A couple of Beers.

Keane:

   
  
   Tercera noche que pasaba en Glass city. Tercera noche y aún no conocía lo más importante de la ciudad. Los Bares y Clubes. Ranmaru estaba demasiado cómodo sobre la alfombra de su living, terminando de jugar Gears of war en la xbox, cuando se dio cuenta que no había estado haciendo más que eso. Comer pizza y jugar videojuegos. No es que eso estuviera mal, pero rayos, el dinero no era infinito y aunque había juntado un buen dineral mientras era un Idol en Japón, pagar las deudas de su familia, comprar un departamento y darse todos los lujos que se estaba dando, sin duda terminarían por vaciar su cuenta bancaria. 
  Era hora de buscar trabajo.
 Ciertamente no pensaba ir al sello y comenzar todo de nuevo. Si iba a trabajar, sería como solista y se arriesgaba a que en el sello lo pusieran con un grupo nuevamente. Así que la mejor idea que tenía el chico de los ojos heterocromos, era empezar haciéndose la carrera desde abajo, conocido en los suburbios. Una carrera Underground. 
 Su ropa esta noche sería sencilla. Una polera a la medida que decía "Rock" la misma que Shining entertainment había sacado a la venta como colección del "Quartet Night" de color café. Jeans de... color oscuro. No estaba seguro y no le interesaba en realidad. Las porquerías eran bastante cómodas y eso es loque buscaba el peliplateado. Bototos negros sobre la base del pantalón y para finalizar, su chaqueta de cuero negra con tachas en las solapas. Llaves, identificación, dinero, celular, cigarros y encendedor. Estaba listo.
Salió directamente por el elevador hasta el estacionamiento y sin pensarlo dos veces, se subió a su moto y comenzó a conducir como si fuera perseguido por el mismo diablo. Rayos, la velocidad era como su droga.

 Aparcó su motocicleta. Aún no conocía muy bien la ciudad, por lo que aún se sentía un tanto indeciso de dejarla aparcada sin que estuviera en su campo de visión. Era como su amante. Esa Kawasaki azul eléctrica hecha a encargo no podía ser más amada por el peliplateado. Suspiró nuevamente, y la aseguró, dándose cuenta que la zona de clubes tenía un cuidador. Eso era mucho mejor. Estaba dispuesto a pagarle al tipo una buena cantidad de dinero si su moto estaba en buenas condiciones cuando saliera. 
 Prendió un cigarrillo y se quedó apoyado en su moto mientras llevaba el cigarro a la boca. Habían muchos bares y clubes la verdad. No tenía idea de cuál ir, no había pedido referencias ya que no conocía a nadie en la ciudad aún, así que lo dejó a la suerte. 
 Buscó en su chaqueta de cuero negro con tachas en las solapas una moneda suelta. Seleccionó dos bares al azar y lanzó la moneda al aire. Sello entraría al club de la derecha, cara al de la izquierda. La moneda se alzó por sobre su cabeza mientras giraba sobre sí misma y volvía a descender. La atrapó con la mano izquierda y apoyándola en la derecha, la volteó. Sello.
 Que así sea entonces.
  Apagó el cigarrillo en la suela de sus bototos, los golpeó un poco en el suelo y luego se dirigió al basurero más cercano. Botó la colilla ahí y luego se acomodó la chaqueta para caminar directamente al club. No prestó atención al nombre, no importaba. No era bueno con ellos así que recordaba las cosas que le llamaban la atención.
 El lugar era... ameno. La música de Britpop se escuchaba de fondo y la verdad no le disgustaba. Buena música. No miró a nadie ni miró hacia los lados. Fue directo a la barra donde se sentó como si fuera el dueño del lugar. Ranmaru era así, quisiera o no, su apariencia y su personalidad innata, llamaban la atención. Cerró los ojos poniendo atención a la música cuando alzó la mano para llamar la atención del Barman. Keane sonaba de fondo. Sonrió de medio lado, con algo de malicia, como siempre.

