – Espera – se mordió uno de los labios – ¿Es para darle celos a tu novio? - a Walker no le gustaba que lo usaran o se aprovecharan de él, así que si de eso se trataba no estaría del todo de acuerdo con la idea, quizá a cambio de algo Walker podría cooperar.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
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Re: Melodia de dos.
Según la lógica de la joven todo el que estaba allí debía subir al escenario, ¿que sentido tenía sino ir a un karaoke? Debían dejar a un lado la vergüenza y animarse a cantar, después de todo nadie los juzgaría por ello. Sentía cierta admiración por personas como ese muchacho, quien se había animado a subir sólo a pesar de que desafinaba una y otra vez en su interpretación. Por ese motivo decidió obsequiarle un aplausos, probablemente fuera de las pocas que estaba atenta a su desempeño, y quería intentar premiarlo de algún modo por su valentía. Le dedicó una pequeña sonrisa cuando pasó por su lado regresando a la mesa con sus amigos, quien lejos de elogiarlo se burlaron de sus errores riéndose a su costa. ¿Que clase de amigos eran esos? Layla no pudo evitar sentirse un poco disgustada, aunque por el momento tenía cosas mas importantes de las que ocuparse. Sentía deseos de subir a cantar de nuevo, pero no quería hacerlo sola, estaba decidida a arrastrar al chico guapo con ella al escenario.
La verdad es que Layla podía ser muy atrevida y directa en muchas ocasiones, especialmente cuando se proponía conseguir algo como era el caso. Necesitaba esa fotografía, y estaba dispuesta a un par de cosas para conseguirla. Aunque a fin de cuentas eso no solucionara nada con su hermano y por el contrario sólo trajera mas problemas a largo plazo, se sentiría satisfecha con su pequeña venganza. El chico pareció dudar ante su pedido, peor contestó de forma bromista, haciéndola sentir menos avergonzada de pedir algo semejante. Aquella actitud la lleno de confianza, y se dispuso a seguirle el juego. -Solo a los apuestos-respondió bromando a su vez, para luego buscar en su teléfono la opción de la cámara y activar el flash, de modo que la imagen se viera con buena definición. Podía imaginar la expresión de Gabriell al verla y eso la llenaba de secreta satisfacción. Mientras ella se ocupaba de preparar esos detalles en el aparato el chico pedía otra bebida, ella no estaba interesada en beber nada más por el momento. La joven se puso de pie y se arregló un poco el cabello, ya lista para posar junto a él en la fotografía, aunque fue interrumpida por aquella pregunta inesperada. -A mi hermano-respondió con sinceridad, sonriendo con cierta complicidad. Probablemente si le contara la verdad el otro accedería a ayudarla. -Peleamos y... Bueno, estoy molesta con él-eso le pareció suficiente, aunque no estaba del todo segura que el extraño se prestara para ayudarla en la venganza contra Gabriell. -¿Lo harás?-insistió un poco, sobresaltándose al escuchar que nuevamente llamaban voluntarios para el escenario.
Una idea brillante se cruzó por su mente en ese momento, y sin pensarlo tomó al chico de la mano y lo obligó a levantarse de la mesa, guiándolo hasta el escenario. Casi a rastras consiguió que se subiera con ella al escenario, donde le entregó uno de los micrófonos. -Haremos un dúo-anunció al público que parecía interesado en ellos al ver subir de nuevo a la joven que anteriormente los había deslumbrado. Cubrió el micrófono con su mano, de modo que no se escuchara amplificado lo siguiente que diría. -¿Que te gustaría cantar?-le preguntó en voz baja al chico que no se veía muy contento de estar allí arriba. Layla al contrario estaba entusiasmada, la idea de cantar con alguien mas siempre era divertida, y aunque no hubieran ensayado y fuera pura improvisación estaba segura de que pasarían un momento genial. -Hey, tranquilo, será divertido-le aseguró apretando suavemente su mano antes de tomar nuevamente en micrófono frente a ella con ambas. -Mi compañero y yo interpretaremos The Rain-como siempre se mostraba llena de confianza y energía a la hora de cantar, sólo esperaba que el chico conociera la letra, pues parecía bastante inseguro con el micrófono en la mano. El público estaba en silencio, expectantes, esperando que comenzaran.
La verdad es que Layla podía ser muy atrevida y directa en muchas ocasiones, especialmente cuando se proponía conseguir algo como era el caso. Necesitaba esa fotografía, y estaba dispuesta a un par de cosas para conseguirla. Aunque a fin de cuentas eso no solucionara nada con su hermano y por el contrario sólo trajera mas problemas a largo plazo, se sentiría satisfecha con su pequeña venganza. El chico pareció dudar ante su pedido, peor contestó de forma bromista, haciéndola sentir menos avergonzada de pedir algo semejante. Aquella actitud la lleno de confianza, y se dispuso a seguirle el juego. -Solo a los apuestos-respondió bromando a su vez, para luego buscar en su teléfono la opción de la cámara y activar el flash, de modo que la imagen se viera con buena definición. Podía imaginar la expresión de Gabriell al verla y eso la llenaba de secreta satisfacción. Mientras ella se ocupaba de preparar esos detalles en el aparato el chico pedía otra bebida, ella no estaba interesada en beber nada más por el momento. La joven se puso de pie y se arregló un poco el cabello, ya lista para posar junto a él en la fotografía, aunque fue interrumpida por aquella pregunta inesperada. -A mi hermano-respondió con sinceridad, sonriendo con cierta complicidad. Probablemente si le contara la verdad el otro accedería a ayudarla. -Peleamos y... Bueno, estoy molesta con él-eso le pareció suficiente, aunque no estaba del todo segura que el extraño se prestara para ayudarla en la venganza contra Gabriell. -¿Lo harás?-insistió un poco, sobresaltándose al escuchar que nuevamente llamaban voluntarios para el escenario.
Una idea brillante se cruzó por su mente en ese momento, y sin pensarlo tomó al chico de la mano y lo obligó a levantarse de la mesa, guiándolo hasta el escenario. Casi a rastras consiguió que se subiera con ella al escenario, donde le entregó uno de los micrófonos. -Haremos un dúo-anunció al público que parecía interesado en ellos al ver subir de nuevo a la joven que anteriormente los había deslumbrado. Cubrió el micrófono con su mano, de modo que no se escuchara amplificado lo siguiente que diría. -¿Que te gustaría cantar?-le preguntó en voz baja al chico que no se veía muy contento de estar allí arriba. Layla al contrario estaba entusiasmada, la idea de cantar con alguien mas siempre era divertida, y aunque no hubieran ensayado y fuera pura improvisación estaba segura de que pasarían un momento genial. -Hey, tranquilo, será divertido-le aseguró apretando suavemente su mano antes de tomar nuevamente en micrófono frente a ella con ambas. -Mi compañero y yo interpretaremos The Rain-como siempre se mostraba llena de confianza y energía a la hora de cantar, sólo esperaba que el chico conociera la letra, pues parecía bastante inseguro con el micrófono en la mano. El público estaba en silencio, expectantes, esperando que comenzaran.
