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[San Valentín] Casualidades no tan casuales
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[San Valentín] Casualidades no tan casuales
- La Biblioteca:
"Este día realmente da igual... apuesto que más de la mitad de quienes hoy celebran no van a llegar a celebrar el próximo año..." -suspiró pesadamente al coger un libro que se veía bastante llamativo y colorido. Al sacarlo pudo comprobar que era un libro que trataba de gemas, clasificadas por color y que detallaba sus lugares de origen, usos medicinales y terapéuticos e incluso datos curiosos o leyendas en torno a ellas- Suena bien... hoy te vienes conmigo... -dijo con voz suave al acariciar la portada del libro. Ya para ella se había hecho costumbre el hablarle a sus queridos amigos que en vez de piel tenían hojas o cuero y que en vez de boca tenían la tinta y las palabras. Por suerte la biblioteca estaba algo solitaria, lo cual le hizo sentir mejor al caminar hacia una de las mesas, cogiendo una silla en silencio mientras se aprestaba a sumergirse en la lectura.
Lanzó un suspiro pesado antes de mirar hacia el techo. Odiaba ese día porque le recordaba lo que no tenía... no, más bien le recordaba lo que alguna vez felizmente había tenido y trágicamente había perdido, probablemente aquello era peor, la nostalgia de los días pasados.
"Pero no, Aria..." -se reprendió mentalmente- "No serás una de esas amargadas frustradas, él fue el imbécil, así que tú sigue con tu vida, que jamás volverás a topártelo en la vida, con mucha suerte... sí, suerte para él para que no le parta la cara..." -rió suavemente y negó con la cabeza al hacer distintos tonos de su voz al hablar consigo misma, decidiéndose a leer de una vez por todas.
A pesar de que estaba concentrada, a medida que pasaba el rato le era imposible contenerse de tararear algo, por lo que se volteó y comprobó que realmente estaba sola en todo el lugar. "Vaya, ¿en serio están todos celebrando? Bueno... supongo que muchos se habrán ido a sus casas..." -pensó con un largo suspiro, estirándose como pareciendo cansada- "Pero yo no puedo volver... no aún" -cuando se inclinó de nuevo para leer tomo aire y se animó a cantar algo en voz muy baja.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 826
Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
En estos días le daban ganas de meterse de lleno a leerse un libro, o escuchar música, incluso las dos cosas, también tenía algo de sueño, pero no creía que fuera buena hora para dormir.
Notó que el ambiente estaba cargado de colores pasteles, la mayoría de la variedad del rojo, se preguntó qué diablos pasaba, ¿Era navidad? Espera, creo que no te ofrecían rosas para navidad, en el camino se había pillado un viejo vendiendo rosas, no es que no le gusten las rosas, pero esas estaban algo feas, y no le gustaba mucho el rojo.
Pero el único día dónde recordaba que usaran mucho rojo era navidad, así que no tenía idea, y se encontraba algo somnoliento, y sorpresivamente, tenía algo de frío, paseó un rato por el campus de la escuela, disfrutando del aire libre, pero al rato desistió de esto, hacia algo de frío como para andar afuera, mejor meterse en la biblioteca u algo, de seguro estaba más cálido que afuera.
Bueno, era de los pocos recintos que se encontraban abiertos, aparte del dormitorio, por supuesto.
Comió algunos de sus dulces, llevaba encima los habituales, caramelos de menta rellenos de chocolate, eran siempre la mejor opción.
Cuando entró a la biblioteca, se entretuvo buscando algo que leer, llevaba dos libros encima, pero por si las moscas revisó los estantes, suspiró, no se le ocurría que leer, mejor era irse con sus propios libros a alguna mesa, de todos modos, se paseó un rato, y encontró algunos libros para niños en paseo, entre estos, sintió algo de nostalgia al encontrar uno de un gato que crecía mucho por comer levadura, tenía la sensación de haberlo leído, pero no estaba seguro.
Tuvo el impulso de leerlo, pero algo le dijo que era mejor no hacerlo y tenía el presentimiento de que le dolería la cabeza y probablemente se desmayaría, así que era lo mejor por el momento.
Suspiró, de verdad quería leerlo, aunque quizás podrían pensar que era un bicho raro por leer libros de niños, pero bueno, la pregunta es que hacia ese libro allí.
Comenzó a examinar la biblioteca y se dio cuenta que tenían de todos los temas y géneros, ahí estaba la razón.
Entonces se puso a canturrear una canción que tenía algo pegada últimamente, lo cual estaba obsesionándole un poco, le daban ganas de tocarla en el piano u algo, pero bueno, mejor ignorar el impulso, así que se contuvo y se detuvo abruptamente.
Alcanzó a vislumbrar una mesa, y se sentó de inmediato en esta, sacó uno de sus libros, se preguntó cuál sería el más “normal” para leer en público, pero luego concluyó que ninguno, porque era Anne Rice, y era una vieja degenerada.
Eligió el quinto libro de una de sus sagas, ahora mismo estaba en una escena un tanto escabrosa, dónde el protagonista no hacía nada más que superarse en su lista de “cosas subnormales para hacer mientras eres un ser de la noche”.
Comenzó a leer en silencio, tuvo que detenerse cada tanto porque era una escena un poco asquerosa, aunque ya había pasado el clímax y todo, le seguían unos acontecimientos un tanto bizarros.
Estuvo en eso hasta que se percató de que oía una voz, bonita, que le llamó mucho la atención, y también estaba que esa canción se le hacía conocida, o no sé, sonaba muy bien, y comenzó a darle demasiada curiosidad, estuvo en silencio un rato, notando que no había nadie más que él y esa voz, luego de pensarlo, se levantó con libro en mano y el bolso en el hombro, caminó, usando el sentido de sus oídos, y después de pasar entre algunos estantes y demás, pudo localizar a la voz, encontró a una chica, con un cabello que se veía largo y sedoso, rubio platinado, aprovechó su posición y se quedó un rato escuchándole, esperando a que terminara de cantar por curiosidad y respeto, notó que leía un libro sobre gemas y demás, se veía interesante, le gustaban esas cosas, espera, enfócate, se regañó y negó con la cabeza.
