San valentín (Rory)

¿Qué es lo que hacía este día en la escuela? No tenía idea, solo sabía que estaba caminando por los pasillos vacíos. Aunque no fuera una celebración oficial muchos alumnos de la escuela se encontraban ausentes. Era una fecha muy importante para los enamorados, el día de San Valentín y, no era que yo estuviera en contra de esa festividad, la razón era que este año me encontraba pasándola sola. Los otros años la pasaba con mis amigos pero ellos estaban en francia y las personas de esta ciudad que las consideraba amigos tendrían cosas interesantes que hacer. Sería egoísta de mi parte el pedirles que estuviean conmigo ese día.

No prestaba mucha atención a los salones, ni a los pasillos, hasta que vi de reojo el letrero de un salon que decía “sala de música”, me detuve, tenía curiosidad de saber qué instrumenos presentaba el salon pero no era mi area, aunque por otra parte si me metía durante unos minutos nadie sabría que estuve ahí y seguiría mi camino. Antes de decidirme a entrar mire por ambos lados de manera discreta, nadie en el pasillo. Entonces me decidi a entrar.

Una vez adentro me sorprendió la cantidad de instumentos ahí guardados y listos para que los estudiantes los usaran. Desde violines, violonchelos, guitarras, flautas. Todos los instrumentos los examinaba hasta llegar al piano- Hermoso…-Susurre caminando hacia él para pasar la yema de mis dedos en su estructura levantando la tapa- Hace tiempo que no toco el piano- Susurré sentándome. Aún no habían pasado muchos minutos, podría tener la oportunidad de tocar por lo menos una pieza, esperaba y aún pudiera interpretar una canción completa. Cerré mis ojos tratando de recordar alguna, inhale levemente y, sin demorar, comenze a tocar la primera canción que se me vino a la mente, tal vez era la que interpretaba el como se sentía mi corazón en estos momentos.

Winter sleep :

Winter sleep canción con letra:

U: la segunda es para que te des una idea de cual es la canción n.n

San Valentín era una cursilada, pero era una fiesta y uno nunca debía decir que no a una fiesta, ni a una oportunidad para celebrar algo.
Rory recordaba que cuando estaba en la escuela primaria se lo pasaban pipa mandándose cartitas secretas y mensajitos, y dándose corazoncitos de cartulina, y era todo muy cursi pero muy divertido. Por supuesto ya no hacían esas cosas, pero a él en ese día le gustaba mandar mensajitos de móvil a sus amigas más especiales (o sea, sus ex novias), y sobre todo siempre tenía un recuerdo especial para su primera “novia”. Vale, tenían ocho años cuando fueron novios, pero aún así había sido amor verdadero, eso estaba clarísimo. Luego ella se había tenido que ir a vivir a otro país y ahí había acabado su amor.

Se dirigía a la sala de música, con su violín, para practicar un poco, porque últimamente se estaba descuidando bastante. Pero cuando llegó descubrió que ya había alguien dentro, podía oír la música del piano. Abrió la puerta intentando no hacer ruido, pero sólo una rendija, lo justo como para poder espiar a ver quién estaba dentro.

La conocía. Era una profe. Normalmente ver a un profe sin ser horas de clase era código rojo, y había que intentar alejarse de ellos lo máximo posible, pero puesto que ella seguramente no le vería, al estar concentrada en el piano, igual no pasaba nada si se quedaba a escuchar un poco… No conocía la canción, pero era bastante guay.

Aun con los ojos cerrados tocaba el piano, solo me dejaba llevar, realmente no pensaba mucho en las notas y mis dedos se deslizaban en las teclas. Era una canción lenta, hermosa pero a la vez melancólica y en estos momentos que tocaba el piano me preguntaba si también podría adentrarme a la música pero la danza tomaba asi todo mi tiempo y energía. No duró mucho la canción y al terminar me sentía mas aliviada, no tanto pero era algo.

Bajé con delicadeza la tapa del piano, quería seguir tocando pero lo más probable es que los alumnos ya terminarían sus clases y tenía que irme antes de que alguien me viera en este sitio. Caminé hacia la puerta pero a la mitad del camino me detuve. Otra vez los instrumentos me llamaban la atención. Darles otra mirada no seria malo, esta vez dirigiendome a la sección de los violines.