Aquella noche era una noche de trabajo como tantas otras. Luego de mis pequeñas aventurillas diurnas por la ciudad había dormido una larga siesta y solo el rugir de mi estómago me despertó para notar la hora. Estaba justo a tiempo para devorarme algunos sobres de fideos instantáneos antes de alistarme y salir al trabajo. Era viernes por la noche y justo ahí comenzaba mi turno de barman por el fin de semana. Me gustaban los bares en los que había conseguido trabajo, en especial porque me eran interesantes y porque me permitían simplemente vestir con mi propio estilo, nada de uniformes ya que una de las razones por las que me contrataron fue por mi apariencia “llamativa” y claro, también por la destreza que un barman si o si debe tener con las botellas~

Me vestí con unos pantalones grises de cuerina y una polera negra ajustada de cuello redondo y  detalles con cuero en algunas partes, mangas largas caladas unidas por hilos de cuero, era una de las últimas compras que había hecho y sí, me gustaba estrenar mis prendas en lugares como un bar. En especial si son de música alternativa y todo eso, el ambiente aquí es intrigante y a la vez muy diverso, es como si la atmosfera se llenara de un aire atrayente y viciante, sin necesidad de que el efecto fuera culpa de alguna droga.

Llevaba al menos una hora atendiendo en la barra cuando de pronto una cabellera destacó entre todo el resto. Un chico albino y fiuu~ vaya que estaba bueno, sin embargo no le puse mucha atención cuando se acercó a la barra, sabía que tendría la oportunidad de examinar mejor su cara cuando se decidiera a pedir algo para beber. Y así fue, me acerqué a él con una sonrisa traviesa antes de preguntar.

“Si? Que te sirves?”

Aún no sería ni media noche, lo que me daba esperanzas de que el bishie pudiera quedarse al menos buena parte de la "jornada" en el lugar.

Recordó que en algunos lugares no se podía fumar. 
 Observó a su alrededor mientras visualizaba alguna señal que pusiera esa estúpida regla política a manifiesto. Un "smoke" o un "No Smoke" pero la cosa del club se estaba llenando tanto, la luz y los juegos con esta no lo permitían del todo, así que se rindió de mirar y solo esperó a que el barman llegara a su lugar y le preguntaría. 
 Tenía la cajetilla de cigarros sobre la barra y aún no había sacado el encendedor cuando puso sus ojos sobre el hombre. Chico. Crío.
 No era mayor que él, estaba seguro. Para su sorpresa el chico estaba bien vestido y obviamente no desteñía del club. El toque de nada de uniformes le pareció cómodo, rayos, odiaba cuando un club o bar hacían llevar uniformes a los trabajadores, por que... well, no era un jodido restaurante para eso. 
 Miró el lugar impaciente. De verdad, para la concurrencia que estaba teniendo el lugar, esperaba que por lo menos tuvieran dos barman, no uno. Hizo rodar sus dedos en forma impaciente y luego se concentró en la barra. Era una bonita colección de tragos, a juzgar por la gente y los tragos que tenían, era precisa. Aunque obviamente él no venía a probar tragos muy fancys ni de chicas. Cerveza, como siempre, aunque dejaría que el chico delgado que era el barman le sorprendiera con alguna que el no hubiera probado.
 Puso su mirada sobre él, otra vez. 
 Heterocromía, eh?
 Sonrió.
 No recordaba conocer a nadie con la misma particularidad que él.
 También tenía un particular tatuaje.
 ¿Se lo habría hecho durante una borrachera?
Rió.
 Sería divertido averiguar qué pasó con él.

 Alzó la vista cuando escuchó su voz, con su calma habitual, además de su confianza. Sonrió de medio lado clavando la mirada en el barman.
 - Una cerveza, por supuesto. -le respondió mientras ladeaba el rostro y lo apoyaba en su mano que ya estaba puesta sobre la barra. - Dejaré que me sorprendas con alguna nueva~

Bastante grande fue mi sorpresa al acercarme y al él abrir los ojos notar su clara heterocromía, a tal punto que podría poner mis manos al fuego a que puse una cara de imbécil por al menos 3 segundos antes de reaccionar a su petición.