Dio un paso, saliendo de la oscuridad de los estantes para hacerse ver, le observó con franco interés y con su usual aire de desconcierto que le caracterizaba.
Ladeó suavemente la cabeza, la chica daba la impresión como de ser una aparición, con ese cabello, rostro y ojos tan claros, ciertamente, existían pocas personas con esas características, y con un rostro inusualmente serio.
Notó que sería raro que sólo la observara y no dijera nada, así que se acercó un poco más, con delicadeza.
– … Hola – Dijo, intentando recordar que había qué hacer eso antes de hablar con las personas – Perdón si te molesto, incluso si te interrumpo, ¿Qué canción es esa? – Preguntó honesto como siempre, no pudiendo evitar la curiosidad.
Notó que el ambiente estaba cargado de colores pasteles, la mayoría de la variedad del rojo, se preguntó qué diablos pasaba, ¿Era navidad? Espera, creo que no te ofrecían rosas para navidad, en el camino se había pillado un viejo vendiendo rosas, no es que no le gusten las rosas, pero esas estaban algo feas, y no le gustaba mucho el rojo.
Pero el único día dónde recordaba que usaran mucho rojo era navidad, así que no tenía idea, y se encontraba algo somnoliento, y sorpresivamente, tenía algo de frío, paseó un rato por el campus de la escuela, disfrutando del aire libre, pero al rato desistió de esto, hacia algo de frío como para andar afuera, mejor meterse en la biblioteca u algo, de seguro estaba más cálido que afuera.
Bueno, era de los pocos recintos que se encontraban abiertos, aparte del dormitorio, por supuesto.
Comió algunos de sus dulces, llevaba encima los habituales, caramelos de menta rellenos de chocolate, eran siempre la mejor opción.
Cuando entró a la biblioteca, se entretuvo buscando algo que leer, llevaba dos libros encima, pero por si las moscas revisó los estantes, suspiró, no se le ocurría que leer, mejor era irse con sus propios libros a alguna mesa, de todos modos, se paseó un rato, y encontró algunos libros para niños en paseo, entre estos, sintió algo de nostalgia al encontrar uno de un gato que crecía mucho por comer levadura, tenía la sensación de haberlo leído, pero no estaba seguro.
Tuvo el impulso de leerlo, pero algo le dijo que era mejor no hacerlo y tenía el presentimiento de que le dolería la cabeza y probablemente se desmayaría, así que era lo mejor por el momento.
Suspiró, de verdad quería leerlo, aunque quizás podrían pensar que era un bicho raro por leer libros de niños, pero bueno, la pregunta es que hacia ese libro allí.
Comenzó a examinar la biblioteca y se dio cuenta que tenían de todos los temas y géneros, ahí estaba la razón.
Entonces se puso a canturrear una canción que tenía algo pegada últimamente, lo cual estaba obsesionándole un poco, le daban ganas de tocarla en el piano u algo, pero bueno, mejor ignorar el impulso, así que se contuvo y se detuvo abruptamente.
Alcanzó a vislumbrar una mesa, y se sentó de inmediato en esta, sacó uno de sus libros, se preguntó cuál sería el más “normal” para leer en público, pero luego concluyó que ninguno, porque era Anne Rice, y era una vieja degenerada.
Eligió el quinto libro de una de sus sagas, ahora mismo estaba en una escena un tanto escabrosa, dónde el protagonista no hacía nada más que superarse en su lista de “cosas subnormales para hacer mientras eres un ser de la noche”.
Comenzó a leer en silencio, tuvo que detenerse cada tanto porque era una escena un poco asquerosa, aunque ya había pasado el clímax y todo, le seguían unos acontecimientos un tanto bizarros.
Estuvo en eso hasta que se percató de que oía una voz, bonita, que le llamó mucho la atención, y también estaba que esa canción se le hacía conocida, o no sé, sonaba muy bien, y comenzó a darle demasiada curiosidad, estuvo en silencio un rato, notando que no había nadie más que él y esa voz, luego de pensarlo, se levantó con libro en mano y el bolso en el hombro, caminó, usando el sentido de sus oídos, y después de pasar entre algunos estantes y demás, pudo localizar a la voz, encontró a una chica, con un cabello que se veía largo y sedoso, rubio platinado, aprovechó su posición y se quedó un rato escuchándole, esperando a que terminara de cantar por curiosidad y respeto, notó que leía un libro sobre gemas y demás, se veía interesante, le gustaban esas cosas, espera, enfócate, se regañó y negó con la cabeza.
Dio un paso, saliendo de la oscuridad de los estantes para hacerse ver, le observó con franco interés y con su usual aire de desconcierto que le caracterizaba.
Ladeó suavemente la cabeza, la chica daba la impresión como de ser una aparición, con ese cabello, rostro y ojos tan claros, ciertamente, existían pocas personas con esas características, y con un rostro inusualmente serio.
Notó que sería raro que sólo la observara y no dijera nada, así que se acercó un poco más, con delicadeza.
– … Hola – Dijo, intentando recordar que había qué hacer eso antes de hablar con las personas – Perdón si te molesto, incluso si te interrumpo, ¿Qué canción es esa? – Preguntó honesto como siempre, no pudiendo evitar la curiosidad.
Invitado- Invitado
Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
La verdad no quería dejar de cantar, pero tuvo que hacerlo más temprano que tarde al querer concentrarse bien en una parte del libro, gustándole la leyenda con la que relacionaban un grupo de gemas que aparecían descritas, inclusive hasta suspiró apesadumbrada- “Si tan sólo las gemas tuvieran magia así de fácilmente...” –pensó al juguetear por sobre sus ropas con un pendiente que llevaba siempre consigo.
De la nada escuchó unos pasos y que alguien le hablaba, por lo que marcó la hoja con su dedo al cerrar el libro por reflejo y se volteó para encontrarse con un joven que parecía ser aproximadamente de su edad con cabello negro y ojos... ¿rojos? ¿Era eso posible? “No, es imposible, deben de ser contactos, a menos que alguien haya logrado cruzar a un humano con un conejo... no tendría sentido...” –pensó algo distraída por la mirada del chico, reaccionando a tiempo para escuchar su pregunta- Ah, no molestas... sólo leía... ah, bueno, y cantaba también –realmente se había olvidado de decirlo, para ella cantar era algo natural y no era extraño que más de alguna vez se encontrara a sí misma cantando sin quererlo o pensarlo.