- Cancion:
Invitado- Invitado
Re: Melodia de dos.
No sabía si sentirse alagado o… alagado, Andrew sabía que tenía un rostro agradable a la vista, así que no le molestaba que la chica le dijera aquello. Noto como la joven se levantaba del asiento y se arreglaba un poco el cabello. No se podía negar, la chica era bastante linda y su cabello rizado llamaba bastante la atención. Una vez había terminado de pedir su bebida su comentario lo dejo pensativo, le había recordado a él y a su hermana, pero ella no sería capaz de mandarle una foto con un tío apuesto para que sintiera celos, no, Walker sentiría más que celos, sentiría que su política de no golpes era una basura y tomaría el primer vuelo a Londres para matarla, si matarla a ella, bueno quizá era una exageración, pero ganas no faltarían.
Una sonrisa de lado se formó en los labios de Andrew, seria cómplice del plan de la rubia, solo porque no tenía nada más que hacer y parecía divertido, solo esperaba que el hermano de la joven lo buscara para arreglar esto a golpes – Solo porque me recordaste a mi hermana – dijo suspirando pesadamente y se levantó, de su asiento, la joven era bastante baja a comparación de la altura de Walker, le sacaba más de una cabeza, eso sí que sería un problema, rasco su mejilla, al parecer el chico de hace momentos ya había bajado del escenario y era recibido por sus compañeros con risas y burlas, Walker negó con la cabeza un poco decepcionado por la reacción de los jóvenes.
El asusto de la foto se estaba tardando, y el interés se perdia rápidamente, se cruzo de brazos mirando detenidamente a la joven, parecía ser una persona bastante extrovertida y valiente, arqueo una ceja con cierto interés, su voz era genial, de eso no habia duda, pero parecía ocultar varias cosas. En el momento de que su muñeca fue tomada por la delicada mano de la Rubia su cabello se erizo notando al lugar a donde era llevado por la fuerza- ¡Es…espera! ¡¿Qué haces?! – sin que tuviera la oportunidad de resistirse al jaloneo de su acompañante llego arriba del escenario, la luz era blanca pero bastante fuerte, Walker uso una de sus manos para crear un poco de sombra para sus ojos. El lugar desde ahí se veía aún más amplio de lo que se podía pensar, y al momento en el que la chica dijo ‘’dueto’’ el azabache pudo sentir como su cuerpo se tornaba bastante débil.No te salvaste Walker – oye espera…- toma a la chica de un hombro y se acercó a su oído- Yo no sé cantar – murmuro y al parecer la rubia no le hizo caso alguno, tomó el micrófono nervioso sentía como sus manos temblaban, Andrew era una persona valiente, pero al momento de cantar ese gran león se convertía en un pequeño gato, cosa que le asustaba pensar.
A pesar de todo, su rostro seguía expresando nada, quizá se podía animar a interpretar una canción con ella, claro ¿Por qué no? Pero con una guitarra en manos, la que sea serviría en esos momentos, pero lo único que tenía era ese micrófono – aah – su respiración estaba algo agitada y retrocedió un par de pasos mirando a la joven – No quiero hacerlo– murmuro pareciendo más bien un niño de 5 años. Lo peor de todo es que conocía la canción, pero no era una de sus favoritas ya que era demasiado lenta para su gusto. Hay Walker, solo a ti te pasan este tipo de cosas, y claro al chico de la otra mesa.
Una sonrisa de lado se formó en los labios de Andrew, seria cómplice del plan de la rubia, solo porque no tenía nada más que hacer y parecía divertido, solo esperaba que el hermano de la joven lo buscara para arreglar esto a golpes – Solo porque me recordaste a mi hermana – dijo suspirando pesadamente y se levantó, de su asiento, la joven era bastante baja a comparación de la altura de Walker, le sacaba más de una cabeza, eso sí que sería un problema, rasco su mejilla, al parecer el chico de hace momentos ya había bajado del escenario y era recibido por sus compañeros con risas y burlas, Walker negó con la cabeza un poco decepcionado por la reacción de los jóvenes.
El asusto de la foto se estaba tardando, y el interés se perdia rápidamente, se cruzo de brazos mirando detenidamente a la joven, parecía ser una persona bastante extrovertida y valiente, arqueo una ceja con cierto interés, su voz era genial, de eso no habia duda, pero parecía ocultar varias cosas. En el momento de que su muñeca fue tomada por la delicada mano de la Rubia su cabello se erizo notando al lugar a donde era llevado por la fuerza- ¡Es…espera! ¡¿Qué haces?! – sin que tuviera la oportunidad de resistirse al jaloneo de su acompañante llego arriba del escenario, la luz era blanca pero bastante fuerte, Walker uso una de sus manos para crear un poco de sombra para sus ojos. El lugar desde ahí se veía aún más amplio de lo que se podía pensar, y al momento en el que la chica dijo ‘’dueto’’ el azabache pudo sentir como su cuerpo se tornaba bastante débil.No te salvaste Walker – oye espera…- toma a la chica de un hombro y se acercó a su oído- Yo no sé cantar – murmuro y al parecer la rubia no le hizo caso alguno, tomó el micrófono nervioso sentía como sus manos temblaban, Andrew era una persona valiente, pero al momento de cantar ese gran león se convertía en un pequeño gato, cosa que le asustaba pensar.
A pesar de todo, su rostro seguía expresando nada, quizá se podía animar a interpretar una canción con ella, claro ¿Por qué no? Pero con una guitarra en manos, la que sea serviría en esos momentos, pero lo único que tenía era ese micrófono – aah – su respiración estaba algo agitada y retrocedió un par de pasos mirando a la joven – No quiero hacerlo– murmuro pareciendo más bien un niño de 5 años. Lo peor de todo es que conocía la canción, pero no era una de sus favoritas ya que era demasiado lenta para su gusto. Hay Walker, solo a ti te pasan este tipo de cosas, y claro al chico de la otra mesa.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
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Fecha de inscripción : 01/05/2014
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Re: Melodia de dos.