Tomé uno para examinarlo pero desde hace tiempo que sentía una mirada sobre mi, voltee hacia la puerta. No note su rostro pero si un ojo lo que produjo que diera un leve grito y soltara el violin, se escuchó como cayó, enseguida lo recogi esperando a que no le hubiera sucedido nada- ¿Q-quien es?- Comenté un tanto nerviosa.

No dejaba de ser divertido que la profe se hubiera dado aquel susto al ver a alguien en la puerta. O sea, no era como si pudiera haber alguien peligroso dentro de la escuela, ¿no? (al menos sin contar a Slenderman, pero hasta donde Rory sabía, ese sólo salía por las noches). Rory no pudo evitar reírse, aunque el sonido del violín al caer al suelo casi le dolió a él.
Supuso que podría simplemente largarse de allí tan rápido como fuera posible, pero le pareció de muy mala educación, y él no era un maleducado (a veces). Así que abrió la puerta del todo y dio un par de pasos dentro, observando cómo la mujer recogía el violín del suelo.

Tenía que reconocer que la profesora estaba bastante bien, era guapa, esbelta y se movía con gracia como solían hacer las bailarinas. Y era una auténtica pena que fuera profesora y que fuera tan mayor, pero así era la vida. Estaba totalmente fuera de su alcance y había que aceptarlo.
Además a Rory tampoco le caía mal, aunque uno nunca debía bajar la guardia, porque ese tipo de profesores, amables y simpáticos, hacían que te confiaras y cuando ya habías caído en la trampa, entonces ¡zas! Te daban la puñalada.

-Eh, tranqui, que no muerdo- dijo con una sonrisa algo burlona-. Esa canción era muy chula, ¿cuál es?

No tenía sentido ocultar que había estado escuchando detrás de la puerta. A lo mejor ella le echaba el clásico sermón sobre espiar detrás de las puertas (cosa que no le serviría de nada, porque Rory ya lo había oído mil veces, y aún así lo seguiría haciendo), pero ¿qué más daba? Tampoco era ningún crimen.
Estuvo tentado de decirle también que había que tener cuidado de no tirar las cosas, sólo por el puro placer de “regañar” a una profe, pero al final decidió ser prudente. Nunca había que bajar la guardia con un código rojo.

Al escuchar como se abría más la puerta dejé de ver el violin para saber que persona era la que se encontraba atrás de la puerta. Al verlo note que era un chico, de edad muy joven por solo ver la apariencia. Me incorporé dándole una pequeña sonrisa, esas que ya eran costumbre en mí par dar una buena impresión y además era la primera vez que me encontraba con un alumno dentro del area escolar.

-¿La canción? ¿Haz escuchado la pieza completa?-Pregunté sonrojándome un poco, ya que si fuera así entonces alguien había visto que estaba en un salon que no me fue asignado y a horas no apropiadas, bien no tenía que ponerme nerviosa, a lo mejor y el no sabía las normas de los profesores, tenía que actuar natural y con amabilidad, más si íba a darle clases durante sus años en este instituto- Es una composición orginial de quien fue mi maestra de piano en su tiempo. La nombró Winter Sleep, es muy melancólica ¿No te parece?

Dejé de prestarle atención por unos momentos para dar un ultimo vistazo rápido al violin, parecía ser que este día era de suerte pues no le pasó nada, solo un pequeño raspón pero no era notorio. Con sumo cuidado, como si fuera lo más valioso, por que lo era, lo deposité en su lugar, di un suspiro de alivio mirándolo esta vez con curiosidad- ¿Ya han terminado las clases? No me pareció escuchar el timbre- Dije esta vez un tanto dudosa ¿Se había saltado las clases? De todos modos las personas estaban ocupadas con otras cosas, como pasar el día con su pareja o amigos, tal vez.

-¿Le ha pasado algo?- preguntó Rory, señalando al violín, tan preocupado como si éste fuera un bebé en vez de un objeto inanimado-. Profe, tienes que tener más cuidado con las cosas.