-¿Qué canción es? Bueno... la verdad no tengo idea... –confesó, haciendo una mueca con su boca, realmente parecía apesadumbrada por no poder contestar su pregunta- La verdad ya ni recuerdo dónde la escuché, pero me agrada mucho, suena... –se detuvo por un segundo al darse cuenta de lo que iba a decir- “¿Como un encantamiento? ¿Realmente vas a decir eso, Aria? ¿Encantamiento? ¿A un extraño? No, no, espabila ya...” –se reprendió mentalmente antes de retomar la conversación- Suena bonita.
De la nada escuchó unos pasos y que alguien le hablaba, por lo que marcó la hoja con su dedo al cerrar el libro por reflejo y se volteó para encontrarse con un joven que parecía ser aproximadamente de su edad con cabello negro y ojos... ¿rojos? ¿Era eso posible? “No, es imposible, deben de ser contactos, a menos que alguien haya logrado cruzar a un humano con un conejo... no tendría sentido...” –pensó algo distraída por la mirada del chico, reaccionando a tiempo para escuchar su pregunta- Ah, no molestas... sólo leía... ah, bueno, y cantaba también –realmente se había olvidado de decirlo, para ella cantar era algo natural y no era extraño que más de alguna vez se encontrara a sí misma cantando sin quererlo o pensarlo.
-¿Qué canción es? Bueno... la verdad no tengo idea... –confesó, haciendo una mueca con su boca, realmente parecía apesadumbrada por no poder contestar su pregunta- La verdad ya ni recuerdo dónde la escuché, pero me agrada mucho, suena... –se detuvo por un segundo al darse cuenta de lo que iba a decir- “¿Como un encantamiento? ¿Realmente vas a decir eso, Aria? ¿Encantamiento? ¿A un extraño? No, no, espabila ya...” –se reprendió mentalmente antes de retomar la conversación- Suena bonita.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
- Ocupación : Estudiante de 3°
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Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
Observó a la chica, dando un pequeño rodeo a la mesa, viendo con atención algunas cosas que leía, realmente le gustaban las gemas, pensó mientras le echaba un vistazo a la portada del libro que sostenía la chica, luego escuchó un pajarito piar y se distrajo mirando la ventana, que estaba abierta, obviamente, para ventilar el lugar, el calor en Febrero era infernal, pero no peor que Diciembre, pensó.
El pájaro dio algunos saltitos sobre el marco de la ventana, para luego piar una vez más y largarse, se volvió hacia la chica, simplemente dejó sus cosas ahí, al frente de la chica, y se sentó, poniéndose a leer por un largo rato.
En el proceso, pensó que Anne Rice estaba loca y era mejor dejarla ser, suspiró y alejó la vista de su libro, para encontrarse con la mirada de la chica, recordó que estaban en medio de una conversación y sin quererlo la había ignorado, había olvidado francamente que hacia allí y que estaba hablando con ella, pero, ¿De qué estaban hablando? Era sobre algo que sonaba muy bien… Pero ya no lo recordaba, observó fijamente a la chica, distrayéndose observando su cabello, era divertido como la luz jugaba con este y sus reflejos.
Enfócate, se dijo.
–… ¿Te he visto antes? – Preguntó, francamente, su rostro le sonaba de algún lado, quizás, era de los cursos de tercero o segundo, juzgando por su apariencia nada más, bueno, era probable que se vieran, si iban a la misma escuela, entonces recordó, ¿No la había escuchado antes cantar, sola en un aula? En ese entonces la vio de espaldas, pero habían pocas chicas con un cabello tan largo y de ese color, tan bien cuidado, así que estaba seguro de que era ella, en ese entonces, pensó que tenía una buena voz – Tienes una voz muy bella, si no me equivoco, te he escuchado antes cantar, no en la biblioteca, creo que en un aula… – Se quedó distraído, ¿Hace cuánto fue eso?
Como sea, pensó, quería comer dulces, y eso hizo, sacó una tableta de chocolate amargo y simplemente comenzó a comérsela, sin parar de observar a la chica, atento a alguna respuesta.
El pájaro dio algunos saltitos sobre el marco de la ventana, para luego piar una vez más y largarse, se volvió hacia la chica, simplemente dejó sus cosas ahí, al frente de la chica, y se sentó, poniéndose a leer por un largo rato.
En el proceso, pensó que Anne Rice estaba loca y era mejor dejarla ser, suspiró y alejó la vista de su libro, para encontrarse con la mirada de la chica, recordó que estaban en medio de una conversación y sin quererlo la había ignorado, había olvidado francamente que hacia allí y que estaba hablando con ella, pero, ¿De qué estaban hablando? Era sobre algo que sonaba muy bien… Pero ya no lo recordaba, observó fijamente a la chica, distrayéndose observando su cabello, era divertido como la luz jugaba con este y sus reflejos.
Enfócate, se dijo.
–… ¿Te he visto antes? – Preguntó, francamente, su rostro le sonaba de algún lado, quizás, era de los cursos de tercero o segundo, juzgando por su apariencia nada más, bueno, era probable que se vieran, si iban a la misma escuela, entonces recordó, ¿No la había escuchado antes cantar, sola en un aula? En ese entonces la vio de espaldas, pero habían pocas chicas con un cabello tan largo y de ese color, tan bien cuidado, así que estaba seguro de que era ella, en ese entonces, pensó que tenía una buena voz – Tienes una voz muy bella, si no me equivoco, te he escuchado antes cantar, no en la biblioteca, creo que en un aula… – Se quedó distraído, ¿Hace cuánto fue eso?
Como sea, pensó, quería comer dulces, y eso hizo, sacó una tableta de chocolate amargo y simplemente comenzó a comérsela, sin parar de observar a la chica, atento a alguna respuesta.