“¿Cerveza eh? Pues antes de impresionarle con algo nuevo, prefiero impresionarle con algo bueno~”

Reí travieso y fui por la mejor cerveza que al menos ahí trabajaban, y se la puse en frente junto con un vaso y un cenicero al notar la cajetilla de cigarrillos que, siendo sinceros, se me hacía agua a la boca, mas era una de las pocas reglas que nos imponían. No fumar mientras estuviéramos de turno, meramente para mantener la estética, y bien, creo que funcionaba.

Noté como el público poco a poco comenzaba a invadir la sala. Lo bueno era que el lugar era jodidamente amplio, porque aprovechaba bien los espacios y tenía muchos ambientes y 3 barras junto a un guardarropía, sin embargo, hasta media noche al menos, tenía que lidiar solo en la barra. Pasada las 12 llegaría mi compañera, Alice, una chica de pelo largo y rojo maraco intenso como el color que pinta sus labios, de tez hermosamente clara y una figura ciertamente tentadora, en especial porque acentúa sus pechos y cintura con los corset que normalmente usa, pero bueno, eso es una historia aparte. Por ahora, estaba solo, y no me molestaba, pero no podía descuidarme.

“Si luego quieres alguna sorpresa te preparo algo con Vodka o Ron.”

Le guiñé el ojo del lado de mi tatuaje al albino y me incliné sobre la barra para susurrar en su oído, por sobre la música que comenzaba a cambiar a un ritmo más electrónico.

“Nice eyes~”

Le sostuvo la mirada. De inmediato notó que... o tenía algo en la cara o al chico le había pasado algo cuando lo vio. Descartó lo primero, así que sonrió ya que lo segundo era interesante.

 No dijo nada ante su respuesta, más le siguió con la mirada mientras se iba por lo que sería su bebida de esta noche. Ranmaru comprobó la hora y miró el lugar, para luego volver a poner su atención en el menor. Bueno, no lo sabía a ciencia acierta si era menor que él, pero lo parecía y eso era suficiente. Enarcó una ceja al ver el cenicero. Sonrió.

 Thanks~ Pretty boy.- le dijo en inglés mientras sacaba un cigarrillo y lo ponía entre sus labios. Buscó en su chaqueta el encendedor y lo prendió dando algunas caladas al mismo. Dejó el encendedor en la mesa y luego miró al pelinegro. Se tomó su tiempo antes de contestarle al chico con el tatuaje, pero lo hizo con su confianza habitual y su aire dominante.
 -Veré que tal la noche, no suelo mezclar tragos.- y era verdad, si tomaba cerveza, era todo lo que bebería durante la noche. No porque no tuviera resistencia, sino porque así no tendría dolores de cabeza o un revoltijo en el estómago el día siguiente y podría hacer su vida con normalidad.
- Nice Tattoo, Pretty boy... -respondió casi gruñendo de inmediato al sentir aquel susurro, dejando escapar el humo del cigarro cerca del chico.

Oops~ Para mi sorpresa aquel sujeto no parecía ser tonto, o al menos era un bebedor inteligente pues no todos siguen la política de “no mezclar”, incluso yo a veces la rompo y bueno, sí, nadie me quita el hachazo de la cabeza el día siguiente~

Sonreí ante su respuesta, volviendo a sorprenderme, pero esta vez para mis adentros. En esta ciudad o tenían un gusto extraño o eran unas putas mentirosas. Y es que era la segunda o tercera vez que alguien decía que mi tatuaje, aquella mierda en mi cara, era “nice”.


“Thanks~”

Dije just a bit ashamed, pretty boy? Qué era eso? Una nueva forma de subirle el ego al barman? En fin, me sacó una sonrisilla llena de picardía y alcancé a olfatear un poco de aquel humo que parecía solo tentar más al diablo, pero no podía fumar joder! Debía esperar.