Al final se había arriesgado a regañar a la profesora, y es que era algo demasiado tentador.

-Sí, ya han terminado las clases, no me estoy fugando ni nada- aclaró rápidamente. Estos profes siempre estaban deseando pillarle a uno. Y… no he oído toda la canción, pero casi- contestó-. Sí, la verdad es que suena un poco… triste. ¿La tocabas porque estás triste?- preguntó con un tono algo infantil, mirándola directamente. Le salió solo, en realidad no pretendía interesarse por el estado de ánimo de la mujer, aunque no podía negar que a veces era un poco cotilla y estaba lo suficientemente aburrido como para querer escuchar la vida de una profesora.

Además, mientras hablaba ya estaba elaborando una teoría en ese cerebro suyo que nunca dejaba de inventar. Era San Valentín, y mucha gente se sentía triste en San Valentín. Sobre todo la gente que no tenía pareja. A lo mejor la profesora no tenía pareja, aunque era algo raro siendo tan guapa, y se sentía triste por eso. Pero Rory no iba a llegar tan lejos como para ponerse a preguntar por su vida sentimental. Era demasiado indiscreto. Quizá no le habría importado preguntar a alguien de su edad, pero no a una persona mayor.

-¿Verdad que el día de San Valentín es un día raro?- preguntó, distraídamente-. Alguna gente está en éxtasis y otras están super deprimidas. Y algunos se enfadan muchísimo y se ponen a decir que es todo consumismo… la verdad es que pueden ponerse realmente pesados. O sea, quiero decir, ¿qué más les da a ellos si la gente quiere hacerse regalos? La gente no hace más que meterse en la vida de los demás, ¿verdad?

Me sonrojé al ver como el joven me decía que tuviera más cuidado, era penoso que un alumno viera mi torpeza yo solo asentí sonriendo levemente- Tendré cuidado la próxima vez, gracias por el consejo- Le comenté lo más profesional que podría sonar pero al seguir escuchándole mi sonrisa desapareció pues ¿Realmente mi corazón estaba triste en este día? Pero no tenía que mostrar aquellas cosas débiles y menos a un alumno, terminando de escuchar su pregunta la sonrisa falsa volvió a aparecer.

Él parecía ser un buen chico, muy portado aunque claro por la edad algo travieso, no debía de tomarme lo que dijera de manera tan personal- Bueno las personas somos seres sociales, tal vez por eso necesitamos estar al tanto de todo- Fue lo que se me pudo ocurrir, observándole como si nada estuviera pasando- Gracias por preocuparte por mi estado anímico, me encuentro bien solo que esa melodía me recuerda a mi profesora, mi infancia- Parte verdad parte mentira. No era buena mintiendo así que diciéndole aquello no me sentía tan mal. Comencé a caminar hacia él de manera elegante pero sin mostrarme autoritaria, debía de dar una buena impresión al primer alumno que me encuentro.

-Y usted joven ¿Qué es lo que piensa de este día? Me interesaría saber…Por cierto mi nombre es Zinnia Millaray y en tu estadía en la escuela seré tu profesora de danza, temporalmente, mucho gusto- Extendí mi mano para estrecharla contra la de él


u: perdón por hacerla muy corta, a la proxima la haré mas larga ;///;)

Tuvo que aguantarse la risa porque, por el tono que había puesto la profesora, era obvio que no le había gustado nada que él la reprendiera.

-Sí, vaya, que somos cotillas- dijo, tranquilamente. Él mismo tenía que reconocer que le gustaba enterarse de todo, pero no era eso a lo que él se refería-. Pero oye, una cosa es querer enterarse de todo y otra meterse en lo que hacen los demás... no es lo mismo.