Invitado- Invitado
Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
Se pudo dar cuenta de inmediato que el chico no le estaba prestando atención del todo por lo que siguió su mirada para ver un pequeño pajarito en la ventana, sonriéndole suavemente al recordar el pequeño canario que solía tener en casa. Suspiró pesadamente... su casa... “Me pregunto cómo estará Victorique...” pensó un tanto distraída mientras seguía con su mirada hacia la ventana, realmente sin mirar del todo.
Cuando vio que el joven no decía más y se sentaba frente suyo supuso que ya no tenía ganas de hablar, sólo de leer, pues para algo era la biblioteca y allí solía guardarse silencio, ¿no? Le echó un vistazo a la portada del libro frente suyo. Anne Rice... muy buena elección, y no le extrañaba de un chico con una pinta y de expresión tan seria y silenciosa como la del chico de ojos rojos. “Bien y podría ser un vampiro...” pensó de forma casi inmediata al relacionar ambas cosas “Aunque... no podría estar aquí, es de día... pero dicen que hay formas para que los vampiros caminen bajo el sol, ¿no es verdad? Pero ese es otro libro, o usaría un anillo o bien brillaría en el sol...” negó mentalmente para forzarse a cambiar el tema, ¿realmente estaba considerando que el chico frente suyo era un vampiro? No, cosas como aquellas no existían, ¿o sí? No decía que fuera imposible, pero, ¿cuáles eran las probabilidades de que ello ocurriera en una academia como esa?
Levantó su mirada cuando oyó que le hablaban no mucho después de haber retomado su lectura, tomándole por sorpresa- ¿Eh? ¿Antes...? –le observó fijamente, como intentando asegurarse de no haberle visto en alguna otra parte- “De todos modos lo recordaría si lo hubiera visto...” –que ella recordara no le era familiar en absoluto, seguramente se habían visto en algún pasillo y no se había dado cuenta, podría ser, ¿no?- Uhm... disculpa... que yo recuerde no... no creo, la verdad, ¿de qué curso eres? –preguntó algo pensativa y cerró su libro con un marcador para prestarle más atención- Espera, ¿me oíste cantar? –parpadeó confundida, recordando en qué salón pudo haber sido- Ah... ¿hablas de la sala de música...? Suelo ir a cantar allí las mañanas antes de comenzar la clase -¿Era su impresión o el joven era un tanto autista? Parecía siempre estar pensando en algo, distante- ¿Cuál es tu nombre? -preguntó con una mezcla de educación e incomodidad por no saber cómo llamarle.
Cuando vio que el joven no decía más y se sentaba frente suyo supuso que ya no tenía ganas de hablar, sólo de leer, pues para algo era la biblioteca y allí solía guardarse silencio, ¿no? Le echó un vistazo a la portada del libro frente suyo. Anne Rice... muy buena elección, y no le extrañaba de un chico con una pinta y de expresión tan seria y silenciosa como la del chico de ojos rojos. “Bien y podría ser un vampiro...” pensó de forma casi inmediata al relacionar ambas cosas “Aunque... no podría estar aquí, es de día... pero dicen que hay formas para que los vampiros caminen bajo el sol, ¿no es verdad? Pero ese es otro libro, o usaría un anillo o bien brillaría en el sol...” negó mentalmente para forzarse a cambiar el tema, ¿realmente estaba considerando que el chico frente suyo era un vampiro? No, cosas como aquellas no existían, ¿o sí? No decía que fuera imposible, pero, ¿cuáles eran las probabilidades de que ello ocurriera en una academia como esa?
Levantó su mirada cuando oyó que le hablaban no mucho después de haber retomado su lectura, tomándole por sorpresa- ¿Eh? ¿Antes...? –le observó fijamente, como intentando asegurarse de no haberle visto en alguna otra parte- “De todos modos lo recordaría si lo hubiera visto...” –que ella recordara no le era familiar en absoluto, seguramente se habían visto en algún pasillo y no se había dado cuenta, podría ser, ¿no?- Uhm... disculpa... que yo recuerde no... no creo, la verdad, ¿de qué curso eres? –preguntó algo pensativa y cerró su libro con un marcador para prestarle más atención- Espera, ¿me oíste cantar? –parpadeó confundida, recordando en qué salón pudo haber sido- Ah... ¿hablas de la sala de música...? Suelo ir a cantar allí las mañanas antes de comenzar la clase -¿Era su impresión o el joven era un tanto autista? Parecía siempre estar pensando en algo, distante- ¿Cuál es tu nombre? -preguntó con una mezcla de educación e incomodidad por no saber cómo llamarle.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Fecha de inscripción : 05/06/2013
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Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
Asintió como respuesta ante todo, aunque algunas preguntas necesitaran más que un "sí", no sabía cuándo ni cómo exactamente la escuchó cantar, ni que hora era, saboreó el chocolate y fijó su mirada en algún punto al azar, quizás, algún día dejaría de olvidar esas cosas, pensó, pero se preguntó si realmente era tan malo.
De todos modos, no recordaba su rostro, recordaba más su pelo, así que era probable que la haya visto de espaldas, luego se acordó del gato que comió levadura y se empezó a reír solo.
Se la quedó mirando, le había dicho algo, pero no lo escuchó, quizás le preguntó sobre qué se reía, ¿Eso fue antes o después? Achicó los ojos, no sabía, era una de las tantas cosas a la que no le encontraba respuesta, como por qué el paté sabe igual que a la comida enlatada para gatos.
Eso lo leyó por internet, conste, no es que haya comido, aclaró en su mente, como si estuviera alguien escuchándolo en dios sabe dónde o le pudieran leer la mente.
Le aterraba la idea, si alguien leyera sus pensamientos probablemente le regañaría y tendría una voz gritona en su cabeza que jamás se callaría porque lo irritaría y... Se estaba desviando del tema.
– Ese gato, el que comió levadura y creció tanto que no cabía en un estacionamiento – Le contestó, estaba seguro de que habían estado hablando de gatos, ¿O no? De todos modos, no sabía como se llamaba ni a cuál curso pertenecía, ¿Se lo dijo? Por si acaso se lo preguntaría de nuevo – ¿Cómo te llamas? ¿Y de qué curso eres? – Luego pensó que sería algo tosco no decirle su propio nombre, al menos, no podría avanzar bien la conversación – Me llamo Rune Lewis, pertenezco al tercer curso... Eh... – No estaba seguro si debía decirle algo, así que simplemente puso una cara extraña entre confusión y sorpresa y luego cerró la boca porque se le olvidó.