Layla no veía sus actos como algo muy grave, mas bien como una especie de travesura, aunque era probable que su hermano no lo viera del mismo modo. Ya se las arreglaría luego con él en caso de que tuviera algo que decir. De todos modos tenía derecho a tener novio ¿o no? No debía pedir la autorización de Gabriell para ello, y si un chico le gustaba se encargaría de que lo notara. Aunque aún no llegaba el día que se sintiera sinceramente enamorada de un hombre, pese a que a los ojos de su familia acostumbrados a los matrimonios juveniles, se estaba convirtiendo en una solterona, Reira no se preocupaba mucho por ese asunto. Aunque se sentía sola con frecuencia había aprendido que formaba parte de su trabajo, y que incluso estos sentimientos negativos resultaban fuente de inspiración a la hora de componer sus canciones. Temía que su talento desapareciera si su atención se dispersaba en un hombre, nunca había tenido una relación seria, y estaba segura de que requería demasiado tiempo y energía. Además los hombres eran celosos y posesivos, y no estaba dispuesta a abandonar su sueño por nadie. Se había acostumbrado a ser relativamente independiente, aunque la verdad es que siempre se apoyaba mucho en su manager que la ayudaba con sus problemas y la consolaba cuando se sentía triste. Definitivamente no podría vivir sin él. Aunque ya tenía veinticinco años Reira aún era muy inmadura en diversos aspectos, se sentía insegura respecto a su imagen y a sus posibilidades. Había llegado a la ciudad con el objetivo de formar una banda, pensando que de ese modo aquella soledad que sentía lograría por fin desaparecer.
Al parecer el chico también tenía una hermana, y aunque pensó que por ese motivo se negaría a ayudarla lo aceptó con facilidad. La sorprendió descubrir la diferencia de estatura, ella era bastante alta y además llevaba tacones, a pesar de ello el chico la superaba por al menos una cabeza. El asunto de la fotografía pasó temporalmente a segundo plano, no es que se hubiera olvidado del tema pero sencillamente la posibilidad de cantar a dúo tenia prioridad, y había que aprovechar que el escenario estaba libre. Pese a las quejas del muchacho logró llevarlo hasta allí y entregarle el micrófono, no podía comprender como alguien podía ponerse tan tenso y nervioso. Sólo se trataba de un karaoke, y ella lo ayudaría a cantar, después de todo hacerlo a dúo era mas sencillo que subir en solitario. Acostumbrada a los focos, a las miradas del público y a la adrenalina se sentía muy cómoda allí arriba. Cantar era su razón para vivir, había nacido para ello, y no podía imaginarse su vida de otro modo. Miró de reojo al muchacho, notando que no se veía del todo bien, se lo notaba un poco pálido, ¿o era producto de las luces? Y una fina capa de sudor perlaba su frente. Quizas había sido mala idea presionarlo para cantar juntos, pero había actuado de forma impulsiva sin pensárselo mucho.
Debía encontrar un modo de arreglar eso, no era su intención que el otro pasara un mal rato por su causa, sólo lo subió allí pensando que ambos se divertirían. Después de todo, ¿quien entraba a un local de karaoke si no deseaba subir al escenario? Miró alrededor pensativa buscando ayuda en su entorno, y pronto localizó algunas guitarras que descansaban contra la pared trasera. Frunció los labios dudando, pero finalmente se acercó a los instrumentos levantando una de ellas, de color azul eléctrico, y conectándola al amplificador. Se la entregó al joven esperando no estarlo metiendo en más problemas. -¿Sabes tocar?-preguntó con una sonrisa suave, que intentaba transmitirle seguridad. Ante su afirmativa le guiñó un ojo y se quitó el pañuelo del cabello, colocándoselo al desconocido alrededor del suyo. -Así te ves mas cool ~-soltó una risita y nuevamente tomó el micrófono entre sus manos, ávida por iniciar. Miró al sonidista que se ocupaba de colocar la pista en el momento indicado y le hizo un gesto con el pulgar dándole a entender que estaban listos. La melodía pronto inició, y Reira tomó aire lista para entrar cuando fuera el momento justo. Ignoraba si el chico se atrevería a acompañarla con su voz o sólo lo haría con la guitarra, la verdad no le importaba lo que escogiera. Estar acompañada sobre el escenario se sentía sorprendentemente bien.
Al parecer el chico también tenía una hermana, y aunque pensó que por ese motivo se negaría a ayudarla lo aceptó con facilidad. La sorprendió descubrir la diferencia de estatura, ella era bastante alta y además llevaba tacones, a pesar de ello el chico la superaba por al menos una cabeza. El asunto de la fotografía pasó temporalmente a segundo plano, no es que se hubiera olvidado del tema pero sencillamente la posibilidad de cantar a dúo tenia prioridad, y había que aprovechar que el escenario estaba libre. Pese a las quejas del muchacho logró llevarlo hasta allí y entregarle el micrófono, no podía comprender como alguien podía ponerse tan tenso y nervioso. Sólo se trataba de un karaoke, y ella lo ayudaría a cantar, después de todo hacerlo a dúo era mas sencillo que subir en solitario. Acostumbrada a los focos, a las miradas del público y a la adrenalina se sentía muy cómoda allí arriba. Cantar era su razón para vivir, había nacido para ello, y no podía imaginarse su vida de otro modo. Miró de reojo al muchacho, notando que no se veía del todo bien, se lo notaba un poco pálido, ¿o era producto de las luces? Y una fina capa de sudor perlaba su frente. Quizas había sido mala idea presionarlo para cantar juntos, pero había actuado de forma impulsiva sin pensárselo mucho.
Debía encontrar un modo de arreglar eso, no era su intención que el otro pasara un mal rato por su causa, sólo lo subió allí pensando que ambos se divertirían. Después de todo, ¿quien entraba a un local de karaoke si no deseaba subir al escenario? Miró alrededor pensativa buscando ayuda en su entorno, y pronto localizó algunas guitarras que descansaban contra la pared trasera. Frunció los labios dudando, pero finalmente se acercó a los instrumentos levantando una de ellas, de color azul eléctrico, y conectándola al amplificador. Se la entregó al joven esperando no estarlo metiendo en más problemas. -¿Sabes tocar?-preguntó con una sonrisa suave, que intentaba transmitirle seguridad. Ante su afirmativa le guiñó un ojo y se quitó el pañuelo del cabello, colocándoselo al desconocido alrededor del suyo. -Así te ves mas cool ~-soltó una risita y nuevamente tomó el micrófono entre sus manos, ávida por iniciar. Miró al sonidista que se ocupaba de colocar la pista en el momento indicado y le hizo un gesto con el pulgar dándole a entender que estaban listos. La melodía pronto inició, y Reira tomó aire lista para entrar cuando fuera el momento justo. Ignoraba si el chico se atrevería a acompañarla con su voz o sólo lo haría con la guitarra, la verdad no le importaba lo que escogiera. Estar acompañada sobre el escenario se sentía sorprendentemente bien.
Invitado- Invitado
Re: Melodia de dos.