Cuando la profesora le dio las gracias por preocuparse por ella, Rory la miró receloso. ¿Lo decía sinceramente o iba con segundas, en plan “gracias, pero métete en tus cosas”? Con los profesores nunca se sabía. Pero decidió darle un voto de confianza y no empezar a pensar mal de ella tan pronto. Al fin y al cabo se acababan de conocer.
Rory le estrechó la mano cuando ella se presentó. Ya sabía su nombre y de qué daba clase, porque lo había leído en las listas de la escuela, así que le dijo:

-Lo sé. Yo soy Rory Ryan, de primero- por un momento pensó en darle un nombre falso, o el de Keith, por fastidiar un poco, pero al final no lo hizo-. Y bueno, San Valentín me parece bastante divertido. O sea, si tienes la oportunidad de celebrar una fiesta… ¿por qué no? Aunque no tengas pareja, ¿qué más da? (que si tienes, mejor). Y está bien que haya un día de los enamorados ¿no? Porque el amor es muy bonito y todo eso. Supongo que en el fondo soy un romántico, aunque no me gustan nada las películas románticas- dijo, riéndose.- ¿Y tú? ¿Qué opinas tú, profe? Por cierto, ¿te importa que te llame sólo “profe”? Es que tu apellido es muy largo.

Trataba de dar una buena impresión al alumno que tenía enfrente pero parecía ser que los resultados eran todo lo contrario. En estas situaciones, en las cuales no sabía que hacer me sentía un poco…tonta, ahora me arrepentía de no tomar un curso previo de pedagogía o algo similar para saber que hacer y como actuar en estas situaciones, lo único que me salvaba era la educación que me inculcaron y lo que debía y no debía hacer cuando conocía a personas.

-Es un bonito pensamiento el que tienes acerca de esta celebración joven Ryan- Le comenté un poco ilusionada por lo que había dicho y era cierto, el amor merecía tener un día en el cual se le celebrara, ya sea con amigos o con un amante pero por el momento no tenía los dos por lo que el día de hoy estaba sola, bueno ya no, ahora me encontraba con un alumno el cual pedía mi opinion sobre esta celebración. No supe contestarle en el momento, tambien me consideraba una romantica, o más bien una soñadora pues sabía que nada de lo que pasaría por mi mente podría ocurrir, en cualquier momento me casaría con un hombre que no conozco y para evitar escándalos debía de evitar el enamorarme de alguien aunque eso ya era imposible, ya estaba enamorada de alguien.

-Pienso que…A pesar que muchos piensan que es para consumir es una buena oportunidad para guardar un hermoso recuerdo con la persona o las personas que amas- Era la conclusión que llegué dandole una pequeña sonrisa, después de meditarlo durante algunos segundos. Las otras veces las pasaba con mis amigos pero ahora, bueno no creo que sea una mala experiencia pasarla sola- Pero joven Ryan ya no lo distraigo más estoy segura que ya tienea planes para este día- Los chicos de su edad o iban a pasar todo el día con su pareja o se organizaban con los amigos, a lo mejor y sus amigos lo estaban esperando mientras que yo lo detenía con pensamientos un poco cursis.

A Rory le había gustado eso, que a la profe le gustara su forma de pensar sobre San Valentín. Mucha gente opinaba que eso de ser un romántico era una tontería, y también opinaban que se creía demasiado lo que pasaba en las películas y, en general, en las historias de ficción (lo cual era cierto). Pero Rory creía que centrarse demasiado en la realidad era aburrido, y te acababa convirtiendo en un amargado.

-Sí, sí, profe, me alegro que estemos de acuerdo- dijo, admirándose a sí mismo por estar de acuerdo en algo con una profesora. Bueno, a veces pasaba.

-No, la verdad es que hoy no tengo planes. Igual podría llamar a Alex y invitarla a algo. Ya no somos novios, pero… seguimos siendo muy amigos. Vamos, que no somos como esas parejas que acaban como el rosario de la aurora. O a Mandy también (aunque Mandy me da un poco de miedo, la verdad).
Profe, ¿tú crees que invitar a una exnovia en el día de San Valentín es raro?
Aunque en realidad, si te digo la verdad, profe, a quien más me gustaría ver es a Cherie- dijo, con voz soñadora-. Fue mi primera novia, pero se fue a vivir a otro país… y es una pena, porque creo que estábamos hechos el uno para el otro. Totalmente. Es más, creo que debería coger un avión ahora mismo y plantarme en su casa…

Sin duda, esa habría sido una de esas locuras que pasan en las películas.
Rory no podía creer que le estuviera contando todas esas cosas a un enemigo natural como era una profesora. Era culpa de San Valentín, que le hacía decir y hacer cursilerías. Pero ya que él había revelado tantas cosas, suponía que era justo que también preguntara algunas.