Luego fijó la vista en el libro y achicó los ojos, estaban en medio de Febrero, en una Biblioteca, pero no es como si tuviera mucho que hacer, quizás podría comprar dulces después y dar un paseo por el parque botánico o el bosque... Se distrajo con la agradable idea, le gustaban los lugares llenos de verdor, por eso le gustaba frecuentarlos en sus rutinas de running, le tranquilizaban.
Levantó la vista y pestañeó varias veces, observando a la pelirrubia con un aire de inocencia y de desconcierto, ¿De qué estaban hablando?
De todos modos, no recordaba su rostro, recordaba más su pelo, así que era probable que la haya visto de espaldas, luego se acordó del gato que comió levadura y se empezó a reír solo.
Se la quedó mirando, le había dicho algo, pero no lo escuchó, quizás le preguntó sobre qué se reía, ¿Eso fue antes o después? Achicó los ojos, no sabía, era una de las tantas cosas a la que no le encontraba respuesta, como por qué el paté sabe igual que a la comida enlatada para gatos.
Eso lo leyó por internet, conste, no es que haya comido, aclaró en su mente, como si estuviera alguien escuchándolo en dios sabe dónde o le pudieran leer la mente.
Le aterraba la idea, si alguien leyera sus pensamientos probablemente le regañaría y tendría una voz gritona en su cabeza que jamás se callaría porque lo irritaría y... Se estaba desviando del tema.
– Ese gato, el que comió levadura y creció tanto que no cabía en un estacionamiento – Le contestó, estaba seguro de que habían estado hablando de gatos, ¿O no? De todos modos, no sabía como se llamaba ni a cuál curso pertenecía, ¿Se lo dijo? Por si acaso se lo preguntaría de nuevo – ¿Cómo te llamas? ¿Y de qué curso eres? – Luego pensó que sería algo tosco no decirle su propio nombre, al menos, no podría avanzar bien la conversación – Me llamo Rune Lewis, pertenezco al tercer curso... Eh... – No estaba seguro si debía decirle algo, así que simplemente puso una cara extraña entre confusión y sorpresa y luego cerró la boca porque se le olvidó.
Luego fijó la vista en el libro y achicó los ojos, estaban en medio de Febrero, en una Biblioteca, pero no es como si tuviera mucho que hacer, quizás podría comprar dulces después y dar un paseo por el parque botánico o el bosque... Se distrajo con la agradable idea, le gustaban los lugares llenos de verdor, por eso le gustaba frecuentarlos en sus rutinas de running, le tranquilizaban.
Levantó la vista y pestañeó varias veces, observando a la pelirrubia con un aire de inocencia y de desconcierto, ¿De qué estaban hablando?
Invitado- Invitado
Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
Notó que el otro sólo respondía con asentimientos de cabeza y unos secos “sí” de vez en cuando, lo cual la dejaba confusa sobre cómo debía reaccionar ante eso, ¿realmente la estaría escuchando? Quizás sólo quería leer en la biblioteca y ella sólo estaba molestando... Bueno, era su culpa, después de todo él se había acercado primero, ¿no?. “Bueno, de momento lo dejaré pasar, si veo que estoy molestando demasiado ya le preguntaré como se debe” –se dijo en su mente mientras el joven le miraba fijamente, haciéndole sentir un tanto inquieta, esos ojos rojos eran de un color intenso y bastante profundo, el hecho de que aún no pudiera quitarse de la mente la idea de que pudiera ser un vampiro la hacía sentir como si su mirada la atravesara, ¿acaso sabría lo que estaba pensando en aquellos momentos? Aquello la hizo sentir aún más inquieta.
Parpadeó perpleja ante su respuesta, sin saber si pararse de allí y marcharse, reírse o sentirse ofendida y recriminárselo, pues obviamente aquello significaba que no le había estado escuchando- Uhm.... –fue lo único que atinó a decir en aquel momento- ¿Eh? Y-yo pregunté primero... –dijo con una suave mueca en sus labios, sin enojarse aún, pero realmente sintiéndose ignorada y preguntándose seriamente en su cabeza si de veras había oído todo lo que dijo- Yo me llamo Aria Ainsley, de tercero... y por lo visto somos compañeros de curso –agregó cuando Rune dijo a qué curso pertenecía- ¿Eres nuevo? No estoy segura de haberte visto muy seguido en clases.
Entonces notó que volvió a bajar la mirada hacia su libro, al parecer no era alguien de muchas palabras, quizás no le gustaba que interrumpieran su lectura, por lo que se puso a hacer lo mismo y retomó desde donde había quedado en el libro sobre gemas hasta que sintió la mirada de Rune sobre ella, levantando sus ojos hacia él- ¿Pasa algo...? ¿Querías decir alguna cosa? –le preguntó un tanto intrigada.
Parpadeó perpleja ante su respuesta, sin saber si pararse de allí y marcharse, reírse o sentirse ofendida y recriminárselo, pues obviamente aquello significaba que no le había estado escuchando- Uhm.... –fue lo único que atinó a decir en aquel momento- ¿Eh? Y-yo pregunté primero... –dijo con una suave mueca en sus labios, sin enojarse aún, pero realmente sintiéndose ignorada y preguntándose seriamente en su cabeza si de veras había oído todo lo que dijo- Yo me llamo Aria Ainsley, de tercero... y por lo visto somos compañeros de curso –agregó cuando Rune dijo a qué curso pertenecía- ¿Eres nuevo? No estoy segura de haberte visto muy seguido en clases.
Entonces notó que volvió a bajar la mirada hacia su libro, al parecer no era alguien de muchas palabras, quizás no le gustaba que interrumpieran su lectura, por lo que se puso a hacer lo mismo y retomó desde donde había quedado en el libro sobre gemas hasta que sintió la mirada de Rune sobre ella, levantando sus ojos hacia él- ¿Pasa algo...? ¿Querías decir alguna cosa? –le preguntó un tanto intrigada.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
Asintió de forma enérgica, se preguntaba por qué había visto tantos corazones por dónde sea que pasara, por qué el paté tiene el mismo sabor que la carne enlatada para gato, por qué las ardillas podían almacenar tanta comida en sus mejillas, pero su mayor duda era por qué el gato se hinchó al comer levadura, entonces recordó que la vez que comió levadura se quedó dormido al frente de la chimenea, y no pudo evitar soltar una suave carcajada.