Las luces del escenario hacían lo suyo, sal calor a las personas que estaban arriba y los pensamientos histéricos que pasaban por la cabeza del azabache no ayudaban en mucho. Walker se estaba comportando extraño, debido a su naturaleza tranquila no actuaria de esta manera en una situación así, pero hablemos de sus disgustos ¿Andrew cantando? eso ni siquiera se puede decir en una oración coherente, el azabache trago saliva, después de que todo este martirio acabara tendría una sebera charla con su collar mágico.
Aquella joven había hecho lo que su hermana no pudo, sacar de sus casillas a Walker, no porque este molesto o algo por el estilo, simplemente porque el azabache rara vez perdía la cordura y su madurez como era claramente obvio. Sujetaba con sus manos el micrófono que se comenzaba a resbalar de las ya mojadas manos blancas que temblaban un poco por los nervios, también tendría una severa charla con la chica después.
Andrew había estado varias veces arriba de un escenario en Londres, tocando junto a su ya desecha banda hace algunos años y nunca se había sentido tan nervioso como esta vez. Quizá por el hecho de que a él nunca le habían pasado un micrófono y lo habían obligado a cantar para un público, ni siquiera de niño cuando en las alocadas fiestas de sus padres que el era el centro de atención con su pequeña guitarra. Miro a la chica con una mirada suplicando piedad, muchas expresiones por hoy Walker, pero la rubia ya se había alejado lo suficiente como para dejarle solo en el escenario, en ese momento Andrew sentía ganas de salir del lugar corriendo hasta su departamento, pero el bloqueo que sentía ahora no lo dejaría saber a dónde tenía que ir, su sentido de orientación no era el mejor de todos. Estaba a punto de irse cuando noto que la joven regresaba con una guitarra color azul eléctrica, en ese momento Walker pudo sentir como los nervios se habían esfumado, tomo la guitarra y sonrió ya más confiado a la joven – Más que solo tocar la guitarra – Afirmo mirando a la joven y acerco su rostro al oído de la rubia – Hablare contigo después – Quizá había sonado más como una amenaza pero en fin, el señorito ya tenía algo con lo que se podía sentir bastante cómodo en el escenario, dio la señal de que estaba listo, por suerte tenía una plumilla en uno de sus bolsillos, el pequeño artefacto tenía una ‘’W’’ grabada en ella, un regalo de su padre antes de irse de Londres.
Walker cerro los ojos y al momento en la que la canción ocupaba el sonido de la guitarra comenzó a tocarla, se podía ver como el joven era bastante carismático y tenía su propio estilo, era una canción lenta por lo que no era muy difícil de tocar, la voz de la joven era aquel toque que le daba perfección a la interpretación, todo se hilaba perfectamente, Andrew se sentía bastante bien al poder interpretar una canción con la atrevida joven que apenas había conocido, quizá no había sido una casualidad que se conocieran de una manera peculiar, al momento del solo Walker se lució como siempre, había salido perfecto y se sentía satisfecho con lo que había hecho, pero aquella sonrisa se borró al momento de tocar, regresando al tranquilo y maduro Andrew de siempre.
Aquella joven había hecho lo que su hermana no pudo, sacar de sus casillas a Walker, no porque este molesto o algo por el estilo, simplemente porque el azabache rara vez perdía la cordura y su madurez como era claramente obvio. Sujetaba con sus manos el micrófono que se comenzaba a resbalar de las ya mojadas manos blancas que temblaban un poco por los nervios, también tendría una severa charla con la chica después.
Andrew había estado varias veces arriba de un escenario en Londres, tocando junto a su ya desecha banda hace algunos años y nunca se había sentido tan nervioso como esta vez. Quizá por el hecho de que a él nunca le habían pasado un micrófono y lo habían obligado a cantar para un público, ni siquiera de niño cuando en las alocadas fiestas de sus padres que el era el centro de atención con su pequeña guitarra. Miro a la chica con una mirada suplicando piedad, muchas expresiones por hoy Walker, pero la rubia ya se había alejado lo suficiente como para dejarle solo en el escenario, en ese momento Andrew sentía ganas de salir del lugar corriendo hasta su departamento, pero el bloqueo que sentía ahora no lo dejaría saber a dónde tenía que ir, su sentido de orientación no era el mejor de todos. Estaba a punto de irse cuando noto que la joven regresaba con una guitarra color azul eléctrica, en ese momento Walker pudo sentir como los nervios se habían esfumado, tomo la guitarra y sonrió ya más confiado a la joven – Más que solo tocar la guitarra – Afirmo mirando a la joven y acerco su rostro al oído de la rubia – Hablare contigo después – Quizá había sonado más como una amenaza pero en fin, el señorito ya tenía algo con lo que se podía sentir bastante cómodo en el escenario, dio la señal de que estaba listo, por suerte tenía una plumilla en uno de sus bolsillos, el pequeño artefacto tenía una ‘’W’’ grabada en ella, un regalo de su padre antes de irse de Londres.
Walker cerro los ojos y al momento en la que la canción ocupaba el sonido de la guitarra comenzó a tocarla, se podía ver como el joven era bastante carismático y tenía su propio estilo, era una canción lenta por lo que no era muy difícil de tocar, la voz de la joven era aquel toque que le daba perfección a la interpretación, todo se hilaba perfectamente, Andrew se sentía bastante bien al poder interpretar una canción con la atrevida joven que apenas había conocido, quizá no había sido una casualidad que se conocieran de una manera peculiar, al momento del solo Walker se lució como siempre, había salido perfecto y se sentía satisfecho con lo que había hecho, pero aquella sonrisa se borró al momento de tocar, regresando al tranquilo y maduro Andrew de siempre.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
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Re: Melodia de dos.
El asunto de la guitarra había sido sólo un impulso después de todo nada indicaba que el chico fuera bueno con ese instrumento. Pero al ver su postura mas segura y relajada al tenerlo entre sus manos corroboro que seguramente era algo que podía maneras. No sería un dúo, pero si un pequeño show con música en vivo, lo que le resultaba igual de divertido. ¿Quizás era una señal del destino? Estaba buscando músicos dispuestos a formar una banda, y aunque no había ido al karaoke con intenciones de encontrar postulantes aquello era una maravillosa casualidad. Estaría atenta a su desempeño, si era lo suficientemente bueno quizás podría considerarlo. Le gustaba aquella confianza y cierta arrogancia que mostraba, toda la inseguridad y pánico habían desaparecido de su semblante y ahora parecía mas entusiasta con la idea de estar sobre el escenario. Para ser un buen artista no se necesitaba tan sólo talento, había que poseer buena presencia escénica, capacidad para tratar con la prensa, y llegada a los fanáticos. Eran cosas que Reira había logrado aprender con el paso de los años, no era una novata y tenía una larga trayectoria en su país de origen y en América. Cuando comenzó solo era una niña con el sueño de vivir de su voz, y tuvo la buena fortuna de encontrar a Reino en su camino que la guió con habilidad consiguiéndole excelentes contratos y ofertas. No todo había sido color de rosas, incluso había tenido que aceptar hacer campañas que no le resultaron agradables. Estar meses lejos de Tokyo, presentarse a conferencias y tolerar el acoso de algunos fans. Pero valía la pena si eso le permitía cantar frente a un público que la amaba.