-¿Y tú, profe, tienes novio, o marido, o algo?

Podía darse cuenta de que su pregunta había incomodado a la profesora, pero Rory no lo entendía muy bien, porque a su parecer, preguntar algo como eso no era nada indiscreto. A lo mejor simplemente era tímida, viendo cómo se había puesto colorada. Y eso a él le hizo mucha gracia, pero no lo demostró, para no incomodarla más todavía.

-No parece que estés muy entusiasmada para ser tu prometido…- comentó con toda sinceridad.

Incluso él se había dado cuenta de eso, y no estaba dispuesto a dejar el tema tan fácilmente. Sobre todo cuando creía que tenía un buen consejo que dar.

-Profe, tú no ves muchas películas, ¿verdad?- preguntó. Y luego procedió a explicar, con aire de entendido-. En las típicas películas de amor siempre hay una chica que tiene un prometido que es super soso y aburrido, y ella cree que está enamorada de él, pero en realidad no lo está. Y luego aparece un chico super guay que resulta que es el hombre de su vida, pero ella no se quiere ir con él porque tiene a su prometido super soso. Y nadie entiende por qué la chica no se deja al soso para irse con el chico guay, que es del que está enamorada de verdad. Y ya al final final, la chica se da cuenta por fin de que en realidad no estaba enamorada de su prometido soso, y se lo acaba dejando para irse con el chico guay. Pero ha perdido un montón de tiempo hasta que se ha dado cuenta, y a veces sólo lo descubre cuando está a punto de perder al chico guay. ¿Lo pillas? No sé si es tu caso, profe, pero… si tu prometido es el tío soso… igual sería mejor que lo dejaras antes de que llegue el final de la película. Y más si viaja mucho, porque ¿sabes? Mis padres también están todo el día viajando, y no es nada divertido. Al final hasta te olvidas de su cara.

Aunque probablemente se estaba metiendo descaradamente en la vida de esa mujer, estaba bastante satisfecho de su propia explicación. Luego meditó un poco sobre lo que le había dicho ella. Lo del avión quizá era un poco exagerado (ya le haría una visita a Cherie más adelante y con más tranquilidad), pero una invitación de una profesora era algo tan insólito que también parecía una situación de película. ¿Pero le diría que no a una invitación como esa? Nunca.

-Pues claro que acepto, faltaba más- dijo, sonriendo inocentemente.

Spoiler:

El joven estudiante al parecer aceptó mi oferta con lo cual estuve más que encantada, al menos ya tendrila alguna actividad en este día acompañada de una persona. Me le quedé mirando pues aún me sorprendía la histtoria que me había narrado lo cual hizo que en mi cabeza estuvieran algunas cuestiones ¿Sería factible decirle la verdad? O ¿Podría dejar aquel tema y dejar que él tuviera en mente solo esa suposición? Bien podría decirle solo lo escencial y no ahondar tanto en el tema, además ambos tenemos algo en común, nos gusta el romance.

-Eh visto muchas películas de romance, me encanta la versión que me diste pero déjame contarte una historia que es un poco más complicada que el creer que uno está enamorado de alguien que no debería- Comencé a decir mientras empezaba a caminar a la salida para dirigirnos a la cafeteria de la escuela o a lo mejor una cafeteria cerca, no quería que nos alejáramos mucho y solo tardaríamos unos pocos minutos.

-La chica tiene un prometido pero éste fue escogido por sus padres…Tarde o temprano se tendrá que casar con él y ella estaba resignada y lo aceptaba hasta que conoció a un chico, fue amor a primera, sorpresivamente fue correspondido ese amor pero era imposible ya que ambos eran de “mundos distintos”, los padres de la chica la separó de ese chico y por más que le escribía él no tomaba un avión e iba a salvarla, pasaron los años y ella simplemente trató de seguir con su vida y olvidarlo…-Hasta ahí terminé el relato, la historia aún seguía pero creo que hasta era prudente que supiera pues eso fue en el pasado, ya en el futuro aquella chica volvió a encontrarse con la persona que fue su príncipe azul, notando que aún su corazón latía cuando estaba cerca de él y que podrían volver a retomar ese amor. O eso es lo que pensaba la chica, ahora no sabía que hacer, no sabía si solo sentía eso con él o sentía lo mismo por otra persona….No podia decirle eso al joven Rory por que ni siquiera yo sabía que le pasaría a esa chica.