— Sí, no recuerdo muy bien de qué hablábamos... Pero, ¿Qué lees? ¿Y qué haces en la escuela? — Se preguntaba si cantaba por hobby o si era a lo que se dedicaba, muchos tenían más de un atributo, en una escuela tan exigente como en la que se encontraban, la mayoría eran personas con muchos atributos, genios — Yo me dedico principalmente a componer, sé cantar, tuve clases de canto en mi niñez, al menos me contaron, y después seguí teniéndolas en mi adolescencia... — Se encogió de hombros ante esto, entrecerró los ojos y miró sus uñas, porque sí nada más — Pero no es como si cantara excepcional mente bien, pero me gusta mucho tocar el piano, me costó decidirme entre la composición, o ser pianista.
Observó el rostro de la chica con detención, entonces se percató del contraste que había entre los dos, todas sus características correspondían a una chica muy pálida, su pelo claro, ojos claros, ropa clara, luego estaba él, con su cabello oscuro y sus ojos de un color escalofriante, sonrió con cierto cinismo ante el pensamiento, odiaba el rojo.
Leyó por encima y vio algunas imágenes, piedras preciosas, ah, creo que podía hacerse una idea de ello, le gustaban de hecho, coleccionaba algunas piedras preciosas en su casa, le gustaba lo esotérico.
— Oh, ya veo lo que lees, sabes, colecciono algunas piedras preciosas, hace poco adquirí una amatista... — Aunque no recordaba dónde la había dejado, mejor la buscaba, si no lloraría en un rincón y le pediría amor.
— Sí, no recuerdo muy bien de qué hablábamos... Pero, ¿Qué lees? ¿Y qué haces en la escuela? — Se preguntaba si cantaba por hobby o si era a lo que se dedicaba, muchos tenían más de un atributo, en una escuela tan exigente como en la que se encontraban, la mayoría eran personas con muchos atributos, genios — Yo me dedico principalmente a componer, sé cantar, tuve clases de canto en mi niñez, al menos me contaron, y después seguí teniéndolas en mi adolescencia... — Se encogió de hombros ante esto, entrecerró los ojos y miró sus uñas, porque sí nada más — Pero no es como si cantara excepcional mente bien, pero me gusta mucho tocar el piano, me costó decidirme entre la composición, o ser pianista.
Observó el rostro de la chica con detención, entonces se percató del contraste que había entre los dos, todas sus características correspondían a una chica muy pálida, su pelo claro, ojos claros, ropa clara, luego estaba él, con su cabello oscuro y sus ojos de un color escalofriante, sonrió con cierto cinismo ante el pensamiento, odiaba el rojo.
Leyó por encima y vio algunas imágenes, piedras preciosas, ah, creo que podía hacerse una idea de ello, le gustaban de hecho, coleccionaba algunas piedras preciosas en su casa, le gustaba lo esotérico.
— Oh, ya veo lo que lees, sabes, colecciono algunas piedras preciosas, hace poco adquirí una amatista... — Aunque no recordaba dónde la había dejado, mejor la buscaba, si no lloraría en un rincón y le pediría amor.
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Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
Suspiró al de nuevo por la forma de hablar, realmente comenzando a considerar que pudiera tener alguna característica de autista o bien que simplemente fuera distraído o disperso, pero fuera de ello se veía como un buen chico, o eso suponía de momento, iba a intentar no caer en ningún prejuicio de momento, por lo que prefirió darle el beneficio de la duda, a menos que tuviera que estar recordando cada palabra que decía para poder repetírsela en caso que olvidara la conversación una vez más.
-Creo que ya no importa ahora, también lo olvidé, la verdad... –mintió al desviar la mirada, sin saber muy bien qué decir- Pues... no vuelvo a casa durante los recesos o cosas por el estilo, así que vine a pasar el rato aquí, además está mucho más tranquilo en este lugar... aunque si lo pienso toda la academia está tranquila, no hay gente después de todo... –dijo en un tono que iba disminuyendo al hablar más, como si hablara consigo misma- ¿En serio? ¿Clases? Bueno, yo también... algo así, mi madre era una cantante de ópera y solía llevarme con ella... me gusta crear letras pero soy pésima en ello, muy cliché... pero me gusta cantar bastante, mucho más que hacer otras cosas que me gustan... –dijo, enroscando distraídamente uno de sus dedos en su cabello- Ah, yo también toco el piano... –dijo sin demasiada sorpresa- “Ahora que lo pienso, creo que es la segunda persona que conozco aquí que lo toca...” –pensó al recordar a Lucien, el delegado de su clase- ¿Y por qué no puedes ser ambos? Puedes tomar una sección y tomar cursos de lo otro, ¿no? Yo tomé el curso de vocalista pero también intentaré tomar cursos de otros instrumentos o cosas por el estilo, me gusta aprender, igualmente la música.
Desvió la mirada al sentir como si Rune la inspeccionara detenidamente con esos ojos de color rojo, lo cual la hacía sentir algo más incómoda al respecto, se sentía extraño, casi como un par de rayos X, no podía no decir que aquello la inquietaba un tanto- ¿Eh? Ah, sí, perdón, no te contesté, me entusiasmé hablando de la música, lo siento... –se disculpó con una inclinación suave y elegante de su cabeza- ¿Eh? ¿En serio? Yo no digamos que las colecciono, no he tenido posibilidad pero... podría decir que mi amuleto es este... –dijo al sacar un collar con una piedra verdosa incrustada- Me lo dio mi madre y desde entonces está conmigo, dice que es mi piedra espiritual, que combina conmigo... se llama peridoto o crisolita. No digamos que es mi color favorito, pero tiene algo bonito... bueno, todas las gemas tienen algo especial. Cuando no me siento bien suele calmarme, es por eso que es mi amuleto –dijo sonriendo como si hablara de su mejor amigo- A-ah, lo siento... no creo que quieras oír cosas sentimentales como esas... ¿quieres verlo? –ofreció al llevar una mano a su cuello, en ademán de soltar el broche que lo mantenía sujeto.