Una sonrisa divertida se dibujó en sus labios ante el comentario del otro, sin ningún temor a la charla que le esperaba. No le importaba ser regañada por su actitud impulsiva si acababa pasando un buen rato y conociendo a alguien interesante detrás de un semblante tan serio. Volvió la vista al público cuando la melodía comenzó a sonar en sus oídos, cantó con naturalidad, mostrándose extrovertida como siempre, era evidente que lo disfrutaba y no necesitaba esforzarse porque su voz resultara armoniosa y afinada. Disfrutaba de las miradas de sus espectadores, y aunque estaba concentrada en no cometer ningún error en su interpretación no por eso descuidó el prestar atención al guitarrista que la acompañaba. Pronto dedujo que se trataba de un profesional, sus dedos se movían con agilidad entre las cuerdas, y era evidente que tenía experiencia sobre el escenario. Su ritmo se amoldaba de maravilla a su voz, sin adelantarse a ella, ni hacerlo por encima de su caudal de voz. Parecía que realmente lo habían ensayado con anterioridad, aunque se trataba de una improvisación. El publico los aplaudió con entusiasmo cuando terminaron y tras agradecerles la jovencita bajó de un salto del escenario. El entusiasmo estaba presente en ella y parecía llenar sus expresiones de luz, no dejaba de sonreír y su corazón latía mas deprisa de lo usual. Nada la hacía más feliz que cantar.
Se dirigió de regreso a la mesa y se dejo caer en la silla un poco exhausta, llamó al camarero con un gesto quien ya se dirigía hacia allí pues llevaba la sangría que el guitarrista había pedido. -¿Podría ser un juego de naranja con hielo?-solicitó amablemente mientras el joven dejaba con algo de torpeza el vaso sobre la mesa, por alguna razón desconocía parecía un poco nervioso. Layla no le dio importancia y se giró para poder ver a su colega. -Soy Reira-se presentó extendiendo la mano a modo de saludo cordial, no habían conversado mucho hasta el momento, pero el muchacho había suscitado un genuino interés en ella. Había escuchado muchos guitarristas en el pasado, y ese tenía talento, no podía dejarlo pasar con facilidad. El camarero pronto le llevó la bebida a lo que ella le agradeció con una sonrisa. Bebió un poco con el sorbete suspirando aliviada, estaba bien helada justo como le gustaba. -Lo hiciste muy bien ahi arriba-comentó golpeteando suavemente sus uñas con el cristal del vaso. -No eres un novato, ¿te dedicas a la música?-como siempre era una chica directa, y no iba con vueltas cuando algo la impresionaba. Se preguntaba si formaría parte de un grupo, o si habría ido a la ciudad para audicionar en el sello como la mayoría. La ciudad era conocida por esa gigantesca disquera que se ocupaba de recolectar talentos y ayudarlos a triunfar. Aún llevaba puesto su pañuelo blanco alrededor del cuello, pero no era algo que le importara, podía prestárselo un poco más. Tenía muchas preguntas en mente, pero prefirió mantener la calma, no quería espantarlo con su abrumadora curiosidad, pues parecía mas bien reservado.
Una sonrisa divertida se dibujó en sus labios ante el comentario del otro, sin ningún temor a la charla que le esperaba. No le importaba ser regañada por su actitud impulsiva si acababa pasando un buen rato y conociendo a alguien interesante detrás de un semblante tan serio. Volvió la vista al público cuando la melodía comenzó a sonar en sus oídos, cantó con naturalidad, mostrándose extrovertida como siempre, era evidente que lo disfrutaba y no necesitaba esforzarse porque su voz resultara armoniosa y afinada. Disfrutaba de las miradas de sus espectadores, y aunque estaba concentrada en no cometer ningún error en su interpretación no por eso descuidó el prestar atención al guitarrista que la acompañaba. Pronto dedujo que se trataba de un profesional, sus dedos se movían con agilidad entre las cuerdas, y era evidente que tenía experiencia sobre el escenario. Su ritmo se amoldaba de maravilla a su voz, sin adelantarse a ella, ni hacerlo por encima de su caudal de voz. Parecía que realmente lo habían ensayado con anterioridad, aunque se trataba de una improvisación. El publico los aplaudió con entusiasmo cuando terminaron y tras agradecerles la jovencita bajó de un salto del escenario. El entusiasmo estaba presente en ella y parecía llenar sus expresiones de luz, no dejaba de sonreír y su corazón latía mas deprisa de lo usual. Nada la hacía más feliz que cantar.
Se dirigió de regreso a la mesa y se dejo caer en la silla un poco exhausta, llamó al camarero con un gesto quien ya se dirigía hacia allí pues llevaba la sangría que el guitarrista había pedido. -¿Podría ser un juego de naranja con hielo?-solicitó amablemente mientras el joven dejaba con algo de torpeza el vaso sobre la mesa, por alguna razón desconocía parecía un poco nervioso. Layla no le dio importancia y se giró para poder ver a su colega. -Soy Reira-se presentó extendiendo la mano a modo de saludo cordial, no habían conversado mucho hasta el momento, pero el muchacho había suscitado un genuino interés en ella. Había escuchado muchos guitarristas en el pasado, y ese tenía talento, no podía dejarlo pasar con facilidad. El camarero pronto le llevó la bebida a lo que ella le agradeció con una sonrisa. Bebió un poco con el sorbete suspirando aliviada, estaba bien helada justo como le gustaba. -Lo hiciste muy bien ahi arriba-comentó golpeteando suavemente sus uñas con el cristal del vaso. -No eres un novato, ¿te dedicas a la música?-como siempre era una chica directa, y no iba con vueltas cuando algo la impresionaba. Se preguntaba si formaría parte de un grupo, o si habría ido a la ciudad para audicionar en el sello como la mayoría. La ciudad era conocida por esa gigantesca disquera que se ocupaba de recolectar talentos y ayudarlos a triunfar. Aún llevaba puesto su pañuelo blanco alrededor del cuello, pero no era algo que le importara, podía prestárselo un poco más. Tenía muchas preguntas en mente, pero prefirió mantener la calma, no quería espantarlo con su abrumadora curiosidad, pues parecía mas bien reservado.
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Re: Melodia de dos.