“Avísame si necesitas algo entonces~”

Y tuve que dejarlo un momento para atender a otro sujeto que me pedía un simple combinado de Vodka con bebida antes de irse a bailar. De vez en cuando mi mirada volvía a dar con él, mi mente no podía dejar de pensar en aquella interesante heterocromía. Era la primera vez y quería saber si tenía algún motivo, si era así, quizás podía darle una explicación a mi propia condición, por fin, por fin alguien como yo….

Ranmaru continuó con una media sonrisa en los labios y el cigarro entre ellos. Tomó la cerveza destapandola, para luego servirla en su vaso, mientras lo inclinaba para evitar que a espuma fuera excesiva.
 
  Acercó el vaso hasta bajo su nariz. Tenía la manía de oler cada cosa que probaba. Una y otra vez, aunque comiera la misma cosa en toda su vida, la olía cada puta vez antes de probarla. Por eso se había ganado el apodo de Inu-chan en su Japón natal.
 
 Observó el vaso por unos segundos y luego lo llevó a sus labios al mismo tiempo que sacaba con su mano libre el cigarro de sus labios y con el pulgar, lo golpeaba suavemente en el filtro para botar la ceniza acumulada. 
 Alejó el vaso de su boca.
- te avisaré, Pretty boy. Cualquier cosa -le sonrió con malicia y picardía en los labios,mientras siseaba la última palabra.

 Tragó.

 No era malo. A decir verdad, era bastante deliciosa y no recordaba que la hubiera probado antes. Siguió con la mirada al muchacho pelinegro mientras le veía moverse a través de la concurrida barra. Vamos, que tenía que atender a bastante exigentes bastardos. Pero Ranmaru levantó su vaso, para atraer la atención del Barman, pues estaba seguro que le seguía mirando a ratos.

 Nice choice. -dijo aunque el chico no estaba cerca, pero se encargó de modular bien y mirarle directamente cuando sus ojos dispares hicieron contacto-

Me gustaba como respondía este chico, con la misma picardía y quizás un poco más de dominancia y sensualidad que yo. Eso le sumaba puntos ventajosamente y es que a diferencia de la mayoría de los bastardos que a veces llegaban aquí joteando lo que fuese que se moviera (me incluyo en ello), este sujeto parecía tener algo más que un poco de cerebro y una cara bonita. Y aquellos ojos, sí, eran atrayentes como parte de una terapia de hipnosis. De hecho me llamaba la atención que nadie más se quedara mirando su heterocromía como bobo (como yo de a ratos lo hacía)

Comenzaba a gustarme el sobrenombre. Pretty, uh? En gustos no hay nada escrito supongo.

A lo lejos pude notar sus movimientos, de reojo le miré y pude entender sus palabras, mis oídos quisieron oír su voz susurrándomelo, pero bueno, la imaginación me ayudó en mi capricho. Satisfecho le dediqué una sonrisa y un movimiento simple de cejas que daba a entender un “Pero por supuesto, sino qué más~” de mi parte, sin modulación, sin palabras ni voz. Luego le saqué la lengua en una actitud confianzuda y continué con mi atención en la barra, preparando uno que otro trago, jugando con las botellas de Vodka y de Curaçao azul.

No lo niego, de a ratos algunas personas, chicas o travestis, me comenzaban a meter conversa, para mi era divertido, algunos ya me conocían. No me considero un bishie, pero en este lugar al menos no me siento como un bicho raro, asi como en las calles a plena luz del día, sino que soy un chico interesante (o al menos divertido) con el que ellos pueden hablar y pedir un buen trago.