-Creo que ya no importa ahora, también lo olvidé, la verdad... –mintió al desviar la mirada, sin saber muy bien qué decir- Pues... no vuelvo a casa durante los recesos o cosas por el estilo, así que vine a pasar el rato aquí, además está mucho más tranquilo en este lugar... aunque si lo pienso toda la academia está tranquila, no hay gente después de todo... –dijo en un tono que iba disminuyendo al hablar más, como si hablara consigo misma- ¿En serio? ¿Clases? Bueno, yo también... algo así, mi madre era una cantante de ópera y solía llevarme con ella... me gusta crear letras pero soy pésima en ello, muy cliché... pero me gusta cantar bastante, mucho más que hacer otras cosas que me gustan... –dijo, enroscando distraídamente uno de sus dedos en su cabello- Ah, yo también toco el piano... –dijo sin demasiada sorpresa- “Ahora que lo pienso, creo que es la segunda persona que conozco aquí que lo toca...” –pensó al recordar a Lucien, el delegado de su clase- ¿Y por qué no puedes ser ambos? Puedes tomar una sección y tomar cursos de lo otro, ¿no? Yo tomé el curso de vocalista pero también intentaré tomar cursos de otros instrumentos o cosas por el estilo, me gusta aprender, igualmente la música.
Desvió la mirada al sentir como si Rune la inspeccionara detenidamente con esos ojos de color rojo, lo cual la hacía sentir algo más incómoda al respecto, se sentía extraño, casi como un par de rayos X, no podía no decir que aquello la inquietaba un tanto- ¿Eh? Ah, sí, perdón, no te contesté, me entusiasmé hablando de la música, lo siento... –se disculpó con una inclinación suave y elegante de su cabeza- ¿Eh? ¿En serio? Yo no digamos que las colecciono, no he tenido posibilidad pero... podría decir que mi amuleto es este... –dijo al sacar un collar con una piedra verdosa incrustada- Me lo dio mi madre y desde entonces está conmigo, dice que es mi piedra espiritual, que combina conmigo... se llama peridoto o crisolita. No digamos que es mi color favorito, pero tiene algo bonito... bueno, todas las gemas tienen algo especial. Cuando no me siento bien suele calmarme, es por eso que es mi amuleto –dijo sonriendo como si hablara de su mejor amigo- A-ah, lo siento... no creo que quieras oír cosas sentimentales como esas... ¿quieres verlo? –ofreció al llevar una mano a su cuello, en ademán de soltar el broche que lo mantenía sujeto.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
Se quedó mirando a la chica, pensando en cuan entusiasmada se veía al hablar de música, sonrió para sí mismo, se notaba que le apasionaba, se quedó observando cómo hablaba la rubia, pensando que de verdad toda la gente en Musette fuera así, que se la pasaran muy bien en lo suyo, últimamente había encontrado mucha gente que Lucien calificaría de “narcisista”, ¿No es así?
— No te preocupes — Le contestó con suavidad, al tiempo que estiraba su mano y se semi levantó de su silla, inclinándose sobre la mesa, observó el broche de Aria por unos momentos y lo palpó con su dedos, al tiempo que alejaba con delicadeza la otra mano de la joven, la sostuvo por unos momentos hasta que la soltó y volvió a su lugar, su sonrisa permanecía inamovible — Te veías muy divertida y muy apasionada respecto a la música, me gustó escucharte, y ciertamente… — Hizo una leve pausa antes de continuar, al tiempo que fijaba la vista en la joya de forma significativa — Es una buena joya, ciertamente es verdadera, es una esmeralda, si no me equivoco — Contestó con una sonrisa.
Se quedó pensativo, observó los libreros y demás, había algo que quería preguntarle hace tiempo a alguien pero no se atrevía, porque tenía la impresión de que lo verían extraño, ya que no vio a nadie haciendo la pregunta al aire, entonces se dio cuenta que probablemente era algo “normal”, pero él no estaba muy seguro sobre de qué se trataba.
Volvió la vista, respiró hondo y se atrevió a preguntar a riesgo de que le regañaran, lo que más temía eran los regaños, porque siempre lo hacían, hasta la mucama, el otro día lo golpeó con el plumero por la vez que dio vuelta toda la leche sobre la mesa, y en su presencia.
— Oye… Me podrías decir… — Comenzó un poco dubitativo y preocupado, pero finalmente tragó y se atrevió — ¿Qué son todos esos adornos rosas, pasteles, esos chocolates a bajo precio y corazones? — Musitó, y luego volvió a mirar a su alrededor, viéndose confuso — Es que no sé por qué está todo así y la gente se porta extraña, todos se abrazan y se dan besos — Era totalmente serio respecto a eso, definitivamente quería una respuesta para ello.
— No te preocupes — Le contestó con suavidad, al tiempo que estiraba su mano y se semi levantó de su silla, inclinándose sobre la mesa, observó el broche de Aria por unos momentos y lo palpó con su dedos, al tiempo que alejaba con delicadeza la otra mano de la joven, la sostuvo por unos momentos hasta que la soltó y volvió a su lugar, su sonrisa permanecía inamovible — Te veías muy divertida y muy apasionada respecto a la música, me gustó escucharte, y ciertamente… — Hizo una leve pausa antes de continuar, al tiempo que fijaba la vista en la joya de forma significativa — Es una buena joya, ciertamente es verdadera, es una esmeralda, si no me equivoco — Contestó con una sonrisa.
Se quedó pensativo, observó los libreros y demás, había algo que quería preguntarle hace tiempo a alguien pero no se atrevía, porque tenía la impresión de que lo verían extraño, ya que no vio a nadie haciendo la pregunta al aire, entonces se dio cuenta que probablemente era algo “normal”, pero él no estaba muy seguro sobre de qué se trataba.