Podía sentir como la música fluida por su cuerpo, se mostraba un carismático y seguro de sí mismo Andrew, como siempre era cuando tenía una guitarra en manos. El instrumento no había dado problema alguno, se había ajustado perfectamente a su cuerpo y su afinación no dejaba nada que desear. Abría los ojos, ese sentimiento de victoria llenaba el corazón del azabache y este pedía más, pero para su mala suerte la canción había terminado. Uno de los asistentes se acercó a Andrew pidiendo la guitarra, este se la entrego, a pesar de que era la primera vez que tocaba con una guitarra prestada le había encantado el sonido de esta, sin duda le dolía dejarla, pero sabía que tenía instrumentos de sobra.
Walker guardo sus manos en los bolsillos bajo del escenario orgulloso puesto que le gustaba recibir aplausos pero no darlos. Su cara regreso al mismo semblante frió de siempre y siguió a la chica abajo del escenario, pero el bajo por las escaleras tranquilamente. Caminaba a su mesa por los estrechos espacios que había entre las sillas hasta que finalmente tomo asiento. Dio un gran trago a su bebida, al parecer los nervios habían hecho que Andrew quedara seco, al terminar de beber dio un gran suspiro de alivio. Ahora que la adrenalina del momento había bajado, se había puesto a pensar en cómo la joven había ocasionado que se sintiera de esa manera y al parecer seguía ahí. Si bien la apariencia del azabache era algo sombría, ahora era demoniaca. Miro de reojo a la joven con el ceño levemente fruncido, se recargo en el respaldo de la silla y estrecho su mano con algo de fuerza por su molestia – Andrew Walker – dijo su nombre tranquilamente y después de unos largos segundos soltó la mano de la chica, no podía estar molesto con ella, había hecho que la ida al karaoke fuera una salida interesante – No cantas nada mal – Menciono un poco más tranquilo dando otro trago a su vaso, se mordió el labio inferior mirando el líquido, sabia aún más a alcohol que la anterior, pero su sed era bastante grande como para negar algo de tomar, miro a los ojos a la joven con aquella cara neutral – Toco desde que tengo 6 años – Walker no se consideraba un profesional, si bien, no era una persona modesta de cuando guitarras se tratarse, pero nunca se había considera un profesional o algo por el estilo.
El paseo había rendido frutos, puesto que aquella aventura le había desbloqueado la mente y la creatividad fluía con facilidad, no veía la hora de regresar a casa y escribir nuevas canciones para presentarse en la audición que su móvil le había recordado hace un par de horas - ¿Cuánto tiempo tienes cantando? – sin duda la voz de la joven le había fascinado. En Londres muchas de sus compañeras habían tratado de cantar junto a la Guitarra de Walker, pero el azabache era exigente y término diciendo que no al final, pero al parecer ella tenía experiencia y le había dejado un buen sabor de boca. Su interés y curiosidad despertaron queriendo saber más de la joven.
El calor se había hecho más intenso y el sabor a alcohol había dejado algo mareado al azabache, aquel rubor en sus mejillas hacia que se sintiera como enfermo y sentía los deseos de regresar a casa y dormir toda la noche, después de todo tenía que estar bien descansado, pero no podía, seria de mala educación dejar a la chica sola en aquel lugar, así que se quedaría un rato más para ver qué pasaba después.
Walker guardo sus manos en los bolsillos bajo del escenario orgulloso puesto que le gustaba recibir aplausos pero no darlos. Su cara regreso al mismo semblante frió de siempre y siguió a la chica abajo del escenario, pero el bajo por las escaleras tranquilamente. Caminaba a su mesa por los estrechos espacios que había entre las sillas hasta que finalmente tomo asiento. Dio un gran trago a su bebida, al parecer los nervios habían hecho que Andrew quedara seco, al terminar de beber dio un gran suspiro de alivio. Ahora que la adrenalina del momento había bajado, se había puesto a pensar en cómo la joven había ocasionado que se sintiera de esa manera y al parecer seguía ahí. Si bien la apariencia del azabache era algo sombría, ahora era demoniaca. Miro de reojo a la joven con el ceño levemente fruncido, se recargo en el respaldo de la silla y estrecho su mano con algo de fuerza por su molestia – Andrew Walker – dijo su nombre tranquilamente y después de unos largos segundos soltó la mano de la chica, no podía estar molesto con ella, había hecho que la ida al karaoke fuera una salida interesante – No cantas nada mal – Menciono un poco más tranquilo dando otro trago a su vaso, se mordió el labio inferior mirando el líquido, sabia aún más a alcohol que la anterior, pero su sed era bastante grande como para negar algo de tomar, miro a los ojos a la joven con aquella cara neutral – Toco desde que tengo 6 años – Walker no se consideraba un profesional, si bien, no era una persona modesta de cuando guitarras se tratarse, pero nunca se había considera un profesional o algo por el estilo.
El paseo había rendido frutos, puesto que aquella aventura le había desbloqueado la mente y la creatividad fluía con facilidad, no veía la hora de regresar a casa y escribir nuevas canciones para presentarse en la audición que su móvil le había recordado hace un par de horas - ¿Cuánto tiempo tienes cantando? – sin duda la voz de la joven le había fascinado. En Londres muchas de sus compañeras habían tratado de cantar junto a la Guitarra de Walker, pero el azabache era exigente y término diciendo que no al final, pero al parecer ella tenía experiencia y le había dejado un buen sabor de boca. Su interés y curiosidad despertaron queriendo saber más de la joven.
El calor se había hecho más intenso y el sabor a alcohol había dejado algo mareado al azabache, aquel rubor en sus mejillas hacia que se sintiera como enfermo y sentía los deseos de regresar a casa y dormir toda la noche, después de todo tenía que estar bien descansado, pero no podía, seria de mala educación dejar a la chica sola en aquel lugar, así que se quedaría un rato más para ver qué pasaba después.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
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Fecha de inscripción : 01/05/2014
Edad : 27
Re: Melodia de dos.
La verdad no prestó mucha atención al semblante inicialmente serio y ofuscado de su acompañante, la había pasado muy bien sobre el escenario, e incluso había conocido a un excelente músico. Reira no sólo sabía cantar, conocía bastante de composición musical e interpretación, podía distinguir con facilidad cuando alguien sabía lo que estaba haciendo. Tenía buen oído y no era sencillo lograr impresionarla. Pero el extraño había captado su interés, y ahora iniciaba aquella conversación en apariencia casual con el claro objetivo de reunir un poco más de información. Sentía la garganta seca, necesitada de humedad, y nada mejor que su bebida favorita bien helada para ayudarla a recuperar la comodidad. Era una suerte que el mozo estuviera atento a su mesa y se acercara ni bien ella regresaba del escenario, como si realmente pudiera adivinar que deseaba pedir otra bebida. Siempre intentaba ser simpática, aunque a la vez se esforzaba por controlar su exceso de confianza. Siempre se había dejado llevar fácilmente por sus impulsos, y había comprobado que su instinto podía fallar en ciertas oraciones. Si bien aquel chico le resultaba agradable no quería espantarlo con un exceso de familiaridad que lo haría retroceder. A simple vista podía decir que se trataba de alguien más bien reservado y tímido, aunque al tomar la guitarra entre sus manos aquella actitud había cambiado, ahora de regreso en la mesa volvía a su postura inicial. No le molestó que apretara con fuerza su mano, pues no llegó a hacerle daño, al contrario ese contacto que transmitió seguridad y confianza. Sonrió encantaba al recibir su elogio, sin bien estaba segura de su talento le encantaba que otros la adularan por ello.