Enarcó una ceja ante tal respuesta. Mucho ego, eh?. Ranmaru sonrió y tomó el vaso para beber otro trago, dejando de mirar al pelinegro sin aviso. Tenía una sonrisa algo sádica en su boca mientras bebía nuevamente. El lugar, estaba bastante bien y mientras Ranmaru disfrutaba del hecho de estar solo, un... muchacho, se acercó a él, su voz algo entrecortada y obviamente que haya dicho su nombre, llamaron la atención del peliplateado.
-T-Tu eres R-Ranmaru K-kurosaki!! -la mezcla entre asombro y duda le hicieron voltear totalmente en vez de mirarlo solo de reojo.
- Te conozco, crío? -le preguntó al bajar su vaso, que ya estaba casi acabado.
- N-No... p-pero eres de Japón... Un IDOL! -la voz del crío se elevó un poco mientras le apuntaba sin ninguna pena. Ranmaru perdió la paciencia, no quería ser reconocido en Glass city. Terminó la cerveza que quedaba en el vaso, y la dejó sobre la barra. Apagó lo que quedaba del cigarrillo y sacó otro, con mucha paciencia, lo llevó a sus labios y lo prendió, calándolo un poco y luego dirigiendo su atención al chico.
-Soy Ranmaru Kurosaki, Si, viví en Japón. -botó el aire del cigarro- Si, fui un Idol. -caló el cigarro nuevamente- Pero aquí soy nadie... y pretendo permanecer así... -le botó el humo del cigarro en la cara al crío- Así que FUCK OFF, Crío. Si no quieres problemas. -se llevó la mano libre al bolsillo y le miró asesinamente mientras se levantaba con una inusual calma de su asiento, viendo como el muchacho levantaba las manos en son de paz y se retiraba rápidamente de su vista. Ranmaru suspiró y volvió a sentarse maldiciendo su suerte por ser reconocido en una ciudad tan lejana.

La verdad es que me había metido en mi trabajo y en atender a otras personas cuando de pronto noté el pequeño escandalo que un crío (como si yo no lo fuera) estaba haciendo con el muchacho que había despertado mi interés. Claro, el asunto no me quedó claro, la música disfrazaba muy bien lo que sea que fuera que el otro le estaba diciendo al albino, pero podía ver que lo apuntaba con descaro y como parecía haberse puesto tensa la cosa, hasta que el chico literalmente huyó.

¿Eso había sido una amenaza, verdad?

Sonreí.

De mi momento stalker me sacó una fina mano que tocó mi hombro desde mi espalda. Me volteé exaltado para encontrarme cara a cara con mi compañera, Alice.

"Nass dear~" La saludé con el entuciasmo de cada noche, depositándole un beso en la comisura de sus labios como siempre solía hacer, y ella me lo permitía aunque no tuviesemos ninguna relación más allá del trabajo. Era algo así como complicidad tras la barra.

La muchacha indicó que había llegado antes puesto que necesitaba que la reemplazara la noche siguiente. Favores que siempre nos hacemos. Le dije que no había problema, pero entonces vi mi oportunidad.

"Te dejo a cargo hoy a ti entonces~ Si se te complica la cosa solo llamame. Tengo algo en la mira esta noche, andaré aquí de todos modos."

Le dije a mi partner peliroja y una vez ella accedió al "cambio tranfugo de turnos" yo me preparé un Ron combinado y salí de la barra camino a ya saben quién. No estaba seguro si el sujeto notó que abandoné la barra, pero descaradamente me fui a sentar junto a él.

"¿Alguien te montó una escenita? Tienes cara de querer pegarle a alguien."

Pregunté haciéndome el amistoso, sabiendo que quizás el tipo no tendría ningún interés en compartir la noche con el barman, pero nada perdía con intentar meterle conversa.

De hecho, creo que esa es mi cara siempre... -Ranmaru chasqueó la lengua antes de siquiera voltearse en dirección a la voz, pero ya sabía quién era. Tenía buena memoria para los sonidos y ya había memorizándola voz del pelinegro, claro, él le había causado cierta curiosidad. - Ya sabes, borrachos que se quieren pasar de listos... -suspiró desechando el tema de inmediato. No iba a admitir su antigua carrera, ese no era el plan.

No todos los días conocías a otro heterocromático con un tatuaje en la cara, después de todo.
Se llevó la botella a la boca y dio un largo trajo, para luego limpiar sus labios con el puño y mirar al chico de soslayo.