Miré hacia la nada por unos momentos dando un leve suspiro volteando a verlo con una pequeña sonrisa, algo melancólica- Como puedes notar algunas historias de amor no terminan en un final feliz, lamentablemente así es para algunas personas- Se que debería de decirle cosas alentadoras, sobre un buen futuro, pero tuve un ataque de sinceridad y, vaya deberia de portarme más optimista con él -Pero espero que tú no pierdas esa esperanza de un amor muy pasionald, hay muy pocas personas que lo tienen y con esa pasión en un futuro podrás lograr cosas maravillosa, no solo en lo personal, también en lo social.

Rory escuchó la historia mientras seguía a la profesora por los pasillos, aunque no le gustó nada el comentario sobre los finales felices, porque tiraba por tierra todas sus teorías fantasiosas sobre el amor y los finales de cuento.

-Eso es muy triste…- contestó-. Porque bueno, si la chica puede elegir entre dos chicos y elige mal, al menos ha sido su decisión, pero si ni siquiera tiene la oportunidad de elegir, entonces es fracaso seguro. Pero, ¿sabes qué? Si mis padres me prometieran con alguien sin mi consentimiento, los mandaría a la puta mier…- se paró en seco, recordando de pronto con quién estaba hablando-. Em… quiero decir, que les diría que se buscaran a otro. Además, una vez que eres adulto, ya nadie puede decidir sobre tu vida, ¿no? Quiero decir, ¡no vayas a desperdiciar lo único bueno que tiene ser adulto, profe! Y tampoco entiendo muy bien qué significa exactamente eso de “ser de mundos diferentes”… Bueno, más o menos puedo hacerme una idea, pero tampoco tiene por qué ser un problema.

Paró un momento para tomar aire y reflexionar sobre su siguiente frase.

-De todas formas, profe, digas lo que digas, yo creo que siempre, siempre, siempre puede haber un final feliz. A lo mejor la chica puede no elegir a ninguno de esos dos y seguir su camino. Y seguro que acabará encontrando a la persona perfecta para ella, tarde o temprano- miró a Zinnia, guiñándole un ojo y dedicándole una sonrisa cómplice.

Escuchaba con atención la opinión del joven Rory,sus comentarios si bien a muchos les podrian parecer fantasiosos yo los tomaba muy enserio. Al fin y al cabo tomar en cuenta las diferentes opiniones podían llevarte a tomar la decision que te beneficiara.

Me descontroló un poco las palabras que iba a utilizar para mostrar su desagrado, causandome gracia. El que fuera a decir esas palabras altisonantes solo demostraba que ya estaba en un ambiente de más confianza conmigo ¿Cierto? Oculte mi sonrisa mediante una mano. Cuando terminó y vi el guiño me sonrojé con levedad-Joven Rory, eh visto que eres muy valiente- di un leve suspiro mostrando mi rostro un tanto melancólico.

-La chica sabe que es una adulta, una dama de sociedad…Pero es muy miedosa, si es de lidiar con sus progenitores todo el coraje que tiene se desvanece- sabía que incluso eran capaces de dejarme en la calle si llegara a contradecirlos, si no era digna de portar aquel apellido de gran renombre. Y a pesar de no tener un contacto constante los quería.

Aun caminando me incline hasta llegar a la altura el rostro de mi acompañante, mi expresión melancolica cambio debido a que suavize las faciones- Ya que eres muy valiente ¿Podrías regalarle un poco de esa valentía a esa chica?-Le comenté mostrando una pequeña sonrisa volviendo a ver al frente para no tropezar con objetos que se presentaban en el camino hacia la cafeteria. Claro sin dejar de mirar de reojo a mi acompañante.