-Entonces se trata de un talento innato-comentó jugando con el sorbete de su bebida una vez se la llevaron a la mesa, ella también practicaba la música desde muy niña, ella y su hermano se complementaban muy bien pues ella era quien cantaba mientras que él tocaba la guitarra. Incluso había soñado con trabajar juntos algún día, Gabriell había participado en algunos acústicos en vivo de su hermana cuando ella se inicio en el mundo de la música, pero luego sus caminos se separaron, al escoger estilos diferentes. Tenían aquel punto de inicio en común, y eso le resultaba mas interesante aún. Consideraba que las personas verdaderamente apasionadas sentían la música como parte de su ser, que les servía como medio de expresión y que incluso la necesitaban para sentirse vivos. Para realmente poder interpretar una melodía o canción era necesario sentirla dentro, y eso le pasaba a Reira cada vez que tomaba el micrófono, sentía que algo de su esencia se liberaba con cada nota. El anterior enfado con su hermano había desaparecido gracias a la descarga emocional, se sentía plena y tranquila, relajada y lista para regresar a descansar al hotel. La Diosa de la buena fortuna la había ayudado esta vez guiando sus pasos hacia el sitio correcto.
-Pues como tú inicie desde muy pequeña, al comienzo sólo aprendí por mi cuenta, pero cuando fui un poco mayor fui a un instituto de música-explicó recordando aquella época, la había pasado muy bien, y tenía bonitas memorias. No se trataba de un colegio importante o prestigioso, en su pueblo no existían tales cosas y sus padres no contaban con los recuerdos económicos para enviarla a Tokyo. Ella misma fue quien juntó el dinero para trasladarse a la capital y comenzar su carrera musical. Desde aquel momento, a sus dieciocho, no había vuelto a ver a sus padres. En la ciudad se había perfeccionado, había aprendido técnicas de relajación y a cuidar su voz para no lastimar su garganta. De todos modos debía ser cuidadosa con sus emociones, con frecuencia se bloqueaba y no lograba cantar ni componer, teniendo periodos de incluso días sin voz. -¿Has venido aquí para audicionar en el sello no?-lo daba por hecho, pues la mayoría probaba suerte allí. Sólo aceptaban talentos, asegurando un futuro prometedor. Bebió otro poco mas de jugo, sin quitarle la vista de encima al contrario, girando la silla para estar mas cómoda aunque implicara darle la espalda al escenario. - ¿Ya lo hiciste?-agregó curiosa por ello, no iba a dejar escapar la oportunidad que se presentaba frente a ella servida en bandeja de plata. -Verás, estoy buscando músicos interesados en formar parte de una banda, y me ha gustado como suena tu guitarra... ¿que dices? ¿te interesa?-claro que no sería tan sencillo, y no era una decisión que podía tomar por su cuenta. Reino debía conocerlo y evaluar su potencial, además de discutir su inclusión. Rebuscó en su cartera hasta encontrar su billetera, tomó una de sus tarjetas personales entregándoselas al chico. -Si te agrada la idea llámame. Podríamos organizar una prueba, y una reunión con mi mánager. -Esperaba que fuera a llamarla, se había hecho ya bastantes ilusiones. Terminó la bebida y se puso de pie, dejando el dinero sobre la mesa junto con algo extra para la propina. -Ya debo irme, pero estaré esperando tu llamado Andrew.-le guiñó un ojo con picardía y recogió su abrigo antes de dirigirse hacia la puerta.
-Entonces se trata de un talento innato-comentó jugando con el sorbete de su bebida una vez se la llevaron a la mesa, ella también practicaba la música desde muy niña, ella y su hermano se complementaban muy bien pues ella era quien cantaba mientras que él tocaba la guitarra. Incluso había soñado con trabajar juntos algún día, Gabriell había participado en algunos acústicos en vivo de su hermana cuando ella se inicio en el mundo de la música, pero luego sus caminos se separaron, al escoger estilos diferentes. Tenían aquel punto de inicio en común, y eso le resultaba mas interesante aún. Consideraba que las personas verdaderamente apasionadas sentían la música como parte de su ser, que les servía como medio de expresión y que incluso la necesitaban para sentirse vivos. Para realmente poder interpretar una melodía o canción era necesario sentirla dentro, y eso le pasaba a Reira cada vez que tomaba el micrófono, sentía que algo de su esencia se liberaba con cada nota. El anterior enfado con su hermano había desaparecido gracias a la descarga emocional, se sentía plena y tranquila, relajada y lista para regresar a descansar al hotel. La Diosa de la buena fortuna la había ayudado esta vez guiando sus pasos hacia el sitio correcto.
-Pues como tú inicie desde muy pequeña, al comienzo sólo aprendí por mi cuenta, pero cuando fui un poco mayor fui a un instituto de música-explicó recordando aquella época, la había pasado muy bien, y tenía bonitas memorias. No se trataba de un colegio importante o prestigioso, en su pueblo no existían tales cosas y sus padres no contaban con los recuerdos económicos para enviarla a Tokyo. Ella misma fue quien juntó el dinero para trasladarse a la capital y comenzar su carrera musical. Desde aquel momento, a sus dieciocho, no había vuelto a ver a sus padres. En la ciudad se había perfeccionado, había aprendido técnicas de relajación y a cuidar su voz para no lastimar su garganta. De todos modos debía ser cuidadosa con sus emociones, con frecuencia se bloqueaba y no lograba cantar ni componer, teniendo periodos de incluso días sin voz. -¿Has venido aquí para audicionar en el sello no?-lo daba por hecho, pues la mayoría probaba suerte allí. Sólo aceptaban talentos, asegurando un futuro prometedor. Bebió otro poco mas de jugo, sin quitarle la vista de encima al contrario, girando la silla para estar mas cómoda aunque implicara darle la espalda al escenario. - ¿Ya lo hiciste?-agregó curiosa por ello, no iba a dejar escapar la oportunidad que se presentaba frente a ella servida en bandeja de plata. -Verás, estoy buscando músicos interesados en formar parte de una banda, y me ha gustado como suena tu guitarra... ¿que dices? ¿te interesa?-claro que no sería tan sencillo, y no era una decisión que podía tomar por su cuenta. Reino debía conocerlo y evaluar su potencial, además de discutir su inclusión. Rebuscó en su cartera hasta encontrar su billetera, tomó una de sus tarjetas personales entregándoselas al chico. -Si te agrada la idea llámame. Podríamos organizar una prueba, y una reunión con mi mánager. -Esperaba que fuera a llamarla, se había hecho ya bastantes ilusiones. Terminó la bebida y se puso de pie, dejando el dinero sobre la mesa junto con algo extra para la propina. -Ya debo irme, pero estaré esperando tu llamado Andrew.-le guiñó un ojo con picardía y recogió su abrigo antes de dirigirse hacia la puerta.