No creo que hayas salido del trabajo tan temprano... -se volteó un poco y esta vez le miró de frente- No me digas que dejaste el turno solo por venir a hablar conmigo, Pretty boy? -

Si había algo que sobraba en ese pub, era el descaro que tenía Ranmaru y su ego del porte de un buque. A pesar de que seguía molesto por la última escena que había sufrido, se había propuesto olvidarla un rato. Algo sumamente difícil considerando su temperamento, pero al parecer, esta noche, habían cosas más entretenidas de las cuales ocuparse.

“Pff..” Me reí suavemente con su respuesta. ¿Seguro sería su cara de siempre? Moría de curiosidad por ver algunas otras expresiones en él, pero oh, vamos, tenía que ir despacio, en especial si recién había tenido un mal rato. Comprendí en sus palabras que no quería ni planeaba continuar el tema y prudentemente yo no insistiría, en particular porque no era algo que de momento me interesara realmente. ¿Cómo darle más atención a un numerito de un ebrio que a ese par de ojos que ahora me miraban acusadores?

Por una fracción de segundo mi rostro expresó la sorpresa incómoda de verme delatado ante su acusación, pregunta y comentario. Desvié la mirada siendo 100% culpable y bueno, ¿qué más daba admitirlo? Después de todo no soy tan orgulloso~

“Bingo~” Me reí volviendo a mirarlo, esta vez con sinceridad y algo de descaro, lo sabía, cuando mi interés por alguien se acrecentaba, mis ojos me delataban.

“Mi compañera me cubrirá por hoy. No podría dejar pasar la oportunidad de al menos coquetearte un poco ¿no crees?. Después de todo, no siempre encuentro alguien que me llame la atención tanto como para dejar el trabajo de lado. Aunque dudo ser de tu tipo~ (y del de cualquiera) De hecho diría que tal vez te van más las chicas. Oh pero bueno, qué voy a saber. ¿Qué tal si me cuentas un poco de ti? Nada muy profundo, solo quiero saciar un poco de mi curiosidad.” Di un sorbo a mi vaso mientras apoyaba el codo en la barra y sostenía mi cabeza con ese mismo brazo.

Kurosaki entrecerró los ojos cuando le escuchó reírse levemente. No rechazando, si no memorizando los sonidos. Como amante de la música... más aún como amante de los sonidos. El pelinegro había captado su atención debía reconocer, así que Ranmaru recolectaba "información" del chico manteniendo su mirada sobre él, analizando cada gesto, movimiento, sonido y expresión.
Bastante curioso podría resultar sel el peliplateado cuando algo le llamaba la atención lo suficiente.

Lo vio. Un gran "DING DING DING" sonó en su mente mientras un cuadro gigante de "BINGO" se veía en su imaginación. Aquella fracción de segundo donde el chico mostró esa expresión inocente. Esa que no era calculada como cada paso que estaba dando hacia él anteriormente. Esa sorpresa había sido sincera, aunque lo fuera por tan solo pocos segundos.
No podía negar que el chico parecía un libro abierto. Fácil de leer las expresiones de su cara más aún las que adoptaba con su cuerpo. Pero Ranmaru intuía que había algo más y he allí su intriga.

Sonrió ante tanta "sinceridad".
-oh, claro que no podías dejar pasar la oportunidad. Ya sabes, las cosas "buenas"-dijo marcando esa palabra con un tono más sensual, poniendo su voz más ronca y grave mientras hacía alusión a él mismo- no pasan dos veces y hay que aprovechar~ -ladeó la cabeza suavemente mientras arreglaba un mechón rebelde de su ya desordenado cabello-
Tomó el último trago de su jarra.
- Tipos? va~ -se encogió de hombros haciendo un ademán- para qué tener preferencias? así puedes disfrutar de lo bueno de todo~ -dijo con el mismo tono de voz anterior, pero esta vez cargado un poco más oscuro y ciertamente sin sacar la mirada del pelinegro.
Frunció el ceño.
-Nuevo en el bar, nuevo en la ciudad. Espero que para quedarme. That's all~ -finalizó-

Me sentía literalmente siendo escaneado por su mirada, pero lejos de irritarme, como normalmente lo haría una acción como esa, el hecho de sentir sus ojos penetrantes en mí era casi un placer. ¿Era el efecto de su heterocromía?