Volvió la vista, respiró hondo y se atrevió a preguntar a riesgo de que le regañaran, lo que más temía eran los regaños, porque siempre lo hacían, hasta la mucama, el otro día lo golpeó con el plumero por la vez que dio vuelta toda la leche sobre la mesa, y en su presencia.
— Oye… Me podrías decir… — Comenzó un poco dubitativo y preocupado, pero finalmente tragó y se atrevió — ¿Qué son todos esos adornos rosas, pasteles, esos chocolates a bajo precio y corazones? — Musitó, y luego volvió a mirar a su alrededor, viéndose confuso — Es que no sé por qué está todo así y la gente se porta extraña, todos se abrazan y se dan besos — Era totalmente serio respecto a eso, definitivamente quería una respuesta para ello.
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Re: [San Valentín] Casualidades no tan casuales
Realmente se sentía algo extraña hablando tanto y quizás hasta a mil por hora en comparación a Rune, que se veía más tranquilo y medido con lo que decía, casi como si lo meditara demasiado o todo lo contrario, como si no lo pensara demasiado y simplemente fuera a un ritmo diferente al de ella.
Se sorprendió un poco cuando se levantó para detenerla de soltar el broche de su collar con una de sus manos, no sólo por la forma en la que había quedado inclinado sobre la mesa, sino que también porque le había sobresaltado un poco su tacto algo gélido, pero que al mismo tiempo parecía irradiar algo cálido, lo cual se le hacía extraño, igualmente la forma tan delicada con la que había apartado su mano, ni siquiera ejerciendo fuerza sobre ella para hacerla a un lado antes de tomar con cuidado la gema que pendía de la cadena que yacía alrededor de su cuello.
Como había ocurrido antes, la voz de Rune interrumpió el silencio, arrebatándola de sus pensamientos- Ah... creo que se nota mucho que amo la música, ¿no es verdad? -musitó un tanto avergonzada al rascar detrás de su oreja como solía hacer en momentos como ese- Y bueno, no creo que mi madre fuera a darme una joya de fantasía... así que creo que probablemente es genuina... -guardó silencio unos momentos y ladeó su cabeza, dándose cuenta que Rune no le había oído del todo cuando le había dicho de qué gema se trataba- Es un peridoto, creo que ya lo había dicho... -se rascó un poco su mejilla con un dedo al no saber cómo decirle aquello con más tacto- Pero sí, le acertaste, supongo... -se puso a mirar a otro lado, pensando en qué más podría decir para no llamar al silencio de forma tan brusca, pero Rune se encargó de ello.
No podía estar hablando en serio... ¿verdad? ¿Era aquello una broma? No, de seguro se había despertado algo desorientado, eso debía de ser. “Genial, otra situación incómoda...” pensó al frotar suavemente una de sus sienes.
–Rune... ¿sabes qué día es, no es verdad? Eh... -realmente no sabía por dónde iniciar, pero prefería asumir que el calendario del otro estaba defectuoso o algo por el estilo- Es 14 de Febrero, día de los enamorados, San Valentín... -por un segundo estuvo tentada de preguntarle si lo conocía o no, pero aquello le haría sentir descortés- Algunos lo llaman de la amistad también, pero siento que es una pobre excusa para aquellos que no están enamorados o no son correspondidos y por tanto no tienen pareja con la cual celebrar... -dijo con un leve dejo de amargura y resentimiento mientras bajaba por unos segundos su mirada para jugar con su dedo a repasar las vetas de la madera de la mesa.
Se sorprendió un poco cuando se levantó para detenerla de soltar el broche de su collar con una de sus manos, no sólo por la forma en la que había quedado inclinado sobre la mesa, sino que también porque le había sobresaltado un poco su tacto algo gélido, pero que al mismo tiempo parecía irradiar algo cálido, lo cual se le hacía extraño, igualmente la forma tan delicada con la que había apartado su mano, ni siquiera ejerciendo fuerza sobre ella para hacerla a un lado antes de tomar con cuidado la gema que pendía de la cadena que yacía alrededor de su cuello.
Como había ocurrido antes, la voz de Rune interrumpió el silencio, arrebatándola de sus pensamientos- Ah... creo que se nota mucho que amo la música, ¿no es verdad? -musitó un tanto avergonzada al rascar detrás de su oreja como solía hacer en momentos como ese- Y bueno, no creo que mi madre fuera a darme una joya de fantasía... así que creo que probablemente es genuina... -guardó silencio unos momentos y ladeó su cabeza, dándose cuenta que Rune no le había oído del todo cuando le había dicho de qué gema se trataba- Es un peridoto, creo que ya lo había dicho... -se rascó un poco su mejilla con un dedo al no saber cómo decirle aquello con más tacto- Pero sí, le acertaste, supongo... -se puso a mirar a otro lado, pensando en qué más podría decir para no llamar al silencio de forma tan brusca, pero Rune se encargó de ello.
No podía estar hablando en serio... ¿verdad? ¿Era aquello una broma? No, de seguro se había despertado algo desorientado, eso debía de ser. “Genial, otra situación incómoda...” pensó al frotar suavemente una de sus sienes.
–Rune... ¿sabes qué día es, no es verdad? Eh... -realmente no sabía por dónde iniciar, pero prefería asumir que el calendario del otro estaba defectuoso o algo por el estilo- Es 14 de Febrero, día de los enamorados, San Valentín... -por un segundo estuvo tentada de preguntarle si lo conocía o no, pero aquello le haría sentir descortés- Algunos lo llaman de la amistad también, pero siento que es una pobre excusa para aquellos que no están enamorados o no son correspondidos y por tanto no tienen pareja con la cual celebrar... -dijo con un leve dejo de amargura y resentimiento mientras bajaba por unos segundos su mirada para jugar con su dedo a repasar las vetas de la madera de la mesa.
- Notas:
- Te dejé unas cuantas pistas acá xD
-Por si acaso, me di cuenta ahora nomás que Aria ya había dicho que era peridoto, pero asumí que Rune no escuchó nomás (pa variar xD) así que ahi editas tu post para cambiar de esmeralda a peridoto... o si no me dices que mantienes esmeralda y yo edito el mio.
-Por ahí decías algo de broche pero como joya, yo me refería al broche del collar, pero ahí lo acomodé para que pasara piola, creo (?)
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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