Invitado- Invitado
Re: Melodia de dos.
Escuchaba atento la plática que hacia la joven y le pareció interesante saber que también tenía experiencia en la música desde pequeña, si bien en su antiguo grupo en Londres todos los integrantes habían empezado con sus instrumentos desde poca edad cosa que traía algunos beneficios al momento de estar tocando, pero Walker había sido el único del grupo que había aprendido por su cuenta ya que su familia no tenía la economía para inscribirle en una escuela de música prestigiosa pero al parecer Andrew no se quejaba por no tener el ‘’conocimiento’’ o más bien saber la historia de cómo se creó la guitarra y esas cosas, se sentía conforme con lo que sabía y que podía tocar la guitarra como ningún otro.
Paso una mano por su oscuro cabello y suspiro, estaba cansado y quería dormir pero la idea de adicionar en el sello le llenaba de nervios, a decir verdad no había podido dormir bien durante las noches y tampoco durante el día por el siempre pensamiento de adicionar, pocas veces Andrew se sentía nervioso por tocar su guitarra frente a un público grande, pero siempre lo había hecho en compañía, una razón por la que Walker no podía ser solista, aparte de que no sabía cantar, gran preparación Andrew. Parpadeo un par de veces sintiendo como el sueño se esfumaba al escuchar su pregunta – Sí – se mordió el labio inferior sintiendo como las mariposas revoloteaban en su estómago, aun no sabía que canción tocaría, pero con la ayuda que le había dado la rubia seguro se le ocurriría una pronto – Mi audición será pronto – jugó con sus manos dejando en claro que algo le pasaba – Pero aun no estoy listo - siendo sincero tomo un poco de su vaso.
Al parecer aquel encuentro había tenido un buen fin, casi como si el destino había puesto de su parte, arqueo una ceja mirando interesado a la joven - ¿Una Banda? – Sonríe de lado ya que había encontrado lo que estaba buscando bastante rápido a decir verdad – Suena interesante – Ese había sido un sí definitivo de su parte pero al parecer un poco escondido para no sonar tan desesperado, se sintió bastante orgulloso al escuchar el alago hacia su habilidad, claro que sonaba bien, sonaba perfecto, pero habría estado mejor si su bebe habría estado en el lugar de aquella guitarra de color azul, que a pesar de que no había fallado en nada, su consentida seguía siendo la misma, Walker pensaba que tenía un sonido especial que ninguna guitarra más la podía igualar. Tomo la tarjeta de la chica, lo cual se le hacía algo extraño, nunca nadie antes le había dado una tarjeta de presentación – Lo tendré en mente - dijo inexpresivo guardando la tarjeta en su bolsillo notando que por el momento la noche ya se había terminado. Un poco extrañado por la despedida de la joven se quedó pensativo un momento – See ya – le dijo para cerrar los ojos y comenzar a meditar.
Por el momento estaba feliz y conforme aunque realmente no se notara, termino su bebida y espero al que camarero recogiera el dinero, acto seguido se levantó de su asiento y fue directo a la salida tranquilamente, era una noticia que seguro tenía que contarle a su hermana. Después de salir del local saco su móvil y comenzó a escribir en él un mensaje para su querida hermana que estaba en Londres. Al terminar guardo su móvil y se dispuso a caminar hasta llegar a casa, si es que recordaba el camino de regreso.
Paso una mano por su oscuro cabello y suspiro, estaba cansado y quería dormir pero la idea de adicionar en el sello le llenaba de nervios, a decir verdad no había podido dormir bien durante las noches y tampoco durante el día por el siempre pensamiento de adicionar, pocas veces Andrew se sentía nervioso por tocar su guitarra frente a un público grande, pero siempre lo había hecho en compañía, una razón por la que Walker no podía ser solista, aparte de que no sabía cantar, gran preparación Andrew. Parpadeo un par de veces sintiendo como el sueño se esfumaba al escuchar su pregunta – Sí – se mordió el labio inferior sintiendo como las mariposas revoloteaban en su estómago, aun no sabía que canción tocaría, pero con la ayuda que le había dado la rubia seguro se le ocurriría una pronto – Mi audición será pronto – jugó con sus manos dejando en claro que algo le pasaba – Pero aun no estoy listo - siendo sincero tomo un poco de su vaso.
Al parecer aquel encuentro había tenido un buen fin, casi como si el destino había puesto de su parte, arqueo una ceja mirando interesado a la joven - ¿Una Banda? – Sonríe de lado ya que había encontrado lo que estaba buscando bastante rápido a decir verdad – Suena interesante – Ese había sido un sí definitivo de su parte pero al parecer un poco escondido para no sonar tan desesperado, se sintió bastante orgulloso al escuchar el alago hacia su habilidad, claro que sonaba bien, sonaba perfecto, pero habría estado mejor si su bebe habría estado en el lugar de aquella guitarra de color azul, que a pesar de que no había fallado en nada, su consentida seguía siendo la misma, Walker pensaba que tenía un sonido especial que ninguna guitarra más la podía igualar. Tomo la tarjeta de la chica, lo cual se le hacía algo extraño, nunca nadie antes le había dado una tarjeta de presentación – Lo tendré en mente - dijo inexpresivo guardando la tarjeta en su bolsillo notando que por el momento la noche ya se había terminado. Un poco extrañado por la despedida de la joven se quedó pensativo un momento – See ya – le dijo para cerrar los ojos y comenzar a meditar.
Por el momento estaba feliz y conforme aunque realmente no se notara, termino su bebida y espero al que camarero recogiera el dinero, acto seguido se levantó de su asiento y fue directo a la salida tranquilamente, era una noticia que seguro tenía que contarle a su hermana. Después de salir del local saco su móvil y comenzó a escribir en él un mensaje para su querida hermana que estaba en Londres. Al terminar guardo su móvil y se dispuso a caminar hasta llegar a casa, si es que recordaba el camino de regreso.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
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