Una vibración me recorrió desde la base de mi espalda hasta el cuello cuando le oí hablar con ese sutil cambio de voz. No tendré idea de música o del sonido en sí, pero mis oídos son buenos y "ese" tipo de tono en particular, a fin de cuentas, me era un tanto familiar. Vaya, me sentí como un degenerado al verme provocado por ese solo gesto, cuando aún éste sujeto no me había tocado ni un solo pelo.

"No pasan dos veces, ¿eh?"

Aquella sola frase me hizo apretar los dientes, inquieto. ¿Era una sola oportunidad entonces? Esa idea generaba un poco de presión, creo que, mas que nada, porque eran palabras que yo mismo solía utilizar en otros. Los encuentros de mas de una vez con el mismo sujeto los podía contar con una sola mano y siendo así ¿que derecho tenía yo a apelarle a él por más? Oh, vamos Dante, desde cuando piensas tanto, que importa? Aunque solo sea esa noche, no voy a dejarlo ir, de eso estaba seguro y con ese pensamiento mi mirada fue un poco más libidinosa.

Continuó hablando de la misma manera y esta vez mordí con discimulo mis labios. Lo estaba haciendo a propósito?! En fin, intenté concentrarme más en sus palabras que en el modo que las dejaba salir de su boca ignorando, como podía, su subliminal provocación. Ya habría tiempo para devolverle la mano, o al menos, eso pensaba.

"Ya veo... Así que estás de turismo por la vida nocturna de Glass City, eh? Well, si es así, espero verte más seguido por aquí~"

La explicación que me dio había sido tan cortante, fría y precisa que me dejó claro que no era necesario indagar más... excepto por una cosa.

"¿So, me dirás tu nombre? El mio es Dante y como ya viste soy barman de este lugar, llevo un tiempo en la ciudad y la verdad es que no planeo irme. No tengo mucha gracia y mis preferencias son tan diversas como los tragos que hay en la barra. Ciertamente me gusta disfrutar de todo, pero en particular del alcohol, los cigarrillos y bueno, jeh, del sexo."

Di otro sorbo largo y luego le sonreí a mi modo, no iba a andar con rodeos, nunca lo he hecho y la verdad era que si él no tenía interés en mi existencia, prefería que lo dijera en ese momento.

¿Pero por que coño mi mente rogaba por poder al menos llegar a tocarle? No era el único sujeto atractivo en el lugar. Bien, puede que esta noche ande un poco caprichoso~

No suelo quedar en un bar siempre... -se encogió de hombros- supongo que si algo me llama la atención, puedo volver~ -dijo algo despreocupado, pero sin quitarle los ojos de encima al pelinegro. Movió la botella que ya estaba casi vacía un poco y luego tragó el concho, de la cerveza, se secó con la manga del guante y luego miró alrededor mientras el chico del tatuaje se introducía a sí mismo.

No pudo evitarlo. Ranmaru simplemente soltó una carcajada que hizo que la atención de los que estaban cerca de ellos se enfocara en él. Pero como siempre, a él le dio lo mismo.
Se pasó la mano derecha por su cabello, peinandolo hacia atrás con sus dedos, pero su cabello, indomable como siempre, volvió a su estado normal. Terminó la carcajada con una sonrisa algo lobuna y maliciosa.
-Te faltó decir tu peso, tu estatura, la dirección de tu casa y si te agregaré a Facebook... -bromeó al escuchar tal introducción.- de verdad, chico... -volvió a sonreír y luego le guiñó el ojo para que se diera cuenta que no era una mofa en mal sentido.
- Mi nombre es Kurosaki Ranmaru. Creo que eso es todo lo que necesitas saber y yo decir... -jugueteó con la cajetilla de cigarros que había dejado descuidadamente en la mesa..-ah, pretendo quedarme aquí en Glass city~ -sacó un cigarrillo y lo puso entre sus labios sin prenderlo. Observó en silencio al pelinegro mientras reaccionaba a sus palabras.